ESCATOLOGICA, ESCUELA PROTESTANTE


Grupo de autores protestantes que buscan la clave de la vida y del mensaje de Jesús en su persuasión de que estaba próximo el fin del mundo. Los principales representantes son J. Weiss y A. Schweitzer. Su tesis implica una fuerte ruptura con la teología liberal (v.) que veía en el cristianismo un poder cultural dentro de la historia humana. En esta tendencia teológica estuvo bastante extendida la distinción entre el mensaje fundamental del N. T., que es eternamente válido, y los aspectos condicionados al tiempo. En general, la escatología (v.) fue entendida como una forma de expresión tomada de la literatura apocalíptica judía (v. APOCALIPSIS II);p. ej., los historiadores de la religión W. Bousset (v.) y H. Gunkel (v.) juzgaban la escatología neotestamentaria como un cuerpo extraño en el evangelio. Según J. Wellhausen (v.), S. Schürer, J. Holzmann, A. Jülicher y C. Weizsäcker..., Jesús concibió el reino de Dios (v.) como una transformación espiritual de la humanidad en el curso de la historia. W. Baldensperger, en Das Selbstbewusstsein Jesu im Lichte der messianischen Hof fnungen seiner Zeit (La autoconciencia de Jesús a la luz de las esperanzas mesiánicas de su tiempo, de 1888) adoptó una posición ambigua entre el sentido espiritual y el escatológico del Reino según la mente de Jesús. Fr. Spitta acentuó la proyección escatológica del pensamiento de Jesús; en Die urchristlichen Traditionen über Ursprung und Sinn des Abendmahles (Las primitivas tradiciones cristianas sobre el origen y el sentido de la Cena, de 1893) intérpretó la Cena de Jesús como una anticipación simbólica del futuro triunfo mesiánico. Contra estas tendencias reaccionan los autores protestantes que se mencionan a continuación.
     
      Johannes Weiss (1863-1914), en su obra Die Predigt Jesu vom Reiche Gottes (La predicación de Jesús sobre el Reino de Dios, de 1892), rompe decididamente con la interpretación intramundana del Reino de Dios y concretamente con la de A. Ritschl (v.), para el cual la vida eterna ya está presente aquí y consiste en el dominio sobre el mundo. Weiss resalta el carácter futuro del Reino predicado por Cristo. Según él, tanto Juan Bautista como Jesús se hallaban dominados por la persuasión de que estaba cerca el Reino, es decir, de que todavía no había llegado, pero iba a llegar pronto. El Reino de Dios que Cristo anunciaba, dice Weiss, es una realidad supramundana y, como tal, nada tiene que ver con el actual orden del mundo; ha de irrumpir mediante una catástrofe cósmica que precisamente pondrá fin al mundo actual. Al resaltar esto, Weiss se opone a la idea de una evolución del cristianismo en la historia. También la dignidad mesiánica de Cristo se refiere al futuro; según Weiss, Jesús preparaba al Reino, pero todavía no realizaba una actividad mesiánica. De ahí se desprende el carácter de la moralidad de Jesús: su ética, dice, no es absoluta, no ha de tener validez en el futuro Reino, condiciona solamente la entrada en el mismo; y la condiciona, no como una obra meritoria, sino como expresión de una inclinación intensa al Reino de Dios. Contra la afirmación del mundo vigente en la teología liberal (v.), Weiss resalta que Cristo pide una actitud ascética, de distancia frente a la realidad actual. En la segunda edición de la obra mencionada (1900), se retracta en parte de lo dicho en la primera; vuelve al concepto racionalista de Jesús, valorándolo como maestro eterno de moral y como modelo de hombre perfecto; saca importancia a la proyección escatológica del mensaje de Jesús y ve en ella una forma de expresar la relación de lo temporal a los valores eternos.
     
      Albert Schweitzer (v.) (1875-1965) es el que más decididamente ha destacado la perspectiva escatológica de Jesús. A causa de la argumentación central de Schweitzer, la escuela que comentamos ha recibido el nombre de «escatología consecuente». Contra la afirmación de que Cristo no estaba persuadido del próximo fin del mundo, pero que sus discípulos le atribuyeron esa persuasión, él argumenta así: sería absurdo el que los discípulos hubieran puesto, sin ser auténtica, una profecía no cumplida en boca de Jesús; por el hecho de que, aun no habiéndose cumplido la predicción del próximo final del mundo, los discípulos la relatan en los evangelios, se pone de manifiesta su autenticidad. Jesús estaba, pues, persuadido de que el mundo iba a terminar pronto. Sobre esa base emprende Schweitzer la reconstrucción de la vida de Jesús. En su obra Von Reimarus zu Wrede (Desde Reimarus hasta Wrede, de 1906; reelaborada y reeditada en 1913 bajo el título: Geschichte der Leben-Jesu Forschung: Historia de la investigación sobre la vida de Jesús), afirma la imposibilidad de reconstruir la vida histórica de Jesús. Con todo, intenta reconstruirla de algún modo. Según él, J. Weiss fue inconsecuente con los resultados de su propia investigación, pues, por una parte reconoció la proyección escatológica del mensaje neotestamentario y, por otra parte, no descubrió ahí la clave psicológica para explicar la vida de Cristo. Schweitzer considera a Jesús como un fanático que vivió con la obsesión del final de los tiempos y enfocaba todos los sucesos históricos bajo el prisma del próximo fin. Cristo, dice él, se concebía a sí mismo como el «mesías designado» que había de transformarse en el momento de la Parusía (v.) en el «hijo del hombre» entronizado sobre las nubes del cielo. La gran crisis en la vida de Cristo se habría producido a juicio de Schweitzer al pasar un momento, en el cual Jesús había cifrado toda su esperanza, sin que se produjera la Parusía; cita concretamente el discurso de misión de los discípulos (Mt 10,23), donde según su opinión está expresada la esperanza de que los discípulos no volverán de su viaje porque entre tanto habrá llegado el fin del mundo. Al verse decepcionado en su esperanza, dice, Jesús tomó la decisión de acelerar su muerte para forzar la venida del Reino de Dios. Este último pensamiento está estrechamente relacionado con la interpretación que Schweitzer da a la moral de Jesús: según él, Cristo concibió la actividad ética como una auténtica preparación al Reino de Dios. Aunque Jesús afirmara que éste había de llegar por sí mismo, sin embargo, creía que sólo entrarían en el Reino los que previamente se hubieran hecho dignos mediante la penitencia; por eso, Cristo asumió la muerte «representativa» con el fin de suplir la penitencia que faltaba en los demás hombres, forzando así la venida del Reino. Pero la muerte trágica de Cristo en la cruz junto con el hecho de que el mundo prosigue su curso, han refutado definitivamente a juicio de Schweitzer los sueños escatológicos de Cristo. Cfr. a este respecto Das Messianitäts und Leidensgeheimniss (El misterio de la mesianidad y de la pasión, de 1901). En el fondo, tampoco Schweitzer se mantiene fiel a su escatologismo radical: en obras posteriores, concede menor importancia a la escatología neotestamentaria y valora positivamente el espíritu de Cristo. Schweitzer comparte concretamente la ética del amor, que en él ha tomado la forma de «respeto a la vida», poniendo como supremo principio moral la obligación de conservar y fomentar la vida conduciéndola hacia sus supremas realizaciones. Sobre la postura religiosa de este autor reviste gran interés su obra Die Mystik des Apostels Paulus (La mística del Apóstol Pablo, de 1930).
     
      M. Werner y F. Buri han desarrollado su propio pensamiento tomando como punto de partida la tesis escatológica. Martin Werner, en su obra Die Entstehung des christlichen Dogmas (El nacimiento del dogma cristiano, de 1941) explica la génesis del dogma cristiano como consecuencia del desengaño que la comunidad sufrió en su esperanza de un próximo final del mundo. F. Buri comparte la tesis de la «esperanza no cumplida» y adopta una posición parecida a la de Bultmann (v.) o Jaspers (v.). Para Buri, el contenido de la teología se reduce a la fe como existencia referida a su origen trascendente. Sin embargo, critica la desmitologización (v.) de Bultmann, pues, según Buri, el hombre sólo puede pensar sobre la realidad trascendente de Dios con categorías sacadas de la esfera de los objetos, sólo puede hablar de lo no mundano con imágenes mundanas o, adoptando la forma de expresión de Bultmann, mediante una representación u objetivación mítica de lo divino.
     
      Valoración crítica. La escuela escatológica protestante resalta unilateralmente un conjunto de textos neotestamentarios. Éstos tienen su importancia y no es fácil su explicación. Sin embargo, esos textos deben ser interpretados dentro del contexto general del N. T., donde se habla repetidamente de la presencia del Reino de Dios (v.) en medio de la historia, del germen que ha de desarrollarse paulatinamente e, incluso, de que el momento del final de los tiempos es totalmente desconocido. Ni la interpretación meramente futura ni la puramente intramundana del Reino de Dios responde plenamente al contenido del N. T. Sólo la concepción según la cual Cristo anunció el reino consumado del espíritu; que está por encima de todas las fronteras temporales, pero que entra parcialmente en la historia e incluso evoluciona en medio de ella, puede sintetizar los escritos del N. T. e interpretar el evangelio de un modo racionalmente aceptable.
     
      Refiriéndonos no ya al tema concreto de la escatología (v.), sino, más ampliamente, a los presupuestos generales de la escuela, se puede señalar que si bien reaccionan frente a la exégesis liberal y a su reducción ético-humanitaria de Cristo, -proclamando la dimensión escatológica, están en cambio en continuidad con la teología liberal por lo que se refiere a la actitud de fondo. En otras palabras, continúan situados bajo el influjo del racionalismo (v.) y de sus derivaciones exegético-teológicas; de ahí que caigan en un reduccionismo de otro signo, pero también radical, y desconozcan o nieguen la divinidad de Cristo, intenten explicar la historia del cristianismo primitivo con criterios exclusiva o predominantemente psicológicos, etc.
     
      V. t.: ESCATOLOGÍA; PARUSIA; MUNDO III, 2; PROTESTANTISMO II, 4; REINO DE DIOS.
     

BIBL.: F. HOLMSTRÖM, Das eschatologische Denken der Gegenwart, Gütersloh 1936; F. BURI, Die Bedeutung der neutestamentlichen Eschatologie für die neuere protestantische Theologie, Zurich 1935; M. STREGE, Das Eschaton als gestaltenden Kraft in der Theologie, Stuttgart 1955; W. MICHAELIS, Der Herr verzieht nicht die Verheissung, Berna 1942 (crítica del escatologismo); H. SCHUSTER, Die konsequente Eschatologie in der Interpretation des Neuen Testaments, kritisch betrachtet, «Zeitschrift für neutestamentliche Wisenschaft», 47 (1956) 1-25; O. CULLMANN, Parusieverzágerung und Uhrchristentum. Der gegenwürtige Stand der Disskussion, «Theologische Literaturzeitung» 83 (1958) 1958; R. GABÁS, Escatología protestante en la actualidad, Vitoria 1964.

 

RAÚL GABAS.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991