EDUCACIÓN PREESCOLAR


Concepto. Rehusamos enfrentarnos con el pleito de si la denominación de e. preescolar es más o menos acertada que otras, p. ej., la de preprimaria, y entendemos por tal concepto aquel tipo de e. que pueden recibir los niños durante los seis primeros años de su vida. Son unos años In los que el niño lo que más necesita es la vida familiar, pero distintas circunstancias hacen que acuda a centros de e. en los que inicia sus contactos sociales y, a veces, también intelectuales y culturales. Psicológicamente, este periodo de e. preescolar coincide con las llamadas primera y segunda infancias (v. INFANCIA). Es el momento en que el niño llega a un desarrollo de los sentidos, motor y del lenguaje que le permiten cierta autonomía y le posibilitan para comunicarse, siquiera sea elementalmente, con los demás. Esta necesidad de vida en familia obliga a disponer este tipo de e. con una decidida tendencia hacia lo que aporte sensación de hogar y cuidados maternales. La e. preescolar supone el tránsito entre la familia (v.) y la escuela (v.). Los cuidados han de ser especiales, pues los niños no se adaptan fácilmente a los cambios, y si éstos son demasiado bruscos pueden ocasionar problemas con malas consecuencias. La disciplina, p. ej., no será nunca demasiado rigurosa, pues así solamente sembraríamos hostilidad en los pequeños educandos.
     
      Las instituciones docentes de este tipo varían ampliamente: en España existen las escuelas maternales (de 2 a 4 años) y las. escuelas de párvulos (de 4 a 6 años). En otros países tienen parecidas denominaciones; así, en Alemania, kindergarten; en Italia, case dei bambini; en Francia écoles enfantines; en Inglaterra, nursery schools; en Argentina jardines de infantes; etc. En cuanto a la actividad educativa que en estas instituciones se desarrolla, hoy podemos decir que casi se ha unificado en todas las partes del mundo; poco más o menos concuerdan en estos puntos: a) importancia dada al juego como centro de las demás actividades; b) selección de hábitos, para que el niño se dirija hacia lo que más le va a interesar posteriormente, tanto en el orden cultural como en su misma vida; c) constante preocupación por su adaptación social y sentimental; d) favorecimiento de las posibilidades y actitudes de captación del mundo que le rodea.
     
      Contenidos educativos. Tres importantes actividades psíquicas de los niños en esta edad (la imitación, la observación y la curiosidad), constituyen el fundamento de cualquier contenido que queramos inculcar en este tipo de educandos. Las metas que debe proponerse la e. de párvulos, según una investigación realizada por la Oficina de Educación de EE.UU., son las siguientes: 1) Preparación para la vida. Tal preparación implica: a) la actividad sistemática contra el estatismo, la quietud y la pasividad; b) la sociabilidad, el contacto con los demás, la cohesión y unión con el grupo de que se forma parte, en oposición a la soledad, el retraimiento y el aislamiento; c) la perfecta comunicación, con la eliminación del mutismo, la melancolía y el silencio morboso. 2) Encauzamiento de las emociones. Hay que enderezar las de carácter negativo, a saber: el miedo, la ira, los celos y la envidia. 3) Dominio de ciertas tendencias. Fundamentalmente de las tendencias a la destrucción y a la fabulación, evitando que puedan degenerar en desorden y mentira, respectivamente. 4) Formación: a) intelectual, iniciación a la lectura, escritura y cálculo, junto con el aumento de vocabulario; b) estética; c) religiosa (cfr. Diccionario de Pedagogía, Barcelona 1964, 692). Respecto a estos contenidos de la e. preescolar surge la cuestión de si es la instrucción un propósito muy importante; si basta con los fundamentos señalados por la Oficina de Educación de EE. UU. o hay que enseñar otras cosas. A esto responde J. Zanotti: «La finalidad del jardín de infantes no tiene nada que ver con' la enseñanza o la instrucción. No se deben impartir conocimientos; su misión es otra... » (Política educacional, Buenos Aires 1959). Sin embargo, los conocimientos se imparten en casi todos estos centros intentando acelerar, ya en tan corta edad, el ritmo considerado normal en el desarrollo psicológico. En este campo de las adquisiciones creemos que la más justificada es la relativa al lenguaje. Ya en esta edad debe adquirirse un vocabulario capaz de facilitar la comunicación con las personas que conviven con el párvulo.
     
      Métodos educativos. No es nada fácil buscar métodos adecuados para las características de este educando tan singular. En este periodo debe también incluirse todo lo concerniente al desarrollo de las facultades que más tarde van a ser utilizadas. Podemos referirnos a varias vías metodológicas que se han empleado en esta e.: a) Vía psicológica, empleada por autores que se apoyaron principalmente en la Psicología experimental. Por medio de detenidos análisis de la Psicología infantil, deduce esta vía las normas de su método. b) Vía histórica, por la que se repasan los procedimientos empleados en otros tiempos y lugares y se opta por los más apropiados en cada caso. c) Vía experimental, que utiliza aquellas técnicas empíricas de más valor para la dirección de su actividad.
     
      Pero creemos que en la e. preescolar, más que hablar de métodos educativos, conviene hablar de medios educativos por ser más asequibles a este tipo de e. Al ser tal la plasticidad del niño frente al mundo, puede afirmarse que todo o casi todo lo que tiene cerca repercute en él de alguna manera. Hay ciertas cosas que le forman de un modo más intenso, como los juegos educativos, las actividades prácticas, las actividades artísticas, el lenguaje, el contacto con la Naturaleza, etc. De entre todas, destacamos los juegos, que están presentes en cualquier actuación del pequeño. Si acertamos a infundirle la instrucción y la e. por este medio, obtendremos, sin duda, muy buenos resultados.
     
      Estado actual de la educación preescolar en el mundo. La e. preescolar se encuentra en estos momentos en pleno desarrollo en la mayor parte de los países. No hay que confundir, naturalmente, las instituciones escolares de carácter pedagógico con aquellas otras que pretenden la protección de la infancia en todas o algunas de sus facetas. Diversos cuestionarios se han formulado a los ministerios de Instrucción Pública de numerosos países sobre estos aspectos referentes a las escuelas de niños en edad preescolar: administración y organización, programas, métodos, horarios y personal. Por las respuestas obtenidas se sabe que la e. preescolar está organizada en casi todos ellos. En algunos, como Francia, hace más de un siglo que se incluyó en su legislación escolar; otros, como Canadá, India y Chile, hace muy pocos años que organizaron esta e. Normalmente, los niños no son admitidos hasta que cumplen dos años; en EE. UU. empero, las nursery schools reciben niños de 18 meses. El caso de España (escuelas maternales que preceden a las de párvulos) se repite en otras naciones como Bulgaria y Rumania. En todos los países, cosa muy lógica, la e. preescolar es voluntaria; en Dinamarca, por una ley de previsión social, se obliga a ciertos padres a enviar a sus hijos a estas instituciones.
     
      La creación, organización y entretenimiento de las clases de e. preescolar suelen correr a cargo de los poderes públicos, o de entidades privadas frecuentemente subvencionadas por aquéllos. En Francia, la organización la lleva el Estado, pero los gastos van igualmente por su cuenta y por la de los municipios. La dirección y el profesorado, generalmente, son ejercidos por maestras especializadas. En cuanto al número de alumnos, no suele pasar de 30 en cada clase.
     
      V. t.: INFANCIA II; FAMILIA III.
     
     

BIBL.: CH. BÜHLER y OTROS, El problema de la infancia y el maestro, Buenos Aires 1952; A. GESELL, El niño de cinco a diez años, Buenos Aires 1954; ÍD, El niño de uno a cuatro años, Buenos Aires 1967; A. MEDINA DE LA FUENTE, Educación de párvulos, Barcelona 1958; C. RILEY, F. EPPS, Asistencia al niño preescolar, Buenos Aires 1970; M. HORACIO SOLARI, Política educacional argentina, cap. VIII: Educación preescolar, Buenos Aires 1954; R. TITONE, Aspectos generales del desarrollo lingüístico del preadolescente, «Rev. Española de Pedagogía» 82, Madrid 1963, 17 ss.; C. GUILLÉN DE REZZANO, Los jardines de infantes, Buenos Aires 1946; E. IOUHY, L'éducation sociale en maisons d'enfants, «Enfance» 5 (1949); VARIOS, Educación de párvulos, «Bordón» 43, Madrid 1954 (con extensa bibl. en p. 243).

 

D. DEL RÍO SADORNIL.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991