DARWIN Y DARWINISMO


Biografía. Charles Robert D. n. el 12 feb. 1809 en Shrewsbury, al oeste de Inglaterra. Fue el sexto hijo de una familia de ocho. Su padre, Robert Waring D., era médico e hijo, a su vez, del médico y filósofo natural Erasmus D. (1731-1802), personaje interesante y polifacético, considerado como uno de los precursores de la obra de Charles D. Su madre, Susannah Wedgwood, era hija de Josiah Wedgwood, importante industrial ceramista, amigo íntimo de Erasmus D., con quien compartía sus opiniones y teorías filosóficas, sociales y biológicas.
     
      Los primeros estudios los realizó D. en la escuela local, donde permaneció desde 1817 hasta 1825, pero los primeros rudimentos de instrucción los recibió de su hermana mayor Caroline. Parece que, en esta época, ya apuntó D. su afición al coleccionismo y el gusto por la Historia Natural. Hacia los 15 años extendió su afición a la Química- y ayudaba a su hermano Erasmus a realizar experimentos en un laboratorio improvisado en el jardín. Durante estos años se apasiona por la lectura, desde los libros sobre la Naturaleza hasta las Odas de Horacio o los dramas de Shakespeare, sin desdeñar la Música y las Artes.
     
      En octubre de 1825, su padre decidió que Charles estudiase Medicina, matriculándose en la Univ. de Edimburgo. Sus estudios médicos no fueron muy brillantes y especialmente rehuyó las clases de Anatomía; esto fue un factor negativo en su obra posterior, lo que él mismo reconoció en varias ocasiones como «una de las mayores desgracias» de su vida.
     
      Su falta de entusiasmo por la Medicina la compensó con creces por su afición a la Zoología y la Geología, aunque igualmente en estas ciencias el joven D. tuvo una gran decepción por el carácter anquilosado de la Univ.
      de Edimburgo a principios del s. xtx, dominada por un estamento totalmente inmovilista.
     
      Cuando su padre estuvo convencido de que no seguiría la Medicina, propuso a Charles que pensara en la carrera eclesiástica. Para ello se trasladó a Cambridge, donde permaneció tres años alcanzando el grado de bachiller en Artes y sin que llegase nunca a ejercer como pastor. Durante su estancia en la Univ. de Cambridge, pasó buena parte de su tiempo dedicado al deporte, la caza y la colección de plantas e insectos, interesándose especialmente por la Geología, acompañando en varias expediciones al profesor Adam Sedgwick (1785-1873). Durante este periodo publicó sus primeros trabajos como naturalista, alguno de cierto interés.
     
      Por entonces se produjo el gran acontecimiento en la vida de D. Gracias a un amigo le ofrecieron un puesto de naturalista en la expedición del Beagle, que bajo el mando del capitán Fitzroy se disponía a realizar un viaje científico alrededor del mundo, que duró cinco años y que ha sido uno de los más célebres en la historia de los viajes científicos. Durante el mismo tuvo que ocuparse de diversas ramas de las ciencias naturales, trabajando con celo y enviando a Inglaterra notas y colecciones desde las distintas escalas del viaje. Especialmente las geológicas fueron consideradas como muy valiosas, mereciendo un juicio de menor valor las botánicas y zoológicas. Durante la expedición padeció un mareo incurable que dañó su salud definitivamente.
     
      A su vuelta a Inglaterra (2 oct. 1836), dedicó varios años a ordenar el material recogido y a elaborar las ideas que habían nacido en su mente durante el viaje. En 1839 contrajo matrimonio con su prima Hannah Wedgwood, con lo que al unir la dote de ella a su propio patrimonio le permitió llevar el resto de su vida la tranquila profesión de investigador privado, única por otra parte compatible con su estado de salud, ya precaria.
     
      Durante su viaje en el Beagle, Charles D. fue cobrando notoria fama como naturalista; sus cartas fueron leídas por su amigo Henslow en la Philosophical Society de Cambridge y difundidas posteriormente en forma impresa. También sus colecciones de fósiles causaron sensación en el mundo científico. Por todo ello, el año 1839 fue elegido miembro de la Royal Society de Londres. Ese mismo año presenta para D. la culminación de su pensamiento en la elaboración de su teoría sobre el origen y evolución de las especies. Sin embargo, su obra fundamental sobre la misma la publicó en 1859.
     
      A raíz de su matrimonio D. se estableció en Londres, desarrollando durante cierto tiempo una vida muy activa, participando en sociedades culturales y debates científicos, cultivando la amistad de numerosas personalidades del mundo intelectual de la época, como Humboldt (v.), el botánico Robert Brown, el filósofo Herbert Spencer (v.) y especialmente el geólogo Charles Lyell (v.), a quien siempre consideró el mayor de sus maestros. Un acontecimiento vino a cambiar definitivamente el rumbo de su vida. Su estado de salud empeoró y abandonó definitivamente la capital para instalarse en Downe, pueblecito de Kent, a unos 30 Km. de Londres. Allí en su casa de campo, Down House, pasó el resto de sus días con pocas salidas debidas a su estado de salud o a la imprescindible atención de sus asuntos privados. Prácticamente, desde 1842 hasta su muerte (1882) su vida fue en extremo metódica, dedicado a sus trabajos de investigación, que alternaba con la lectura, la música y breves paseos.
     
      Sobre la enfermedad que le aquejó durante gran parte de su vida, las opiniones más autorizadas juzgan que se trataba de una tripanosomiasis, la llamada enfermedad de Chagas, descubierta en 1909, y que era, por consiguiente, desconocida en vida de D. Pudo contraer esta enfermedad durante su viaje en el Beagle, en sus excursiones por la pampa argentina. El resultado fue que la vida de D. cambió profundamente. En su casa de Downe m. el 19 ab. 1882, siendo enterrado en la Abadía de Westminster, junto al sepulcro de Newton.
     
      D. puede ser considerado más como el último gran naturalista clásico que como un biólogo en el sentido moderno. Aparte de sus conocimientos en Geología, no pasaba de ser un buen sistemático, siendo muy limitados o carentes de profundidad y especialización sus conocimientos en otras ramas de las ciencias biológicas. Por ello, su obra adolece de lagunas importantes y sus especulaciones resultan, en ocasiones, con escaso fundamento; pero fue un observador fino y minucioso, extrayendo de sus múltiples observaciones consecuencias muy agudas.
     
      Obra. La obra de D. no es muy abundante, destacando la más universalmente conocida, On the origin o f species by means of natural selection, publicada en 1859, siendo agotados el mismo día de su aparición los 1.250 ejemplares de la primera edición. De esta obra se hicieron hasta seis ediciones desde 1859 a 1872, constituyendo una revolución biológica, abriendo una nueva etapa de diversos estudios e hipótesis en la Biología moderna y siendo la base sobre la que se ha asentado el llamado «darwinismo», que ha llegado a ser, erróneamente, identificado con evolucionismo.
     
      En relación con ello están The foundation of the origin of species, ensayos escritos entre 1842 y 1844 y en los que se apunta un esquema de su pensamiento ampliado en el Origen de las especies. The variation of animals and plants under domestication, 1868, en dos volúmenes, trata fundamentalmente de relacionar la variación de las especies mediante un selección de caracteres artificialmente dirigida por el hombre, con la selección natural que, según él, realiza de un modo casual la Naturaleza. Finalmente, en The descent of man and selection in relation to sex, 1871, aborda por vez primera el problema de la aparición del hombre y la formación de las razas humanas, según sus teorías acerca del mecanismo de aparición y variación de las restantes especies biológicas.
     
      Son muy notables sus obras geológicas, especialmente The structure and distribution of coral reefs, 1842, en la que expuso su teoría sobre la formación de los arrecifes coralinos (v. CORALES ti), especialmente los atolones del Pacífico que ha llegado hasta nuestros días con cierta vigencia. Otras importantes obras geológicas son: Geological observations of the colvanic islands y Geological observations on South América, que fueron escritas como consecuencia de su viaje en el Beagle.
     
      D. fue un notable botánico, realizando la mayor parte de su obra en esta ciencia en la última parte de su vida. Su hijo Francis, colaborador suyo en algunas obras botánicas, dice que la obra de su padre en este campo comprende una parte relacionada con la evolución, fundamentalmente especulativa, y otra parte que puede encuadrarse en la Fisiología vegetal y que es principalmente experimental. Sin embargo, toda su obra estará girando alrededor de su teoría central sobre la evolución. Las obras botánicas más importantes son: On the various contrivances by which British and foreign orchids are fertilized by insects, 1862; The insectivorous plants, 1875; The effects of cross and self fertilization in the vegetable kingdom, 1876, y The different forros of flowers in plants of, the same species, 1877. Por su obra botánica fue elegido miembro correspondiente de la Acad. Francesa, en la sección botánica, cuidándose de no hacer constar como meritoria su obra sobre la evolución.
     
      Finalmente, D. publicó algunos trabajos muy notables sobre Zoología. Especialmente se preocupó de los cirríped¢s (v. CRUSTÁCEOS), estableciendo la clasificación de la s1clase Cirripedia, estudiando las formas vivientes y relacionándolas con las especies fósiles. También debe destairarse su trabajo sobre la acción de las lombrices de tierra en la formación de los suelos vegetales. The formation of vegetable mould through the action of worms with observation on their habits, 1881, es la obra que bien puede ser considerada como el estudio de un problema ecológico de importancia fundamental.
     
      Darwinismo. Es la doctrina sobre la evolución biológica contenida especialmente en el Origen de las especies, expuesta por D. y defendida por sus seguidores.
     
      Durante su viaje en el Beagle, en su estancia en las Islas Galápagos, D. observó las diferencias que existían entre especies animales de islas próximas, pero separadas suficientemente, así como las relaciones existentes entre las especies de las islas y las del continente. También observó las semejanzas entré especies vivientes y extinguidas de América del Sur. Estas variaciones determinaban, según D., que las especies se habrían formado por una «selección natural» de las mismas, abandonando la creencia, hasta entonces vigente, de que las especies biológicas habían sido creadas, cada una, directamente por Dios.
     
      Para D., las especies variaban evolutivamente y las variaciones se seleccionaban de manera que llegaban a formarse nuevas especies. Así, a lo largo de los tiempos geológicos se habrían originado todas las especies (v.) incluso el hombre. Únicamente faltaba explicar cuál podía ser el mecanismo de la evolución. Para Lamarck (v.) las modificaciones en las especies se debían a la influencia de los factores ambientales externos, mediante la tan controvertida teoría de los caracteres adquiridos y transmitidos hereditariamente. Para D., opuesto a Lamarck, la causa de la selección natural debía ser intrínseca a los seres vivos, el mecanismo evolutivo debía estar en ellos mismos.
     
      En 1838 D. leyó la famosa obra de Malthus (v.) sobre los problemas de la población. Desde entonces, estuvo claro para él cuál era el mecanismo de la selección natural. Los seres vivos engendran descendientes más o menos diferentes a ellos; la vida, por tanto, está sometida a variaciones continuas, aunque débiles. Tales variaciones pueden ser ventajosas o no para los individuos que las portan. Además, los individuos se reproducen a una velocidad muy superior a la de los recursos de que dispone el conjunto de las especies. De aquí resulta -siempre según D.- una competencia o lucha por la existencia que únicamente permite sobrevivir a los más aptos. Cuando una variación favorece esa aptitud se produciría una selección de la misma, desapareciendo aquellas variaciones que no favorecen la aptitud y la supervivencia.
     
      Esta selección natural se acompañaría de una «selección sexual». Los machos luchan por la posesión de las hembras y los más fuertes, o mejor dotados, son los que perpetúan la especie, mientras que los más débiles no tendrán descendencia.
     
      D. completó este conjunto con una teoría genética para explicar el mecanismo de la herencia de tales caracteres y fue denominada por su autor pangénesis. Cada una de las células del organismo viviente produciría unas gémulas, pequeñas partículas materiales, que representan exactamente la célula madre. Estas gémulas se distribuirían por todo el organismo, y los gametos, como células sexuales, seleccionarían las gémulas y las transmitirían a la descendencia originando así las variaciones dentro de la especie. Tal teoría fue pronto abandonada por los seguidores de D. y murió definitivamente al conocerse las leyes sobre la herencia de Gregor Mendel (v.).
     
      En su teoría de la evolución, D. incluía también la aparición del hombre, tanto en el aspecto somático como en el espiritual con sus facultades intelectuales, morales y religiosas, que, según él, serían más complejas variaciones biológicas producidas por los mismos mecanismos orgánicos y que se conservarían por su utilidad. Esto implicaba la admisión de un monismo (v.) o materialismo (v.) para explicar toda la realidad, como el propugnado por algún ideólogo como Spencer y por otros darwinistas posteriores, que sobrepasan el- campo y posibilidades de la Biología. Quizá el mismo D. advirtió la inadmisibilidad de ese materialismo, o monismo, y de su explicación mecanicista, así como la imposibilidad de que lo propiamente humano o espiritual derive de lo biológico, ya que no llegó a definirse claramente en el terreno filosófico ni religioso.
     
      A partir de la publicación del Origen de las especies, la teoría de la evolución fue acogida con creciente interés por los biólogos. Especialmente fue compartida en el terreno filosófico por Spencer y en el biológico por Huxley y en particular por Haeckel (v.), quien realizó un intento de generalizar la teoría, muy radicalizada, al conjunto del Universo o de la realidad. Sin embargo, la explicación de una evolución mediante la selección natural no es nada convincente, y fue debatida desde el principio para ser finalmente abandonada; por otra parte, es imposible sostener el materialismo (v.) lo mismo que el mecanicismo (v.) generalizados para explicar toda la realidad.
     
      El darwinismo tuvo su momento de máximo esplendor entre 1870 y 1890, influyendo en el pensamiento biológico posterior. Después de un cierto eclipse, las teorías darwinistas volvieron a tomar actualidad, ahora unificadas con la Genética, llegándose a formular en 1930 por obra de Fisher, Wright y Haldane una «teoría genética de la selección natural» para explicar fenómenos evolutivos. Esta teoría dio origen a una etapa de signo darwinista, que se conoce hoy en el mundo de las ideas biológicas como neodarwinismo.
     
      V. t.: EVOLUCIÓN;ESPECIE;LAMARCK;FIlISMo.
     
     

BIBL.: BARNETT y OTROS, Un siglo después de Darwin, 1 y 2, Madrid 1966; G. DE BEER, Charles Darwin. Evolution by natural selection, Londres 1963; J. C. GREENE, Darwin and the modern world view, Louisiana State Universitv 1961; G. HIMMELFARB, Darwin and the darwinian revolution, Londres 1959; J. F. LEROY, Charles Darwin et la théorie moderne de 1'évolution, París 1966; J. RoSTAND, Charles Darwin, París 1957; H. VARIGNY, Charles Darwin, París 1889; G. WICHLER, Charles Darwin, the founder of the theory of evolution and natural selection, Nueva York 1961; P. GILSON, D'Aristote á Darwin... et retour, Essai sur quelques constantes de la biophilosophie, París 1971.

 

D. FERNÁNDEZ-GALIANO.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991