CUADRATO


Escritor cristiano del s. II, autor de una Apología. Datos biográficos. C. (Quadratus) es, sin duda, la transcripción de Kodrátos, citado numerosas veces en la Historia Eclesiástica de Eusebio; lo que sabemos de este apologista se debe precisamente a Eusebio de Cesarea (v.). En un pasaje de su Historia escribe: «Después del gobierno de Trajano, que duró veinte años menos seis meses, sucede en el Imperio Elio Adriano. A este Adriano le dirigió Cuadrato un discurso, consistente en una Apología que compuso en defensa de nuestra religión, porque algunos malvados trataban de molestar a los nuestros. Este escrito lo conservan todavía numerosos hermanos y nosotros poseemos también una copia y en él pueden verse brillantes pruebas del talento de Cuadrato y de su ortodoxia apostólica. Y él mismo afirma su antigüedad, como se infiere de estas palabras: `las obras, empero, de nuestro Salvador estuvieron siempre presentes, puesto que eran verdaderas; los que curó, los que resucitó de entre los muertos no fueron vistos solamente en el momento de ser curados y resucitados, sino que estuvieron siempre presentes y eso no solamente mientras el Salvador vivía aquí abajo, sino aún después de su muerte han sobrevivido mucho tiempo, de suerte que algunos de ellos han llegado hasta nuestros días'» (IV,3: PG 20,307308). El mismo Eusebio escribe también en su Crónica que el año noveno del reinado de Adriano (117138) C., discípulo de los Apóstoles (S. Jerónimo, en su traducción, le califica de «oyente» de los Apóstoles), y Arístides, filósofo ateniense, enviaron a este Emperador escritos apologéticos.
      Según estos datos, C. nació con toda verosimilitud en la segunda mitad del s. i. Resulta difícil probar su identidad con el profeta asiático y discípulo de los Apóstoles, mencionado por Eusebio en su Historia (111,37 y V,17: PG 20,291292 y 473474) y, por supuesto, nadie admite la identificación que S. Jerónimo hace de este apologista con el obispo C. de Atenas, que vivió durante el reinado de Marco Aurelio (De viris illustribus, 19: PL 23,669672; Epistolae, 70,4: PL 22,667). C. está considerado por varios autores como santo, probablemente mártir y discípulo de S. Ignacio de Antioquía.
      Obra. Hasta el descubrimiento del texto siriaco de la Apología de Arístides se fechaban las dos obras, la de C. y la de Arístides, en los a. 125126, en conformidad a los datos que suministra la Crónica del historiador Eusebio. Hoy, la Apología de Arístides se fecha en el reinado de Antonino Pío (138161); se pensó que tal vez habría que aplicar un retraso parecido al escrito de C. Sin embargo, la mayoría de los historiadores y patrólogos no comparten esta opinión. Por una parte, Eusebio dice que tuvo en sus manos una copia de la Apología de C., mientras que de la obra de Arístides habla solamente por lo que ha oído; ello demuestra que escribe con conocimiento de causa sobre este asunto. Por otra parte, la frase citada de la Apología que habla de la supervivencia de testigos y sujetos de los milagros relatados en el Evangelio, sería sorprendente si el libro de C. hubiese sido escrito a mediados del s. II. Por ello parece lo más acertado fechar esta obra en la primera mitad del reinado de Adriano. Probablemente C. presentó su Apología al emperador Adriano durante la residencia de éste en Asia Menor, hacia los a. 123124 y no en Atenas, como dice S. Jerónimo. La fecha de composición tiene importancia para la historia de la literatura apologética (v.) cristiana, como hace notar Harnack.
      En cuanto al contenido, hasta el momento, y a pesar de los trabajos de J. R. Harris, no contamos más que con la media docena de líneas que nos ha salvado Eusebio de Cesarea. Los acontecimientos que narra la Apología de C. recuerdan un fragmento de Papías (v.), en el que éste afirma que algunas de las personas resucitadas por Jesús vivieron hasta el reinado de Adriano. Esto nos permite concluir que a finales del s. I y principios del s. II adquiere vigor, en Asia Menor, la argumentación apologética que se basa primordialmente en el testimonio directo y en los milagros, y que tiene su raíz en el evangelio de S. Juan.
      Hay que considerar definitivamente frustrado el intento de Harris de demostrar que en las homilías seudoclementinas y en la novela de Barlaam y Josafat se hallan otros fragmentos de la obra de C. No está demostrada la hipótesis de P. Andriessen según la cual la Apología de C. debe identificarse con la carta a Diogneto (v.).
     
      V. t.: APOLOGÉTICA II, 1.
     
     

BIBL.: E. AMANN, Quadratus, en DTC 13,14291431; T. ZAHN, Der álteste Apologete des Christentums, «Neue Kirchliche Zeitschrift» 2 (1891) 281287; A. HARNACK, Die Chronologie der altchristlichen Literatur, I, Leipzig 1897, 264271; O. BARDENHEWER, Geschichte der altkirlichen Literatur, I, Friburgo de Brisgovia 1902, 168171; 1. R. HARRIS, The Apology of Quadratus, «Expository Times» 32 (1921) 147160; G. BARDY, Sur l'apologiste Quadratus, «Annuaire de I'Institut de Philosophie et Histoire Orientale et Slave» 9 (1949) 7586.

 

S. AZNAR TELLO.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991