CASTRISMO
Con el nombre de c. se designa
la acción revolucionaria desarrollada en Cuba por Fidel Castro (v.) y
los movimientos más o menos inmediatamente inspirados en ella. Para
comprender el significado del c. es imprescindible considerar las raíces
del descontento económico-social que han convulsionado a los países
iberoamericanos a lo largo del s. XX. El desarrollo potencial industrial
norteamericano provocó su expansión en los países iberoamericanos, a los
que estimó como el más idóneo mercado consumidor, esencial para ampliar
el propio nivel de producción. Utilizando la inversión de capitales se
aprovechaba, además, la mano de obra local más barata que la
norteamericana, con lo que se redujo el índice de costos. Ello trajo un
aumento de la economía de los países iberoamericanos, pero también
desequilibrios y en ocasiones situaciones de explotación. No faltan
reacciones nacionalistas, que, hasta 1932, son silenciadas de uno u otro
modo, bien utilizando la fuerza armada, o con medidas económicas
encaminadas a proteger los derechos de los norteamericanos. La política
del New Deal verificó un saludable cambio en las relaciones
interamericanas. Fue esta nueva doctrina, eventualmente, el sostén en
Cuba del ex sargento Fulgencio Batista (v.), quien al frente de la
revolución de 1933 sembró ilusiones en el pueblo, en el júbilo de la
ciudadanía que creía en el nacionalismo democrático y en la austeridad
administrativa, pero que al hacerse cargo del poder habría de defraudar
a quienes en él confiaron, ya que abandonó sus afirmaciones
nacionalistas y facilitó la inversión extranjera y el influjo
norteamericano en el país. Derrocado en 1944, volvió, por la fuerza, el
10 mar. 1952 a reconquistar el poder.
La rebelión revolucionaria que encabezó Fidel Castro (v.) no
enarboló la bandera del hambre ni la de la injusticia social, porque la
situación económica cubana era envidiable y el nivel de vida de la masa
trabajadora había aumentado en proporción nunca conocida en el país. La
revolución es hecha no tanto alegando factores económicos (aunque se
insiste en que el campesinado está cortado del resto del país), cuanto
desde una perspectiva libertaria: es decir, afirmando que se quería
acabar con la dictadura y devolver al país las libertades
constitucionales. Con su triunfo en 1959 Fidel Castro inicia una
política radical de signo marXIsta-leninista, que en un primer momento
había sido disimulada con el fin de conseguir para la revolución el
apoyo de todos los que estaban contra Batista, según reconoció el propio
Castro, el 2 dic. 1961, en el discurso que pronunció en la Univ. de La
Habana.
El c. representa una versión del marXIsmo-leninismo en el que se
subraya la praXIs guerrillera como vía de acción. Asentado en Cuba
tendió a expandirse. Ejemplo de ello fue la inmediata intensificación de
las guerrillas en Colombia, Guatemala, Perú, Bolivia y Venezuela y
movimientos subversivos en la mayoría de los países americanos.
El c. toma su nombre del propio Fidel Castro, como creador de una
doctrina política, que se presenta como movimiento de masas bajo el
prisma antiimperialista desde un prisma radicalmente socialista.
Antiimperialismo es, en este caso, sinónimo de antinorteamericano. De
ahí su poder de sugestión para los restantes países americanos. Siendo
un sentimiento profundo de parte de las jóvenes generaciones de
Hispanoamérica el del fervor patriótico, era lógico que el c. matizara
su contenido ideológico tal como ha sido definido por Régis Debray, en
su obra El castrismo: La larga marcha de la América Latina, como un
nacionalismo revolucionario. Y es este sentido nacionalista el que da su
verdadero significado de proyección hacia el resto del continente
americano y en donde la raíz del enfrentamiento generacional encontraba
eco. De todas formas hay que señalar que, después de un momento de
efervescencia, que se sitúa en la primera parte de la década de los 60,
el eco suscitado por el c. tiende a disminuir, incluso entre los grupos
de izquierda revolucionaria.
L. MENDIZÁBAL OSES.
BIBL.: R. DUMONT, Cuba, socialisme et développement, París 1964; 1. ARNAULT, Cuba et le marXIsme, París 1963; y la citada en CASTRO, FIDEL.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991