Célebre obispo de Meaux. El más destacado orador sagrado del s. XVII.
Hombre de gran talento y cultura teológica, fue en su tiempo, como Fénelon,
muy escuchado en toda Francia. Brillante y agudo polemista, publicó
numerosos escritos rebatiendo los errores del protestantismo, el
jansenismo y el quietismo, lacras del cristianismo de aquellos días en
Francia. De gran capacidad para el trabajo, desplegó una actividad
múltiple e infatigable. Sus obras son numerosas. Fue un hombre de virtudes
sólidas y de un ardiente celo apostólico. Su personalidad es polifacética:
teólogo, hombre de letras, director espiritual, cortesano de Luis XIV;
pero la faceta que más destaca en él es, sin duda, la de orador sagrado.
Es el auténtico príncipe de la oratoria de su época, comparable a los
grandes oradores de la antigüedad clásica. Su estilo está lleno de
originalidad, de profundidad; su lenguaje es preciso y transparente,
cargado de fuerza, de viveza, de lirismo; su exposición, genial y sin
artificios retóricos. Doctrinalmente se le acusa de defectos de
galicanismo.
Itinerario biográfico. Primeros años y estudios. N. en Dijon el 27
sept. 1627 y m. el 12 abr. 1704 en Meaux. A los ocho años recibe la
tonsura clerical y a los 13 es promovido canónigo de Metz. Hace sus
estudios en el colegio de los jesuitas de Godrans. Su infatigable
aplicación le granjea el sobrenombre de bos suetus aratro (buey
acostumbrado al arado). De 1642 a 1652 continúa sus estudios en el Colegio
de Navarra de París, donde cursa Filosofía y Teología. El 24 en. 1648
defiende su tesis de filosofía. El 21 de septiembre es ordenado subdiácono
en Langres y un año después, diácono en Metz. El 6 feb. 1652 recibe la
licenciatura en Teología. El 16 de marzo de este año accede al
presbiterado y el 9 de abril recibe la birreta de Doctor.
Primeras actividades apostólicas. A los 22 años, mientras se prepara
al subdiaconado, escribe su primera obra, Meditación sobre la brevedad de
la vida, llena de madurez y espíritu de fe. En París conoce a S. Vicente
de Paúl, que le prepara a la ordenación sacerdotal. Después de ésta,
marcha a Metz, donde disfruta su canonjía. En 1652 es arcediano de
Sarrebourg y en 1654 de Metz. En 1655 publica la Refutación del Catecismo
de Paul Ferri, primera de sus obras de controversia. En 1659 fija su
residencia en París. Sin embargo, vuelve de cuando en cuando a Metz. Estos
años de París (hasta 1671) marcan el cenit de su vida de predicador. Entre
sus obras maestras de oratoria, merecen destacarse los dos sermones
apologéticos Sobre la providencia ( 1662) y Sobre la divinidad de la
Religión (1665). En varias ocasiones predica en la corte los sermones de
Adviento y Cuaresma.
Obispo de Condom y preceptor del Delfín de Francia. Promovido en
1669 al obispado de Condom, es consagrado el 21 sept. 1670 en Pontoise. En
el intervalo entre su nombramiento y consagración, Luis XIV le nombra
preceptor del Delfín. No tomará jamás posesión de su pequeña diócesis de
Condom. El 31 oct. 1671 presenta su dimisión, por incompatibilidad con sus
ocupaciones de preceptor. El rey le confiere el priorato de S. Esteban de
Plessis-Grimault y la abadía de S. Luciano de Beauvais. Se dedica de lleno
a la formación del príncipe. Pero antes de comenzar su función de
preceptor, entra en la Acad. Francesa. Durante esta época, desarrolla en
medio de la corte un apostolado valiente y lleno de discreción y espíritu
sacerdotal: habla y escribe con libertad al rey, recordándole sus deberes;
logra la conversión de Luisa de La Valliere, etc. y aún encuentra tiempo
para estudiar, predicar, pronunciar conferencias, hacer círculos de
estudios con los hombres cultos de su tiempo: Fénelon, Mabillon, Huet,
Renaudot, Gallois y otros. Además entabla una controversia con los
protestantes y publica Exposición de la Doctrina Católica sobre las
cuestiones en controversia (1671), Advertencia para la segunda edición de
esta obra, Conferencia con Claudio, Tratado de la Comunión bajo las dos
especies, Defensa de la tradición sobre la Comunión bajo una sola especie.
En 1678 emprende otra nueva polémica, esta vez con el oratoriano Richard
Simon sobre cuestiones bíblicas. B. defiende a capa y espada las
interpretaciones tradicionales de la Iglesia. El matrimonio del Delfín con
la princesa María Cristina de Baviera le descarga de sus funciones de
preceptor.
Obispo de Meaux y muerte. El 2 mayo 1681 es nombrado obispo de
Meaux. Toma posesión el 17 feb. 1682. Desempeña con celo infatigable sus
funciones de pastor, interviene en la Asamblea del Clero de Francia, en la
que lee su discurso de los Cuatro Artículos sobre la cuestión de las
regalías, para tratar de solucionar el conflicto entre Inocencio XI y Luis
XIV. Intentando buscar una línea media conciliadora, se inclina por el
galicanismo; dejando en la oscuridad la infalibilidad del Romano
Pontífice, en realidad la niega, aunque defiende la indefectibilidad de la
Santa Sede. Sigue luchando incansablemente contra el protestantismo, el
quietismo y el jansenismo. En medio de sus cargas pastorales, siempre
encuentra tiempo y clarividencia de espíritu para escribir. Despliega todo
su celo apostólico en la administración de su diócesis. En 1687, publica
un triple catecismo: uno para principiantes, otro más desarrollado y el
Catecismo de las fiestas y otras solemnidades y observancias de la
Iglesia, al cual añade en 1689 un pequeño breviario de Oraciones
eclesiásticas. De esta época es famosa la lucha con la abadesa de Jouarre,
Enriqueta de Lorraine, y su sucesora, Ana-Margarita de Rohan-Sou- bise. El
monasterio era un foco de desórdenes, y se propuso implantar una reforma.
Para conseguir sus fines, emplea todos los medios, incluso apelar al
Parlamento de París «contra el abuso de una bula de hace 500 años». En
1699 había vencido una enfermedad que se reproduce en 1703. Los cirujanos
no se atreven a intervenir a un anciano de 76 años. M. el 12 abr. 1704 en
plena actividad, soportando con enérgica serenidad sus dolores.
Doctrina y fuentes. Se puede afirmar que B. ha tocado a lo largo de
su fecunda producción todo el acervo de verdades del Credo de la Iglesia.
Sin embargo, el medio ambiente le obligó a insistir con más frecuencia en
los temas debatidos por los errores jansenistas y quietistas; no supo
librarse de los errores galicanos, su eclesiología resulta insuficiente
cuando no errónea, extremo en el que incidió menos su contemporáneo
Fénelon. Sus dos grandes principios son: la soberanía de Dios y su
Providencia. Frente al jansenismo insistirá en los sacramentos y en su
gran tema de predicación: el amor de Dios, que «es todo el cristianismo».
Ante el protestantismo expone una fe operante, traducida en dinamismo
espiritual. Sobre la oración es diametralmente antiquietista. Tiene la
convicción de que los estados de oración mística son extraordinarios,
raros. Rechaza la pasividad espiritual. Quiere una oración activa,
alimentada en la lectura espiritual, según la tradición de la Iglesia.
Sus fuentes principales (al principio, casi exclusivas) son la
Biblia y los Padres. Cuando surge la controversia con Fénelon, se
familiariza con otros autores ascéticos: Teresa de Jesús, Francisco de
Sales, S. Juan Clímaco, S. Bernardo, Gerson, Blosio, Kempis, Ruysbroeck,
Tauler, Suso y S. Catalina de Génova. Los teólogos que fundamentan su
doctrina son: Suárez, Vázquez, Thomassin, S. Tomás de Aquino y S.
Buenaventura.
BIBL. : Obras: E. N. GUILLAUME,
Oeuvres completes de Bossuet, 10 vol. Bar-Ie-Duc 1877; Oeuvres de Bossuet,
43 vol. Versalles 1815-19; P. LACHAT, Bossuet. Oeuvres completes, 31 vol.
París 1862-66; I. LEBARQ, Oeuvres Oratoires de Bossuet, París 1890-97 (reed.
crítica de URBAIN y LEVESQUE, 7 vols., París 1916-27; el vol. 7, con
índices de gran interés para estudiar su obra). Estudios: CARD. DE BAUSSET,
L'ifistoire de Bossuet, en Oeuvres Completes de Bossuet, vol. 30, París
1857; M. REAUME, Histoire de Jacques Bénigne Bossuet et de ses oeuvres, 3
vol. París 1869; A. FLOQUET, Études sur la vie de Bossuet de 1627 a 1670,
3 vol. París 1855; A. LARGENT, Bossuet, en DTC 2, 1049-1089; I. CAL- VET,
Bossuet, l'homme et l'oeuvre, 2 ed. París 1955; I. DEVROYE, Bossuet,
directeur d'ámes, Tournni 1957; I. TRUCHET, La Prédication de Bossuet,
París 1960; A. G. MARTIMORT, Le gallicanisme de Bossuet, París 1953.
CARLOS MARÍA LÓPEZ.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp,
1991
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