AUSTRIA (Üsterreich)
Historia de la Iglesia
1. Cristianización de Austria.
a) Provincias romanas. En los primeros decenios después de Cristo, la
zona de los Alpes orientales fue incorporada al Imperio romano. El
territorio de la A. de hoy comprendía parte de las provincias romanas de
Nórica, Panonia y Retia. El cristianismo se estableció en A. ya en el s.
II; probablemente lo introdujo la milicia romana. También en . esta
región, el cristianismo primitivo sufrió las persecuciones (S. Floriano
mártir), pero desde que el emperador Constantino (v.) proclamó el edicto
de tolerancia, el cristianismo pudo desarrollarse libremente en las
ciudades de las provincias del Danubio. A partir del s. IV se organizó
la jerarquía eclesiástica y nacieron algunas sedes episcopales
diseminadas por las comarcas, entre ellas Lauriacum (Lorch), Teurnia y
Virunum. Los centros de la vida eclesiástica fueron situados fuera de la
actual A., en Sirmio y en Aquilea.
b) Invasión de los bárbaros. En el curso de los s. IV y V, las
provincias romanas del Danubio fueron víctimas de tribus germanas
invasoras, tales como los ostrogodos arrianos, los alamanes,
longobardos, bávaros y francos (v. BÁRBAROS). La organización
eclesiástica ya establecida subsistió hasta la irrupción de los eslavos
y ávaros, pueblos paganos, a fines del s. VI. Mantúvose la continuidad
de las poblaciones cristianas en las turbulencias de la invasión,
habiéndose erigido gran número de iglesias encima de antiguos edificios
de culto. El Tirol retiano fue cristianizado entre los s. IV y VI, bajo
la dependencia de los obispados de Coira (Chur) y de Sabbio (Sáben). c)
Franconia. Para llevar el cristianismo a Franconia fueron evangelizados
los bávaros. La actividad misionera se desenvolvió primero en Salzburgo,
adonde llegaron los escotos (misioneros irlandeses) y monjes
anglosajones. Franconia fue misionada por los escotos desde finales del
s. VI. La Iglesia en aquella época fue una Iglesia monástica, cuya
actividad misionera se extendió, sobre todo, a los alamanes y a los
bávaros. El centro de la misión bávara alrededor del a. 700 fue Lorch,
residencia de los duques bávaros. En lo sucesivo, fueron éstos quienes
llevaron al éxito la labor cristianizadora, sirviéndose de los obispos
regionarios de Franconia, los cuales establecieron sedes episcopales en
Salzburgo (S. Ruperto), Ratisbona y Freising. Ruperto desarrolló sus
actividades (710-720) en Salzburgo, en donde fundó los monasterios de
San Pedro y Nonnberg, que son los más antiguos de A. y Alemania. En el
731 se fundó el obispado de Passau, el cual, al igual que Salzburgo,
ejerció poderosa influencia en la Iglesia de A. durante más de un
milenio. La definitiva constitución diocesana del territorio bávaro fue
creada por el anglosajón Bonifacio en el 739, reuniéndose los obispados
de Salzburgo, Passau, Ratisbona y Freising en una provincia eclesiástica
bávara la cual fue subordinada al mismo Bonifacio (v. BONIFACIO, SAN).
En la segunda mitad del s. VIII, la Iglesia de Salzburgo llevaba todavía
la estampa irlandesa, lo que al principio hizo difícil su incorporación
a la asociación provincial bávara, dando lugar entre otros al conflicto
entre el obispo salzburgués Virgilio y el legado misionero Bonifacio.
Virgilio consiguió la preponderancia de la Iglesia episcopal de
Salzburgo en Baviera, e inició la evangelización de los eslavos alpinos
a través de la Iglesia de Salzburgo en Carintia. En el 767 fue enviado
allí un obispo, dependiente del de Salzburgo, el cual edificó una
iglesia en María Saal, cerca de la residencia del duque eslavo. Éstos
fueron los comienzos de la evangelización en Carintia y Estiria.
Numerosas fundaciones monásticas llevadas a cabo por los duques bávaros
se remontan al s. VIII, tales como Mondsee (antes del 748), Kremsmünster
en el 777 y Mattsee en el 780.
Con la fundación del Imperio de Carlómagno (v.) empezaba la
organización definitiva de la jerarquía eclesiástica en la región de la
actual A., dentro del margen de la política imperial y eclesiástica de
los francos. Salzburgo fue la gran metrópoli de la Misión de Oriente
carolingia. A ruegos de Carlomagno, Amo fue nombrado obispo de Salzburgo
en el 785. Durante su gobierno, incorporóse Baviera al Imperio de los
francos, y Arno se hizo consejero y hombre de confianza del monarca. En
el 798, a ruegos del rey, el papa León III elevó la sede de Salzburgo a
obispado metropolitano de la provincia eclesiástica bávara al que fueron
subordinados los obispos sufragáneos de Sáben, Freising, Ratisbona y
Neoburgo del Danubio. Después de su campaña victoriosa contra los ávaros,
los carolingios comenzaron a misionar a los eslavos y a los ávaros al
SE, teniendo los metropolitanos de Salzburgo y de Aquilea un interés muy
especial en estas actividades misioneras, puesto que los nuevos
territorios lindaron con sus provincias. Asignóse a Salzburgo el
territorio entre los ríos RaabDanubio y Drave, y la región de Panonia
fue confiada al cabildo de María Saal. La misión de Bohemia fue llevada
a cabo a través del obispado de Ratisbona, y desde allí se fundó el
obispado de Praga en el 973. Moravia fue misionada desde Salzburgo, pero
el príncipe moravo anheló la independencia política y eclesiástica de
Franconia y llamó a los hermanos Cirilo y Metodio (v.) de Bizancio para
que predicaran el Evangelio en sus dominios. Ambos desarrollaban una
extensa misión eslava, lo que llevó al conflicto con el arzobispo de
Salzburgo (v. nioxavos).
Desde la época carolingia hasta principios del s. xv, la A.
occidental formaba parte de las diócesis de Coira, Constanza y Augsburgo,
las cuales, por su parte, pertenecían a la provincia eclesiástica de
Maguncia. La región central del Tirol pertenecía al obispado de
SabenBrixen; otros distritos tiroleses formaron parte de las diócesis de
Chiemsee, Freising y Trento. En las riberas del Danubio, la organización
eclesiástica se extendió en el curso del s. VIII; se construyeron
iglesias bautismales, y en las extensas propiedades de los señores
nacieron numerosas iglesias propias. De las iglesias bautismales
desarrolláronse las iglesias parroquiales (parroquias primitivas). El
territorio al este del río Enns era tierra colonizada y tuvo que
establecerse completamente de nuevo la organización eclesiástica,
debiéndose atribuir las fundaciones religiosas en primer lugar a los
propietarios de latifundios de aquel distrito. En el s. x, la comunidad
parroquial en estas tierras fue basada principalmente en los vastos
bienes de los obispados y monasterios bávaros. En Carintia, se había
establecido desde el s. ix una organización eclesiástica territorial a
través del obispado de María Saal (división fija en parroquias), el cual
fue subordinado al arzobispo de Salzburgo.
2. Extensión de la organización eclesiástica en la época de la
casa de Babenberg. Los magiares ya no fueron capaces de eliminar la
organización eclesiástica creada en tiempo de los carolingios y vencidos
aquéllos en Lechfeld (955), la Iglesia pudo recurrir a las fundaciones
establecidas durante la época carolingia. A orillas del Danubio se había
fundado la Marca Otónica que en el 979 cayó bajo la dependencia de los
Babenberg. Formaba parte de la diócesis de Passau y del metropolitano de
Salzburgo. El obispo de Passau, Pilgram, logró ordenar la situación
eclesiástica en la marca. A mediados del s. xii, la diócesis de Passau
tuvo una sólida organización parroquial, el rey y los señores
desempeñaron un papel integrante en la extensión de la misma. En tiempo
de la cuestión de las investiduras (v.), los obispos de Passau y de
Salzburgo fueron los principales partidarios del Papado reformado. El
obispo Altmann de Passau fue adversario del emperador Enrique IV. El
movimiento reformador que salió del monasterio de Cluny (v.) produjo
igualmente efectos decisivos en los monasterios austriacos, llevándose a
cabo innovaciones religiosas en Salzburgo (980), Kremsmiinster (1013 y
1050), Lambach, Admont y Melk. En 1133, el margrave Leopoldo III el
Santo estableció el cabildo de Klosterneuburg, contando entonces la
dinastía con dos monasterios propios, el de Klosterneuburg y el de Melk.
Fue Leopoldo III quien introdujo a los cistercienses (v.) en A.
3. Extensión del arzobispado de Salzburgo. Los arzobispos de esta
ciudad desempeñaron un papel importante en la política imperial durante
los s. x y xi, pudiendo agrandar continuamente sus bienes. Durante la
cuestión de las investiduras tomaron partido por Gregorio VII (v.). La
fundación de una serie de monasterios, como los de Ossiach, Gurk
(fundado por S. Emma antes de 1045), Millstadt, S. Lambrecht y S. Paul,
se debe a la iniciativa de las familias nobles de Carintia. En vista de
las dificultades que se presentaban al lejano arzobispado salzburgués en
la administración de una red densa de organizaciones eclesiásticas, en
1072 situó a un obispo en Gurk, reservándose el derecho del libre
nombramiento de éste. En el monasterio de Admont, fundado antes de 1074
y que dependía de Salzburgo, tomó pie en 1155 la reforma benedictina de
Hirsau que se extendió bajo el nombre de «reforma de Admont» en la misma
Salzburgo, Ossiach, S. Lambrecht, Góttweig y en algunas fundaciones
bávaras.
Los arzobispos salzburgueses en el s. XII fueron fieles
partidarios del Papado reformado, en favor del cual tomaron claramente
posición en contra del Emperador. El arzobispo Everardo II (120046)
tenía inclinaciones gibelinas (v. GÜELFOS Y GIBELINOS) y era partidario
del emperador Federico II (v.), que le otorgó la soberanía en 1220.
Everardo II fundó los obispados de Seckau en 1218 y Lavant en 1225,
ambos con el fin de contrarrestar las aspiraciones a la independencia
religiosa, por parte de los príncipes en el primer caso, y por parte de
los obispos de Gurk en el segundo. Al final del s. X, el obispado de
Sáben fue trasladado a Brixen, y en 1027 le fueron otorgados derechos
condales, lo que más tarde sirvió de base para la soberanía del Tirol.
En las controversias sobre las investiduras, Brixen tomó posición en
favor del rey (sínodo de Brixen en 1080). En 1138 el obispo de esta
ciudad fundó el cabildo premonstratense de Wilten. En 1179 el emperador
Federico Barbarroja concedió al obispo de Brixen la dignidad de la
soberanía imperial.
4. La Iglesia en la época de los primeros Habsburgo. Durante el
gobierno de Otocar, la Iglesia en A. llegó a tomar gran incremento,
siendo de máximo interés para el monarca y sus sucesores el fomento de
las órdenes mendicantes. El duque Rodolfo IV el Fundador anheló la
independencia eclesiástica para su dominio y pretendió la institución de
un obispado nacional austriaco. No logró realizar su deseo, pero en 1358
pudo establecer en Viena una cabildo de colegiata, exento de la
autoridad del obispo diocesano de Passau. El cabildo fue trasladado en
1365 a la recién construida iglesia de San Esteban en Viena. Los duques
austriacos consiguieron la realización de sus intereses políticos a
través de la Iglesia. Proclamáronse leyes por las que se limitaba la
amortización de bienes inmuebles, siendo necesario el permiso del
soberano para la adquisición de los mismos. Passau y Salzburgo
ejercieron derechos diocesanos en el conjunto de los territorios
ducales. En 1448 el emperador Federico III y el papa Nicolás V
convocaron el concordato de Viena (Aschaffenburgo), según el cual el
Emperador retiró su protección imperial al concilio de Basilea (v.) y en
recompensa de ello le fueron concedidos los derechos de nombramiento
para algunos obispados y otros privilegios referentes a la ocupación de
altos cargos eclesiásticos. Este contrato constituía la ley fundamental
para la política eclesiástica del Imperio y quedaría en vigor hasta .el
1803. En 1469 fundáronse los obispados de Viena y de Wiener Neustadt
dentro de la diócesis de Passau y del arzobispado de Salzburgo,
respectivamente.
5. Reforma protestante. A mediados del s. xvi, grandes partes de
A. se adhirieron al protestantismo, primero los nobles, seguidos por la
burguesía. El soberano católico no fue capaz de imponerse a los Estados
en su mayor parte protestantes, pues dependía de la aprobación de los
nobles para la recaudación de las contribuciones. El emperador Fernando
I (v.) en 1528 llevó a cabo una visita canónica e instituyó un tribunal
contra los herejes. Con el objeto de contrarrestar el serio peligro en
que se encontraba la Iglesia católica en A., debido a la gran extensión
del luteranismo, el Emperador llamó a los jesuitas a Viena. El general
de la orden, S. Ignacio de Loyola (v.), le envió algunos miembros de su
Compañía en 1541, y desde 1552 desarrolló sus actividades en Viena S.
Pedro Canisio (v.), consistiendo su labor principal en la enseñanza. El
emperador Maximiliano II (1564-76), aunque personalmente inclinado al
protestantismo, continuó abrazando el catolicismo, por sus pretensiones
al trono de España. A partir de 1580, la reacción católica iba tomando
pie poco a poco. Desempeñó un papel especial el obispo' Melchor Klese de
Viena, ya que logró la ocupación de las parroquias por sacerdotes
católicos y una radical reforma de la disciplina monástica. La dinastía
Habsburgo llevó a feliz término la contrarreforma política y religiosa
(batalla de la Montaña Blanca, 1620). El privilegio de la nobleza de
adherirse al luteranismo fue anulado y declarado delito de sublevación
(v. TREINTA AÑOS, GUERRA DE LOS).
La casa de Austria (v.) se hizo poder católico, dejando
sólidamente establecida la Iglesia en sus dominios. La dinastía ejerció
sus derechos sobre la Iglesia, evolución que coincidía coii la
institución del absolutismo de Esde Salzburgo. Después de la paz de
Westfalia, el Estado exigió la iuri circa sacra, o sea, el derecho de
ordenar los asuntos exteriores de la Iglesia: ius advocatiae, ius
inspiciendi cavendi, placetum regium, recursus ad abusus. Las ideas del
jansenista Zeger Bernard Van Espen (v.) empezaron a ejercer sus efectos
en A. ya en el s. XVIII, llevando poco a poco a la completa
subordinación de la Iglesia al Estado (v. JANSENIO Y JANSENISMO). Esta
evolución tuvo sus comienzos durante el reinada de la emperatriz María
Teresa (v.), la cual suprimió a los jesuitas en sus dominios y en su
corte pudo desarrollarse el jansenismo. Fue en primer lugar el canciller
de Estado Kaunitz el que implantó el sistema de someter la Iglesia al
Estado; Kaunitz fundó el josefinismo (v.), que tiene sus raíces en el
absolutismo. El canciller se ocupaba de las necesidades religiosas de
sus súbditos, a cuyo fin puso la Iglesia bajo la vigilancia del Estado.
La formación de los sacerdotes se llevó a cabo en seminarios generales
temporales. Motivo de estas reformas fue la creación de una Iglesia
nacional austriaca que fuese en lo posible independiente del Papa.
Dichas reformas fueron realizadas por la Geistliche Hofkommission
(Comisión Imperial de Estudios) creada en 1782 por el emperador José II
(1780-90), habiéndose promulgado más de 6.000 decretos. El papa Pío VI
(v.) quiso apartar al Emperador de su programa, pero sus advertencias
quedaron sin efecto, pese a que en 1782 el Papa llegó a visitar Viena.
En virtud de una disposición imperial, quedaron suprimidas en 1782
alrededor de 400 órdenes contemplativas, ya que su existencia no se
consideraba necesaria para el bien de todos. Sus bienes se aplicaron a
la formación de un capital (fondo religioso) para pagar a los sacerdotes
y cubrir los gastos de la Iglesia. Dicho capital seguía siendo propiedad
de la Iglesia, pero fue administrado por el Estado. Las nuevas
parroquias fueron dotadas de este fondo, lo que hizo posible un
agrandamiento generoso del sistema parroquial. También se efectuó una
nueva división de obispados: el de Wiener Neustadt se trasladó a S.
Pó1ten, y en la Alta A. se fundó la diócesis de Linz, en 1785,
incorporándose ambas diócesis al arzobispado de Viena. En la provincia
eclesiástica de Salzburgo se instituyeron dos obispados: el de
SeckauGraz y el de Leoben, en Estiria. En Carintia se mantuvieron los
obispados de Lavant y de Gurk Klagenfurt. En 1803, el principado
espiritual de Salzburgo fue sacrificado a las secularizaciones. La
región fue incorporada a A. en 1815 y en 1822 se reorganizaron las
condiciones diocesanas. Leopoldo II, hermano del emperador José II, m.
en 1790, anuló algunas reformas josefinas demasiado radicales, pero a
pesar de repetidos intentos conciliadores de parte de Metternich (v.),
no fue posible conseguir un verdadero cambio de la actitud josefinista
hasta el 1848, cuando se reglamentó nuevamente la situación eclesiástica
(v. IV).
La nueva Constitución preveía la igualdad de cultos; en Salzburgo
y en Viena los obispos del Imperio reunieron conferencias para presentar
al Estado sus ideas y deseos referentes a una nueva orientación de la
Iglesia en A., y en 1855 se celebró un Concordato (card. Rauscher) con
el fin de tratar definitivamente de las solicitudes presentadas. En este
contrato se fijaron, entre otras cosas, la situación de la Iglesia
católica como Iglesia de Estado, la enseñanza y el derecho matrimonial.
Al punto se levantó contra el Concordato el partido liberal que pudo
imponer sus deseos después de la promulgación de la Constitución de
diciembre de 1867, la cual preveía la igualdad de derechos (paridad)
para todas las asociaciones religiosas reconocidas en A. En 1868, fueron
sustituidos los puntos principales del Concordato por tres leyes
liberales (decretos de mayo) reglamentando el derecho matrimonial, la
enseñanza y las condiciones interconfesionales. En 1870, el Concordato
fue denunciado formalmente, la situación de la Iglesia católica fue
reorganizada en 1874 y regida por el Katholikengesetz (ley católica), y
al mismo tiempo fueron promulgadas otras leyes políticoculturales (v.
SECULARIZACIÓN).
División eclesiástica en la actualidad. Existen dos archidiócesis
en A.: Viena, con las diócesis sufragáneas de S. Púlten, Eisenstadt y
Linz, y Salzburgo, con las sufragáneas de GrazSeckau, KlagenfurtGurk e
Innsbruck Feldkirch. Los obispos de A. se reúnen en la Conferencia
episcopal austriaca. Existen en A. 69 comunidades religiosas masculinas
y más de 100 filiales de órdenes religiosas y congregaciones femeninas.
PETER LEISCHING.
BIBL.: L. SANTIFALLER, Forschungen und Vorarbeiten zur Aus,riasacra, I, 1, Viena 1951; C. WOLFSGRUBER, Kirchengeschichte 0sterreichUngarns, Viena 1909; E. TOMEIC, Kirchengeschichte Dsterreichs, MI, InnsbruckVienaMunich 193649; 1. WODKA, Kirche in Osterreich, Viena 1959; A. ZAx, dsterreichisches Klosterbuch, Viena 1911.
Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991