ANDRÉS CORSINI, SAN


Obispo de Fiésole, religioso carmelita de la Antigua Observancia. N. en Florencia el 30 nov. 1301, de una de las más ilustres familias italianas, los Corsini, de la que salieron grandes prelados y un papa: Clemente XII. Su madre, Gemma, estéril después de siete años de matrimonio, ofreció - según cuenta la tradición- a la Virgen del Carmen el hijo que le diera, y soñó que engendraba un lobo que, entrando en la iglesia del Carmen, se transformaba en cordero. Nació A. y tuvo una adolescencia tempestuosa, por su genio vivo y su afición a los deportes violentos. A los 15 años, en el curso de una discusión con su madre, supo la promesa de ésta y el sueño consiguiente. A la mañana siguiente acudió a la iglesia del Carmen, llorando y pidiendo el hábito de la Orden. Lo recibió en 1316 y se distinguió desde el primer momento como religioso observante, dedicándose a pedir limosna por las casas. Al saber que su familia preparaba una gran fiesta para su primera Misa, obtuvo de sus superiores permiso para celebrarla en una ermita, a 15 Km. de la ciudad, sin aparato alguno. Es muy probable que el capítulo provincial le enviara a París a completar sus estudios, y allí estuvo los tres años que prescribían las constituciones. Sin embargo, pese a la afirmación del breviario, no parece cierto que se doctorase. A su regreso a Italia el capítulo le nombró prior de la misma iglesia del Carmen y convento adjunto, en que había tenido lugar su conversión. Poco después se le encargó comentar la Biblia. En el capítulo general de Metz de 1348 fue elegido provincial de Toscana.
      Vacante la diócesis de Fiésole por haber muerto su prelado como consecuencia de la peste negra, el cabildo le eligió obispo, y aunque se escondió, fue descubierto y promovido el 13 oct. 1349. Su actuación como obispo fue extraordinaria. Sin cambiar en lo más mínimo sus observancias de religioso ejemplar, se esforzó por remediar las ruinas materiales y morales que habían causado en su diócesis las guerras y la peste. Luchó con energía contra los usureros, los usurpadores de bienes eclesiásticos y los matrimonios clandestinos. Brilló también en diversas ocasiones como pacificador, por lo que Urbano V le nombró en 1368 su Legado en Bolonia para apaciguar las turbulencias que desgarraban aquella ciudad. Llevó a cabo su misión con energía y tacto, aunque al principio estuvo preso, o retenido, algún tiempo por este motivo. Dio ejemplo de sumisión a los Papas, entonces en Aviñón, enviando con puntualidad la relación del estado de la diócesis, y haciendo personalmente, mientras pudo, la visita al Romano Pontífice, o designando procurador, si no le era posible.
      Es tradición que el día de Navidad de 1372 se le apareció la Virgen anunciándole su próxima muerte. Y en efecto, el 6 en. 1373, fiesta de la Epifanía, entregaba su alma al Señor. Su culto comenzó sin esperar a su canonización, apareciendo su nombre en un buen número de martirologios. Se le atribuyeron diversos milagros, y en particular se consideró obtenida por su intercesión la victoria de Angliari, en que el papa Eugenio IV y los florentinos, en defensa del conc. ecuménico de Florencia, derrotaron a las tropas de Filippo Sforza. Diversas tradiciones religiosas florentinas tuvieron origen en este hecho, por el que se honraba al santo en su sepulcro de la iglesia del Carmen de Florencia,, donde aún se le venera. El papa Urbano VIII insertó su nombre en el catálogo de los santos el 22 abr. 1629, colocando su elogio en el Martirologio el 6 de enero. La Bula de canonización la publicó Benedicto XIII en 1724. Su fiesta fue fijada el 30 de enero, pero Clemente XII, que pertenecía a la familia Corsini, al extenderla a la Iglesia Universal, la trasladó al 4 de febrero.
      A. aparece en la historia como modelo de obispo celoso, enérgico, pobre y austero en su vida personal, sometido fielmente a la Sede apostólica, muy devoto de la Santísima Virgen y menospreciador de las honras de este mundo, que tan al alcance tenía por pertenecer a una de las familias más poderosas de la Italia de entonces.
     
     

BIBL.: P. MARIE-JOSEPH, André Corsini, en DHGE 2, 16551659; Acta Sanct., enero II, 1061-1089; P. CAIOLI, Sant'Andrea Corsini, carmelitano, vescovo di Fiesole, Florencia 1929; A. DI S. PAOLO, De Sancto Andrea Corsini, «Analecta Ord. Carm. Disc.», 4 (1930) 238-250; F. CARAFFA-S. ORIENTI, Andrea Corsini, en Bibl. Sanct., 1, 1158-1169.

 

LAMBERTO DE EcHEVERRfA.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991