Adventistas


1. Nombre. Los a. se dan a sí mismos el nombre de «Iglesia de los adventistas del séptimo día» para expresar que creen en un próximo advenimiento de Cristo y que sostienen que el día de descanso debe ser el séptimo (sábado) y no el primero (domingo).

2. Orígenes. Esta secta fue fundada por William Miller (1782-1849), granjero del Estado de Nueva York, miembro de la comunidad baptist. Después de algún tiempo de indiferencia religiosa, en 1816 se convierte y estudia la Biblia con fervor. Este estudio le lleva a pensar que la vuelta de Cristo está próxima: 1843. Se transforma en apóstol entusiasta y elocuente de esta convicción en el seno de la comunidad baptista, que le concede permiso para predicar. Recorre los Estados Unidos y poco a poco va reuniendo adeptos, cuyo número asciende hasta unos 50.000. En 1833 publica una obra: Pruebas de la Biblia y de la Historia sobre el retorno, de Cristo el año 1843; en 1840 lanza la revista «Signs of the Times». La jerarquía baptista le rechaza. El año 1843 finaliza sin que se produzca el esperado acontecimiento; entonces muchos adeptos se apartan de Miller, pero éste hace de nuevo sus cálculos y precisa que Cristo vendrá el 22 oct. 1844 y los prosélitos vuelven a aumentar. Nueva decepción y nuevo abandono en masa. Miller, que hasta entonces no había querido ser más que un predicador del próximo Advenimiento, se ve obligado a anunciar: «Hermanos, de ahora en adelante tenemos la obligación de fundar una secta de nuestra invención para preparar la vuelta de Cristo, no fijada, pero en cualquier caso considerada como próxima».

Una mujer, Ellen Gould Harmon (1827-1915), va a salvar el movimiento y darle un segundo empuje. Nacida en el seno de una familia metodista, cree en la predicación de Miller y espera la vuelta de Cristo para 1844. Casada en 1846 con el a. lames White, adopta en seguida la idea de un tal Hiram Edson: El 22 oct. 1844 es una fecha capital en la historia de la salvación; No, como se había creído, la vuelta de Cristo a la tierra, sino la fecha en que el Sefíor, que hasta ese momento no oficiaba más que en «el lugar santo», entraba en el «lugar muy santo» o «santuario»: Ese día comenzó a purificarlo, es decir, a juzgar a los muertos; cuando este trabajo esté terminado (próximamente), «el caso de los vivos será tomado en consideración». Entonces vendrá el fin.

La Sra. White es considerada con justo título como la fundadora del movimiento de los A. del Séptimo Día, tal como es actualmente. Sus discípulos la denominan el Espíritu de profecía, A quienes desean ser a. se les pregunta: «¿Acepta el Espíritu de profecía tal y como se ha manifestado en el seno de la Iglesia final por el ministerio y los escritos de la Sra. E..-G White?» (Manual de Iglesia, 20). Declaró haber sido favorecida con numerosas visiones y revelaciones, sobre las que se apoyó para fijar los puntos discutidos de su doctrina u organización, trabajó con su marido para «unir los elementos Dispersos de este movimiento fundado por Dios, eliminar las tendencias fanáticas e imprimir a la obra un crecimiento sano y bien equilibrado». Ella fue quien, desde 1846-47, enseñó e hizo admitir la observancia del sábado, «confirmado esto por una visión durante la cual vio en el santuario celeste las tablas de la ley, y sobre estas tablas el tercer mandamiento rodeado por una aureola resplandeciente». Ha dado a los a. numerosos libros de piedad y de enseñanza. Algunos a. consideraron que se le daba excesiva autoridad, pero sus críticas no encontraron eco entre los demás, que mantuvieron y confirmaron el lugar preponderante que se le otorgaba. Una conferencia general de a., celebrada en 1949, después de decir que al exaltar a la Sra. White no se quería colocarla por encima de la Biblia, añadía que sus escritos, etc., «los consideran como advertencias, instrucciones, reproches destinados a guiar a los creyentes a través de los peligros de los últimos días... Nos consideramos felices al manifestar a los a. del mundo entero nuestra absoluta confianza en el don de profecía, manifestado desde el comienzo del movimiento a. Os recomendamos encarecidamente, hermanos, los escritos del Espíritu de profecía e insistimos en que los estudiéis con devoción».

3. Doctrinas. Las doctrinas a. han sido resumidas en 22 puntos en un libro que titulan Manual de Iglesia:

Los a. afirman, entre otras cosas, la Trinidad de personas en Dios, la divinidad de Jesucristo, la espera de su segundo Advenimiento, la salvación obtenida por la fe en Cristo, la justificación, no por obediencia a la ley, sino por la gracia que esta en Jesús, el valor inmutable del Decálogo que expresa la voluntad de Dios en lo relativo a nuestros deberes hacia £l y hacia el prójimo, la obligación para los discípulos de Cristo de vivir la piedad, una estricta moralidad, la modestia del vestido, una nutrición que favorezca la virtud, etc.

Proclaman, con las comunidades salidas de la Reforma, que la S. E. es la única regla de fe y de conducta. Afirman con las bautistas que el Bautismo, que debe ser dado por inmersión, sigue a la conversión y atestigua la fe, por lo que no se debe bautizar a los niños. Afirman también, con ciertas confesiones, que los fieles deben dar el diezmo de sus rentas para el mantenimiento del Evangelio.

Sostienen por otra parte que la naturaleza del hombre es mortal y de que la inmortalidad será dada nada más que a los justos en el momento del segundo Advenimiento del Señor; que esperando la vuelta del Señor los muertos están en un estado de inconsciencia; que la resurrección de los justos tendrá lugar en el momento de esta vuelta, y la de los no justos mil años más tarde, al final del milenio; que la purificación final del universo será realizada mediante la destrucción total de los pecadores empedernidos y de Satán (no infierno eterno); todos estos puntos son comunes con las sectas milenaristas.

Tienen como propio: la observancia del sábado como día de descanso y la doctrina del Santuario, es decir, la idea exegética según la cual la profecía de Dan 8, 14, de los 2.300 días (un día -dicen- es un año), significa que en 1844 (2.300 años después del 457 a. C., año del comienzo de las tribulaciones que van a someter a prueba el templo de Jerusalén) Cristo entró en el Santuario para purificarlo; esta purificación consiste en el juicio «primero de los muertos y luego de los vivos»; «su conclusión marcará el fin de la prueba humana»; el segundo advenimiento de Cristo está próximo; la comunidad a. tiene como misión reunir «un pueblo que esté preparado para recibirlo en el momento de su aparición»; entre la primera y la segunda resurrección pasará un periodo de mil años, durante el cual los santos de todas las épocas estarán en el cielo con Cristo; al final de este periodo, la ciudad santa y todos los elegidos descenderán sobre la tierra, donde tendrá lugar la última batalla entre los buenos y los malos y cuyo resultado será el aniquilamiento de los malos; «Dios hará todas las cosas nuevas. Restaurada en su belleza edéníca, nuestra tierra será para siempre la morada de los elegidos... Cristo, nuestro Señor, será investido con la suprema autoridad».

4. Culto y moral. Los a., practican el Bautismo por inmersión, reservado a aquellos que juzgan capaces de profesar su fe personalmente. Celebran una Santa Cena bajo las dos especies (pan y vino), cuatro veces al año, en sábado, en el curso de una asamblea en la que hay lecturas bíblicas, exhortaciones, cantos y lavatorio de pies. Consagran pastores, ancianos y diáconos (encargados de la administración temporal de la Iglesia) mediante la imposición de las manos. Bendicen a los esposos el día de la boda. Imponen las manos a los enfermos que lo desean. La moral a. es austera, con matices legalistas. El prirner deber del a. es -dicen- el estudio de la Biblia y la oración, Luego viene la observancia rigurosa del sábado y el respeto al lugar del culto. Se abstienen de «toda bebida alcohólica, del tabaco y de todos los narcóticos que manchan el cuerpo y el alma». Desaconsejan el café y el té, la carne de cerdo, «adoptan, en tanto que sea posible, el vegetarianismo y una forma de vivir conforme a las reglas de un naturalismo bueno». Estiman todavía válida la distinción de Lev 11 y Dt 14 entre los alimentos puros e impuros. Inician entre ellos y a su alrededor un vasto trabajo de reforma sanitaria basada en estos principios; «consideran que la reforma sanitaria forma parte integrante de la obra de salvación de Jesucristo».

5. Desarrollo. El movimiento a. se desarrolló primero en los Estados Unidos, donde el «nuevo evangelio» fue anunciado en todos los Estados desde 1875. En 1850 apareció el primer número del «The Second Advent Review and Sabbath Herald», que sigue siendo en nuestros días el principal periódico de los a. En 1852 lanzaron una nueva revista para la juventud: «Youth's Instructor», actualmente semanal. Al mismo tiempo se crearon las Escuelas del Sábado: en 1878 había 124; más tarde escuelas primarias y colegios; en 1934 un Seminario teológico. Se instituyeron cursos por correspondencia en 1909 en Washington. A principios del s. xx se organizaron Sociedades para la Juventud que recibieron el nombre de Misioneros voluntarios, que suministraron poco a poco la totalidad de los misioneros a. Igualmente se crearon en los Estados Unidos, en 1866 y 1878, las primeras fundaciones médicas administradas por los a. El trabajo proselitista de visita a familias, la propagación de publicaciones, la Organización de estudios bíblicos fueron dirigidos por una Sociedad Misionera. La beneficencia fue el objeto de una sociedad femenina que tomó el nombre de Dorcas.

En todos los países donde han penetrado los a. se encuentran estos diversos modos de evangelización: escuelas del sábado, colegios, seminarios, sociedades de jóvenes, fundaciones médicas, obras de beneficencia, etc. Sin embargo, la prensa parece tener prioridad. Por todas partes donde se instalan, los a. montan imprentas, lanzan periódicos, difunden octavillas. A partir de 1895, funcionan 11 editoriales en diversos países. En 1905, aparecen ya 89 periódicos en 46 lenguas; en 1940, había 329; hoy este número es mayor; su calidad general es baja. La difusión de la Biblia ocupa un primer plano. Organizan cursos bíblicos por correspondencia, sostenidos a veces por emisiones radiofónicas. A partir de 1941 se crea en los Estados Unidos una Comisión de la radio. Luego se crea la Escuela bíblica de Ondas, escuela por correspondencia para los oyentes radiofónicos. En 1948, la emisora a. La Voz de la Profecía emitía una charla semanal retransmitida por 475 puestos y 175 estaciones extranjeras. Se monta un sistema similar en español y en portugués, para América del Sur y Central. En Europa se instala un estudio en París en 1949 (La Voz de la Esperanza) para registrar mensajes radiofónicos en las principales lenguas.

La expansión a. se realizó progresivamente y con fortuna diversa. En Europa, alcanzó primero Italia y Suiza hacia 1860; luego, entre 1870 y final de siglo, Rumania, Alemania, Francia, Escandinavia, Inglaterra, Irlanda, Rusia, Países Bajos, Bélgica y Bulgaria; en Holanda, Checoslovaquia, España, Portugal y Austria no penetró hasta después de 1900; Yugoslavia, después de 1910; Polonia y los Estados Bálticos, a partir de 1920. La evangelización de América del Sur y de las Antillas se realizó de 1880 a 1930. Las misiones de Hawai, de las islas del Pacífico sur y de China datan de 1880, las de las Indias y el Japón de 1890, las del Cercano Oriente, Malasia, África y Alaska de 1900, las del océano Indico de 1910.

6. Organización. La comunidad a. está bien organizada y cuenta con prósperas finanzas; se mantiene mediante el diezmo y las ofrendas espontáneas (se considera un 20% de la renta lo que cada miembro da anualmente para las obras de la comunidad). La dirección del conjunto es llevada por la Conferencia General, con su presidente y su Comité. Tiene su sede en Washington. Cubren el mundo(10 con 11 Divisiones: Interamericana, Norteamericana, Suramericana, Oriente Medio, Extremo Oriente, Transafricana, Australoasiática, Surasiática, Europa central, Nort.europea y Sur-europea. Las Divisiones se subdividen en Uniones. La División de América del Sur implica seis Uniones: tres en Brasil, una en Chile, una para Argentina, Paraguay y Uruguay y otra para Perú, Bolivia y Ecuador. Por debajo de las Uniones, las Conferencias agrupan a un cierto número de Comunidades. En el estrato más bajo está la Comunidad local, dirigida por los Ancianos y los Diáconos, ayudados por un Consejo.

Esta organización es el resultado de una larga evolución. Al principio (1844-58) se argüía que toda organización era incompatible con la libertad del Evangelio. Pero, bajo la influencia de la Sra. White, se acreditó regularmente a los predicadores, se aseguró mediante el diezmo la asistencia financiera de la comunidad y se creó la Conferencia General (mayo 1863) encargada de la dirección de la obra. La progresiva extensión del movimiento a través del mundo exigió poco a poco la creación de las estructuras actuales (1913).

7. Disidencias. Varios grupos se han separado de la Iglesia fundada por W. Miller y E. White. Después de la decepción de 1844, los A. evangélicos, que se negaban a fijar la fecha de la vuelta de Cristo; de ellos salieron en 1856 los A. cristianos, que admiten la inmortalidad del alma para algunos y niegan el castigo eterno. La Unión de la vida y del advenimiento en 1864 (divergencias a propósito de la resurrección de los impíos). La Iglesia de Dios en 1865 (divergencias en cuanto al tema de las observancias alimenticias). Los A. de la edad venidera en 1888 (divergencias sobre el milenio). Los A. reformados. Y otros. La disidencia más importante fue la del a. Ch.-T. Russell que en 1874 creó los Investigadores serios de la Biblia, destinados a convertirse en los Testigos de jehová .

8. Situación actual. Las estadísticas de 1967 suministran los siguientes datos:En el mundo: 1.661.657 bautizados en edad adulta (en 1955: 1.106.218; en 1961: 1.120.000), repartidos en 14.980 comunidades locales. Se dice que hay a. en 190 países (de los 223 censados por la ONU). Cuenta con 6.046 predicadores en activo. Dirige 27.413 Escuelas del sábado. Administra 44 editoriales. En España, donde la penetración comenzó en 1904, los miembros bautizados eran 403 en 1938, 627 en 1948, 1.326 en 1958 y 4.742 a principios de 1968, repartidos en 23 comunidades locales (684 miembros en Barcelona, 456 en Madrid, 439 en Zaragoza, 101 en Valencia). En América latina, la «División sudamericana» tiene un total de 763 comunidades y cerca de 200.000 fieles. Brasil cuenta con el mayor número (425 comunidades y más de 100.000 fieles). A continuación le sigue Chile, con 66 comunidades y alrededor de 15.000 fieles. El resto se reparte entre la «Unión austral» (Argentina, Uruguay y Paraguay, con 119 comunidades y alrededor de 25.000 fieles), y la «Unión Inca» (Perú, Bolivia y Ecuador, con 153 comunidades y unos 50.000 fieles). Cuando se organizó esta división, en 1916, había 4.903. Este número se ha doblado casi cada nueve años. Es la parte del mundo que va a la cabeza en crecimiento relativo de miembros del movimiento adventista.

 

BIBL.: Obras generales. Doctrina. Historia: W. MILLER, Evidences from Scripture and History of the Second Coming of Christ about the year 1843, Brandon (Vermont) 1833; E. WHITE, Christs object Lessons, Washington 1941; fD, The Ministry of Healing, Mountain View (Califomia) 1959; fD, Conflict of the Ages, Mountain View 1958; K. ALGERMISSEN, Iglesia Católica y confesiones cristianas, Madrid 1964, 1227-1242; M, L ANDREASEN, The Sabbath, Washington 1942; P. DAMBORIENA, La setta avventista, Roma 1958; L. E. FROOM, The prophetic faith of our Fathers, Washington 1954; F. D. NICHOL, The Midnigth Cry, Washington 1944; A. RF.TTAROLI, Protestanti Avventisti, Roma 1941; VARIOS, Seventh-day adventists answer questions on doctrine, Washington 1957; U. SmiTH, The prophecies of Daniel and the Revelation, 6 ed. Mountain View 1951; A. W. SPALDING, Captains of the Host, Washington 1949; ID, Christ's Last Legion, Washington 1949.-Actualidad. Estadística. Organización. Expansión: H. W. KLASER, Seventh-day adventist Yearbook-1960, Washigton 1961; fD, Yearbook-1967, Washington 1968; E. WHITE,La Educación, Buenos Aires 1958.-Revistas: «El Centinela y Heraldo de la Salud» (en español), Brookfield (Illinois), mensual; «Liberty», Washington, bimensual; «Life and Health», Washing'on mensual; «Listen», Mountain View, bimensual; «Review and Herald», Washington, semanal; «Signs of the Times», Mountain View, mensual; «Youth's Instructor», Washington, semanal.

 

HENRI-CHARLES CHERY.

Cortesía de Editorial Rialp. Gran Enciclopedia Rialp, 1991