PRÓLOGO


La fe cristiana está destinada, en razón de su mismo origen, a una incesante renovación. Los cristianos se preguntan una y otra vez por el mensaje original de Jesús o por la fe del Antiguo Testamento. ¿Qué quería Jesús? ¿Qué es Cristo, hoy, para nosotros? ¿Qué significan la fe y la esperanza cristianas? O bien: ¿Hacia dónde va Dios? ¿Calla Dios en nuestros días? ¿Qué significa su «palabra» en la Biblia?

La Biblia es consignación escrita de un lenguaje que nos habla de la experiencia y el encuentro humano con Dios. Éste sale al encuentro del pueblo de Israel en su historia (Antiguo Testamento) y al encuentro de todos los hombres en Jesucristo. Así, el Nuevo Testamento, que da testimonio de Jesucristo, es la fijación escrita de una nueva manera del encuentro con Dios. Se anuncia a Cristo como aquel que ha hecho posible un nuevo modo de existencia humana y existencia creada, que inició la humanización del hombre, que ha abierto una nueva vida e invita ahora, en el curso de la historia, a adentrarse en ella.

El lenguaje de la Biblia nos resulta hoy extraño. Surgió del mundo conceptual de unos hombres que vivieron hace 1900 años y aun más. Su modo de concebir e imaginar el mundo es hoy día inadmisible en muy amplios sectores. Y, esto no obstante, Dios y Cristo deben ser expresados en lenguaje nuevo en toda situación histórica, precisamente a través del testimonio bíblico. Lo cual significa que el lenguaje bíblico debe ser traducido al lenguaje actual. El lector de la Biblia se pregunta: ¿Quién es para mí, hoy, el «Dios de los padres? ¿Dónde puedo encontrarle? ¿Qué pide de mí el mensaje de Jesús? ¿Qué debo hacer y qué puedo esperar como cristiano? Así pues, la predicación cristiana vuelve a interrogar a las fuentes bíblicas de la fe. Los cristianos independientes, críticos y conscientemente responsables, se interrogan sobre todo por el origen del mensaje cristiano. Este mensaje se cree, se confiesa y se proclama no a través de palabras, sino a través de la vida de los cristianos, a través de la práctica de la fe cristiana. En el fondo, el encuentro con la Biblia implica y significa una nueva manera de existencia cristiana, una nueva Iglesia, una forma renovada y profundizada del ser humano y creado.

El Vocabulario práctico de la Biblia quiere contribuir a este encuentro con la Escritura. No presupone lectores con formación teológica, sino que intenta servir de ayuda a todos cuantos están interesados en la Biblia. Quiere, sobre todo, prestar un servicio a la predicación cristiana; desea ofrecer al predicador y al catequista una sólida base de partida para entender el mensaje bíblico y para anunciarlo de una manera adecuada a nuestro tiempo. Quiere también ser útil y provechoso para el trabajo bíblico en comunidad (estudio de la Biblia, diálogos sobre la fe), así como para las lecturas privadas. Pero intenta, además, contribuir a una nueva interpretación del mundo bíblico de la fe y prestar ayuda a una hermenéutica bíblica.

¿Qué es hermenéutica bíblica?

Hermenéutica bíblica significa traducir el mensaje bíblico de la fe a la comprensión que de sí tiene el hombre actual que va al encuentro de la Biblia. Se da por supuesto que la comprensión de sí del hombre de los tiempos bíblicos no es igual que la del hombre que interroga a la Biblia. Una tal hermenéutica no es un acontecimiento individual de la fe de un hombre; es un proceso constante que avanza a lo largo de la fe y de la vida de todo individuo. Así, la hermenéutica bíblica es el proceso de traducción de la fe bíblica a la comprensión que el hombre tiene de sí mismo y a cada una de las situaciones de éste en su actividad en la sociedad. Y como toda existencia humana está esencialmente abierta hacia el futuro, también la hermenéutica bíblica está abierta a todo nuevo encuentro y decisión, a toda nueva situación social. La traducción de la fe bíblica no acontece ni única ni principalmente en el ámbito de la intelección, sino que se realiza más bien a través de la vida de cada hombre; es decir, en cuanto y en la medida que un hombre — consciente de su convivencia humana — intenta vivir como Cristo, traduce el mensaje cristiano en su vida y en su sociedad. Una hermenéutica bíblica quiere una práctica cristiana.
En este libro se ha buscado, perseguido e intentado llevar a cabo esta concepción de hermenéutica bíblica. Éste es el nuevo mundo que se explora: el léxico no se contenta con la exposición del mundo conceptual de la Biblia; quiere contribuir directamente a construir un puente que establezca la comunicación entre el mundo de la fe bíblica y el mundo y la vida de nuestro tiempo. Esto explica que se hayan traspasado los límites estrictos de un vocabulario. Este volumen es más bien una combinación de instrumento de trabajo y libro de consulta. Como libro de consulta, estudia los conceptos bíblicos más importantes, los acontecimientos y palabras básicas de la teología bíblica; como instrumento de trabajo, aporta los conceptos que sirven para la comprensión y una mayor intelección de la Biblia o que contribuyen directamente a la metodología de la exégesis bíblica.
Los colaboradores de este volumen son teólogos y escrituristas procedentes del campo católico y protestante. De este modo, el libro quiere ser expresión de un trabajo bíblico ecuménico y ofrecer un punto de partida para un diccionario ecuménico de la Biblia.