U


Ugarit. Puerto fenicio, situado en la costa norte de Siria y habitado ya en el milenio VII/VI a.C. En su edad de oro (siglos XVI-XII) la ciudad recibió el influjo de los egipcios y los hittitas. En el siglo XII sucumbió al ataque de los •pueblos del mar•.
Ugarit no es mencionado en el Antiguo Testamento, pero era conocido a través de las cartas de Amarna y Mari. Las excavaciones realizadas en Ugarit han proporcionado numerosas tablillas de barro cocido en casi todas las lenguas del antiguo oriente, y en lenguaje ugarítico, con listas, cartas, mitos y epos que, en virtud de sus conexiones lingüísticas y religiosas, tienen gran importancia para la mejor comprensión del Antiguo Testamento. we

Última cena —> Cena de Jesús.

Último. La regla de vida El que quiera ser —> primero, que sea último de todos y servidor de todos» (Mc 9,35), con que Jesús puso fin a la disputa entre los discípulos sobre el orden de precedencia, tuvo una significación básica para la primitiva comunidad, cuando comenzó a configurarse de manera organizada, ya que se crearon puestos directivos que podían despertar apetencias individuales (presbiterado y diaconado). Esta apetencia de funciones directivas debe orientarse, pues, hacia su contrario, hacia la más humilde actividad, hacia el —> servicio al —> prójimo. Ante Dios, que tiene otras medidas, este último es en realidad el primero. De esta discrepancia entre apariencia exterior y valor ante Dios se ocupa también Mt 19,30. Todo ello viene precedido de la promesa de Jesús a sus discípulos de que los que le siguen (—> Seguimiento), participarán con él de su misión de juzgar al mundo y a las doce tribus de Israel en el —> juicio final. Primero y último son términos referidos al puesto ocupado en este juicio.
La esperanza del Antiguo Testamento y de los contemporáneos de Jesús de que Israel, elegido por Dios en virtud de la antigua —> alianza, juzgaría a los pueblos al fin del mundo si se mantenía fiel a la alianza, es decir, si cumplía con fatigosa exactitud todas las prescripciones religiosas Os 2,3), demostró ser engañosa. El puesto en el juicio final depende exclusivamente de que se siga o no a Jesús. De ahí que el Israel incrédulo no será el primero, es decir, en el juicio final no se sentará para juzgar, sino que será el último, esto es, será juzgado, Ante los judíos incrédulos de su tiempo, los —> discípulos aparecían como los últimos, porque lo habían abandonado todo para seguir a Jesús y ya no cumplían estrictamente las leyes religiosas. Pero ante Dios la relación está invertida y esta relación auténtica entre los discípulos de Jesús e Israel se hará patente ante el mundo entero en el último juicio. Al mismo tiempo, esta sentencia de Mt 19,30 contiene una advertencia a la comunidad. El simple ser llamado a la Iglesia de Jesús no es suficiente, aun cuando mediante ella el creyente está destinado a ser el primero, a juzgar al mundo con Jesús en el juicio final. Si el creyente no sigue radicalmente a Jesús, en el juicio final no será el primero, sino el último. do

Unanimidad. Aquel «ser uno• de los discípulos de Jesús, fundado en la --> singularidad de Dios y el carácter único y excepcional de Jesucristo (–> Primogénito), se manifiesta en la unanimidad (en el sentido etimológico de «una sola alma») de su pensamiento, de su fe, de su voluntad y de su acción. En las traducciones corrientes, al recurrir al vocablo «unanimidad», se pierde un matiz importante — pero que se halla en la raíz etimológica del vocablo— de «ánimo», es decir, de «impulso hacia la unidad», de «sentimiento de unidad». Este matiz forma parte del concepto neotestamentario de unanimidad que sirve, sobre todo en los Hechos de los apóstoles, para dar fuerza a la común actitud de la --> primitiva comunidad en la oración (Act 1,14), en la --> confesión común (Act 4,24) y en el culto divino (Act 5,12). Pablo indica que esta unanimidad es producida por el –> Espíritu de Dios (Rom 15,6). Sin embargo, la colaboración humana sigue siendo imprescindible (Flp 2,2). La unanimidad es, pues, realización de aquellas posibilidades que Dios ha abierto; es también acuerdo y armonía en el ser del --> hombre nuevo, que ha hallado en el único Dios su definitivo centro. La unanimidad, en cuanto disposición a la comunidad, es un elemento esencial de la existencia cristiana. hi

Unciales. Se llama así un tipo de letras empleado en manuscritos (e inscripciones), de tamaño grande y desligadas entre sí; generalmente el texto se escribía todo seguido, sin separación entre palabras y frases. Junto a este modo de escribir, había otro más rápido, el llamado de mayúsculas cursivas, que liga las palabras entre sí y recurre a las abreviaturas. A partir de él se desarrolló, desde el siglo IX d.C., la escritura de minúsculas, escritura cursiva a base de letras pequeñas. Atendiendo que esta escritura requería menos tiempo y espacio que las unciales, desplazó a éstas últimas desde el siglo XI. we

Unción. El Antiguo Testamento menciona la vieja costumbre de aplicarse al cuerpo, después del baño, ungüentos aromáticos (aceite de oliva, nardo). Ungir el cuerpo era signo de alegría y de abundancia, del que sólo se prescindía en épocas de tristezas y ayuno (2Sam 10,20s; Mt 6). Con el aceite de oliva se curaba a los enfermos (Sant 5,14). Por razones religiosas se ungían también objetos (Gén 28,18) y personas (sacerdotes, reyes, el –> Mesías, profetas, 1Re 19,16). Éx 30,20s menciona el --> ungüento sagrado para la --> tienda santa (cf. nuestro crisma). En Is 61,1, la unción del espíritu no significa el hecho corporal sino «dar autoridad», «confiar un ministerio carismático» (cf. Lc 4; 2Cor 1,21s; 1Jn 2,20-27). pa

Ungüento. Aceite de oliva, preparado por perfumistas (Éx 30,25), a base de mezclas de sustancias aromáticas (por ejemplo, mirra) y conservado en frascos. Era tenido en mucho aprecio (Prov 27,9) y se le empleaba en el culto (Éx 30,23-25; --> Unción), para el embellecimiento corporal (Rut 3,3; 2Sam 12,20; Mt 6,17; Lc 7,38.46) y para curar las heridas (Is 1,6; Mc 6,13; Lo 10,34; Sant 5,14). he

Unidad. La nostalgia por la unificación, por la unión, por la unidad, recorre todos los escritos de los profetas, testigos del desgarramiento y de la caída del pueblo de Dios. Isaías habla de la «reunión de los dispersos» (Is 11,12) y Jeremías anuncia a Dios como -> pastor que agrupará el --> resto del --> rebaño (Jr 23,3s).
La unidad de los cristianos se fundamenta en la naturaleza y en la actuación de Dios único (1Cor 8,6), en la unidad del Padre y del Hijo (Jn 17,21) y en el único Espíritu que lo llena todo y a todos (1Cor 12,13). La unidad de los hombres entre sí es consecuencia de la acción redentora de Jesucristo «que de los dos pueblos hizo uno solo» (Ef 2,14) y, de los hombres, «un solo hombre nuevo» (Ef 2,15), reuniendo a «los extranjeros de la dispersión» (1Pe 1,1). La unidad se fundamenta en el único --> bautismo, que se administra por encargo del Señor (Act 10,48) y es, al mismo tiempo, tarea constante de los cristianos (Ef 4,3-6). También la proclamación del único –> Evangelio (Gál 1,6ss) y la celebración del -> banquete del Señor (1Cor 10,3-4) hacen visible esta unidad de los cristianos. Pablo encuentra en la imagen del «cuerpo de Cristo» — que caracteriza luminosamente la --> unanimidad de los cristianos (1Cor 12,12-27) — la mejor expresión de esta idea. La cohesión externa de las comunidades ocurre decisivamente en virtud de la actuación de --> Pedro (Mt 16,17ss). A partir de los apóstoles, el --> ministerio es en la --> Iglesia una importante garantía de la unidad (Ef 4,12s).
En los escritos joánicos se acentúa de un modo especial la unidad de los cristianos ante las falsas doctrinas que están irrumpiendo (–> Gnosis). La oración sacerdotal de Jesús (cf. Jn 17,20-26) no es sino un deseo de unidad. Hoy, en la época del ecumenismo, ha llegado la hora de que todas las Iglesias cristianas den testimonio ante los hombres de su común confesión cristológica: la unidad en la fe en –> Jesús, el --> Cristo. hi

Unigénito. La expresión se encuentra en los escritos tardíos del Nuevo Testamento (Lucas, Hebreos y Juan) y quiere resaltar el carácter singular y la importancia y significado de Jesucristo o bien de aquellos a quienes se aplica la expresión. El joven resucitado en Naím era hijo único, unigénito. Se quiere explicar con ello cuán duro era el golpe que el destino había asestado a aquella madre, para despertar la compasión de Jesús (cf. Lc 7,22). En el contexto de los altos ejemplos de –> fe auténtica tomados de la antigua alianza, alude Heb 11,17 a Abraham, que estaba dispuesto a sacrificar a su unigénito –> Isaac para obedecer a Dios (Gén 22,1-2), aunque en aquel hijo se asentaba toda su esperanza. La disposición ilimitada a la entrega se expresa aquí mediante la expresión «unigénito». Dentro de la cristología joánica, fuertemente orientada a la –> filiación de Jesucristo, se traslada el mismo motivo, en 1Jn 4,9 y Jn 3,16, a Dios y a Cristo: «De tal modo amó Dios al mundo que le entregó su Hijo unigénito» (Jn 3,6). En Jn 3,18, por el contrario, y respectivamente en 1,14.18, el acento recae sobre la persona misma de Jesús, como el unigénito, el –> mediador único y excepcional, mediante el cual se ha llevado a cabo la --> encarnación de Dios en el mundo. hi

Universalismo. Concepto historicorreligioso, contrapuesto al particularismo, en cuanto para éste existen, además de religiones universales, religiones de un pueblo. En el universalismo se considera a Dios como Señor omnipotente de todo el mundo. En el Antiguo Testamento, se da una tensión constante entre universalismo y particularismo, ya que por un lado Yahveh es creador y Señor del cosmos, mientras que por otro el Dios de Israel ha concluido una alianza con su pueblo, le ha hecho promesas y concentra en los elegidos su actuación salvífica. Con todo, ya desde época temprana comienza a dibujarse la tendencia de la visión religiosa hacia todo el mundo, hacia –> todos los hombres y todos los pueblos (Am 9,7).
Para el punto final del mundo el Día de Yahveh tendrá un pleno significado universal Os 2,12).
Para el Nuevo Testamento, todo ha sido creado en Cristo (Col 1,15ss); en él deben ver todos la salvación (Lc 3,6). la

Universo –› Todo.

Ur. «Ur de los caldeos., patria de Abraham (Gén 11,28.31; 15,7; Neh 9, 7), antiquísima ciudad comercial del sur de Babilonia, habitada ya en el V milenio y centro del culto al dios luna, Sin. En la época sumeria conoció la ciudad, hacia el año 2000, un último florecimiento político y cultural, pero poco después perdió rápidamente toda su importancia. we

Urim y tummim. Oráculos por suertes, cuya forma no nos es conocida, para preguntar a Yahveh; su uso estaba reservado al sacerdote (Dt 33,8) y según Éx 28,30 al sumo sacerdote, que los llevaba en una bolsita pendiente del cuello, sobre el pecho. Las preguntas se hacían de tal modo que bastara un sí o un no para obtener la respuesta (Jos 7,13ss; Jue 20,18ss); a veces ocurría también que no había ninguna clase de respuesta (1Sam 14,37). Después de David los urim y tummim quedaron en desuso (cf. Esd 2,63). we