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Macabeo. Al principio, sobrenombre de Judas (1Mac 2,4) que, después de la muerte de su padre Matatías, organizó la rebelión judía en pro de la libertad religiosa y reconquistó Jerusalén para el culto judío (166-160 a.C.). Después, pasó también a ser sobrenombre de sus hermanos Jonatán (160- 143) y Simón (143-134), que consiguieron la independencia política de Judea. En la literatura extrabíblica, a los Macabeos y a la dinastía por ellos fundada se les da el nombre de —> Hasmoneos (1 y 2Mac). he

Macabeos (libros de los). La Biblia de los LXX contiene cuatro libros de los Macabeos. 1 y 2Mac entran en el canon católico romano; los libros 3 y 4 se enumeran entre los apócrifos del Antiguo Testamento.
1Mac, escrito a finales del siglo II a.C. en hebreo, pero conservado únicamente en griego, narra la prehistoria y la ocasión de las guerras macabeas: Antíoco IV quiso desarticular la religión judía mediante una serie de disposiciones legales, que incluían la profanación del templo (1-2). En 2,7-16, 24 se describen las luchas de Matatías y de sus hijos Judas, Jonatán y Simón en pro de la libertad religiosa de los judíos, así como el ascenso de la dinastía de los --> Hasmoneos. El libro primero de los Mac constituye un excelente documento para la historia judía del siglo II a.C., ya que, con la ayuda de fuentes autorizadas, intenta presentar el curso natural de la historia y su motivación íntima. De ahí que no se hable nunca de intervenciones inmediatas de la divinidad en el decurso de los acontecimientos.
El libro segundo de los Macabeos, compuesto antes del 70 d.C., no es un relato histórico, aunque sigue en parte un curso paralelo al libro primero, sino un libro de edificación religiosa. Los ejemplos de fidelidad a la ley hasta la muerte descritos en 6,18-7,41 y la fe en la resurrección (7,14,26-36; 14,37- 46) indican que el autor pertenece a los círculos fariseos. El libro segundo de los Mac es un testimonio importante de la religión del judaísmo posterior, de su teología de la historia y de su contraposición al helenismo.
El libro tercero de los Macabeos, compuesto en griego a fines del siglo I a.C., no tiene nada que ver con los Macabeos. Narra cómo los judíos de Egipto fueron maravillosamente librados de la tribulación por Ptolomeo IV. Al igual que Est y Jdt, el libro tercero de los Macabeos es la leyenda de una fiesta gozosa (originariamente pagana) que los judíos de Egipto habían comenzado a celebrar en memoria de aquella liberación.
El libro cuarto de los Macabeos es un tratado filosófico que, recurriendo a algunos ejemplos veterotestamentarios tomados principalmente de 2Mac, hace ver que el principio estoico del dominio racional de los instintos sólo es realmente posible por la ley revelada. --> Macabeos. he

Macedonia. Región situada en las costas norteñas del mar Egeo, habitada al principio por tribus ilirias y más tarde helenizada. Alejandro Magno procedía de Macedonia. En el siglo II a.C. —y después de' sostener numerosas guerras — Macedonia pasó a ser provincia romana, con Tesalónica como capital.
En su primer viaje misional, Pablo fundó las primeras comunidades macedonias en Filipos, Tesalónica y Berea (Act 16,9-17,14), a las que volvió a visitar en su tercer viaje (20,1-4). he

Macho cabrío expiatorio. El —> día de la reconciliación, el sumo sacerdote ponía la mano sobre la cabeza de un cabrío y le traspasaba, con una confesión, los pecados del pueblo. A continuación se expulsaba al animal hacia el desierto. pa

Machos cabríos y novillos. El gran --> día de la expiación se ofrecían a Dios machos cabríos y novillos como —> sacrificio por el pecado y como —> expiación por las culpas cometidas (Lev 16,3-27). Los novillos estaban destinados a sacrificios por el pecado de los sacerdotes y de la comunidad: los machos cabríos, por el de los jefes (Lev 4,3-26). Según Heb, el culto sacrificial imperfecto del Antiguo Testamento es llevado a su plenitud y perfección por el —> sacrificio único y eternamente válido de Jesús, el redentor de todos (Heb 9,10). —> Novillo. br

Madianitas. Grupo de tribus nómadas, que Gén 25,2 hace descender del propio Abraham. Los madianitas son los más antiguos nómadas camelleros de los que tenemos noticia (Jue 6,5; Is 60,6). En las primeras épocas, Israel y los madianitas mantuvieron buenas relaciones (cf. Ex 2,15-22; 3, 1-18). Cuando más tarde los madianitas, buscando nuevos pastos, penetraron en la tierra cultivada, se produjeron choques con Israel (Jue 6,1ss). Es difícil esta
941 blecer con exactitud su ámbito de residencia —al sur de Moab, en la península del Sinaí— debido a su libertad de movimientos. he

Madre. En el Antiguo Testamento, las madres disfrutaban de alta consideración, sobre todo si tenían muchos hijos (Sal 113,9). Según el cuarto precepto del --> decálogo, los hijos honran al padre y a la madre (Ex 20,12). Prototipo de las madres como transmisoras de la vida es --> Eva, madre de todos los vivientes (Gén 3,20). En algunas ocasiones se aplica la imagen de la madre al pueblo de Israel, amado de Yahveh; todo israelita es su • hijo (Is 50,1).
En el Nuevo Testamento se acentúa el alto aprecio a las madres por el hecho de que se dice que Jesús ha nacido de mujer (Lc 1,43; Jn 2,1). El cuidado de Jesús por su madre se prolonga hasta la misma cruz (Jn 19,27). Con todo, Jesús exige de sus --> discípulos que rompan incluso los vínculos con la madre por causa de la comunión con el Señor (p. ej., Mt 10, 35ss). La Jerusalén celeste es llamada madre de todos los creyentes (Gál 4, 26) y Babilonia madre de las abominaciones de la tierra (Ap 17,5). br

Madre del Mesías. Isaías requiere al rey Ajaz, amenazado por sus enemigos, a que pida una señal de Yahveh y como Ajaz rehusara poner a prueba al Señor, el mismo Dios le da la señal. «La joven concebirá y dará a luz un hijo y su nombre será --> Emmanuel.» A esto iba unida la profecía de que Dios habría de enviar a Judá días de salvación (Is 7,14.17). Al sentido original, los LXX han añadido algo más al traducir «joven» por --> «virgen» y al entender al Emmanuel como portador de salvación. En el Nuevo Testamento, se aplica esta profecía al —> nacimiento virginal de Jesús y a Jesús como el --> Mesías anunciado por los profetas (Mt 1,23): el hijo de María es el Mesías prometido. —> María. br

Maestresala. Jn 2,8s presupone la an-tigua costumbre de hacer responsable del orden durante las comidas a un esclavo, regulador de la fiesta. pa

Maestro -› Rabbí.

Maestros de sabiduría. Constituían des-de la época de la monarquía una clase propia, junto a los --> sacerdotes y los --> profetas. En sus círculos nacieron los proverbios sapienciales según re-glas poéticas y las colecciones par-ciales que formaron más adelante la base de los libros sapienciales. Jesús Ben-Sirá, que era personalmente uno de estos maestros de sabiduría, nos ofrece un cuadro del grupo. Se escu-chaba su doctrina en las reuniones de los ancianos (Eclo 6,34), en las con-versaciones durante las comidas y a la puerta de la ciudad (Prov 1,20; Eclo 38,24-39,11). La imagen, frecuentemen-te utilizada en la literatura sapiencia!, del maestro y sus discípulos permite suponer que los maestros impartían su enseñanza al modo escolar. En épo-cas posteriores, el estamento de los maestros de sabiduría se entremezcló con el de los --> escribas y a la edu-cación para la sabiduría se añadió el estudio de la –> ley. --> Sabiduría. ba

Magdala (aram. «torre del pescado»). Ciudad de la orilla nordoccidental del lago Genesaret, ccm importante actividad pesquera. En la región de Magdala, que debe ciertamente identificarse con Magadán (Mt 15,39) y Dalmanuta (Mc 8,10), Jesús puso fin a su ministerio en Galilea. –> María Magdalena.he

Magia. Bajo la palabra magia se com-prenden las ideas y las prácticas que se apoyan en la creencia de que ciertos hombres, objetos y ritos po-seen una fuerza misteriosa, en virtud de la cual, y por determinados me-dios, ejercen un influjo inevitable y casi siempre negativo. El Antiguo Tes-tamento acredita que la magia fue practicada también en Israel. Ejemplos de ello son la --> mandrágora, la vara mágica de Aarón, los intentos por adi-vinar, mediante prácticas mágicas, el futuro (–> Invocación de los muertos, --> Adivinación). Las numerosas prohi-biciones contra los adivinos y hechi-ceros indican que la magia es incon-ciliable con la fe yahvista. Contradice a la santidad de Dios, es --> idolatría y merece la pena de muerte. Las ben-diciones y maldiciones, las prescrip-ciones sobre la pureza y los sacrifi-cios perdieron su inicial significado mágico al ser incorporados a la fe yah-vista.
En el Nuevo Testamento se rechaza enérgicamente toda magia. Los magos son enemigos del Evangelio (Simón Mago, Barjesús, en los Hechos). Pablo enumera la magia entre «las obras de la carne» (Gál 5,20). Los cristianos de Éfeso, que no habían abandonado enteramente, después del bautismo, sus prácticas paganas, quemaron sus libros de magia a instancias de Pablo. ba

Magia (libros de). La predicación de Pablo en Éfeso movió a los creyentes a renunciar a sus prácticas mágicas y a quemar en público sus libros de magia (Act 19,18ss). Hasta nosotros han llegado numerosos libros de ma-gia procedentes de Egipto (hojas de papiro de los siglos II al V d.C.). --> Magia. sm

Magníficat. Lc 1,46-55 es un –> himno formalmente encuadrado y cerrado en sí, compuesto a base de una serie de textos veterotestamentarios, cuyo ori-gen se halla fuera del actual con-texto (cf. la solución de continuidad y el tránsito de los v. 45 y 56). Se discute si es una composición origi-nariamente judía, o de la comunidad centrada en torno a --> Juan Bautista, o cristiana. El himno presupone una situación de cumplimiento y el re-dactor cristiano de las historias de la infancia de Juan y Jesús (previas a Lc) ha concebido en la situación pre-sente la superioridad de Jesús sobre Juan desde un fondo de himnos cris-tianos, todo lo cual indica como más probable un origen cristiano. No obs-tante, la comunidad a que pertenece el autor se mueve en la línea de pensa-miento del judaísmo veterotestamen-tario y alaba la acción salvífica de Dios desde Abraham hasta la elección de la comunidad concreta. En --> María se muestra la compasión divina en favor de los humildes; por eso es María la directora de coro de la Igle-sia que alaba las acciones de Dios. sm

Magos. Tribu meda, a la que corres-pondía por derecho el sacerdocio en la religión persa. Dado que los sacer-dotes persas cultivaban la astrología y se les consideraba poseedores de una ciencia secreta (se empleó en la literatura la palabra mago con el sen-tido de --> hechicero (cf. Act 8,9). Mt 2,1ss llama magos a los sabios de oriente en el sentido de «hombres culto o instruidos». ba

Mal. 1. Las palabras hebreas y griegas fundamentales para designar el mal significan, en el lenguaje bíblico, lo que no está al servicio de lo –> bueno, lo que no lleva a lo bueno; y en ellas se da siempre una referencia, más o menos acentuada, a esto que no es bueno, que incluye una oposición a la divinidad, aunque en los casos con-cretos dicha referencia puede no estar expresamente mencionada.
2. De acuerdo con esto, lo malo puede manifestarse como una cualidad, o también como un poder, como un sentir y meditar en el corazón (Gén 6,5), una inclinación que fructifica en hechos (1Sam 17,28; Est 8,3) o una conducta mala (cf. Is 1,16.17). Es es-pecialmente mala la falta de fidelidad y la –> desobediencia frente a Yahveh (Jer, entre otros).
3. Los malos sentimientos y los malos hechos estorban la relación con Yahveh y, al mismo tiempo, las relaciones de paz — queridas por Dios — de los hombres entre sí (Os 10,9-15). Precisamente la predicación profética demuestra hasta qué punto la relación del hombre con Yahveh viene deter-minada por la relación del hombre con el hombre. Quien aspira al mal no puede alcanzar la misericordia divina con sacrificios y veneración cultual (Is 1); Yahveh aborrece el egoísmo y la falta de consideración so capa de religiosidad, porque, a pesar de la apariencia exterior, son en el fondo actitudes malas. Jesús recogerá y «completará» esta orientación de la predicación profética.
4. En la teología rabínica el impulso malo desempeña un importante papel a la hora de explicar el origen y el estado actual del mal. Pero, en este contexto, el hombre aparece siempre como capaz de superar este impulso malo merced a su contrario, el im-pulso bueno (4 Esd).
5. Para el Nuevo Testamento vamos a tornar, a título de ejemplo, la teo-logía del mal del Evangelio de --> Marcos. Aquí aparece el nnal: a) como un poder que sale del hombre, que dirige su pensamiento y su acción y se manifiesta decisivamente en el sí o el no que el hombre pronuncia ante la acción salvífica de Dios que ejecuta su obra definitiva en y sobre Jesús; b) consecuentemente, el mal es una postura libre y una actitud, en-teramente supeditadas a la responsabi-lidad humana: el acontecimiento de Cristo elimina ya toda clase de dis-culpa; c) como pecado y culpa del hombre que, en Jesús, se opone al poder del perdón. –> Satán y los –> demonios (--> Potestades y principa-dos) son, en cuanto temible realidad, los adversarios, teológicamente perso-nificados, del –> reino de Dios, radi-calmente sometidos por Jesús. Con el sí al reino de Dios, vence el discípulo al mal. ka

Malaquías (hebr. «mi mensajero»). No es en realidad un nombre personal; la palabra Malaquías se tomó de Mal 3,1 para ponerla en el título (1,1) y pasó así a designar al autor, desconocido, del libro de Malaquías (—> Malaquías [libro de]). he

Malaquías (libro de). Último escrito del libro de los —> doce profetas, originariamente anónimo, compuesto en la primera mitad del siglo V a.C. Contiene seis diálogos entre Yahveh (o el profeta) y los oyentes: 1,2-5: Yahveh sigue amando a Jacob (Israel), mientras que entrega a la destrucción a su pueblo hermano, Esaú (Edom); 1,6-2,9 amenaza a los sacerdotes con la maldición, porque ofrecen para el sacrificio las cosas de menos valor; 2,10-16 reprende los divorcios y los matrimonios mixtos; 2,17-3,5 anuncia la proximidad del día del juicio; según 3,6-12 la calamidad presente (malas cosechas, plagas de langosta) se debe a la indiferencia religiosa, que no cumple debidamente el precepto del diezmo; 3,13-21 promete a los —> piadosos recompensa en el día del juicio y destrucción a los impíos. Como conclusión, el apéndice 3,22-24 exhorta a cumplir la ley de Moisés y anuncia la venida del profeta Elías como mensajero del --> día de Yahveh.
Al conceder tan gran importancia a lo cultual (1,6ss; 3,3s), el libro de Malaquías prepara ya el judaísmo; pero en razón de su gran reverencia ante la excelsitud divina (1,14), de sus exigencias eticorreligiosas respecto del matrimonio (2,10.14.16), de su exhortación a la penitencia auténtica (2,2) y a la justicia (3,5) y de su actitud respecto de los paganos (1,11), el libro de Malaquías se acerca a los grandes profetas y al espíritu del Nuevo Testamento. he

Maldición --> Salmos imprecatorios.

Malta. Isla del Mediterráneo, punto de apoyo del tráfico marítimo entre el este y el oeste; en sus puertos hacían invernada numerosos barcos. En la isla se cosechaban aceitunas y cereales; se fabricaban vestidos y tapicerías y se trabajaba en la artesanía de objetos de coral.
—> Pablo naufragó en las costas mal-tesas y pasó tres meses en la isla, recibiendo pensión y alojamiento de Publio (Act 27,41-28,11). he

Mambré. Antiguo santuario, cercano a —> Hebrón, con el que se le identifica algunas veces (Gén 23,19). Junto al encinar de Mambré se instaló Abraham (Gén 13,18); aquí se le apareció Yahveh bajo la figura de tres hombres (Gén 18,1). Cerca de este lugar se hallaba la cueva de Macpelá, sepultura de los patriarcas (Gén 23,17). we

Mamón. Extranjerismo que significa lujo y riqueza. Servir a Mamón absorbe de tal modo al hombre que le imposibilita para servir a Dios (Mt 6,24). Mamón, como poder demoníaco, declara a los —> bienes de este mundo como dotados de valor en sí y como sentido final de la vida humana, de suerte que ya no queda espacio para Dios. do

Maná. Alimento maravilloso de los israelitas en su marcha por el desierto (Éx 16; Núm 11,6-9). Al murmurar el pueblo a causa del hambre, se le dieron, según Ex 16, maná y codornices, mientras que según Núm se le dieron codornices sólo cuando se hubo hastiado del maná. El maná era una sustancia granulosa y fina como escarcha, parecida a la semilla de cilantro, blanca o ambarina, y de sabor similar a la torta de miel. Triturado y molido, se comía bien cocido o bien tostado en forma de tortas (Éx 16,14.31; Núm 11,7s). Cada mañana se debía recoger cuanto se necesitaba para el consumo diario; la cantidad que, contraviniendo el precepto de Moisés, se guardaba para el día siguiente, se echaba a perder. Los sábados no caía maná del cielo, por lo que el día precedente debía recogerse cantidad doble. Para recuerdo perenne de este hecho, debía ponerse un vaso con maná ante --> Yahveh en el santuario.
El nombre de maná se explica por la pregunta de los israelitas: •¿Oué es esto?• (hebr. man hu).
En realidad, el maná es una excrecencia de las hojas del llamado tamarisco mannífero de la península del Sinaí, producida por la picadura de la cochinilla, que cae hasta el suelo en forma de grumos o gotas. Este alimento, natural de suyo, pero extraño y desconocido para los israelitas, fue considerado por éstos como señal de la —> guía especial de Yahveh en el —> éxodo de Egipto: Yahveh mismo ayuda a su pueblo, razón por la que al maná se le llama también •pan del cielo• (Éx 16,4; cf. Sal 78,24; 105,40) y «pan de ángeles. (Sal 78,25; cf. Sab 16,20). Al mismo tiempo, la comida del maná es también fundamentación palpable del orden sabático.
En contraposición a la esperanza judía del maná como alimento de los últimos tiempos, Jesús se señala a sí mismo como —> pan verdadero (Jn 6,32.48). El maná es símbolo y tipo de la --> eucaristía (1Cor 10,3s) y de la bienaventuranza (Ap 2,17). we

Manasés (oración de). La historia del impío rey Manasés, que hizo penitencia en la prisión de Babilonia, menciona también una oración de Manasés que fue escuchada por Dios (2Cró 33,12.19). Tomando pie de esta narración, se compuso en los círculos judíos, probablemente entre el siglo II a.C. y el I d.C., la llamada oración de Manasés. Se trata de una --> lamentación, con una invocación en forma de himno, una confesión de los pecados y una súplica de perdón. la

Mandamientos. Demandas (imposiciones) de Yahveh a Israel, fundadas en la alianza del Sinaí, y especialmente en el --> decálogo (Éx 20,2-17; Dt 5, 6-21) como su documento de la alianza; pero se entienden también como mandamientos los preceptos cultuales, jurídicos y éticos, siempre nuevamente actualizados y enriquecidos en el decurso de una larga tradición, tal como han sido coleccionados en el libro de la alianza (--> Alianza [libro de la]) (Éx 20,22-23,33), en la --> ley de santidad (Lev 17,26), en el Deuteronomio (12-26) y en el —> escrito sacerdotal (Éx 25-31; 35-40; Lev, Núm).
Los mandamientos no son magnitudes absolutas, como lo demuestra su ordenación dentro de la tradición sinaítica, sino que están referidos a una precedente acción salvífica divina en favor de Israel, a saber, su elección y salida de Egipto y la conclusión de la alianza en el —> Sinaí. En este acontecimiento se fundamentan las exigencias exclusivistas de Yahveh a su pueblo, expresadas en cada uno de los mandamientos, y que abarcan todos los ámbitos de la vida.
A todo esto debe responder el pueblo con una actitud de obediencia; la trasgresión de los mandamientos es condenada con la —> maldición (Dt 27, 15-26; Lev 26). Sólo después del —> exilio se convirtieron los mandamientos en una —> ley absoluta e incondicionada, a la que todo hombre se halla sometido como camino único de salvación.
El Nuevo Testamento no rechaza absolutamente los mandamientos veterotestamentarios, pero los resume y sintetiza en el precepto del amor a Dios y al prójimo (Mt 5,17-48; Mc 12,28-34; Rom 13,8-10). we

Mandeos. Nombre de una secta gnóstica asentada en Irán, que anteriormente se llamaban. nazareos (nombre original de los cristianos de Siria). Sus escritos cultuales contienen elementos tradicionales judeocristianos, mezclados con elementos iranios. Probablemente los mandeos son los sucesores de una secta judeognóstica derivada del Bautista, originaria de la región del Jordán. Sus más antiguas tradiciones arrojan luz sobre el medio ambiente del Nuevo Testamento, de --> Qumrán y del lenguaje de los escritos joánicos. ba

Mandrágora. Planta que produce frutos aromáticos de color rojo claro, a los que se atribuyen virtudes afrodisíacas y partos fáciles. La Biblia los mencio-na en Cant 7,14 y Gén 30,14-27. En este último pasaje desempeña un pa-pel en la rivalidad de las dos mujeres de Jacob, --> Lía y –> Raquel. El hecho de que precisamente quede en cinta Lía, que renuncia a la mandrágora. puede ser una indicación de que la fecundidad y el alumbramiento vienen de Dios. ba
Manto. Paño grueso, de forma casi cuadrangular, que servía de vestido exterior y, durante la noche, hacía las veces de manta, por lo que no podía ser retenido en prenda de una deuda (Éj 22,25s). Para caminar y trabajar había que despojarse del manto (Mt 24,18; Mc 10,50). we

Manuscritos. Una vez perdida la tota-lidad de los escritos bíblicos origina-les, una de las tareas fundamentales de la –> investigación bíblica es re-construir el –> texto bíblico primi-tivo, con ayuda de las copias manus-critas. En esta empresa, jtmto a la antigüedad y clasificación de los ma-nuscritos, se atiende también a cri-terios de contenido. Los manuscritos presentan con frecuencia --> variantes entre sí, debidas bien a las numerosas posibilidades de equivocación de los copistas, bien a las modificaciones intencionadas introducidas por razones dogmáticas.
La fragilidad de los materiales em-pleados para las copias y la destruc-ción consciente de los textos ya no utilizables en la liturgia — especial-mente los del Antiguo Testamento — disminuyó drásticamente, con el co-rrer del tiempo, el número de manus-critos, aunque los descubrimientos de manuscritos (–> Manuscritos [descubrimientos de]) ofrecen una y otra vez sorprendentes hallazgos. Así, por ejemplo, el texto del Antiguo Testa-mento, llegado hasta nosotros a tra-vés de copias medievales, algunas de las cuales se remontan al siglo VI d.C., ha sido confirmado por testimo-nios de los hallazgos de Qumrán, cuyo fragmento más antiguo puede fechar-se en el 250 a.C.
Para el Nuevo Testamento, la dis-tancia respecto de los originales bí-blicos ha sido notablemente acortada por los descubrimientos de --> papiros. Así, los versículos Jn 18,31-34.37-38 están testificados ya por el papiro 52. del 120 d.C. aproximadamente; de los Evangelios y los Hechos aparecen ma-nuscritos en los papiros 45 y 10; las cartas de Pablo en el papiro 46, todos ellos de principios del siglo III. --> Có-dice. tr

Manuscritos (descubrimientos de). El interés histórico, en auge en los si-glos XVIII y XIX, fue copiosamente recompensado con los descubrimientos de numerosos manuscritos. Tras el hallazgo del --> Codex Sinaiticus por
C. Tischendorf en 1859, apareció en Egipto, hacia finales del siglo XIX, un buen número de papiros que permi-tieron ver el –> griego bíblico a la luz de su medio ambiente; cerca de 80 de estos papiros contenían textos neotes-tamentarios (--> Manuscritos). A partir de 1890, se hallaron en la sinagoga del antiguo El Cairo más de 100 000 fragmentos, que dan testimonio escri-to del texto veterotestamentario hasta el siglo VI d.C. En 1933, las excava-ciones arqueológicas de –> Ugarit su-ministraron importantes conocimientos sobre el medio ambiente del Antiguo Testamento. La investigación del texto veterotestamentario obtuvo, a partir de 1947, un valiosísimo material gra-cias a los manuscritos de Qumrán, que contienen más de cien rollos es-critos entre el 200 a.C. y el 65 d.C. aproximadamente. Este material se ha visto acrecentado por los hallazgos de –> Murabbaat y Masada. En 1945 se descubrieron en --> Nag Hammadi, en el Egipto superior, trece códices de papiros, que contienen unos 50 trata-dos gnósticos (--> Gnosis), casi todos coptos, de los siglos III y IV d.C., de gran interés para la –> investigación bíbl ice. tr

Maqueronte. Lugar de la frontera sur de Perea, en el que Alejandro Yanneo construyó una fortaleza, destruida por Pompeyo (63 a.C.).
Herodes el Grande levantó en el mismo emplazamiento otra fortaleza rnucho mayor, en la que estuvo pri-sionero Juan Bautista. he

Mar (hebr. jam). 1. En sentido geográ-fico: el mar Mediterráneo, el mar Rojo, el mar Muerto, el mar de Galilea (lago de Genesaret) y el mar Adriático.
2. En sentido simbólico: el mar es el conjunto y síntesis de las fuerzas demoníacas y caóticas que el Dios creador y ordenador sometió al prin-cipio del tiempo y a las que vencerá y aniquilará definitivamente en el tiem-po final Os 51,10; Job 26,12; Ap. 21,1). Es la residencia de los poderes caó-ticos muchas veces Identificados con el mismo mar y considerados como --> monstruos marinos. Las olas que todo lo cubren hacían del mar símbolo del reino de los muertos (Ez 26,19s). El mar designa también aquel mar uni-versal que, antes de la creación, cu-bría toda la tierra, o el océano primor-dial de las profundidades (--> Diluvio, --> Mundo [imagen del]).
Frecuentemente, el mar es imagen de los enemigos del pueblo y de los poderes que amenazan la vida de Is-rael o de una persona concreta (Is 17,12s).
3. En el ámbito cultual: --> mar de bronce.
4. En Cor 10,1ss, se considera el paso del mar Rojo como alegoría del bautismo.
5. El mar es también símbolo del mundo (Lc 5,4ss; Jn 21,1ss). he

Mar de bronce. Llamado también sim-plemente «el mar», era un enorme recipiente de bronce, lleno de agua santa y sitiado en el atrio anterior del templo de Salomón (1Re 7,23-36. 44). Originariamente, era el símbolo del abismo de las aguas primordiales como fuente de la vida y de la fecun-didad; más tarde, adquirió el sentido de pila para las abluciones de los sa-cerdotes (2Cró 4,6). he

Mar de cristal. En el Apocalipsis, nom-bre que designa la bóveda celeste (océano celeste), clara como el cris-tal, que se extiende ante el trono de Dios, más allá del --> firmamento. De pie junto al mar de cristal, alaban los mártires a Dios (Ap 15,2s). he   MEQUEDO

Mar de las Cañas (milagro del paso del mar de las Cañas). La salida de Egipto (–> Éxodo) fue decisiva y de-terminante para la experiencia de Dios de los israelitas. El punto culminante lo formaba la liberación del pueblo en el mar de las Cañas ante los carros de guerra del faraón. Las capas narrati-vas, yuxtapuestas y entretejidas unas con otras, de Éx 13,17-14,31 atribuyen esta liberación a la intervención ma-ravillosa y exclusiva de –> Yahveh. Como anunció por medio de –> Moi-sés (Éx 14,13s), peleó contra los ene-migos, «dividió» el mar (como camino para Israel; como poder aniquilador para los adversarios; así el lenguaje sacerdotal) o, respectivamente, arrojó a los egipcios al mar por el terror divino (yahvista). Por eso, Yahveh es venerado por siempre como liberador.
La respuesta sólo puede ser una: temor a Dios y fe (--> Mar de las Cañas [canto del ]; Sal 136 y otros). El tema mar de las Cañas (yam-suf; mar Rojo. quizá el lago Sirbon o el golfo de Aqaba) recuerda el abismo de las aguas (Sal 106,9; 114,3); a esto alude el apaciguamiento de la tormenta, que demuestra que Jesús es el liberador y auxiliador a quien el viento y el mar «obedecen» (Mt 8,27; cf. Mt 16,18. Act 7,36 da una nueva perspectiva: Pablo llama al mar de las Cañas (mar Rojo) «un bautismo de Moisés» (1Cor 10,1ss).pa

Mar de las Cañas (canto del) --> Moisés (cántico de).

Mar Muerto. Recibe este nombre, desde el siglo II d.C., el resto de un lago de agua dulce mezclada con sal situado en la fosa del Jordán, de 85 km de longitud y 15 de anchura, a unos 390 m bajo el nivel del mar. La parte norte de este lago continental alcanza una profundidad de hasta 400 metros; la sección sur, más reciente, tiene sólo una delgada capa de agua. El elevado porcentaje de sal hace imposible la vida; de ahí deriva su nombre de mar Muerto.
La Biblia lo designa de varias maneras: mar de la sal, mar del desierto (Dt 3,17) y — en oposición al Mediterráneo— mar oriental (Zac 14,8).we

Mar Rojo. En los LXX y en el Nuevo Testamento (Act 7,36; Heb 11,29), se da este nombre al —> mar de las Cañas, que en la tradición veterotestamentaria puede referirse, acaso, al golfo de Aqaba (Éx 23,31; 1 Re 9,26) y a un lugar, que no se determina con mayor precisión, al oeste de la península del Sinaí, en que tuvo lugar el paso milagroso de los israelitas (Éx 13,18). En Pablo (1Cor 10,1s , los padres de la Iglesia y la liturgia, el paso del mar Rojo es símbolo del —> bautismo. we

Maranatha. Palabra aramea que significa: «El Señor ha venido» o «¡Ven, Señor». La primitiva Iglesia la empleaba en la oración litúrgica (1Cor 16, 22). El doble significado de esta expresión indica bien la tensión escatológica en que la comunidad cristiana vivía: confesaba a Jesús como —> Señor que, aunque en lo oculto, ya había venido y, al mismo tiempo, suplicaba que se revelara abiertamente y sin velos su dominio sobre el mundo entero. —> Nueva venida. gl

Marco narrativo. Muchos acontecimientos bíblicos fueron narrados inicialmente en exposiciones Independientes, hasta ser introducidos y ordenados literariamente dentro de un libro bíblico. El autor o —> redactor tomó estos relatos y los introdujo en la historia del pueblo de Dios, consciente de la voluntad salvífica divina. Para conseguir una unidad artística narrativa con los diversos relatos aislados, los autores echaron mano de diversos medios literarios. Uno de ellos es el marco narrativo. El relato recibía así un «armazón» exterior que podía constar de diversos marcos o esquemas cronológicos, geográficos, teológicos, etc. Así, p. ej., el primer relato de la creación (Gén 1,1-2,4) fue ordenado en el cuadro del esquema temporal de los días de la semana. la

Marcos. Nombre de origen romano. En Act 12,12.25; 15,37, aparece como sobrenombre (o doble nombre) de un Juan de Jerusalén, llamado también a veces simplemente Juan (Act 13,5.13) o bien Marcos (Act 15,39). Marcos era hijo de María, mujer cuya casa servía de lugar de reunión de la comunidad de Jerusalén (Act 12,12-17). —> Pablo y —> Bernabé llevaron a Marcos a Antioquía (Act 12,25), y le tomaran consigo, como «compañero», en su viaje misional a Chipre. Ya en suelo de Asia menor, en Perge de Panfilia, «Juan se separó de ellos y se volvió a Jerusalén» (Act 13,13). Pablo se negó a llevar consigo a Marcos en su segundo viaje misional y, por esta diferencia de opiniones, se separó también de Bernabé; éste marchó con Marcos a Chipre (Act 15,36-39).
Caso de que Juan Marcos pueda ser Identificado con Marcos, primo de Bernabé (Col 4,10), podría ser también el mismo Marcos de Fllernán 24 y 2Tim 4,11. La respuesta a esta pregunta — así como la de la identificación del Marcos de 1Pe 5,13 con Juan Marcos— depende, entre otras cosas, de la cuestión de la paternidad de estas cartas. En todo caso, 1Pe 5,13 puede haber desempeñado cierto papel en la atribución, por la tradición eclesiástica, del segundo Evangelio a Marcos, intérprete de Pedro. pe

Marcos (Evangelio de). El Evangelio de Marcos, segundo en la lista de los libros canónicos del Nuevo Testamento, es cronológicamente el más antiguo de los cuatro Evangelios. —> Marcos pasa por ser el «inventor» del —> género literario --> «evangelio». Haciendo una selección del material tradicional llegado hasta él (sentencias de Jesús y, sobre todo narraciones sobre Jesús), ha trazado un cuadro casi biográfico (cronológico y geográfico) que se extiende desde el bautismo de Jesús, por Juan Bautista en el Jordán, hasta el descubrimiento del sepulcro vacío en Jerusalén. Dentro de este cuadro, que Marcos crea mediante notas introductorias o trazos unitivos que cohesionan las perícopas aisladas o las colecciones parciales transmitidas por la tradición, hay un principio objetivoteológico que regula toda la estructura de la construcción. Incluso los datos geográficos y cronológicos se encuentran en gran parte al servicio de las afirmaciones teológicas que el —> redactor «conservador» (mucho menos manipulador del material tradicional que Mt y Lc) expone sobre todo por medio de la ordenación y de la interpretación de la tradición (interpretación que se descubre a través de las adiciones, de los paréntesis y los toques de atención). El esquema general de Marcos se divide en seis grandes capítulos, cada uno de los cuales consta, a su vez, de tres seciones (que incluyen una sección intermedia con aproximadamente la misma extensión que las secciones extremas). El capítulo 13 ha sido introducido como suplemento actual polemicoapologético.
La primera parte (1,1-3,6) abarca, además del prólogo (1,1-15), la llamada de los discípulos (1,16-20) y el día de la poderosa actuación de Jesús en —> Cafarnaúm (1,21-34) y, como sección intermedia, la cota máxima de la actuación de Jesús «en toda Galilea» (1,35-45); la sección tercera incluye las polémicas (—> Controversia) con los enemigos, en las que Jesús demuestra una vez más su poder (2,1-3,6).
La segunda parte se extiende en el marco de dos perícopas relativas a los discípulos (3,12-19; 6,7-13), de la colección narrativa referente al éxito de la actuación de Jesús (3,7-12) y al relato de la muerte del Bautista (6,14-29). Hay aquí materiales tradicionales que explican la división de pareceres creada en los oyentes de Jesús por la predicación del Señor (4,1-34), así como la sentencia sobre la verdadera y la falsa familia (3,20-35); la sección intermedia (4,35-5,20) indica el comienzo de la predicación entre los paganos; la sección tercera (5,21-6,6.7-29) explica cómo Jesús fue rechazado en su propia aldea, a pesar de sus poderosas y milagrosas acciones. De este modo, se alude ya al camino hacia los —> gentiles, que es el tema de la tercera parte.
En esta tercera parte (6,30-8,26), la sección intermedia está constituida por el discurso sobre lo puro y lo impuro (7,14-23). A este discurso corresponden las controversias en que los fariseos pretenden reservar la salvación para los judíos (7,1-13), mientras que los sirofenicios piden la salvación para los paganos (7,24-30). Contiene además los dos milagros de la multiplicación de panes (para los judíos 6,34-44; para los gentiles 8,1-9), los relatos del mar (6,45-52; 8,13-21) y las restantes perícopas, que destacan, sobre todo este fondo, la incomprensión de los discípulos ante el camino que toma Jesús.
La curación del ciego (8,22-26) lleva a la confesión de Pedro y, de esta suerte, a la cuarta parte (8,27-10,52), que se articula en tres profecías so-bre la pasión y resurrección (8,31; 9,31; 10,33s) y trata del destino de Jesús y de los discípulos que le siguen.
La quinta parte (11,1-12,44), narra la estancia de Jesús en Jerusalén y los enfrentamientos que le llevaron a la muerte. La cota máxima de la sec-ción intermedia se sitúa en el proble-ma de la autoridad de Jesús (11,27-33) y en la parábola de los viñadores (12, 1-12); a esto mismo se refiere la puri-ficación del templo (11,12-26) encua-drada simbólicamente por la maldición de la higuera; la sección concluye con la controversia frente a los grupos par-ticulares de los dirigentes judíos (12, 13-40). Con ocasión de abandonar Je-sús por última vez el templo, inserta el evangelista el capítulo 13, que com-bate la falsa esperanza próxima suscitada por la destrucción del tem-plo, al separar — mediante la inter-pretación de un boletín escatológico — la destrucción del templo y el fin del mundo y, con palabras de Jesús e imá-genes propias, enseña la verdadera esperanza próxima (vigilancia).
La sexta parte del Evangelio de Mc trae, finalmente, la historia de la pa-sión y, como conclusión (16,1-8) la proclamación pascual de Marcos (14, 1-16,8). En la sección intermedia se en-cuadran los dos interrogatorios (14,52- 65;15,1-5) y la negación de Pedro (14, 66-72). A la historia de la pasión como punto culminante y conclusión del Evangelio ha orientado el evangelista todo su escrito, que se podría titu-lar muy bien: «Historia de la pasión con una introducción detallada.» El centurión bajo la cruz expresa una plena confesión de Jesús como Hijo de Dios (15,39), a quien el Evange-lio de Marcos quiere anunciar ante los lectores helenocristianos (1,1.11). El camino de Jesús a la cruz es presenta-do como camino a los gentiles. Es indiscutible la tendencia misional del Evangelio de Marcos; a esta tenden-cia se orienta también la concepción del —> misterio del Mesías.
La antigua tradición eclesiástica, que sitúa en Roma la composición del Evangelio, tiene buenas razones in-ternas en su favor. No hay por qué dudar que el autor del segundo Evan-gelio se llame efectivamente Marcos, aunque puede dudarse en cambio, y con motivos convincentes, de su iden-tificación con Juan Marcos. La «con-tribución teológica» de Marcos, más valorada en los últimos tiempos, ha modificado la antigua cuestión del autor de este Evangelio. pe

Marcha de Jesús sobre el mar. Lo mis-mo que el relato de la tempestad, la narración de la marcha de Jesús sobre el mar es considerada por los investigadores actuales como una na-rración de milagro de epifanía, para cuya composición no interesa tanto (o no interesa, simplemente) el re-cuerdo histórico cuanto la confesión de Cristo y el interés de la predica-ción. La perícopa de la marcha de Je-sús sobre el mar ha sido conservada en los variantes de la tradición, en Mc 6,45-52 y en Jn 6,16-21; Mt 14,22-23 es una reelaboración redaccional lel material preexistente de Mc, añadien-do la marcha de Pedro. El cariz de pro-clamación del relato original de la mar-cha de Jesús — que puede advertirse en las dos composiciones (Me y Jn) — manifiesta claramente la intención de celebrar a —> Jesús como el Señor que, igual que Yahveh, camina sobre los abismos del mar y sobre el ele-mento caótico (cf. sobre esto, Mc 6,48; Jn 6,19; Sal 77,20; is 43,16; Job 9,8), y se presenta a sus discípulos con la fórmula de revelación «Yo soy» (Mc 6,50, Jn 6,20); su epifanía despierta el temor propio de lo divino, con la vieja exhortación «No temáis». De esta narración milagrosa de tipo kerygmá-tico no se puede mantener que se trate de una narración anterior a la pas-cua, ya que todos y cada uno de sus rasgos se encuentran al servicio de la afirmación central de la predicación («Jesús es el Señor divino»). pe

Mardoqueo. Según la narración del libro de Ester (—> Ester [libro de]), Mardoqueo fue un judío deportado en el año 597 a.C., empleado en el palacio del rey persa Jerjes, en Susa. A una con su ahijada --> Ester, estableció como día conmemorativo de la liberación de los judíos del decreto de exterminio, la fiesta de los —> purim, llamada también día de Mardoqueo (2Mac 15,36). we

Marduk. Dios nacional de —> Babilonia, llamado en la Biblia Merodak o Bel (Jer 50,2). Bajo --> Hammurabi fue elevado a la categoría de señor de los dioses y del mundo y se le colocó así a la cabeza del panteón babilónico. En el epos de la creación de --> enuma elish se dio una motivación teológica a su ascenso, provocado por razones políticas: por haber vencido Marduk en batalla al poder caótico Tiamat, se le concedió el primer rango entre todos los dioses y el dominio del mundo. En la fiesta del año nuevo, fiesta principal de Marduk, se representaba dramáticamente este epos.
El Antiguo Testamento expone con hiriente sarcasmo la impotencia de Marduk (Dan 14,1-22). we

Mari. Importante ciudad del curso medio del Éufrates. Se han descubierto en ella restos de varios templos, una torre escalonada y numerosas estatuas del tercer milenio a.C. Mari alcanzó el cenit de su historia en los siglos XIX y XVIII a.C. Después de ser destruida por --> Hammurabi hacia el año 1760 a.C., la ciudad perdió su importancia política. De la edad de oro babilónica quedan como testimonio sobre todo un poderoso palacio con numerosas dependencias y un archivo con unas 20 000 tablas cuneiformes de barro, que contienen principalmente correspondencia; estos documentos han arrojado mucha luz sobre la situación política, económica y social de la época de Hammurabi Por lo que hace al Antiguo Testamento, y especialmente a la historia de los patriarcas, son importantes las noticias sobre los nómadas, su organización y sus marchas transhumantes (cf. Gén 11,31). En estos documentos se habla con frecuencia de los habiru y de los binujamina. we

María. Madre de --> Jesús el —> Hijo de Dios. Nuestro —> Señor nació de una madre de la raza humana (Gál 4,4). María pertenece al pueblo de --> Israel, a quien Dios dio su palabra y su alianza; María se somete y somete a su Hijo a los preceptos de su fe (—> circuncisión, visita al templo). Al final de su vida forma parte, como «madre de Jesús» (Act 1,14) de la comunidad de los discípulos, que, por el —> Espíritu Santo, pasa a ser comunidad escatológica. Todos los Evangelios mencionan a María, pero cuentan pocas cosas de su vida. María aparece siempre en segundo término respecto de su Hijo: «El niño con su madre» (Mt 2,11-13). No escuchamos de labios de Jesús la expresión: «madre». Todo el que «guarda» la palabra de Dios (Le 11,28; 2,19.51), todo el que entra en la comunidad de sus discípulos, es para Jesús «su madre y hermano». Sólo en la cruz presenta Jesús expresamente a María como «madre» para el futuro de los suyos (Jn 19,25ss). Así, María es para los santos padres madre de la Iglesia; más aún, tipo de la madre Iglesia.
María en el plan salvífico de Dios: El Nuevo Testamento no tiene interés alguno en los detalles biográficos (muy de otra suerte que las historias apócrifas de la —> infancia de la época posterior); su interés se centra en situar a María dentro del plan de Dios. Si todo ha sido creado en orden a Cristo (Col 1,16), lo ha sido sobre todo María (--> Árbol genealógico de Jesús, Mt 1,16). En ella el --> Logos se hizo carne, es decir, hombre (Jn 1,14), de modo que la Palabra de Dios entró en relación especial con ella. Ella es la —> virgen que da a luz al «Emmanuel» (Is 7,14 LXX; Mt 1,23), la —> tienda de la alianza, cubierta por la sombra de la nube de la presencia de Dios (Ex 40,35; Lc 1,35) y la imagen de la hija de Sión del tiempo nuevo (Lc 1-2, según Sof y Miq).
La fe de María: Dios escoge, como soberano, la hora de su intervención (la «plenitud de los tiempos»). Y así, María desposada ya con --> José, pero todavía no- llevada a casa de su esposo, concebirá sin intervención humana. «Pues para Dios nada es imposible» (Lc 1,37). Esta sentencia, y el modo de responder María, recuerdan a Abraham (Gén 18,49; LXX). Ambos creyentes recorren — cada uno en su época — un camino que no conocen, pero que desemboca en la entrega de su hijo (Gén 22; cruz). Siempre se le pide a María que esté atenta a la «hora» (Lc 2,40ss; Jn 2,1ss). Y ella se inclina a la disposición como «sierva del Señor». Con el «hágase en mí según tu palabra», pronuncia María la más honda palabra de la fe. En el —> magníficat une su voz al coro de los antiguos suplicantes y reconoce que Dios la «miró» para aceptar, compasivo, todos los pobres y humildes. ru

María de Betania. Según Jn, hermana de Marta y de Lázaro. Según 10,38, está a la escucha atenta de las palabras de Jesús, por lo que es mal comprendida por los demás, pero el Señor la defiende. Según Jn 12,3 María ungió a Jesús. zi

María Magdalena (= María de —> Magdalena), una de las mujeres curadas por Jesús (Lc 8,2). Acompañó al Señor, estuvo al pie de la cruz (Mt 27,55ss; Jn 19,25) y fue la primera en ver al Resucitado cuando en la mañana de pascua se dirigió al sepulcro (Jn 20, 11-18; Mc 16,9). Posteriormente se la identificó con la pecadora arrepentida de Lc 7,37-50. he

Marta. Nombre femenino arameo, que Juan da a una de las hermanas de Lázaro de Betania, en las cercanías de Jerusalén. Marta, su hermano Lázaro y su hermana María eran amigos de Jesús (Jn 11,5). En la resurrección de --> Lázaro, Marta confesó a Jesús como -+ Mesías e --> Hijo de Dios (Jn 11,27).
También Lucas habla de las hermanas Marta y María, pero Marta es aquí (Lc 10,38ss) la hacendosa ama de casa que, absorbida por los deberes de la hospitalidad, descuida —> oír la —> palabra y es reprendida por ello. hi

Mártir (gr. «testigo»). Al principio, la voz se usa en la literatura neotestamentaria sólo en su significado jurídico profano. Pero dado que la proclamación del —> Evangelio pone al mundo ante la —> decisión y le somete a —> juicio, la función del testigo experimenta una profunda reflexión teológica, en virtud de la cual el concepto de testimonio puede llegar a ser término técnico de la proclamación, como acontece, p. ej., en el Evangelio de Juan. Con todo, en este caso se trata más de la persona misma de Jesús que de los hechos históricos, al contrario que en los escritos de Lucas, que utilizan de manera acusada el concepto de testigo en conexión con el acontecimiento pascual. La interpretación de la —> pasión de Cristo por la teología protocristiana y la irrupción de las persecuciones hacían cada vez más evidente la posibilidad de que el creyente se viera obligado a dar su testimonio al mundo incluso a costa de su vida. Así, a partir del siglo II, el concepto de mártir se va reservando poco a poco para el testimonio de sangre. --> Seguimiento de la cruz. tr

Martirio de Isaías. Leyenda martirial judía, de hacia el 100 a.C. El profeta Isaías es perseguido y aserrado por el rey Manasés. La leyenda refleja probablemente los enfrentamientos internos de los judíos en la época de los Macabeos. —> Ascensión de Isaías. ba

Más allá. La idea de la vida de ultratumba se deriva de la concepción del mundo (--> Mundo [imagen del]) de la Biblia. En esta concepción, el cosmos consta de tres niveles o pisos: el mundo subterráneo (--> Sheol), el mundo de los hombres y el mundo de lo celeste. Esta idea aparece con especial claridad en el judaísmo apocalíptico. Con todo, a partir de estas ideas se advierte ya el reconocimiento bíblico de la unidad del mundo: --> Yahveh es el creador y señor único, que domina lo celeste, lo terrestre y lo infraterrestre. En el Creador halla el mundo su unidad. En el acontecimiento salvífico de —> Cristo --> Jesús se percibe con absoluta claridad que Cristo es el Señor único de este mundo. Ante él doblan la rodilla los cielos, Ja tierra y los abismos (Flp 2,10s). En Cristo se reconcilió definitivamente la unidad del mundo. A partir de este momento, no es ya admisible hablar de dos mundos, de un «aquí» y un «más allá». Este mundo único pertenece al Señor, o bien está contra el Señor. Dado que Cristo se ha hecho hombre en este mundo único y ha llegado en él a una vida nueva, los cristianos no se refugian en un «más allá» mejor. Por tanto, el «más allá» sólo puede significar que hay algo más allá y fuera de las posibilidades humanas que debe agradecerse a Dios y que procede de su —> futuro. El reino de Dios sólo puede llamarse un «más allá» en el sentido de qúe no es algo construido por el hombre ni puede ser manipulado por éste a voluntad. gr

Mashal. En Israel se llamaban mashal los géneros literarios propios de las canciones sarcásticas (—> Sátira) y de los proverbios de escarnio, pero también los mismos --> proverbios, ya que «convertirse en proverbio», «andar en boca de la gente», equivale a ser objeto de su burla. pa

Masoretas. ---) Escribas judíos, de los siglos VII al IX d.C., que transmitieron con absoluta fidelidad y fijaron definitivamente el texto Literal de la Biblia hebrea. Atendiendo a que al principio el alfabeto hebreo sólo tenía consonantes, los masoretas inventaron un sistema de vocales y acentos que unificó el texto, reguló hasta en los menores detalles la pronunciación y desterró casi por completo las incertidumbres textuales. Para asegurar el texto sirvieron también las notas marginales, llamadas masora, que contenían observaciones estadísticas e indicaciones sobre las peculiaridades del texto escrito (--> Ketib y qere). we

Masseba. Piedra, labrada o sin labrar, erigida verticalmente, como señal, que indicaba un lugar sagrado, o una tumba, o recordaba las apariciones de Yahveh (Gén 28,18ss; 35,14). Es indiscutible que tales «massebas» eran veneradas en Israel. Con todo, las más de las veces el Antiguo Testamento entiende por masseba una piedra que pertenecía esencialmente al culto cana-neo y que se hallaba sobre o cerca de un altar (de --> Baal), preferentemente en los --> altos. Se las consideraba dotadas de la fuerza de las divinidades masculinas y eran, por consiguiente, objeto de veneración. Bajo el influjo cananeo, la veneración israelita hacia las «massebas» daba ocasión a que se interpretara erróneamente a Yahveh como divinidad de la naturaleza vinculada a un lugar; de ahí que los israelitas fielmente yahvistas condenaran toda veneración de las «massebas» como idolatría (Dt 16,22; Os 10,1ss; Miq 5,12). he

Massot —› Acimos.

Mateo. Forma helenizada de mattanya (hebr. «don de Yahveh»), nombre de un personaje citado en las listas de apóstoles (Mt 10,3; Mc 3,18; Lc 6,15; Act 1,13), en séptimo (Mc y Lc) o en octavo (Mt y Act) lugar, entre los --> doce. Aparte su mención en las listas, juega Mateo un importante papel por habérsele adjudicado el Evangelio de su nombre. El evangelista Mateo (que, de acuerdp con los resultados de la investigación moderna, no puede coincidir con el apóstol de las listas de los doce), no ha identificado al publicano –> Leví (Mc 2,14; Lc par.) con el Mateo de Mt 9,9 del círculo de los doce, sino que lo ha sustituido por Mateo. Contra la identificación se pronuncian indiscutibles observaciones literarias (p. ej., la distinta utilización del simple legomenos por el determinativo ho legomenos en el Evangelio de Mt).
La sustitución de Leví por Mateo se entiende perfectamente en las intenciones del redactor del Evangelio de Mateo: el evangelista identifica a los doce con los –> discípulos, de tal modo que no puede mencionar el nombre de un decimotercer discípulo; el evangelista suprime igualmente los nombres de otras personas, por lo demás desconocidas para él (los herodianos, los hijos del trueno, Jairo, Felipe, Bartimeo, Alejandro y Rufo, Salomé); la sustitución de Salomé por la madre de los Zebedeos en Mt confirma de modo especial la opinión de la sustitución de Leví por Mateo. Mt 9,9 ha sido formulado redaccionalmente por el evangelista frente a Mc 2,14; la adición .el publicanos de Mt 10,3 el nombre de Mateo procede también de la pluma del evangelista, que acaso quería dedicar así un recuerdo especial a un apóstol particularmente venerado en su Iglesia local. La conexión con la tradición sobre Mateo como autor de este Evangelio no está bien aclarada. pe

Mateo (Evangelio de). Al igual que para el Evangelio de Lucas, también para el de Mateo la fuente principal es el Evangelio de Marcos (-+ Marcos [Evangelio de]). El Evangelio de Mt ha recogido casi enteramente el material de Marcos y ha conservado asimismo la secuencia de las (87) perícopas, con 7 divergencias. Los elementos de Mt no contenidos en Mc — casi enteramente constituidos por discursos — proceden, aproximadamente mitad por mitad, de la fuente de los --> logia, y de un material peculiar de Mt.
Aun. cuando Mt sigue en amplia medida el esquema de Mc, en el esquema de Mt, fuertemente configurado por perspectivas catequéticas y sistemáticas, predominan claramente los discursos, que el evangelista subraya con fórmulas de conclusión una y otra vez repetidas (p. ej., 7,28: «y sucedió que cuando acabó Jesús estos discursos, la gente quedó asombrada de su doctrina•; cf. 11-1; 13,53; 19,1; 26,1). Esta circunstancia Indica ya que es descaminado atribuir a Mt una estructura bbiográfica, como habitualmente se ha hecho. El Evangelio de Mt ofrece en primer término un amplio •prólogo» (1,1-4.11), con la historia de la -+ infancia (1-2), la sección — correspondiente a Mc 1,1-13 — del Bautista (que en Mt está al servicio de la apologética contra el judaísmo incrédulo y anuncia ya el mensaje de Jesús de la proximidad del reino de Dios) y el bautismo y la tentación de Jesús (3, 1-4,11). Tras una transición, que narra sumariamente la predicación del reino de Dios por Jesús (4,12-17), la llamada de los discípulos (4,18-22) y la primera actuación en Galilea (4,23-25), viene el primer gran discurso, el –> sermón de la montaña, que muestra a Jesús como el Señor poderoso de la –> palabra, el anunciador de la voluntad divina y de la nueva justicia (5-7). Mateo incluye un ciclo de 10 narraciones de milagros (8-9), en el que proclama a Jesús como Señor poderoso en curaciones, como aquel que «ha quitado nuestras enfermedades• (8,17), y hace tales –> milagros como nunca se han visto en Israel» (9,33). Los discípulos deben continuar las obras y palabras de Jesús; el dueño de la mies envía obreros a su campo (9,38).
Éste es el tema de la sección siguiente sobre los discípulos, que contiene el discurso apostólico (10), segunda sección discursiva. La sección siguiente (11-12) trata de la decisión que las obras y el mensaje de Jesús exigen .¿Eres tú el que ha de venir?», (11,8). Sigue de nuevo un discurso y una colección de siete parábolas sobre el reino de Dios, en el capítulo 13. En la sección siguiente (14-17), Mateo sigue exactamente el hilo narrativo de Mc (6,14ss), que ya había colocado en primer plano la temática de los discípulos. En Mt, la temática desemboca en el cuarto discurso, llamado •discurso eclesiológico• o «regla de la comunidad» (18).
Los capítulos 19-22 se sitúan en Jerusalén y ofrecen las controversias mantenidas en la ciudad, que se cierran con el gran discurso de las maldiciones contra los escribas y fariseos (23). A este discurso sigue inmediatamente el gran discurso escatológico (desligado, contrariamente a Marcos, de la temática de Jerusalén —que ha sido anticipada a 23,37-39 — y referido exclusivamente al fin del mundo;' el texto se explana en varias comparaciones en torno a la parusía.
Viene a continuación la historia de la pasión (26-27) y la proclamación pascual (28) con el grandioso manifiesto misional final (28-16-20).
Al igual que Lc, Mt allana el desigual estilo de sus fuentes; partículas de enlace aparentemente cronológicas (•y entonces», •después•) unen fuertemente las perícopas aisladas. Llama la atención la predicación de Mt por las repeticiones formales y las acomodaciones; el –> redactor realizó un trabajo sumamente meticuloso, al resolver contradicciones, eliminar puntos difíciles, borrar o identificar, unos con otros, nombres de personas y lugares, etc. Incluso las más breves partículas, como «he aquí• (para destacar acontecimientos especiales, sobre todo los milagros) han sido colocadas con acusada premeditación. Las abreviaciones del material narrativo están al servicio del Interés  teológico, y más concretamente de la concentración del Interés en el –> Mesías, --> Jesús (--> Hijo de Dios), presentado como Señor divino.
Ya en el prólogo indica Mt su triple objetivo de demostrar que Jesús es el Mesías enviado 'a Israel, el portador de la salvación de la humanidad y el Hijo de Dios. En lo histórico, la actuación terrena de Jesús queda circunscrita en Israel que, como Mateo subraya, negó culpablemente a su Mesías; pero está siempre a la vista la salvación de los gentiles, a quienes está dirigida la manifestación final. A demostrar que Jesús es realmente el Mesías prometido, se ordena el colorido veterotestamentario de las secciones narrativas utilizado por Mateo y, sobre todo, las citas de cumplimiento de la Sagrada Escritura, particularmente las características --> citas reflexivas (1,22; 2,15.23; 4,14; 8,17 y otros).
Los –> discípulos, que Mateo Identifica con los –> doce (ilimitación del círculo de discípulos a doce personas!) representan ya el verdadero Israel de los que, en cumplimiento de la voluntad de Dios anunciada por Jesús, practican la justicia perfecta. La descripción de los discípulos tiene una clara función parenética. El interés eclesiológico de Mateo es uno de los más destacados motivos de la configuración del Evangelio de su nombre, único que transmite la llamada promesa del –> primado a Pedro y la sentencia sobre la edificación de la Iglesia (16,17ss).
El Evangelio de Mateo, cuidadosamente planeado y redactado, fue compuesto originariamente en griego; no se trata, pues, de la traducción de un anterior Evangelio arameo. El autor pudo escribirlo con destino a la comunidad helenocristiana, que se hallaba en cierta oposición con el judaismo, consolidado después de la catástrofe del 70 d.C. El autor y el lugar de composición son desconocidos. –> Mateo.pe

Matías. Según Act 1,23ss, Matías fue designado por suerte, en competencia con José Barsaba, para sustituir a Judas Iscariote y completar el número de los doce apóstoles. En este contexto se advierte claramente el origen apostólico de la sucesión. Sobre los hechos posteriores de Matías, no tenemos información alguna históricamente segura. Un evangelio apócrifo lleva su nombre. zi

Matriarcado. Mejor expresado por •derecho materno•, es una forma social en que la descendencia, el parentesco y la herencia se determinan por línea materna. El lugar de residencia de la madre es determinante para el varón y los hijos. Aun cuando en esta forma social la mujer ocupa un lugar destacado, con todo, el matriarcado no se caracteriza esencialmente por la autoridad de la madre.
En el Antiguo Testamento no puede percibirse claramente una estructura social matriarcal, aunque haya podido existir en una época preisraelita (cf. Gén 2,24). Una forma especial de matriarcado es el matrimonio de visita, en el que marido y mujer siguen viviendo separadamente, cada uno con su parentela, y el marido se limita a visitar de vez en cuando a su mujer (cf. Jue 14). we

Matrimonio. La Biblia da por supuesto, en el Antiguo Testamento y en el Nuevo, tanto en el ámbito griego como en el judío, que el matrimonio y el estado de casado es la institución social normal. A pesar de su carácter de institución divina, el matrimonio es esencialmente, en el pensamiento veterotestamentario, una organización civil de derecho privado, una «realidad de este mundo». El matrimonio está concebido desde el hombre y posee una magnitud social claramente ordenada a la --> familia, ante todo y sobre todo a la generación de descendencia y, por consiguiente, a la perpetuación familiar. En el matrimonio tiene su lugar propio el --> amor, la ayuda mutua, la satisfacción sexual.
Contraer matrimonio es asunto de competencia de las familias. Mediante el contrato nupcial, la --> esposa pasa de la posesión y dependencia jurídica paterna a la de su marido. Las obligaciones jurídicas y morales son muy distintas en el hombre y en la mujer, tal como se advierte sobre todo en las determinaciones legales sobre el --> adulterio. El Antiguo Testamento no conoce para el hombre la obligación del matrimonio con una sola mujer. El hombre tiene además el derecho de despedir a la mujer, de modo que es posible una —> poligamia sucesiva. Con todo, también en el Antiguo Testamento el matrimonio monógamo sigue siendo el ideal (Tob 8,7) y se encuentran fuertes críticas sobre el divorcio (Mal 2,14).
El matrimonio en sí no suscita ningún interés especial en el Nuevo Testamento. De modo general se habla de él únicamente en los casos límites, cuando se someten a debate las irregularidades, cuando se previene contra la --> incontinencia, se amonesta contra el adulterio o se prohíbe el —> divorcio. Pero dado que estas manifestaciones esporádicas se encuadran en la discusión de un caso límite, ponen al descubierto los fundamentos del matrimonio en la perspectiva neotestamentaria del matrimonio en conexión con la intelección de la fe neotestamentaria. En el diálogo de Jesús con los fariseos sobre la permisión del divorcio (Mt 10,219) y en la subsiguiente instrucción a los discípulos (Mc 10, 10-12) se somete a cuestión radicalmente y sobre todo teniendo a la vista la respuesta de Jesús, la licitud misma del divorcio. Mt 19,3 enfoca la cuestión de otro modo: se discute la licitud del divorcio por un motivo cualquiera y se exceptúa de la prohibición del divorcio el caso de porneia (¿incontinencia, adulterio, incesto?). (Cf también Mt 5,32). Mientras que los fariseos sólo se preocupan egoísticamente de la permisión, Jesús replica con una pregunta que se refiere al mandato, es decir, enfoca el tema desde la voluntad de Dios. Jesús se pregunta por la conducta humana libre, mientras que la respuesta de los adversarios gira en torno a la dispensa legal. El diálogo, que culmina en la prohibición del divorcio, se desenvuelve, pues, en el fondo, en torno al abismo de los comportamientos humanos. Sólo la dureza de corarón ha permitido pensar en el divorcio; pero el verdadero fundamento del matrimonio es el amor y la fidelidad, que responden a la' voluntad creadora de Dios que creó al ser humano como --> varón y —> mujer (Gén 1,27), de modo que ambos se complementan y son el uno para el otro (Gén 2,24). No se debe, por tanto, interpretar la respuesta de Jesús de un modo legal, ya que esta respuesta quiere salirse precisamente de la estrechez de mí-ras del pensamiento legal y recrimina la dureza de corazón, la falta de humanidad del hombre que busca el divorcio.
El matrimonio ha sido hecho para vincular y adherir, para crear unidad. Aquel que con una •permisión» quiere sustraerse a este vínculo y adhesión, actúa contra la voluntad de Dios e inhumanamente. Ahora bien, el hombre debe vivir de acuerdo con la voluntad de Dios, esto es, en el matrimonio: vivir teniendo en cuenta que constituye una unidad, tomar con absoluta seriedad la vinculación e inserción que lleva consigo. La exigencia de Jesús se explica, en virtud de su interpretación de la voluntad de Dios en las polémicas de los Evangelios, como exigencia del amor incondicional y de los sentimientos de humanidad. Y la radicalidad de esta exigencia de Jesús se percibe claramente en su toma de posición respecto del adulterio: la sola mirada concupiscente de un hombre casado a una mujer que no es la suya constituye adulterio (Mt 5,27s), porque va contra la obligación del --> corazón, contra la fidelidad que constituye el fundamento del matrimonio. La fidelidad es, de acuerdo con su propia esencia, veracidad, confianza y fe. En el horizonte de la proclamación de Jesús, fe en el otro cónyuge significa fe en las posibilidades de Dios en favor de los otros, posibilidades que Jesús ha prometido a los hombres, como, p. ej., perdón de los pecados, solidaridad, buen comportamiento, no sometido a la ley, sino libre y de corazón: amor. Pues, en efecto, ¿quién hay más próximo a la mujer que su marido, y al marido que su mujer? (Mc 12,30s).
También Pablo conoce la prohibición del divorcio que proclama Jesús. La fórmula que emplea (1Cor 7,11s) indica que el apóstol toma muy en serio la estructura conyugal, la compañía mutua del matrimonio. Utiliza con. predilección formas dobles que expresan la reciprocidad del comportamiento matrimonial (1Cor 7,4; 11,11s). Pablo sabe ciertamente que, atendida la proximidad del fin, el celibato es la postura conveniente, pero no ignora •que cada uno ha recibido su don de Dios, el uno así y el otro de otra manera» (1Cor 7,7). El apóstol admite la posibilidad del divorcio en el caso de que un incrédulo quiera separarse de su cónyuge creyente (1Cor 7,15); es decir, no interpreta el vínculo matrimonial de modo natural, sino histórico, desde la vocación del hombre, que él llama aquí concretamente vocación para la paz. Incluso él, que es capaz de escribir que es mejor casarse que quemarse, muestra, al hablar de la fornicación en 1Cor 6, que el matrimonio no es válido únicamente como remedio contra la sexualidad desordenada, sino que es una vocación y una tarea acorde con la dignidad de la persona humana. Aún dentro de una perspectiva del matrimonio relativamente pesimista, supera Pablo la perspectiva naturalista del matrimonio. El texto que enseñó a considerar el matrimonio como un sacramento (Ef 5,22-33) rechaza toda intelección naturalista del mismo. A los hombres se les predica amor y entrega a imitación. de Cristo, que se entregó a sí mismo en la muerte. Y así, el misterio del matrimonio es el misterio del amor. pe

Matrimonio (compromiso de). En el Antiguo Testamento y en el judaísmo, la promesa o compromiso de matrimonio era un acto público, dotado de fuerza jurídica, que precedía a la celebración del matrimonio como tal. El acto consistía en pagar al padre de la novia la suma de dinero acordada. Con esto, la --> esposa quedaba jurídicamente vinculada al --> esposo y sujeta a pena de muerte en caso de infidelidad (Dt 22,23-27). La --> boda consistía propiamente en llevar a casa del novio a la desposada, pues entre los dos actos mediaba un lapso temporal (cf. Mt 1,18ss). ba

Matrimonio mixto. En el Antiguo Testamento, se consideran matrimonios mixtos los contraídos por israelitas con no israelitas. A causa de peligro de -> caída, fueron mal vistos y, en época posterior, estrictamente prohibidos (Dt 7,3).
En el Nuevo Testamento, es el matrimonio de una mujer cristiana con un pagano (eventualmente, a la inversa). Bajo determinadas condiciones, este matrimonio admitía el divorcio (privilegio paulino, 1Cor 7,12-15). ba

Mayúsculas -> Unciales.
Media. Estado del norte del Irán, al sur del mar Caspio, de población indo-germana (cf. Gén 10,2). Media, sometida primero al dominio asirio (2Re 17,6), conquistó, aliada con Babilonia, la ciudad de Níníve (612 a.C.) y fue, durante breve tiempo, centro de un imperio considerable, con capital en Ecbátana (Jdt 1,1). El año 553 a.C., Ciro el Grande anexionó Media al imperio persa (Dan 6; Esd 6,2; Est 1,3. 19). we

Mediador. 1. En la historia de las religiones: El concepto de mediador es una de las ideas centrales de las religiones, que se hace comprensible - desde el misterio de --> Dios y de lo santo. SI «Dios» es designación de la realidad numinosa o trascendental, que permanece inaccesible al concepto directo y empírico, son menester hombres especialmente favorecidos en el terreno de lo religioso, que hagan posible este acceso. Lo que no alcanza el hombre normal, se lo transmite y posibilita el mediador agraciado por el poder divino. Quien se confía reverentemente al mediador, obtiene por su medio acceso a Dios y participa de la ayuda divina que ha menester en su necesidad. Apenas quedó superado el estadio de la religiosidad mágica, se buscó un mediador que creara, por encima de todas las posibilidades humanas, la ruta de acceso a Dios.
2. El mediador en el Antiguo Testamento: La mediación de los sacerdotes fue entendida en Israel en un doble sentido: «hacia arriba», representan al --> pueblo ante Dio; «hacia abajo•, transmiten la gracia de Dios (por los sacrificios, oraciones, cantos y protección en virtud de la exacta observancia de las ordenaciones prescritas en el culto (cf. Lev 8; 17,21 y otros).
Junto a esta forma institucionalizada de medición, hubo otros grandes hombres, sobre todo en la época primitiva de Israel que, en la -> alianza con Dios, fueron mediadores de su -> compasión y de sus -+ promesas y transmitieron su fe en un solo Dios: Noé (cf. Gén 9,9-17), Abraham (cf. Gén 18,22ss), los jueces (cf. Jue 2,18) y los reyes (cf. 1Sam 10,1ss). Con el auge de los aspectos políticos de la monarquía y el acentuado ritualismo del sacerdocio, pasó a los -> profetas la función de mediadores en Israel. Los profetas fueron -> carismáticos (cf. p. ej., Jer 1). También su mediación tiene una doble perspectiva: por un lado, interceden ante Dios (Jer 7,16) y se presentan ante él en representación de los demás (1Re 17,20); por otro, transmiten al pueblo la -> revelación de Dios (Jer 2,1s) y se convierten, por tanto, en auténticos maestros y guías de la fe.
En este contexto, -> Moisés es el mediador de la voluntad de Dios (-> Ley), como cumbre suprema de la conexión intermediaria entre Dios y el pueblo (Dt 5,5ss). Su figura crece aún más debido a la piedad legal de la época del judaísmo tardío (-> Rabbí), que deja en la penumbra, para los creyentes judíos de la ley, la espera del --> siervo de Yahveh y del -> Mesías.
Junto a esto, ganan terreno las concepciones que consideran a los --> ángeles como mediadores del consejo divino (Tob 12,14s). También tienen significación de intermediarios la --> palabra de Dios — concebida casi como realidad independiente — la -> sabiduría y el --> espíritu, ya que, en virtud de su eficacia divina, capacitan a los hombres para ser mediadores. Este breve repaso permite conocer la gran importancia que la idea del mediador tiene en el Antiguo Testamento, pero indica también su estrecho parentesco con otras religiones.
3. El mediador en el Nuevo Testamento: Las variadas ideas sobre el mediador del Antiguo Testamento han sido concentradas en el Nuevo Jesucristo: «Hay un Dios y un mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús, el hombre que se entregó a sí mismo en rescate por todos» (1Tim 2,5s). Puede aquí reconocerse claramente una plenitud de la visión veterotestamentaria de la mediación. Jesucristo, como --> sumo sacerdote según el orden de Melquisedec (Heb 6,20; 8,6), como profeta (Jn 1,18), Mesías (Mt 16,16) y siervo de Yahveh (Mt 16,21), como nuevo Moisés (Heb 3,3) es el «mediador de una -> nueva alianza» (Heb 9,15) que es contrapuesta a lo --> viejo, es decir, Cristo significa un paso decisivo hacia adelante. En la carta a los hebreos (--> Hebreos [carta a los]) se desarrolla temáticamente esta idea y se bosqueja, con evidente utilización de los conceptos helenísticos del mediador (-+ Sacrificio, -* Expiación), una teología de la mediación. En razón de su -> obediencia, Jesucristo es el Hijo y redentor que ha conseguido la plenitud, que se ha convertido «en causa de salvación eterna para todos los que le obedecen» (Heb 5,9). En esta línea de pensamiento se basan las sentencias que alaban a Jesús como recapitulación del universo (Ef 1,10), -> cabeza de la Iglesia (Ef 1,22), fundamento de la creación y primogénito de entre los muertos, (Col 1,14-20). El camino a Dios no pasa ya, pues, por la ley del mediador Moisés, ni por los ritos religiosos de los sacerdotes, ni por la pertenencia al pueblo de Israel o por una transformación futura, sino por Jesucristo: «Éste es el camino vivo y nuevo, inaugurado por él para nosotros, a través del velo, es decir, de su propia carne» (Heb 10,20).
Todo esto significa un giro decisivo respecto de todas las esperanzas antiguas y de todos los intentos de mediación de las religiones. Desde aquí, queda superada toda religión en su sentido anterior; aquí está el fin del sacerdocio religioso y de la ley dada por Dios. La salvación ocurre únicamente por la --> fe en el Señor Jesucristo, «camino, verdad y vida» (Jn 14,6) en sentido exclusivo.
El cristianismo, como magnitud histórica, necesita la mediación permanente y personal de los predicadores, de los portadores de ministerios, de los teólogos, de los creyentes, etc. La preeminente posición de mediador propia de Jesucristo es aquí permanentemente actual en el sentido de que su nueva intelección de sí mismo, del mundo y de Dios pone sobre una nueva base y activa plenamente al ser humano. hi

Médico. En Israel se tenía estima a los médicos, pero siempre como sometidos a Yahveh, de quien propia-, mente se esperaba la curación de una enfermedad (Éx 15,26; 2Re 20,8). En el Nuevo Testamento se menciona la actividad médica irónicamente (Mc 5, 26; Lc 4,23), pero también con. reconocimiento (Mc 2,17). Jesús compara su actividad con la de un médico (cf. Lc 4,23), pues lo que le interesa es salvar al hombre, para que éste se encuentre a sí mismo, acepte su vida y llegue así a Dios (-> Salvación). Sabe que ha sido enviado a los débiles y -> pecadores, a aquellos que no llenan su vida, pues «no son los sanos los que necesitan al médico, sino los enfermos• (Mc 2,17). gr

Medida. La medida tiene un significado teológico en el Antiguo Testamento en cuanto esta palabra puede indicar la acción judicial de Yahveh (Is 34,11; 2Re 21,13). Por otra parte, su --> misericordia para Israel no tiene medida (Jer 31,35-37). También en el Nuevo Testamento, Mt 7,1s utiliza esta palabra para indicar un juicio. Pero en este texto no se rechaza el -> juicio porque, en última instancia, sea tarea imposible juzgar exactamente a un hombre, sino porque un juicio así significaría una anticipación del --> juicio escatológico de Dios. Jesús no dice: Juzgad o medid con la medida de la bondad y un día también. Dios os juzgará con benevolencia, sino: No juzguéis en modo alguno. De ahí que en el v. 2 no se establezca una relación estricta entre --> culpa y --> castigo, sino una conexión entre el juicio de Dios y la conducta del hombre dentro de la -> convivencia humana. Una idea semejante se desarrolla en la parábola del rey compasivo y el siervo sin compasión (Mt 18,23-35). El logion de Mt 7,2b se encuentra también. en Lc 6,38b, pero aquí ha cambiado de sentido al variar el contexto: si nosotros damos — medimos — a los demás lo que necesitan, también Dios nos dará con abundancia. tho

Medio de pago. En la antigüedad, una mercancía se intercambiaba con otra o bien con metales nobles. En la época neotestamentaria, el difícil intercambio de mercancías fue totalmente desplazado por el -> dinero como medio de pago (en forma de barras o de --> moneda). do

Megiddó. Fortaleza cananea en la llanura de Yizreel (Jos 12,21), en algunas épocas bajo control egipcio. La fortaleza fue conquistada por los israelitas en tiempo de David, y Salomón la convirtió en capital de distrito (1Re 4,12) y asiento de una guarnición (9, 15).
En Megiddó sucumbió Josías en el año 609 a.C. en lucha contra Necao (2Re 23,29s). we
Meguillot (hebr. rollos en que se escriben los libros). Se aplica este nombre, en el judaísmo posbíblico, a un grupo de cinco pequeños libros que se leían en las principales fiestas del judaísmo: Cant se leía en la -> fiesta de la pascua, Rut en la --> fiesta de las semanas o de -> pentecostés, Lam el día aniversario de la destrucción del templo, Ecl en la --> fiesta de las tiendas y Est en la -> fiesta de los -> purim. La denominación ha pasado del libro de Est, que se leía ante la asamblea en un «rollo» (megillah) en la fiesta de los purim, a los otros cuatro libros. we

Mélec (hebr. «rey»). Hijo de Mika, nieto de Merib-Baal y biznieto de Jonatán (1Cró 8,35; 9,41). De Mélec se ha derivado probablemente, por cambio de vocalización, --> Mólex. we

Melquisedec (hebr. «Mélec es justo» o «Sédec es rey»). Rey de Salem y sacerdote del altísimo. Gén 14,18-20 quiere establecer una vinculación entre el patriarca Abraham y Jerusalén, y fundamentar el -> diezmo de los sacerdotes de aquel lugar. Según Sal 110,4, la dignidad sacerdotal fue transmitida a los davídidas como reyes de la ciudad de Jerusalén.
La carta a los hebreos interpreta como midrásh Gén 14,18ss y Sal 110,4 y demuestra, con la figura de Melquisedec, la validez única y definitiva del sumo sacerdocio de Jesús (5,6.10; 6, 20-7). we

Memoria --> Recuerdo.

Memorias. Las memorias de Nehemías, informe de cuentas de Nehemías, constituyen una de las fuentes del libro de Nehemías; se las utiliza en Neh 1-7; 10; 11,13. Se discute si también para Esd 7,12-9,15 han servido de base las llamadas memorias de Esdras.
Los Evangelios no pueden incluirse en el antiguo género literario de las memorias. En efecto, este género describe, movido por interés biográfico, las palabras y hechos de varones ilustres, mientras que los Evangelios no fueron dictados por interés biográfico, sino para despertar la fe. La designación «memorias de los apóstoles», en la que Justino incluye también los Evangelios, no se acomoda, por consiguiente, a la realidad. ri

Mendigo. En la época primitiva de Israel, fueron poco numerosos, ya que la familia y la estirpe proveían a las necesidades de sus miembros (Dt 15,7). En la época de la monarquía, al concentrarse la riqueza en unas pocas manos, junto con trabajo asalariado (--> Jornalero), apareció también la pobreza y la mendicidad. Con todo, tener que mendigar fue considerado siempre como -> maldición y --> vergüenza (Sal 109,10; Eclo 40,28ss; Lc 16,3). En el Nuevo Testamento, y como consecuencia de las circunstancias sociales del momento, son mendigos los -> pobres y los -> ciegos (Mc 10,46; Jn 9,8; Act 3,2s). he

Mene tegel ufarsin. Palabras misteriosas, aparecidas en el muro del palacio del rey Baltasar. -> Daniel interpretó las tres palabras como un juicio de Dios sobre la conducta criminal de Baltasar, en el sentido de que el rey sería derrocado y su reino dividido entre medos y persas (Dn 5,24ss). la

Mensaje. Lo que un --> mensajero comunica. El mensajero habla en --> nombre y con la autoridad de aquel que le envía. Puede presentarse como un --> heraldo y proclamar algo nuevo, obligatorio y definitivo. También Dios habla a la manera de los hombres. También él envía a sus mensajeros y heraldos, también él hace proclamar su mensaje. Cuando Dios habla, su mensaje es algo nuevo y definitivo, es obligatorio para todos cuantos lo oyen.
El mensaje de Dios puede ser mensaje de salvación o mensaje de juicio y de temblor. El mensaje de Dios es presentado como el mensaje de un señor poderoso y es aceptado por los que le oyen bien con gran -> alegría o bien con temor y temblor.
En el Nuevo Testamento, al mensaje de Dios se le llama --> Evangelio, y es el mensaje último y definitivo de la salvación, un anuncio que trae alegría a los hombres. Se dirige a todos los hombres y es, al mismo tiempo, una exigencia planteada a toda la humanidad. El que oye el mensaje de Dios en Cristo debe hacer algo, debe modificar su vida de acuerdo con este mensaje, debe dirigirse de una manera nueva a su Creador.
El mensaje de Dios es siempre al mismo tiempo --> promesa. Cuando Dios anuncia y promete algo nuevo, nunca se agota ello ni se cumple enteramente en el --> presente. Una de las dimensiones de este mensaje alude al --> futuro. Lo que se promete en el presente, halla pleno cumplimiento sólo en el futuro. El mensaje de Dios abre a los hombres hacia el futuro. El mensaje definitivo de Dios es -> Cristo, que es a una mensaje y mensajero. En él se ha prometido Dios a los hombres definitivamente. Cristo es exigencia y promesa de Dios. -> Kerygma. gr

Mensajero. La idea veterotestamentaria del mensajero de Dios forma parte del esquema general de la corte celeste, con cuya ayuda intentaba el Antiguo Testamento expresar el poder soberano de Dios. Se utiliza el concepto, en primer término, para indicar la distancia entre Dios y el hombre. Los relatos en los que Dios habla inmediatamente a un hombre (Gén 12, 1) fueron, en ciertas épocas, considerados como inconvenientes y recurrió a la figura de un mensajero, encargado de transmitir la --> palabra de Dios (Gén 16,7ss). Las palabras de un —> heraldo real se escuchan como si fueran palabras del rey mismo. Así, en el mensajero está presente el Dios que le envía. Por eso, en algunos relatos se puede entender inmediatamente bajo el «mensajero de Dios» a «Dios» (cf. Éx 32, con Éx 3,4). El profeta Zacarías lleva hasta su cumbre la idea del Dios lejano: a la manera de los grandes reyes persas, Dios está oculto a las miradas de sus súbditos y se hace representar cara al exterior por sus mensajeros, incluso respecto de sus otros mensajeros subordinados. El profeta mismo puede llegar a entender los procedimientos sólo porque un mensajero intérprete se los explica (Zac 1,7ss). Los LXX traducen mensajero por angelos y a esta versión (ángel) se han atenido con suma frecuencia las traducciones castellanas. Muy raras veces se designa a los hombres, los profetas, como mensajeros de Dios (Ag 1,13; 2Cró 36,15s; Mal 3,1).
En la conciencia de fe de nuestra época, los ángeles desempeñan un reducido papel. Con todo, existe una vía de acceso a la concepción veterotestamentaria del mensajero de Dios. La idea de que no podemos encontrar inmediatamente al Dios incomprensible tiene plena vigencia en nuestros días. Hemos recibido un mensaje de parte de Dios y sólo así sabemos lo que nos da y lo que espera de nosotros. Pero este --> mensaje sólo nos abre su contenido si intentamos conocerlo con los ojos de la --> fe. Y entonces sabemos que en el mundo, en la historia de la humanidad, en nuestras propias vidas, no actúan tan sólo fuerzas intramundanas y visibles, sino que, en último término, recibimos el mensaje de la inconcebible soberanía de Dios. Esta creencia intenta explicar la imagen veterotestamentaria del mensajero.
El Nuevo Testamento (Mt 11,10; Mc 1,2) reconoce en Juan Bautista al men sajero de Dios ya prometido por los profetas del Antiguo Testamento, a aquel que, como precursor, prepara los caminos al Mesías que ha de venir (Mal 3,1; Is 40,30). Tanto en Mt como en Mc, estas palabras proféticas son entendidas, de acuerdo con la concepción del —> judaísmo tardío (rabinos), en un sentido mesiánico y aplicadas al Bautista y a Jesús. El Bautista cumple, con su predicación de la penitencia, el oficio de mensajero de Jesucristo. Este oficio de mensajero de Cristo continúa en activo incluso después de haber relevado Jesús al precursor. Jesús envía mensajeros delante de él, para que preparen su venida (Lc 9,52). Hasta l& venida definitiva de Cristo al final de los tiempos, es tarea de cada hombre convertirse en mensajero para los otros hombres. —> Testimonio. oh/hi

Mentalidad. El pensamiento se realiza dentro de unos límites determinados. Cada pensamiento tiene su forma, sus costumbres, su esquema. Se lleva a cabo desde una concreta manera de ver las cosas, desde determinadas concepciones; es un modo de pensar, tiene una forma. Los modos de pensar sobre el mundo tiene sus épocas determinadas, se originan en situaciones determinadas de la vida e intentan decir algo válido respecto de estas situaciones. Las formas de pensar nacen, además, a través de creaciones y descubrimientos del espíritu. Crecen de acuerdo con sus propias leyes; encuentran necesariamente sus límites externos e internos y finalmente acaban por paralizarse. Sólo conservan su vitalidad merced al encuentro crítico con nuevas formas de pensar, o de lo contrario mueren. Las formas de pensar son, como la vida misma del hombre, históricas (--> Historia), porque nacen en determinadas situaciones vitales y sólo sobre éstas reflexionan.
Con todo, en estas formas de pensar históricas y ligadas al tiempo se expresa también algo suprahistórico, no vinculado al tiempo. La —> verdad no es experimentable en sí misma, sino únicamente en el horizonte existencial de la vida. Y allí donde se la experimenta de ese modo, nacen formas y fórmulas propias para expresar el mundo y la vida. Esta fuerza formal y formativa del pensamiento es el —> lenguaje. Así pues, las formas de experimentar el mundo y las estructuras del lenguaje se condicionan mutuamente.
También las formas de pensar de la Biblia son históricas, nacidas en un tiempo determinado. También para ellas es válido que sólo pueden mantener su vitalidad en el encuentro crítico con nuevas formas mentales. Si el lenguaje configura el pensamiento, entonces este pensamiento, en esta confrontación, desemboca en un nuevo lenguaje. gr

Mentira. Las diferentes palabras utilizadas en el Antiguo Testamento para el concepto de mentira significan también engaño, fraude, falsedad y «nada, cosa sin valor». De este modo hacen patente que la esencia de la mentira es el engaño. A pesar de un innegable e indisimulado regocijo por el buen éxito de algunas mentiras de los patriarcas (p. ej., de Jacob), el Antiguo Testamento condena la mentira de palabra (Éx 20,16; Jer 9,1-8) y de obra («caminos de mentira»: Sal 119, 29.104; Jer 23,14) y, sobre todo, la actitud o comportamiento mentiroso, que no toma a Dios en serio (Jer 5,12), se abandona a sus propias fuerzas o a la nada (Am 2,4; Is 44,20), cosa que es inconciliable con los israelitas, elegidos por Yahveh. A los profetas que se presentan como portadores de un mensaje divino, anuncian la salvación y seducen así al pueblo, los desenmascara el Antiguo Testamento como —> profetas de mentira (Jer 14,4s; Ez 6,6s). El judaísmo condenaba únicamente las mentiras graves. En la teología de —> Oumrán, el concepto de mentira servía frecuentemente para designar al mundo impío en cuanto tal. El Nuevo Testamento considera la mentira como obra del —> diablo (Jn 8,44) y la condena enérgicamente (Act 5; Ef 4,25; Col 3,9). he

Mercenario. Jornalero que pone su capacidad de trabajo a servicio del otro a cambio de una remuneración. Jn 10, 12 emplea la palabra mercenario, con matiz peyorativo, en oposición a la del pastor propietario del rebaño. En caso de peligro para el rebaño (p. ej., de ladrones o de lobos), el mercenario se desentiende, porque nada le importan las ovejas. En la confrontación de este pasaje con Jer 23,1-4, el discurso simbólico del buen pastor alcanza un significado historicosalvífico: los mercenarios son los dirigentes religiosos de Israel, que guían al pueblo de Dios a ellos confiado al error y a la perdición, cuando amenaza el riesgo de caída y de —> impiedad. Les faltaba el amor que llenaba a --> Jesús, que, como buen pastor, cuida de sus ovejas en paz y seguridad. hi

Meribá (hebr. «querella»). Nombre de una fuente sagrada que, según la tradición veterotestamentaria, se hallaba en el desierto de Sin, en o junto a Cades, y cuya localización exacta es hoy imposible. El vocablo meriba
agua de la querella), alude a la disputa que mantuvieron en este lugar los israelitas con. Moisés a causa de la falta de agua y a la consiguiente duda que esta discusión sacó a luz sobre la -> guía de --> Yahveh (Ex 17,1-7; Núm 20,1-13; Dt 32,51). he

Mérito. En el contexto de la --> fe y las -> obras, el concepto de mérito desempeña un importante papel, sobre todo en la teología paulina. La idea de mérito del judaísmo rabínico (-> Ley) y de las -> religiones paganas (-> Sacrificio) tiene origen mágico, según el cual se creía que, al presentar méritos, se podía crear una especie de obligación de reciprocidad en Dios. Visto así, cada hombre sería su propio --> salvador, capaz, por tanto, de proporcionar por sí mismo un valor permanente a su propia vida. Este pensamiento intramundano no tiene, sin embargo, ninguna oportunidad de sobrepasar los límites del ser humano. Ha perdido a Dios de vista y se dirige hacia un ídolo o hacia falsas divinidades. A semejante idea opone Pablo la fe, que advierte los límites y los sobrepasa precisamente porque el hombre creyente acepta su dependencia de Dios y no se jacta de méritos propios, sino que con toda sinceridad confía en Dios (cf. Rom 3,27-30). hi

Mes. Israel dividía el --> año en doce meses lunares, de 29 y 30 días alternativamente. Los más antiguos nombres de los meses, largo tiempo usados (Dt 16,1), tienen origen cananeo. Conocemos cuatro de estos nombres: etanim (mes de los frutos, 1Re 8,2), bul (mes de las lluvias, 1Re 6,38), abib (mes de las espigas, Ex 13,4) y ziw (mes de las flores, 1Re 6,1). Junto a éstos, se empleaban también los nombres de meses tal como los conoce el calendario agrícola de Gezer (cf. Éx 23,16; -> Qumrán). Después de la introducción del calendario babilónico, se nombraban los meses con números ordinarios, mientras que los nombres babilónicos no se hicieron corrientes hasta después del exilio: nison (marzo/abril), iyyar, tammuz, ab, elul, tishri, marjesvan, kislev, tebet, sabat, adar. En la época helenística se introdujeron los nombres de los meses macedónicos (en el Antiguo Testamento se citan solamente dioscoros (2Mac 11,21), xanticos (2Mac 11,30) y distros (Tob 2,12).we

Mesa. Los nómadas y la población sencilla de Israel no conocían más forma de «mesa para comer que un mantel de
tela o cuero extendido sobre el suelo (Is 21,5). En cambio, se conocía la mesa como utensilio del culto (Ex 25,23) y del trabajo. La mesa para comer era usada sólo por gentes distinguidas (Jue 1,7; 2Re 4,10) y su empleo no se popularizó hasta una época tardía (Neh 5,17; Nuevo Testamento).
he

Mesha (estela de). Piedra de basalto negro, hallada en Dibón, en la que se narra, en escritura hebrea fenicia antigua, la rebelión de Mesha, rey de Moab, contra Israel, a la muerte de Ajab (cf. 2Re 3,4), y la actividad constructora del rey moabita. La estela atestigua la debilidad de Israel en aquel período de su historia (hacia 840 a.C.). we

Mesías (hebr. «ungido del Señor»). a) Es, desde Seúl, el auténtico título de dignidad de los reyes de Israel, que no llevan el título semítico melek (= rey). Así, pues, durante el período en que Israel tuvo reyes, se trataba esencialmente de un término político; lo cual explica que al portador de salvación del tiempo final enviado por Dios no se le llame nunca en los profetas Mesías, sino -> príncipe de paz, --> Hijo del hombre, etc. El Mesías por excelencia es naturalmente --> David y las posteriores esperanzas políticas de Israel giran en torno al regreso de un dominador como David (-> Esperanzas mesiánicas). Mesías e hijo de David son, pues, términos equivalentes.
En el siglo II a.C., en la dinastía de los Hasmoneos, y más tarde en -> Oumrán, las ideas sobre el Mesías se trasladan al -+ sumo sacerdote y el Mesías se convierte entonces en un rey-sacerdote victorioso. Desde la rebelión de Simón Bar Kojba (135 d.C.), a quien el rabí Aqiba había reconocido como mesías, la idea de un Mesías político pierde terreno y fuerza en el judaísmo, pero se continúa en el culto.
b) En el Nuevo Testamento el título de Mesías aparece casi exclusivamente en la traducción griega Khristos y se da tan sólo a -> Jesús de Nazaret. Con todo, es sumamente improbable que el mismo Jesús haya reclamado para sí, en su vida terrena, este título (--> Misterio del Mesías); es preciso aceptarlo así, en virtud tanto de las circunstancias ambientales como de la prueba sacada de la historia de la tradición sinóptica — el título falta en la fuente de los --> logia — pues, en caso contrario, hubiera resultado casi de todo punto inevitable una errónea interpretación política de la misión de Jesús. Como la inscripción de la cruz demuestra, esta errónea interpretación se produjo, a pesar de todas las precauciones de Jesús. De ahí que, en todos los escritos neotestamentarios, el elemento de dominio inserto en el título de Mesías carece absolutamente de sentido político y se refiere únicamente a la intervención histórica y al nuevo comienzo de Dios en Jesús. Jesús es el Mesías, porque con él se ha quebrantado el poder del malo (Lc 10,18), Dios se ha dirigido a los hombres y se ha establecido la -> nueva alianza. Ahora bien, esta carencia de sentido político en el título de dominio del Mesías vació muy pronto al título de todo contenido. Ya en Marcos, Cristo equivale a --> Hijo de Dios e --> Hijo del hombre; Lucas se sirve de él sobre todo para interpretar la pasión: al resucitar, Jesús ha demostrado ser el Mesías (cf. las proclamas misionales de Act). Tan sólo Mateo atribuye un especial sentido historicosalvífico a -> Cristo (= Hijo de David). Mateo presenta a la Iglesia como nuevo y más perfecto pueblo de Dios, dirigido por quien tiene poder en el cielo y en la tierra (Mt 28,18). En Pablo, y en tiempos posteriores, el título de Cristo pierde su inicial fuerza expresiva como título de dominio y se convierte en mero nombre propio.
c) La carta a los Hebreos es el único escrito neotestamentario que ha aceptado la vinculación establecida por el judaísmo tardío entre el Mesías y el sumo sacerdote y la ha utilizado para interpretar el acontecimiento de Cristo. Meta de la vida y muerte de Cristo es la salvación y santificación de los hombres, que aquí se entiende, de manera genuinamente judía, como purificación, como un poder estar y permanecer ante Dios (Heb 9,13.21). Jesús es al mismo tiempo sacerdote y ofrenda del sacrificio, de tal modo que, por su sangre, se ha asegurado para siempre y definitivamente el acceso a Dios y el poder permanecer ante él. schó

Mesopotamia (país entre ríos). Desde la época helenística y en los LXX, designación de la región situada en el curso medio de los ríos Tigris y Éufrates. En el Antiguo Testamento hebreo, a esta región se le llama «Aram de las dos corrientes» (Gén 24,10) y Paddan-Aram (Gén 28,2). En sentido amplio, se llama Mesopotamia a las regiones de Asiria, al norte, y de Babilonia, al sur (así también en Act 2,9; 7,2).
A lo largo de su agitada historia, Mesopotamia estuvo dominada por numerosos pueblos (sumerios, akkadios, babilonios, asirios). Su contribución a la cultura ha sido muy importante (escritura cuneiforme, legislación oriental, literatura, astronomía). we

Metafísica. Como expresión de la filosofía griega («primera» filosofía, que enseña más allá de la física, es decir, concepto de la realidad situado más allá de los objetos de la física), la metafísica es ajena a la Biblia. Pero cuando el --> helenismo comenzó a influir en el pensamiento bíblico, irrumpieron también en el ámbito bíblico las especulaciones metafísicas, o al menos las ideas y el lenguaje utilizados en ellas. Tanto en la literatura sapiencial veterotestamentaria, como en las secuencias especulativas del pensamiento teológico paulino y joaneo, la metafísica se ha convertido en medio corriente de exposición del —> kerygma cristiano. Las preguntas sobre el —> principio, sobre el comienzo de la --> creación (--> Sabiduría, --> Logos —> Espíritu), sobre la totalidad del --> mundo (—> Universo, --> Plenitud, —> Consumación), sobre la --> eternidad y la —> inmortalidad y sobre otras muchas cosas, descubren claramente la conciencia metafísica de los teólogos bíblicos. Desde luego, en ningún escrito se trata de elaborar una metafísica sistemática, sino que se la utiliza para concebir conceptualmente y hacer comprensible lo —> nuevo y proprio del Evangelio. Desde la época de los apologetas del siglo II d.C., que intentaron, con ayuda de categorías metafísicas, interpretar la doctrina cristiana y justificarla ante los pensadores filósofos de su tiempo, es preciso distinguir en toda interpretación bíblica entre las categorías personales y figurativas del primitivo kerygma y las posteriores categorías metafísicas, para conocer qué es propiamente lo que se pretende decir y poder exponer, también a los hombres que adoptan una posición crítica frente a la metafísica clásica, el contenido del Evangelio. hi

Metáfora. Modo de hablar figurado, en el que las palabras no se toman en el sentido propio que les compete en el lenguaje usual, sino en un sentido impropio y trasladado (--> Sentido literal). En la metáfora existe una semejanza entre la cosa y la imagen. «Ha vencido el león de la tribu de Judá» (Ap 5,5) = Cristo. La semejanza entre el león y Cristo es la fortaleza irresistible. En el salmo 91,4, un proceso de la naturaleza (el ave que protege a sus polluelos bajo las alas), se convierte en imagen del amoroso cuidado de Dios. La metáfora es una comparación abreviada en la que las palabras se aplican directamente en el nuevo sentido. Se recurre a las metáforas de manera especial cuando se habla de Dios con —> antropomorfismos (por ejemplo, «brazo de Dios», etc.). ha

Metamorfosis (gr. «cambio»). La metamorfosis de los dioses es, desde los tiempos de Homero, una idea corriente entre los antiguos. Tuvo una especial amplitud en el mundo grecorromano, que llegó a formar con ella un género literario propio (metamorfosis de Ovidio, Apuleyo). En la mística y en el género —> apocalíptico, se acentúa particularmente la idea de la metamorfosis de un hombre del ser terreno al supraterreno. En los --> misterios helenísticos, esta transformación acontece en virtud de diversos ritos, que llevan a los iniciados, mystes, a —› renacer y a la inmortalidad. En el género apocalíptico predomina la concepción de una transformación en celeste resplandor; desde esta perspectiva se ha de interpretar la --> transfiguración de los sinópticos (Mc 9,2). La concepción paulina de la metamorfosis de un cristiano (Rom 12,2; 2Cor 3,18) indica, por el contrario, la transformación operada por el Espíritu en la vida del cristiano. ri

Métrica. La larga historia de la poesía hebrea y la inseguridad de saber hasta qué punto el actual texto masorético hebreo del Antiguo Testamento reproduce la pronunciación original, hacen difícil establecer para la métrica hebrea principios tan válidos como los que se siguen para el --> paralelismo. Actualmente, se concede menos probabilidad al sistema alternante, que cuenta las sílabas y mide su cantidad, que al sistema de acentos. En este segundo sistema, la unidad del verso viene dada por cuatro compases o golpes, que llevan un acento anapéstico; aquí coinciden los acentos del verso y los acentos de la palabra. De acuerdo con los acentos tónicos, las líneas se cuentan de dos en dos, de tres en tres, o de cuatro en cuatro. pa

Midrash (en hebr. investigación, interpretación). Método y género literario de la exégesis bíblica judía, que comenzó a formarse en la época postexílica.
1. •Midrash halákico.» La -> halaka tenía por misión investigar la voluntad de Dios consignada en la tora y deducir de ella normas de comportamiento para la situación concreta correspondiente. Esta interpretación bíblica nació en los círculos de los sacerdotes y escribas, y también entre los laicos que se daban a sí mismos una especial regla de vida (-> Oumrán). Las aclaraciones e instrucciones deducidas de la Escritura fueron reunidas en compendios y comentarios a la tora.
2. •Midrash haggádico.» La -> haggada es la interpretación homilética de los libros sagrados, adornada con elementos narrativos. Su finalidad consistía en la instrucción y edificación espiritual de los creyentes. Esta forma de enseñanza fue practicada sobre todo en la predicación de la sinagoga. El •midrash haggádico» abarca diversos géneros literarios (poesía, parábolas, proverbios, narraciones históricas, tratados científicos, etc.). Por su medio puede obtenerse una visión profunda de la religión y la cultura del pueblo judío. La colección y codificación de los midrashim comenzó en el siglo II d.C., en las escuelas de los rabinos judíos. ba

Miel --> Leche y miel.

Miembro. Concepto de la eclesiología paulina, con el que se designa una parte del --> cuerpo de Cristo. La imagen debe ser entendida de un modo absolutamente realista: un cristiano que se entrega a la -> incontinencia convierte a un miembro de Cristo en miembro de una --> prostituta (cf. 1Cor 6,15). Los hombres, •ya sean judíos o griegos, esclavos o libres», son bautizados por el Espíritu para ser miembros del cuerpo de Cristo (1Cor 12,13) y congregados una y otra vez en la --> eucaristía para constituir una unidad (1Cor 10,16s). En el cuerpo de Cristo cada cristiano tiene una misión determinada en orden al bienestar de todos; cada miembro aislado no es nada en el cuerpo por sí mismo; sólo en conexión con los demás miembros forma un cuerpo. Dios ha conjuntado el cuerpo de este modo no para que surja división, sino para que todos los miembros se preocupen de igual modo unos por otros (1Cor 12,24).
Lo que se dice del cuerpo humano vale igualmente del cuerpo de Cristo. Así como Dios ha establecido para cada miembro una tarea determinada, del mismo modo ha dispuesto los miembros del cuerpo de Cristo para su -> servicio, como -> apóstoles, -> maestros, --> taumaturgos, para el don de curaciones, para el servicio, para el gobierno (-4 Ministerio), la -> glosolana y su interpretación. Ser miembro del cuerpo de Cristo significa sufrir con los demás, para ser con los demás glorificado (1Cor 12,26). --> Iglesia. br

Miguel (hebr. •¿quién como Dios?»).
1. Nombre de varias personas del Antiguo Testamento (Núm 13,13; 1Cro 5,13; 2Cró 21,2; Esd 8,8).
2. Nombre de un ángel, de quien en Dan 10,13.21 se dice que es •uno de los primeros príncipes». Miguel es — en paralelo con los ángeles de los pueblos — el ángel de Israel (12,1). Él guía los ejércitos celestes y lucha contra -+ Satán (Jdt 9; Ap 12,7ss). Como primer arcángel se halla siempre ante Dios, le presenta las oraciones de los hombres y lleva a éstos la revelación de Dios. he

Milagro. a) El hebreo no posee un vocablo expreso para significar lo que nosotros llamamos milagro. Donde con mayor claridad aparece el concepto veterotestamentario de milagro es en los acontecimientos que se agrupan en torno a la salida de Egipto y la marcha por el desierto: «Multiplicaré mis --> señales y mis prodigios (milagros) en el país de Egipto... y los egipcios conocerán que yo soy Yahveh» (Éx 7,3-5). La palabra clave —> «conocer» indica un amplio proceso, puesto en marcha por las señales y los milagros. Señales y milagros son acontecimientos que transmiten conocimiento. Cuando acontece un milagro, no es absolutamente indispensable suponer que actúa una fuerza sobrenatural o que se quebranta una ley natural. Pero, en todo caso, el milagro acarrea un conocimie1ito de la grandeza de Dios. Por las señales y prodigios han de conocer los egipcios que Yahveh es un Dios poderoso. Aquéllos demuestran la superioridad de Yahveh sobre todos los dioses de Egipto. Cualquier evento que permita llegar al conocimiento de esta realidad puede ser señal y milagro, independientemente de la forma literaria en que se transmita (—> Leyenda) e independientemente también de que superen o no las fuerzas de la naturaleza (p. ej., el --> maná). Todo acontecimiento por el que Dios manifiesta su poder y grandeza, de modo que el hombre llegue al conocimiento de la divinidad, es milagro en sentido bíblico. Una discusión acerca, p. ej., de en qué medida las llamadas plagas de Egipto fueron milagros, no tiene suficientemente en cuenta la intención del texto. Éste se preocupa tan sólo de probar que en estos fenómenos se manifiesta y se experimenta el poder de Dios.
b) El testimonio de los cuatro Evangelios establece un vínculo indisoluble entre los milagros y la actividad pública de Jesús de Nazaret. Los milagros entran como cosa natural en el círculo de ideas del hombre antiguo. Se daba por descontado que un gran hombre de Dios realizaba milagros; lo único que se preguntaba es si los hacía con el —> poder de Dios o del —> demonio. Cuando los fariseos pidieron, milagros a Jesús, no dudaban en absoluto que pudiera realizarlos.
Los milagros del Nuevo Testamento tienen sus paralelos extrabíblicos, que son narrados siguiendo el mismo esquema. Los evangelistas no centran su preocupación en la documentación de hechos históricos, sino en la demostración de que con Jesús se ha iniciado la época salvífica. Las narraciones de milagros se han ido formando a lo largo de varios decenios de tradición oral. Así, p. ej., Mc 6,47 localiza la barca de la marcha de Jesús sobre las aguas en medio del lago; Mt 14,24 la sitúa a varios estadios mar adentro, Jn 6,19 lo concreta en 25-30 estadios. Según Mt 14,28-33, también Pedro anduvo sobre las aguas, pero según Jn 6,21 la barca estaba prácticamente en la orilla. La narración popular tiende a la exageración, lo que puede comprobarse mediante una rápida comparación con las historias de milagros de la literatura apócrifa.
Para la interpretación debe tenerse bien en cuenta que algunos de los milagros narrados por los evangelistas pueden explicarse hoy naturalmente; que no todos sucedieron como se les narra; que los Evangelios no son una colección documental. Pero también queda bien en claro que Jesús hizo algunos milagros. Las narraciones de milagros ofrecen en su forma actual rasgos legendarios, pero se apoyan indudablemente en el recuerdo de hechos poderosos realmente llevados a cabo por Jesús. Así pues, ni pueden ser rechazadas en bloque las narraciones de milagros de los Evangelios como hechos no históricos, nl, por otra parte, se les puede considerar como cosas históricas sucedidas al pie de la letra.
c) Al mismo tiempo que el Nuevo Testamento se pregunta por los milagros, se preocupa también por su significado. Se rechazan las exigencias de realizar milagros hechas a Jesús (Mc 8,11-13; Mt 12,38; Lc 111,16; Jn 6,30-33, etc.). El milagro sólo alcanza su meta cuando llama al hombre a conversión y acción de gracias (Lc 5, 8-11; Act 14,14, etc). En el Evangelio de Juan los milagros desembocan en discursos explicativos. Por el milagro se despierta o se confirma la --> revelación de Dios. De ahí que hallemos con frecuencia las frases: •Tu fe te ha sanado (salvado)» (Mc 5,24; 10, 52, etc.) o, en Mateo, agrupados los discursos sobre la fe en torno a narraciones de milagros.
El milagro auténtico no acontece sólo en público y de forma visible, sino también en la —> conversión y el perdón de los pecados (Mc 2,1-12). En el milagro se ve con claridad, ya desde ahora, que Dios transformará definitivamente al hombre total (cf. Mt 11,5); el milagro culmina en la predicación del --> Evangelio. Todo milagro es señal de la irrupción del futuro de Dios en el presente roto del hombre, equívoco y sujeto a falsas interpretaciones. Todos los milagros se orientan al milagro por excelencia, realizado por Dios en la muerte y resurrección de Jesús.
El problema básico no es, por tanto, que tengamos por históricos o no los milagros; lo decisivo es que se vea la acción de Dios en ellos, que, a través de ellos, el hombre se sepa aludido, tocado, afectado personalmente, y que llegue a la fe. be

Milagros de la naturaleza. La clasificación de algunas narraciones sobre milagros como relatos de milagros de la naturaleza no es una simple invención de la —> exégesis moderna. Ya los mismos narradores bíblicos establecen una distinción entre tales milagros de la naturaleza y las curaciones y exorcismos, en cuanto en los primeros sólo aparecen como testigos del milagro los discípulos y ni siquiera se aducen testimonios que garanticen su credibilidad, como ocurre, p. ej., en las narraciones de la --> multiplicación de los panes y de la conversión del agua en vino (bodas de Caná, Jn 2,1-11); significativamente, la Iglesia primitiva no enumeraba los milagros de la naturaleza entre las acciones públicas de Jesús.
Se llaman milagros de la naturaleza aquellos milagros destinados a demostrar el dominio de Jesús sobre la •naturaleza» (agua, tempestad, peces, pan y vino). Se habla de ellos en los relatos de las dos multiplicaciones de panes (Mc 6,34-36 par.; Mc 8,1-9 par.), las bodas de Caná, la —> pesca milagrosa (Lc 5,1-11; Jn 21,1-13), el apaciguamiento de la tempestad (Mc 4,3541 par.) y la —> marcha sobre el mar (Mc 6,45-52 par.). Un caso especial es la narración de la maldición de la higuera (Mc 11,12-14.20 par.); aquí se trata de un milagro de castigo.
De milagros sobre la naturaleza se habla también en la tradición judía y helenística acerca de hombres excepcioaales.
.Tan antimetódico es excluir a priori la posibilidad de milagros sobre la naturaleza, como dar por supuesta de antemano la credibilidad histórica de tales narraciones. Lo que nos hace dudar de ellas son razones de mucho peso: su alcance simbólico-teológico; la ausencia de toda indicación sobre tales milagros en O (—> Logia [fuente de los]) y en el resto del material discursivo» (RH. Fuller). Los relatos de milagros sobre la naturaleza no se apoyan históricamente en palabras de Jesús, sino que, por el contrario, obedecen en parte al motivo de celebrar a Jesús como al Hijo de Dios que se manifiesta y obra con el poder de Yahveh (de aquí que se llamen también relatos de milagros de manifestación).
Los textos se apoyan en un sólido terreno veterotestamentario (hasta en los milagros del vino y de la pesca), incluso en lo referente a las citas y las alusiones verbales. De ahí que estos relatos no se entiendan tanto como recuerdos históricos redactados en estilo teológico, cuanto como narraciones kerygmáticas que, sobre el fondo del Antiguo Testamento (con sus relatos sobre los grandes hombres veterotestamentarios y sobre Yahveh mismo) y del medio ambiente religioso del cristianismo (p. ej., el milagro de vino de los cultos dionisíacos) quieren proclamar la excelsitud y el poder de Jesús y su presencia como eclosión del tiempo escatológico. —> Tempestad (relato de la). pe

Milenarismo. Opinión según la cual Cristo aparecerá al final del mundo y establecerá, con sus justos, un reino terreno y mesiánico de mil años de duración. La opinión se apoya en una interpretación literal de Ap 20,1-10. Se concibe así un reino intermedio entre este mundo y el reino de Dios. Mil años son como un día de Dios (Sal 90,4). La idea de un reino intermedio nació en el judaísmo tardío, aunque los datos acerca de su duración eran divergentes. En Ap 20 aparece la idea de un reino milenario: después del encadenamiento de Satán y de la resurrección de los cristianos, estos últimos reinarán con Cristo durante mil años en la tierra. zi/ma

Mileto. Antiquísima ciudad griega de Asia menor, en la desembocadura del Meandro, próspero centro comercial origen de numerosas colonias. Fue celebrada por sus filósofos (Tales) y, más adelante, gozó de dudosa fama por su disipación y livianas costumbres. En su tercer viaje misional, Pablo se detuvo por un corto período en esta ciudad (Act 20,15-38). he

Ministerio. El ministerio surge allí donde la vinculación humana a órdenes supraindividuales (p. ej., el orden comunitario, el orden moral) se convierte en institución, de tal modo que algunos hombres concretos reciben oficialmente la función de velar por, o bien llevar a cabo, la conservación del orden correspondiente (portadores o titulares del ministerio). Según el grado de evolución de cada comunidad, estos ministerios están ordenados según una mayor o menor diversificación. El testimonio del Nuevo Testamento permite conocer una clara evolución desde Pablo a Lucas aproximadamente (hacia 50-90 d.C.), que pasa del concepto espontáneo y carismático del ministerio al concepto institucional:
1. La más antigua conciencia del ministerio se encuentra en los --> doce (—> Apóstoles), aunque al principio ciertamente en el sentido de testimonio de la resurrección y de representación del pueblo de Dios, no en un sentido jurídico. —> Pedro es el portavoz del colegio de los doce.
2. En Jerusalén (—> Comunidad primitiva) y en las comunidades cristianas que surgían por todo el ámbito del imperio romano, se desarrollaron diversos ministerios, que al principio se entendían como —, carismas (p. ej., apóstoles, profetas, maestros, poder de milagros, don de curaciones, de asistencia, de gobierno: 1Cor 12,28). Pero muy pronto, a partir de esta etapa, surgieron ministerios permanentes, como presbíteros (Act 20,17), --> obispos, —> diáconos (Flp 1,1).
3. En Lucas y en las cartas pastorales, la evolución ha alcanzado su mayor expansión. Se habla aquí del carisma del ministerio (Act 6,6; --> Esteban). Mateo y Juan acentúan el servicio fraternal como la norma decisiva de todo ministerio.
En todo caso, para la recta intelección debe observarse que quien fundamenta el ministerio es el «Espíritu• y todos los ministerios neotestamentarios son atribuidos en primer término a Cristo (—> Mediador). El concepto judío y helenístico de sacerdocio no aparece en el Nuevo Testamento. --> Sacerdote, —+ Ministerio sacerdotal, --> Iglesia. hi

Ministerio profético. En la corte del rey y en los santuarios israelitas, había --> profetas profesionales (profetas de oficio, —> profetas del culto) con unas funciones determinadas (impartición de oráculos, --> intercesión). También las grandes figuras proféticas individuales actuaban con la conciencia de desempeñar un ministerio, aunque no en virtud de sucesión o de institución humana, sino legitimados por una --> llamada personal de parte de Dios. La pretensión y la libertad con que desempeñaban sus funciones y tareas procedían de la experiencia de haber sido íntimamente tocados por Dios. De acuerdo con la específica situación histórica dentro de la cual fue enviado cada profeta, se deban diversas concepciones del ministerio profético, aunque siempre hubo algunas estructuras y modelos prevalentes.
Muchos profetas sintieron su ministerio como una carga a la que se vieron obligados por Dios y que quebrantaba su fragilidad. Un egregio ejemplo de ello es --> Jeremías. Ser tomado por Dios al servicio de su palabra («boca de Yahveh», Éx 4,16) significaba: ser requerido por Dios en cuerpo y alma no sólo para tener que anunciar al pueblo el juicio y la perdición, velar por y proclamar el derecho de Dios (—> Amós, —> Isaías), sino también tener que padecer, para servir de señal, abandonado de Dios. En Ez 13,5, se le pide al profeta que, en favor del pueblo, «escale la brecha• y «construya una muralla alrededor de la casa de Israel». Se enuncia aquí uno de los aspectos más importantes del ministerio profético: su experiencia doliente de que debe exponerse, en la primera línea de fuego, ante Dios, para cubrir con su propia vida al pueblo, desemboca en la intercesión. Este aspecto intercesor, o representación
1001 dolorosa, para apartar del pueblo la ira divina, se inicia en Moisés, el «primero de los profetas» (Dt), llena la vida de Jeremías y encuentra su última y más honda expresión en el —> siervo de Yahveh (especialmente Is 53,12). Jeremías fue casi destruido por el sufrimiento, y, por consiguiente, por el ministerio profético. Solamente —> Baruc ve en el fracaso y el quebranto un sello de autenticidad del servicio profético.
En algunos profetas (Elías, Eliseo), su ministerio estaba vinculado a la esperanza de que eran capaces de obrar maravillas. Son dignas de nota, finalmente, las imágenes con que los profetas mismos han puesto en claro la función de proclamación de su ministerio. El común denominador de estos textos, que hablan de despertar, de conversión o juicio, es el concepto de «alianza•. El esfuerzo por volver al pueblo a esta personal concordia con Dios y apartarle así de la amenaza mortal del juicio, es descrito por Ezequiel como tarea de centinela, como oficio de espía y avisador. En el ministerio profético, tal como aparecen Is 62,1.6, este oficio de centinela está unido al de intercesor. En la proclamación de la voluntad divina, Jeremías se compara a sí mismo con el probador de metales que prueba la masa en fusión del pueblo (6,27). pa

Ministerio sacerdotal. En Israel, no se era --> sacerdote en virtud de una llamada divina. El sacerdocio era un ministerio al que se accedía por pertenecer a la familia sacerdotal (AarónLeví; impedimentos en Lev 21,16ss). Falta una «consagración sacerdotal» ritual (con la colación de la gracia y del cargo), aunque más tarde apareció la unción (Éx 40,12ss). «Santificar para el sacerdocio, separar para el servicio a Yahveh, significaba «llenar su mano» (Jue 17,5ss), esto es, dejarle cumplir por vez primera los gestos rituales del sacrificio (cf. con todo Lev 8; Éx 29).Pa

Minoría. Israel se considera minoría entre los pueblos de su entorno. Esta experiencia marca su confesión de Yahveh. Sabe que ha sido sacado por él de Egipto, pero que siempre está amenazado por los demás pueblos. Esta amenaza fortalece su confesión y mantiene viva la conciencia de su elección. Incluso dentro del pueblo israelita, es siempre sólo una minoría la que permanece fiel a Yahveh en el culto y en la vida. Para esta minoría, que puede designarse a sí misma como «resto santo•, tienen vigencia las --> promesas de Yahveh.
También la joven --> Iglesia participa de esta experiencia de minoría; se tiene por elección definitiva de Dios y muy pronto enviada a todos los pueblos. Se entiende como «sal de la tierra», como «pequeño rebaño» (Lc 12,32) o como «luz del mundo» (Mt 5,14 y enviado como tal a todos los hombres. También hoy día la comunidad de los cristianos tiene conciencia de ser minoría entre los no cristianos. Esta experiencia puede remontarse hasta el origen del Evangelio. La existencia cristiana como minoría significa esperanza para los demás. -> Resto. gr

Minoría de edad. Con este concepto se indica una falta de capacidad: el menor de edad no puede, p. ej., disponer de su herencia. Los derechos del menor de edad son ejercidos por una persona adecuada, jurídicamente capacitada. El derecho judío reconoce para las niñas a los doce años, y a los niños a los trece, una cierta capacidad. A partir de esta edad son ya, p. ej., aptos para contraer matrimonio y, al fundar una familia propia, obtienen la capacidad total. Dado que Israel se arroga la plena mayoría de edad respecto de Dios, ya que establece con él, en la —> alianza, una relación jurídica de igualdad, Dios hace que sean los niños y los lactantes quienes entonen su alabanza, pues sólo éstos son todavía capaces de reconocer la verdadera relación de dependencia del hombre frente a Dios. Y así, son los niños quienes alaban a Jesús como Mesías, porque están abiertos a la libertad e indisponibilidad de la acción de la gracia de Dios, y no esperan un Mesías político supuestamente asegurado por Dios mediante una especie de contrato (Mt 21,15s). do

Minúsculas --> Unciales.

Miqueas (hebr. «¿quién como Yahveh?»). Nombre personal corriente en el Antiguo Testamento.
1. Hijo de Yimla, —> profeta del siglo IX a.C., que se pronunció en contra de Ajab, rey de Israel y su ataque contra Aram-Damasco (1Re 22,4-28).
2. Profeta de Moreshet (Jer 26,18), que ejerció su actividad antes de la caída de Samarí (721 a.C.) (Miq 1,1.57). Fue contemporáneo de Isaías y habitó no lejos de Teqoa, patria de Amós, por lo que no es de extrañar su parentesco espiritual con estos dos profetas. Al igual que ellos, Miqueas está totalmente inserto dentro de la —> tradición de Yahveh y pronuncia duras palabras sobre todo contra la capa dirigente de Samaria y Jerusalén que, mediante un culto de meras apariencias exteriores, prepotencia, quebrantamiento del derecho y latrocinios, fueron la causa de la corrupción moral y religiosa y de la miseria de la población llana (pueblo de la tierra). —> Miqueas (libro de). he
Miqueas (libro de). Sexto escrito del libro de los doce profetas (—> Profetas menores [libro de los]). El libro contiene en los c. 1-3 amenazas de juicio; 4, 1-5,8 promesas; 5,9-7,7 nuevas amenazas de juicio y 7,8-20 promesa final.
El texto del libro está mal conservado; por otra parte, la colección de sentencias de Miqueas ha sido varias veces ampliada y actualizada, de tal modo que no siempre puede determinarse lo que propiamente procede del profeta. Los oráculos ciertamente auténticos (1,2-2,11; 3,1-12; 4,9.10.14; 5,14.9-13; 6,1-7,1 demuestran que Miqueas es uno de los grandes --> profetas del Antiguo Testamento. Consciente de ser enviado por Yahveh (3,8), el profeta actúa con energía en favor de los oprimidos y expoliados (2,2.8; 3,1-3) y pone al descubierto sin miramientos la causa de la miseria de su pueblo: el desprecio del derecho de Dios por los poderosos y ricos de Samaría y Jerusalén que, en el comercio, la sociedad y la política, buscan únicamente su provecho. Así, están al orden del día las expoliaciones (2,1ss; 3,2b-4), el soborno de los jueces y funcionarios (3,1.9-11; 7,3), el ansia de ganancias y el olvido de los deberes por parte de los profetas (2,6ss; 3,5ss) y sacerdotes (3,11), fe obstinada en Sión (1, 5; 3,10-12) y culto cananeo (5,11-14; 6,6s), que llevan a una falsa seguridad. Por eso amenaza Yahveh con la destrucción (3,12; 6,9ss); Yahveh garantiza paz y salud sólo cuando se vive el orden de su alianza, que Miqueas ha formulado breve y clásicamente: obrar justamente, practicar el amor y portarse humildemente ante Dios (6,8). he

Miriam. En el --> escrito sacerdotal, hermana de Moisés y Aarón (Núm 26, 59), mientras que en la tradición más antigua es sólo hermana de Aarón (Éx 15,20). Con timbales y danzas canta el himno antiguo que celebra la intervención salvadora de Yahveh en el --> mar de las Cañas (15,20s). A causa de este canto se le da el nombre de —> profetisa. Cuando, junto con Aarón, lanzó reproches a Moisés a causa de su mujer cusita y de su — no codiciada —preeminencia, castigada con la lepra y, sanada por intercesión de Moisés (Núm 12), Miriam murió en Cades y allí fue enterrada (Núm 20,1). Miq 6,4 pone a Miriam junto a Moisés y Aarón como «conductora» de Israel. we

Mirra. Resina obtenida del terebinto. La mirra, de sabor amargo pero de suave fragancia (Mc 15,23), se empleaba para el óleo de la unción sagrada (Éx 30,23-25), como homenaje de pleitesía (Mt 2,11), en las bodas (Sal 45,9; Est 2,12; Cant 3,6; 4,15; 5,5.13) y para los enterramientos (Jn 19,39).he

Misericordia. Concepto bíblico de múltiples significados:
a) En el uso lingüístico teológico: En su sentido subjetivo (condescendencia, benevolencia) es teológicamente desacostumbrado; al don — objetivamente entendido procedente de Dios, indebido y sobrenatural, se le llama en teología --> gracia. Como gracia creada se la concibe cósicamente y se la subdivide de diversas maneras. Esta concepción cósica se opone a la bíblica, en la que la gracia es siempre un acontecer o una relación dentro de una --> comunidad; de aquí que en las líneas que siguen se renuncie al vocablo gracia, recargado de peso teológico, aunque la palabra castellana misericordia no siempre responda, ni mucho menos, al contenido bíblico.
b) En el Antiguo Testamento: hen (favor, sagrado) designa una disposición unilateral; así David encuentra favor en Saúl (1Sam 16, 22), Noé en Yahveh (Gén 6,8). Rahamin (compasión) lleva una mayor carga afectiva y presupone una vinculación amorosa entre el donante y el receptor; se emplea dentro del círculo familiar (1Re 3,26: madre-hijo; Gén 43,30, hermano-hermano) y también, consiguientemente, se aplica a Yahveh Os 49,13). Finalmente, hesed es uno de los conceptos centrales del Antiguo Testamento, designa un comportamiento que nace de una vinculación recíproca y que responde a dicha vinculación, p. ej., una alianza entre amigos (1Sam 20,8.14s), la conducta observada con ocasión de tomar esposa dentro de la propia estirpe (Gén 24,49). Este comportamiento de tipo comunitario puede ser designado, a la inversa, o en paralelismo sinónimo, con emet (--> Fidelidad; Jos 2,14). Tal como muestra justamente el ejemplo de la narración de Jos 2 acerca de --> Rajab, Con las palabras misericordia y fidelidad no se describe una norma ética ideal, sino el comportamiento respecto de una relación comunitaria, a través del cual debe acreditarse cada una de las partes; no siempre significan lo mismo compasión y fidelidad.
Dado que —> Israel ha experimentado a —> Dios no como una naturaleza atemporal, ahistórica y situada en un más allá, sino como un Dios liberador asentado en la historia (—> Gobierno divino de la historia) que llama a la comunión y obliga a obediencia (—> Alianza, —> Revelación), resultó posible referir a Yahveh estos conceptos comunitarios. La conexión entre misericordia y fidelidad se convirtió pronto en una fórmula de confesión, con la que quedaba asegurada la singularidad de Yahveh y su comportamiento en la alianza, que le diferenciaba de las concepciones de los demás dioses (Gén 24,27; Dt 7,9ss). Que Yahveh es misericordioso y fiel, incluso cuando castiga, es uno de los más sólidos motivos de oración en los salmos.
Tendencia constante de los —> profetas es proclamar la unidad de misericordia y castigo en el --> juicio de Dios: el juicio es diverso, según sea el estado de las relaciones de la alianza (cf. Os 1; 6 con 10; 12 y Ez 38,18ss con 39,25ss); es temeridad abandonarse a la idea de una misericordia de Yahveh siempre igual y uniforme (Jer 7,4). Aunque Yahveh es «Dios misericordioso y clemente, tardo a la cólera y rico en amor y fidelidad», junto a su misericordia aparece también su --> castigo, aunque ciertamente de diversa manera (Éx 34,6s). La esperanza más íntima de Israel es, con todo, que Yahveh capacitará a su pueblo para una guarda auténtica de la alianza, para un comportamiento verdaderamente adecuado a esta alianza, de modo que «misericordia y fidelidad se han dado cita, —> justicia y --> paz se abrazan; la fidelidad brotará de la tierra y de los cielos se asomará la justicia» (Sal 85,11-12).
c) Para Pablo, kharis (misericordia) es uno de los conceptos fundamentales en la descripción de su imagen de Dios. La misericordia, e igualmente la —> ira de Dios, no es una peculiaridad, o un sentimiento o afecto atemporal, sino que son dos aspectos de un mismo acontecer, a saber, del juicio de Dios. Si en Rom 1,18ss se dice que la cólera divina se revela en --> gentiles y judíos, no se piensa con ello en una notificación admonitoria, sino en una actuación real de la cólera; lo mismo ocurre con las ideas paralelas de Rom 3,21ss, cuando se dice que la —> justicia y misericordia de Dios acontecen ahora como una acción singular y definitiva, porque ya es insuperable. A esta acción salvífica de Dios se la llama, en Rom 3,24, la —> redención que está en —> Cristo --> Jesús. Se la llama acción de Dios, en cuanto que Dios entregó su Hijo por nosotros; se la llama también acción de Jesús, porque se trató de un acto de —+ obediencia, puesto activamente por Jesús. Por la revelación de su actividad definitiva, a saber, de la unidad de cólera y misericordia en el juicio sobre Jesús, causa Dios en 'nosotros la --> fe, que nos lleva a la —> justificación. El juez divino se pronuncia, al emitir su veredicto, como donador por gracia, en contra de toda idea de mérito, y, por amor a la obediencia de Jesús, en favor de la misericordia y no por el castigo. Al actuar aquí únicamente Dios, se sitúa al hombre en su primigenia relación de criatura; al confiarse el creyente a esta actividad y juicio de Dios, que es ante todo promesa de la que el creyente vive, da gloria a Dios. De este modo se revela Dios, al actuar en justicia, como aquel que es justo (= es fiel a sus —> promesas) (Rom 3,26). La misericordia es, pues, tanto en Pablo como en el Antiguo Testamento, un concepto de relación, pero esta relación está fundamentada en la acción insuperable de Jesús y se extiende a todos los hombres, también a los paganos.
d) Otros usos lingüísticos: Incluso en aquellos pasajes en los que kharis (misericordia) no se aplica directamente a la acción escatológica divina, describe una acción graciosa de Dios, que es experimentada por el hombre como una dádiva. En las fórmulas de saludo de las cartas se encuentra esta palabra, junto con la de paz, para designar la -+ salvación que Dios realiza y regala. El don del ministerio apostólico (Rom 1,5; Gál 2,8s), la capacidad de amor al prójimo por la fe (2Cor 8,1ss) y la de vivir cristianamente (2Cor 9,8) se llama kharis. Los dones especiales dados a cada uno se llaman carismas (—> Dones del Espíritu; Rom 12,6), porque todas estas cosas las hace «el único y mismo Dios que obra todo en todos» (1Cor 12,6). El mismo empleo se encuentra, aunque menos veces, en las cartas pastorales (1Tim 1,14) y, con mayor frecuencia, en Heb (4,16) y en 1Pe (1,10), así como en las bendiciones de Ap 1,4; 22,21. Mientras que esta palabra falta en Mc y Mt, Lucas la utiliza frecuentemente y en idéntico sentido que Pablo. sch
Misericordia de Dios. La misericordia divina, que se testifica como la experiencia fundamental de Israel ya desde el principio, se desprende de la fidelidad de la alianza: («Tú eres mi pueblo» se transcribe: «Yo me compadezco»). El significado básico de los grupos de palabras que el Antiguo Testamento emplea explican la misericordia de Dios como una «inclinación maternal», un «inclinarse hacia los humildes», y muchas veces también como socio de la alianza, puede confiar enteramente en la misericordia de Dios, pero no puede disponer de ella, porque es un don no debido (Éx 33,19; Dios dice su nombre: «Yo me compadezco», pero añade «de quien me quiero compadecer»). El israelita sabe que, a lo largo de la historia, Dios ha acudido siempre en apoyo de la debilidad de su pueblo (Éj 3,7s), por lo cual en su oración puede reconocer su propia debilidad e invocar la misericordia divina (Sal 4,2). Ni siquiera la culpa y el pecado separan a Israel de la misericordia de Dios (Jer 2,18). El castigo y el pecado llevan, a través de la conversión, a una nueva misericordia divina (Os 2,16; 6,1). Tan sólo cuando el pueblo se endurece (--> Endurecimiento) voluntariamente frente a la palabra de Dios, resulta ya imposible alcanzar la misericordia divina (Is 6,10). Sólo poco a poco llega a conocer Israel que la misericordia de Dios no se detiene en las lindes de su pueblo. Según la --> protohistoria del yahvista, su acción se retrotrae hasta el principio de la humanidad (Gén 2,18; 3,15), pero sólo los escritos sapienciales (— Sabiduría) dicen expresamente que esta misericordia «alcanza a toda la carne» (Ecl 18,13).
En el Nuevo Testamento, el tiempo de Cristo aparece como el punto culminante de la actuación de la misericordia de Dios (Lc 1,50.54.72.78). La parábola del padre misericordioso (Lc 15,11-32; el acento no recae en el «hijo pródigo») muestra que la misericordia de Dios se le ofrece al hombre ya antes de que éste la pida. La justicia (frente al hermano mayor) y la misericordia (frente al hermano menor) no son contradictorias. La misericordia de Dios sale inevitablemente al encuentro del hombre. oh
Esto no significa, desde luego, que deba provocarse la misericordia de Dios mediante los pecados (Rom 6,1). En las cartas neotestamentarias la redención por el Señor Jesucristo es el modo normal y generoso de expresar la misericordia de Dios (p. ej., Rom 9,22-23), que es considerada, por consiguiente, como algo definitivo, permanente e imposible de perder (1Tim 1,15-18). De este modo se le ha dado al hombre un sólido asidero que le permite contraponer e su extravío y necesidad una segura --> esperanza en la –> salvación definitiva — fundamentada en la –> confianza en la misericordia de Dios— y llevar a la práctica el amor misericordioso como postura fundamental de la existencia cristiana. –> Compasión. hi

Misericordia del hombre. Mientras que en el Antiguo Testamento la misericordia de un hombre puede limitarse todavía a los de su pueblo (Dt 7,2), el Nuevo Testamento no reconoce fronteras para esta misericordia: «Con nadie tengáis otra deuda que la del recíproco amor• (Rom 13,8). A la pregunta: «¿Quién es mi prójimo?» responde Jesús con la parábola del samaritano compasivo: es tu –> prójimo todo aquel a quien puedes hacer misericordia. Jesús exige de este modo que en toda situación se lleve a la práctica la misericordia: «Vete y haz tú lo mismo.» Ya los profetas veterotestamentarios piden que la experiencia de la --> misericordia de Dios cristalice en el contacto diario de los hombres entre sí, en la justicia social y en la misericordia humana (Is 1,17; Os 6,6). La predicación neotestamentaria lleva más adelante esta línea: la ausencia de misericordia es intolerable frente a la misericordia infinitamente más grande que Dios ha tenido con nosotros (Mt 18,23ss). El misericordioso, por el contrario, lleva todos los días a la práctica su experiencia de Dios; puede hablarse de la «encarnación» de la misericordia de Dios (Ef 4,32s). Así como Dios se ha puesto del lado de los débiles y de los pecadores, asimismo deben hacer los hombres. Esta solidaridad con los --> pobres llega a tal punto que –> Jesús se ha identificado con todos los que sufren (Mt 25,31ss). De esta suerte, las obras de misericordia — que también el Antiguo Testamento pedía a los piadosos (Is 58,6s) — serán el criterio único en el –> juicio universal: la actitud del hombre ante Dios se revela en su actitud frente a los hombres. Sobre este fondo, la –> bienaventuranza de los misericordiosos (Mt 5,7) destaca claramente frente a la idea de mérito del judaísmo tardío (yo debo ser misericordioso, para poder alcanzar la misericordia divina). El Nuevo Testamento puede proclamar bienaventurados a los misericordiosos ya --> ahora, porque participan de la universal misericordia divina. oh/hi
Mishna (hebr. posbíblico, estudio, instrucción, norma). Método para el estudio de normas casuísticas y colección de estas normas (–> Halaka). La mishna recibe su suprema autoridad de la teoría de que, junto a la –> tora consignada en la sagrada Escritura, hay otra tora oral procedente igualmente de Moisés. La mishna es un intento por posibilitar, incluso en las cosas más pequeñas, un comportamiento acorde con la voluntad de Dios. Las colecciones de la mishna de los –> tannaítas se inician hacia el 120 d.C. (--> Tosefta). La colección más importante es la del rabbí Yehudá Hannasí (hacia el 200), insertada en la primera parte del –+ Talmud. he

Misión. –› Israel vivía entre los pueblos y cantaba la alabanza de Dios, pero sin salir a los otros pueblos. Al --> fin de los tiempos, los pueblos corren por sí mismos como un torrente hacia la montaña de Dios y buscan el encuentro con el Dios de Jacob, porque ha mostrado su gloria en Israel. Isaías y Jeremías son profetas «de los pueblos».
El impulso para la misión provino de la –> diáspora judía, que llevó a cabo una acusada actividad proselitista en el mundo helenístico. Hacia el siglo I d.C., se estimaba el número de judíos en el imperio romano en unos 4,5 millones. Quien se obligaba al cumplimiento de los preceptos judíos fundamentales (leyes del sábado y de los alimentos, instrucciones morales) pasaba por «temeroso de Dios».
Este género de misión fue ásperamente criticado por Jesús (Mt 23,15). Es anticipación — fundada en las propias fuerzas — de la reunión de los pueblos por la acción de Dios. La misión de los «doce• y de los «setenta» nada tiene que ver con esta misión a los paganos, ya que los enviados de Jesús se dirigen a Israel, a quien se ordenaba en primer término (Rom 1,16) la noticia de la proclamación de la –> nueva alianza. A causa del fin del --> eón antiguo es enviado Jesús a Israel. Sólo la obediencia de Israel abrirá la puerta a los demás pueblos. Israel rechaza a Jesús y, con ello, se rechaza a sí mismo. La --> cruz es él fundamento de la misión, el --> juicio para muchos (Mc 14,24), en el que Dios se ocupa de todos los pueblos (Jn 11,52).
Todos los relatos del Nuevo Testamento están acorde en el hecho de que los --> discípulos de Jesús no llegaron por sí mismos a la conclusión de que se debía participar la buena nueva de Jesús, esto es, de su –> resurrección y exaltación, a sus hermanos judíos, y menos aún de llevar el Evangelio, más allá de las fronteras de Israel, a los paganos. Fue el mismo Resucitado quien dio la orden de misionar. Esta orden es en Mt la cumbre y la meta de todo el Evangelio. Presupuesto de la misión es, por tanto, el Señor resucitado, presente en su palabra-acción todopoderosa. En el camino de Damasco, Pablo queda convertido en «instrumento elegido» (Act 9,15) de la --> palabra de Dios a los paganos. Así se cumple en él el mensaje del Deuteroisaías. Lc marca la muerte de Esteban como «apertura» de la Iglesia y como giro básico de la misión protoeclesial. Los expulsados de Jerusalén proclamaban espontáneamente el Evangelio en Samaria, Galilea y Antioquía. Junto a esta proclamación espontánea, la comunidad antioquena fue la primera en admitir conscientemente la misión como fin específico (Act 13, 1-3).
Una tal misión preserva a la comunidad de Cristo del peligro de recaída en una secta judía. Esta misión hace imposible equiparar el cristianismo a una nueva gnosis en el mundo de las religiones. Acto y contenido de la misión coinciden. El Evangelio no es en modo alguno separable del acto de su --> proclamación. «Ay de mí, si no anunciara el Evangelio• (1Cor 9,16).
La Iglesia analiza también con actitud crítica, en esta etapa de renovación, su concepto dé misión e intenta, por un lado dentro del espíritu de la actividad misionera protoeclesial, y por otro, llevada por una concepción de la tolerancia basada en el sentido de la –> libertad religiosa, situar su misión sobre una nueva base dialógica, fraternal y amistosa. Ya no se quiere ganar más miembros, conquistar más hombres y «convertir• a toda costa, sino que se intenta testimoniar y vivir el cristianismo y hacer comprensible a todos los hombres la significación salvífica de Jesucristo. Este impulso misionero responde a los nuevos esfuerzos de renovación y reforma, acepta el análisis crítico de la situación y de los intentos de adaptación, tiene en cuenta la --> «desacralización» y es consciente de cuánto pueden valer todas las tentativas de «convicción» de la teología y la predicación. Como en tiempos de Pablo, también hoy tiene vigencia su principio misional: «Me he hecho todo para todos» (1Cor 9,22). --> Invitación. hi

Misión apostólica. Según Lc 9,1ss, debe distinguirse entre elección y misión apostólica. En ambos casos, pero sobre todo en el segundo, debe distinguirse además la misión antes y después de la resurrección. El sentido del apostolado antes de la resurrección viene expresado por la comunión de los --> doce con Jesús, su colaboración en la predicación del –+ Evangelio y los poderes mesiánicos que les fueron concedidos para vencer la fuerza del mal (Mc 3,14-15). Según Mt 10,5ss, Jesús da ya por supuesta la comunión con los doce y les envía como apoderados suyos con misiones concretas. Lc 9,1ss distingue completamente elección y misión. Después de la resurrección, la misión incluye ya la actividad personal e independiente del enviado. La universalidad de su tarea y la presencia constante del Señor (Mt 28,16-20 , especialmente las sentencias sobre el destino de los testigos (Lc 24,46-49), presuponen una actividad apostólica de varios decenios de existencia (–> Apóstol). hi

Misión (conciencia de). La conciencia de misión de las grandes figuras del Antiguo Testamento (–> Patriarcas, Moisés, –> Jueces, –> Profetas, etc.) y de la primitiva Iglesia (con relación a sí misma y, sobre todo, a --> Jesús) surgió no de un pensamiento religioso sistemático, sino de una auténtica experiencia trascendental (es decir, de la experiencia de que el ser humano está referido a algo superior a sí mismo). Advertían que el fundamento de sus iniciativas, de su convicción de fe y de su actuación era –> Dios, que les enviaba para que se comprometieran personalmente en su nombre y por su causa (–> Reino de Dios). El peligro de un mesianismo •entusiasta• o de una fijación ideológica de la conciencia de misión sólo puede evitarse si los hombres afectados por la misma viven en diálogo con sus contemporáneos y entienden su actividad como respuesta a una llamada personal (–> Fe). hi

Misión (idea de). Misión es un concepto antropológico y significa encomendar a un tercero un –> mensaje, una mediación o una tarea que el que delega no quiere o no puede desempeñar por sí mismo. En el Nuevo Testamento, la misión alcanza una importancia singular porque, de acuerdo con el testimonio de los evangelistas, –> Jesús estaba plenamente poseído por una fuerte conciencia de misión (–> Misión [conciencia de]). Especialmente Juan ve en la misión del --> Hijo por el --> Padre el fundamento de la actividad de Jesús.
Si se investiga el origen de la idea de misión en el ámbito religioso, se descubre su profunda interconexión con el concepto de intermediario (–> Mediador). Quien pretende conducir a los hombres en el ámbito de la fe o de la religión, deberá legitimar su pretensión. Dado que –> Dios y la realidad total de la fe están más allá de todo concepto, no son de esperar legitimaciones exteriores o, en todo caso, serán dudosas ante una conciencia crítica (–> Milagro). Así pues, sólo puede tratarse de una legitimación íntima y personal, de la convicción de que el hombre en cuestión puede apelar a una misión, porque tiene algo que decir o aportar que encierra importancia de Dios, de acuerdo con el prototipo de los –> profetas veterotestamentarios: Is 6,8s. También la primitiva Iglesia entendió a Jesús como enviado de Dios: •En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él. (1Jn 4,9). Que Dios haya enviado de hecho a Jesús no puede demostrarse por vía empírica; es asunto de la convicción de fe, así como de la conciencia, que Jesús tenía de sí mismo (cf. Lc 4,18ss). El contenido de su misión se centraba en la buena nueva del --> reino de Dios (Lc 4,43). De este modo cumplió la misión de los profetas y de todos los demás intermediarios del Antiguo Testamento (Mt 5,17); con todo, Jesús no actúa en su propio nombre, sino que se remite constantemente a Dios, en cuyo nombre actúa (Jn 8,42). Jesús, pues, no entiende nunca su misión como un honor personal, sino como un –> servicio (Mt 20,28).
Del mismo modo que Jesús entendió su misión como representación en medio de los suyos del amor redentor de Dios (cf. Jn 1,19ss), así envía a otros (--> Apóstoles, --> Discípulos, --> Doce [los]), para que mantengan siempre presente en el mundo y en el tiempo su misión (Jn 17,18s). Esta idea de misión desempeñó una importante función en la primitiva Iglesia, le proporcionó su dinámica y su espíritu misional y contribuyó eficazmente a que la comunidad de discípulos se entendiera y se constituyera como --> Iglesia.
La misión de los profetas, sobre todo de Jesucristo y de los mensajeros de la fe de la primitiva Iglesia, no estuvo institucionalizada, sino que era algo que experimentaba el hombre en el encuentro personal con los misioneros. Esto entrañaba autoridad inmediata, auténtica y objetiva. Al tiempo que se evita una concepción cosificada de la misión, que pasa por alto las imágenes bajo las que se presenta el concepto, debe también atenderse, en la presente situación de la Iglesia, a que los enviados de esta Iglesia (todos los cristianos) se afanen por conseguir una conciencia auténtica, personal y digna de crédito de la misión y aprendan a evitar toda apariencia y cualquier formalismo. La misión de Jesús se acredita por la garantía y la fiabilidad de la misión de los cristianos. hi

Mispa (hebr. atalaya=). Nombre de varios lugares en el Antiguo Testamento, entre ellos:
1. Antiguo lugar de reunión de los israelitas, en la tribu de Benjamín (Jue 20,1ss; 1Sam 7,5ss; 10,17), más tarde, fortaleza fronteriza (1Re15,22) y centro de oración de Israel (1Mac 3,46).
2. Santuario y población en el Jordán oriental (Gén 31,49; Os 5,1). he

Misterio. La palabra griega mysterion designaba originariamente los ritos secretos del culto, que se practicaban excluyendo toda publicidad. El fondo de esta concepción viene configurado por las religiones mistéricas, de la época tardía helenística — marcadas por un fuerte influjo oriental — que en la época del Nuevo Testamento desempeñaron una función muy Importante. Cuando esta palabra se aplica en el Nuevo Testamento a misterios no cultuales, parece que nos hallamos ante una extensión de significado. Ciertamente, la concepción bíblica del misterio apenas si tiene relación con los misterios griegos y responde más bien al uso lingüístico de --> Qumrán, en el que «misterio» se emplea para designar los ocultos designios divinos. Con todo, debe advertirse que la comunidad monástica de Qumrán entendía el contenido de estos misterios de Dios como un saber oculto y misterioso, que sólo ha sido revelado a los •hijos de la luz».
El Antiguo Testamento toma el concepto del –> helenismo y lo emplea a veces para designar los cultos mistéricos paganos (Sab 14,15.23) y a veces para mencionar acontecimientos futuros (Dan 2,27-30) o realidades sobrenaturales (p. ej., la esencia de la –> sabiduría: Sab 6,22). En los escritos centrales del Antiguo Testamento, por el contrario, no aparece en absoluto la palabra misterio.
En el Nuevo Testamento, el vocablo aparece 25 veces, pero aquí ya no es una palabra técnica y especializada, sino que puede ofrecer diversos matices de significación.
1. Los sinópticos utilizan la palabra misterio en el sentido que expresa la frase: •a vosotros os ha sido dado conocer los misterios del reino de Dios• (Mt 13,11). Aquí misterio abarcaría todo el significado salvífico del --> reino de Dios y acentuaría, al mismo tiempo, que este significado no es accesible a todos, sino sólo a los que se abren a él en la --> fe. En Mc (cf. 4,10-12) se añade el significado especial de –> misterio del Mesías.
2. Pablo aplica la palabra misterio al contenido de la –> historia de la salvación, que escapa a la mente inquisitiva y es conocido únicamente por los creyentes. Por tanto, misterio no tiene un contenido conceptual exactamente delimitado: puede referirse al misterio de la –> resurrección (1Cor 15,51) o al misterio de -› Israel; en todo caso, se trata siempre de la acción misteriosa de Dios (1Cor 2,7), que se hizo sensible y experimentable en la persona de Jesús (Col 4,3). Las cartas pospaulinas (--> Pablo [cartas de]) hablan del misterio de la ---> Iglesia (Ef 5,32), de la buena nueva (Ef 6,19), de la fe (1Tim 3,9) y del --> temor de Dios (1Tim 3,16). Dispone ya, por tanto, de una palabra que permite expresar adecuadamente los múltiples aspectos de la --> salvación en Jesús. En el uso paulino se encuentra, junto a raras líneas de pensamiento de orientación helenística (p. ej., 1Cor 2,7: «sabiduría de Dios en misterio»; cf. sobre esto Sab 6,22), un contacto sorprendentemente estrecho con el pensamiento apocalíptico del judaísmo tardío. Cuando Pablo dice: «Que nos tengan los hombres por servidores de Cristo y administradores de los misterios de Dios» (1Cor 4,1), está considerándose a sí mismo como --> mediador del misterioso mundo celeste, por encargo de Cristo. Pero no se limita a una postura de admiración o de todos los misterios el amor, que significa ya vida fundamentada en la nueva realidad a que dan acceso los misterios (cf. 12,31; 13,2).
3. En el Apocalipsis, misterio es cifra y resumen (Ap 10,7) de la historia salvífica, en un sentido del todo idéntico al de la literatura apocalíptica contemporánea. Misterio de Dios es la plenitud y consumación del reino de Dios, entendido en una perspectiva escatológica.
Lo misterioso en el mundo es uno de los impulsos motores más profundos de toda religión. El misterio de la vida y de la muerte, de las fuerzas de la naturaleza y del espíritu, el misterio de lo universal, sobre todo, en cuya realidad y esfera de influencia se encuentra todo en definitiva, lleva al hombre a orientarse, a través del mundo, hacia la dimensión de ---> Dios, situado al fondo de toda realidad, y a entenderse a sí mismo como referido a Dios. Desde el carácter misterioso del universo total incomprensible se entiende al cuadro multicolor de las múltiples y diversas religiones. Con mirada cada vez más intensa, que fue posible gracias a la contribución del pensamiento crítico analítico del hombre, se han logrado resolver muchos misterios de la humanidad arcaica (-> Milagro), que han demostrado ser realidades transparentes y explicables. Este desencantamiento del mundo trajo consigo una poderosa crisis religiosa. Pero, si bien esta --> secularización universal disolvió muchos misterios, revalorizó y dio su justa medida, justamente por este camino, al misterio auténtico de la existencia humana en el mundo. Una --> desacralización similar de la predicación puede contar, a partir precisamente del concepto de misterio, con la plena comprensión del hombre crítico e ilustrado. hi

Misterio del Mesías. Bajo esta expresión se discute, desde comienzos del presente siglo, la cuestión de los «preceptos de silencio» que aparecen en el Evangelio de Marcos, preceptos que presentan dificultades insuperables tanto en perspectiva lógica como historiográfica, y que sólo pueden comprenderse teniendo en cuenta la función kerygmática de los textos en la tradición anterior a Marcos y en la redacción del mismo Marcos. Es importante observar que existen diferencias, según el precepto del silencio se imponga a los -› demonios (Mc 1,24s; 1,34; 3,11s), a hombres sanados (Mc 1,44; 5,43; 7,36s; 8,26s) o a los discípulos (Mc 8,30; 9,32; especialmente 9,9). Los -› demonios, que, en cuanto espíritus, conocen la naturaleza sobrenatural de Jesús, no podían hablar de ella (aunque, a pesar de todo, lo hacen), porque a los lectores y oyentes del Evangelio se les debe decir que Jesús sólo es cognoscible después de pascua y en la fe. Los preceptos de silencio impuestos a los curados tienen otra función; prohíben, por un lado, un falso afán de milagros y subrayan por otro (ya que acabará imponiéndose) el poder nunca oído con que Jesús actúa. Las prohibiciones a los discípulos están ordenadas a conservar el misterio de la pasión y resurrección «hasta que el Hijo del hombre haya resucitado de entre los muertos» (9,9). El misterio del Mesías hace posible que se comprenda un relato sobre la actuación de Jesús como «Evangelio», es decir, como mensaje que exige fe. pe

Misterios (cultos de los misterios). Fiestas religiosas, en las que sólo podían participar los iniciados y sobre cuyo contenido debían guardar silen cio. La iniciación tenía lugar mediante un sacramento propio, entre cuyos diversos elementos se daba casi siempre una ablución o baño. El segundo sacramento se recibe varias veces, representa, mediante acciones sagradas, el destino de la divinidad cultual y da una participación de la misma a los iniciados. Los dioses de los cultos de los misterios son divinidades de la vegetación, que personifican los períodos de muerte y renacimiento de la naturaleza. Al participar el iniciado en esta fuerza vital divina, puede esperar una suerte feliz ya en esta vida terrena y, sobre todo, en la del más allá.
Los misterios tuvieron amplia difusión entre los siglos VII a.C. y IV d.C. La participación en ellos no tenía carácter exclusivista. En la época del --> helenismo, las religiones orientales evolucionaron hacia los cultos de los misterios. Los misterios más conocidos fueron los de --> !sis, principal divinidad femenina de Egipto; los de la «gran madre» Cibeles de Frigia, venerada en Éfeso como --> Ártemis (Act 19,23ss); los de -4 Mitra, de orientación ética, religión de los soldados romanos y, a partir del siglo II d.C., temible rival del cristianismo.
En el Nuevo Testamento se dan 1021 ciertas analogías con los cultos de los misterios en la concepción de los sacramentos. Pero, a diferencia de aquéllos, el redentor proclamado en el Nuevo Testamento es una persona histórica, no una divinidad supratemporal de la naturaleza, y la nueva vida no se transmite mágicamente por los sacramentos, sino que se realiza por la liberación del pecado (Ron, 6,4ss). mo

Mito. El mito es una de las maneras con que el hombre expresa su experiencia de sí y del mundo. Por tanto, el mito trata, en razón del contenido, del pasado y del futuro, pero sólo en cuanto iluminan la estructura actual de la existencia. Aquello de que habla el mito no aconteció nunca y está, sin embargo, siempre presente: es el destino cósmico del hombre, que permanece siempre igual a sí mismo. Por eso, el mito (emparentado con el sueño) sólo -s relato cuanto a la forma; la personificación y dramatización, forma parte de su elemento imaginativo.
El mito presupone una conciencia cíclica de la existencia, contrapuesta a una conciencia lineal de la historia (desde un principio a un fin). El mito no se contrapone a la verdad — en contra de lo que muchas veces se afirma —, sino a la historia. El mito reclama una autoridad superior a la experiencia individual del hombre. Esto se expresa simbólicamente en el hecho de que, por regla general, se desarrolla en los tiempos primigenios y habla de las acciones de los dioses que fundamentan la situación actual. Por la naturaleza misma del asunto, esta autoridad se basa, primeramente, en que la experiencia expuesta en el mito es colectiva, y en segundo lugar, en que ha sido adquirida en la «infancia» de la humanidad.
El mito puede completar el conocimiento racional del hombre cuanto a la forma (como imagen) y cuanto al contenido (como conciencia previa). Por consiguiente, despreciar el mito significa mermar la realidad. Si se tiene presente su carácter de expresión humana, permanece, abierto a la reve- lación y puede — en cuanto esclarece la situación del hombre — convertirse en forma hablada de esta revelación.
Hasta qué punto la concepción tradicional de la Biblia ha interpretado erróneamente los modos de hablar míticos como afirmaciones históricas, es tema que se discute en la -> desmitización. sm

Mitra. Divinidad indoaria, que en la religión irania era el protector de pactos y alianzas, pasó a ser el primero de los dioses, como dios solar. Después de la destrucción del imperio persa, la fe en Mitra se mezcló con la religión helenística para convertirse en el culto de Mitra. Este culto simboliza, en la muerte de un toro, la muerte por Mitra del toro cósmico primigenio, que produce la activa fecundidad vegetativa. Los iniciados esperan, apoyados en la ascensión celeste de Mitra, un cuerpo astral en el más allá. --> Misterios. do

Moab (moabitas). Pueblo emparentado con los israelitas (cf. Gén 19,30-38), que habitaba en la región del Jordán oriental, en la fértil meseta entre el mar Muerto y los desiertos siroarábigos, el Arnón y el •arroyo de los sauces» (Is 15,7). En el siglo XIII a.C., Moab conquistó el país, habitado hasta entonces por los emitas (Dt 2,10). Los moabitas intentaron repetidas veces ampliar su territorio hacia el norte (Núm 21,26), acosando principalmente a las tribus de Gad y Rubén; presionaron asimismo hacia la región del Jordán occidental (Jericó, Jue 3,12-30). Por ello, se desencadenaron varias guerras entre Israel y Moab. Seúl combatió a los moabitas (1Sam 14,47), a los que David sometió a tributo (2Sam 8,2). Después de la división del reino, Moab siguió siendo vasallo de Israel hasta la muerte de Ajab; a partir de este momento, se declaró independiente y comenzó una vez más a presionar hacia el norte. Las constantes confrontaciones con los moabitas sirven de fondo a los discursos de amenaza de los profetas contra Moab (Is 15; Jer 48). En el siglo VIII, el país volvió a perder su independencia. Sus dioses eran Kemos, BaalPeor (Núm 25,1-5) y Ashtar. we

Modelo. Modelo significa la muestra o prueba conforme a la cual se hace algo. Un caso modélico o ejemplar tiene consecuencias formativas para el experimento siguiente. El modelo es imagen del fin o meta hacia donde la evolución puede o debe dirigirse. Así, la -> fe de Israel es modelo de la fe de los creyentes cristianos; --> Abraham caminando a través de la estepa, o la marcha de Israel por el desierto, son modelo de la situación de --> desierto del creyente. El castigo de Yahveh que hirió a los primeros padres es caso ejemplar y advertencia para los cristianos (1Cor 10,6-11).
--> Cristo --> Jesús es el -+ prototipo del hombre; lo que él vivió, es modelo definitivo para el hombre y para toda existencia creada. Su vivir para los demás exige imitación; su -+ cruz, creadora de vida, es el definitivo caso modélico de la existencia humana en el sufrimiento. Pero sobre todo su -> resurrección es el modelo universal, hacia el que todo hombre está en camino. La tarea del cristiano consiste en introducir en su propia vida el modelo del crucificado y resucitado; el caso ejemplar de Jesucristo debe continuarse y acontecer siempre de nuevo en la historia. Cristo es el modelo insuperable, que nunca será del todo alcanzado por los hombres; de ahí que ser hombre y ser cristiano signifiquen siempre y esencialmente experimentación. El modelo despierta las fuerzas creadoras de la imitación. Ser cristiano significa vivir respecto de lo creado de acuerdo con lo que Jesús vivió. gr

Mofa. En el Antiguo Testamento aparecen hombres que se mofan de Dios y de sus mensajeros. Proclaman su desprecio frente al poder del Señor y se burlan de los –> profetas porque les falta una ayuda visible de Dios (Jer 20,7). De igual modo se mofan los enemigos de la debilidad de –> Israel, que tiene la pretensión de gozar de la protección de Yahveh (Sal 80,7). La historia de la pasión ve en Jesús al paciente –> siervo de Yahveh, que, como Israel y los profetas, debe soportar la mofa que despierta la discrepancia entre la debilidad externa y la pretensión de haber sido enviado por Dios. Así, el sanedrín se mofa de que Jesús sea Hijo de Dios, al pedirle profecías sobre cosas insignificantes y –> milagros para socorrerse a sí mismo (Mt 26,68; 27,40). Los soldados, por su parte, se mofan de la pretensión de realeza de Jesús, al parodiar, de cruel manera, la ceremonía de la coronación (Mt 27,27ss). do

Moisés. Nombre de origen egipcio. En las tradiciones veterotestamentarias, Moisés es el legislador y fundador de Israel, el que sacó al pueblo de Egipto y le guió por el desierto. Las tradiciones vinculadas a Moisés se hallan coleccionadas básicamente en el --> Pentateuco; pero cada una de las 'fuentes de este libro (yahvista, elohísta, Dt, escrito sacerdotal) ofrece una imagen diferente de este personaje.
Moisés nació en Egipto, en la época de la servidumbre de Israel, y fue educado en la corte del faraón. En cierta ocasión mató a un egipcio y tuvo que huir a Madián, donde se casó con Sipporá, hija del sacerdote Yitró. En el --> Horeb, –> Yahveh se ha aparecido en la zarza ardiente, le reveló su –> nombre y le encargó que liberara a su pueblo de la esclavitud egipcia. En medio de grandes maravillas (plagas, paso del mar, comida y agua milagrosa), Moisés guió al pueblo al Sinaí, donde Yahveh concluyó su --> alianza con Israel y le dio la –> ley. Desde el Sinaí, Moisés llevó al pueblo hacia Cades; pero el pueblo, desalentado por las noticias de los exploradores, se rebeló contra Dios, por lo que fue castigado a caminar durante cuarenta años por el desierto. Moisés guió al pueblo hasta las fronteras de Canaán y murió en el monte Nebo, porque Dios le había prohibido entrar en la tierra prometida. Antes había designado a Josué como sucesor suyo (Dt 31) y bendecido a las tribus de Israel (Dt 33).
Fuera del Pentateuco, donde Moisés ocupa el centro de las tradiciones referentes a la salida de Egipto y marcha por el desierto, se le menciona frecuentemente en los escritos más recientes; aparece en ellos ante todo como legislador y –> profeta. A pesar de la abundancia del material veterotestamentario sobre Moisés, su figura histórica sigue en sombras sin que puedan darse datos exactos. No obstante, es indiscutible su historicidad y su importancia decisiva para la fundación de Israel y de su religión.
El –> judaísmo helenístico convirtió a Moisés en el ideal humano, en tanto el judaísmo palestino contemplaba más bien su imagen bíblica: Moisés es el autor del Pentateuco, el gran legislador, el profeta por excelencia; como Elías, volverá al final de los tiempos; el --> Mesías mismo es presentado como segundo Moisés.
En el Nuevo Testamento, Moisés es el legislador (Mc 10,4ss), el profeta que ha anunciado a Jesús (Lc 24,44), modelo de hombre creyente (Heb 11, 23ss) e imagen de Jesús (Heb 3,2ss).we

Moisés (apocalipsis de). 1. Denominación de un escrito griego sobre la «vida de Adán y Eva», que tiene gran semejanza con la obra latina de igual nombre. Ambas composiciones se apoyan en un documento hebreo anterior, escrito entre el 20 y el 70 d.C.
2. Denominación del Libro de los jubileos (--> Jubileos [libro de los], llamado también •pequeño Génesis». La interpretación midráshica de Gén 1-Éx 12 se presenta a sí misma como revelación de Dios en el Sinaí, comunicada a Moisés por un ángel, con encargo de ponerla por escrito. we

Moisés (ascensión de) —> Ascensión de Moisés.

Moisés (bendiciones de). Colección de sentencias (Dt 33), pronunciadas por --> Moisés en la hora de su muerte, sobre las tribus de Israel. La colección estaba originariamente encuadrada en un salmo (2-5.26-29), y sólo más tarde fue colocada en su contexto actual.
Las bendiciones de Moisés son de fecha posterior a las bendiciones de Jacob (Gén 49,1-27) y nacieron sin duda en la época premonárquica del reino del norte. we
Moisés (cántico de). —> Yahveh es por siempre el --> rey de Israel. La comunidad puede prestar fe a su palabra. Él salva en toda necesidad. Como poderoso, auxiliador y santo, se le debe confesión y alabanza divina en el culto. Así lo puede y debe testificar y mantener Israel, en razón de su experiencia histórica. Efectivamente, en el -+ mar de las Cañas ha experimentado a Dios como salvador maravilloso (y así lo ha proclamado inmediatamente en el --> himno de victoria de —> Miriam, Éx 15,20s). A su guía debe Israel haber podido sobrevivir en la marcha por el desierto y haber llevado a cabo la conquista de --> Canaán. Estas experiencias salvíficas están resumidas en el canto del mar de las Cañas (Éx 15,1-18), —> salmo histórico, llamado también «cántico de alabanza de Moisés», que se entonaba, con el fin de actualizarlo, en los cultos de la fiesta de pascua (cf. su ampliación, en Ap 15,3). pa

Moisés (canto de). Himno insertado en el Deuteronomio (32,1-43), que narra los hechos salvíficos y el juicio de Yahveh sobre Israel. we

Moisés (libros de). 1. El --> Pentateuco o la —> tora. Los libros de Moisés contienen la historia del pueblo de Israel desde la creación hasta la muerte de --> Moisés. Su distribución en cinco libros es presentada por los LXX cómo un hecho conocido. La paternidad mosaica sobre todo el Pentateuco no está claramente afirmada hasta Filón, Josefo, el Talmud y el Nuevo Testamento (Mc 12,26; Jn 1,45; Act 28,23), mientras que las expresiones «libro de Moisés» (Esd 6,18; Neh 13,1) y •ley de Moisés» (2Cró 25,4; Mal 3,22) se refieren probablemente sólo a las secciones legislativas. En el Pentateuco mismo, sólo se atribuyen a Moisés como autor algunas secciones concretas, p. ej., el libro de la alianza (—> Alianza [libro de la]; Éx 24,4), el --> decálogo cultual (Éx 34,27) y especialmente el Deuteronomio (Dt 1,5; 4,45; 31,9). La Iglesia aceptó las tradiciones judías en este punto.
Aun cuando las dudas sobre la paternidad mosaica de todo el Pentateuco surgieron desde época temprana, sólo la moderna crítica del Pentateuco demostró que los libros de Moisés son una obra anónima, que se ha ido formando a lo largo de un lento proceso de tradición oral y escrita.
2. Escritos apócrifos, que se divulgaron bajo el nombre de Moisés, tales como el Apocalipsis de Moisés (—> Moisés [apocalipsis de]), la --> Ascensión de Moisés, el Testamento de Moisés (--> Moisés [testamento de]).we

Moisés (testamento de) --> Moisés [ascensión de].

Molek —> Molok.

Molok (en semítico, .rey»), equiparado en Israel a Milkom, dios de los ammonitas. Molok fue en el Antiguo Testamento síntesis y cifra de la crueldad, ya que, en los siglos VIII-Vil a.C., también los israelitas ofrecían sacrificios a Molok en el valle de —+ Hinnom, haciendo •pasar a sus hijos» por el fuego, es decir, quemándolos, a pesar de que Yahveh aborrecía los sacrificios humanos (Gén 22,1-14; Jer 7,31). he

Momento —> Kairos.

Monarquía —> Rey.

Moneda. Moneda es el dinero cuyo peso y contenido está garantizado por el Estado mediante acuñación. La provincia de Judea comenzó a tener moneda de plata propia bajo el imperio persa. La unidad monetaria es el siclo. En la época de los Seléucidas, y más tarde bajo la ocupación romana, estuvieron en curso monedas griegas y romanas, de tal modo que, en tiempos de Jesús, existían tres distintos sistemas monetarios. En relación con el valor del siclo, se ajustaban la mina griegá (equivalente al peso de la mina hebrea), el tetradracma (= 4 dracmas), el didracma (= 2 dracmas), el dracma y las monedas romanas: el denario, el as y el cuadrante. -4 Dinero. do

Moneda del tributo. Moneda equivalente a un denario, establecida en las provincias romanas como impuesto personal; llevaba el busto y la inscripción del césar (Mt 22,19s). we

Monogamia. En el Antiguo Testamento la monogamia es el caso normal del —. matrimonio (Gén 2,24; Tob 8, 6s; Prov 15,15-18), si bien la —> poligamia fue practicada hasta épocas tardías. Los profetas presuponen la monogamia cuando describen la relación de Yahveh con Israel con la imagen del matrimonio (Os 2,18-23; Jer 3,7-10; Ez 16,8; Is 54,5).
El Nuevo Testamento conoce únicamente la monogamia y acentúa su indisolubilidad (Mt 19,3ss). he

Monolatría. Adoración de un solo Dios, con lo que no se excluye, sino que más bien se presupone, la existencia de otros dioses. La monolatría fue la forma de adoración a Yahveh en la época primitiva de Israel (Éx 20,3). we

Monoteísmo. Fe en un solo Dios, trascendental y personal, único que es venerado, y al mismo tiempo negación de la existencia de otros —> dioses. El monoteísmo puro no existió desde el principio en Israel. La veneración de --> El por los patriarcas, y la veneración de Yarveh en la edad mosaica era sólo monoteísmo práctico (—> Monolatría; Éx 20,3ss); hasta los profetas, no se niega, expresa y claramente, la existencia de los otros dioses, al rechazarlos como nada y dioses que no son y alabar a —> Yahveh como Dios único (Is 41,1-5.21,29; 43,9-13; 44,9). En el judaísmo, que confesaba el monoteísmo en el shema cotidiano, y en el Nuevo Testamento, el monoteísmo es ya una realidad incuestionable. we

Monstruos marinos. Los poderes de desorden y destrucción, hostiles a la divinidad, fueron puestos, en las mitologías de muchos pueblos y también en la Biblia, bajo el mando supremo y primordial del --> mar. Se les concebía como monstruos gigantescos, que, rodeados de agua y tinieblas, habitaban en el mar. Como formas del aspecto caótico del mar, hallamos en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento: yam (= mar), tehom (= —> Diluvio) y los seres, imaginados como grandes serpientes, --> Leviatán, --> Rajab y Tannin (—> Dragón). Según la concepción bíblica, todos ellos quedaron sometidos al dominio soberano creador y ordenador de Dios, pero conservan hasta el final de los tiempos un cierto poder; entonces Dios los privará definitivamente de toda su fuerza y los aniquilará.
En los textos apocalípticos, los monstruos marinos son esencialmente los poderes hostiles a Dios. --> Demonio,
—> Diablo. he

Monte. Se consideraba a los montes como el punto de conexión del —> cielo, la —> tierra y el mundo subterráneo (—> sheol). Así, fueron lugar de residencia de los dioses y en su cima se construían los santuarios. El Antiguo Testamento menciona los montes como lugar de culto de los --> baales. Pero también los mismos israelitas veneraban a Yahveh sobre las montañas que, según la concepción veterotestamentaria, fueron las primeras en ser creadas. Yahveh distinguió algunos montes: En el —> Horeb llamó a Moisés para ser guía de Israel y le reveló el nombre divino. En el —> Sinaí concluyó la --> alianza con Israel y promulgó los diez mandamientos (--> Decálogos; Éx 20,24). El monte de -+ Sión, con el --> templo, es el monte sagrado, el monte del Señor, que él se escogió para morada. Según la visión profética del tiempo final, de este monte saldrá la ley y la palabra del Señor, que él se escogió para morada. Según la visión profética del tiempo final, de este monte saldrá la ley y la palabra del Señor y desde él se revelará Yahveh a todos los pueblos.
También en el Nuevo Testamento se destacan algunos montes. Sobre un monte elige Jesús a los —> apóstoles y los envía al mundo; sobre un monte ocurre la --> transfiguración y se revela a los tres apóstoles como --> Hijo de Dios. En el -+ monte de los Olivos, donde se esperaba la venida de Dios, pronuncia Jesús el discurso de la nueva venida (Mt 24,3ss). Desde un monte anuncia la nueva ley (—> Sermón de la montaña). El monte indica la región del —> reino de Dios que está por venir. Jesús lleva a los hombres sobre el monte hacia Dios. Quien le escucha y está dispuesto a seguirle es luz para los demás y brilla como •una ciudad sobre el monte» (cf. Mt 5,14). br

Monte de los Olivos. Serie de montículos, separados de Jerusalén por el --> Cedrón, que corre de norte a sur, con varias cumbres. Protege a la ciudad de los v:e.ntos del norte y del este, mientras que retiene, ante el desierto de Judá, los vientos del oeste, con sus precipitaciones lluviosas, tan importantes para la ciudad.
El monte de los Olivos, considerado como sagrado desde épocas remotas, es citado en el Antiguo Testamento únicamente en la historia de David (2Sam 15,3032) y, como lugar del juicio, en Zac 14,4.
El Nuevo Testamento menciona varias veces el monte de los Olivos en relación con Jesús: Jesús pasa por este monte camino de Jerusalén (Mc 11,1 par.): pernocta allí con frecuencia (Lc 2127; Jn 8,1); en el monte de los Olivos pronunció su discurso escatológico (Mc 13,3 par.) y en él oró la noche que fue hecho prisionero (Mc 14,26ss par.). he

Morada. La promesa de Dios, según la cual sus elegidos, al final de todas sus peregrinaciones (--> Camino) e inseguridades, podrán vivir en lugar seguro (Jer 23,6), se ha cumplido siempre a lo largo de la historia de manera incompleta; seguimos siendo peregrinos (Heb 11,13-16), en camino hacia las moradas eternas de la casa del Padre (Jn 14,2).
Esto no obstante, todavía en camino, Yahveh ha fijado su morada en medio de su pueblo: en la tienda de la revelación (Núm 9,15: •la morada»), más tarde en el santuario de Silo y finalmente en —> Sión, a la que ha elegido como morada permanente (Sal 132,13). Salomón le construyó una casa para morada (1Re 8,13), aunque bien sabe él que Dios sobrepuja los cielos y ningún —> templo puede contenerle (v. 27; cf. Act 7,48); sólo su •nombre» habitará en él (es decir, Yahveh se dejará invocar en este templo; v. 29s). Ez (10,18; 11,23) ve la •gloria de Yahveh» que sale de él, pero que entra en un templo 'nuevo (43,4). Eclo 24,8 dice de la —' sabiduría divina que, enviada desde su morada celeste (v. 4), ha •plantado su tienda» en Israel (por la revelación de la ley).
Según Jn 1,14, la —> Palabra de Dios ha plantado su tienda entre nosotros al hacerse carne. Jesús es el templo que será destruido y de nuevo edificado (2,19.21). Jesús llega a los que le aman; llega junto con el Padre para hacer en ellos morada (Jn 14,23; cf. Ef 3,17). La --> Jerusalén celeste será la única «tienda de Dios», la morada común de los hombres con Dios y con el Cordero; por eso ya no habrá en ella templo alguno (Ap 21,3.22). ur

Moriah. En el Antiguo Testamento, nombre de dos lugares diferentes. Abraham debía ofrecer en sacrificio a su hijo en la región de Moriah (Gén 22,2). Sobre el monte Moriah construyó Salomón el —> templo (2Cró 3,1). we

Morir. a) Para los hebreos morir es, ante todo, algo natural, el fin de la vida que ha de esperarse sin temor. Morir «anciano y lleno de días» no tiene nada de terrible. Ser enterrado en la tumba familiar, sobre un terreno de propiedad privada (—> Entierro), disminuye el aspecto negativo de la muerte: el difunto •se reúne con sus padres».
Existían, desde luego, ciertos usos funerarios (—> Lamentaciones fúnebres), pero no un —> culto a los muertos. Morir tiene algo de espantoso y terrible cuando ocurre, p. ej., en edad temprana, sin dejar descendencia, en país extraño o como castigo (-+ Pena capital).
El tener que morir es, en principio, menos problemático que el modo de morir. El Antiguo Testamento tiene una concepción unitaria del hombre, de modo que no puede definirse la muerte como separación del cuerpo y el alma. Se describen los fenómenos visibles, p. ej., •perder el hábito», •el espíritu vuelve a Dios» o (en las muertes violentas) •correr la sangre», con los que la vida se extingue.
b) Al avanzar los tiempos, se hace cada vez más acusada la reflexión sobre el sentido de la vida, aunque todo es perecedero (cf. Eclo). Cuando se advierte que muchas veces los pecadores viven prósperamente mientras que los justos tienen mucho que sufrir, se plantea el problema de la --> justicia de Dios. En Job, el problema se resuelve todavía en el sentido de una retribución en esta vida (discurso de Elihú) o remitiendo a una confianza ilimitada en Dios (c. 42). Pero pronto se inician las reflexiones sobre una compensación después de la muerte. Can ello, pierde mucho de su espanto la muerte temprana o injustamente sufrida. La muerte no se entiende ya en un sentido meramente biológico, sino que se la refiere ya a la vida con Dios. Así, está ya realmente muerto quien no vive en comunidad de culto con Dios (cf. los salmos). De ahí se deriva la consecuencia de que aquel que vive en esta —> comunión no puede perderla, ni siquiera por la muerte biológica.
c) Tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo, la muerte es consecuencia del —> pecado, si bien en el Nuevo Testamento esta afirmación se concibe más reflejamente, sobre todo en Rom 5. El elemento nuevo en el Nuevo Testamento no es la -+ antropología, sino el nuevo sentido de la muerte a través de la muerte de Jesús. La —> resurrección de Jesús es, para los creyentes, promesa inamovible de su propia resurrección (Rom 4,23ss). Con ello queda aniquilada no la muerte misma, sino su poder, que consiste en la duda angustiosa en torno al yo (1Cor 15,54ss; Flp 1,21ss). El creyente queda así liberado para una vida nueva. —> Muerte. schü

Movilidad. Indica movimiento y capacidad del mismo, tanto espiritual y persuasiva como sociológica. La mentalidad bíblica tiene su origen en la vida de un pueblo nómada, o, por mejor decir, en varias tribus nómadas. De aquí que Yahveh sea un Dios no ligado a un lugar concreto, sino que acompaña a su pueblo en todas sus migraciones y vicisitudes. La más antigua confesión de fe veterotestamentaria reconoce que Yahveh guió a Israel desde Egipto. -> Israel experimenta a su Dios de la alianza siempre en camino, en marcha, en movimiento. Yahveh conduce y guía a su pueblo y signo de ello es el --> arca de la alianza. Él es señor de la -> historia humana. Por eso --> Abraham es llamado de su patria a un país extraño; en su marcha experimenta la --> proximidad de Dios. Abraham es para los cristianos el padre de la --> fe (Rom 4,1ss); su situación de --> éxodo y marcha por el --> desierto es la situación del hombre creyente.
Quien acepta el mensaje de Jesús, está puesto en --> camino; sabe la dirección, pero nada más. Las exigencias de Jesús deben ser vividas experimentalmente (--> Libertad, -> Amor, -> Práctica). La fe significa movilidad. Desde el Evangelio, el cristiano está abierto para todo nuevo movimiento; está despierto y a la escucha atenta para las tareas y requerimientos de la situación correspondiente. El cristiano experimenta su fe allí donde el hombre y su ambiente están más amenazados. Quien sigue a Cristo, no puede aferrarse a posiciones fijas; debe, por el contrario, estar siempre dispuesto a abandonarlas y marchar de lo conocido hacia países •nuevos. Está llamado al --> futuro aun no contemplado de Dios. Todo esto pide, ante todo, movilidad espiritual. Si el cristiano quiere traducir a su propia época el mensaje de Cristo, debe estar dispuesto al --> diálogo con los demás, a la conversación continua con la --> profecía profana de su tiempo. Debe afrontar los riesgos y las nuevas oportunidades del hombre de su medio ambiente. La movilidad del cristiano cobra eficacia en el seno de su propia sociedad; de ella y de la práctica de su fe pueden surgir transformaciones y movimientos sociales. Las transformaciones del hombre, iniciadas en el acontecimiento de Cristo, se continúan en la historia. gr

Muerte. a) -> Vida y muerte no se utilizan en el Antiguo Testamento como conceptos o valores contrapuestos que se excluyen mutuamente. La plácida muerte del anciano, rodeado de hijos y nietos, forma parte de la vida prometida por Yahveh (Gén 15,15). Por lo demás, sí está en oposición a la vida una muerte prematura, violenta o sin descendencia (2Sam 3,33s). Si bien es cierto que --> Yahveh es el señor único de la vida y el hombre, por consiguiente, jamás tiene derecho a derramar sangre, no puede decirse que Yahveh sea señor de la muerte. El dominio de la muerte no pertenece a Yahveh, los muertos están lejos de él (cf. Sal 88), Yahveh no los escucha. Por otra parte, aquellos que no obedecen a la ley y quebrantan la --> alianza no pertenecen al reino de la vida, sino al reino de la muerte: la -> ley es vida y bendición; la desobediencia es ya muerte y maldición (cf. Dt 30,15ss).
b) En el Nuevo Testamento, la muerte es el poder que pone fin a esta vida y sitúa en un estado de impotencia absoluta y de existencia sin sentido, porque es un poder que separa temporalmente o por siempre del Dios creador. Falta una ulterior reflexión teológica: la muerte es aceptada como una experiencia universal e incuestionable y como el fin total —visible en la corrupción — de la existencia humana ligada al cuerpo. Una inmortalidad natural del -> alma es un concepto extraño al Nuevo Testamento. Jesús (Mt 9,24 par.; Lc 7,12ss; Jn 11,44) y los apóstoles (Act 9,40; 20,10; Mt 10, 8) prolongaron la vida de algunos difuntos al resucitarlos. Estos signos llegan a su plenitud en la --> resurrección de Jesús, que demuestra que el poder de la muerte no es definitivo, sino limitado y sometido al de Dios.
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c) Pablo acepta la tradición general, según la cual la muerte es un castigo de Dios por el pecado (Rom 1,32; 6, 23). Con todo, esta idea gana en él una interior necesidad en virtud de sus concepciones antropológicas (--> Antropología). Pablo no considera al hombre como una naturaleza pensante y discursiva, sino como un ser que quiere y aspira. Aquello a lo que el hombre aspira es el bien, esto es, la vida; el modo como tiende a ello, a saber, la «concupiscencia», le lleva al mal, es decir, a la muerte (Rom 7,1325). En efecto, el hombre tiende necesariamente a la afirmación y aprobación de sí mismo (Rom 8,7); todos los esfuerzos y consecuciones de •una vida según la -> carne• o la «concupiscencia» no le acarrean otra cosa sino la muerte (Rom 7,5), porque este -> «gloriarse» se opone a la gloria de Dios y le aleja de él. El poder de la muerte alcanza, pues, tanto cuanto la concupiscencia egoísta y arbitraria del yo. De esto no puede liberarse el hombre por sí mismo; el poder de la muerte ha sido quebrantado en la plena perfección de la obediencia de Cristo en la -> cruz y se sigue quebrantando en la experiencia de la -> misericordia (c) de Dios por la --> revelación (d), que transforma la concupiscencia egoísta en obediencia de fe (Rom 6,16ss). Hacerse creyente puede describirse como un morir y resucitar (Rom 6,2-11; Gál 2,19s) e incluso como una nueva creación (2Cor 5,17; Gál 6,15). La fe cristiana es superación de la angustia ante la muerte, porque esta fe alcanza la seguridad de la resurrección. Y esto acontece por el poder de Dios, manifestado en la resurrección de Jesús. --> Morir. schü

Mujer. En el Antiguo Testamento, como en la mayoría de los pueblos del antiguo oriente, estaba en vigor indiscutiblemente el principio del -> patriarcado. Con todo, se dan diferencias radicales que permiten contemplar desde otra perspectiva a la mujer.
1. Debe mencionarse, en primer término, el relato de la creación (--> Creación [relatos de la]) del --> yahvista. La mujer es conducida por Dios ante el hombre en calidad de compañera; no es pues, en primer lugar, madre, portadora de la fecundidad. El hombre lo entiende así inmediatamente, pues sabe darle el --> nombre exacto, que la señala como compañera del hombre (dada la similitud de sonido, en hebreo resulta posible el juego de palabras varón-varona). El varón está más vinculado a su mujer que a los padres (Gén 2,23s). Esta ordenación de -> varón y mujer hace discutible la relación de subordinación de aquellos tiempos. En esta perspectiva, el predominio del varón sobre la mujer se explica como consecuencia del pecado, que pervierte el orden de la creación (Gén. 3,16).
2. Los esponsales y el matrimonio estaban estructurados en el antiguo Israel a estilo patriarcal: la mujer pasaba de la potestad del padre a la de su marido (1Sam 18,17), de modo que el matrimonio, y la misma promesa de matrimonio, obligaban a la mujer a una fidelidad incondicional. La mujer no tenía derecho a pedir el divorcio; sí, en cambio, el marido (Dt 24,1-4). Con todo, generalmente se le pedía a la joven su consentimiento, es decir, se tomaba en serio su personalidad.
3. La maternidad era tenida en muy alta estima (Éx 20,12). La esterilidad constituía un desdoro (Gén 30,23) y señal de estar privada de la benevolencia divina.
4. Tanto en materia judicial como en cuanto a la herencia, la mujer era en todo y por todo igual al varón. Pero debe tenerse presente que nunca se considera a la mujer aislada e individual, sino siempre en conexión con su -› familia (Núm 27,1-8).
5. El Antiguo Testamento considera que el ámbito específico de la mujer es el hogar (Prov 31,10-31).
6. La mujer no estaba radicalmente excluida de la vida política pública. Pero aunque algunas mujeres tuvieron importancia decisiva en la historia de Israel (-> María, --> Débora) o al menos se les asignó esta prerrogativa (Ester, Judit), tales casos fueron siempre excepcionales.
7. En la esfera religiosa, las mujeres estaban excluidas del culto. A diferencia de otros pueblos orientales, no había en Israel sacerdotisas y, a lo sumo, se las admitía para menesteres de servicios auxiliares (Ex 38,8). Pero participaban con idénticos derechos en las -> fiestas cultuales y presentaban incluso determinados sacrificios oficiales (Lev 12). En la piedad veterotestamentaria, las mujeres desempeñaban un puesto esencial: como profetisas anunciaban la voluntad de Dios y tomaban parte, de manera fundamental, en la -÷ alianza (Dt 29,10).
8. El Nuevo Testamento consideró a la mujer, en principio, de manera similar al Antiguo Testamento. La igualdad religiosa y natural en la gracia (-4 Emancipación de la mujer): La mujer ha recibido de Dios la misma posición que el hombre y es, como él, sujeto activo en la --> historia de la salvación. Tanto en los sinópticos (Mt 15,21ss) como en Juan (4,1ss) y en Pablo (Gál 3,27s), la mujer es expresamente introducida en la actividad redentora de -> Cristo -> Jesús. Hubo mujeres entre los que acompañaban a Jesús (Lc 8,2). Ciertamente, dentro de la comunidad ocupaban un segundo puesto y sus tareas se centraban en lo privado, lo familiar, los puestos de servicio, dejando para los hombres las actividades publicas (1Cor 14,34ss). Pero en nada de esto había disminución de respeto, sino que era algo debido a las concepciones y circunstancias sociológicas del tiempo. Al cambiar la concepción que el hombre tenía de sí mismo, cambió también la idea de la mujer y se abrieron perspectivas de evolución, cuyo punto de partida se encuentra tanto en el Antiguo Testamento (Gén 2,24) como en el Nuevo (Gál 3,27s).
Durante demasiado tiempo se han venido entendiendo las afirmaciones bíblicas como expresión absoluta, es decir, inmutable, de la voluntad de Dios, interpretando erróneamente las manifestaciones sobre la mujer, que deben ser consideradas únicamente como reflejos de la situación y de la mentalidad de aquella época. Lo cual significa que, en las discusiones actuales acerca del grado de compromiso de la mujer en la Iglesia (sacerdotisas, sujetos activos del ministerio jerárquico, etc.), no puede recurrirse a las «soluciones» de la Biblia, como si, p. ej., las afirmaciones de 1Cor fueran normativas y no superables. Lo único insuperable en estas afirmaciones es el mensaje que se expresa en esta
proclamación, y este mensaje posibilita toda forma de servicio femenino en la Iglesia. Lo que entonces era imposible e intolerable, puede ser hoy perfectamente posible y positivo, y a la inversa. En las cuestiones de tipo práctico y de organización, se trata de aspectos psicológicos y sociológicos que no afectan inmediatamente al aspecto fundamental de la perspectiva neotestamentaria del puesto de la mujer en la Iglesia y en la sociedad. La mujer es, desde todos los puntos de vista, compañera y partícipe libre y plena de la alianza con Dios.hi/oh

Mulo. Cruce de asno y yegua o burra y caballo, muy apto para cabalgar y llevar carga por terrenos pedregosos y sin caminos. Los israelitas tenían prohibido la cría mular, porque violaba las leyes del normal apareamiento (Lev 19,19) de la creación. Por ello, los israelitas debían importarlos de otros pueblos. do

Multiplicación de los panes. De acuerdo con los relatos de los cuatro evangelistas, Jesús dio de comer a 5000 hombres con cinco panes y dos peces (Mc 6,32-34; Mt 14,13-21; Lc 9,10-17; Jn 6,1-15). Además de este relato, Mc
8,1-10 e, independientemente de él, Mt 15,32-39 narran una segunda multiplicación (7 panes y 4000 hombres). Estos relatos neotestamentarios de multiplicación de panes sólo puede entenderse desde su fondo veterotestamentario. El Antiguo Testamento relata historias de comidas «milagrosas» de Moisés (Ex 16; Núm 11: el maná y las codornices) y de Elías (2Re 4,42-44).
Los relatos neotestamentarios han procurado, indudablemente, establecer contactos con estos ejemplos del Antiguo Testamento. Quieren mostrar que Jesús puede realizar e incluso superar lo realizado por -> Moisés y --> Elías, de quienes el Antiguo Testamento narra tales portentos. En efecto, un atento análisis muestra que, en la comparación con Moisés y Elías, Jesús tiene una clara superioridad. Elías alimentó con 20 panes a 100 hombres; Jesús, con cinco panes, sació a 5000 hombres. Para dar de comer a los israelitas en el desierto, Moisés tuvo que suplicar a Yahveh, pero Jesús actuó con su propio poder y autoridad. A los evangelistas no les interesa tanto el relato histórico en cuanto tal, sino que más bien les interesa sentar bien en claro una transparente verdad teológica, expresada por medio de un relato: Jesús es no sólo el nuevo Moisés esperado para iniciar la época salvífica, el verdadero -> pastor, sino que supera a todos estos grandes personajes del Antiguo Testamento. Es mayor que todos ellos porque es el portador divino de la salvación de los últimos tiempos, el -> Mesías o — como dicen los griegos — el --> Cristo. Así entendidos, los relatos de multiplicaciones de panes tienen un puesto importante en la proclamación de Cristo por la joven Iglesia.
La exposición de la multiplicación de los panes (Mc 6,41) recuerda el relato de la institución de la eucaristía (--> Eucaristía [relatos de la institución de la]), así como las celebraciones eucarísticas de las primeras comunidades cristianas. De esta forma queda claro que la Iglesia no entienda la multiplicación de los panes de una manera meramente «material•, como alimento corporal, sino como Upó de la -> eucaristía. Jesús no sólo da el verdadero «pan del cielo» (Sal 78,24), sino que él mismo es este «pan de vida» (Jn 6,35) que recibimos en la eucaristía. gl

Mundo. La concepción bíblica del mundo se halla en clara oposición con la griega, si bien ésta halló también cabida en el pensamiento cristiano por el camino de la teología y sigue acuñando de múltiples modos, hasta el día de hoy, nuestra noción del universo mundo. La concepción griega, según la cual Dios (los dioses) y el mundo forman un todo divino universal, un cosmos perfectamente ordenado, es un constitutivo fundamental de la mentalidad mágica religiosa del mundo circundante de la Biblia. Frente a esto, la imagen bíblica del mundo significa una -> «desacralización»: si Dios es el otro (Sal 97,5ss), el compañero de camino y diálogo (Sal 24,1), el creador (Gén 1;2; Sal 104), entonces el mundo no es sino su creación y por tanto ya no es divino (cf. Ex 20,2-6), sino el ámbito secularizado de la vida humana, el escenario de la -> historia de la salvación, mundo en -> devenir, entregado y sometido al hombre (Gén 1,26ss). Esta nueva concepción del mundo, que libró rudo combate contra arraigados mitos y cosmogonías de la mentalidad circundante, se prolonga también por todo el Nuevo Testamento. Con mayor claridad aún que en el Antiguo Testamento, puede advertirse la aguda oposición de la primitiva Iglesia a la concepción sacralizada del mundo de su tiempo. La consecuencia es una múltiple perspectiva del concepto de mundo:
1. El Nuevo Testamento muestra poco interés por el aspecto científico natural del mundo. Donde parece que se hacen afirmaciones de este tipo, se hallan éstas siempre al servicio de la predicación, entendida en sentido historicosalvífico, y reflejan la concepción del mundo del antiguo oriente, es decir, que no son núcleo del —> kerygma.
2. La mayoría de las expresiones relativas al mundo tienen, por tanto, un sentido antropológico (p. ej., Jn 3,16) y, propiamente, la palabra debería traducirse por «humanidad».
3. Las afirmaciones de Pablo y Juan sobre el mundo muestran una oposición casi constante con la concepción dualista gnóstica de su tiempo, según la cual el mundo se ha convertido en una magnitud autónoma y representa a la humanidad impía. El --> hombre, que en razón de su naturaleza es mundo, se halla consiguientemente en peligro constante de reafirmarse más y más en una actitud de impiedad autónoma.
4. La tarea en el mundo de quienes por la —> fe en Cristo Jesús, se han liberado de la impiedad y han devuelto a la concepción del mundo su carácter originario de creación de Dios, no consiste ni en una felicidad mundana ni en una huida del mundo, sino en un servicio al mundo. hi

Mundo de los pueblos. A lo largo de toda su historia como nación independiente, Israel desempeñó un papel sumamente modesto en la historia del antiguo oriente. Sobre todo en el período de crisis de los siglos VIII-VI a.C. vio en el mundo de los pueblos extranjeros una amenaza mortal. Desde esta situación deben entenderse los —> oráculos de los pueblos de los profetas.
Una excepción del juicio negativo sobre los pueblos se encuentra en la —> tabla etnográfica del escrito sacerdotal (Gén 10,1ss): mientras que en el antiguo oriente era acostumbrado atribuir al propio pueblo un origen mítico en el tiempo primordial, sabe Israel que él ha surgido también dentro y en el conjunto del mundo histórico de los pueblos. oh

Mundo (imagen del). 1. El Antiguo Testamento comparte las concepciones del mundo de su tiempo que tienen en cuenta y forman un esquema con algunos de los aspectos del mundo perceptibles a simple vista, sin intentar, por otra parte, armonizarlos dentro de una concepción unitaria y exenta de con-tradiciones. Dichas concepciones no pretendían explicar la estructura interna y real del mundo, ante todo porque les era ajeno el concepto de •universo», «cosmos».
En general, se concebía el mundo como dividido en tres partes: cielo, tierra y agua bajo la tierra o mundo subterráneo (Éx 20,4; Sal 135,6).
a) El cielo es una gran cúpula semicircular que se apoya, en los extremos del horizonte, sobre montañas imaginadas a modo de columnas (Job 26,11) y tiene varias esferas (tres o siete): «los cielos». El cielo es la morada de Dios (Sal 115,3; Ecl 5,1). El firmamento contiene el gran mar del caos superior (Gén 1,6-8; 7,11; Sal 148, 4-6); en él se encuentran, como luminarias (Gén 1,16), las estrellas.
b) A la tierra se la concebía como un disco redondo (Is 40,22), soportado por columnas (Job 9,6; Sal 75,4), rodeado por un océano, o bien confinando en sus (4) límites con el límite del cielo (Is 13,5; Sal 19,7). Es la región de las plantas, de los animales y, sobre todo, del hombre (Gén 1,11.28; Sal 115,16).
c) El mundo subterráneo (—> sheol) consta de un mar del caos inferior, sobre el que descansa la tierra (Dt 33,13; Sal 136,6) y del —> reino de los muertos, situado debajo del caos y concebido como una ciudad con puertas y (7) murallas. he
2. El Nuevo Testamento ha aceptado la concepción del mundo de su medio ambiente judío y helenístico. El concepto más importante de la visión neo-testamentaria del mundo es el de cosmos, procedente del judaísmo helenístico. Este concepto se entiende en el Nuevo Testamento en un sentido principalmente antropológico: el cosmos es el mundo de los hombres que se opone a Dios y está hundido en el pecado y en la muerte (Pablo y Juan).
Al igual que el Antiguo Testamento (Is 51,6; Sal 102,27s), también el Nuevo tiene la mirada puesta en un fin de este mundo (Mt 5,18; 24,35) y en la creación de un mundo nuevo (2Pe 3,13; Ap 21,1). --> Cosmogonía. ri
Murabbaat. Valle situado a unos 30 km al sudeste de Jerusalén, excavado el año 1952 por arqueólogos belgas, que descubrieron en el lugar abundantes --> papiros. --> Qumrán. zi

Murmuración. Como postura opuesta a la --> fe (Núm 14,11), la murmuración es no sólo expresión de descontento, sino señal de rebeldía y oposición a Dios. Con la excepción de Jos 9,18s, la murmuración fue la conducta habitual del pueblo de Israel en la marcha por el desierto. Aun cuando parezca dirigirse sólo contra Moisés (Éx 15,24; 17,3), o contra Moisés y Aarón (Éx 16,2; Núm 14,2), la murmuración, en definitiva va siempre contra Dios (Éx 16,7s).
El Nuevo Testamento menciona la murmuración contra el dueño de la viña (Mt 20,11), contra Jesús (Lc 15,2; Jn 6,41.43.61) y sus discípulos (Lc 5, 30). La murmuración es culpable y por eso es objeto del castigo de Dios (1Cor 10,10). we

Mutilación. Forma de castigo usual en el antiguo oriente, aplicada en Israel según la ley del --> talión en caso de graves heridas corporales (Éx 21,23SS). Parece que, como medida contra los enemigos prisioneros, tuvo escasa aplicación.
La mutilación de algunos órganos determinados excluía de la comunidad de Yahveh (Dt 23,2). La automutilación es condenada por los profetas (Os 7, 14). —> Eunuco. ba