K

Kairos (gr. instante, momento oportuno, oportunidad). Concepto de la filosofía griega, con el que se indica el momento decisivo dentro de una experiencia temporal, la «crisis» en que el destino del hombre obliga a una decisión. En el Nuevo Testamento tiene un significado historicosalvífico y escatológico e indica que también el tiempo está sometido a la absoluta --> voluntad de Dios. El kairos es el tiempo salvífico, no calculable por el hombre, sometido a la disposición divina, dado a los hombres como gracia que, prometido por los profetas, se ha «cumplido» (Mc 1,15) con la venida de Jesús. Esta venida de Jesús es el kairos de la oferta de salvación a Israel (Lc 19,44) y a la humanidad entera (2Cor 6,2) y, a la par, el comienzo del juicio sobre aquellos que rechazan este ofrecimiento. La —> salvación y el —> juicio, aunque todavía ocultos, están ya presentes en el kairos del --> «ahora». De aquí que aquel a quien llega la palabra de Jesús se vea enfrentado a una decisión personal indeclinable. Puede y debe conocer el kairos correspondiente y debe «aprovecharlo» (Ef 5,16), es decir, hacer lo que exige la salvación. —> Historia de la salvación. --> Ahora. --> Oportunidad. ba

Kenosis ---> Expropiación de Dios.

Kereteos y peleteos. Guardia personal de David, compuesta de soldados mercenarios extranjeros (2Sam 8,18; 15,18; 20,7): Después de derrotar a los --> filisteos, el rey David tomó a sueldo contingentes filisteos de soldados profesionales. he

Kerygma. Vocablo que designa por un lado las predicaciones que anuncian y por otro lo anunciado, es decir, el contenido de la —> proclamación (p. ej., 1Cor 1,21). En el fondo, significa siempre de hecho las dos cosas: el acto y el contenido de la proclamación, de tal modo que, en última instancia, no se puede fijar objetivamente el kerygma como una «doctrina» definida, ya que presupone siempre tanto la --> fe como el —> testimonio, tanto del proclamador como de los oyentes (p. ej., 1Cor 2,4). Con todo, puede definirse el contenido de las afirmaciones del kerygma como —> mensaje de Jesucristo (Rom 16,25). —> Jesús comenzó siendo el portador del kerygma del —> reino de Dios, para pasar a ser más tarde el contenido mismo de este kerygma de la redentora —+ proximidad de Dios. Con esto se indica ya que en el kerygma cristiano no se trata de proclamar una —> verdad conceptual atemporal, de validez universal, sino la realidad histórica y singular de la persona de Jesucristo, que llama a cada hombre a la conversión, al cambio de mentalidad y al —> nuevo comienzo. Kerygma es, pues, la buena nueva de Jesús para todo aquel que la quiere escuchar y situarse ante ella. Los actuales esfuerzos por hallar una «fórmula abreviada de la fe» deben tener bien en cuenta precisamente este aspecto: que no se trata tan sólo ni principalmente de una fórmula conceptual de contenidos definibles, sino de una formulación (que sea inteligible para los hombres de nuestro tiempo) de la realidad y de la acción, hoy y aquí acontecida, liberadora y salvadora, del -> Señor, que hace posible la -> existencia escatológica. hi
Ketib y qeré. Observaciones puestas por los -> masoretas al margen del texto bíblico, con las que se indica que — por diversas razones — en el texto escrito existe una variante (ketib) respecto del texto que se debe leer (qeré). El texto escrito era tenido en tan gran respeto que no se le modificaba, sino que se anotaban marginalmente las modificaciones pertinentes. we

Koine (gr.: la [lengua] «común»). Fue la lengua general en la época helenística (hacia 300 a.C.-500 d.C.), que desplazó a los numerosos dialectos griegos hablados anteriormente. En la koine predominaba el dialecto ático, que ya había conocido una gran expansión en los siglos V y IV a.C. en virtud de la posición preeminente de Atenas en los asuntos políticos y comerciales. Bajo Alejandro Magno, el dialecto ático se hizo obligatorio para todos los griegos y el oriente bárbaro; de este modo, perdió las peculiaridades que poseía frente a todos los demás dialectos o la mayoría de ellos. Además, recibió influjos de otros dialectos, particularmente del jonio.
La traducción griega de los LXX y el Nuevo Testamento fueron compuestos en la koine (-> Griego bíblico). mo
Ladrón. Esta palabra no tiene en el Nuevo Testamento un sentido uniforme. Mt 21,13 protesta contra los pertenecientes a la nobleza sacerdotal, que convierten el templo en casa de ladrones, ya que consideran que el culto es únicamente el cumplimiento del ceremonial. En Le 10,30.36, e igualmente en Jn 10,1ss, la palabra ladrón, o salteador, puede referirse tal vez a los --> zelotas, que se oponían con la violencia a las fuerzas ocupantes de Palestina y asaltaban por los caminos a sus adversarios. Para rechazar la misión de Jesús, se le comparaba con los salteadores y con los zelotas rebeldes (cf. la escena de la prisión de Jesús, Mt 26,55); se le pone al nivel del ladrón Barrabás (Jn 18,40) y muere en cruz entre dos ladrones (Mt 27, 38ss). zi