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Iconio. Grande y rica ciudad comercial de la fértil altiplanicie de la provincia romana de —> Galacia. —> Pablo y —> Bernabé fundaron en esta ciudad, en su primer viaje misional, una comunidad cristiana, pero los adversarios judíos les obligaron a abandonarla (Act 14,1-6.19; 2Tim 3,11). En años sucesivos, Pablo volvió a visitar en diversas ocasiones la comunidad de Iconio (Act 16,2; 18,23). he

Identificación. En la Biblia se describe al hombre como un ser que en gran medida no está en sí mismo y que, por ende, no vive en identidad consigo mismo. A esta situación llama la Biblia —> pecado. Cierto que, en cuanto criatura, el hombre viene de Dios. Pero ha negado su condición de criatura. Ha roto el diálogo con su origen. Se ha negado a dar —> respuesta a este origen. Se ha extraviado en sí mismo. Se ha separado de su Creador. Intenta, por consiguiente, procurarse la --> salvación por sí mismo. Pero quien niega a su Creador, es incapaz de ver en los demás hombres la —> imagen y semejanza de Dios. De aquí que la alienación del hombre irrumpa también en la historia.
Por Jesucristo se le ha abierto al hombre la posibilidad de aceptarse de nuevo a sí mismo enteramente como criatura de Dios y llegar así a la identificación consigo mismo. Jesús tomó la figura de siervo del ser humano hasta la muerte (Flp 2,5-11). Justamente así «ha dado muerte a la enemistad» (Ef 2,16), es decir, ha anulado la alienación de sí que se había señoreado de la historia a través del pecado. Los que siguen a Jesús pueden llegar a la identificación consigo mismo; lo cual significa, al mismo tiempo, que aceptan a los otros hombres (—> Relación interhumana) como semejanza de Dios. La muerte y resurrección de Cristo significan, por tanto, el comienzo de una —> nueva creación, el posibilitar la nueva y originaria identificación con su esencia, querida por el Creador. --> Existencia cristiana significa, por consiguiente: tomar en la mano, en --> seguimiento de Jesús, sus propias cualidades humanas, dadas de antemano, aceptar su «ser para los demás» y actuar en el amor y, de este modo, identificarse con sus propias posibilidades siempre nuevas. El cristiano colabora así en el --> reino de Dios, de tal modo que ahora para él, hecho libre en la fe, llegado a la unidad consigo mismo, el centro de su actividad gira en torno a la salvación y a la libertad de la --> convivencia humana. Y esto aun cuando sea al precio de su propia cruz, pues aquí se encuentra justamente la más sublime posibilidad del testimonio y, por ende, la más sublime posibilidad también de identificación con la acción redentora divina. Aquel que ama, está cabe los demás hombres y cabe Dios, que es quien nos concede los demás hombres (cf Lc 10,25-37 y Mt 25,40). Y justamente de este modo está cabe sí mismo de la más pro- funda manera que es posible. En efecto, «el amor perfecto echa fuera el temor» (1Jn 4,18). El mensaje del Evangelio significa la invitación a todos los hombres a hallar su patria y su hogar en la voluntad salvífica del Padre y en el seguimiento de Jesús y, por este camino, llegar a la identificación con su más honda esencia. gr/ca

Idiota. La palabra griega «idiota» se aplica al hombre privado en oposición a la persona que desempeña un cargo público; se aplica, además, al profano, en cuanto opuesto al especialista, de donde pasa a significar sencillamente el hombre inculto y sin formación; finalmente, y de una manera genérica, el que está fuera, el —> extranjero, en oposición a los pertenecientes al propio grupo.
En el Nuevo Testamento, se encuentra este vocablo en sus dos últimas acepciones. En Act 4,13; 2Cor 11,6 se toma en el sentido de inculto. En 1Cor 14,16 se desprende, en virtud de la contraposición con el que habla lenguas, que en este pasaje se quiere señalar a aquel que no entiende la --> glosolalia. 1Cor 14,23s designa con esta palabra al que no pertenece a la —> comunidad en oposición a los que pertenecen a ella. mo

Idolatría. Veneración de dioses extraños. El Antiguo Testamento exige reconocimiento y veneración de --> Yahveh como Dios único; esta exigencia se fundamenta en la liberación de --> Israel de -+ Egipto. El exclusivismo de esta exigencia implica la prohibición de adorar dioses extraños, expresamente señalada en el primer mandamiento del —> decálogo. La historia de Israel refleja la lucha constante entre esta exigencia divina y los influjos religiosos y culturales ambientales, sobre todo en Canaán, que empujaban al culto a los ídolos. Contra este culto se enderezaban la legislación y las aceradas críticas de los profetas, que lo marcaban a fuego como --> caída, deserción, --> incontinencia y adulterio. Se vitupere a los ídolos como obra de manos de hombres, hechos de madera y piedra, como cosas inexistentes. Después del exilio, la fe en un Dios único quedó tan firmemente asegurada que el culto idolátrico quedó prácticamente eliminado. ba

Idolotito —> Carne sacrificada.

Idumea. En la época grecorromana, nombre de la región del sur de Judea ocupada por los edomitas (= idumeos). Cuando, después del 586 a.C., fueron expulsados por los —> nabateos de la región de --> Edom, al este del Jordán. La región fue judaizada el 128 a.C. y tuvo como señores a --> Antípatro y a la dinastía herodiana, gobernantes del Estado judío, con el que desapareció, el año 70 a.C. he

Iglesia. 1. El concepto. En gr., ekklesia significa la totalidad de los llamados. Esta palabra significaba la asamblea de todos los hombres libres y dotados de voz y voto y constituía la más alta autoridad decisoria de la ciudad-estado de los griegos. Ahora bien, la palabra expresaba tan sólo la «sesión» correspondiente. En el espacio entre dos sesiones no había ekklesia.
En el Antiguo Testamento, ekklesia theou es la traducción que dan los LXX al hebreo qahal yahveh: el pueblo de --> Israel solemnemente convocado para el culto y la guerra santa que, de este modo, se convierte en asamblea de Dios. Tiene carácter constitutivo la asamblea del Sinaí que, como pueblo de la alianza, acepta las instrucciones de Yahveh y responde a ellas con la alabanza de palabra y de obra. Se incluyen en la asamblea las mujeres, los niños y las generaciones venideras (--> Alianza). Para el futuro del tiempo final espera Israel la asamblea de los dispersos. Es inconcebible un --> Mesías sin el pueblo de Dios definitivamente congregado.
Ekklesia es, en el Nuevo Testamento, una de las autodefiniciones de los cristianos. La palabra está desigualmente repartida en el Nuevo Testamento (tres veces en los Evangelios, frecuente en los Hechos y en Pablo). La realidad significada está presente por doquier, sobre todo en la serie de títulos honoríficos y metáforas que los cristianos han tomado del pueblo de Dios veterotestamentario o de su mundo ambiente: —> pueblo de Dios, Israel de Dios, semilla de --> Abraham, creyentes, --> santos, —> discípulos, —> hermanos. —> Casa de Dios, --> edificio de Dios, --> esposa, —> rebaño, --> camino, --> cuerpo de Cristo. La realidad de la Iglesia se trata también bajo las palabras --> Cristo, —> doce, —> Kerygma, —> Eucaristía, --> Comunión, --> Comunidad, --> Bautismo, --> Pobreza.
2. Fuentes de la Iglesia. La Iglesia depende esencialmente del cuerpo del resucitado. En el resucitado se contempla al crucificado. En las apariciones del Resucitado se hace histórica la resurrección y se crea, por los tetigos, una presencia en este tiempo del mundo. Cristo exaltado congrega a sus primeros testigos en comunión. Sobre los doce se asienta la Iglesia. El ministerio de los primeros testigos es irrepetible. En el --> Espíritu se da Cristo en la palabra de los testigos y «autoriza» su kerygma. Los doce, ya antes de pascua representantes de las doce tribus de Israel, y ahora, después de pascua, en cuanto --> apóstoles, son columnas ministeriales de la Iglesia, compuesta de judíos y paganos. Su testimonio es transmisible, también después de su muerte. Y así, el Evangelio pascual es transmitido sin interrupción. No se da nunca una Iglesia carente de —> ministerio. El elemento unificador en la sucesión ministerial no es su estructura jurídicoformal, sino el kerygma que, recibido por los creyentes, es nuevamente comunicado a los que creen. La fe jamás puede asegurarse en la Iglesia por caminos jurídicos institucionales. La misma sucesión ministerial (imposición de manos) es un signo — aceptado en la fe — del --> Señor presente, no una seguridad que haría superflua la fe. La humillación de sí del Espíritu Santo en la historia humana de la Iglesia es mucho más profunda que la humillación (--› Pobreza) de Jesús en una naturaleza y en una historia humana. Jesús no tuvo pecado; el Espíritu Santo se humilla en el interior de hombres pecadores. Se limita a sí mismo en la transmisión de la palabra, del ministerio, del sacramento para, al mismo tiempo, liberar de límites la palabla, el ministerio y el sacramento en aquel espacio temporal en que el tiempo se ha «condensado» y acortado (1Cor 7,29), en que la acción salvadora de Jesús está presente para nosotros. Por este medio, los actos singulares y único de la muerte y resurrección de Jesús adquieren, mediante la Iglesia, duración. La --> nueva alianza se ha concluido para siempre.
Esto marcha acorde con la estructura de las personas: cuando las personas concluyen un pacto, va unida a este hecho una determinada intensidad de la entrega. Este acto total determina a la persona de tal modo que el acto, de por sí, ya no puede ser rescindido. La persona entra en un estado, se hace «estable», «ligada», «aliada». La fe pascual, sellada en el bautismo de la conversión, es uno de estos actos totales y, por ende, constitutivo para la comunión eclesial. La comunidad de los bautizados es el pueblo que vive del «cuerpo de Cristo» y que, en la eucaristía, se hace a su vez «cuerpo de Cristo». El bautismo y la eucaristía, como dones «causados por el Espíritu», hacen que la Iglesia permanezca idéntica a sí misma. En las sentencias en primera persona de Cristo exaltado están incluidos, como Iglesia, los cristianos: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues» Act 9,4). ipsi sunt ego. Ellos son yo, interpreta Agustín. La Iglesia y Cristo crecen juntos hacia un gran yo. Este gran yo no está sobre la multitud de las personas, sino en las personas, es el único Espíritu Santo en Cristo y en los cristianos. Los cristianos son la Iglesia, no están en la Iglesia.
3. Dimensiones de la Iglesia. La Iglesia nació de la voluntad salvífica de Dios y sigue siendo --> misterio. Querida ya antes de la creación, fundada por Cristo, revelada en el Espíritu Santo (—> Pentecostés [milagro de]), crece como cuerpo al encuentro con su cabeza. Es, en el conjunto de la historia, un elemento radicalmente nuevo. Cristo ha traído toda novedad al traerse a sí mismo (Ireneo). En la Iglesia se inserta Cristo en el mundo de la historia. La Iglesia es su permanencia. Su muerte está escrita en el cuerpo de la Iglesia, como muerte victoriosa, como victoria de la muerte. La Iglesia vive en las llagas de Cristo. La combinación — surgida de abismos insondables— de estado total mundial y mentalidad ideológica del tiempo (Ap 12-13) intenta, con la eliminación de la Iglesia pobre, expulsar a Cristo del mundo. De ahí que la situación normal de la Iglesia sea la —> tribulación y su caso más grave el martirio, el testimonio de la sangre. La Iglesia testifica en la muerte de sus testigos la muerte de amor (—> Por nosotros) de Jesús como clave de todas las dimensiones de Dios y de la creación. Pero la victoria de Cristo sobre las —> potestades y principados repercute en el cuerpo de la Iglesia.
La victoria de Cristo es el Espíritu Santo, en cuanto Espíritu liberado en favor de los hombres. El único Espíritu es el mismo en el Jesús histórico, en Cristo exaltado y en los miembros de la Iglesia. Este fenómeno de que una persona, desbordando las fronteras del tiempo, esté corporalmente presente en otras muchas personas, es la dimensión analógica de la Iglesia; es ciertamente su salvación y, a la par, su propio --> juicio. La Iglesia está enteramente presente en un único hombre santo. En un solo pecador se encuentra empeñada la Iglesia total. De ahí que la esencia de la Iglesia esté en la —> representación vicaria. Esta representación es, por esencia, ilimitada. No tiene más límites que los de su amor de servicio. Este carácter absoluto de su representación no está orientado contra, sino en favor de los otros. Quien «tiene» sin autojustificación el espíritu del amor dado por Dios y lo pone en obra, se salva y salva a los otros. Allí es la Iglesia de Cristo donde, como Cristo, está presente -+ para los otros (Bonhoeffer). wi
La Iglesia es esencialmente histórica. Su renovación constantemente necesaria necesita siempre de la orientación hacia el futuro. Cuando se admite seriamente la situación neotestamentaria y no se pone una determinada fase evolutiva como valor absoluto, debe plantearse asimismo con entera seriedad la pregunta de si, por ejemplo, la concepción jerárquica (—> Jerarquía), las formas de predicación acostumbradas en el pasado, la religiosidad fuertemente sacramental y la estrecha vinculación del mensaje cristiano con una concepción teísta del mundo, pertenecen a lo inalienablemente permanente o a lo históricamente cambiante. Si se para mientes en los presupuestos antropológicos e ideológicos tan acusadamente transformados, aparece claro que una renovación de la Iglesia no puede prescindir de los problemas mencionados, sino que debe interrogarse sin reservas sobre la forma que ha de tomar la Iglesia en un mundo secularizado. —> Reflexión permanente; --> Institución; --> Práctica.

Ignominia. Polo opuesto de la honra ante Dios o ante los hombres. El hombre justo recibe muchas veces ignominia de los hombres (Sal 42,11; 2Cor 6,8); pero la ignorancia ante los hombres puede ser honra ante Dios (Heb 12,2; Act 5,41; 1Cor 1,27). El que desprecia a Dios, será colmado de ignominia en el --> juicio (Os 4,19; Is 37, 27; Sal 132,18); de ahí la oración y la esperanza del piadoso de no quedar cubierto de ignominia en el juicio final (Sal 25,3;71,1; Rom 5,5; Flp 1,20).he

Igualdad. En el ámbito de Cristo, todos los hombres son iguales. Entre aquellos que llevan el nombre de cristianos y viven bajo el dominio de Jesús, ya no existen rangos de origen, cultura, situación o sexo (Gál 3,28). Todos tienen las misma oportunidades y un mismo punto de partida para llegar a Dios: —> Cristo. Todos también deben someterse por igual manera al --> juicio de Dios (Rom 14,10) para responder de su vida ante Dios, ante sí mismos y ante los demás hombres.
Por otra parte, Dios quiere ser —> Padre para todos por igual. Actúa por todos los hombres y por todos es igualmente cognoscible como Creador (Ef 4,6.13). Ha invitado a todos los hombres a colaborar en su reino. A nadie se excluye. La --> oportunidad — igual para todos — es Cristo. gr

Iliria. Región montañosa al noroeste de Macedonia y Grecia, llamada Dalmacia a partir del siglo I d.C. En sus viajes misioneros llegó --> Pablo «hasta Infla (Rom 15,19); también --> Tito visitó esta región (2Tim 4,10). he

Iluminación. El efecto y la eficacia de la iluminación provienen de Dios, --> luz eterna. Su luz ilumina las -+ tinieblas del mundo. El sentido traslaticio de esta palabra indica que Dios ayuda al hombre en sus necesidades espirituales y corporales, le fortalece y vivifica e ilumina su entendimiento. La constante petición de Iluminación del Antiguo Testamento quiere decir que Dios puede descubrir al hombre su —> voluntad (Sal 67,2s). La iluminación ocurre por —+ revelación sobrenatural, por la --> ley, los —> profetas o los —> sabios.
En el Nuevo Testamento, la luz que ilumina a todos los hombres es Jesucristo; enviado a las tinieblas del mun do, ilumina primero a Israel, pero esta iluminación está destinada a todo el mundo. la

Imagen. Para expresar sus pretensiones de dominio, los grandes reyes del antiguo oriente hacían colocar en las provincias imágenes de su persona. Los pueblos de la antigüedad veneraban a sus dioses en imágenes, siendo secundario, en este punto, la belleza artística de las representaciones. Estas imágenes de los dioses eran consideradas como seres vivientes: se las ungía, vestía y alimentaba, pues creían que los dioses representados estaban presentes en ella con su poder, su diginidad y su —> bendición.
El culto yahvista, por el contrario, carecía de imágenes. Yahveh es el Dios soberano y transparente, presente en el signo visible del arca de la alianza. Se le puede experimentar en la palabra revelada (—> Palabra de Dios) y en los hechos de la historia (--> Acción de Dios en la historia). La prohibición de imágenes del Antiguo Testamento (Dt 27,15; cf. Dt 4,9-20) intentaba prevenir el peligro de pretender utilizar mágicamente estas imágenes en el culto. Ex 20 prohibe representar a Yahveh bajo la imagen de alguna otra divinidad, por ejemplo de un novillo. Con todo, la imagen fue utilizada como medio decorativo (—> Lenguaje en imágenes, --> Imágenes [prohibición de]).
Según Gén 1,26, el —> hombre fue creado a imagen de Dios (—> Elohísta). El hombre es imagen de Dios en su modo total personal (como hombre y mujer) y no tan sólo respecto de su capacidad moral de decisión, y está destinado a ser signo auténtico de la sublimidad y de la exigencia de dominio de Dios sobre la tierra. pa

Imagen y semejanza. a) El primer --> relato (sacerdotal) de la creación hace decir a Dios con énfasis, en la creación del --> hombre: «Hagamos al hombre a nuestra imagen (o = como imagen nuestra) y semejanza• (Gén 1,26). Ambas expresiones son intercambiables y, tomadas a la vez, quiere decir que el hombre es, dentro de la creación visible, la imagen viva, el trasunto fiel de Dios. Mientras que normalmente la Biblia contrapone la criatura (la «carne•), que es nada, al Dios infinitamente superior, con esta afirmación — que se da ciertamente en pocos lugares, pero cuya profundidad apenas puede ser exagerada — expresa la dignidad del hombre, su proximidad a Dios, no compartida con las otras criaturas. (En el segundo relato de la creación, yahvista, se halla la frase equivalente de que Dios inspiró aliento al hombre, de su propio aliento: Gén 2,7). Es preciso mantener una suma reserva frente a las especulaciones precipitadas de la exégesis posterior, según las cuales esta semejanza con Dios estaría fundamentada en la peculiaridad del hombre, del cuerpo o del alma. Este concepto figurativo bíblico apunta, de acuerdo con las ideas de su medio ambiente, en una dirección completamente distinta: del mismo modo que la imagen de un Dios es manifestación y representante visible de la invisible divinidad, o como por ejemplo en Egipto al rey le compete el dominio en cuanto viva «imagen de Dios•, también en Gén 1,26-28 — con una ampliación democrática y humanística ciertamente digna de notarse— se llama al hombre como «imagen• de Dios (= como representante de Dios en la tierra) para dominar sobre todos los peces, aves y animales de la tierra (cf. en el segundo relato de la creación la imposición de nombres a las cosas por parte de Adán [Gén 1,17]), es decir, el sometimiento al hombre de todo el resto de la creación. (En el salmo 8 se halla este mismo motivo del dominio sobre los animales; pero en lugar de «imagen• aquí se dice: «Tú le has colocado (al hombre) sólo un poco por debajo de los elohim (= los dioses, los dominadores del mundo•)
Las lesiones inferidas a este representante son vengadas por el mismo Dios (Gén 9,6), ya que incluso después de la caída en el pecado, sigue siendo su imagen y semejanza (cf. Gén 5,3).
b) Hasta llegar al libro de la Sabiduría (2,23), influido por la filosofía griega, no se registra un intento de fundamentar esta semejanza divina en una cualidad esencial del hombre, aduciéndose como tal la inmortalidad que originariamente se le había concedido.
c) En el Nuevo Testamento, este concepto se recoge en las cartas paulinas, que lo amplían considerablemente: el hombre lleva ciertamente la imagen del «primer --> Adán (1Cor 15,45-49) y con este mismo Adán ha incurrido en el pecado y en la muerte; debe, pues, ser configurado para la gloria de la imagen de Cristo (2Cor 3,18; Flp 3,21). Con esto, la «imagen• se convierte en un concepto historicosalvífico y moral y se le llena, además, de un nuevo contenido: Cristo es la imagen según la cual nos debemos configurar, para que sea el —> primogénito entre muchos hermanos (Rom 8,29). Se recurre aquí a una sentencia independiente de Gén 1,26, que considera a la --> sabiduría como imagen y resplandor de Dios, y se la aplica a Cristo (2Cor 4,4; Col 1,15; cf. Heb 1,3; en los dos últimos pasajes, además, es utilizada como título de gloria). Cristo (es decir, el Hijo de Dios en cuanto hecho hombre, no en cuanto preexistente) es, pues, la imagen de Dios que, por un lado (y de acuerdo con el concepto de imagen de la primera época veterotestamentaria), es la autorrevelación perfecta del Dios invisible en forma visible (cf. Jn 14,6). Pero por esto mismo, es también, por otro lado, aquella imagen primitiva según la cual fue creado el hombre al principio y por medio de la cual es ahora activamente renovado y, a su tiempo debido, alcanzará la perfección. ur

Imágenes (prohibición de). La especial experiencia de Dios vivida por Israel — en la --> palabra y en la —> acción de Dios en la historia — motivó la rigurosa prohibición de imágenes en el judaísmo. La Iglesia de los tiempos apostólicos aceptó al principio, entre los judeocristianos palestinos, la prohibición veterotestamentaria acerca de las imágenes, pero más adelante, al contacto con otras culturas y con la consiguiente nueva formulación del mensaje de Jesús, recurrió cada vez más ampliamente al uso de imágenes y de símbolos reales (—> Sacramentos). En la carta a los colosenses, p. ej., Cristo es llamado «la imagen del Dios invisible» (1,15) y concebido por tanto, a la manera del gnosticismo helenístico, como realidad concreta de la presencia y de la eficacia de Dios (cf. Jn 14,9). Pero al considerar a Jesús en su permanencia, ya no se da ahora ningún peligro de interpretación errónea. Esto no quiere decir que haya quedado desvirtuada aquella experiencia bíblica de Dios que desembocó en la prohibición de imágenes; al contrario, aquella experiencia constituye el criterio fundamental del legítimo y cristiano —> lenguaje en imágenes. --> Imagen. hi

Imitación. Con esta palabra expresa el Nuevo Testamento un imperativo dirigido a todos los cristianos, en el que — a diferencia de su término afín --> seguimiento («llamamiento dirigido al anunciador del Evangelio) — el acento recae más bien en el aspecto moral (aunque ninguna de las dos expresiones tienen nada que ver con ejercicios ascéticos). Mientras que la llamada al seguimiento vale sólo para unos pocos y originariamente estaba vinculada a la presencia terrena de Jesús, la imitación empieza a urgir, propiamente, a partir de la proclamación subsiguiente a los hechos pascuales y va dirigida a todo creyente.
Objeto de la imitación es un modelo puesto ante los ojos, que debe convertirse en hilo conductor del propio comportamiento. Se puede ser imitador de Dios, lo que se manifiesta en el amor activo (Ef 5,1). Pero, sobre todo, los creyentes deben imitar a Cristo. Aunque en 1Pe 2,21 (seguir las huellas de Cristo doliente), la imitación está todavía estrechamente vinculada al seguimiento, el ámbito de aplicación de estos dos conceptos se va delimitando más y más.
En 1Cor 11,1, Pablo exhorta a los miembros de la comunidad a ser imitadores de Cristo, imitándole precisamente a él, Pablo. No se piensa aquí en la imitación externa, sino que el apóstol pretende ofrecer a la comunidad, con su conducta, un modelo que enseñe la dirección a seguir, a saber: él les ha servido sin buscar para nada su provecho personal (1Cor 10,33), a fin de que los cristianos actúen del mismo modo. Según Flp 3,17, los cristianos deben tomar ejemplo no sólo de Pablo, sino también de los imitadores de Pablo. Con todo, la realidad a que se alude no recibe luz únicamente de la palabra •imitación», sino especialmente de las muchas alusiones a la conducta ejemplar de Cristo, citada como motivación de un determinado obrar ético: el amor. En el centro de estas exhortaciones se halla siempre la exigencia del amor al —> prójimo. Cf. Mc 10,43ss: quien entre los discípulos quiere ser el mayor, debe servir a los otros, como hizo Cristo. Debe notarse en este punto que esta exigencia del amor nunca se cumple por las propias fuerzas, sino que, sólo unido a su Señor por la —> fe y el --> bautismo, alcanza el cristiano la plataforma en que poder realizar las posibilidades que se le ofrecen. En efecto, ya no vive él, sino que es Cristo quien vive en él. Por eso, la imitación es siempre —> respuesta, y respuesta a la palabra y a la acción salvífica de Dios en Jesucristo, que nos amó el primero y nos ha elegido para que nuestra fe se acredite por sus frutos. tho

Impedimentos matrimoniales. En el Antiguo Testamento se prohíbe el matrimonio con los consanguíneos próximos (p. ej., Lev 18,7ss), a excepción del llamado caso de levirato. El --> matrimonio con gentes de otras tribus o con paganos — todavía permitido en la época patriarcal — fue prohibido más tarde por motivo religiosos. Los sacerdotes •no tomarán por esposa a una mujer prostituta ni profanada, ni tampoco una mujer repudiada por su marido» (Lev 21,7). El —> sumo sacerdote deberá tomar por esposa a una virgen (Lev 21,13). br

Impiedad. En el lenguaje bíblico, no puede equipararse esta palabra al ateísmo en nuestro sentido actual, según el cual ateo es el hombre que niega la existencia de --> Dios y quiere fundamentar su aserto en razones teóricas. La impiedad, entendida de este modo, sólo desempeñó cierto papel en e! --> judaísmo helenístico de Alejandría, precisado a enfrentarse con el escepticismo filosófico griego. La literatura sapiencial del Antiguo Testamento ofrece un testimonio bíblico de este enfrentamiento (p. ej., Sab 13,1-9).
La concepción bíblica de la impiedad se refiere siempre al hombre que da a entender, por su comportamiento práctico, que no se cuida de Dios, de una vida moralmente ajustada (—> Ética), ni de la --> justicia y de la --> retribución divina. Esta impiedad se trasluce en la actitud de dominio, opresión y soberbia (Sal 9,23-36); y justamente en esto se hace patente que, para este hombre, Dios no significa nada. Esta postura de ateísmo práctico es el polo opuesto de la --> sabiduría, es una —> necedad sin fondo (Sal 13,1), porque el impío no advierte que sólo la —> confianza ilimitada en Dios lleva a buen fin y presta consistencia (cf. Sal 36.10s.17.28s). La impiedad conduce, por un camino más o menos largo, a una irremediable y completa perdición (Sal 36,35s).
En el Nuevo Testamento, por ateísmo se entiende la --> idolatría (la religiosidad pagana en todas sus formas) y consiste en confundir al único Dios verdadero con el mundo y ofrecer a éste adoración y veneración divina, en lugar de hacerlo a Dios (Rom 1,18ss). Esto degenera siempre en depravación y maldad (p. ej., Ef 4,18ss) y atrae el —> juicio de Dios (Jds 1015). La impiedad es, por ende, un modo de ser del hombre defectuoso, desgarrado, roto; es engaño de sí y olvido de que el hombre ha de considerarse siempre referido, más allá de sí mismo, a Dios, como su origen y su fin, como sentido, fundamento y meta de toda vida. —> Ateos, —> Negación de Dios. hi

Imposición de las manos. Acción simbólica cuya significación bíblica fundamental es, probablemente, la de bendecir (—> Bendición). La imposición de las manos crea una relación especial entre el que las impone y aquel sobre quien se imponen. Por la imposición de las manos puede adquirirse algo (Sal 139,5) o traspasarse la culpa (Lev 16), la responsabilidad (Lev 24,14) o el poder espiritual (Núm 27,18-23). Por la imposición puede también solicitarse o compartirse la bendición (Gén 48,14-20).
En el Nuevo Testamento se sana a los enfermos por la imposición de las manos (Mt 9,18). Pero ésta, en la nueva alianza, es, ante todo, rito sacramental para la concesión del --> Espíritu Santo a los bautizados, aunque Pablo atribuye la participación del Espíritu al —> bautismo mismo. En Act 8,17-19, aparece ya la tendencia a distinguir entre la donación del Espíritu y el bautismo. Que el proceso se inició con seguridad ya en la edad posapostólica aparece claro en Heb 6,1-3. mi

Impuestos. Antes de que el pueblo judío (con excepción de los sacerdotes y levitas) se viera obligado a pagar impuestos a las potencias ocupantes y vencedoras, los impuestos pertenecían a Dios y al santuario, bajo la forma de primicias, —> diezmos y —> prestaciones personales exigidas por el culto del Antiguo Testamento (p. ej., Ex 22,24ss). En la época de la monarquía, los reyes tenían derecho a exigir los diezmos (p. ej., 1Sann 8,15). Pablo se pronuncia en favor de la legalidad de los impuestos (Rom 13,7). Los impuestos de las primeras comunidades cristianas eran voluntarios y se fundamentaban en el mandamiento de Jesús de amar al prójimo como a sí mismo. br

Impureza de los cadáveres. Por razones indudablemente higiénicas, tendentes a no contraer infecciones tocando los cadáveres en un clima que provoca la rápida descomposición, la ley mosaica declaraba impuros a los muertos. La impureza cultual derivada del contacto con cadáveres duraba una semana (Núm 19,11s). do

Incesto. Ya en las primitivas culturas de cazadores se castigaba el contacto carnal con los consanguíneos más directos. Las leyes promulgadas en Israel sobre este punto (p. ej., Lev 1820) muestran claramente que los israelitas querían apartarse radicalmente de las costumbres de sus vecinos. Pablo reprende acremente el delito de incesto (1Cor 5,1-13). hi

Incienso. Para la incensación de la mañana y de la tarde (Ex 30) y para el —> sacrificio del incienso, se empleaba en Israel una mezcla de estacte, ónice, bálsamo, incienso y sal. Para incensar se utilizaba un incensario, con brasas de carbón. Esta mezcla de incienso, a la que posteriormente se añadieron otras siete sustancias más, se reservaba exclusivamente para usos cultuales. pa

Incineración. Como forma de enterramiento estaba prohibida entre los judíos. Sólo en el caso de ajusticiamiento de criminales se podía, como acentuación del castigo, quemar el cadáver del condenado. La incineración forma, además, parte de los terrores de la destrucción final del mundo: Dios aniquilará y reducirá a cenizas el mundo entero o una gran parte del mismo por el fuego devorador (2Pe 3,10; Ap 8,7). do

Incontinencia. Conducta sexual desordenada, que abarca todas las formas de la prostitución (—> Prostituta), pederastia, sodomía, bestialidad, etc., situándose siempre en primer plano la relación personal. Así, p. ej., en el pecado de Onán que se niega a cumplir sus deberes de levirato (Gén 39, 9s), o en aquellos pecados de incontinencia que la ley de santidad (Lev 20) considera dignos de muerte. En épocas posteriores, el concepto se amplía a toda forma de matrimonio ilegítimo (--> Divorcio) o de trato sexual extramatrimonial, aunque, en la práctica, las leyes eran más estrictas para la --> mujer que para el —> varón.
El --> decálogo no limitaba sus exigencias al estricto ámbito de la acción exterior (Ex 20,17); pero es el Nuevo Testamento donde se produce una acentuación absolutamente radical de las exigencias éticas: ya el mismo --> corazón maquina incontinencia (Mt 5,28); cualquier género de incontinencia bloquea la entrada al —> reino de Dios (Mt 7,21s); el incontinente debe ser excluido de la comunidad (1Cor 5,13); la incontinencia mancilla y deshonra todo el —> cuerpo (1Cor 6,18; Rom 1,24).
En todo caso en el lenguaje bíblico, la incontinencia no es un concepto exclusivamente sexual, porque la --> sexualidad abarca al hombre entero en sus relaciones con los demás hombres y se convierte, por tanto, en una clara imagen de la relación humana con Dios. tr

Incorruptibilidad. El anhelo del hombre del Antiguo Testamento se dirige al carácter imperecedero de la divinidad. Así, el salmista suplica a Dios que salve su vida de la destrucción y del --) sheol. De acuerdo con la proclamación del Nuevo Testamento, en —> Cristo —> Jesús se ha abierto para todos los hombres como posibilidad permanente el acceso a esta característica de Dios, que se hace posible como consecuencia de la realidad de la resurrección de Cristo. Los que aman a Cristo, los que viven en su —> seguimiento, participan de la incorruptibilidad del Resucitado (cf. Ef 6,24); en efecto, la incorruptibilidad es uno de los modos de la nueva vida de Cristo. «La carne y la sangre no pueden heredar el reino de los cielos; ni la corrupción hereda la Incorrupción• (1Cor 15,50). Tal como ahora vive de hecho el hombre, alejado de su Creador, no puede heredar la incorruptibilidad del --> reino de Dios. Debe cambiar su existencia, debe orientarse hacia su origen. Esto se ha hecho posible por Jesucristo. •En efecto, es necesario que este ser corruptible se revista de incorruptibilidad; y que este ser mortal se revista de inmortalidad» (1Cor 1553). Quien orienta su vida a Cristo, se reviste ya de incorruptibilidad e inmortalidad. Lo que no perece es el —> amor (1Cor 13,8s), es el ser de Jesús para los demás. Esta es la misión de Jesús y ésta será su victoria; todo el universo deberá participar de la incorruptibilidad del amor de Dios. gr

Incredulidad. a) En el Antiguo Testamento. Israel entiende la —> fe como un atenerse y mantenerse firme a la —> promesa de Dios. Por tanto, la incredulidad no es ateísmo — hasta Sab 10,1-7 no se polemiza contra el agnosticismo teórico (--> Revelación) —ni tampoco --> herejía, ya que esto presupone una concepción intelectualista de la fe ajena a Israel; incredulidad es dudar de la firmeza y seguridad de la promesa divina, trazar interrogantes sobre la —> fidelidad de Dios. Un ejemplo de esta incredulidad es el --> pecado original, ya que la mujer come el fruto porque desconfía del mandato divino que, junto con su amenaza de castigo, encierra en sí la promesa de la vida (Gén 2,16s). Es incredulidad la falta de valor y la desesperanza que se abate sobre el pueblo al oír la narración de los exploradores de Núm 13, porque esto era «desprecio• de Dios (Núm 14,11). Es incredulidad el pecado de Moisés, que no confía en la promesa de Dios de que brotaría el agua cuando golpeara la roca con su vara y así no glorificó a Yahveh (Núm 20,1-13). Historias de tales Incredulidades son las de la fuga de Elías (1Re 19; cf. Jonás) y la narración de Ajaz de Is 7. Cae, sobre todo, Israel en la incredulidad en la época de la monarquía, cuando piensa poder cimentar y asegurar su existencia en sus oficios cultuales, en el afán de ganancia que no tiene consideración por los socialmente débiles, en la política militar y confederada de sus reyes. Esta autoglorificación es incredulidad (cf. Gén 11) y rompimiento de la alianza; volverse a los dioses no es sino consecuencia de esta incredulidad. Contra ella amenazan los profetas con el —> juicio e incitan a la --> conversión interior, sólo en la cual hay salvación y fortaleza (Is 30, 15; Hab 2,4). Junto a esto se da, naturalmente, en todas las épocas, el olvido de la promesa de Dios porque, en virtud de un gozar insensato del momento, se piensa poder vivir perfectamente sin la esperanza y las obligaciones que de ella se derivan. Isaías caracteriza esta actitud en la cita: •Comamos y bebamos, que mañana moriremos» (Is 22,13). Después del exilio, se restringe la concepción de la fe de Israel: Yahveh es quien da la —> ley; en ella ha de buscarse su voluntad; incredulidad es ahora toda desobediencia frente a la ley
b) En el Nuevo Testamento. Jesús se pronuncia con hechos y palabras en contra de la errónea interpretación de la ley como suma de la voluntad de Dios: dejar de hacer un bien posible apoyándose en la letra de la ley es pecado y la conducta correspondiente es endurecimiento (= incredulidad; Mc 3,1-6 par.). La obediencia frente a Dios requiere al hombre total y no consiste en una serie de obras perfectamente delimitadas (Mt 5,21ss; parábola del buen samaritano, Lc 10,25ss), Dado que la voluntad de Dios no se identifica con los mandamientos, sino que está siempre referida al bien concreto, no puede haber obras supererogatorias (II 17,7-10). Por eso, para Jesús toda autojustificación y justificación por las obras es incredulidad.
Por otra parte, también tiene por incredulidad toda duda en la providencia del --> Padre celeste: el creyente está cobijado bajo la mano de Dios (Mt 10,29 par.) y a cubierto de toda preocupación (Mt 6,25ss). Incredulidad es no buscar el reino de Dios y su justicia, sino el propio interés. La invitación a admitir dentro de sí el --> reino de Dios sale al encuentro en Jesús, particularmente en sus --> milagros; por eso, rechazar a Jesús, es rechazar su misión, es incredulidad. Y esto explica por qué Jesús no puede hacer milagros donde hay incredulidad (Mc 6,5 par.). Incredulidad es la actitud de indiferencia o de contentamiento en el propio saber, que se cierra a la nueva llamada de Dios (cf. los tres primeros ayes del sermón del llano, Lc 6,24s).
Pablo y Juan aseguran, cada uno a su modo, la continuidad con la predicación de Jesús cuando, al igual que él, entienden la fe como fundamento de una nueva existencia desde Dios y la vinculan con la --> salvación y conciben además la incredulidad como el --> pecado. Pablo se plantea el problema del camino de la salvación, del modo de la -> justificación. Para él, incredulidad es la osadía de creer poder justificarse ante Dios en virtud de las propias obras; esta incredulidad es pecado, porque hace discutible la gloria de Dios. En cuanto Cristo es nuestra justificación, la incredulidad es también rechazar a Cristo, y rechazar a Cristo es incredulidad.
Juan se pregunta por la salvación misma; esta salvación es la -> vida, pero no como la entiende el mundo, cerrado sobre sí mismo, ni como el mundo cree conocerla (Jn 5,39), sino tal como Dios la quiere y la comunica por su revelación: una vida que es comunión nacida del ser tocado, afectado y llevado por el amor de Dios y de la que es presupuesto el abandono en Dios. En cuanto Cristo revela a Dios, que es amor (lJn 4,8), la incredulidad que consiste en rechazar el amor de Dios para buscar el amor de sí es también rechazar a Cristo (--> Oración sacerdotal).
En las cartas pastorales y, ya de una forma total en Santiago, comienza a entenderse la fe de una manera intelectualista; la fe consiste ahora en la recta confesión; la incredulidad es, en este estadio, la herejía, respecto de la cual se rechaza acremente todo género de discusión (1Tim 1,3s; 6,20; 2Tim 2,23). En Sant —y por lo demás en un contexto polémico — la fe es exclusivamente confesión del monoteísmo, y por eso puede afirmarse que hasta los demonios tienen fe (Sant 2,19s). Incredulidad es, pues, el paganismo politeísta. sch

Indicativo e imperativo. Uno de los elementos esenciales indispensables de la -> ética cristiana es su conexión íntima con las afirmaciones fundamentales de la --> fe. El modelo básico de esta interconexión de fe y ética es, en el Antiguo Testamento, el decálogo (en Éx 20,2ss): La forma: «Yo, Yahveh, soy tu Dios, que te ha salvado del país de Egipto, de la casa de la servidumbre» encierra la promesa fundamental de Dios a su pueblo elegido de la alianza y se convierte en la --> confesión central de Israel. A esta «dádiva• se orienta la «tarea» de Israel, expuesta en los diez mandamientos.
Esta misma ley estructural manifiesta en el Nuevo Testamento el -> sermón de la montaña según Mt 5: La nueva y más aguda interpretación del decálogo por Jesús se apoya en las -> bienaventuranzas (benditos vosotros) y en la alentadora afirmación subsiguiente: •Vosotros sois la luz del mundo, vosotros sois sal de la tierra.» El -> requerimiento ético viene precedido por el estímulo del --> Evangelio.
Atendida esta ordenación recíproca de estímulo y requerimiento, de don divino y tarea humana, habla la teología de indicativo e imperativo. En estos conceptos se enfrentan dos cosas: 1) El orden querido por Dios y formulado en el imperativo se apoya en el indicativo del amor salvífico de Dios, tal como indican tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento. Ni la -> ley mosaica ni, cualquiera otra ley moral pueden alumbrar el --> amor como motivo de la acción, sino sólo la experiencia del amor y de la --> misericordia divina. La obra buena como cumplimiento del imperativo viene de la fe en aquello que Dios ha hecho a los hombres por Cristo. 2) Ni el indicativo ni el imperativo pueden acentuarse de una forma unilateral. Una excesiva insistencia en el indicativo (en la -> justificación de los pecados) lleva a un precipitado olvido del ser pecador del hombre; por el contrario, la excesiva valoración del imperativo conduce a la -> justicia de las obras. Por ende, la ética cristiana debe orientarse tanto a esta conexión entre indicativo e imperativo como a sus diferencias. je

Indisponibilidad de Dios. Uno de los conocimientos básicos del hombre veterotestamentario es que --> Dios es el creador y señor del mundo y que, por tanto, el hombre, como criatura que es, no puede disponer de su Hacedor. Los salmos y la literatura sapiencial dan asombrado testimonio de la grandeza y excelsitud de Dios. Con mano fuerte guía Yahveh a su pueblo de la alianza a través de la historia.
Ahora bien, esta indisponibilidad de Dios no ha sido reconocida siempre de la misma manera. El hombre piadoso intenta ejercer algún influjo en Yahveh, del mismo modo que las religiones paganas intentaban influir sobre sus dioses. Así, en Israel, se entendieron la oración y el ayuno como medios para atraerse el favor de Yahveh; principalmente el culto y el sacrificio están orientados a reconciliar con Yahveh y aplacarle. El hombre piadoso quisiera obligar a Dios a intervenir. A esto se opone cerradamente la -> crítica al culto de los profetas. En los círculos religiosos del judaísmo tardío se acentúa cada vez más la tendencia a influir en Yahveh; de una manera general se estaba a la espera de la pronta llegada del —+ reino de Dios; con el cumplimiento literal de la ley se quería acelerar y como hacer obligatorio este reino. Lo mismo ocurre en los círculos fariseos de la época. Yahveh debe ser empujado a una intervención decisiva y final.
Contra tales ideas se pronuncia Jesús con toda energía: enseña a pedir humildemente este reino y a ponerlo por obra entre los hombres: «¿Quién conoció el pensamiento del Señor, quién fue su consejero?» (Rom 11,34; cf. Rom 11,33). Estas mismas ideas tuvieron ya los profetas Os 40,13; Jer 23,18; cf. Job 41,3). Dios es el socio de alianza y diálogo, pero justamente en cuanto tal es soberano -÷ señor de la historia y de la vida humana. Quien cree poder disponer de Dios, adora a un ídolo. gr

Infancia (historias de la). Ante todo, estas historias deben ser consideradas, también en el Antiguo Testamento, como un -> género literario bien conocido (Éx 1,15-2,10; cf. también los evangelios --> apócrifos de la infancia de la época neotestamentaria). También la literatura antigua extrabíblica conoce historias de la infancia de hombres extraordinarios, en las que se explica de diversas maneras su significación posterior.
Las llamadas historias de la infancia de Jesús del Nuevo Testamento tienen un rango especial, porque sirven a los evangelistas Mateo (1-2) y Lucas (1-2), en calidad de temas teológicos, de prólogo entonado de su proclamación evangélica. En el prólogo de Lucas se ha insertado, junto a la historia de la infancia de Jesús, otra historia parecida sobre su precursor Juan; juntas forman una corona artísticamente trenzada de siete narraciones, ordenadas según el esquema de --> promesa, ->cumplimiento y superación de Juan por Jesús. Las narraciones sobre Jesús (e indirectamente sobre Juan) están a servicio de la confesión de Cristo. Se trata de «una manera de narrar que destaca el carácter de cumplimiento del acontecimiento de Cristo, una manera narrativa pneumática y una consignación escrita del espíritu profético de la primitiva Iglesia». El sentido de las narraciones se descubre cuando se advierte especialmente la conexión entre los relatos de Juan y los de Jesús, los elementos veterotestamentarios de las narraciones y los elementos geográficos puestos al servicio de la teología historicosalvífica.
La secuencia narrativa de Mateo coincide con la de Lucas sólo en algunos puntos, respecto de cuyo enjuiciamiento histórico debe observarse hasta qué punto aparecen confirmados por las restantes tradiciones evangélicas. Mateo presenta a Jesús en un árbol genealógico (1,1-17) cuyo esquema «A engendró a B», se rompe en el versículo 16, para enlazarse con la siguiente narración en una forma confesional (v. 18-25) que explica esta interrupción y declara a Jesús hijo de Abraham (significado universal de la Iglesia compuesta de todos los pueblos), hijo de David (la misión de Jesús al pueblo de Israel, fuertemente acentuada en Mateo) y, superando los dos títulos precedentes, -> Hijo de  Dios (v. 23: --> Emmanuel). Mt 2 muestra, a propósito del destino del niño, la misión redentora del Hijo de Dios, destinada a crear un nuevo pueblo de Dios. La secuencia narrativa de Mateo está especialmente influida por los prototipos y motivos de la literatura «midráshica» (-> Midrash) del judaísmo tardío, que ha continuado y evolucionado las narraciones veterotestamentarias.
Para el juicio histórico de las historias de la infancia, es un importante criterio adicional la independencia entre la historia de Lc y la de Mt y su coincidencia en puntos importantes. --> Árbol genealógico de Jesús. pe

Infierno. En el mundo antiguo estaba muy difundida la idea de una región de los muertos, a la que iban los difuntos. También el Antiguo Testamento participa de esta tradición del «país sin retorno» predomina en ella la idea de una gran fosa, cavidad o abismo, en que señorean los poderes destructores y separados de Dios de las -> tinieblas y de las profundidades del océano. Pero delimitación espacial y temporal no dice todo cuanto el Antiguo Testamento piensa sobre el -> reino de los muertos, ya que éste prolonga sus «fauces devoradoras» hasta el corazón de la --> vida: los agobios, la enfermedad, todo tipo de desgracia hace perceptible la proximidad del infierno como «esfera de la muerte», siempre y por doquier amenazante, que separa al hombre de su Dios, de su culto, de su salvación, de su actuación milagrosa, de su gracia y fidelidad, en una palabra, del vivir en la presencia de Dios (Sal 88). Con todo, Dios es siempre --> señor también del infierno; en su mano está que el hombre vaya a la muerte presa de desesperación o, por el contrario, lleno de paz.
El -> judaísmo tardío modificó estas ideas bajo el influjo de las concepciones iranias sobre la ---> resurrección de los muertos. El infierno es ahora el lugar de castigo de los que, resucitados en el --> juicio del final de los tiempos, fueron condenados al tormento eterno de las tinieblas y del fuego. También aquí carece de interés decisivo la concepción espacial; el lugar del infierno se situúa casi siempre debajo de la tierra, pero, en parte, se admite también que está sobre ella; el elemento decisivo es la caída definitiva -- ¡ya no habrá ni siquiera arrepentimiento! — de los -> pecadores bajo el poder de la -> muerte que excluye de la -> gloria de Dios.
También en el Nuevo Testamento se da por supuesta la concepción del infierno que supera la idea veterotestamentaria de un mero sentido local (el lugar del más allá del abandono de Dios). Jesús combate el infierno como poder siempre presente y hostil a la divinidad; su resurrección demuestra su victoria definitiva sobre las «puertas del infierno», de cuyas llaves se ha apoderado (Ap 1,18), posibilitando de este modo una --> resurrección universal para el -> reino de Dios. Pablo, sobre todo, pone bien en claro la distinción cristiana frente a la concepción judía: el Resucitado es quien nos ha «rescatado, en la -> cruz de la maldición de la ley». El poder del -> pecado, de la -> muerte y del -> diablo no es vencido por el esfuerzo humano, sino únicamente por la actuación renovadora de Dios con los impíos. --> Potestades y principados. win

Información. La información es necesaria doquiera se sigue proclamando el Evangelio y se le actualiza para la vida de los hombres. Para poder ver qué significan hoy -> para mí el -+ mensaje y las exigencias de Jesús, debo ser informado globalmente sobre mi mundo ambiente y mis circuntancias sociales. Para saber qué debe hacerse para seguir los requerimientos de Jesús, para fundar la paz, para hacer posible la libertad y la justicia en favor de los otros, debo ver claramente mis propias --> posibilidades. La información es necesaria para que no pase desapercibida la -> profecía profana de la época, para poder formarse, en cuanto cristiano, una opinión libre y razonada, para decidir y obrar con responsabilidad. Los cristianos deben estar informados de lo que está en juego en su mundo. A esto aluden, por ejemplo, las exhortaciones bíblicas a permanecer «vigilantes», a no pasar por alto los «signos de los tiempos» y no permitir que el Señor pase de largo (cf. Mc 13,35.37). La falta de información impide la exigida -> práctica del Evangelio. La información no es de por sí -> predicación, pero es una contribución decisiva para la misma. gr

Iniciativa. En el pensamiento de la Biblia es siempre Dios quien toma la iniciativa en su historia con los hombres. En cuanto creador, Dios ha invitado a los hombres a comunión y diálogo; en cuanto «Dios de los padres» ha llevado a Abraham de un país de pecado a otro país nuevo; en cuanto -+ «libertador» ha sacado a su pueblo de la -> esclavitud de Egipto. En su Hijo -> Cristo --> Jesús ha guiado a la humanidad entera, librándola de la servidumbre del «pecado» (-> Alienación). Y así, Cristo es la última iniciativa de Dios, pues con él dieron comienzo una nueva realidad y las -> posibilidades definitivas del ser humano. Cristo ha dado comienzo a la libertad, a la vida auténtica, al amor de Dios. Ahora se trata de llevar adelante lo comenzado y posibilitado, de atreverse a ser libre y hacer posible a todos esta libertad; ahora se trata de tomar la -> cruz de Cristo y de seguir derramando el amor de Dios. No ha sido la iniciativa humana la que ha traído la -> salvación, la -> justificación y la -> redención, sino la iniciativa de Dios. También la fe y la -> esperanza sólo son posibles por iniciativa de Dios.
Pero esta iniciativa divina exige, a su vez, la iniciativa de aquel que acepta a Dios. Cristo, como iniciativa viviente de Dios, exige la radical iniciativa de los suyos. Son cristianos quienes acometen sin pausa iniciativas nuevas en la sociedad para que sea posible para el mayor número y de la más amplia manera, la expansión y la realización de sí, para que se implanten por doquier la paz y la justicia. Cristo significa la iniciativa del ser humano. Los cristianos deben, por consecuencia, llevar adelante la antorcha de su sociedad y no servir de rémora; deben ser la lámpara que alumbra el camino hacia adelante de la humanidad. gr

Injusticia. En la mentalidad griega, la violación de una norma, obligatoria para hombres y dioses, que da firmeza a la vida social y al conjunto armónico del mundo. Esta violación se manifiesta en la parcialidad del juez o en el agravio del criminal. En el Antiguo Testamento, por el contrario, el -> derecho es establecido por Dios y se fundamenta en su actuación historicosalvífica en favor de Israel. Lo justo es, pues, la respuesta agradecida a su gracia, y la desobediencia consiste en rechazar a Dios que, por su ordenación jurídica, ha hecho posible a Israel un ámbito vital en comunión con el mismo Dios. Así, el impío se contrapone al justo; impiedad y desobediencia son dos cosas idénticas (Sal 37, 12ss). Por consiguiente, el juicio punitivo de Dios contra el malvado no es una valoración y un castigo imparcial en el sentido de una norma absoluta de derecho, sino que el sentido del castigo es más bien — ¡Dios es a un mismo tiempo juez y parte! — la imposición de su voluntad salvífica, que exige obediencia, frente a Israel.
De manera semejante, para los apocalípticos del judaísmo tardío la desobediencia es apartamiento de la -> ley y, por lo mismo, de Dios, que ha puesto esta ley como señal de la liberación futura frente a la maldad del presente eón. En lugar de esta salvación, el rebelde cosechará el •salario de la desobediencia".
En el Nuevo Testamento predomina también la concepción veterojudía de desobediencia. Pablo ha llevado a un plano radial esta concepción: a la luz de la revelación del Evangelio se le ha manifestado que aquello que antes, es decir, en el tiempo de su pertenencia a la comunidad cultual judía, era ganancia, es vergüenza; es, a saber, la justicia por la ley, basada en las propias obras (Flp 3,7ss). En realidad, esta justicia es injusticia, desobediencia frente a Dios y, por ende, fuente de cualquier otra falta social (Rom 1,18ss; -> Catálogo de vicios). La muerte en cruz de Cristo revela no sólo la
caída del mundo en el pecado y en la muerte, sino también el poder recreador de Dios, que justifica al impío.win

Injusto. Concepto que indica algo realizado u omitido en contra del --> derecho promulgado por Dios. De ahí que, para el Antigo Testamento, fuera injusta toda violación de la --> ley mosaica, en todas sus derivaciones casuísticas que, al igual que la ley, se consideraban establecidas por Dios. Jesús volvió a reducir la ley a su núcleo: la voluntad del Padre, que puede reconocer en las palabras de Jesús; sólo aquellos que escuchan estas palabras y las cumplen actúan conforme a derecho (Mt 7,21ss) y son justos. Con esta definición de lo injusto, evita Jesús una nueva casuística que cree poder expresar en normas jurídicas humanas la voluntad de Dios. Es característico de las exigencias morales de Jesús su radical extremismo, que hace hoy imposible un cumplimiento al pie de la letra (--> Sermón de la montaña). De este modo obliga Jesús a sus oyentes a superar una exigencia condicionada por la situación, para fijar la mirada en la voluntad de Dios, en el mandato del amor a Dios y al prójimo (Mt 22,37ss). Quien, de la forma que fuere, tropezara contra este derecho establecido por Dios, se hace injusto. Y así, es posible que un cumplimiento literal de las normas morales proclamadas por la Iglesia se haga injusto cuando, por ese camino, se perjudique o incluso se impida totalmente el mantenimiento de aquel derecho.
Qué cosa sea injusta sólo lo puede decidir, en última instancia, nuestra -> conciencia y no un código formal legislativo (Rom 2,14ss). El derecho formulado sólo puede entenderse como una guía de la conciencia sobre el modo como debe hacerse lo justo y evitarse lo injusto. do

Inmediación. No es una afirmación objetiva, sino más bien estructural, sobre la relación entre --> Dios y el -> hombre, subyacente en la Biblia. El creyente ha experimentado a Dios como un ser que quiere estar a su lado y que, con amor libre (Ap 21,3; 2Pe 1, 4), garantiza la salvación (Núm 6,24-26). La iniciativa de esta garantía personal y de esta disposición recae, de obra y de palabra, en Yahveh, que está ahí como quien quiere estar presente (Éx 3,14; 33,19). El hombre no se relaciona ni ha de tratar con Dios a través de un concepto objetivo y disponible, a través de una visión o una idea, sino a través de una elección precedente e inmerecida (Dt 7,8; Rom 11, 6) y en virtud de la libertad divina siempre inabarcable para el hombre. Y así, Dios se sirve de la multitud de las cosas visibles para hacerse inme\ diatamente perceptible (-> Teofanía).
Jesús es la inmediación absoluta y definitiva para Dios, es su presencia para nosotros y, por ende, nuestro camino, nuestra verdad y nuestra vida (1Tim 2,5). ho

Inmortalidad. Es la característica de los dioses homéricos, en oposición a los hombres mortales a quienes, después de la muerte, sólo les aguarda una existencia tenebrosa en el Hades o mundo subterráneo. Los más antiguos documentos sobre la inmortalidad individual se encuentran en la religión egipcia e irania. Platón fundamenta en el Fedón, con la ayuda de la doctrina de las ideas, la inmortalidad del alma.
La idea de la inmortalidad del hombre fue al principio ajena al Antiguo Testamento y no aparece hasta las secciones literarias más recientes (p. ej., Is 24-27), bajo la forma de resurrección de los muertos. Esta inmortalidad es entendida, según el esquema antropológico veterotestamentario (--> Cuerpo), como una resurrección y prolongación de la vida del hombre en su total corporeidad y no en el sentido platónico de la inmortalidad del alma.
Del mismo modo, el Nuevo Testamento conoce únicamente una resurrección del hombre total (1Cor 15).
Los --> misterios helenísticos prometían a sus seguidores la inmortalidad, el nuevo nacimiento (--> Renacer) y la divinidad. ri

Inocente. P'ara el Antiguo Testamento, constituía un problema acuciante e insoluble el hecho de que Dios permitiera y aun impusiera sufrimientos a los inocentes (Sal 73,13ss). Sólo la muerte de Jesús, cordero inocente y sin mancilla• (1Pe 1,19) aporta la solución definitiva: el sufrimiento provocado por la culpa del hombre sólo puede ser superado por la aceptación del sufrimiento de parte de un inocente. Así, Jesús — jurídica y moralmente inocente— es entregado al sanedrín por Judas y condenado a muerte por Pilato (Mt 27,4.24). Pero dado que la culpa, aunque quebrantada en su dominio, se prolonga en este mundo hasta la -> nueva venida de Cristo, invita Jesús a cuantos han sido liberados por él de la culpa a ir en su -> seguimiento, esto es, a tomar sobre sí, aunque inocentes, la culpa de este mundo (Mc 8,34). --> Siervo de Yahveh. do

Inocentes (matanza de los). Como hecho histórico, la matanza de los niños de Belén ordenada por Herodes no está respaldada por ningún testimonio extrabíblico, pero está perfectamente acorde con el carácter de aquel rey, de tal modo que el dato es perfectamente verosímil. Por lo que hace a la peculiar teología de Mt 2, hay que decir que ya se percibe en el niño el destino futuro del -+ Mesías: persecución por los poderosos de este mundo, de la que la mano de Dios le protege en forma maravillosa. ur

Inscripciones. Textos (breves), generalmente sobre piedra, arcilla o metal, pero también sobre cuero y papiro. Gracias al material, más consistente, y a las favorables circunstancias ambientales, han soportado mejor que los --> manuscritos las injurias del tiempo. Las inscripciones son testigos preciosos de la historia de la antigüedad. Bajo muchos aspectos, las inscripciones son los únicos textos extrabíblicos que permiten iluminar el trasfondo histórico de las narraciones de la Biblia. Los principales lugares que han proporcionado inscripciones son Alepo, Tell el Amarna, Babilonia, Bügazkoy, Byblos, Elefantina, Gezer, Jerusalén, Lakis, Mari, Nínive, Nuzu, Samaría y Ugarit.
Los más antiguos testimonios en favor del nombre «Israel• son la estela de Merneftah y la estela de --> Mesha. --> Moneda. he

Inspiración. 1. Concepto: Por inspiración bíblica o inspiración de la Escritura se entiende el influjo carismático de Dios sobre los autores de los libros bíblicos, en virtud del cual Dios es el «autor• primero de la Escritura, sin que por eso el hombre, el autor humano, deje de ser, en sentido pleno, «autor• de su obra. La palabra inspiración se remonta a 2Tim 3,16: «Toda Escritura inspirada por Díos es también útil para instruir...• El vocablo griego theopneustos (= inspirado por Dios) ha sido traducido en la Vulgata por: divinitus inspirata.
2. Testimonio de la Escritura: a) El Antiguo Testamento. Que los escritos del Antiguo Testamento sean --> palabra de Dios dirigida a los hombres es una convicción de fe de toda la tradición judía, aceptada sin discusión y desde el principio por la Iglesia. La misma Escritura expresa esta fe. Las fórmulas «así habla Yahveh...• y «oráculo de Yahveh• que introducen o cierran muy frecuentemente la predicación profética, indican que los discursos de los --> profetas no son palabras suyas, sino palabra inmediatamente dada por Dios. La consignación escrita de estas palabras para testimonio en el futuro obedece a un mandato divino (Jer 36, 2). Del mismo modo, la —> tora, la instrucción de Yahveh, es palabra divina escrita por orden de Dios (Éx 34,27 y otros). También los autores de los libros sapienciales (—> Sabiduría) estaban persuadidos de exponer en sus escritos la acción y la instrucción de Yahveh. Cierto que a los escritos nunca se les llamó «libro de Dios•, sino «libro de la ley. (de Moisés) o, en épocas posteriores del Antiguo Testamento, «libros sagrados. (1Mac 12,9). Estas denominaciones dejan espacio para el compositor humano, pero, con todo, los —> rabinos consideraban los libros como palabra divina normativa y se apoyaban en ella.
b) En el Nuevo Testamento. Lo anteriormente dicho se aplica también a Jesús y a los apóstoles. También ellos se remiten siempre y repetidas veces a la «Escritura• como autoridad decisoria (cf. Mt 4,1-10; Lc 24,44; Act 1, 16, y otros). Además, yendo más allá del Antiguo Testamento, el Nuevo testifica el cómo de la «consignación• por escrito de la palabra divina• como una actuación del Espíritu Santo (2Pe 1,16-21; 2Tim 3,14-17). Que la Iglesia, con el correr del tiempo, llegará a reconocer como de origen divino sus propios escritos y los uniera a los del Antiguo Testamento, se sigue del hecho de que éstos son testimonios escritos de la palabra de Dios insuperablemente pronunciada por —> Cristo (Jn 1,17s; Heb 1,1s).
3. Doctrina de la Iglesia: Los escritos bíblicos son palabra de Dios, porque tienen a Dios por autor. Al mismo tiempo, son palabra humana, porque proceden de la mano del autor humano. La Iglesia intenta explicar esta conjunción de la acción divina y la humana en la «consignación escrita de la palabra de Dios• con el concepto de inspiración. El concepto ha experimentado una larga evolución, comenzando por los padres de la Iglesia y pasando por los teólogos medievales, hasta llegar a las declaraciones doctrinales de los últimos concilios. ba
4. Problemática actual: Los nuevos conocimientos de la —> investigación criticohistórica exigen una nueva reflexión sobre lo que la doctrina tradicional de la Iglesia entiende por inspiración. En efecto, apenas si hay un libro en la Escritura que haya sido compuesto por un solo autor. Al contrario, los escritos bíblicos son más bien el resultado de un largo proceso de formación. Israel se considera siempre constantemente guiado a lo largo de toda su historia por el Dios de la alianza, sabe que ha sido liberado, castigado, abandonado, elegido, favorecido y aceptado. La inspiración de estos escritos bíblicos significa, por consiguiente, la experiencia histórica y vivificante de Dios en todo el pueblo creyente de Israel. Este proceso evolutivo puede comprobarse tanto en los libros más antiguos como en los cantos veterotestamentarios (salmos), en la literatura sapiencial (sabiduría popular) y en las diferentes colecciones legales del Antiguo Testamento. Idéntica situación aparece claramente en el Nuevo Testamento. Donde con mayor claridad se advierte es en Pablo. Escribe ciertamente sus cartas como autor único, pero toma elementos catequéticos y litúrgicos de la fe (--> Himnos), --> Fórmulas) y desarrolla estas tradiciones según las necesidades de su predicación. La experiencia de Cristo de las comunidades concretas es el lugar formativo de la predicación apostólica y profética. Y así, sería completamente erróneo considerar, p. ej., a propósito de las cartas paulinas, que sólo el apóstol y escritor Pablo es inspirado. La inspiración significa encuentro con Cristo crucificado y resucitado; este encuentro concreto y vivificador se expresa en los escritos neotestamentarios como señalización del camino para las épocas futuras. En la proclamación de este encuentro con Cristo (= encuentro con Dios) ocupan los apóstoles, profetas y doctores, o los autores de los escritos neotestamentaríos, un puesto especial. Pablo, por ejemplo, se apoya en su encuentro personal con el Resucitado (1Cor 15,
Así, pues, la inspiración significa esencialmente un encuentro histórico e historificador con Dios y con Cristo, la acción de Dios sobre su creación, llevada a la plenitud definitiva en Cristo. Cuando se dice que la inspiración ha concluido con el último escrito bíblico, se quiere significar que el testimonio normativo de la fe en el Resucitado se encuentra ya dado en los escritos bíblicos (—> Canon). Ahora sus estructuras deben ser henchidas de vida en toda época y en cada una de las situaciones humanas (--> Interpretación existenciaria, --> Hermenéutica), la fe bíblica debe tornarse una y otra vez fuerza vivificadora. Donde tiene lugar el encuentro con Dios, donde Cristo llega a una nueva vida, allí vuelve a darse propiamente inspiración. Cristo, en cuanto encuentro con Dios posibilitado a todos los hombres, es la norma única de la inspiración. Sólo desde él obtiene el testimonio bíblico carácter orientador y normativo. --> Revelación. gr

Instante —> Kairos.

Institución. Por institución se entiende la estructura de una comunidad dotada de una relativa permanencia y de una determinada regulación jurídica y que, a un mismo tiempo, exonera y obliga a cada uno de los individuos. Dado que la duración, en cuanto costumbre institucionalizada, se opone casi siempre al cambio y a la renovación, a las instituciones se las considera muchas veces como impedimiento, obstáculo y reparación vital y se las combate. Los ataques dirigidos a la Iglesia se refieren generalmente a su aspecto institucional, ya que a través de este aspecto se ha podido manipular y se ha manipulado de hecho con frecuencia a los hombres. Fenomenológicamente, toda gran Iglesia ha tenido, en su momento, un elemento institucional. Cuando este elemento se convierte en el factor decisivo y último de la --> comunión eclesial, entonces la Iglesia cae en el institucionalismo. La —> Iglesia vive siempre desde el acontecimiento de la acción salvífica de Dios y este acontecimiento es anterior a toda institución, porque es más fundamental. La salvación divina no está necesariamente vinculada a la institución. Pero esta última es necesaria para una comunidad que se piensa como situación permanente. La institución es una estructura auxiliar para una vida común regulada, aunque no estructura fundamental de la Iglesia. Por consiguiente (y contra lo que piensa R. Sohm), la institución se opone esencialmente a la Iglesia sólo cuando se la considera como la esencia de la comunidad. Con todo, la estructura auxiliar de la institución es necesaria para la Iglesia, porque la llamada de cada individuo al servicio de la comunidad crea derecho y orden. Y el derecho es un elemento esencial de toda institución. Por este derecho se aligeran las cargas individuales. Sobre la base de un orden regulado, se le adjudican a cada individuo unos oficios determinados. Sabe que en «el ser unos por otros» la parte que le corresponde está perfectamente representada en la actividad «ordenada». A par, la vida comunitaria rectamente ordenada le impone obligaciones, porque se esperan de él unos servicios determinados. El orden jurídico de la Iglesia cristiana sólo puede ser utilizado para edificación de la comunidad. Esto se aplica también al ámbito institucional.
Ciertamente —> Jesús no ha fundado ni la Iglesia ni su institución — no puede probarse ni histórica ni bíblicamente un acto fundacional — pero, con su requerimiento a la fe y al --> seguimiento, ha puesto las bases de la comunidad. Apenas sus —> discípulos se separaron de la institución judía de la sinagoga, se hicieron necesarias las estructuras auxiliares para la comunidad de los creyentes (cf. el orden de los ancianos). Desde luego, la comunidad carismática de Corinto no está aún institucionalmente regulada, pero se dan ya en ella funciones permanentes que tienden hacia la institución. El modo y manera, el cómo del sello institucional de la Iglesia, está todavía plenamente abierto y sometido a variación. Pero el elemento institucional viene requerido por el mismo ser humano, en cuanto que su «ser con otros» está orientado a la expresión institucional. De ahí que una comunidad de creyentes, que es comunidad humana y se realiza también visiblemente, nunca puede renunciar a la institución.
Ahora bien, la comunidad nunca puede identificarse con la institución. La Iglesia no es primeramente institución, sino acontecimiento. Estos dos elementos no son contradictorios sino que se relacionan entre sí dialécticamente. La institución no puede plantear —> exigencias absolutas, porque nunca es la realidad última. Pero esta realidad tiene también como expresión suya propia una dimensión jurídica. No se pueden contraponer —> carisma e institución. Sólo cuando la institución abandona su ámbito propio deja de ser «andamio» de la construcción y entonces es preciso reducirla a sus límites.
La institución no es inmutable, sino que debe modificarse de acuerdo con las actividades vitales da la comunidad. No existe institución alguna que sea radicalmente inmutable. Todas ellas están condicionadas por el tiempo y por la historia y tienen en la historia y el tiempo su función. Y así, por lo que respecta a la Iglesia, debe aceptarse su dimensión institucional como estructura auxiliar necesaria, en cuyo ámbito puede acontecer la salvación de Dios; una estructura que, cuando se adapta a las condiciones cambiantes de la existencia humana, impulsa esta existencia y puede expresar una y otra vez, bajo formas nuevas, el acontecimiento de la acción salvífica de Dios en Cristo. ha

Instrucción (hebr. tora). Al principio era una decisión individual impartida por Dios, ante el planteamiento de una duda (Is 2,3; Miq 4,2), y transmitida por mediación del --> sacerdote en el santuario (Jer 18,18; Ag 2,11; Mal 2, 6-9). La tradición más reciente conoce también una instrucción humana (Prov 1,8; 31,26), cuyo significado equivale muchas veces a «enseñanza». Al principio se impartía solamente de viva voz, pero más adelante se amplió también el concepto a la —> ley escrita, tanto la promulgada para personas concretas (Lev 6,2) como todo el conjunto de la revelación de la voluntad divina (Os 4,6; Dt 17,19).
Al designar a la ley veterotestannentaria como instrucción, que viene como consecuencia de la inclinación de Dios a Israel manifestada en la elección y en la conclusión de la alianza en el Sinaí, se evita toda intelección nomística de la ley. En la alianza del Sinaí se presenta el acontecimiento de la elección de Israel bajo la forma de un imperativo moral (ley); de este modo, el pueblo es reclamado exclusiva y definitivamente por su Dios de la alianza. La respuesta que se espera, pero que es siempre libre, es la obediencia incondicional, en la que Israel reconoce su dependencia de Yahveh. Lo que la ley intenta en sus numerosas prescripciones concretas es posibilitar la actitud fundamental ante Dios.
En cuanto instrucción, la ley no es una magnitud absoluta y supratemporal — esta perspectiva sólo se dio después del exilio — sino que se la reinterpreta una y otra vez en el decurso de la historia del pueblo elegido y se la da a conocer al pueblo. La ley ayuda a Israel a reconocer a Dios, en actitud de amorosa obediencia, como Señor de su historia; por todo ello, puede también este pueblo cantar alabanzas a la ley (Dt 4,6-8; 30,11-14; Sal 19,1-11;119). —> Tora, —> Mandamientos. we

Instrumento de cuerda. Concepto colectivo para designar instrumentos cuyo sonido se obtiene por pulsación o rasgueo de cuerdas. Servían para acompañamiento del canto (2Sam 6,5), ya que, debido a su tono fijo, no se adaptaban a melodías independientes. --> Instrumentos músicos. la

Instrumentos músicos. Una de las formas más primitivas de expresión humana son los —> cantos, la música y la —> danza. La originaria identificación de sentido profano y sentido sacro no se pierde hasta más adelante. En los ejercicios músicos de la época veterotestamentaria, el ritmo era un elemento predominante. De ahí que las artes más primitivas de música instrumental sean el batir de palmas y el golpear con los pies. El instinto humano de imitación proveyó más tarde a estos sonidos de una expresión nueva y pluriforme con Instrumentos de ritmo y percusión. Los instrumentos de viento y cuerda imitaban técnicamente la voz humana. Especial importancia adquirieron en el Antiguo Testamento los instrumentos músicos por su función en el --> culto; aquí, la función independiente de los instrumentos pasó a segundo término, para convertirse en acompañamiento del canto y de la danza sacros. En la época postexílica se agruparon varios instrumentos para formar orquesta y constituyeron, junto con los coros, la música del templo. -> Flautista, -> Arpa, --> Cuerno, -> Lira, -'Trompeta, --> Tambor, --> Címbalo. la

Intención. Para -> entender un texto, hay que conocer la intención de sus afirmaciones. En toda afirmación debe distinguirse entre la forma lingüística y el contenido. En efecto, toda afirmación se hace dentro á unas determinadas formas mentales (--> Mentalidad) por medio de un determinado material conceptual y lingüístico y de unas determinadas imágenes. Lo que se dice, eso es su intención. Para comprender los textos bíblicos, esta distinción es esencial; pues si quiero conocer una narración bíblica, debo comenzar por plantearme el problema de su mundo conceptual, de su mentalidad, de la --> comprensión de sí mismo del hombre y de su material lingüístico. Sólo después puede preguntarse: ¿qué se quiere expresar con este material? Un ejemplo puede ser la narración de la -> marcha sobre el mar de Jesús (Mc 6,45-52 par.): para el hombre bíblico, el mar es un poder hostil y amenazador; en el --> agua dominan los poderes del caos, que amenazan el orden de la creación. Pero Jesús, a modo de señor oriental, pone su pie sobre la cerviz de estos poderes del caos, cabalga sobre ellos. La intención de esta narración es la --> confesión de que Jesús ha vencido, subyugado y destruido los poderes destructores del caos, la potencia del mal. Es señor de las --> •potestades y principados» y ha liberado a los hombres de su poder amenazador. Para aquel que se confía a -> Cristo, la vida ya no es angustiosa y amenazadora.
Lo mismo cabe decir de las restantes narraciones de -> milagros del Nuevo Testamento; quien no se pregunta por la intención propia de estas afirmaciones — explorándola a través del material de imágenes condicionado y vinculado a la época — sólo conocerá parcialmente los textos.
Ahora bien, no siempre resulta fácil discernir con claridad la intención real de determinadas afirmaciones bíblicas.
En este punto debe distinguirse entre la intención del autor y la del -> redactor, entre la intención de la confesión originariamente formulada por la --> comunidad y acaso también la intención de Jesús mismo. --> Historia de la redacción, -> Historia de los géneros, -> Hermenéutica, -> Interpretación existenciaria. gr
Intercesión. Es un forcejeo entre el que ora y Dios en torno al pueblo y a los hombres; así, los israelitas, y especialmente los profetas, •clamaban» una y otra vez a Yahveh en favor de alguien. Para los profetas, que desempeñaban una función intermediaria entre Dios y el pueblo de su alianza, Israel, la intercesión es una de sus tareas esenciales. Rey y pueblo se dirigen a ellos, para que intercedan ante Dios (p. ej., Jer 42,1ss). En el curso de la --> historia de la salvación veterotestamentaria se desarrolla, a partir de la intercesión para conjurar un peligro inminente, la Intercesión en favor de la salvación y preparación de --> Israel para el --> tiempo salvífico.
El Nuevo Testamento llama a Cristo abogado e intercesor (-+ Paráclito) en el juicio final, en favor de los hombres que le confesaron en la tierra (p. ej., Mt 10,32s). En la --> oración sacerdotal (Jn 17), ruega Jesús al Padre en favor de los suyos. Les promete el --> Espíritu Santo (protector como intercesor, que permanecerá junto a ellos y les guiará (Jn 14,17.26). Del mismo modo que Jesús en la cruz ruega por sus enemigos, así también los cristianos deben interponer su intercesión por todos los hombres, incluidos sus perseguidores. En razón de la vinculación con Cristo en el Espíritu Santo, de la intercesión puede brotar ayuda para la fe, ayuda para los hombres dolientes y pecadores, fortalecimiento de la esperanza, amor y unidad de la Iglesia. Así, Pablo en sus cartas intercede ante Dios en favor de las comunidades. br

Intercesor -> Paráclito.

Interdependencia. El hombre está referido a sus semejantes; todas las relaciones interhumanas están orientadas hacia la interdependencia. La Biblia deriva la interdependencia de la existencia humana de la situación que le adviene al hombre por la creación. Dado que el -> hombre procede de su Creador, está siempre orientado hacia él; y dado que Dios quiso que el hombre fuera su interlocutor, debe dar éste su respuesta a la -> palabra de Dios. Desde este modo dialoga) de la existencia humana nace y se desarrolla la interdependencia en el ser humano. Y dado que los hombres son interlocutores de Dios, pueden, por el mismo caso, vivir en --> diálogo entre sí. Todo cuanto es humano debe acreditarse en la interdependencia. Se trata de amarse los unos a los otros, es decir, se trata de dar y recibir -> amor; se trata de hablar y escuchar, de llamar a los otros por su -> nombre y dejar que los otros hagan lo mismo. La interdependencia tiene su fundamento en la palabra y el amor. En la espera del reino de -> Cristo, la meta es apreciar siempre a los otros más que a sí mismo (Flp 2,3). Sólo así es posible una existencia --> por los otros. Todo hombre vive frente a su Creador y a su -> hermano. gr

Interpolación. Inserción o adición, hecha por tercera mano, de una palabra o de una frase, dentro de un texto. Se hallan interpolaciones en el Antiguo Testamento y en el Nuevo; la más conocida es la de 1Jn 5,7s (el llamado --> Comma Joanneum). mo

Interpretación --> Exégesis.

Interpretación bíblica -> Biblia (interpretación de la).

Interpretación (cambio de). Consiste en dar nuevo sentido a un texto o a una institución bíblica. Así, p. ej., el banquete pascual, que fue originariamente una costumbre nómada, pasa a ser la comida de institución de la antigua alianza y más adelante también de la nueva. --> Nueva interpretación. ba

Interpretación existenciaria. Se funda en el análisis existenciario de M. Heidegger, introducido en la exégesis gracias a la labor teológica de R. Bultmann (Neues Testament und Mythologie, 1941). Para su intelección es fundamental la distinción entre existencial y existenciario. Esta distinción se apoya a su vez en la concepción del hombre, que debe ser entendido no desde su •ser así» (su esencia o naturaleza), sino desde su •ser ahí». A este •ser ahí» se le llama existencia. La existencia humana no está cerrada a la comprensión del hombre, sino que éste es capaz de entenderla. Cuando el hombre intenta comprenderse, se descubre a sí mismo como una esencia que tiene acceso al ser. En cuanto tal, participa de las posibilidades del ser, es «poder ser». Ésta es la estructura fundamental de su existencia. Al conocer su existencia, y por tanto a sí mismo, puede explicarla, aclararla, expresarla, esto es, puede interpretarla. El modo de esta interpretación o iluminación de su existencia se llama existenciario. Esta palabra significa, pues, la estructura de la existencia del hombre en cuanto dicha existencia es entendida. No se refiere a la realización del existir en sí mismo, sino a la estructura del ser, de acuerdo con la cual acontece el ser humano. Con la palabra existenciario no se designa el proceso del existir, sino su posibilidad.
De todo esto se ha de distinguir estrictamente el concepto existencial. Es existencial la realización de las posibilidades del ser del hombre. Se piensa aquí en procesos reales que afectan a la existencia humana. Los problemas de la vida humana nunca se pueden resolver, en última instancia, por la intelección de las posibilidades del hombre, sino solamente viviendo su vida, existiendo concretamente. Y se existe siempre únicamente a lo largo de decisiones y no sobre la base del «poder conocer». De aquí que una interpretación «existencial» sea una contradicción en sí misma. Explicar, aclarar, entender algo es siempre sólo un proceso que indica un contenido, que señala posibilidades, pero que no las lleva a cabo. En consecuencia, el hombre debe realizar su vida de un modo «existencial», en cuanto se decide por esto o por lo otro, pero sólo puede interpretar su existencia de un modo «existenciario». La interpretación existenciaria se hace, por tanto, desde la existencia humana y en orden a ella, y se consigue mediante el entender. Y no debe formalizarse desligándola de la realización existencial.
La interpretación existenciaria tiene, pues, unos límites esenciales. El existir mismo, la realización en cuanto decisión humana total, nunca puede ser resuelta en esta interpretación, que siempre está superada por el existir mismo. Si al hombre se le ha concedido el -> encuentro con Dios, siempre puede hacer comprensible la estructura de este encuentro, lo puede interpretar de modo existenciario, pero nunca se puede mostrar al mismo Dios en el ámbito de la interpretación existenciaria. Dado que Dios sólo puede ser alcanzado en el encuentro concreto, no se pueden afirmar de -> Dios «estructuras existenciarías». Dios, en cuanto realidad que determina mi existencia, está más allá del horizonte de la interpretación existenciaria. Él es únicamente acontecimiento concreto en mi vida.
Este acontecimiento del «ser alcanzado» de Dios encuentra su consignación escrita en el texto de la --> Sagrada Escritura. En él se nos ha revelado la palabra de Dios. En la Escritura se han indicado «estructuras existenciarias». Fundamentalmente, la Escritura permanece dentro de la esfera de la interpretación existenciaria. Un texto se entiende, pues, como existenciario cuando se le interroga primariamente acerca de la concepción humana del ser que se espera en este testimonio. Todo texto puede ser interrogado en este sentido. Doquiera el texto tiene la intención de dirigirse al hombre en su existencia, la interpretación existenciaria es legítima.
Ahora bien, ¿qué quieren decir las afirmaciones de la Sagrada Escritura? Evidentemente, piden al hombre que se entienda de un modo nuevo en este testimonio. A través de la palabra de la Escritura debe adquirir un nuevo ser. Pero, si de este modo, la Biblia plantea al hombre tales exigencias que éste debe entender las sentencias bíblicas con relación a sí mismo, entonces es preciso poner de relieve su contenido con ayuda' de la interpretación existenciaria. La Escritura, por tanto, tiene por meta la existencia del hombre, le habla, le solicita. A través de sus expresiones históricas, de sus poesías didácticas, de sus parábolas, exhortaciones, acontecimientos, etc., exige del hombre que se entienda en ella de un modo nuevo, que se renueve, para encontrar así en ella la palabra de Dios (--> Paraclesis).
Pero esta exigencia planteada al hombre no siempre aparece claramente. Un símbolo de tiempos idos, un mundo de conceptos y representaciones de otro pueblo, no suelen hablar ya inmediatamente al hombre de hoy. Ahora bien, la palabra de Dios se nos ofrece en la Escritura bajo la forma de -> comprensión de sí mismo del hombre de épocas pasadas. La manera como ellos fueron afectados en su existencia no es nuestra manera. Y, sin embargo, la palabra de Dios también quiere alcanzarnos a nosotros. De ahí que sea necesario un método que establezca precisamente la relación al hombre actual, para que pueda conocerse en el testimonio de la Escritura y pueda comprender que en ésta se trata de él mismo. La interpretación existenciaria quiere cumplir esta tarea y puede mostrar, con la ayuda del método historicoformal (--> Historia de las formas), que esta intención se encuentra en el texto mismo. En la llamada a la -> conversión, en la exigencia de -> fe, en el -> seguimiento y en la locución «haz tú lo mismo», se pone de manifiesto esta estructura del texto. La Escritura establece esta meta a través de diversas concepciones que ya no son corrientes entre nosotros. Para salir al encuentro de estas concepciones, que han dado pie a erróneas intelecciones, la interpretación existenciaria se da la mano con la --> desmitización, que lleva a cabo el trabajo, en cierto modo negativo, de descubrir la verdad de la Escritura y de hacerla fructífera existenciariamente. La interpretación existenciaria es el lado positivo de la misma cosa. De aquí que la desmitización y la interpretación existenciaria abarquen — en razón de su --> intención — el mismo campo.
La legitimidad de la interpretación existenciaria es discutida frecuentemente porque se supone que va más allá de sus límites. Se objeta contra ella que no todas las sentencias de la Escritura tienen esta relación con la existencia humana y que, en esta visión general, el hombre se constituirá en criterio de la --> palabra de Dios. Si la existencia humana estuviera en la mano del hombre, de tal modo que éste pudiere disponer de las estructuras existenciarias, entonces sí sería de hecho el hombre (a su capricho) el criterio de la palabra de Dios. Y así se ha entendido erróneamente, con alguna frecuencia, la interpretación existenciaria; es bien evidente que esta interpretación puede aplicarse de modo equivocado. El hombre decide, desde luego, de su propia existencia, pero no de si la Escritura le reclama por la palabra
de Dios. Frente a la Escritura puede decidirse en uno u otro sentido, pero el requerimiento le afecta en el instante en que reconoce su relación al ser humano, a su propia existencia. Ahora bien, este reconocimiento debe ser establecido objetivamente, mediante la interpretación existenciaria.
Por lo demás, esta interpretación afirma que una sentencia de la Escritura sólo tiene validez (está desmitizada) cuando conserva esta relación a la existencia humana, es decir, cuando es también sentencia antropológica. Toda sentencia teológica debe ser al mismo tiempo antropológica. Y así, la interpretación existenciaria vale, sin excepción, para todas las afirmaciones de la Escritura. Pero el criterio no es el hombre, sino la relación de la palabra de Dios al hombre. El hombre debe responsabilizarse ante la Escritura en la medida en que ésta se refiere a su existencia. Aquello que no posee esta característica de referencia no puede ser -> revelación de la palabra de Dios, ni se puede contar con ello para la --> predicación. Por otra parte, el hombre debe mantener este --> diálogo, si no quiere faltar a su propio ser. La relación humano-divina constituye el criterio último de la interpretación existenciaria. Ni el hombre es el criterio, ni lo es tampoco la sentencia de la Escritura, cuando esta sentencia puede ser entendida sin relación a la existencia humana: el criterio es la estructura dialogal, la aceptación de la referencia de Dios al hombre y del hombre a Dios. Y así, mediante la interpretación existenciaria, se descubre la estructura dialoga! de la verdad y se pone de manifiesto que la palabra de Dios puede afectar al hombre de tal suerte que éste se entienda de un modo nuevo y se renueve en su ser.
Dada la orientación de la interpretación existenciaria, se deduce, además, que sus resultados cambian constantemente en el tiempo y están sometidos a la historia y que nunca podrá interrumpirse el diálogo con la Escritura. Su tarea nunca está del todo realizada, mientras el hombre esté sometido a cambios y exista en el espacio y en el tiempo; es una tarea nunca acabada; debe ser reemprendida una y otra vez, bajo la palabra de Dios, que el hombre puede y debe encontrar en la Escritura.
De aquí que deba adoptarse siempre una postura crítica respecto de los resultados de la interpretación existenciaria; pero, por otra parte, el hombre estará vinculado a ella mientras pueda conservar y hacer inteligible a los otros hombres del presente el diálogo humanodivino. --> Hermenéutica. ha

Interpretación no religiosa. El problema de la interpretación no religiosa de los conceptos bíblicos fue planteado con toda su agudeza por D. Bonhoeffer. El problema es el siguiente: ¿cómo pueden volver a expresarse en un lenguaje •mundano» y cotidiano las afirmaciones bíblicas esenciales, y más concretamente las del Nuevo Testamento? ¿Cómo puede sustituirse — a beneficio de hombres no religiosos —el lenguaje religioso de la Biblia por otro no religioso, sin recortar por ello las confesiones y los contenidos de la proclamación? Se trata aquí básicamente de un problema esencial de la --> hermenéutica bíblica. Lo cierto es que, dondequiera la Biblia ha sido interpretada, lo ha sido también de modo no religioso y mundano, puesto que allí donde ha sido vivida, ha sido también •traducida» a la vida cotidiana; la Biblia fue y sigue siendo traducida por la vida concreta de los creyentes. Es digno de notarse que la Biblia misma no siempre habla en un lenguaje y en un mundo de ideas religioso; al contrario, habla también, y especialmente en el Antiguo Testamento, un lenguaje sumamente próximo al mundo, un lenguaje profano (p. ej., del amor en el Cantar de los cantares).
Por otro lado, la Biblia entera tiene la tendencia a distanciarse de concepciones religiosas míticas (p. ej., en el Antiguo Testamento, las narraciones sobre la --> creación [relatos de la]). Así, se critica constantemente el --> culto, desde la época de los profetas Os 58, 1-9) hasta el mismo Cristo (Mc 2,27); en la comunidad cristiana la confesión de Cristo pone punto final al culto (—+ Culto a Dios por la existencia mundana).
Junto a estas tendencias •descultualizantes» de la Biblia son innegables también las tendencias a la eliminación de --> tabúes. Por este proceso, el lenguaje de la Biblia se sale cada vez más del estricto ámbito religioso-cultual, se hace asombrosamente mundano y se atiene cada vez más a las experiencias concretas de la vida humana. El punto supremo y la conclusión de esta tendencia es la confesión de la —> encarnación del Hijo de Dios en Jesús de Nazaret. Dios está presente en el hombre Jesús; está presente definitivamente y para todos. En la —> cruz y —> resurrección de Jesús, Dios ha aceptado para siempre al mundo. Desde la confesión de la encarnación, queda abierta la posibilidad de que Dios se haga palabra en un lenguaje plenamente mundano y humano. Hablando con propiedad, el lenguaje sacro queda excluido. Así, Jesús proclama el --> reino de Dios como una realidad interhumana, de la que, sin embargo, no pueden disponer los hombres.
Así, pues, la interpretación no religiosa se pregunta: ¿cómo el hombre que piensa en términos profanos puede convertir en realidad el mensaje de Jesús? —> Práctica. gr

Interpretación (nueva) —› Nueva interpretación.

Intérpretes de señales. Según la exposición bíblica (1Sam 28,3), los había tanto en Israel como en Babilonia y Egipto. En su calidad de adivinos, podían predecir el futuro a base de observar los movimientos del agua, por la posición de las flechas desparramadas y por el estado del hígado de los animales ofrecidos en sacrificio. La actividad de estos intérpretes de señales es considerada en el Antiguo Testamento como pecado, por ser idolatría. la

Introducción a la Biblia. La introducción a la Biblia, como ciencia, está constituida por un conjunto de disciplinas que estudian, tanto respecto del Antiguo Testamento como del Nuevo, todos los problemas históricos relativos al origen de los escritos de ambos Testamentos y a su recopilación hasta la formación del --> canon, así como los problemas de la transmisión del texto de los escritos. Tradicionalmente se ha venido distinguiendo una «introducción generala al Antiguo y al Nuevo Testamento (historia del canon e historia del texto) y una «introducción especial» (circunstancias y condicionamiento del origen de cada uno de los escritos: problemas de autor, destinatarios, finalidad, concepción, tiempo y lugar, consignación por escrito, modo de exposición, fuentes, redacciones, integridad, etc.).
Otras disciplinas auxiliares de las ciencias bíblicas se ordenan a la introducción a la Biblia sólo de una manera preliminar, pero no forman parte de ella. Así, la —> hermenéutica bíblica, la —> historia del Antiguo y del Nuevo Testamento, la filología bíblica (con sus diferentes ramas), la arqueología y la geografía bíblicas. La introducción a la Biblia tiene como cometido esclarecer y exponer todo cuanto es necesario para llegar a la comprensión tanto` de los escritos particulares como del canon de cada Testamento desde sus presupuestos históricos; es, pues, historia de la literatura bíblica y, en cuanto introducción a la Biblia, auténtica disciplina teológica. pe

Investigación bíblica. La --> Biblia no es inmediatamente —> palabra de Dios, sino —> respuesta de la --> fe a la palabra real y eficaz de Dios que se produce en Cristo. Esta distinción entre la Biblia y la palabra de Dios — de la que la Biblia es el vehículo—constituye el punto de partida de la investigación bíblica. Sólo la crítica bíblica, es decir, una distinción valorativa cuidadosa, abre la posibilidad de una nueva intelección de los textos históricos. En efecto, los testimonios de la fe, algunos de los cuales se remontan a 3000 años de antigüedad, han estado expuestos a múltiples influjos espirituales, religiosos e históricos, es decir, han estado sujetos al condicionamiento histórico de los diferentes autores y oyentes en cuyos presupuestos — mentales, culturales, socioeconómicos, etc.— se refleja la palabra de Dios (--> Historia). Ahora bien, si el mensaje bíblico debe ser también hoy proclamado y oído, debe traducírsele a la —> mentalidad y a los esquemas lingüísticos actuales (--> Traducción). Y aquí se plantea una multitud de cuestiones previas que, partiendo ya del problema de la posibilidad misma de una traducción de las afirmaciones de fe, pasa a convertirse en el problema de la teología y de toda •enseñanza de la fe a través de palabras» (--> Hermenéutica). El carácter humanodivino de la Escritura (--> Inspiración) exige un esfuerzo a la mente humana para comprenderla. Y sólo una comprensión crítica le abre al hombre la posibilidad del propio --> entender. Con todo, se debe tener siempre presente que nunca se manifiesta total y definitivamente el sentido originario de las afirmaciones bíblicas. Por eso, una crítica de la Escritura es siempre previamente una crítica de sus oyentes. Y por eso la investigación bíblica está siempre referida a la fe de toda la Iglesia, que transmite y expone la Escritura como un todo.
El objeto de la investigación bíblica son los escritos canónicos, aunque debe rebasar estos límites para iluminar el -> mensaje bíblico desde su propio ambiente. Dado que se han perdido todos los manuscritos bíblicos originales, su primera tarea es reconstruir por la --> crítica textual el -+ texto bíblico original, partiendo de las -> variantes y sirviéndose de la investigación filosófica. La -> crítica literaria presta atención al lenguaje y el estilo de cada uno de los -> autores y averigua, recurriendo a ciertos puntos históricos determinados, la época de composición de un escrito y el lugar teológico del autor, muchas veces anónimo o -> pseudónimo. En esta tarea, se pueden descubrir casi siempre varias fuentes y tradiciones que han remodelado desde su propio punto de vista el texto en cuestión. A continuación, la investigación bíblica ordena -el material de acuerdo con su primer origen, con su Sitz im Leben, y lo clasifica según formas y géneros literarios preestablecidos, cuyo amplio uso es una de las características de la literatura oriental. Esta --> historia de las formas conduce necesariamente a la -> historia de la tradición que, en la investigación del material preliterario, pone al descubierto aquellas corrientes teológicas que exponen las fuerzas impulsoras de la formación de la tradición (--> Fórmulas, --> Cuestión sinóptica). Siguiendo estos caminos, que no pueden soslayarse impunemente, la crítica histórica total puede llegar a medir el contenido del mensaje expresado en la lengua de aquel tiempo. Este camino metódico sigue siendo indispensable también para nuestro tiempo, para conseguir una traducción adecuada del mensaje bíblico y obtener así una nueva actualización de la realidad salvífica. Toda interpretación teológica actual está obligada a respetar el significado histórico de los textos interpretados. --> Interpretación existenciaria. tr

Investigación criticohistórica. La investigación criticohistórica de la Biblia se perfiló durante la época de la ilustración y ha sido depurada y perfeccionada en los siglos XIX y XX. Responde a una valoración de la Biblia como conjunto o colección de testimonios de fe, compuesto por hombres de una determinada situación histórica, en un lenguaje condicionado por el tiempo para hombres de una situación determinada. La investigación criticohistórica, como interpretación que responde a las exigencias científicas actuales, puede caracterizarse sintéticamente de la siguiente manera: es la exploración global de los textos bíblicos que, mediante la aplicación metódicamente consecuente de la ciencia histórica (-> Historia) en el estadio actual de su arte, intenta llegar a conocer y exponer retrospectivamente el sentido de los textos bíblicos, habida cuenta de la --> historia de la tradición y del origen de ambos Testamentos.
Evidentemente, para su labor exploradora, la investigación criticohistórica se sirve de los textos bíblicos en su composición original (hebrea, ara-mea y griega), que intentar fijar y descubrir hasta donde le es posible en su forma primitiva, con la ayuda de la historia de los textos y de la --> crítica textual. Se esfuerza por obtener un conocimiento global de las lenguas originales (filología bíblica) y de su empleo específico por cada uno de los hagiógrafos (mentalidad teológica de cada autor y cada época). Es, además, necesario conocer el medio ambiente cultural que influyó en el lenguaje y en el pensamiento de los escritores bíblicos, especialmente el conocimiento del medio ambiente religioso (--> Historia de las religiones). Para la ordenación histórica de los escritos y de los acontecimientos en estos escritos referidos, necesita un conocimiento exacto de la historia de los tiempos bíblicos. Entre las tareas de la investigación criticohistórica se encuentran, además, la -> crítica literaria, la --> historia de las formas, la --> historia de la redacción. pe

Investigación de la vida de Jesús -> Vida de Jesús (investigación de la).

Investigación historicocultual. La --> historia (comparada) de las religiones aportó perspectivas esenciales sobre las interconexiones de la tradición entre el Antiguo Testamento y el antiguo oriente, pero indujo también a una excesiva valoración de sus elementos comunes. Así, por ejemplo, en el ámbito inglés y escandinavo se hablaba de un esquema cultual común. También Israel habría conocido su fiesta del año (-> Fiesta de la entronización), en la que, en el drama cultual, el rey (divino) representaba el mito del dios que muere y resucita. Pero lo cierto es que ni la concepción veterotestamentaria de la creación debe entenderse míticamente, ni su concepción del tiempo es cíclica, sino que tiene un sello peculiar. La investigación historicocultual, aplicada al Antiguo Testamento, puso de manifiesto que es muy discutible que existiera en Israel una --> fiesta del año (-> Fiesta de renovación de la alianza) en la que desempeñaran un papel el rey, la -> tienda de la alianza y la proclamación del éxodo y de las tradiciones de la alianza. pa

Invisible. Esta palabra, tan importante en la concepción griega de la divinidad, no es nunca mencionada por el Antiguo Testamento. La transcendencia de Dios se expresa más bien con el concepto de santidad (-> Santo). El hombre pecador no puede ver a Dios (Jue 13,22), y sin embargo los profetas pueden contemplarle (Is 6) y anunciar su -> aparición definitiva.
Según el Nuevo Testamento, Dios se ha manifestado (Rom 1,20; 1Tim 6,16) en --> Jesús (Jn 1,18); quien ve a Jesús, ve al --> Padre (Jn 14,9). ur

Invitación (de Dios). La historia del pueblo de -> Israel es la historia de la invitación de Dios. Llama a --> Abraham de Ur de Caldea y le invita a entrar en comunión con él. Con Abraham es llamada también toda su descendencia. Nuevamente es llamado Israel a esta comunión divina en la persona de su caudillo --> Moisés. La --> alianza de Dios con el pueblo es una invitación a permanecer en la fidelidad de la alianza. Con todo, Israel acepta esta invitación muy raras veces. De aquí que los -> profetas y mensajeros de Dios insistan una y otra vez en la invitación divina.
La última y definitiva invitación de Dios a los hombres acontece en -> Cristo -> Jesús. Cristo es el sí y el -> amén de Dios, en él se ha prometido Dios a los hombres definitivamente. Y así, el mismo Jesús alza su voz para repetir la invitación. Proclama el --> •reino de Dios• e invita a los hombres a creer este --> mensaje (Mc 1,15). Incita a los hombres a buscar este reino de Dios. Este reino se encuentra dondequiera haya hombres que aman la paz y trabajan por ella, que tienen corazón puro, que tienen compasión para los demás hombres (cf. Mt 5,3-9). Jesús invita a vivir de tal modo que este reino crezca; invita a luchar en favor de la -+ justicia en el seno de la sociedad humana.
No sólo las palabras de Jesús, también sus hechos son invitaciones. Toda su vida es una invitación a vivir como él vivió, o a intentarlo por lo menos. El hecho de que Jesús existiera -> para los demás es una invitación a la humanidad de sentimientos, a la responsabilidad por los otros hombres. La --> encarnación de Dios invita a los hombres a encarnarse; el --> amor de Dios revelado en Cristo invita al amor al --> prójimo.
En varias de sus -> parábolas, habla Jesús de la gran invitación de Dios a todos los hombres (p. ej., Lc 14-15-24; Mt 22,1-14). Con mucha frecuencia compara el reino de Dios a un banquete, a una comida de bodas. Un rey invita a las bodas de su hijo. Los invitados — aquellos que habían sido invitados los primeros a la comunidad de alianza con Dios, el pueblo de Israel — no aceptan la invitación. Entonces el rey invita indiscriminadamente a todos los hombres por calles y plazas de la ciudad. La parábola quiere decir: ahora Dios invita a todos los hombres. Jesús se dirige precisamente a aquellos hombres que se creían excluidos de la invitación divina o que habían sido excluidos por los que se creían elegidos por la invitación. Jesús se dirige «a los publicanos y pecadores• (Mc 2,16-17), come con ellos (--> Banquete) e invita al reino de Dios a los que no se creían con derecho a este reino.
Dado que Jesucristo es la Invitación de Dios a los hombres, también el Evangelio es invitación. Doquiera se proclama este Evangelio, debe ser anunciado a modo de invitación. No fuerza, quiere la decisión y la respuesta libre de cada hombre. La comunidad que, en nombre de Cristo, invita al reino de Dios, se llama en lenguaje bíblico –> •Iglesia». Pero para poder invitar a los demás, esta comunidad debe tener una postura Invita-dora. Debe separarse de cuanto estorba a la invitación de Dios, de todo cuanto pone obstáculos a aquellos a los que quiere invitar. Para poder invitar, debe entablar –> diálogo con los hombres; debe hablar el lenguaje de aquellos a quienes llama; debe compartir, como Jesús, su vida con aquellos a quienes Dios quiere invitar. gr

Invocación de los muertos. Se trata casi siempre de acciones mágicas, llevadas a cabo por –> hechiceros o adivinos, encaminadas a obtener una respuesta de los muertos a las preguntas que se les hacen. Al igual que la –> consulta a los muertos (nigromancia) estaba prohibida en Israel, aunque era practicada en secreto. la

Ira de Dios. El Antiguo Testamento habla con mucha frecuencia de la ira de Dios, que se convierte incluso en una de las características del Dios santo y celoso. Ahora bien, esta Ira está muy lejos de ser una especie de explosión colérica, una cualidad o un afecto. Es más bien la respuesta a la --> desobediencia del hombre. La ira no está en contradicción con la justicia, sino que es una denominación del justo –> juicio de Dios.
La ira de Dios se endereza en primer término contra Israel. La elección del pueblo y la alianza del pueblo con Dios no garantizan a –> Israel la seguridad de la salvación, sino que precisamente le obligan a ser fiel y obediente a la alianza. Los profetas amonestan inexorablemente frente a la murmuración contra la guía de Dios, frente a la caída en la idolatría, frente a la desobediencia de los mandamientos, que puede manifestarse igualmente bajo la forma de conducta injusta en el ámbito social, político y económico. El día de Yahveh, esperado por muchos israelitas como día de gozo, se revelará como día de la ira contra su propio pueblo desobediente. Dios puede utilizar como instrumento de su ira a los mismos pueblos paganos y castigar a su pueblo con la guerra y el destierro, por haber quebrantado la alianza.
Desde luego, la ira de Dios alcanzará también a los pueblos y a sus reyes, porque Dios es Señor también de ellos. Según Am 2,1ss, el mismo Dios vigila por el orden y el derecho de los pueblos paganos. Los profetas de la época exílica y posexílica hablan sobre todo de la ira de Dios contra los -+ paganos. Según las concepciones posteriores, esta ira amenaza a la humanidad entera desobediente a Dios y alcanzará a toda la tierra. Junto a la ira que se ejecuta en el seno de la historia, gana cada vez más terreno la idea de un juicio de la ira que acontecerá al final del tiempo y del mundo. Según la concepción apocalíptica del judaísmo tardío, la ira de Dios se derrama sobre todos los impíos que no se inclinaron ante la ley de Dios. También los rabinos hablan de esta ira, aunque la expresión •día de la ira» se aplica pocas veces al día del justo juicio de Dios.
Para el Nuevo Testamento, la idea de la ira de Dios es cosa evidente. Ira de Dios es una de las denominaciones del futuro juicio de Dios. No puede hablarse en modo alguno de una sustitución en el Nuevo Testamento de la ira de Dios por un •barato» amor divino. Sin embargo, en los Evangelios se encuentra raras veces este concepto. Según Juan Bautista, sólo la –> conversión puede salvar de la inminente y amenazadora ira de Dios. En labios de Jesús, la expresión aparece únicamente en la alusión a la destrucción de Jerusalén (Lc 21, 23).
Pablo, por el contrarío, menciona repetidas veces la ira de Dios. Con todo, nunca describe la realización de esta ira. Pero lo cierto es que la expresión significa también en Pablo el juicio final. Al final del tiempo, el día de la ira de Dios traerá el justo castigo sobre todos los pueblos. La humanidad entera vive en impiedad e injusticia y se halla sujeta, pues, al juicio que viene ya ahora. Sólo la --> fe en el –> Evangelio hace justos y puede salvar a los cristianos del juicio amenazante de aniquilación y cólera.
Según Jn 3,36 el incrédulo se halla bajo la ira de Dios, mientras que el creyente tiene ya ahora la vida. Con brillantes colores describe el Apocalipsis la ira de Dios que viene. El día de la gran ira, que será el día también de la ira del cordero, será forzoso apurar la copa de vino de la ira de Dios (Ap 14,10; 6,16s). ma

Irán. Altiplanicie entre –> Mesopotamia y la India, en la que se encuentran las regiones dominadas por los elamitas, medos, persas y corasmios. La teología del profeta iranio Zaratustra (hacia 630-553 a.C.) conoce un solo
797 Dios bueno (Ahura Mazda) sabedor de todo, a quien se opone un poder del mal; el escenario de la lucha entre el bien y el mal es la tierra; el hombre debe amar el bien, la justicia y la verdad y rechazar y aborrecer el mal.
A partir aproximadamente del 500 a.C., la religión de Zaratustra y sus explanaciones sincretistas influyeron en el Antiguo Testamento: se desarrolló la doctrina bíblica sobre los ángeles, así como toda una serie de Ideas apocalípticas y dualistas (bien-mal, verdad-mentira, luz-tinieblas). he

Isaac. Hijo de –> Abraham, considerado como el •hijo de la promesa (Gén 17s; 21s). Su historia está íntimamente unida a las tradiciones narrativas de su padre. El sometimiento de Edom a Israel se explica por Isaac, en cuanto padre de Esaú y Jacob (Gén 27,27ss.39s); en efecto, en la bendición de Isaac se le da a --> Esaú la suerte de los nómadas, mientras que a –> Jacob se le prometen el poder y la posesión del país. En el Testamento de Isaac, pseudoepígrafo judío de sello qumránico, el acento recae sobre los ayunos y los preceptos de pureza legal. --> Patriarcas. pa

Isabel (hebr. «mi Dios es plenitud»).
1. Mujer de -+ Aarón y cuñada de María (Éx 6,23).
2. Mujer del sacerdote Zacarías, del linaje de Aarón, y emparentada con María, madre de Jesús; ya en edad avanzada concibió (cf. 1Sam 1) a Juan el Bautista (Lc 1). he

Isaías. Hijo de un desconocido Amós, llamado a la vocación profética el año de la muerte del rey Ozías (742 a.C.) en el –> templo de Jerusalén. Dado que en aquella época vivían en Jerusalén principalmente los funcionarios de la corte y del templo, se admite que Isaías procedía de aquellos círculos. Predicó bajo los reyes Azarías, Yotam, Ajaz y Ezequías. El --> Talmud babilónico transmite la noticia de su muerte martirial bajo Manasés.
Isaías tuvo dos hijos, a los que puso nombres simbólicos: «Pronto saqueo, rápido botín» y «un resto volverá». También su propio nombre «Yahveh es liberación• es señal de su mensaje, que toma partido en la lucha entre fe y poder, entre prudencia política y confianza en la ayuda de Yahveh. El doble asedio a Jerusalén por los reyes Resón y Pécaj (735 a.C.) y por el asirio Senaquerib (701 a.C.) encuentran en el mensaje del profeta explicación e interpretación.
En el Nuevo Testamento, Isaías es expresamente citado por Lucas y Pablo. --> Isaías (libro de). be

Isaías (libro de). Después de una larga evolución de varios siglos, el libro de Isaías alcanzó su forma actual de 66 capítulo en el siglo II a.C., cuando se hizo la traducción griega de la Biblia. El rollo de Isaías de Qumrán fue escrito hacia el 150 a.C.
El libro se articula en tres grandes bloques de tradiciones:
a) Is 1-39 es una colección de sentencias del -> profeta, construida según el esquema: sentencias de amenaza contra Judá y Jerusalén (1-12); contra los pueblos extranjeros (13-27); promesas sobre todo, para Judá y Jerusalén (28-35); acerca del profeta (36-39; cf. 2Re 18,13-20,19). Esta última sección fue introducida aquí por el deseo de coleccionar en un libro todo lo que se sabía acerca del profeta. No se puede determinar con exactitud lo que el profeta escribió por sí mismo y lo que debe atribuirse a sus discípulos.
b) Los capítulos 40-55 (--> Deuteroisaías) se deben a un profeta desconocido del --> exilio babilónico. Se trata de una serie de aproximadamente medio centenar de cantos y sentencias, enteramente consagrada al mensaje salvífico. En las solemnidades de lamentación del exilio, se le prometía una y otra vez al pueblo la --> salvación todavía no inmediatamente presente. Pero no serán los -> méritos de Israel, sino la -> fidelidad de Dios a sus -> promesas, lo que producirá el cambio: un segundo -> éxodo bajo la guía de Yahveh, el regreso a -> Sión, la reconstrucción del -> templo y la reunión de los dispersos. Yahveh tomará al persa -> Ciro como -> siervo suyo y -> mesías; en la cumbre de su carrera victoriosa reconocerá que no es más que un instrumento en los planes del Dios de Israel; Israel, por su parte, expía no sólo sus propias culpas, sino también las de los pueblos extranjeros; su destino produce un conocimiento de Dios que se expande por el mundo entero.
c) Los capítulos 56-66 (-> Tritoisaías) son una colección de sentencias proféticas del tiempo de la vuelta del exilio. Algunas secciones aisladas de la tradición isaiana se unen a exhortaciones de la comunidad que se encuentra amenazada por la ausencia de la salvación prometida. La salvación definitiva comenzará, Dios revelará su poder. El mensaje se reduce a instrucciones para la vida: abuso del derecho, desprecio hacia los que sufren, dureza de corazón e idolatría son los culpables de la demora de la salvación. También Israel, el pueblo elegido, está sometido al --> juicio de Dios. -> Isaías. be 

Isis y Osiris. Isis, venerada como divinidad femenina en el delta del Nilo, y Osiris, dios rey de la vegetación, fueron inicialmente dos divinidades independientes, que muy pronto constituyeron una pareja divina. El viejo mito de Isis y Osiris, modelado nuevamente por Plutarco, narra la tristeza de Isis por su esposo Osiris, a quien había dado muerte su hermano Seth. Cuando, por fin, pudo hallar el cuerpo despedazado de Osiris, lo vivificó y concibió de él un hijo, Horus; Horus vengó a su padre, que fue desde entonces señor del mundo subterráneo (-> Sheol). En los misterios de Osiris se representaba todos los años ritualmente, en la muerte y resurrección del dios, la naturaleza que muere y se renueva. A través de estos ritos, se llegó a la fe en una vida después de la muerte: el faraón muerto (y en tiempos posteriores todos los egipcios) se convertía en Osiris y alcanzaba así la inmortalidad.
A partir de la época helenística, se extendió la veneración de 'sis y Osiris (Serapis), más allá de las fronteras de Egipto, por una gran porción del imperio romano. --> Misterios. we

Ismael (hebr. «Dios escucha»). 1. Hijo de --> Abraham y de su esclava egipcia Agar (Gén 16). Después del nacimiento de Isaac, Ismael fue despedido, junto con su madre, por Abraham y se estableció en el desierto de Parán (21, 9-21). Ismael, a quien Dios había prometido numerosa descendencia (Gén 17,20), pasa por ser el antecesor de las doce tribus de los ismaelitas, que habitaban como nómadas, mercaderes y saqueadores, en las estepas de la Arabia noroccidental (Gén 25,12-18).
2. Hijo de Netanías, que asesinó a -> Godolías, gobernador babilónico de Judea. Tras el asesinato, muchos judíos (entre ellos Jeremías y Baruc) huyeron a Egipto, temerosos de la venganza de los babilonios; Ismael, por su parte, se refugió entre los ammonitas (Jer 40,7-41,18; 2Re 25,22-26).we

Israel. Pueblo de la alianza de Dios, así llamado en razón del nombre de su antepasado -> Jacob (= Israel).
I. Nombre. a) Según Gén 32,29; 35, 10, Jacob recibió el sobrenombre de Israel, que significaría •luchador contra Dios». En esta interpretación etimológica popular del nombre parece reflejarse parcialmente la experiencia que de Dios tuvo Israel.
b) Desde la renovación de la alianza (Jos 24), el nombre de Israel designa la sagrada --> alianza de las tribus. Con el nacimiento de las monarquías, el nombre alcanzó una significación política (el reino de Saúl equivalente a «todo Israel»; más tarde, Israel es el -> reino del norte).
c) Los profetas hablan de Israel en sentido religioso. Los reinos de Judá y de Israel son «las dos casas de Israel» (Is 8,14). Después de la destrucción del reino del norte, el nombre pasa, como designación religiosa, al pueblo del reino del sur, -> Judá, y posteriormente al pueblo en el exilio que, una vez vuelto a su tierra, lo conservó como denominación religiosa de sí mismo; en la época neo-testamentaria y posbíblica (hasta nuestros días) se sigue aplicando este nombre •a los -> judíos. En la concepción judía, Israel engloba los temas de la elección, la alianza y la esperanza mesiánica.
II. Historia de Israel. a) Historia de los -› patriarcas. Gén 12-50 narra que siglos antes de que Israel emigrara a -> Canaán habían llegado a esta región sus antepasados, procedentes de Mesopotamia, en calidad de seminómadas. Dado que los israelitas forman parte de los hebreos, su historia comienza con el hebreo -> Abraham, elegido por Dios de entre los pueblos y beneficiario de la -> promesa. A consecuencia de una sequía, la estirpe de Jacob descendió a Egipto. Ciertamente, no se puede reconstruir sobre la base de estas narraciones una historia de los orígenes de Israel; pero en ella se refleja con fidelidad el mundo del antiguo oriente de principios del segundo milenio a.C. Desde este trasfondo histórico, son dignas de crédito las migraciones de los patriarcas, sus usos y costumbres e incluso la aceptación de que tras sus nombres se encuentran auténticas personas históricas; no existe dificultad alguna en reconocer auténtica historicidad a los antiguos recuerdos de Israel sobre sus antepasados.
b) --) Moisés, el -> éxodo, la conquista de --> Canaán: De acuerdo con la tradición bíblica, después de algún tiempo bajo la opresión del faraón, los descendientes de los hijos de Ja-cob fueron sacados de Egipto por Moi-sés y llevados al Sinaí. Aquí se con-cluyó la alianza con Dios y se les dio la ley, que los constituye en un pueblo especial. Después de largas marchas y contramarchas por el de-sierto, llegaron a Canaán y se apode-raron de aquel país. No pueden com-probarse históricamente todos y cada uno de los pormenores narrados acer-ca del éxodo y de la conquista, pero, a la vista de los testimonios histó-ricos de que dísponemos, puede re-conocerse que sus raíces se hunden en el terreno de la historia. La con-quista de Canaán, descrita en el libro de Josué como empresa guerrera de todo el pueblo, pudo ser llevada a cabo por tribus aisladas o grupos de tribus, en la segunda mitad del se-gundo milenio a.C. Poco a poco se fue formando una alianza de tribus, esto es, una cohesión o vinculación en torno a un santuario común, en torno a «la tienda del Dios de Israel». La alianza tribal fue el núcleo y la base de la posterior formación del pueblo.
La creciente amenaza procedente de los —> filisteos exigía una más es-trecha cohesión política y militar. De aquí que las tribus eligieran un rey, --> Seúl, de la tribu de Ben-jamín.
c) Los reyes —> David y --> Salomón: El sucesor de Seúl, David, unió bajo su corona los dos grupos tribales de Judá e Israel, formados a partir de la alianza de las doce tribus como consecuencia de la época revuelta sur-gida en los últimos años del reino de Seúl (hacia 1000-961). David convirtió a Jerusalén en capital del reino, de-rrotó definithiamente a los filisteos y sometió las ciudades-estado todavía subsistentes. Movió guerra contra los países vecinos y formó el gran im-perio de Israel, que se extendía desde el golfo de Aqaba hasta el Líbano.
Tras una larga serie de intrigas pa-laciegas, sucedió a David su hijo Sa-lomón. Bajo su reinado el país expe-rimentó un gran avance económico. Salomón llevó a cabo una inteligente política comercial y fomentó las insta-laciones industriales. El nivel de vida del pueblo era muy alto. Como legado de su padre David, el rey construyó el templo de Jerusalén y desarrolló una amplia actividad constructora. Su rei-nado fue la edad de oro de la cultura israelita. Pero los gastos superaron los ingresos estatales, de tal modo que Salmón se vio obligado a imponer pesadas cargas fiscales, que provo-caron el descontento popular. Además, estableció trabajos obligatorios en fa-vor del Estado. Ya en su vida estalla-ron algunos conflictos y, especialmente entre las tribus del norte, se comba-tió a la monarquía reinante.
d) La división del reino: Después de la muerte de Salomón (922), el reino cayó de nuevo en sus antiguas divisiones. Las diez tribus del norte no reconocieron a Roboam, hijo de Salomón, y eligieron por rey a Jero-boam, antiguo funcionario de la corte. Así surgieron dos Estados israelitas enemigos: el reino del norte, o Israel, con capital en Siquem (posteriormente trasladada a Samaría) y el reino del sur (o Judá), con capital en Jerusalén, y los davídidas como casa reinante. Jeroboam ahondó las diferencias al construir en Betel y Dan dos santua-rios, para forzar el distanciamiento de Jerusalén. Durante varios decenios am-bos reinos estuvieron en guerra. Más adelante, llevaron durante algunos pe-riodos una política exterior común y ambos se vieron sometidos a la apre-miante amenaza de los —> asirios.
Tras varios cambios dinásticos, Is-rael volvió a conocer una etapa de esplendor bajo Jeroboam II (787-747). Cuando Israel entró en coalición con Damasco en contra de Asiria, y quiso forzar a entrar en ella también a Judá, el rey —> Ajaz llamó en su ayuda a los asirios, que en 722 conquistaron Samaría. El reino de Israel dejó de existir. La mayor parte de su pobla-ción fue deportada a Mesopotamia, donde acabó por mezclarse con los habitantes de la región.
Judá sobrevivió a Israel durante 135 años más. El rey ---> Ezequías abando-nó el 705 a los asirios bajo la pre-sión de Egipto. Algunos años más tar-de, el rey asirio Senaquerib conquis-tó Judá, pero no pudo apoderarse de Jerusalén y se retiró, después de co-brar un fuerte tributo. Los sucesores de Ezequías fueron vasallos de Asi-ria, que por este tiempo había ya dejado atrás el cenit de su poder. Su puesto fue ocupado por la nueva gran potencia: --> Babilonia.
Bajo el rey Josías, Judá consiguió una relativa independencia. Pero el rey sucumbió en la batalla de Megiddó (609 a.C.), luchando contra los egip-cios, que acudían en socorro de los asirios y en contra de Babilonia. Poco después, Palestina caía bajo la órbita del imperio neobabilónico. La desafor-tunada política, vacilante entre Egipto y Babilonia, practicada por los últimos reyes de Judá, selló la suerte del reino. El 587, tras repetidos asedios y deportaciones de la población, Jeru-salén fue conquistada por Nabucodo-nosor (—> Profetas, —> Exilio). Pales-tina quedó anexionada a Babilonia y, después de la conquista de Babilonia por los --> persas, fue convertida en provincia de este último imperio.
e) La época del segundo templo: El año 538 a.C., —> Ciro, rey de los per-sas, autorizó a los desterrados, que ahora llamaba judíos, a regresar a su tierra y reconstruir su templo; la re-construcción fue concluida el año 515, bajo el gobernador Zorobabel y el su-mo sacerdote Josías. Pero no se cum-plió, en cambio, la esperanza vincu-lada a los anhelos mesiánicos de una ascensión al trono del davídida Zoro-babel. Jerusalén quedó reducida a una comunidad cultual, pero incluso sin independencia política, se mantuvo fir-me la convicción de ser el pueblo ele
805 gido de Dios. El nuevo orden fue crea-do propiamente por —> Nehemías y Es-dras, venidos a Jerusalén desde Babilo-nia (--> Nehemías [libro de], --> Esdras [libro de]). Nehemías consolidó el status político; Esdras reformó la vida religiosa mediante una estricta vincu-lación a la ley, convertida ahora en garantía de salvación.
En los años 333-331, Alejandro Mag-no conquistó el imperio persa. A su muerte, Palestina se convirtió en país limítrofe entre los didocos, los here-deros de Alejandro (los Ptolomeos en Egipto y los Seléucidas en Siria). Bajo los Ptolomeos disfrutó Palestina de una época de paz. Pero, bajo los --> Seléucidas se Inició, el año 198, una fuerte opresión religiosa. Por otra par-te, la comunidad judía estaba amena-zada desde dentro por la corriente de la cultura humanística. En la época de la persecución surgieron las sectas de los --> fariseos, —> saduceos y --> esenios (--> Qumrán), opuestos a la presión de las tendencias helenísticas, pero enemigos entre sí cuanto a pers-pectivas políticas. Contra la persecu-ción religiosa se alzaron, el año 167, los Hasmoneos, de estirpe sacerdotal, llamados también --> Macabeos, del nombre de su Jefe. En su lucha contra los Seléucidas consiguieron libertad religiosa y una transitoria independen-cia política. Los Macabeos vincularon el cargo de --> sumo sacerdote con el de rey. Los últimos representantes de la dinastía perdieron todo su prestigio ante el pueblo por las sangrientas lu-chas por el poder surgidas en el seno de la familia. En el decurso de estas discusiones, se apoderaron de Palesti-na los romanos y nombraron rey al idumeo —> Herodes (37-4 a.C.). A la muerte de Herodes, el país fue repar-tido entre sus tres hijos; reunificado de nuevo bajo Herodes Agripa I (41- 44 d.C.), estuvo al mismo tiempo go-bernado por procuradores romanos, cu-yas numerosas Injurias a la población fueron acrecentando cada vez más la oposición al dominio de Roma.
El partido de los -> zelotas, movimiento religioso nacionalista de tendencia mesiánica, avivó la resistencia, hasta que finalmente el 66 d.C. estalló la guerra judía contra los -> romanos. Tras un prolongado asedio, el año 70 Jerusalén fue conquistada, y la ciudad y el templo destruidos. La fuerza del pueblo había sido debilitada, pero no rota. El año 132 volvió a intentar de nuevo sacudirse el yugo de Roma, bajo la dirección de Bar Kojba, tenido por -> mesías, y del rabino Akiba. Hasta el 135 no pudieron los romanos dominar definitivamente la rebelión. Se prohibió a los judíos entrar en Jerusalén; en el lugar del templo se alzó un santuario a Júpiter, y en el Gólgota un templo a Venus. A partir de aquí, la historia del pueblo judío como nación quedó interrumpida por casi 2000 años. El pueblo judío sobrevivió en Palestina y en la diáspora.
III. Israel, pueblo de Dios. 1. La existencia de Israel como -* pueblo de Dios está fundamentada en su -> elección por el mismo Dios. Esta elección no es en modo alguno mérito de Israel, sino don de la gracia divina, libre e inmerecido porque el Señor os amó» (Dt 7,7s); este don de la elección crea una vinculación íntima entre Dios y este pueblo. .Vosotros sois hijos del Señor» (Dt 14,1). La elección se manifiesta primeramente en la llamada y la promesa al padre de la estirpe, Abraham, y, a través de Abraham, al pueblo venidero. Esta elección viene confirmada por la actuación salvadora de Dios en la historia del pueblo, sobre todo en el hecho salvífico central de la liberación de Egipto, y llega a su plenitud en la conclusión de la alianza en el Sinaí (--> Alianza).
Pero la elección impone una obligación a Israel. Es para su Dios un pueblo santo, es decir, un pueblo separado, que pertenece exclusivamente a Dios, delimitado por la -> ley, que levanta una barrera entre Israel y los demás pueblos, para asegurar su santidad. De aquí que este pueblo se haIle sometido a tensión constante entre
las exigencias de la voluntad de Yah
veh y las de su propia voluntad de
•correr tras dioses extraños, es decir, de llegar a una acomodación conformista. La historia de Israel es un constante tira y afloja entre obediencia y caída, pero, al mismo tiempo, es también revelación de la inmutable fidelidad y amor de Dios por su pueblo.
2. Israel en el Nuevo Testamento. En el Nuevo Testamento, Israel designa al pueblo de Dios con todas las implicaciones veterotestamentarias. La misión de Jesús es la cota máxima de todas las acciones salvíficas de Dios en la antigua alianza. En la fe en el -+ reino de Dios traído por --> Jesús, Israel estaba llamado a ser definitivamente el pueblo de Dios. Pero Israel no cree y se cierra, por -+ desobediencia, a la salvación ofrecida por Jesús; por eso se le anuncia el juicio de Dios (-* Viñadores homicidas). La -*incredulidad de Israel es un problema central del Nuevo Testamento, que preocupa sobre todo a Pablo. En la alegoría del olivo (Rom 11), dice Pablo claramente que los judíos llevaron justamente el nombre de Israel y que los paganos son las ramas injertadas en el viejo tronco, es decir, en Israel. El nombre de Israel se restringe cada vez más en el Nuevo Testamento al pueblo de Israel. La primitiva Iglesia se consideró a sí misma desde muy pronto como •el nuevo Israel», a quien pasaban todos los privilegios de la elección, de modo que les negaba a los judíos el derecho a llevar aquel nombre. -> Nueva alianza. ba

Israel (formación de). Según Éx 1,7.9, el clan de Jacob se transformó en Egipto en el pueblo de Israel. A partir de este momento aparece siempre como comunidad cerrada y unitaria en todos los acontecimientos ocurridos desde la salida de Egipto hasta la conquista de -* Canaán. Sin embargo, la investigación histórica ha descubierto que no puede demostrarse la existencia de un •pueblo de Israel» como realidad histórica antes de la inmigración en Palestina. -> Israel era el nombre de la alianza tribal sagrada que se constituyó en Palestina después de la entrada de las tribus. Esta alianza sirvió de base para la posterior formación de Israel, proceso que no llegó a su término final hasta la instalación de la monarquía. El pueblo de Israel del acontecimiento del Sinaí, de la marcha por el desierto y de la conquista de Canaán, se apoya en la proyección retrospectiva de una época, que había olvidado que en aquel tiempo remoto sólo existieron agrupaciones tribales que entraron en el posterior Israel. ba

Italia. Se llama así, desde los tiempos de César — y también en el Nuevo Testamento (Act 18,2) — la actual península itálica que se extiende desde los Alpes hasta el extremo sur. Cuando Pablo llegó a Italia, el mensaje cristiano era ya conocido desde varios decenios antes por las numerosas comunidades judías, sobre todo por las de Roma y Puteoli (Pozzuoli) (Act 28, 13ss; Heb 13,24). he

Iturea. Región al norte de -> Galilea, habitada por la tribu árabe de los itureos (en el Antiguo Testamento llamados Yetur, Gén 25,15). Su capital política era Calquis, y la religiosa Baalbek-Heliópolis. Iturea fue conquistada y judaizada temporalmente por Aristóbulo I, liberada más tarde por Pompeyo, y en el 34 a.C. dividida en: 1) la región entre Traconítide y Galilea, gobernada por Zenodoro, Herodes el Grande y, algún tiempo, por el tetrarca Filipo (Lc 3,1); 2) --> Abilene; 3) la región en torno a Calquis, regida desde el 41 d.C. por Herodes II y Agripa II; 4) la región de Soemus. he