Comunidades eclesiales de base
(perspectiva latinoamericana)
DPE
 

SUMARIO: Introducción. — 1. Una novedad histórica. — 2. El pobre como sujeto. — 3. La Biblia, Palabra de Dios para la Historia. — 4. El crecimiento personal. — 5. Reconocimiento y tensiones.


Introducción

Las Comunidades Eclesiales de Base (CEBS), son uno de los aportes más significativos de la Iglesia L.A. a la Iglesia mundial, tanto por la significación que está teniendo en el desarrollo de la Iglesia como por el compromiso en la transformación del mundo en que se desarrollan.

Recogen la tradición más antigua de la Iglesia, la de las primeras comunidades apostólicas, y entroncan a la vez con la perspectiva actual del Vaticano II que, al destacar, el concepto de Iglesia como Pueblo de Dios, hace más fácil su surgimiento.

Medellín (1968) reconoce ya su importancia y Puebla (1979), y Santo Domingo (1992) las dedican espacios mucho mayores, las valoran con claridad, y las ubican en las estructuras eclesiales dentro del quehacer evangelizador, como una de las estructuras más significativas. Puebla ya dirá que las CEBS "son motivo de alegría y esperanza para la Iglesia" y "focos de liberáción y desarrollo."

Por su importancia y como complemento, recogemos brevemente los aportes más significativos que nos vienen desde el desarrollo de las CEBS en A.L.

1. Una novedad histórica

Para penetrar en el mundo de las CEBS en Al., es preciso percatarse primero de su novedad radical. Aunque se entroncan en lo más esencial de la Iglesia, sin embargo, constituyen en el tiempo un fenómeno nuevo que nace como consecuencia de una necesidad de la vivencia de la fe, entre los laicos comprometidos en los sectores populares.

No nacen, por tanto, como consecuencia de una legislación jurídica o pastoral, ni tampoco hay normas muy concretas para su desarrollo, por eso es difícil enmarcarlas dentro de aspectos demasiado rígidos, que no los tienen. Además, por otra parte, tampoco esta necesidad entra en los planteamientos de las CEBS.

Lo importante es, decimos, su novedad, y la novedad está en que el pobre se convierte en elemento activo y transformador, que él es capaz de leer la Biblia desde su realidad y entenderla fundamentalmente como palabra de salvación liberadora.

Pero novedad también es, que el sujeto de esta liberación, no es el pobre, sino la comunidad. Es la comunidad, la CEB, la que se constituye y se reconoce como "foco de liberación y desarrollo". Y novedad, asimismo, será también, el rápido crecimiento de las CEBS dentro de la Iglesia L.A.

Pero hay sin duda otra novedad mayor, quizá la mayor de todas, que está en su horizontalidad. En las CEBS los miembros están todos al mismo nivel. Hay servicios o ministerios de coordinación, de culto, de lectura bíblica, de esteta, de formación, de relación con otras comunidades, etc., pero lo cierto es que estos ministerios no hacen, a los que los desarrollan, considerarse superiores a los demás; son ministerios de servicio, a los cuales todos serán llamados porque periódicamente se van renovando.

Esta igualdad radical lleva al reconocimiento de valores, y al deseo práctico de ponerse al servicio de los demás. Las CEBS exigen y refuerzan a la vez estas actitudes que enriquecen a todos, y constituyen a la vez un aumento de capacidades y una fuente común de conocimientos, como reconoce Santo Domingo: "los miembros de la CEBS se forman adecuadamente en el mismo proceso comunitario".

El método que rápidamente hemos esbozado, puede y debe tener distintos ritmos, distintos acentos. Las particularidades de todo este proceso podrán ser diversas por diversos motivos, pero el modo de funcionamiento será el mismo.

Por ejemplo, el ritmo o los acentos en la problemática de las CEBS rurales tiene a la fuerza que diferir bastante de las CEBS ubicadas en los suburbios de las grandes ciudades. Las CEBS que se desarrollan en lugares donde la Iglesia está ya más sólidamente implantada deben funcionar con otros acentos de las que crecen casi en "tierra de nadie". Sin embargo en el fondo, la novedad del método y el compromiso con la realidad se tiene que mantener: el encuentro comunitario, el diálogo, la horizontalidad, la revisión de la realidad a la luz de la Biblia, la tarea de transformación de la realidad histórica, son, sin duda, los elementos esenciales en las CEBS.

2. El pobre como sujeto

Las CEBS se han establecido en A.L. en el mundo del pobre. Precisamente por ser fundamentalmente constituidas por pobres, alrededor del pobre gira su gestación y desarrollo. Su ubicación, sus miembros, la vivencia para la lectura de la realidad y para la lectura de la Biblia, su compromiso con la realidad, sus modos celebrativos: todo, está inmerso y pertenece al mundo del pobre.

Si todos pertenecen al mismo mundo, al mismo estrato social, y participan de la misma o muy parecida circunstancia, es fácil deducir que el sentimiento común acerca de sí mismo es claro, se es uno más entre otros, donde, "nadie es más que nadie" y "nadie es tan pobre que no tenga nada que aportar." Lo importante de esto es que, de esta forma, en las CEBS todos se sienten útiles, todos participan; se suele seguir el ritmo de la mayoría, se aprovechan al máximo las cualidades y los valores de cada uno. Es un movimiento de ida y vuelta: al sentirse valorados, participan más.

Una de las manifestaciones más claras de este aspecto es la facilidad con que los miembros de las CEBS toman la palabra. Han podido vivir fuera la experiencia de que nadie les pregunta nada, ni siquiera se han mostrado dispuestos a escucharles, su opinión no se ha pedido porque se supone que no tenían nada que decir. En las CEBS cambia radicalmente este planteamiento; toda opinión es valiosa, toda opinión merece ser escuchada. Así es fácil atreverse a pedir la palabra.

Otra afirmación que hacemos no desde la teoría, sino desde la realidad, es que, si en las CEBS se integran agentes pastorales que tienen otro "status": bien sean sacerdotes, religiosas o laicos; la primera regla no escrita, es que no pueden ser significativamente muchos, y la segunda, es que se tienen que acomodar a "ingresar" al mundo del pobre, desde una opción tanto de pobreza real como de pobreza espiritual.

No se trata, para ellos, sólo de una renuncia o libertad con relación a sus posibles bienes, sino de una apertura real a los valores de los otros. Cuando los agentes pastorales no han sabido seguir esta dinámica, y han querido "tomarse a cargo" la comunidad, la CEB ha desaparecido, se ha convertido en un grupo liderado, pero ha perdido ese entramado de corresponsabilidad, ha perdido su esencia.

Pero si la CEB mantiene en todo su dinamismo, si se han logrado integrar estos agentes en plenitud, se desarrolla con normalidad y surge el compromiso con el pobre como una opción natural, puesto que, al,fin y al cabo, es una opción por su propio mundo, por su propia realidad. Pero, no se queda ahí, sino que es una opción que des el principio también se radicaliza y mira todavía más hacia abajo, hacia capas sociales aún más sufrientes donde la pobreza ya no es pobreza, sino miseria.

El pobre y creyente reflexiona en la comunidad lo que siente en sus propias carnes: las consecuencias de las estructuras injustas, y a la vez el conocimiento de que se sabe sujeto privilegiado del plan de Salvación de Dios Padre. Para relacionar estos dos ángulos de su realidad, las CEBS necesitan, análisis y mediaciones sociales y, mucho más, reflexiones teológicas. Aquí destaca, entre otros, el importante aporte de la Teología de la Liberación, que ofrecerá abundantes materiales y temas de reflexión.

3. La Biblia, Palabra de Dios para la Historia

El cristiano pobre L.A. tiene una particular visión de su propia realidad, sin llegar a ser pasivo, no se desespera, es, como si dijera: "el tiempo no cuenta, si uno confía en Dios", siempre Dios me ayudará a salir de esta situación.

No es que Dios sea visto como un talismán, no es, ciertamente, una relación mágica, la que tiene con El; pero, sin embargo, si es una relación más allá de lo que puede aportar una fe demasiado racional. Si miramos los aspectos positivos, se trata de una fe más libre, más evangélica, una fe en la, que destacan, sobre todo, el reconocimiento del poder absoluto de Dios y su misericordia hacia el pobre.

Esta perspectiva se entronca con la percepción de los hechos milagrosos tanto del A.T. como en la vida de Jesús. Son, sin duda, los aspectos que más recuerdan y a la vez los más impactantes de la Historia de la Salvación. Con ellos nutren su fe. Los pobres perciben que se siguen dando en la realidad, que muchas cosas que les ocurren proceden (o las atribuyen) a Dios, y que, cuando esto sucede, la vida se transforma, la alegría vuelve.

El creyente pobre es muy dado a los signos, a los símbolos, a través de los cuales ruega, manifiesta o percibe esa protección de Dios. Las velas, el agua bendita, las imágenes, las procesiones, las bendiciones, la mediación del sacerdote, todo esto tiene un lugar central en la manifestación de su fe y en las expresiones de su religiosidad.

Ahora bien, siendo la Biblia, en las reuniones de las comunidad, el elemento central de la reflexión sobre Dios desde la perspectiva de la realidad, pareciera que es por lo menos diferente, y a lo anterior señalado. En el pobre es complementario: este substrato cultural que es algo connatural a su vivencia de fe, y que hay que respetar y aun valorar, se enriquece con la aportación de la perspectiva bíblica, no ya sólo de los hechos o milagros sino también de las parábolas, de las sentencias, de las palabras, como un conjunto de acciones que constituyen, en su conjunto, la Historia de Salvación

En las reuniones de las CEBS, la lectura de la Biblia tiene un ritmo pausado, dando tiempo a la acogida personal y también a la reflexión comunitaria, se divide en varias partes: la lectura propiamente dicha, el silencio u oración personal de acogida, los aportes públicos de cada uno, y la reflexión final sobre la incidencia en la lectura concreta de su situación histórica. A esto se añade el ángulo de la celebrativo, de mucha importancia en la pastoral L.A.

La Biblia se lee desde la vivencia personal y colectiva, es decir, desde la necesidad que tiene el pobre, desde la confianza que reside en el creyente que sabe que su Dios tiene misericordia; y también desde la llamada a la coherencia: "la fe con obras". Por eso el pobre aprende a "dar desde su pobreza" y a "comprometerse desde su aparente insignificancia". De esta forma la Biblia se convierte en elemento esencial para el desarrollo de la fe y para el compromiso histórico en las CEBS

Al leerse en comunidad e intentar no sólo su comprensión sino que sea iluminadora de la situación actual, la Biblia toma esa dimensión comunitaria; se lee en su conjunto, como el desarrollo de la Historia de Salvación, como palabra de salvación y liberación para el pobre y como denuncia contra el poderoso que les oprime.

Se entienden, en este proceso, la denuncia del poderoso, el clamor por la instauración de la justicia y la paz, la importancia de la llegada del Mesías como portador de una nueva era, el Reino de Dios que se hace presente en Jesús, así como la llamada de Jesús a su seguimiento. Desde esta perspectiva, surge en la historia, el compromiso cristiano, pastoral o socio-político de los integrantes de las CEBS.

Ha surgido de esta misma dinámica la necesidad y la demanda de una mejor comprensión de la Biblia. En este sentido son muy abundante todo tipo de esfuerzo tanto en reflexiones, reuniones, cursillos como materiales que se han puesto a disposición de los integrantes de las CEBS. A destacar sin duda, toda la labor de Carlos Mesters y su equipo en la dimensión de hacer no sólo más asequibles los libros, los pasajes y los personajes bíblicos, sino también a inducir y aportar elementos que faciliten una lectura orante y, a la vez, comprometida de la Biblia.

Ciertamente que anteriormente no se había ahondado en la necesidad de conocer la Biblia como un alimento central de nuestra fe, había en A.L. (como también en España) un fallo en este aspecto. Los creyentes católicos tenían (y tienen muchos hasta ahora), una apreciable deficiencia en formación bíblica. Por otra parte, los protestantes de todo tipo, si lo estaban ya realizando en A.L. con mucho tesón y a veces con una interpretación, errónea, fundamentalista, contraria a la fe. Eso creó (y está todavía creando) dudas en la fe de muchos católicos que se sienten desarbolados porque no dominan la Biblia, o algunos peor, prácticamente ni la conocen.

Es otro mérito que tenemos que agradecer a las CEBS. Ellas, junto a otros movimientos, están contribuyendo, desde una buena formación bíblica, al fortalecimiento de la fe y su defensa contra la agresiones fundamentalistas. Un católico bien formado es menos débil ante opiniones fundamentalistas.

4. El crecimiento personal

Uno de los aspectos más transcendentales que ratifican la importancia de las CEBS es la transformación radical de las personas. No ya es solo la misma Iglesia en su conjunto la que se enriquece con esta nueva realidad de las CEBS, son todos y cada uno de los integrantes de estas comunidades.

Al recuperarse algo tan esencial a la Iglesia como la comunidad, los primeros beneficiarios son los mismos integrantes. Así aparece más patente lo que la vida de comunidad da de sí. Los integrantes de la comunidad son conscientes y agradecidos, son en realidad hombres nuevos, personas nuevas. si se les pregunta acerca del por qué esta consecuencia en ellos, la respuesta es clara, tienen una vivencia, una constatación cierta: hay, para estos cristianos, desde que pertenecen a una CEB, "un antes y un después".

No es algo teórico, se trata de un hecho real y maravilloso. Estamos hablando de un cambio de crecimiento que abarca a toda la persona: se crece como persona que asume sus propias responsabilidades; se crece como persona que se relaciona mejor, que es más consciente de la "existencia del otro", y de la vitalidad que encierra asumir esta perspectiva dialogal; y se crece también como persona que asume mejor su fe, que intenta ir madurando en su proyecto personal cristiano.

Por eso el crecimiento, la transformación, se asume como una nueva conversión, que significa una nueva etapa en su vida. Una novedad radical. En esta conversión un aspecto central se da en el paso de un cristianismo sociológico, en el que sin duda se ha vivido hasta ahora, a otro más personalizado, más sentido, más vivencial.

En este nuevo modo de vida, la relación con Jesús es central, se da un nuevo encuentro personal con Jesucristo Salvador y Liberador, un encuentro que sigue después ya en la misma dirección; se da también una convivencia fraternal con los hermanos en la fe, se vive y se siente la Iglesia, a través de la comunidad, como algo vivo y cercano; y también se da una reforma personal de su ámbito de vida. La conversión es integral y no hay un ángulo o resquicio que no sea revisado, aunque lo central sea su compromiso con el mundo del pobre.

La persona toma con alegría y seriedad el ser "miembro de la comunidad", parte integrante de algo que pasa a ser como de segunda familia. Aquí aparecen todos los ángulos positivos de riqueza personal que dan los "grupos primarios", que generan actitudes y comportamientos llamados de primer nivel y a la vez sentimientos de identidad.

Este sentimiento de identidad que significa la acogida recíproca entre los miembros es particularmente importante para el pobre L.A. excesivamente marginado y "excluido", carente de espacios donde tenga la percepción real de que es tratado como persona. En las CEBS cambia tan profundamente esta relación, que muchos participantes se identifican incluso por encima de algunos niveles familiares.

Esto mismo trae a veces consecuencias negativas, hay que estar atentos y vigilantes, por las dificultades normales de "exclusión" o "menosprecio" hacia otros grupos o movimientos eclesiales . Es un fenómeno, en parte comprensible, pero, sin duda, negativo; por valorar lo propio (que a uno le ha enriquecido tanto) a veces se menosprecian otras realidades, sobre todo cuando éstas se incluyen en perspectivas más tradicionales dentro de la misma Iglesia.

5. Reconocimiento y tensiones

Las CEBS están sin duda bien reconocidas en todo el mundo y han renovado profundamente estructuras eclesiales, ministerios laicales, y reconocimiento del valor práctico del laicado en la Iglesia. En este sentido hay sin duda un antes y un después. La renovación está siendo tan profunda, que marca una dirección clara de mayor participación y compromiso.

La incorporación del pobre, de la mujer popular y de los indígenas y su práctica ecumenista, son valores reconocidos por todos.

Sin embargo no faltan tampoco tensiones, y aún rechazos: acusaciones como de un compromiso político unilateral y vinculado a organizaciones que pueden ser más cuestionadas, o la lejanía de algunas CEBS con sus Obispos, o con sus mismas parroquias, o las crisis de identidad, son algunas de la acusaciones que más claramente se han mantenido. Puebla las nombra ya como tensiones o peligros que puedan llevar las CEBS.

Ninguna obra está exenta de dificultades, de fervorosos seguidores y de rechazos, esto no empaña en absoluto el valor trascendental por todos reconocidos: jerarquía, sacerdotes, laicado y también de la fácil constatación de su quehacer eclesial de compromiso actual.

6. Las CEBS en el Brasil

A pesar de que las CEBS están presentes a lo largo y ancho de toda L.A. y en muchos países destacan por su presencia de cantidad y calidad, sin embargo es, sin duda, Brasil, el país que presenta en el mundo, la realidad más numerosa, conocida, firme y valorada. Y sin duda también, la que más ha contribuido a su multiplicación por toda A.L. y por el mundo.

Si importante es el número de CEBS (se habla de entre 50.000 y 80.000), más importante es todavía por la fuerza que tienen en los planes pastorales anuales de la Iglesia brasileña, en la perspectiva de la defensa del pobre, del indígena, del problema, de la tierra, de la vivienda, de la salud, de la infancia, de la mujer.

Las CEBS están diseminadas por todo el Brasil, en sus zonas más pobres o donde los problemas surgieron con más fuerza: están en las zonas rurales del Norte, de Bahía, de S. Felix do Araguaia, reclamando el derecho de la tierra, o en las zonas rurales de todo el país, en los pequeños y medianos poblados, en los lugares de mayor abandono institucional. Donde existen problemas de necesidad básica.

Están también en las regiones donde existen grandes zonas afectadas por los proyectos hidroeléctricos, agropecuarios, industriales, de vías de comunicación, donde se juntan cientos de miles de desplazados y también miles de trabajadores. Están en medio de condiciones verdaderamente inhumanas en las periferias metropolitanas de las grandes ciudades, en medio de fuertes problemas de vivienda, de trabajo, de salarios indignos, de peligros de violencia social, de vicios alimentados por la pobreza

Y está allí constituyendo esa nueva forma de vivir, de ser, de obrar, de comprometerse, no individualmente, ni siquiera sólo como CEB, sino como Iglesia del Brasil. Desde esta conciencia y desde esta práctica las CEBS del Brasil aportan una nueva dimensión a la Eclesiología.

La fuerza de las CEBS en el Brasil es consecuencia de dos elementos : el primero es la situación de injusta desigualdad que el país atravesó y sigue atravesando, con la marginación masiva y mayoritaria de millones de indígenas, campesinos, jóvenes, mujeres, desempleados, etc. problemática enorme por su densidad humana y por los desequilibrios sociales; y el segundo elemento es el apoyo que en todo momento han recibido, en general, de la Conferencia Episcopal del Brasil, y en particular de gran cantidad de Obispos e Instituciones Eclesiales.

El apoyo de la Confer Brasileña y de otras Instituciones Eclesiales creadas para distintos fines: el CIMI, el CERIS, el CENFI... La orientación de muchas publicaciones de las principales editoriales religiosas del país: Editorial Vozes, Ediciones Paulinas, Ediciones Loyola. La dedicación si no exclusiva, si muy principal de teólogos y pastoralistas: José Marins, Carlos Mesters, Leonardo Boff, Frei Bello, Joáo Batista Libanio y otros muchos, les ha acompañado en todo momento, sus publicaciones han enriquecido también a otras CEBS y a otros grupos a lo largo y ancho de A.L.

Las CEBS en Brasil están reconocidas y confederadas. Cuentan con un Consejo Permanente que se reúne periódicamente, hay Asambleas Generales y encuentros Inter-eclesiales. Esta Coordinación hace posible establecer unos mismos objetivos, una misma estrategia y similares acciones, lo que les ayuda a ser más eficaces.

Precisamente el último encuentro inter-eclesial, el 10°, se celebró en Ilheus (Bahía), en el norte de Brasil, entre el 11 y el 15 de Julio del 2000. A él acudieron más de 3.000 personas representando a las CEBS de Brasil y también a CEBS de otros 15 países de Al., había una significativa presencia indígena, y la jerarquía se hizo presente y participante con 74 obispos. Si algo habría que destacar, sería sin duda, la apreciable participación de indígenas así como la proyección ecuménica.

Pedro Casaldáliga en una de las ponencias decía a los participantes: "ser Iglesia es ser comunidad de Jesús, siguiéndolo para el Reino. Pecamos mucho por falta de sueños y de pasión. Si salimos del 10° Encuentro con esa pasión por el Reino, construiremos un mundo mejor". Este, sin duda es el proyecto no solo de las CEBS del Brasil, sino el proyecto de la Iglesia de Jesús.

BIBL. —AZEVEDO, MARCELLO DE C.: Comunidades Eclesiales de Base. Editorial Atenas 1.986; AZEVEDO, MARCELLO DE C.: Comunidades Eclesiales de Base, en "Mysterium Liberationis" 2° edición, págs 245-263. Editorial Trotta. Madrid 1994; BOFE, CLODOVIS: Fisonomía de las comunidades eclesiales de base, en "Concilium", núm 164, págs. 90-98. Año 1981; BOFE, LEONARDO, Eclesiogénesis: las comunidades de base reiventan la Iglesia, Sal Terrae. Santander 1.979; CASTILLO, JOSÉ MARÍA, Teología de las comunidades eclesiales de base en A.L., en Revista Latino Americana de Teología.(RLT), núm. 39. Dicb. 96, págs. 205-231 UCA. San Salvador; CELAM, Asambleas Generales del Episcopado Latino Americano. Documentos de "Medellín". "Puebla" y "Santo Domingo". CELAM. Bogotá 1992; GÓMEZ DE SOUZA, LuIs ALBERTO, A vitalidad das comunidades Eclesiais de Base no Brasil, en "Cristianismo y sociedad", núm. 142, vol. 4° 1999. Guayaquil. Ecuador; LIBORIO, JOAO BATISTA, X Intereclesial de CEBS, en "Revista Eclesiástica Brasileria", núm. 239. Sepbre., 2000. Sao Paulo. Brasil; MARINS, JosÉ, Comunidad eclesial de base. Origen. Contenido. Perspectivas, Bogotá 1977; TRIGO, PEDRO, Comunidades eclesiales de base, en RLT núm. 47. Agosto 99. UCA. San Salvador; Talco, PEDRO, Transformaciones que acontecen en las personas populares en las comunidades, en RLT núm. 49. Abril 2000. UCA. San Salvador; VELA, ANDRÉS, Las comunidades de base y una Iglesia nueva, Editorial Guadalupe. 3° ed. Buenos Aires, 1985.

Daniel Camarero