HOMILIA SOLEMNIDAD DEL SANTISIMO CUERPO Y SANGRE DE CRISTO

CICLO A - AÑO 2.011

I.- El origen de la Eucaristía hay que situarlo en el designio del Padre de

  1. Unir al hombre entero, que es un ser corpóreo – espiritual a las tres divinas personas para que participe de su vida trinitaria de amor.

b) Y eso no aisladamente sino comunitariamente como corresponde a su condición social y al Espíritu de amor que es comunión.

II.- Este designio del Padre no podía llevarse a cabo más que:

  1. Encarnándose el Hijo de Dios, esto es, asumiendo la naturaleza humana en unión personal y por el sacrificio de su muerte y su Resurrección, introduciéndola en la Trinidad.

  2. Con un Sacramento por el que pudiésemos participar en el sacrifico de su muerte y por el que pudiésemos unir nuestra corporeidad a la corporeidad de Cristo ya en este mundo, porque el hombre tiene que ir haciendo su vida con todo su ser corpóreo-espiritual y necesita también la redención de su vida corpóreo-espiritual.

    III.- Este sacramento es la Eucaristía que Cristo instituyó en la última cena con sus discípulos.

    Cristo sabiendo que había llegado su hora y que moriría el día de la Pascua judía, en la noche anterior celebró la última cena con sus discípulos.

    La cena de Jesús fue preparada como si se tratara de la comida pascual. Aunque no se hizo conforme al rito de la Pascua, se celebró aquella cena con un rito pascual.

    Jesús siguió el ritual de las comidas litúrgicas sagradas en que se celebraban la Pascua grupos piadosos los sábados y también en la vigilia de las fiestas.

    La Cena sería fundamentalmente una comida en la que se celebra la alianza definitiva de Dios con su nuevo pueblo; por medio del don y de la recepción de un alimento se actualiza para los creyentes la alianza sellada por la muerte glorificadora de Jesús.

    Cristo introdujo unos nuevos elementos con los que instituyó el Sacramento de la Eucaristía como un banquete sacrificial

    IV.- LA NUEVA PASCUA DE LA NUEVA ALIANZA

    Jesús introdujo unos elementos nuevos con los que celebró anticipadamente la alianza nueva de Dios con su pueblo, sellada por la muerte glorificadora de Cristo.

    La Eucaristía lleva a la cena pascual a su sentido más pleno.

    Así instituyó el sacramento de la Eucaristía como un banquete sacrificial o un sacrificio de comunión

    1) Por lo cual no puede separarse el banquete del sacrificio, diciendo: Una cosa es la Misa como sacrificio y otra cosa como banquete.

    a) En la Misa al ser memoria (mejor que memorial) de lo que Cristo hizo en la última cena, Cristo se hace corporalmente presente como verdadero cordero inmolado que en cuanto tal está destinado a ser comido.

    b) Con la comunión se participa en el sacrificio de su inmolación.

    2) La Eucaristía es el sacramento en el que Cristo por su Espíritu presencializa y realiza el misterio pascual, esto es, el sacrificio de su muerte glorificadora

    "Al instituirlo no se limitó a decir: Este es mi cuerpo, esta copa es la nueva Alianza en mi sangre sino que añadió "entregado por vosotros","derramada por vosotros" (Luc 22,19-20)

    No afirmó solamente que lo que les daba a comer y beber era su cuerpo y su sangre, sino que manifestó su valor sacrificial, haciendo presente de modo sacramental su sacrificio que cumpliría después en la cruz algunas horas más tarde para la salvación de todos".

  3. La Eucaristía tiene el valor sacrificial que le otorga la presencia en ella de Jesús como sumo sacerdote y de su sacrificio.

El sacerdote y el sacrificio son idénticos: consisten en la actitud de Jesús de oblación y entrega como adoración, impetración y acción de gracias.

"ESTO ES MI CUERPO ENTREGADO Y ESTA ES MI SANGRE DERRAMADA"

Son expresiones hebraicas que significan: Esto soy YO mismo corporalmente presente como entregado en mi muerte por Amor. (Zubiri)

Es Jesús, Sumo Sacerdote quién, por el ministerio del sacerdote, representante de Cristo pronuncia sobre el pan y el vino las palabras que dijo en la consagración; "esto es mi cuerpo" son pronunciadas en la omnipotencia del Espíritu pues la Iglesia lo invocó previamente diciendo:

"Santifica estos dones con la efusión de tu Espíritu de manera que sean para nosotros Cuerpo y Sangre de Jesucristo Nuestro Señor".

El Espíritu transforma el pan y el vino en el cuerpo y sangre de Cristo por la misma acción que resucita a Jesús pues siempre actúa en la Iglesia en cuanto fuerza de la Resurrección de Jesús y hace presente a Cristo "en al acto de su muerte glorificante".

"LA MISA ES EL SACRIFICIO "DEL CUERPO MISTICO" DE CRISTO: ESTO ES, SACRIFICIO DE CRISTO Y DE SU IGLESIA QUE ES SU CUERPO".

Dado que la Iglesia es el cuerpo místico de Cristo, en el que Cristo es su Cabeza y nosotros sus miembros, Cristo asume el sacrificio de nuestras vidas en el suyo, y lo ofrece al Padre.

Por eso podemos decir que la Misa es para la vida y la vida para la misa

La Misa es un anticipo de la Liturgia celestial que también se celebra en honor del Cordero inmolado.

V.- COMUNIÓN PERSONAL CON CRISTO

  1. Con la comunión nos unimos más íntimamente a Cristo, porque al actualizar Cristo su cuerpo en nosotros nos hace concorpóreos con Él.

  2. Comer el pan consagrado es una comunión personal con Cristo como alimento, es decir cuerpo como principio de vida.

"Cristo mismo, pan vivo, por su carne vivificada y vivificante por el Espíritu da su vida a los hombres" (P.O.5,2)

Esta unión tan íntima con Cristo, más que unión es unidad y por eso dijo Cristo:

"Quién me come, vivirá por mí"

VI.- LA COMUNIÓN CON CRISTO ES TAMBIÉN COMUNIÓN ECLESIAL

Debido a la comunión personal de cada uno con Él en su cuerpo vivificado y vivificante por el Espíritu, todos formamos un solo cuerpo con Cristo. (San Pablo)

Esta es la finalidad primordial de la Eucaristía; la profundización e intensificación de la comunidad como cuerpo de Cristo por medio del Espíritu; de manera que la comunidad sea cada vez más cuerpo de Cristo (Bened.XVI) y una ofrenda cada vez más agradable al Padre.

La Eucaristía es el sacramento de la unidad de la Iglesia, y está ordenada sobre todo a constituir la Comunión de los Santos.

Por lo dicho, "LA EUCARISTIA HACE LA IGLESIA" como cuerpo de Cristo.

En esto se diferencia la Eucaristía de los demás sacramentos; estos son acciones de Cristo.

VII.- LA EUCARISTÍA ES EL SACRAMENTO DE LA UNIDAD Y DEL AMOR FRATERNO

En la Eucaristía hay signos de amor y comunión fraternal: la asamblea reunida, la oración y la alabanza común, el Padre nuestro, el saludo mutuo o gesto de la paz y sobre todo la participación del mismo pan en la mesa común del Señor; Comunión Eucarística que para ser plena debe ser en Cristo y con los hermanos.

Esto supuesto la acción litúrgica eucarística llamada la fracción del pan debe proseguir bajo la forma de "compartir el pan" que consiste en promover la justicia, luchar contra el hambre en el mundo, liberar a los oprimidos de todo mal.

El culto es el corazón de la vida fraterna; pero "no está por encima de la vida de caridad sino dentro", es fuente de animación de la caridad.

VIII.- LA EUCARISTÍA ES PRENDA DE LA FUTURA GLORIA

  1. Esa comunión con Cristo y con los hermanos en el Espíritu de amor es prenda de la futura gloria porque el amor no perece con la muerte y el Espíritu es prenda de la futura gloria.

  2. La Eucaristía va forjando nuestro ser corpóreo-espiritual que se expresará en el cuerpo de la Resurrección en la gloriosa venida de Cristo. Por eso los Santos Padres llaman a la Eucaristía "medicina de inmortalidad".

El hombre tiene que ir haciendo su vida con su ser corpóreo- espiritual y éste necesita también su redención.

La Eucaristía al unir nuestra corporeidad a la corporeidad de Cristo va forjando nuestro ser corpóreo-espiritual purificándonos, configurándonos cada vez más con Cristo.

La gestación del nuevo cuerpo no es un acontecimiento instantáneo: No es que el hombre sea puramente terreno hasta la muerte y luego, con la venida del Señor se convierte de golpe en espiritual y celeste.

Desde el bautismo y de su plenitud la Eucaristía la vida cristiana es un despojarse del hombre viejo egoísta y revestirse del hombre nuevo de su ser corpóreo-espiritual forjado por el amor de Dios en Cristo sacramentado.

La forma y el destino del cuerpo están en el alma. Cuando el alma se separa de su organismo en la muerte expulsa de sí su ser corpóreo-espiritual, como si fuera un ángel, sino que sigue siendo alma humana y como tal lleva en sí el ser corpóreo-espiritual porque ello se ha realizado en el cuerpo y ha asumido en su propia realidad lo que ha acontecido en toda la historia referida a ella y eso constituye el ser auténtico y definitivo del hombre.

Y el Padre celestial en la venida en gloria y poder de Cristo por su Espíritu dará al alma la facultad de crear en cuerpo de la Resurrección que será la expresión de su ser corpóreo-espiritual definitivo, por eso dijo Cristo:

"EL QUE COME MI CARNE Y BEBE MI SANGRE TIENE VIDA ETERNA Y YO LO RESUCITARÉ EN EL ÚLTIMO DÍA" (Jn 6,54)

IX.- APLIQUEMOS ESTE EVANGELIO A NUESTRA VIDA

La mejor aplicación a nuestra vida es el rezo de la comunión espiritual (antes de la misa y durante la vida y en las visitas al Santísimo), que recoge todos los frutos de la comunión.

 

ASI SEA

 

 

 

COMUNION ESPIRITUAL

Comunión espiritual compuesta de acuerdo con el Concilio Vaticano II y los posteriores documentos de los Papas y de la Sagrada Congregación del Culto.

Señor Mío Jesucristo:

Creo firmemente que te haces realmente presente en el Santísimo sacramento del altar, en el santo sacrificio de la Misa, como entregado por amor y pidiéndome amor.

Os adoro como mi Dios y Señor

Quiero amaros sobre todas las cosas y con todo mi ser

Deseo recibiros sacramentalmente:

1.- Para unirme más íntimamente e intensamente a ti

2.- Para fortalecimiento de mi mente, mi corazón

y de remedio saludable de alma y cuerpo

3.- Para ser purificado cada vez más de las secuelas que el pecado

ha dejado en mí ser, y de los apegos de los sentidos y de las impurezas de las facultades del alma, para ir configurándome cada vez más con Cristo

y haciéndome así más digno miembro de tu cuerpo místico

4.- Para hacerme capaz de un más intenso

compromiso de amor servicial al prójimo,

como el sacrificio de mi vida que uniéndolo al tuyo en la Santa Misa tú lo ofreces al Padre

5.- Para que se vaya creando mi ser corpóreo-espiritual,

que se expresará en el cuerpo de la resurrección

en tu gloriosa venida

6.- No permitas que me separe de ti; haz que llegue a su término la obra que el Padre ha comenzado en mí,

por medio de la comunión de tu cuerpo vivificado y vivificante

por tu Espíritu

y con la maternal mediación de la Santísima Virgen María

 

 

 

 

MOTIVOS PARA REZAR LA COMUNIÓN ESPIRITUAL

 

ANTES DE LA MISA

Es necesario hacer la comunión espiritual con fe viva y con gran deseo de recibir los frutos de la comunión, porque sí sólo comulgas físicamente, Cristo entrará sólo en tu cuerpo, pero no en tu corazón y no recibirás los frutos de la comunión.

DURANTE EL DÍA Y EN LA VISITA AL SANTÍSIMO

Es muy conveniente conservar en el ánimo el deseo constante del sacramento eucarístico mediante la práctica de la comunión espiritual.

Este deseo que proviene de la fe viva que obra por el amor:

  1. Mantiene vivo el efecto de la comunión y lo profundiza e interioriza

  2. Nos da la gracia de experimentar el fruto y el provecho de la comunión recibida.

  3. Nos lleva a tener los mismos sentimientos de Cristo.

  4. Nos recuerda nuestro compromiso de un amor servicial al prójimo.

  5. De esta manera nos prepara para que Cristo en la siguiente Misa nos llene de mayor amor.

Así sucesivamente en una espiral ascendente unitiva y transformante.

6) Este es el mejor medio para que la Eucaristía sea efectivamente el centro y la fuente de nuestra vida espiritual