HOMILIA DEL II DOMINGO DE ADVIENTO.- CICLO C

 

PREDICACIÓN DE LA CONVERSIÓN Y BAUTISMO DE SAN JUAN

Lo primero que hemos de considerar es:

I.- LA PERSONALIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA

Concedió Dios a sus padres tener este hijo en edad muy avanzada, con la promesa comunicada por el Arcángel Gabriel a su padre, sacerdote del Altísimo, de que “será grande a los ojos del Señor, estará lleno del Espíritu Santo en el vientre de su madre, y convertirá a muchos hijos de Israel al Señor su Dios” y será el precursor del Mesías.

    El niño iba creciendo y su personalidad se afianzaba. “Todos los que le oían se     quedaban pensando ¿Qué será de este niño, porque la mano de Dios estaba con él”?.

    En su juventud, impulsado por el Espíritu decidió retirarse al desierto para prepararse a su misión. Allí vivió como un anacoreta, “en lugares desérticos” (Luc 1,80)

No vivió con un maestro llamado Bannus, como hizo Flavio Josefo que, según su propia confesión, estuvo con él en el desierto durante tres años. Tampoco estuvo en algún monasterio o comunidad espiritual que por entonces allí proliferaban.

San Juan vivía en lugares desérticos; con toda certeza, no con el objeto de aprender de los monjes esenios sino para alcanzar a solas con Dios la preparación para la grandeza de la obra que se inauguraba con él, a imitación del profeta ElíasIrá delante con el espíritu y poder de Elías” como anunció el ángel a Zacarías (Luc 1,17).

Si se quisiera entender el carácter de esa vida habrá que leer los libros de Samuel y de los Reyes, familiarizarse con antiguos profetas como Samuel, Elías o Eliseo, que cautivados por el Espíritu llevaron una vida sobrehumana.

 

II.- LA SITUACIÓN DEL MUNDO CUANDO COMENZÓ EL MINISTERIO DE JUAN.

Está descrita admirablemente por San Lucas: En el año quince del imperio de Tiberio César siendo Poncio Pilato gobernador de Judea, y Herodes virrey de Galilea, y su hermano Felipe virrey de Iturea y Traconítide y Lisanias de Abiline, bajo el sumo sacerdocio de Anás y Caifás. “Vino la palabra de Dios sobre Juan en el desierto”.

 

Si Lucas hubiera querido únicamente fijar la fecha de la predicación de San Juan, cualquiera de esos datos hubiera sido suficiente, pero puso tantos porque quería presentar las condiciones políticas y religiosas así como el ambiente espiritual en que se cumplen las promesas divinas.

    II.1  Palestina se encuentra bajo el dominio de reyes extranjeros y procuradores venales, crueles y hedonistas.

           En el aspecto religioso, el carácter de los sumos sacerdotes (Anás y Caifás) durante todo este periodo es descrito por el Talmud con palabras terribles.

    II.2  En cuanto a la situación del Imperio Romano, el reinado de Augusto marca no solo su cumbre sino la crisis de la Historia de Roma; primera crisis de Occidente:

           Los espíritus más nobles de aquel tiempo se dieron cuenta que las cosas ya no tenían remedio. El hombre por si solo no podía liberarse, necesitaba un libertador.

 

III.- MOMENTO HISTÓRICO DE LA PREDICACIÓN DE JUAN

  En ese momento histórico Vino una palabra de Dios sobre Juan, el hijo de Zacarías, en el desierto”. Esto quiere decir que Dios, le reveló la venida del Mesías, y le llamó para ser su precursor, le capacitó para cumplir su misión DE PREPARAR el camino al Mesías Salvador y dar testimonio de él, como está escrito en Isaías:

   HE AQUÍ QUE YO ENVÍO MI MENSAJERO DELANTE DE TU FAZ, PARA PREPARAR TU CAMINO”

      Juan tenía 30 años, edad en que los sacerdotes, los doctores y profetas comenzaban a actuar en público.

          Hacía 500 años que no habían surgido profetas en Israel.

           Por eso al oír que había a parecido un verdadero profeta el pueblo acudió en masa a escucharlo, acudieron de todo el país de Judea y de Jerusalén, a donde el predicaba, la ribera del Jordán que se consideraba prolongación del desierto.

           Por eso dice San Mateo (3,1) que se presentó Juan predicando en el desierto de Judea.

 

IV.- LA PREDICACIÓN DE JUAN

       Juan predicaba: El Bautismo y La conversión con vistas al perdón de los pecados.

IV.1 Era un Bautismo por inmersión en el río Jordán.

       Con una confesión pública de los pecados de modo general por la que cada cual reconocía la parte de culpa que tenía en la situación lastimosa en que se encontraba la sociedad.

 

           IV.1.1 Como una expresión de la conversión

-            Esto es un cambio de actitud dentro de sí mismo, cultivando la virtud.

-              De un compromiso de cambio de conducta respecto a los demás, practicando la justicia, la limosna eficaz y la piedad respecto a Dios.

           IV.1.2 Como un acto simbólico

                     Que proclamaba, anticipaba y aseguraba con firme promesa la purificación   del  pecado que, por medio del más fuerte (EL MESIAS) en el juicio inminente, el Espíritu Santo, espíritu purificador y vivificante, llevaría a cabo el último día cuando fuese derramado sobre el pecador arrepentido.

                      Pero no solo individualmente sino en unión de todo el pueblo fiel de Israel  sobre el que Dios derramaría su espíritu purificador y vivificante.

                      El perdón de los pecados no puede ser reducido a la simple confesión de los pecados en el bautismo ni por tanto al acto subjetivo de la renovación interior.    

El cambio de conducta se explicará el próximo domingo.

 

IV.2 El cambio de actitud dentro de nosotros mismos

       San Juan lo expresa en las siguientes frases metafóricas

                 a.1 PREPARAD EL CAMINO AL SEÑOR

                       Debemos quitar los obstáculos que impidan que el Señor venga.

                 a.2 HACED RECTAS SUS SENDAS

                       Esto es tener rectitud de corazón

a.3 TODO BARRANCO SERÁ RELLENADO

       Las depresiones de abatimiento y desconfianza han de superarse con un sano optimismo y, sobre todo, con la confianza en Dios, con el santo abandono en manos de la Providencia, pero cooperando como si todo dependiera de nosotros.

a.4 TODO MONTE Y COLINA SERÁN REBAJADOS

       Las altiveces es menester abatirlas con la humildad.

a.5 LOS CAMINOS ESCABROSOS SERÁN ALLANADOS

      Las asperezas han de hacerse desaparecer con bondad, mansedumbre, suavidad y dulzura en el trato y entre los esposos con afabilidad, amabilidad y ternura.

a.6 LOS CAMINOS TORTUOSOS SE HARÁN RECTOS

      No hay que andar con rodeos, sino como decía Santa Teresa:

      “Hay que tomar una determinación muy determinada” sobre la meta a que Dios nos ha destinado y después tener siempre fijos los ojos en ella para que el camino sea recto.

       No debemos estar “echando la vista atrás” porque dijo Cristo:

      “EL QUE PONE LA MANO EN EL ARADO Y ECHA LA VISTA ATRÁS      NO ES DIGNO DE SER DISCÍPULO MÍO”.

 

            IV.2.1   El bautismo de Juan se diferencia de los demás ritos de purificación:

a)     El sacrificio de expiación

b)     El bautismo de los prosélitos, esto es, de los gentiles que ingresaban en el pueblo de Dios.

c)      El bautismo de los esenios y de otros grupos bautistas que florecieron, desde el año 150 antes de Cristo y que estaba reservado para los elegidos. 

 

V.- APLICACIÓN A NUESTRA VIDA

Lamentablemente a todos los cristianos nos acecha siempre el peligro de la excusa farisaica, creer que no necesitamos convertirnos, que nos basta ser hijos de Dios por el Bautismo y cumplir con los preceptos “exteriores” del cristianismo.

También a nosotros nos dice hoy San Juan:Haced el fruto que pide la conversión”.

 

      V.1 LA VERDADERA CONVERSIÓN EN NUESTRA VIDA

        Tiene tres puntos:

    V.1.1  Incluye la salida de todo pecado

               El pecado anida en nosotros en múltiples manifestaciones.

    V.1.2  Implica la conversión continua

      Que consiste en el crecimiento en el amor porque el amor no tiene fin de        etapa. Por eso dice la Escritura:

      “EL QUE SEA JUSTO QUE SE JUSTIFIQUE MÁS, EL QUE SEA SANTO    QUE SE SANTIFIQUE MÁS”.

    V.1.3  Nos pide también el sentido comunitario de la conversión colaborando en la  medida de nuestras fuerzas en el advenimiento de una sociedad más justa según las orientaciones actuales de la Iglesia, y entre tanto paliar con nuestra caridad los efectos de la injusticia social reinante.

 

      V.2  EL BAUTISTA NO ES SOLO EL PRECURSOR DE LA VIDA PÚBLICA DE CRISTO, sino también de    todas las continuas venidas del Señor a cada uno de nosotros.

             Hemos de escogerle en este día como el santo que ha de preparar nuestra continua  conversión para que se realice la nueva venida de Cristo a nosotros, el día de Navidad.

 

VI.-  RECOJAMOS EN UNA ORACIÓN FINAL LAS TRES IDEAS FUNDAMENTALES DE   ESTE EVANGELIO:

       1º)  La alegría por la Buena Noticia de Cristo

       2º)  La conversión continua

       3º)  San Juan patrono de nuestra conversión continua.

 

 

 

 

 

 

VII.- ORACIÓN FINAL

Señor concédenos que nuestra alma se inunde de inmensa alegría al considerar la buena noticia de nuestra salvación en Cristo y por intercesión de San Juan Bautista; concédenos que preparemos con una continua conversión tus venidas a nuestra alma de una manera cada vez más íntima y más profunda, quitando los obstáculos de todo pecado, evitando todo mal y disponiendo nuestro corazón con el aumento de las virtudes teologales, con más fe, con más esperanza y con más amor, pasando la vida haciendo el bien construyendo así una sociedad más justa, más fraterna, es decir,

 UNA CIVILIZACIÓN DEL AMOR