HOMILIA DEL IV DOMINGO DE PASCUA. CICLO B

 

CRISTO COMO BUEN PASTOR

 

I.- INTRODUCCIÓN

 

1)     La figura de Cristo Buen Pastor fue representada en los primeros tiempos del cristianismo en las catacumbas de Roma con la imagen del pastor llevando a la oveja perdida sobre sus hombros, aludiendo de esa manera a la parábola de la oveja perdida en la que se muestra la gran misericordia de Dios que por Cristo va en busca de los pecadores extraviados para salvarlos.

2)     La imagen del Buen Pastor es tan importante que la Iglesia ha dividido el discurso de Jesús en tres partes una para cada ciclo litúrgico. Nosotros hoy vamos a considerarlo íntegramente porque es uno de los más bonitos y enternecedores.

 

II.- EN LA PRIMERA PARTE: JESUS HACE UNA REVELACIÓN DE SI MISMO EN TRES FRASES SIMBÓLICAS

 

1ª FRASE: “YO SOY LA PUERTA”

Revela que Él es la puerta del Nuevo Recinto que inaugura, (de naturaleza completamente) distinta del recinto del Judaísmo, Él se refiere al Reino de Dios anunciado por los profetas.

 

2ª FRASE: “SI ALGUIEN ENTRA POR MI SE SALVARÁ”

Revela (que no solo es la vía de acceso al Reino sino también) que Él mismo es el Reino de Salvación, en comunión con él se obtiene la salvación

 

3ª FRASE: “YO HE VENIDO PARA QUE TENGAN VIDA Y LA TENGAN EN ABUNDANCIA

      Revela que la salvación consiste en participar en la vida divina, que como Hijo de Dios posee ya en sí mismo y por tanto uniéndose con Él se participa de esa vida y cuanto más íntima sea nuestra unión con él, con mayor abundancia participaremos de su vida.

 

III.- SEGUNDA PARTE”: JESÚS SE PRESENTA CON LAS CUALIDADES DEL BUEN PASTOR

 

      Estas fueron anunciadas proféticamente en el Antiguo Testamento sobre todo por Ezequiel y completadas por Zacarías que anuncia la suerte del pastor Mesías: su muerte salvadora.  

 

      La figura de Jesús como pastor se ven cumplidas esas profecías y además la  superación de todas ellas.

 

     La Primera cualidad:   CRISTO NOS AMA

Porque nos ama incondicionalmente, sale a nuestro encuentro no sólo en nuestras empresas y en nuestras hazañas, sino también en nuestras huidas como hizo con los discípulos de Emaús, cuando huían, y según nos enseñó en la parábola de la oveja perdida. Pensemos como Cristo salió a nuestro encuentro cuando estábamos en pecado.

 

     La Segunda cualidad: “CRISTO NOS AMA TANTO QUE ENTREGÓ SU VIDA POR NOSOTROS

 

    Nadie le quita la vida a Cristo sino que él la da libremente y cada uno de nosotros puede decir como San Pablo: “Me amó y se entregó por mí, con amor eterno me amó”.

 

      La Tercera cualidad: “NOS DA ALIMENTO Y SUSTENTO ESPIRITUAL

 

1)     Haciéndose Él mismo alimento en la Eucaristía.

2)     Por medio de la Gracia que es Vida del Alma.

3)     Con sus mandamientos que son luz y vida para el Alma.

 

      La Cuarta cualidad: ”CRISTO CONOCE A SUS OVEJAS Y LAS LLAMA POR SU NOMBRE

 

 1º.-  Jesús como Dios que es,

a)  Sabe lo que hay en el interior de cada uno (Jn 2,24) y por eso pudo anunciar la traición de Judas, etc.

b)  Jesús como Dios también:

Conoce el YO que somos mejor que nosotros mismos porque conoce el YO, que  estamos destinados a ser según el designio del Padre para con nosotros.

           Este es el YO definitivo que constituye, por así decirlo, nuestro nombre esencial y eterno. Así nos ha amado él previamente antes que nosotros le amemos a él y por eso Cristo nos llama a seguirle en la forma que a cada uno conviene en orden a realizar su YO al que está destinado.

 

2º.-  Jesús como Salvador que es, tiene un saber salvífico:  conoce nuestra caída en la culpa, y nuestra necesidad de Redención. Él conoce nuestras debilidades.

        Pero aunque nuestro corazón nos reprenda él es mayor que nuestro corazón y por eso debemos acudir a él con suma confianza.

 

3º.-  Jesús como Redentor que es, nos conoce experimentalmente puesto que él ha sondeado todas las dimensiones de lo humano, en el dolor y en el sufrimiento, en la tentación e incluso en el abandono de Dios.

        No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compartir el peso de nuestras debilidades, sino al contrario tentado en todo igual a nosotros. (Baltasar ¿Nos conoce Cristo?) Pag. 40.

 

4º.-  El conocimiento que Jesús tiene de nosotros es un conocimiento amoroso.

        Él siempre está dispuesto ayudarnos:

“VENID A MI TODOS LOS QUE ESTAIS CANSADOS Y AGOBIADOS QUE YO OS ALIVIARÉ”

       Hemos de orar diciendo Señor tu me conoces y sabes cuánto necesito de ti, Señor ayúdame (date prisa en socorrerme)

      Señor dime mi nombre esencial, dime cuál es tu designio sobre mí, que es lo que quieres de mí para que yo decida seguir tu voluntad y dame fuerzas para cumplirla

 

V.- EN LA TERCERA  PARTE ” JESÚS DICE “MIS OVEJAS ME CONOCEN A MÍ Y ME SIGUEN”:

 

 ¿Cómo nosotros conocemos a Cristo?

1)     Conocer a Cristo es conocer el amor de Cristo.

Este amor de Cristo se nos ha revelado plenamente en el misterio pascual, en su muerte glorificante, en la que Cristo se entregó totalmente, en alma y cuerpo, al Padre, en su Espíritu de infinito amor, el Espíritu Santo.

2)     Este infinito amor excede todo conocimiento y solo puede ser enseñado por el mismo Espíritu Santo. Sólo el Espíritu de Dios, el Espíritu de la Verdad, conoce lo que hay en Dios y en Cristo, el Hijo de Dios; por eso sólo el Espíritu de amor que Dios ha derramado en nuestros corazones por la fe y el bautismo de la fe puede darnos y nos da a conocer a Cristo.

 

La llamada del Padre por la acción del Espíritu hacia el amor de Cristo, ante la revelación del acto salvador de Cristo (muerte y resurrección) que se nos transmite por la predicación, el Padre por la acción de su Espíritu suscita la fe con una iluminación interior que capacita al hombre para recibir el mensaje cristiano y dar su respuesta de una opción fundamental de adhesión de amor a Cristo, como expresión del amor del Padre.

Y porque amamos a Cristo el Padre nos ama, comunicándonos en el fondo de nuestra alma el mismo Amor que en su Hijo tiene, el Espíritu Santo en persona; así nos une a Cristo y por Cristo a Él mismo en vida de amor.

La intimidad de Dios que es el Espíritu Santo penetra en la intimidad del hombre y lo íntimo del hombre penetra en la intimidad de Dios. Más bien que el descenso de Dios se da “la asunciónde la intimidad del hombre en la de Dios.

 

VI.- IGUAL QUE EL PADRE ME CONOCE A MI Y YO AL PADRE

 

      El conocimiento recíproco entre Jesús y los suyos no es únicamente,  ni principalmente una experiencia psicológica, ni tampoco un conocimiento intelectual entre el maestro y sus discípulos; encuentra su modelo y también su fundamento y fuente en el conocimiento recíproco entre Cristo y el Padre que es el Espíritu Santo. Porque el Padre pone en nosotros el mismo Espíritu de amor que en su Hijo tiene.

 

      El Padre por el Espíritu Santo nos da el inicio de la fe, que además de conocimiento incluye el amor, (Conocimiento Amoroso) porque si por la fe tu aceptas que Jesús en su muerte glorificadora es la expresión perfecta del amor del Padre, es que le amas como tal, pero este conocimiento amoroso no se nos ha dado todo de una vez sino que se da de una manera progresiva. 

      Es necesario que el Espíritu Santo que actúa en el centro del alma, vaya purificando nuestra inteligencia y nuestra voluntad.

      Estas dos potencias inteligencia y voluntad se van purificando a la par.

 

VII.- APLICACIÓN A NUESTRA VIDA

        EL ESPÍRITU DE DIOS ES GRATUITO PERO NO ES ARBITRARIO.

1)      Nosotros tenemos que cooperar con la gracia del Espíritu Santo.

 

              A.- En la contemplación de la Sabiduría de los misterios de Cristo (2S 22,6).

 

     B.- En la celebración litúrgica de los Domingos con atención al pan de la Palabra y  con devoción en la contemplación del misterio celebrado.

 

     C.- En el seguimiento de Cristo y participación de su muerte en cuanto donación    de sí mismo:

 

                            1.- En los trabajos, penas y dolores cotidianos.

                            2.- En las pruebas enviadas o permitidas por Dios.

     

    D.- Sobre todo entregándose totalmente en el amor al prójimo hasta llegar al olvido de uno mismo. El amor hasta el olvido de sí mismo es el más perfecto conocimiento de lo que es el amor de Cristo. (San Juan de la Cruz) Porque solo en la donación hasta el olvido de sí mismo se da la plena identificación con Cristo

 

        A Dios y a Cristo, se les conoce amando, como Cristo amó hasta la entrega total de sí mismo.

 

2)     El conocimiento del amor a Cristo es un don de Dios y por tanto hay que pedirlo en la oración como hace San pablo en la carta a los Efesios 3, 14-20.

 

              Por eso doblo la rodilla ante el Padre……….

 

              16 Para que os conceda, por la riqueza de su gloria fortaleceros interiormente por la acción del Espíritu

 

              17 Que Cristo habite por la fe en vuestros corazones para que arraigados y cimentados en el amor

 

              18 Podáis comprender con todos los santos la anchura, la longitud, la altura y la profundidad (del amor de Cristo)

 

              19 Y conocer el amor de Cristo que excede todo conocimiento y os vayáis llenando de la total plenitud de Dios

 

 20 A aquel que tiene poder para realizar todas las cosas incomparablemente mejor de lo que podemos pedir o pensar conforme al poder que actúa en nosotros,

 

            A él la gloria en la Iglesia y en Cristo

 

3)     Recogiendo los sentimientos que ha suscitado la homilía, oremos con palabras de los Salmos referidas a Cristo Buen Pastor:

 

             Tú Señor eres mi Pastor, nada me falta

             Tú eres mi fuerza, mi guía y salvación

             Tú me guías por sendas de justicia, me enseñas la verdad

             Tú me enseñas el sendero de la Vida, me llenas de gozo en tu presencia, Señor.

             Aún en los momentos de apuro nada temeré

             Porque sé que “Tu me amas siempre” y esto me basta.

             Aunque me conduzcas por cañadas oscuras

             Nada temo porque tú vas conmigo,

             Tu vara y tu cayado me sosiegan.

             Tu bondad y tu misericordia

             Me acompañan todos los días de mi vida

             Gracias Señor por el gran amor que me tienes

             Concédeme que yo corresponda a tu amor amándote sobre todas las cosas y con todo mi ser, con amor a ti y al prójimo