Perdonen, pues ya sé
que poseen en su colección una preciosa estampa de la Macarena, pero creo que
ésta les gustará mucho más. Al menos yo la prefiero sin tantos adornos de
oro; la siento más mía, más cercana, más maternal; aunque no por ello dejo
de bendecir el fervor de los hermanos cofrades, que todo les parece poco para
su Reina y Señora, la Esperanza de todas sus horas.
Que Ella nos proteja a
todos y nos muestre un día al Fruto bendito de su vientre. Amén.
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Gentileza de MM. Carmelitas Descalzas de Iriépal (Guadalajara)