SOCIOLOGÍA
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SUMARIO: I. La sociología: de la descripción a la interpretación y de la interpretación a la intervención: 1. Introducción: valoraciones y actitudes frente a la sociología hoy: a) En la opinión pública, b) En las instituciones mayores; 2. Qué se entiende por sociología: a) Orientaciones generales, b) Perspectivas temáticas de la investigación sociológica hoy: tradición, acontecimiento, interacción social, símbolo - II. De la sociología de la religión a la sociología de las liturgias cristianas: 1. Pluralidad de aproximaciones; 2. Qué se entiende por sociología de la religión; 3. Religión: el objeto de la sociología de la religión - III. Sociología de la religión y liturgia: 1. Importancia y función social de la liturgia; 2. Incidencia de la sociología de la religión en la liturgia: a) Celebraciones litúrgicas, b) Los libros rituales, c) Historia litúrgica.


I. La sociología: de la descripción a la interpretación y de la interpretación a la intervención

1. INTRODUCCIÓN: VALORACIONES Y ACTITUDES FRENTE A LA SOCIOLOGÍA HOY. Contra la sociología, entendida globalmente, existe una serie de prevenciones, prejuicios, malentendidos y generalizaciones ilegítimas bastante difundidos, que amenazan con oscurecer y distorsionar la comprensión y el uso de toda o parte de esta ciencia relativamente joven. Antes de cualquier explicación, aunque breve, pero que pretenda ser puntual y sistemática, y en nuestro caso también expresamente parcial y sectorial, considero necesario señalar algunas posturas o juicios de valor frente a la ciencia sociológica que, como he dicho, no ayudan a su comprensión, sino que más bien pueden impedirla o de hecho obstaculizan su uso. En estas observaciones tendré también presente el mundo a que se refiere el fenómeno religioso, en cuanto que la voz presente se caracterizará, en su articulación, en este sentido. Finalmente debo señalar, por honradez, que la aproximación a la sociología y a la sociología del fenómeno religioso o a la sociología religiosa o de la religión, como quiera que se diga según las corrientes diversas, aunque realizada por un liturgista, reconoce a la ciencia sociológica la absoluta autonomía, y descubre en esta autonomía la garantía más seria y eficaz para los diversos intentos de análisis-interpretación del fenómeno religioso: sólo así se podrá evitar el peligro, nada teórico como veremos, de rebajar la sociología a mera auxiliar de exigencias pastorales, por ejemplo.

a) En la opinión pública. Para introducir el tema me serviré de algunas observaciones que la socióloga L. Voyé expone en un artículo en el que reivindica para la sociología el estatuto de ciencia, y que se dirige tanto a los sociólogos como a los teólogos

Entre los diversos malentendidos, el más frecuente es el que reduce la sociología a una operación meramente estadística, preocupada por datos numéricos estimados externos y superficiales. Dentro de la ciencia sociológica no se puede despreciar la importancia objetiva e insustituible de dicha operación para una reflexión sobre algunos determinantes sociales que intervienen en comportamientos particulares 2. Pero éste es indiscutiblemente un primer estadio de trabajo; porque, de hecho, con las estadísticas no es posible conocer el porqué de los comportamientos, y el campo está abierto a la más variada danza de hipótesis, danza que indirectamente confirma los malentendidos. Hay que incluir en esta tendencia también el influjo que tienen los diversos sondeos: desde los sondeos de opinión a los orientados hacia los comportamientos religiosos. La utilización cada vez más frecuente de estos medios tiende a identificarlos con la sociología, originando una valoración negativa de esta última. Por otra parte, una lectura no siempre correcta de los sondeos ha facilitado el aumento de los malentendidos y de la confusión: "Su utilización a veces intempestiva, frecuentemente con finalidad justificativa o de reflexión apologética, determina afirmaciones incontroladas, causa de errores, y esconde la realidad que se pretende descubrir o ilustrar'.

b) En las instituciones mayores. Si a continuación pasamos de las valoraciones de la opinión pública a la de las instituciones mayores, como el estado o la iglesia, aparecen prevenciones y fuertes dificultades y desconfianzas. Una lectura de estas reacciones muestra con frecuencia que se ve la sociología como un instrumento desestabilizador, en cuanto que pone de manifiesto los mecanismos sociales y muestra el proceso generativo y el de funcionamiento de las instituciones, ideologías y prácticas. "Esta reacción de desconfianza, que en algunos casos es un puro y simple rechazo, es más frecuente cuando la sociología no se limita a describir una situación determinada, sino que propone, además de una explicación, también una interpretación de dicha situación y, eventualmente a partir de estos datos, sugiere también orientaciones para la acción" ^. Por el contrario, el recurso a la metodología sociológica, sobre todo en el ámbito de la sociología del fenómeno religioso, no es siempre claro. Con los datos sociológicos se mezclan preocupaciones sea de la teología pastoral, sea de una ideología confesional preconcebida que condiciona apriorísticamente cualquier resultado. En estos casos "se puede decir que la sociología se ve reducida a la función de sierva de la pastoral, y se la somete a las necesidades eclesiásticas de conservación del status quo. La atención dirigida a categorías sociales particulares, a ambientes de desarrollo particulares... y a clases de edad específicas... confirma mucho más la única, común y constante intención de utilizar la ciencia de la sociedad para seguir utilizando a la sociedad misma".

2. QUÉ SE ENTIENDE POR SOCIOLOGÍA. Las valoraciones y actitudes señaladas hasta el momento, y también las que pueden suponerse: falta de cientificidad, estaticidad valorativa, precariedad en las conclusiones..., plantean la pregunta fundamental: ¿Qué se entiende por sociología? Y a continuación, en nuestro plano de estudio, ¿qué se entiende por sociología del fenómeno religioso? En ambos casos dejo a un lado el desarrollo histórico detallado de la disciplina y del pensamiento subyacente, remitiéndome a los manuales para toda eventual profundización, señalando solamente las corrientes y concepciones fundamentales Pese a las limitaciones de una definición, me parece pertinente, aunque compleja, la descripción que propone Ferrarotti. Entiende la sociología como "ciencia de observación, o sea, como análisis empírico conceptualmente orientado, guiado por hipótesis de trabajo verificables inductivamente, e interpretación crítica de cualquier agrupación humana tal y como se expresa en sus diferentes relaciones interindividuales, constatadas en sus aspectos de uniformidad y repetibilidad"

En esta definición se da por descontado, porque ya lo había mostrado anteriormente el autor, el concepto de ciencia tal y como ha venido madurando hasta hoy En cambio, se señala claramente que la sociología es "la ciencia de la sociedad" que estudia, en el sentido de describir, explicar, interpretar y de alguna manera prever, los fenómenos sociales, no en una perspectiva global y totalizadora como una superciencia, sino como instrumento limitado y delimitado por el mismo estatuto de ciencia y, conscientemente, por la tensión de acercamiento interdisciplinar con las demás ciencias sociales, caracterizándose de todas formas como disciplina que analiza las agrupaciones humanas en sus relaciones interindividuales, prescindiendo de su naturaleza religiosa, económica, jurídica, filosófica... 9 En estas operaciones, lo que ha sido y es problemático es el concepto de sociedad. Este, de hecho, depende de la variabilidad histórica, subyace, está interpretado y particularizado por toda teoría sociológica, la guía y dirige '°. De rechazo nace una pluralidad de caminos de aproximación y de escuelas que solamente en parte pueden coincidir con la definición que he señalado y qué, en definitiva, hacen de la sociología algo heteróclito y heterogéneo en sus desarrollos.

a) Orientaciones generales. Son tres las orientaciones generales que muy esquemáticamente se pueden señalar: nomotética, descriptiva y crítica. La primera orientación se sitúa en continuidad con los padres fundadores que, aunque de diferentes maneras, consideraban la sociología como una ciencia nomotética general de la sociedad. Baste recordar la investigación de las leyes de naturaleza histórica que se insertan en la evolución de la sociedad, efectuada por A. Comte, K. Marx y H. Spencer "; el establecimiento de las relaciones funcionales entre los fenómenos sociales de E. Durkheim 12; las irregularidades señalables por la historia comparada de M. Weber °; el análisis lógico de las acciones no lógicas de V. Pareto ". Por lo que se refiere a la investigación actual, según R. Boudon, se nota, "sobre todo a nivel de ciertas especialidades de la sociología, que aparecen progresos en el sentido del desarrollo de una ciencia nomotética". Entre estas especialidades se cuenta la teoría de la circulación de las familias y de los individuos dentro de las estructuras sociales (movilidad social) 16; el estudio de las relaciones entre la estructura y los objetivos de las organizaciones (teoría de las organizaciones) la teoría de los conflictos... Su desarrollo, enriquecido con los intentos anteriores y también con los fracasos, como por ejemplo el de T. Parsons y G. Gurvitch, parece insinuar la posibilidad de ofrecer nuevamente a la sociología un sistema de conceptos generales dentro de un cuadro teórico. De todas formas, todavía queda mucho camino por recorrer y la meta está aún bastante lejana (R. Boudon); aunque, en definitiva, puede ser del todo discutible la llegada, en el sentido de la necesidad inmediata, aun descubriendo en las teorías empíricas controlables la vocación de la sociología. La segunda orientación, la descriptiva, cubre actualmente buena parte de la producción sociológica. En este sector la mayor influencia la ejerce la escuela americana, que, después del último conflicto mundial, ha inspirado, de alguna manera, la investigación en Europa. Se destaca como una sociología concreta o sociográfica. "Fundamentalmente, sociografía significa presentación ordenada de los datos recogidos tal como aparecen, sin omitir ninguno que pueda ser pertinente al caso: territorio, clima, población, condiciones de vida, costumbres, tipos e índices de delincuencia, distribución de los cargos públicos y del poder político, etc."'' La sociología sociográfica se divide en un cierto número de sectores, según determinados objetos concretos, como por ejemplo: sociología del tiempo libre, del consumo, de la ciudad, del deporte, de las religiones, de los grupos... Sin embargo, es necesario observar que estos sectores de la sociología están sujetos a pluralidad de aproximaciones también metodológicas. La orientación señalada, entonces, debe considerarse como tendencia general, hoy más que nunca, en cuanto que el aspecto sociográfico, se revela cada vez con más frecuencia como componente auxiliar de una metodología interdisciplinar más compleja. La tercera orientación es la crítica, indicada algunas veces como especulativa, dando a este término una connotación no del todo positiva. Si se excluyen de esta dirección las preocupaciones y las fusiones de modelos meramente filosóficos, se puede comprender su significado exacto, o por lo menos su hipótesis de trabajo. Así lo indica uno de sus representantes más autorizados: "Ciencia de la nada y del presente, sea cual sea la posibilidad del sociólogo de conseguir la plena cientifización del juicio político y de las opciones sociales, la sociología es, ante todo, efectivamente una ciencia crítica. Por el solo hecho de escoger como objeto propio de investigación los modos, los términos y las relaciones de que se forma la convivencia humana, llama la atención sobre tal convivencia y su forma, evalúa su nivel de racionalidad, mide su rigidez estratificadora, su capacidad de adaptación y su funcionalidad, prevé (ciertamente con un amplio margen de error) su evolución futura y su destino, y expresa su significado global. Más quizá que cualquier otra disciplina científica, la sociología plantea un problema de compromiso social y humano a sus cultivadores. Es muy rara la investigación sociológica que no plantee un problema político. En este sentido, la sociología es una ciencia intrínsecamente crítica".

Dentro de esta conciencia situacional, debida inicialmente a la recogida de datos empíricos, el análisis sociológico, además de clarificar la situación fáctica, puede explicitar aquellas corrientes que tienden al desarrollo y las respectivas leyes subyacentes. Naturalmente, así se deriva la incisividad y la posibilidad de intervenciones operativas que ofrece oportunamente la misma sociología. Por otra parte, esta incisividad se puede encontrar, más o menos, en cada una de las orientaciones señaladas. Efectivamente, en el plano metodológico es propio de la investigación científica de la sociología acercarse a las consecuencias sociales; encausar a las instituciones; poner directa o indirectamente en discusión las creencias, costumbres y comportamientos tradicionalmente aceptados. "Cualquiera que tenga experiencia directa de investigaciones sociológicas sabe que incluso la más simple de ellas, circunscrita al nivel más elemental, implica necesariamente un cambio; puede iluminar el desfase entre lo que se cree idealmente y lo que sucede en la vida práctica de cada día; puede probar que instituciones generalmente aceptadas sin discusiones en su forma tradicional, como la familia de tipo preindustrial, en realidad son poco adecuadas, inadecuadas y con retraso respecto a la evolución objetiva de la sociedad contemporánea"".

b) Perspectivas temáticas de la investigación sociológica hoy. Las orientaciones que hemos indicado no deben aparecer como carriles rígidos que impidan una comunicación. Más aún, el recurso a un austero método interdisciplinar denota en muchas ocasiones la necesidad de salir, por ejemplo, de una mera descripción sociográfica hacia una interpretación más crítica; o bien de recurrir a una sistemática rigurosa, aunque no preceptiva, para intentar, de alguna manera, una lectura nomotética. Pero la sensibilidad al método interdisciplinar ha inducido a sociólogos de escuelas y métodos diversos a afrontar temáticas hasta ahora excluidas, o casi excluidas, del campo de los estudios sociológicos. En este estudio me interesa señalar brevemente algunas de estas perspectivas que dejan entrever una aportación en absoluto indiferente a la investigación sociológica, entendida globalmente, y, por lo que nos afecta, a la investigación litúrgica.

Tradición. Es el tema que, quizá, está exigiendo un amplio trabajo, aunque sea de verificación empírica, en sociología, para reinsertarse adecuadamente. Aunque entendido de diversas maneras, siempre se le ha considerado a partir de la contraposición tradición-cambio social. El renovado interés actual por lo popular, ampliamente constatado, ha relanzado el tema de la tradición como sistema de hechos y de valores que pueden conservarse también dentro del cambio, y que en cierta manera lo cualifican. Por eso, no se ve ya la tradición sobre todo como un impedimento. En este sentido, es importante para todo el problema de la socialización y de la pertenencia..

Acontecimiento, como factor innovador. El hecho de que la sociología se haya organizado en torno a leyes, modelos, estructuras o sistemas ha incidido sobre su no considerar el acontecimiento como identificado con lo imprevisto, el azar, lo contingente, lo irreducible...; la invitación a reinsertarlo es reciente ". Según E. Morin, "reconocer el acontecimiento no es solamente reconocer el azar (la aventura) en la historia (del mundo, de la vida, del hombre), sino permitir el estudio de las propiedades de los sistemas (bióticos, humanos, sociales), de donde se deriva una actitud de desarrollo"; efectivamente, el acontecimiento revela algo en el sistema en que acaece, y nos introduce en el problema de su evolución. En este cuadro siempre es pertinente la hipótesis de R. Bastide sobre la nueva relación entre el destino personal y el cambio social que se instaura en la sociedad actual respecto al pasado. Hoy "el campo privado depende del público... Nuestro destino se inserta en el destino de los grupos a los que pertenecemos... Los acontecimientos que nos afectan se han desplazado de lo particular individual a lo particular colectivo"". El acontecimiento, así considerado, además de afectar a la historia de los sistemas", como decía Morin, tiene una incidencia indudable para la teoría sacramental".

Interacción social. Los refinados análisis de la estructura de la interacción, en cuanto unidad fundamental de la vida social, efectuados por E. Goffman, al margen de las polémicas por el abandono de la sociología tradicional (macrosociología) en favor de la microsociología, mejor precisada como sociología de la vida cotidiana ", parecen imponerse como análisis que descubre, en la vida de todos los días, los lazos mismos de la sociedad. Las observaciones críticas dirigidas al autor, si por una parte delimitan justamente el alcance de su investigación para no caer en generalizaciones ineficaces, por otra confirman su originalidad para la ciencia social 38. La atención que pone en lo ritual, en cuanto que desempeña una función reguladora en la interacción, lo hace particularmente útil para comprender también los modelos interactivos de toda la actuación litúrgica.

Símbolo. Aunque no falten en la historia de la sociología autores que se hayan interesado por el análisis de los símbolos (v.gr., E. Durkheim, G.H. Mead, T. Parsons, P.A. Sorokin, G. Gurvitch), los estudios al respecto son de escaso relieve. Con la certeza de que "para la sociología contemporánea el concepto de símbolo está sin duda alguna entre aquellos que se deben considerar fundamentales, visto que a nivel de comportamiento afecta a una gama bastante desarrollada de elementos susceptibles de investigación: objetos, personas, expresiones, gestos, que adquieren un valor más bien unívoco —por lo menos tendencialmente— dentro de un particular contexto de referencia (grupo, clase social, movimiento)"", el problema se afronta nueva y rigurosamente con investigaciones particulares sobre el campo d0. El interés renovado por este tipo de análisis deja adivinar posibles desarrollos en la investigación sociológica. Además de profundizar empíricamente, por ejemplo, cómo sirven los símbolos como medio de comunicación social entre los sujetos agentes, cómo pueden ser por una parte signos de una especie particular y por otra instrumentos de participación, cómo están sujetos a una variabilidad y a una relatividad dentro de la realidad social, cómo conservan la continuidad y la identidad del grupo y de sus significados y valores; además de todo esto, decíamos, no puede dejar de afectar a la investigación litúrgica en su actual reconsideración del simbolismo en todo su valor.


II. De la sociología de la religión a la sociología de las liturgias cristianas

1. PLURALIDAD DE APROXIMACIONES. Habiendo hecho mención, entre las perspectivas temáticas de la sociología, del símbolo, creo haber facilitado el paso del campo sociológico en general al del fenómeno religioso en particular, en cuanto que "no es casual que casi todos los autores que han afrontado el tema del símbolo se han visto posteriormente en la necesidad de tratar la sociología de la religión". Probablemente, también por este motivo, la heterogeneidad de la investigación sociológica, ya señalada, se refleja en el campo de la sociología de la religión. Esto no debería sorprendernos, si no olvidamos, ante todo, que "el fenómeno religioso, tanto en sus formas más elementales como en las más complejas, particularmente la función social de la religión sea a nivel del comportamiento individual, sea en relación a sus repercusiones sobre la vida económica y sobre las motivaciones del actuar social, constituye una preocupación, si no dominante, en los fundadores y en algunos de los autores más significativos de la disciplina sociológica. Podemos señalar, esquemáticamente, una triple aproximación, observando que se debate todavía, en un cuadro general, entre la propuesta de teorías nomotéticas, de acuerdo con los clásicos, y las investigaciones empíricas sobre el terreno, no conciliando frecuentemente las primeras con las segundas y, viceversa, olvidando que también en sociología de la religión la teoría debe verificarse con la práctica; y que, alternativamente, los aspectos teóricos nacidos de investigaciones precedentes deben someterse a una nueva verificación. La primera aproximación, influida por los principios metodológicos del funcionalismo, encuentra muchos seguidores en el mundo anglo-americano, sostenidos por contribuciones teóricas de autores como T. Parsons y J.M. Yinger. En esta tendencia, que considera la función puramente social de la religión, pueden incluirse también los autores de procedencia marxista, en particular los del Este europeo. La segunda aproximación, de carácter formal, empeñada en una investigación nomotética y tendente a componer tipológicamente los resultados obtenidos, se expresa sobre todo en el área alemana y en autores como G. Menshing y J. Wach. Por su amplitud y por sus intereses, la tercera aproximación, que incluye personalidades, en particular G. Le Bras, renovador de la investigación socio-religiosa, grupos y centros que se refieren en la investigación a una sociología aplicada a las necesidades y a las aspiraciones de las iglesias cristianas en general, y más particularmente a la católica (por ejemplo: C.I.S.R. [Conferencia internacional de sociologia religiosa]; dentro de su misma autonomía, el Grupo de Sociología de las Religiones y la revista Archives de Sciences Sociales des Religions; el equipo de la revista más difundida en el ámbito europeo: Social Compass; Centro de Sociología del Protestantismo, en Estrasburgo; los centros promovidos por S. Burgalassi en Pisa, por S.S. Acquaviva en Padua, por G. Alberigo en Bolonia, el C.I. R.I.S. de la Pontificia Universidad Gregoriana y el centro de la Universidad Pontificia Salesiana..., se impone sobre todo en el plano empírico, y sólo en segundo lugar en el plano teórico. En particular "el desarrollo de la sociología religiosa de los católicos ha coincidido en gran parte con el desarrollo de la eclesiología y de la pastoral; y esto explica su carácter más bien práctico y aplicado. De todas formas, aunque no participen directamente en la elaboración de específicas teorías socio-religiosas, los católicos han contribuido con sus estudios a precisar y enriquecer las problemáticas generales en algunos sectores (conceptos de actitud, cultura, pertenencia, valor, participación, control, etc.)". Además, el tiempo de la reforma litúrgica ha invitado a tomar en consideración a la misma y a intentar crear una sociología de las liturgias cristianas, sea como fruto del concilio, sea como procedentes de él en el pluralismo de las actuaciones prácticas.

2. QUÉ SE ENTIENDE POR SOCIOLOGÍA DE LA RELIGIÓN. Las aproximaciones esenciales señaladas dejan adivinar lo complicado que resulta delimitar una definición de la sociología de la religión. Veremos que surgen cada vez más problemas cuando se quiere precisar qué debe entenderse por religión, y por tanto circunscribir más atentamente el objeto en cuestión. Para nuestro estudio me parecen útiles y pertinentes las observaciones-síntesis de Milanesi: "La sociología de la religión quiere ser considerada verdadera sociología científica. Por tanto, rechaza verse reducida a sociografía o estadística religiosa, o sea, a una descripción de las numerosas variables en juego. La sociología de la religión, en cambio, tiende a la comprensión e interpretación de los fenómenos, mediante el uso sistemático de hipótesis dentro de un cuadro teórico global; el descubrimiento de constantes forma parte de sus tareas y funda la legitimidad de teorías y modelos explicativos, aunque sean de alcance limitado. Aun consciente de los muchos límites impuestos a este tipo de aproximación por la imprecisión de las hipótesis, la observación, los métodos, etc., la sociología de la religión expresa la necesidad de llegar a generalizaciones que permitan hacer previsiones sobre el desarrollo de las problemáticas socio-religiosas. Se puede añadir que, lo mismo que la investigación sociológica en general, la sociología de la religión es típicamente descriptivo-interpretativa, y por tanto no normativa; por eso, aun tendiendo a la objetividad, sigue condicionada por sus referencias teóricas y por las instancias culturales más generales, propias de la sociedad que examina. Más específicamente: en sus relaciones con la teología se diversifican las opiniones de los autores. De todos modos, "parece predominar la opinión de los que consideran la sociología de la religión como una ciencia autónoma en sus modalidades metodológicas, aunque orientada en la dirección de su investigación y en la precisión de su objeto por indicaciones de carácter teológico". Excluyendo, de todas formas, el caso de manipulaciones, parece oportuno llegar a una iluminación recíproca de las dos disciplinas. Lo mismo se debe decir de lo que concierne a la pastoral. A este respecto es útil recordar "que la sociología de la religión puede orientarse justamente en su investigación a partir de las necesidades indicadas por la pastoral y, viceversa, la pastoral se orienta en su acción por las indicaciones tomadas de la investigación socio-religiosa; en cambio se excluye un tiempo de utilización que acaba en una indebida instrumentalización y en una negación de la autonomía misma de la ciencia"

3. RELIGIÓN: EL OBJETO DE LA SOCIOLOGÍA DE LA RELIGIÓN. Para disipar todo posible equívoco, es bueno precisar inmediatamente que la sociología moderna ha considerado con rigor y seriedad la religión 60. Ha sido determinante la aportación de los padres fundadores: E. Durkheim y M. Weber. "Bajo la influencia de Durkheim, los sociólogos elaboraron una llamada definición funcional de la religión. La religión se define ahora en términos de su función social, concretamente la de proporcionar la matriz del significado a la sociedad. La religión es aquí un sistema para la interpretación del mundo, que articula la autocomprensión de la comunidad, así como su lugar y la tarea que le corresponden en el universo. La religión define la perspectiva en que las personas se ven a sí mismas, y sus relaciones con la sociedad y la naturaleza". Paralelamente a esta definición, hay sociólogos que se remiten a una definición sustancial de la religión. La religión es, en este caso, considerada en su relación con el mundo invisible, aun reconociendo su impacto en la sociedad. Hay que observar que estos modos de considerar la religión no ayudan excesivamente a la sociología. Es más útil hacer que aparezca, a partir de la investigación misma, qué tipo de religión es destacable en las diferentes posiciones sociales; ella misma es un objeto de estudio. Por eso la investigación socio-religiosa se cualifica considerando al hombre y a la mujer enfrentados con sus religiones y las modalidades que les acompañan en la sociedad. Por tanto, "serán objeto de la sociología de la religión las formas de relación recíproca existentes entre diversas experiencias religiosas y estructuras de una determinada sociedad (a nivel de grupos, instituciones, centros de poder, estratos y clases sociales, etc.). Será también objeto de la sociología y de la religión el análisis de las relaciones entre experiencias religiosas y dinámicas culturales (especialmente referido a modelos de cultura, usos, costumbres, valores, etc.). Por último, podrá ocuparse del estudio de los procesos por los que se advierte e interioriza la interacción entre religión y sistema socio-cultural, a nivel de sistema de personalidades (con los problemas de la socialización religiosa, de la pertenencia, etc.)" Parece evidente que el objeto de la sociología de la religión no es la fe o la gracia, "sino sus manifestaciones u objetivaciones en el plano observable y del comportamiento, como la práctica religiosa, las creencias, los sentimientos de pertenencia, las motivaciones religiosas, los conflictos, así como los grupos y las estructuras dentro de los cuales se van institucionalizando y desarrollando las experiencias religiosas colectivas"".


III. Sociología de la religión y liturgia

1. IMPORTANCIA Y FUNCIÓN SOCIAL DE LA LITURGIA. COMO señala Mayer, la atención predominante, también de los investigadores, frente a la liturgia, entendida en su acepción cristiana, se ha orientado hacia los tipos de elementos, situaciones, factores políticos y sociales que influyen sobre ella. En realidad se siente la necesidad de "reflexionar sobre todo en el posible influjo de la celebración litúrgica en la vida de la sociedad"". Indirectamente se ha planteado el problema en los últimos años, a impulsos de un renovado estilo celebrativo, o del fenómeno de la secularización, o de los problemas que plantean el marxismo y las diferentes teologías de la liberación. Con frecuencia, las soluciones de los diversos autores se han movido en el plano teórico. Las referencias históricas pueden ayudar a sintetizar una respuesta, que parece, en algunos aspectos, positiva; queda en pie el problema de una verificación empírica acerca de cómo encuentra la liturgia una resonancia y qué resonancia en la vida familiar, profesional, cultural y política. Planteado de este modo, el problema forma parte de ese capítulo de la sociología, bastante más amplio, que considera la religión como factor de desarrollo y cambio social y de este contexto se pueden extraer paradigmas teóricos para plantear una verificación empírica correcta y atenta.

1. INCIDENCIA DE LA SOCIOLOGÍA DE LA RELIGIÓN EN LA LITURGIA. La contribución de la sociología de la religión puede considerarse en tres planos diversos, pero complementarios. Ante todo podemos dirigirnos a la sociología para destacar el papel de la liturgia dentro de la vida eclesial y acentuar todos aquellos aspectos sociales destacables en las celebraciones que pueden ayudar a comprender mejor su funcionamiento. En segundo lugar, la sociología de la religión puede aportar su lectura de los libros rituales, en particular de los nuevos Ordines, fruto de la reforma litúrgica conciliar. En tercer lugar, su aportación resulta utilísima para renovar la historia de la liturgia y para comprender y plantear más correctamente el estudio de la misma, particularmente el de los sacramentos. En los tres planos, es necesario subrayarlo, hará falta la ayuda de otras disciplinas para crear una red interpretativa interdisciplinar, científicamente más eficaz, a fin de evitar lecturas parciales y/ o absolutas y sucesivas tomas de posición o intervenciones ineficaces, cuando no poco pertinentes.

a) Celebraciones litúrgicas. Considerando las celebraciones como conjuntos de ritos organizados (gestos, símbolos, palabras), la sociología distingue tres funciones dentro de la función expresiva del rito en general ". La primera es la comunicación, entendida como acto que estructura y constituye toda comunidad. La aproximación crítico-empírica puede mostrar la complejidad de las respectivas funciones de comunicación dentro de la misma liturgia, comprendiendo los aspectos verbales y no verbales; la intervención concreta de las variables; estructurales: dimensión, composición del grupo o del público de las asambleas, los canales de comunicación preestablecidos; ambientales: el aspecto prosémico, el contexto humano en que se inserta la asamblea", y también el amplio problema del simbolismo. La segunda función es la socialización, entendida como proceso por el que a un individuo se le transmiten los valores, normas, actitudes y comportamientos del grupo social que lo acoge o en el que está inserto. En referencia a la liturgia, se debe leer el proceso como cognoscitivo, pero sobre todo como interiorizador de los valores y las actitudes religiosas. La aproximación sociológica ayudará a leer mejor el proceso incluso en sus componentes de violencia simbólica. La tercera función es la pertenencia religiosa, que se califica como actitud psicosocial de un miembro en su conexión con su grupo religioso. En la liturgia, la contribución sociológica puede poner de manifiesto diversos tipos de pertenencia según que los suscite o los favorezca. En este contexto puede aparecer el problema de los papeles dentro de la celebración: desde el de los laicos, en general, en los diversos ministerios, al históricamente problemático de la mujer", o también el tan complicado del catecumenado de los adultos. De rechazo puede considerarse el problema de la densidad de los grupos que celebran para una participación real, sin olvidar el fenómeno de las asambleas dominicales. También para esta última problemática parece evidente que el problema de las funciones es interdependiente y al mismo tiempo abigarrado. Todavía quedan más posibilidades de incidencia de la sociología en la realidad celebrativa.

Sin ser exhaustivos, se puede señalar su aportación para: 1) Los ritos de tránsito (iniciación..., matrimonio..., muerte), examinados como prácticas religiosas que, como en las más diversas sociedades, acompañan el paso de un individuo de una condición a otra, paso "en el que tiene lugar un proceso de profunda transformación del individuo dentro del significado colectivo, y la responsabilidad estructural del status social en que el sujeto es introducido"; 2) La fiesta, considerada desde el punto de vista del sujeto, entendido como la colectividad mediante la que se difunde el acto de la fiesta y adquiere un significado; y del objeto, aquello a lo que se dirige la celebración y el tiempo en que se celebra, con la preocupación de encontrar, si es posible, una puerta abierta entre lo sagrado y lo profano; igualmente su componente económico, sin excluir una interpretación no estrictamente religiosa como la marxista; 3) El sacrificio en su fundamentalidad, características y naturaleza específica dentro de un grupo social o comunidad; 4) La eficacia simbólica en sus relaciones con la magia y sus eventuales diferencias; 5) El problema de la religión, religiosidad, piedad popular, en referencia a las transformaciones litúrgicas de las celebraciones oficiales o a las celebraciones de grupos elitistas, consideradas globalmente como celebraciones rechazadas por las masas populares, bien porque éstas deserten del culto oficial, bien porque se refugien en formas rituales tradicionales. Aquí encuentra su justa importancia la otra cara de la moneda, la secularización, entendida en toda su problematicidad; 6) La relación y comprensión del binomio palabra-rito dentro de las prácticas sociales; 7) La música ritual considerada en su producción y reproducción, en relación con el proceso de evolución histórica de la sociedad humana eclesiástico-eclesial, así como en el sentido que desarrolla en la asamblea en referencia a particulares ambientes sociales o a determinadas categorías respecto a otros ambientes u otras categorías.

b) Los libros rituales. El análisis sociológico ha afrontado en estos últimos años, con bastante rigor, aunque con límites evidentes, las problemáticas inherentes a una sociología del tema religioso, preocupada por llegar a una teoría del modo de producción de este tema 89. Poner en claro la ideología presente en tal tema, la presencia activa del productor del mismo, que construye su mundo social en relación con otros actores; la relación entre análisis del tema y análisis de las posiciones ocupadas por los actores en el campo de producción del mensaje religioso: éstos son algunos aspectos que se refieren al uso social de la palabra.

La mayor parte de la investigación se ha dirigido al análisis de temas enunciados dentro de un grupo religioso en una posición de gran legitimidad o en el ejercicio de esta legitimidad, en particular en el momento ritualizado de la homilía. No faltan intentos de ensanchar la investigación, sea a la eucología en sí misma, sea, más tímidamente, a los ritos nacidos de la reforma litúrgica. Sociólogos y semiólogos están de acuerdo en este trabajo "por considerar el texto como un producto social cuyo sentido se encuentra ahora en su modo de aparecer al lector, y que de hecho escapa parcialmente a los autores". Lo que interesa en este tipo de análisis es el funcionamiento del texto, tanto en su emisión o producción por parte de un determinado agente social como en la recepción del texto a través de otro agente social, o la correspondiente práctica (escucha, rechazo, participación...). El desarrollo de la perspectiva señalada (microsociología), aun debiéndose armonizar con la investigación sociológica habitual (macrosociología), permite un análisis más cuidadoso del funcionamiento de la liturgia como relación social y una lectura más completa del fenómeno de la reforma litúrgica.

c) Historia litúrgica. Todavía hay que recorrer un largo camino para llegar a tener una historia del culto cristiano, y en particular de la liturgia, más atenta a los cambios correlativos de la iglesia y de la sociedad. Gracias a las investigaciones de G. Le Bras, sobre todo en Francia, la relación entre historia y sociología de la religión experimenta desarrollos notabilísimos, entre otras cosas por la singular aportación de las contribuciones metodológicas y de ampliación de contenidos de E. Poulat. El proceder de estas investigaciones deja ya adivinar la necesidad de una revisión global de los textos de historia litúrgica, para que sepamos tener en cuenta tanto la descripción de acontecimientos particulares del pasado como la elaboración de leyes generales. Obviamente, el proyecto se inscribe en el ámbito más amplio de la renovación de la investigación histórica, que se muestra tan sensible a la aportación de la sociología. En el cuadro expuesto aparece en toda su actualidad la incidencia de la historiografía que se refiere a la sociología de la religión para el tratamiento teológico, y el sacramental en particular. Ya M.-D. Chenu señalaba a la sociología de la religión la tarea de indagar los contextos socio-cultuales dentro de los que se elaboraron las fórmulas dogmáticas, y hoy podemos añadir la de indagar las diversas situaciones humanas, en sus evoluciones, a las que se refieren los sacramentos, así como las variabilidades dentro de los mismos en referencia al cambio social o eclesial.

Probablemente con la ayuda de estas investigaciones se podrá aclarar más de un aspecto de estas celebraciones que estructuran también al hombre social, tanto en referencia a la heerencia histórica como a la adaptación contemporánea.

S. Maggiani