8. Jesús y Qumrán

 


I.- Conceptos básicos

II.- Los esenios

III.- Los manuscritos

IV.- Las ruinas

V.- Yahad y cristianismo
 

   a) Historia de las hipótesis

   b) Puntos de encuentro

   c) Diferencias

   d) Conclusiones

   e) Qumrán y escritos del NT

Bibliografía

Notas


I. CONCEPTOS BÁSICOS 

a) ¿De quién estamos hablando al referirnos a los esenios? 

Al aparecer los manuscritos de Qumrán que nos hablan de una secta judía de los siglos I antes y después de Cristo, la primera reacción de los estudiosos fue la de identificarla con la secta de los esenios de la que nos hablaron autores judíos como Flavio Josefo y Filón y autores clásicos como Dión Crisóstomo o Plinio.

Esta opinión, hasta hoy mayoritaria, piensa que los habitantes del tell de Qumrán son esenios que nos dejaron en los manuscritos guardados en las cuevas la descripción de la vida de la comunidad y de sus creencias.

Pero conviene distinguir tres conceptos distintos..

*Los esenios: una secta conocida por los escritores clásicos

*Yahad es la comunidad de la que hablan los manuscritos encontrados en las cuevas

*Los qumranitas son los habitantes de las ruinas de Qumrán.

Como hemos dicho, desde el P. De Vaux que excavó el tell de Qumrán, la hipótesis más frecuente identifica estos tres conceptos, diciendo que en los tres casos se trata de las mismas personas:  Esenios = Qumranitas = Yahad. Los habitantes del tell eran una comunidad religiosa sectaria que escribió o guardó los manuscritos en que se describe su constitución interna y que coincide, al menos en parte,  con la secta esenia que nos era conocida por los autores antiguos.

Pero cabe pensar en todas las alternativas posibles: tres realidades diferentes, o dos realidades iguales entre sí y una diferente, o tres realidades diversas:

Esenios = qumranitas = Yahad

Esenios = qumranitas ¹ Yahad

Esenios = Yahad  ¹ Qumranitas

Yahad = qumranitas  ¹ esenios

Esenios ¹ qumranitas ¹ Yahad

Como el avispado lector puede ya haber conjeturado, todas las hipótesis posibles han sido defendidas por alguien. 

b) ¿De qué manuscritos hablamos 

Es importante también distinguir entre manuscritos de Qumrán y manuscritos del Mar Muerto. El primer concepto alude a los manuscritos hallados en las 11 cuevas cercanas a las ruinas de Qumrán. El segundo concepto es más amplio y abarca también los manuscritos encontrados en otras localidades en la orilla occidental del mar Muerto tales como el wadi Murabba’at, Hever o Masada a los que nos referiremos más adelante. 

II. LOS ESENIOS 

La palabra “esenios” define a un grupo sectario judío del final del segundo templo, que nos ha sido descrito por los historiadores de aquella época:

Flavio Josefo trata sobre los esenios en La guerra de los judíos, 2,125-166, y en Antigüedades de los judíos, 13,172.

Plinio el Viejo, Historia Natural 5,14-15. Escribe  hacia el año 77 d.C.

Filón habla de los esenios en varios lugares: Hypothetica (citado por Eusebio, Praeparatio evangelica 8.11.1-18), y en Quod omnis probus liber 12-13.

Dión Crisóstomo escribe en la segunda mitad del siglo I d.C. Su discurso se nos ha conservado en una obra tardía de Sinesio de Cirene (370-413). Dice que los esenios forman una entera próspera ciudad cerca del Mar Muerto en el centro de Palestina, no lejos de Sodoma.

(Para quien lo desee, tengo en el ordenador un documento en inglés que incluye los textos de todas las fuentes de la antigüedad relativas a los esenios).

El retrato robot compuesto con datos tomados de estos historiadores sería el siguiente: los esenios en Tierra Santa eran unos 4.000. Podemos compararlos con el número de los fariseos que, según Josefo, eran unos 6.000 en la época de Herodes el Grande. (En Qumrán no pudieron haber vivido más de 200 o 300 hombres). No están asentados en ninguna ciudad, sino que habitan en muchas, y practican la hospitalidad entre ellos. Frecuentan los baños de purificación.

Las fuentes nos hablan de su vida en comunidad, de su celibato, de su bolsa común, su respeto por ancianos y enfermos. Hacen una pausa en su trabajo a mediodía, para bañarse y ciñéndose vestidos puros, van a comer juntos en una comida ritual. Por la tarde reemprenden el trabajo en distintos oficios. A la noche se vuelven a reunir en una comida ritual.

Para formar parte de la comunidad tienen que pasar un noviciado de prueba durante tres años. No tienen secretos entre ellos, pero no revelan nada sobre su vida a los extraños. Envían ofrendas al templo, pero no hacen sacrificios.

Los informes nos hablan también sobre algunas de sus creencias particulares. Desaparecieron tras la guerra del año 70, y ya no se volvió a escuchar más sobre ellos.

Los datos sobre los esenios coinciden bastante con la comunidad Yahad tal como se nos describe en los documentos del Mar Muerto. Algunos de los datos no cuadran del todo, pero podríamos atribuir las discordancias a inexactitudes de los historiadores Josefo y Plinio, o a diferencias entre los distintos estadios cronológicos en la evolución de la comunidad. En principio la inmensa mayoría de los investigadores dan por supuesto de que en uno y otro caso se trata del mismo colectivo de personas.

F. García Martínez se niega a identificar sin más a qumranitas con esenios. Las informaciones clásicas sobre los esenios describen a un grupo de gran envergadura cuyos miembros están diseminados por todo el país. No se puede reducir el esenismo al movimiento marginal de Qumrán. García Martínez ha tratado de sintetizar los datos en una hipótesis complexiva que denomina “Hipótesis de Groningen”. Según él, los qumranitas son producto de una escisión que tuvo lugar en el seno del esenismo. El Maestro de Justicia en su oposición al Mentiroso rompió con la comunidad esenia para formar un pequeño grupo marginal que se retiró al desierto en vida del Maestro o poco después de su muerte.[1]

 

III.- LOS MANUSCRITOS 

a) Historia del hallazgo 

Los primeros manuscritos fueron hallados en 1947 por un muchacho beduino, en una cueva dentro de unas tinajas. En aquel lote estaban los 7 manuscritos mejores y más importantes: el doble rollo de Isaías (1Q Isª y 1QIsb), el rollo de los himnos o Hodayot (1QH), el comentario o Pesher de Habakuk (1QpHab), el apócrifo sobre el Génesis (1Q20 o 1QapGen), el rollo de la Guerra (1QM) y la Regla de la comunidad (1QS).

Estos siete manuscritos fueron vendidos en dos lotes, uno al investigador israelí Sukenik (1QIsb, 1QH, 1QM) y un segundo lote con los otros cuatro manuscritos al archimandrita sirio-ortodoxo de Jerusalén. Estos últimos manuscritos fueron finalmente comprados también por el Estado de Israel en 1954.

El hallazgo de los manuscritos en las 11 cuevas distintas tuvo lugar de 1947 a 1956. De estas cuevas, 5 fueron descubiertas por beduinos y 6 por arqueólogos. En aquel tiempo la zona de Qumrán pertenecía a Jordania, pero ya desde el principio los israelíes se interesaron por comprar el mayor número posible de esos manuscritos. La cueva que contribuyó un mayor número de fragmentos fue la cueva 4, la más próxima a las ruinas, que había sido ya violada por los beduinos cuando los arqueólogos llegaron a ella.

En años posteriores aparecieron más manuscritos en la región del mar Muerto, pero fuera ya de la zona de Qumrán. Como hemos señalado, en el wadi Murabba’at y en el Nahal Hever aparecieron documentos de la época de la guerra de Bar Kojba, y algunos textos bíblicos, como el rollo de los 12 profetas menores. También en Masada aparecieron fragmentos de Ben Sira, Jubileos y Ezequiel, entre otros. Es curioso que en Murabba’at aparecen muchos documentos de tipo jurídico y legal, cartas, títulos de propiedad, etc., que están totalmente ausentes en los manuscritos de Qumrán. Curiosamente en Masada apareció un fragmento de unos cantos para los sacrificios del sábado que, según Yadin, sigue el calendario solar de los esenios, y apuntaría hacia algún tipo de relación entre esenios y zelotes defensores de la fortaleza.[2]

 

b) El conjunto de la Biblioteca y su naturaleza 

La biblioteca de las cuevas de Qumrán comprende unos 800 manuscritos, algunos de ellos en fragmentos muy pequeños. Por ejemplo, la cueva 4 contenía 520 textos en 15.000 fragmentos. La mayoría de los textos están en hebreo, bastantes en arameo, y algunos, sobre todo en la cueva 7, en griego.

De entre los manuscritos de Qumrán, los hay de tres tipos. Manuscritos bíblicos de libros canónicos de la Biblia hebrea. Manuscritos de la literatura apócrifa intertestamentaria, y manuscritos sectarios que pertenecen a la comunidad del Yahad (reglas y comentarios exegéticos). No siempre será fácil saber si todos los documentos que se suelen adscribir a la comunidad de Yahad, pertenecían a la misma secta, o a grupos sectarios diferentes. En la cueva 3 había un rollo de cobre con la lista de 64 lugares en los que se oculta oro, plata y objetos sagrados.

Entre los documentos no hay autógrafos, sino sólo copias. Tampoco existe ningún tipo de documentos legales o de cartas, tales como los que fueron hallados en las cuevas del wadi Murabba’at.

En cuanto a los documentos sectarios, como hemos dicho, habría que aquilatar si todos pertenecen a una misma secta o pueden tener diversos orígenes. Normalmente se supone que todos están elaborados en el seno de la comunidad Yahad de la que nos habla la Regla de la comunidad. Se ha dudado de si pertenecen exactamente a la misma comunidad documentos tales como el Documento de Damasco (CD), el Rollo del templo (11Q19) y La Nueva Jerusalén en arameo.

El hecho de que hayamos encontrado varias copias de estos documentos en las distintas cuevas, significa que eran muy valorados por la comunidad, y además revelan muchos rasgos afines. Podemos utilizarlos como base de comparación con tal que lo hagamos con tino. En cualquier caso es muy curioso que en toda la gran biblioteca qumránica no hayan aparecido documentos de sectas contrarias, ni siquiera de cara a la refutación o a la polémica. Esto está en consonancia con el carácter fuertemente sectario del Yahad que tenía prohibido cualquier tipo de contacto con grupos externos a la propia comunidad, y refuerza la probabilidad que todos los documentos hallados pertenecían a la misma secta o al menos se movían dentro del mismo espíritu.

 

c) ¿Cómo se citan los documentos de Qumrán? 

¿Cómo citar los manuscritos hallados en las cuevas de Qumrán? Se citan con la sigla Q, precedida por un número del 1 al 11, que identifica la cueva en la que fueron hallados, y seguida por una letra o un número de referencia. Para los casos de los manuscritos más importantes y significativos se usa una letra, que normalmente es la inicial del título del manuscrito en hebreo. Para la regla de la comunidad la “S”de Serek, para la regla de la guerra la “M” de Milh|amah, para el rollo del templo, la “T”, para la colección de himnos, la “H” de Hodayot . En otros casos se usa un número. Así hablamos de 1QH, 1QM, 11QT, 1QS, IQIsª (el primer rollo de Isaías), 1Q20 (Apócrifo del Génesis), etc...  Detrás de estas siglas se cita el número de la columna (los rollos están escritos en columnas), y luego el número de la(s) línea(s) de cada columna.

En español tenemos una excelente edición de Florentino García Martínez, Textos de Qumrán, Trotta, Madrid 1993.[3] Actualmente hay en curso una Concordancia de todas las palabras que aparecen en los manuscritos.

 

IV.- LAS RUINAS 

Cerca de las cuevas había un tell de ruinas, que fue excavado por el dominico francés De Vaux en 1950. El asentamiento resultó haber estado habitado en la época del 2ª templo del 140 a.C. hasta el 66 d.C. Hay dos épocas de ocupación, separadas por un interregno en el que el lugar fue abandonado tras un terremoto en el año 31 a.C. El lugar estuvo desocupado durante la época herodiana, y luego volvió a ser ocupado durante la primera mitad del siglo I d.C. Fue destruido finalmente coincidiendo con el aplastamiento romano de la rebelión judía poco antes del año 70, fecha en la que los manuscritos fueron escondidos en las cuevas.

En el momento la excavación del Tell, se aceptó como indiscutible el hecho de que sus habitantes habían sido las mismas personas que escondieron los manuscritos en las cuevas, y las mismas personas de cuya comunidad nos hablan los documentos hallados. Pronto también se les identificó con la secta de los esenios de la que nos hablaban los historiadores judíos y romanos.

De Vaux, dominico, fue identificando las distintas dependencias dándoles nombres conventuales: la sala capitular, el scriptorium, el refectorium...  Este ha sido prácticamente un dogma de fe entre los estudiosos del tema, hasta que recientemente algunos expertos han cuestionado dicha identificación entre los habitantes del Tell y los miembros de la comunidad de que nos hablan los documentos.

El más articulado de los opositores ha sido Norman Golb con su libro sobre la búsqueda del secreto de Qumrán.[4] Después de la edición de este libro han surgido nuevas hipótesis diversas que localizan a los esenios en Ein Gedi, unos 20 kilómetros al sur de Qumrán. Según Golb las ruinas de Qumrán pertenecían a un asentamiento militar. Una joven pareja belga, el matrimonio Donceel sostienen que fue una villa privada. Más recientemente un arqueólogo israelí, Y Hirschfeld ha comparado las ruinas con un complejo en Ramat haNadiv de época herodiana, que era una casa de campo de una importante familia judía.

Algunos de los argumentos adelantados por Golb son dignos de tenerse en cuenta. Según él, la cercanía del cementerio a las casas hace imposible pensar que allí viviera una comunidad tan escrupulosa en todo lo referente a la pureza. El número de manos de distintos escribas que aparece en los manuscritos, hace impensable que todos pudieran haber sido escritos en una misma comunidad. Si la gente de esa comunidad hubiera escondido los manuscritos en las cuevas, habría depositado allí también otros documentos legales importantes para ellos... Según Golb, los que escondieron los manuscritos en esas cuevas y en otras parecidas en toda aquella zona, fueron refugiados que huían de Jerusalén cargados con sus bibliotecas. Los rollos de Qumrán serían una amplia muestra de literatura de la época, pero no procederían de una única biblioteca, ni de una única secta.[5]

Pero, si procedían de diversas bibliotecas, ¿cómo se explica que no hayan aparecido escritos de otras corrientes contemporáneas, como puede ser la de los fariseos?

En 1996 fue descubierto en Qumrán un ostrakon con una carta de 16 líneas escrita en 68 d.C. En ella alguien que hace donación de su propiedad a la comunidad. Ha venido a fortalecer mucho la hipótesis de que los escritores de los manuscritos son los mismos que vivían en el asentamiento del tell, y de que era allí donde se habían escrito muchos de los manuscritos.

También fortalece la hipótesis tradicional, el hecho de que en la sala posteriormente denominada scriptorium, aparecieran unos bancos y tres tinteros, lo que indica que la habitación era un lugar donde se hubieron podido copiar los rollos.

El consenso general sigue siendo que los manuscritos fueron enterrados en las cuevas por las personas que vivían en las ruinas del Tell, y por tanto hablan sobre la comunidad “monástica” que allí se albergaba.

Nos limitamos a constatar estos matices, pero no tenemos tiempo para entrar ahora en el detalle de estas discusiones. Para nosotros lo importante es adentrarnos en el contenido de los manuscritos comparar a Jesús con la comunidad de la que nos hablan, fueran o no esenios, y vivieran o no en las ruinas de Qumrán. En adelante nos referiremos a ellos como “esenios”, de entrada no queremos dar por zanjada la disputa, sino que simplemente nos ajustamos a la terminología normal en la literatura contemporánea. Si ambas comunidades –la de los esenios y la comunidad Yahad- no fueran una misma comunidad, sería un error mezclar los datos que conocemos por los manuscritos con los que conocemos por los historiadores. Esto equivaldría a mezclar churras y merinas. 

 

V.- LA COMUNIDAD DE YAHAD Y LOS ORÍGENES DEL CRISTIANISMO 

a) Historia de las distintas hipótesis 

Hasta la fecha no hay en los Documentos de Qumrán ninguna alusión a Jesús o al Juan Bautista. La mayor parte de estos textos proceden de los últimos dos siglos de la era cristiana. La mayoría de ellos fueron escritos o copiados antes de la época de Jesús y del Bautista. Aun aquellos que pueden fecharse en los primeros 70 años del siglo I d.C. no tienen conocimiento de la secta de los Nazarenos.

Robinson en 1957 pretendió  que el Bautista había sido miembro de la secta de los esenios, y luego se estableció por su cuenta. Fitzmyer lo ve verosímil, pero no se puede decir lo mismo de Jesús de Nazaret.

La historia de las hipótesis ha pasado por diversas alternativas. Al principio se tendió a subrayar las semejanzas. En esta época se hicieron las cábalas más fantásticas y escandalosas. En reacción contra ellas, se pasó al extremo contrario, a negar los contactos directos de los miembros de Yahad con Jesús y los primeros cristianos.

Actualmente hay una apreciación más sobria. Aunque se evita hablar de contactos directos, se subrayan mucho las semejanzas culturales. Es en esta actitud en la que nos situamos nosotros.

Durante la etapa “escandalosa”, se acusó a los investigadores de deshonestidad. La lentitud en la publicación de los manuscritos se atribuyó al hecho de presiones por parte judía y católica que había descubierto que los documentos eran muy comprometedores y atacaba los fundamentos históricos del cristianismo. El primero en formular esta acusación fue Allegro, ya en 1969. Estos escándalos fueron aireados por los medios de comunicación y la literatura amarilla.

Así, para Barbara E. Thiering, estudiosa australiana, el Maestro de Justicia era el Bautista, y Jesús, el Sacerdote malvado. Baigent y Leigh publicaron en USA un libro provocador, en el que se acusa a la Iglesia Católica de conspiración por ocultar la verdad.[6]

Para Robert Eisenman, los habitantes de Qumrán no eran esenios, sino zelotas capitaneados por Santiago, el hermano de Jesús y acérrimo enemigo de Saulo de Tarso. Según él, el “Maestro de Justicia” no es otro que Santiago el hermano del Señor. Se basa en el título de “Justo” o Tsadiq que da Clemente de Alejandría a Santiago. Para Eisenman, el Comentario a Habakuk debe ser visto a la luz de la identificación de Santiago el Justo con el Maestro de Justicia, y los documentos de Qumrán son de medio herodiano. Eusebio cita a Hegesipo, diciendo que Santiago era santo desde su nacimiento.[7]

Dentro de las atribuciones sensacionalistas, el papirólogo español J. O’Callaghan identificó un pequeño fragmento en griego de la cueva 7 (7Q5), con un texto del evangelio de Marcos 6,52-53.[8] Esta identificación sería verdaderamente revolucionaria, porque adelantaría la fecha del evangelio de Marcos una o dos décadas, y supondría claros contactos mutuos entre los habitantes de Qumrán y los primeros cristianos.[9] 

Todas estas calas de Thiering, Beigent, Eisenmann y O’Callaghan son muy problemáticas, y no han encontrado aprobación en el conjunto de los estudiosos... Las sospechas de conjuraciones no han quedado probadas. Al término de la publicación de todos los manuscritos de Qumrán se ha visto bien claro que no había nada que ocultar, y las sospechas eran totalmente gratuitas.

La fechación de la mayoría de los manuscritos en la época anterior a la era cristiana impide la identificación de sus personajes con las figuras del Nuevo Testamento. 

b) Puntos de encuentro entre el Jesús histórico y la  comunidad del Yahad[10]

Mientras que el evangelio nos habla a menudo sobre la interacción de Jesús con fariseos, saduceos y herodianos, en cambio nunca habla explícitamente de ningún contacto explícito con los esenios. Esto dificulta mucho el trabajo de comparación entre ambos.

Por otra parte, como ya hemos señalado, la mayoría de los rollos hallados en Qumrán son anteriores a la época del ministerio de Jesús. Por otra parte no es tampoco cierto cuáles ni cuántos de los documentos encontrados en Qumrán fueron escritos en Qumrán y reflejan la ideología de la secta.

Nuestra única posibilidad es comparar lo que sabemos sobre Jesús y sobre los esenios por separado, y tratar de aproximar ambas realidades. Comenzaremos señalando los puntos de semejanza.

1.- El movimiento de Jesús y los esenios son  dos ejemplos de la diversidad que existía en el Judaísmo antes del año 70. Unos y otros eran judíos devotos, observantes de la Torah, residentes en Palestina. 

2.- A pesar de ser grupos muy pequeños, tanto el Yahad como el grupo de los 12 podían pretender ser representantes del verdadero Israel. Preveían una futura edah más numerosa en el tiempo futuro, en torno al primitivo yahad. Ellos constituían el germen inicial en torno al cual se iba constituyendo el Israel escatológico

3.- Ambos grupos sentían una cierta desestima de los gentiles.

4.- Ambos grupos tenían enemigos comunes dentro del judaísmo, los saduceos y algunos fariseos.

5.- Creían que Dios estaba dando cumplimiento a las promesas de la Escritura, y tenían cierto tono apocalíptico

6.- Tenían todos ellos una teología basada en la Escritura, y con gusto especial por los mismos libros: Isaías, Deuteronomio y Salmos.

7.- Tenían modos semejantes de interpretar la Escritura bajo la guía del Espíritu.

8.- Ambos estaban orientados escatológicamente, es decir creían que el presente era el comienzo de una nueva era. Su escatología tenía simultáneamente una dimensión presente y futura. Aunque los qumranitas esperaban una guerra decisiva en el futuro próximo, también existía una dimensión de escatología realizada que vivían en sus liturgia comunitarias que tenían lugar en presencia de los ángeles.

9.- Ambos pretendían ser beneficiarios de una revelación especial por parte de Dios.

10.- Ambos interpretaban que las Escrituras, en su sentido profundo, se referían a ellos.

11.- Ambos, así como los bautistas, daban mucho relieve a Is 40,3, la voz que clama en el desierto.

12.- Jesús y los esenios se referían a la idea de una nueva alianza. Para los esenios esta nueva alianza fue establecida a través del Maestro de Justicia. Entrar en Qumrán era entrar en alianza. Para los cristianos la nueva alianza se había establecido en la sangre de Jesús.

13.- Jesús y los esenios aceptaban la continuación de la profecía. Tanto Jesús como el Maestro de Justicia se consideraban profetas, mientras que el judaísmo fariseo  (Sal 74,9), decía que ya no había profecía. Así el rabí Aqiba.[11]

14.- Ambos subrayaban que la redención escatológica estaba prometida a los pobres. Los esenios se llamaban a sí mismos “pobres de espíritu”.[12]

15.- Ambos tenían en común  expectativas mesiánicas. Charlesworth nos da un denso resumen de cómo muchos estudiosos de hoy han vuelto a pensar que Jesús pudo muy bien pensar en sí mismo como Mesías.[13] En Qumrán se habla de dos Mesías distintos, uno davídico y otro levítico. Ambos liderarían a Israel en la batalla final y gobernarían el pueblo tras la victoria. Las dos acciones proféticas de Jesús en su entrada solemne en Jerusalén no podían por menos que ser interpretadas como una reivindicación de mesianismo.

16.- Se ha solido comparar el texto de la respuesta de Jesús a los enviados del Bautista (Mt 11,2-6) con un texto de 4Q521, que Puech llama “Apocalipsis mesiánico”. En dicho texto se habla cómo en los días del Mesías  el Señor dará libertad a los cautivos y vista a los ciegos, enderezará a los que se doblan, curará a los heridos, resucitará a los muertos, y proclamará la buena noticia a los pobres, con claras referencias a Sal 146,7-8 y a Is 61,1.

17.- Ambos subrayaban la pecaminosidad de la naturaleza humana delante de Dios

18.- Ambos subrayaban la necesidad de pedir perdón a Dios , y la certeza de recibir el perdón de Dios.

19.- Ambos ponían gran acento en el valor simbólico del agua.

20.- Ambos parecen haber tenido una actitud más rigurosa hacia el divorcio.11QTemplo 57,17 afirma que lo mismo que el rey no debía divorciarse de su mujer. Ver también el Documento de Damasco que considera inmoralidad sexual el tomar dos mujeres.[14] Este precepto tanto en Qumrán como en Jesús, está motivado por el horizonte escatológico de la  era de la nueva creación.[15]

21.- Jesús era célibe y los esenios (algunos al menos) también. El celibato de los esenios está atestiguado por los historiadores de aquella época, pero en los manuscritos de las cuevas no hay ninguna referencia explícita a su celibato. El Documento de Damasco deja lugar para la existencia de mujeres e hijos.[16] La Regla de la Congregación que contempla el Israel de los últimos días, deja abierta la puerta a la presencia de mujeres y niños, y prohíbe la poligamia,[17] mientras que la Regla de la comunidad, que contempla la Yahad del presente, mucho más minoritaria, no parece dejar lugar para una vida matrimonial entre los sectarios. El mismo Josefo ya distinguió entre unos esenios que no se casaban,[18] y otros que sí se casaban.[19]

Meier refuta la tesis de Phipps de que Jesús estuvo casado.[20] Josefo, Plinio y Filón se refieren al celibato de los esenios. Filón en  Sobre la vida contemplativa, se refiere además al celibato de los terapeutas de Egipto. Se discuten las razones para la práctica del celibato entre estos grupos. Otra importante figura célibe del Antiguo Testamento es Jeremías. Sin embargo en la estricta moral sexual de Jesús no hay ningún interés por el tipo de casuística que se da tanto en la comunidad de Yahad como posteriormente en la Misná.

El celibato de Jesús probablemente tenía razones muy distintas del de los esenios. Para Jesús venía de la total dedicación al Reino, mientras que para  los Qumranitas pudo haber sido simplemente un desarrollo de su obsesión por la pureza del cuerpo.[21]

22.- Tanto el movimiento de Jesús como los esenios estaban polarizados por la fuerza de un fundador carismático, Jesús y el Maestro de Justicia, que pedían a sus seguidores una fe inquebrantable en sus enseñanzas, su liderazgo y su relación especial con Dios. Sólo Hilel era comparable, pero no era carismático.

23.- El hecho de que el héroe de la comunidad fuese el “Maestro de Justicia”, perseguido y/o muerto por el Sacerdote impío, es decir un sumo sacerdote, sentaría un importante prece­dente para justificar a Jesús, condenado también por otro Sumo Sacerdote, y rehabilitado por los miembros de su comunidad. El ser condenado por un sumo Sacerdote ya no era una condenación inequívoca contra cualquier miembro del pueblo.[22] Hay textos que no dejan lugar a dudas de que el Maestro de Justicia sufrió persecución a manos del sacerdote impío,[23] pero los textos sobre su asesinato son ambiguos.

24.- La expresión Espíritu Santo aparece muchas veces en labios de Jesús. En alguno de estos casos representa “ipsissima verba” como en la blasfemia contra el Espíritu Santo de Mc 3,29. Este término no aparece en el AT, y sólo tres veces en literatura apócrifa, y es muy raro en la Misná, pero muy abundante en la literatura de Qumrán. Los esenios reivindican que el Espíritu Santo había abandonado el templo y les había acompañado a ellos al desierto. El Espíritu Santo mora en la comunidad. Jesús pudo haber tomado esta idea de los esenios. Aunque también Hilel lo usó una vez .[24]

25.- En ambos grupos se da una importancia a la comunidad, especialmente en la tradición recogida en Mateo sobre la ekklesia.[25] Muchos investigadores no creían que la palabra ekklesia de Mateo perteneciera a los ipsissima verba, sin embargo los escritos de Qumrán  nos revelan la existencia en aquella época de comunidades muy perfiladas. ¿Qué palabra hebrea correspondía a ekklesia? Se solía decir que Qahal o edah. En Qumrán surgen otras posibilidades: Sod, o Yahad. Hay textos en Qumrán en que se nos habla de la “comunidad de su elegido”, refiriéndose al Maestro de Justicia[26] o a todo el pueblo de Israel.[27] Quizás esto nos ayuda a comprender el ecclesia mea de Mateo.

26.- En cuanto a los bienes de este mundo y la propiedad hay semejanzas y diferencias entre la doctrina de Jesús y la de los qumranitas. En Yahad el candidato tras un año de iniciación  puede ya tocar objetos ritualmente puros, y su propiedad pasa a ser controlada por un inspector (mebaqqer), pero todavía no se fusionan con los bienes de la comunidad.[28] Después de un segundo año y un nuevo escrutinio puede ya participar de las comidas rituales y sus propiedades son añadidas al tesoro de la comunidad. Esto coincide con lo que nos cuentan las fuentes históricas de Filón y Josefo. Había entre ellos una estricta bolsa común.

En la doctrina de Jesús hay una visión de las riquezas como un ídolo que puede suplantar al verdadero Dios, y llevó un estilo de vida de radical pobreza. Sólo desde la pobreza se puede llevar la confianza radical en la providencia que es uno de los rasgos más típicos de la doctrina de Jesús. Entre los discípulos parece haber existido una bolsa común, pero Jesús exhorta a los suyos a despojarse de sus propiedades, pero no para darlas a la comunidad, sino para darlas a los pobres. Sin embargo Jesús no exigía a todos sus seguidores que se desprendiesen de hecho de todos sus bienes, tal como lo exigían los qumranitas. El caso del joven rico, a pesar de ser muy probablemente un suceso histórico, no es una instancia emblemática que se puede generalizar.[29] Entre los mismos qumranitas parece haberse dado una doble velocidad en lo referente al desprendimiento. Mientras que los que habitaban en Qumrán ponían en común todos sus bienes, otros esenios no célibes que vivían en las ciudades contribuían económicamente a la secta, pero conservaban sus propios bienes para mantener a las familias.

27.- En el calendario solar esenio las fiestas caen casi todas ellas en domingo, cada siete semanas. Es el caso de Pentecostés, la fiesta del vino, la fiesta del aceite... Quizás esto pudo dar un precedente a la costumbre cristiana de celebrar el domingo.

28.- Ambos grupos compartían una ambivalencia intrigante con respecto a Jerusalén y el templo, con serias reservas sobre su culto. Los qumranitas habían roto con el sacerdocio hasmoneo que no era sadoquita y con el calendario solar-lunar. En la espera del nuevo templo purificado, los qumranitas se consideraban a sí mismos como un templo espiritual hasta que el templo de Jerusalén pudiera ser restaurado.  Jesús, contrariamente a los qumranitas visitaba el templo y juzgaba que en el ínterin había que respetar sus rituales. Pero Jesús anuncia que el estado presente está llegando a su fin y con él el templo de Jerusalén. Las profecías de reconstrucción no dicen claramente si se trata de un nuevo templo a construir o de un templo simbólico.

Es muy interesante notar como la referencia a la comunidad como templo, que es típica de la teología cristiana, aparece ya en Qumrán. La comunidad se describe aquí como un santuario, una casa para Israel, el Santo de los santos para Aarón.[30]  Esto ha venido a refutar las tesis de los que pensaban que la identificación entre comunidad y templo le venía al cristianismo del pensamiento estoico.

29.- Tanto Jesús como los esenios creían en la resurrección de los muertos. En esto coincidían con los fariseos y se distanciaban de los saduceos. La resurrección está atestiguada en Dn 12,2 y ya antes en los Escritos de Henoc y el libro de los Jubileos, que eran libros copiados,  leídos y venerados por los qumranitas. En 4Q521 2,II,12 y 7,6 encontramos una alabanza de Dios que “da vida a los muertos”.[31] Los esenios no enterraban a sus difuntos en tumbas colectivas en las que se juntaban los huesos de los hijos con los padres, sino en tumbas individuales de casi 2 ms. de profundidad en las que esperaban intactos la resurrección.  Muy recientemente se ha descubierto una tumba muy especial en el cementerio de Qumrán que algunos piensan pudo haber sido la tumba del Maestro de Justicia. Se trata de la tumba 1.000 en el edificio B.[32] Esta tumba está en el interior de un edificio, y curiosamente en lugar de estar orientada norte-sur, como todos los enterramientos del segundo templo, está orientada este oeste. Los esenios esperaban que la resurrección de los muertos tendría lugar al comienzo del juicio final. El lugar de los bienaventurados sería el jardín del Edén, y por eso los cuerpos miraban en dirección hacia el norte.[33]

30.- Algunos han intentado ver contactos entre los esenios y los primeros cristianos apoyándose en la geografía de los barrios de Jerusalén. Según ellos, en el que tradicionalmente se han localizado los lugares santos de la primera comunidad cristiana en el Monte Sión, coincidiría con el barrio de los esenios. Efectivamente en la vecindad de ese barrio los arqueólogos han desenterrado la “puerta de los esenios” en la muralla de la ciudad.[34] De aquí se ha pasado a decir que el “hombre del cántaro”, que sirvió de señal a los apóstoles para encontrar la casa en la que Jesús quería celebrar la Pascua, era un esenio, porque los esenios eran los únicos varones en la cultura judía de la época que hacían este servicio que estaba normalmente reservado a las mujeres.[35]  Se trata de un argumento un poco tomado por los pelos. Además nada indica que la “puerta de los esenios” significase aquella que estaba situada en el barrio esenio. Normalmente las puertas de la ciudad reciben el nombre del punto de destino de la carretera que arranca de allí. La puerta de Damasco es aquella de donde sale la carretera que lleva a Damasco. La puerta de los esenios bien pudo haber sido la puerta de donde salía la carretera que llevaba a Qumrán, y no se refería al barrio en el que estaba enclavada.[36]

 

c) Principales diferencias entre ambos

 

MPO = Más parecido a los otros. En este punto Jesús es más parecido a otros judíos que a los esenios

DFO = Diferente de los otros. En este punto Jesús era diferente tanto de los esenios como de los otros judíos.

 

1.- El grupo de Jesús era abierto y sus bordes porosos, mientras que la comunidad esenia era cerrada y tenía procedimientos selectivos de iniciación. MPO

2.- El mensaje de Jesús era público y el de los esenios secreto.

3.- Jesús puso su énfasis en el amor al enemigo. Los esenios sobresalen por su doctrina sobre el odio. “Malditos seáis en las obras de vuestra malicia culpable. Que Dios haga de vosotros un objeto de terror a manos de los vengadores. Sed malditos, y privados de misericordia, según la oscuridad de vuestras obras. Sed condenados en el oscuro lugar del fuego eterno.[37] Quizás el “Odiarás a tu enemigo” de Mt 5,43 sea una crítica a la interpretación esenia. En la regla de la comunidad se exhorta a “amar a los elegidos de Dios y odiar a todos a quienes él ha rechazado”. [38]

4.- Los esenios extremaban la pureza corporal, mientras que Jesús insiste en la pureza interior. G. Jeremías habla aquí de un contraste irreconciliable. Los esenios se oponían a las vajillas de cerámica. Jesús se mantiene al margen de los debates sobre pureza que eran corrientes en el siglo I. DFO

5.- Jesús admitía a mujeres en su grupo, las admitía como discípulas y las consideraba sus amigas En ocasiones rompió tabúes hablando con ellas incluso a solas. Los esenios en cambio, consideraban que las mujeres eran dignas de desconfianza, caprichosas. En el Documento de Damasco la corrupción del templo la atribuían a una asociación impura con mujeres.[39] Estaba prohibido tener relaciones sexuales con la esposa en Jerusalén, la ciudad santa.[40]

6.- Jesús participaba en fiestas y tenía fama de comedor y bebedor. No era un asceta como aparecen los esenios. DFO

7.- Jesús predicaba a la multitud e intentaba su conversión. No hay, en cambio, ningún documento misionero entre los esenios. Jesús se relacionaba con las multitudes. El celo misionero de Jesús contrasta con el judaísmo que es una religión no misionera. DFO

8.- El estilo de Jesús es colorista y llano, mientras que el de los documentos es críptico, y en algunos casos codificado. Los esenios escribían sólo para los letrados e iniciados. Jesús hablaba para las masas. MPO

9.- Jesús se relacionaba con los mendigos, los hombres marginales e impuros. Los esenios se mantenían al margen de ellos. “Los impuros nunca entrarán en el santuario”.[41] Jesús se relacionaba también con gentiles, el centurión, la cananea, la samaritana. Los esenios tenían normas que los separaban del todo de los gentiles como lo consigna Josefo  y la Regla de la Comunidad. DFO

10.- Jesús fue famoso por sus curaciones milagrosas. En los documentos de Qumrán no se atribuyen milagros ni al Maestro de Justicia ni a los futuros Mesías. En el apócrifo del Génesis y en la oración de Nabonido se atribuyen exorcismos a Abrahán y a un exorcista judío que bien pudo haber sido Daniel. Se trata en ambos casos de una oración, más bien que de un exorcismo conminatorio. No parece que los esenios estuviesen muy interesados en estos temas médicos, aunque si cultivaban las medicina de yerbas. DFO (salvo los jasidim)

11.- Diferían en su manera de concebir la iniciación. Para Jesús, la iniciación no era prolongada. Bastaba con ponerse en camino tras Jesús. Para los haberim se requería al menos un mes.[42] En cambio, según la Regla, para unirse al grupo esenio hacía falta tres años de preparación.[43]  DFO

12.- Aunque en la comunidad de Jesús había responsables, no hubo una jerarquía rígida ni un escalafón, sino que Jesús subrayó la actitud de servicio y fraternidad. En cambio en Qumrán habría jerarquías, escalafones, castigos severos, como señala la Regla. Según Josefo, había 4 grados. Si un senior era tocado por un junior, tenía que purificarse como si hubiese tocado a un  miembro de fuera de la secta.[44] Algunos dichos de Jesús sobre el sentido de fraternidad han podido ser pronunciados como crítica a los esenios.

En la comunidad esenia había un fuerte liderazgo de sacerdotes y levitas, mientras que en la comunidad de Jesús, se trataba de laicos, liderados por un laico. MPO

13.- Jesús no escribió nada, mientras que los esenios eran un grupo de escribas, preocupados por escribir y copiar. Jesús no dejó libros, y los esenios dejaron toda una biblioteca.

14.- Jesús no tuvo una formación académica, mientras que los esenios estaban dedicados a las Escrituras y sus propios escritos. Sobre el tema de si Jesús era letrado o no, ver J.P. Meier, en Un judío marginal, vol. 1, 279-290, con abundante bibliografía sobre los datos evangélicos, la educación judía y la alfabetización en tiempos de Jesús.

15.- Jesús era vulnerable, mientras que los esenios estaban protegidos por todo un grupo solidario y fuertemente organizado y jerarquizado.

16.- Coinciden en desaprobar la multiplicación frívola de juramentos. Valoran mucho el decir la verdad, y, según Josefo, la palabra de un esenio tenía por sí sola más valor que un juramento.[45] La diferencia está en que Jesús prohibía toda clase de juramento (Mt 5,33-34), mientras que los esenios hacían un solemne juramento al entrar en la comunidad, según la Regla.[46] Los levitas tenían que maldecir a los que pertenecían a Belial.[47] DFO

17.- Jesús, como Hilel, podía resumir la Torah en dos preceptos. Esto es lo que Hilel contestó a quien le exigía que resumiese la Torah mientras se sujetaba sobre un solo pie. Los esenios nunca hubieran hecho esa síntesis. Todo para ellos era importante, y añadían cada vez nuevas reglas. MPO

18.- La enseñanza de Jesús era en parábolas. En los documentos de Qumrán no existe el género literario parábola. MPO

19.- Ningún dicho atribuido a Jesús es claramente predeterminacionista o determinista, mientras que la doctrina de Qumrán era fuertemente determinística, con una visión de la doble predestinación.[48] MPO

20.- La angelología no está desarrollada en la doctrina de Jesús, mientras que entre los esenios se mencionan Miguel, Gabriel, Rafael y Sariel.[49] Josefo ya atribuía a los esenios mucho interés por los nombres de los ángeles.[50] DFO

21.- Jesús hacía una interpretación liberal de las normas sobre el sábado, mientras que los esenios eran sabáticos estrictos. Según Josefo eran los más estrictos en este punto.[51] En el Documento de Damasco dice que no se puede sacar a un animal del pozo en sábado.[52] Quizás Jesús disputaba con los esenios en Mt 12,11. MPO

22.- El centro del mensaje de Jesús era el Reino de Dios, concepto compartido con otros muchos judíos, Sabiduría, Salmos de Salomón, Daniel, Tobías. Pues bien, este concepto no ha aparecido en toda la biblioteca de Qumrán. Lo más parecido es la afirmación “Y el Reino será para el Dios de Israel” en la Regla de la Guerra.[53] DFO

23.- Las comidas litúrgicas de los esenios también han sido consideradas por algunos como un precedente de las comidas cristianas. Pero no es tan claro el parecido. En primer lugar, también los fariseos o haberim tenían este tipo de comidas, que eran propias del judaísmo en general. Además el sentido de la comida es muy diverso.[54]

La mayor diferencia es el carácter inclusivo de las comidas de Jesús, hasta abarcar también a los “pecadores”. En las comidas de Qumrán quedaban excluidos, no sólo pecadores, sino también los que tenían defectos físicos, o cualquier tipo de impureza legal. En este punto eran mucho más parecidos entre sí los esenios y los fariseos. Neusner en su estudio sobre los fariseos, dice que el 67% de las perícopas legales  de las tradiciones rabínicas de las casas de Hilel y Samay tienen que ver con el hecho de comer.[55]  El rasgo más distintivo era la resistencia de fariseos y esenios a comer con pecadores. DFO

24.- Jesús no compartía el interés de los esenios por el calendario solar, y parece haber seguido el calendario antiguo solar-lunar que se había introducido en el templo en época macabea. Jesús no tuvo nada especial que decir acerca del calendario.

Sin embargo algunos han tratado de solucionar el problema de la fecha de la Pascua en la que murió Jesús, aduciendo que Jesús había seguido el calendario esenio, distinto del que seguía el resto de los judíos en el templo de Jerusalén. Esto explicaría que Jesús hubiese podido comer el Seder de Pascua el martes por la noche, según el calendario esenio, y haber muerto el viernes, víspera de la Pascua según el calendario judío. Esto daría simultáneamente razón a los sinópticos que consideran la cena de despedida de Jesús como una cena pascual, y a Juan que considera que Jesús murió la víspera de la pascua, mientras se sacrificaban los corderos que se iban a comer esa noche, cuando Jesús ya estaría enterrado.[56] MPO 

d) Conclusiones 

Charlesworth, después de este análisis de semejanzas y diferencias, llega a cinco conclusiones:

1.- Ciertamente Jesús no era un esenio, como algunos han pretendido (Graetz, Kohler) y el periodismo amarillo de los suplementos dominicales. Tampoco fue formado en medios esenios.

2.- Jesús tuvo algunas influencias esenias en algunas de sus ideas escatológicas, mesiánicas, la comunidad de bienes, la condena del divorcio, la redención para los pobres... Pero rechazaba su calendario, su legalismo, su concepto de pureza, su determinacionismo, su doctrina sobre el odio, sus juramentos, su práctica deshumanizadora del sábado.

3.- La literatura del Mar Muerto es una fuente inapreciable para comprender la vida y enseñanzas de Jesús. Nos dan contexto ideológico, iluminan el medio social, nos dan paralelos en el vocabulario.

4.- Jesús fue influenciado por muchos grupos dentro del Judaísmo; por el Bautista y su grupo. Pudo haber empezado un movimiento similar al del Bautista. Ciertamente fue influenciado por Hilel indirectamente.[57] Pero Jesús no fue miembro de ningún grupo judío. Ni fue tan próximo a los fariseos como pretende Falk.[58]

5.- Los intentos por resucitar la tesis de Renan de que el Cristianismo era un Esenismo con éxito han fracasado. Sin embargo es obvio que la influencia del esenismo ha sido más grande en la segunda y tercera generación de seguidores de Jesús, en las cartas post-Paulinas, en las protopaulinas, en Mateo y en Juan. 

 

e) Contactos entre los escritos de Qumrán y el Nuevo Testamento 

Más importantes son los contactos literarios entre el Nuevo Testamento y los escritos de Qumrán.[59]

La matriz literaria de Qumrán es judía. No hay paralelismo con los grandes temas de Pablo, pero sí muchos con los secundarios.

La doctrina de Pablo tiene paralelos con la doctrina qumránica de la total pecami­nosidad del  hombre, y en Dios como la sola causa de la justicia.

En Qumrán aparecen muchas frases paulinas, que hasta ahora no habían aparecido en el AT ni en la literatura judía conocida: “La justicia de Dios”,[60] la frase: “las obras de la Ley”,[61] la “Iglesia de Dios”,[62] “hijos de la luz” e “hijos de las tinieblas”.[63] En general, el dualismo ético está presente en Pablo y Qumrán, así como el contraste entre luz y tinieblas.

Muy importante es la matriz palestina de Kyrios aplicada a Dios. Bultmann veía en ella una huella del helenismo y del paganismo, pero en Qumrán ha aparecido aplicada a YHWH ‘Adon o Mare.

Igualmente se detectan semejanzas con los escritos deuteropaulinos, el término Mysterion, “una participación en la suerte de los santos en la luz”, “en su cuerpo de carne”...

La imagen de la comunidad fundada sobre roca se encuentra en Qumrán, aunque allí la roca no se identifica con una persona.[64]

“Los muchos”, o “la mayor parte” (Mc 10,45; 14,24; 2 Co 2,6) se refieren en Qumrán a la totalidad de los hombres. “Será derramada por los muchos” equivale a “será derramada por todos”.

Hay un paralelo muy importante entre la anunciación en Lucas y un fragmento de 4Q246, en arameo que habla de alguien indeterminado (el fragmento está muy deteriorado) que será grande en la tierra, hará la paz y todos le servirán. Será llamado hijo del Gran Dios, y por su nombre será llamado. Será ensalzado como hijo de Dios, y le llamarán el hijo del Altísimo, y su reino será un reino para siempre.

Algunos han querido ver en esta figura un “hijo de Dios” bueno, dividiendo el himno en cinco estrofas. Los que lo dividen sólo en dos estrofas encuentran que la descripción del Rey, hijo de Dios, está en la primera parte, la de los reyes malvados, y no puede representar a un verdadero enviado divino, sino a un tirano que se hace llamar “hijo de Dios”. Sólo a partir de la segunda parte, la columna B3, empieza a hablar de los buenos, y en este caso se trata de una figura colectiva, del pueblo de Dios. Para Israel Knohl el rey que hace la paz y se llama “hijo de Dios”, es Octaviano Augusto.[65]

También en el meteorito juánico, Jesús se dirige a Dios como “Señor de cielo y tierra”. No había hasta ahora ningún testimonio de este título en el texto masorético.[66] Pero este título ha aparecido exactamente en el arameo del Apócrifo del Génesis 22,16,21.

Muchos aspectos del rol jugado por Melquisedec en la carta a los Hebreos, han aparecido ahora en los textos de Qumrán.

Muy importante también es el paralelismo de textos qumránicos con la literatura juánica. El dualismo entre luz y tinieblas que Bultmann iba a buscar lejos de Palestina en los escritos mandeos, podemos encontrarlo allí muy cerca de los orígenes cristianos en Qumrán. Si bien algunos han insistido en que el paralelismo no es tan estrecho como pudiera parecer.[67]

 El Paráclito es “el espíritu de la verdad”, concepto importante en Qumrán. Es traducción de la palabra hebrea Menájem. Knohl la relaciona no con Menájem el galileo, sino con Menájem el esenio. Su nombre había pasado a ser sinónimo del Mesías esperado, así como César pasó a ser un nombre de todos los emperadores posteriores.

 

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Frontline: www.pbs.org/wgbh/pages/frontline/shows/religion/portrait/essenes.html

Sobre la identificación de O’Callaghan:

www.uco.es/dptos/c-antiguedad/griego/publicaciones/docum1003.htm

 

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Notas sobre el tema 8
[1] Cf. F. García Martínez, Textos de Qumrán, Trotta, Madrid 1992, p. 40-43.
[2] Y. Yadin, Masada. Herod’s Fortress and the Zealots’ Last Stand , Steimatzky, Jerusalem 1988, p. 172-174.
[3] Hay otra muy buena en inglés que está también en la biblioteca: F. García Martínez y E. Tigchelaar, The Dead Sea Scrolls. Study Edition, 2 vols., Brill, Leiden 1997-98.
[4] Who wrote the Dead Sea Scrolls? The Search for the Secret of Qumran, Scribner, New York 1995.
[5] Para una exposición sintética y refutación de los argumentos de Golb, cf. “Apéndice I: Sobre el origen de la biblioteca qumránica: Tesis de Golb”, en A. Piñero (ed.), Orígenes del cristianismo. Antecedentes y primeros pasos, Córdoba 1991, 165-169.
[6] El escándalo de los manuscritos del mar Muerto, Martínez Roca, Barcelona 1992.
[7] Sobre el tema de Santiago, cf. B. Chilton, y C.A: Evans (eds.), James the Just and Christian Origins, Leiden 1999. Sobre los “escándalos” de Qumrán, cf. O. Betz, y R. Riesner, Jesús, Qumrán y el Vaticano, Herder, Barcelona 1994.
[8] C.P., Thiede, “7Q-Eine Rückkehr zu den neutestamentlichen Papyrusfragmenten in der siebten Höhle von Qumran”, Biblica 65 (1984) 538-57; The Earliest gospel Manuscript?, Paternoster, Londres 1992.
[9] Un estudio sintético muy actual en la Red sobre la tesis de O’Callaghan es el de J. Peláez, www.uco.es/dptos/c-antiguedad/griego/publicaciones/docum1003.htm
[10] Nuestro principal texto de referencia será el del libro de J.H. Charlesworth (ed.), Jesus and the Dead Sea Scrolls, especialmente el cap. I, “The Dead Sea Scrolls and the Historical Jesus”, p. 1-74, y el cap. 3: “Membership in the Covenant People at Qumran and in the Teaching of Jesus”, p.104-122. Hemos hecho uso también de J.P.Meier, “The Essenes and Qumran”, en el capítulo 30 de A Marginal Jew, vol. 3, Compa­nions and Competitors, Doubleday, Nueva York 2001, 488-531; J.A. Fitzmyer, “The Qumran Scrolls and the New Testament After Forty Years”, Revue de Qumran 13 (1988), 609-620; J.M. Casciaro Ramírez, Qumrán y el Nuevo Testamento, Pamplona 1982.
[11] bYoma 9b.
[12] 1QM 12,13-14.
[13] J.H. Charlesworth, “The Dead Sea Scrolls and the Historical Jesus”, en Charlesworth, (ed.), Jesus and the Dead Sea Scrolls, Doubleday, New York 1993, bota 112, p. 51.
[14] CD 4,20.
[15] CD 4,4.
[16] CD 7,6-9; 19,2-5.
[17] 1QSa 1,1.4; 9-10.
[18] Guerras 2,8.2.
[19] Guerras 2,8.13.
[20] Sobre este punto del celibato de Jesús, cf. J.P. Meier, Un judío marginal, vol 1., 341-354.
[21] cf. A. Marx, “Les racines du célibat essénien”, RevQ 7 (1969-71) 323-42; E. Qimron, “Celibacy in the Dead Sea Scrolls and the Two Kinds of Sectarians”, The Madrid Qumran Congress, vol. 1, 287-94; J.P. Meier, A Marginal Jew, vol.3, 502-509.
[22] Sobre la posible muerte violenta del Maestro de Justicia, cf. G. Vermes, The Dead Sea Scrolls. Qumran in perspective, Fortress, Filadelfia 1977, 142-156; J.A. Fitzmyer, Responses to 101 Questions on the Dead Sea Scrolls, 57-58, y el tratamiento que hace J.P. Meier en la Nota 105 del capítulo 30, de A Marginal Jew, vol. 3, p. 590.
[23] 1QpHab 11,5-8, 4Q 169.
[24] t.Pesahim 4,14 t.Pesahim 4,14.
[25] Cf. J.M. Casciaro Ramírez, Qumrán y el Nuevo Testamento, Pamplona 1982, p. 128-142.
[26] 1QpHab 9,12.
[27] 1QpHab 5,4.
[28] 1QS 6,18-21.
[29] J.P. Meier, A Marginal Jew, vol. 3, 515-517; 520-21.
[30] 1QS 9,6; CD 3,19.
[31] Cf. E. Puech, “Les Esséniens et la vie future”, en Le Monde de la Bible 4 (1978), 38-40, y “Une Apocalypse messianique”, en RevQ (1992).
[32] Cf. M. Broshi y H. Eshel, “Whose Bones?”, BAR 29 (2003), 26-33.
[33] Cf. H. Stegemann, Los esenios, Qumrán, Juan Bautista y Jesús, p. 232-233.
[34] Flavio Josefo, Guerra 5,145.
[35] Cf. R. Riesner, “Jesus, the Primitive Community and the Essene Quarter in Jerusalem”, en Charlesworth, (ed.), Jesus and the Dead Sea Scrolls, Doubleday, New York 1993, 198-234. Ver también B. Pixner, “Jesus and his community: Between Essenes and Pharisees”, en J.H. Charlesworth y L.L. Johns (eds.), Hillel and Jesus, Fortress, Minneapolis 1997, 193-224; B. Pixner, “An Essene Quarter in Jerusalem?”, Studia Hierosolymitana in onore di P. Bellarmino Bagatti I: Studi archeologici Jerusalem 1976, 245-285.
[36] B. Schwank, “Gab es zur Zeit der öffentlichen Tätigkeit Jesu Qumran-Essener in Jerusalem?”, en B. Mayer, Christen und Christliches in Qumran?, 115-130
[37] 1QS 2,5-8.
[38] 1QS 1,4.10.
[39] CD 4-5, 7.
[40] CD 12.
[41] 11QTemple 45; 4Q174.
[42] t.Dem 2,10-12.
[43] 1QS 6,13-23; cf. Jesus and the Dead Sea Scrolls, cap. 3: “Membership in the Covenant People at Qumran and in the Teaching of Jesus”, p. 104-122.
[44] Guerra 2,150.
[45] Guerras, 2,8.6.
[46] 1QS 5,7-20; cf. Guerras 2,8.7.
[47] 1QS 2,4-10. Sobre este tema de los juramentos, cf. J.P. Meier, A Marginal Jew, vol.3, 509-512.
[48] Cf. Antigüedades 13,172; cf. E.H. Merrill, Qumran and Predestination: A Theological Study of the Thanksgiving Hymns (SSTD 8), Leiden 1975.
[49] 1QM 9,15-16.
[50] Guerras 2,142.
[51] Guerras 2,147.
[52] CD 11,13.
[53] 1QM 6,6; 12,7.
[54] Ver al respecto: J.D.G. Dunn, “Jesus, Tableship and Qumran”, en J.H., Charlesworth, (ed.), Jesus and the Dead Sea Scrolls, Doubleday, New York 1993, 254-272.
[55] J.Neusner, From Politics to Piety. The emergence of Pharisaic Judaism, Ktav, Nueva York 1979, p. 86.
[56] Sobre este punto ver la tesis de A. Jaubert, La date de la Cène, Gabalda, Paris 1957; J. Charlesworth, John and the Dead Sea Scrolls, 62-75; J.P. Meier, Un judío marginal, p. 393-407.
[57] Ver el libro de J. Charlesworth, (ed.), Hillel and Jesus, Comparative Studies on two major Religious Leaders, Minneapolis 1997.
[58] Jesus the Pharisee: A New Look at the Jewishness of Jesus, New York 1985.
[59] Ver entre otros el artículo de J.A. Fitzmyer, “The Qumran Scrolls and the New Testament after Forty Years”, Revue de Qumran 13 (1988), 609-620.
[60] 1QS XI,12, 1QM 4,6.
[61] 4Q Flor 1-2.
[62] 1QM 4,10.
[63] 1QS 1,9; 11,16.
[64] Cf. 1QH 6,25-29.
[65] I. Knohl, Be’ikbot haMashiaj, Tel Aviv 2000.
[66] Sí aparece, en cambio, en escritos deuterocanónicos griegos Tb 7,17; Jdt 9,12.
[67] R. Bauckman, “The Qumran Community and the Gospel of John” en L.H. Schiffman (ed.), The Dead Sea Scrolls. Fifty Years after their Discovery, Jerusalem 2000, 105-115).