Historia
de la Psicología
Confrontación antropológica
Por
Patricia M. de Urcelay
La Psicología como Ciencia
La P. en el siglo XX es una ciencia en expansión. No sabe bien dónde están
sus límites. Entra en terrenos que parecen propios de la biología, la
fisiología, o la bioquímica; por otro extremo enlaza con la sociología, la
antropología, la lingüística. Pero a pesar de todo, siente que posee una
dimensión unificadora que le permite considerarse como un área definida de
conocimiento.
Al interpretar la P. como ciencia natural han solido afirmarse, con mayor o
menor explicitud, dos tesis distintas aunque complementarias:
1- La P. ya no forma parte de la Filosofía.
2- La P. recaba integramente la condición de ciencia positiva, para lo cual
debe construir un conocimiento sistemático, mediante el empleo del método de
la ciencia positiva, o método hipotético-deductivo-experimental, acerca de
los fenómenos de conducta.
La ciencia es histórica, pues toda la ciencia implica un progreso del
conocimiento sobre un determinado objeto. Además, la ciencia sustituye
explicaciones heredadas, insuficientes, por otras más perfectas. Por último,
la ciencia es histórica porque en ella el pasado, en forma de usos mentales,
interpretaciones, lenguaje, presiones e intereses que existen socialmente en
la actualidad, determinan las posibilidades rigurosamente científicas.
La ciencia actual, que ha configurado de un modo profundo la historia de
occidente, tiene su origen en Grecia, en una época que puede situarse en
torno al siglo VI a. C. Naturaleza, teoría y razón, constituyen el fondo del
suceso que fue la aparición de la ciencia en Grecia.
Existe una “ciencia antigua” frente a una “ciencia moderna”. La
aparición de la Física moderna ,con el Renacimiento, señala el cambio. La
ciencia antigua busca las causas de los fenómenos, mientras la moderna
describe el orden y sucesión con que se presentan los mismos fenómenos.
Evolución Histórica de la Psicología
La P. tal y como hoy es concebida, es una ciencia natural que versa sobre los
fenómenos del comportamiento, su estructura y sus leyes. Al igual de lo que
ha sucedido con otras ciencias, la P. se ha desprendido del inicial tronco
filosófico en que se hallaba inserta. La delimitación de un objeto y la
adopción de métodos propios para su investigación han hecho posible esa
independencia científica.
A grandes rasgos, hay tres etapas en su evolución, que se corresponden con
tres diversos objetos de estudio: el alma, la mente y la conducta. En tales
cambios ha pesado, no sólo el contenido, sino también el método. En la
ciencia, el problema metodológico es esencial; como desea establecer un
conocimiento con validez objetiva, necesita determinar con todo rigor qué
caminos, qué métodos, permiten replicar un experimento o comprobar una
tesis. En este punto, la P. ha variado en una dirección muy neta: tendiendo
cada vez más a la aplicación de métodos objetivos, hacia la cuantificación
y hacia el experimento. Hoy sigue sin existir una P. única. La pluralidad de
escuelas, de tendencias y modelos explicativos denota la pluralidad de
perspectivas en vigor ante los problemas psicológicos.
Etimológicamente, P. quiere decir tratado del alma, lógos acerca de la
psykhé. La P. de la mente surge, en el curso de una evolución gradual a
partir de la P. del alma. Ha consistido este progreso, primero, en la
acentuación de la reflexividad o conciencia del alma medieval; segundo, en la
consideración filosófica de esa conciencia; tercero, en el análisis
descriptivo de la actividad consciente; en cuarto y último lugar, en la
introducción de una metodología experimental, propia de la fisiología, el
análisis de la mente, momento en que se ha constituído lo que se llama “Psicología
Científica”.
La P. como ciencia positiva, estaba interesada en la objetividad de sus
métodos y de sus resultados. Al mismo tiempo, el objeto llamado mente o
conciencia resultaba, en cierto modo, un objeto individual, privado. Ese
contraste ha dado origen a la reestructuración de la P., ahora ya como
ciencia de la conducta, del comportamiento. John B. Watson, uno de los
iniciadores del cambio, definió el comportamiento como “LO QUE UN ORGANISMO
HACE O DICE”, actividad públicamente observable mediante la cual se
relaciona con el medio que la rodea. En la relación activa que hay entre
organismo y medio, la periferia del organismo cobra máximo relieve: es lo
perfectamente observable. “Psicología sin alma”, “Psicología sin
metafísica”, fueron algunas de las consignas que se propusieron a la hora
inicial. Y precisamente ese mismo afán de rigor y de objetividad científicas
llevaron al estadio de la ciencia de la conducta, en que todavía nos
encontramos.
La Constitución de la Psicología Contemporánea
Wilhem Wundt y Wilhem Dilthey, en forma distinta pero complementaria, se
propusieron la tarea de fundamentación de una nueva P.
Wundt y Dilthey se interesan por el alcance filosófico de la P., y
precisamente para extraer de ella todas sus posibilidades se la ha de
constituir como una ciencia. Los dos han sido cabeza de escuela, la gran
escuela del “estructuralismo” de Wundt y la mucho más reducida de la P.
“comprensiva” de Dilthey, direcciones que se integran ya en el movimiento
general de la Psicología Contemporánea, aportando elementos diversos cada
una.
La obra de Wundt ha tenido repercusiones decisivas en la historia de la P.
posterior. Sus planteamientos resultaron, de diversos modos, insuficientes, y
buena parte de la investigación que vino tras él consistió en el esfuerzo
por remediar aquellas limitaciones.
1. Frente al estructuralismo de Wundt, y el relieve que concedió al
“contenido”, se desarrollan los movimientos orientados al estudio de la
“función” ( FUNCIONALISMO ) . Puede incluirse aquí los europeos
Brentano, Claparede, y los americanos James, Dewey, etc.
2. Frente al mentalismo introspectivo de Wundt, se desarrollan los
sistemas de P. Objetiva: la Reflexología rusa ( Bechterev, Pavlov ),
el Conexionismo de Thorndike o el Conductismo americano.
3. Wundt limitaba la P. experimental al plano de la sensación –Sensacionismo-;
la P. posterior se esfuerza por introducir procesos más complejos : la memoria
( Ebbinghaus ), el pensamiento ( Külpe, Binet ), el sentimiento
( Lipps ), etc.
4. Wundt mantenía una posición atomista o elementarista ante la
vida psíquica: el planteamiento totalista de la escuela de la Forma o
Guestalt ( Wertheimer, Koffka, Köhler ), con sus ampliaciones al organismo
( Goldstein ) y al campo del comportamiento ( Lewin ), así como la
P. personalista ( Stern, Allport ) han tomado signo opuesto.
5. La P. de Wundt se ocupaba de la mente del hombre adulto normal y
occidental. Los estudios de P. Infantil ( de Preyer en adelante ), Diferencial
( McKattell, Binet ), Social y Patológicos ( Ribot ), habían de
ensanchar el esquema.
6. Wundt buscaba una P. explicativa. Frente a ella aparecen la P. comprensiva
de Dilthey, y la fenomenológica de Husserl, centradas sobre el
enfoque descriptivo de los fenómenos psíquicos.
7. Wundt situaba el problema psíquico individual en el plano de la conciencia
. Frente a ello, el Psicoanálisis, desde Freud, pondrá de relieve
los procesos no conscientes, y los conductistas prescindirán en absoluto de
la conciencia ( Watson ).
Dilthey por su parte, con su reconocimiento de la “historicidad” del
hombre, sentaba los fundamentos para una aproximación al mismo por la vía
del aprendizaje y del análisis biográfico, en lugar de hacerlo
por el de la naturaleza biológica, mecanismos fisiológicos o sistemas
instintivistas. Además, la preocupación por conocer todo lo humano, gestos,
respuestas, y reacciones, dentro del contexto situacional ,para lograr
así la “comprensión”, ha ido penetrando cada vez más en el campo de la
P. experimental, especialmente en el terreno de la Personalidad.
LA PSICOLOGIA EVOLUCIONISTA DEL NIÑO Y DEL ANIMAL
El establecimiento de una continuidad evolutiva entre los seres naturales
tuvo, entre otras consecuencias, la de llevar a preguntarse por el origen de
la mente humana, y a tratar de dar a esta cuestión una repuesta fundada en la
observación y en la experiencia.
Al lado de una P. dedicada al estudio de los fenómenos mentales surge, en
este momento, un estudio de la “vida infantil” y otro interesado por el
problema de la “mente animal”. El primero constituirá el campo de la P.
Infantil, el otro el de la P. Comparada.
Se pasaba así de una P. de la conciencia a una P. de la conducta, ya que en
el niño y en el animal podían tener o no vivencias subjetivas, pero no eran
directamente investigables... se imponía, en su estudio, la aplicación de
procedimientos objetivos, en vez de la observación interior.
Wilhelm Preyer (l84l-l897), ha sido considerado con frecuencia como el
iniciador de la P. infantil, objeto ya de su tratamiento riguroso.
En sus manos, la infancia se convierte en un objeto de descripción análogo a
los estudios por los naturalistas, cuyos rasgos y cambios se han de notar con
minuciosidad. Al lado de una “somatogénesis” coloca Preyer una “Psicogénesis”,
un proceso de desenvolvimiento de potencialidades y disposiciones mentales
heredadas por el embrión. En éste, “la herencia es tan importante...como
la actividad personal”.
La base de esa Psicogenia se encuentra, según Preyer, en la actividad de
los sentidos. La excitación nerviosa va seguida de una sensación
psíquica, y la asociación de sensaciones y movimientos corporales establece
el marco espacio-temporal dentro del cual la mera sensación se transforma en
percepción localizada y ordenada. Es el nivel más básico de :1- procesos
cognitivos. Sobre la percepción sitúa Preyer la “idea”, cuando el
contenido representado se asocia con una “causa”. En este proceso, la
inteligencia depende del influjo que el medio físico y social ejerce sobre
las disposiciones heredadas. Es pues fundamental, junto a la herencia, la
intervención de :2-procesos de aprendizaje. Preyer lo explica de modo
asociacionista, porque piensa que se trata de formación de huellas cerebrales
mediante las cuales se conectan sensaciones- o lo que viene a ser igual, “situaciones”-
con movimientos.
Son los sentimientos, con su polaridad de agrado y desagrado, las primeras
manifestaciones psíquicas reguladoras de la conducta infantil. En conexión
con la experiencia pasada determinan la formación de actitudes. Del grado
surgen los:3-procesos motivacionales que rigen el comportamiento
voluntario, en el que Preyer destaca, precisamente, la posibilidad de
inhibición de los movimientos, y con ello la existencia de una “noluntas”
que abarca ese “no querer” paralelo a la voluntad positiva.
Ligada con el dolor ve Preyer la aparición de la distinción entre yo y
no-yo. En el yo, que unifica los procesos mentales, hay una base de índole
fisiológica, originada en la madurez cerebral. Esta permite una mayor “coexcitación”,
que hace que se unifiquen sensaciones, voluntad y pensamiento, integrando la
naciente: 4-personalidad; en este proceso piensa Preyer que tiene
notable influencia el lenguaje.
En este análisis de la conducta Preyer empleó una observación controlada,
provocando situaciones para establecer con precisión la reacción a que daban
lugar. Pero, al procurar dar una significación un contenido, a aquello que
examinaba, completaba su investigación con el auxilio de la Imaginación.
INTERPRETACIONES ESTRUCTURALES
Neofuncionalistas : Jean Piaget (n. 1896)
Representa la visión de la concepción estructural de la evolución
cognitiva. Sus trabajos giran en torno a un vasto núcleo de problemas acerca
del conocimiento: epistemología, psicología evolutiva, lógica, biología.
Esquema de sus ideas psicológicas:
1. El conocimiento es una relación entre los objetos y el sujeto. Por
un lado, intervienen en él aspectos puramente biológicos, adaptativos; otros
elementos son de tipo lógico formal; finalmente, el conocimiento entraña
funciones psíquicas cognitivas del hombre. Piaget aporta una consideración
genética del conocimiento, la “Epistemología Genética”. Y su idea
clave es que la formación de estructuras cognitivas, la adaptación
biológica y el despliegue de la inteligencia presentan “los mismos
problemas y los mismos tipos de explicación”. En efecto, las operaciones
lógicas, la acción vital y el ejercicio de la inteligencia coinciden en su
condición de operación, de acción. Por eso afirma que “el conocimiento
está constantemente enlazado con acciones u operaciones, esto es, con
transformaciones”.
2. Son procesos que tienen un denominador común: consisten en “una marcha
hacia el equilibrio”. Y así, “los procesos cognoscitivos se nos
manifiestan... como los resultantes de la autorregulación orgánica” y
su órgano más diferenciado y especializado. Por ello, Piaget aparece como un
funcionalista, y defiende la aproximación genética, aprovechando las
correspondencias funcionales y los parciales isomorfismos para unificar
biología, psicología y conocimiento. La psicología de la inteligencia
perfecciona las regulaciones biológicas, y a su vez, el análisis lógico de
las estructuras operatorias psicológicas “proporciona al psicológo un
instrumento indispensable de explicación y predicción”.
3. Le importa a Piaget descubrir la génesis de las estructuras cognitivas,
pero poniendo el acento en las interacciones de organismo y medio: “Según
este punto de vista, las operaciones intelectuales, cuya forma superior es
lógica y matemática, constituyen acciones reales, bajo el doble aspecto de
una producción propia al sujeto y de una experiencia posible acerca de la
realidad. El problema es entonces comprender cómo las operaciones se elaboran
a partir de la acción material y por qué leyes de equilibrio está dirigida
su evolución... a lo largo del proceso genético a la vez individual y social
que les caracteriza”. Piaget procura fundar el conocimiento en las
estructuras de la acción.
4. El aspecto básico de su obra es el estudio del Desarrollo Cognitivo.
Partiendo de un adualismo inicial, en que falta la conciencia
diferenciada del yo, la primera forma de conocimiento es la acción, y precede
desde luego al lenguaje, y al pensamiento. Se trata del Período
Sensoriomotriz ( hasta los 2 años ); el niño, desde un universo centrado
en el cuerpo, alcanza, por una descentración general, “ situarse como un
objeto entre los demás en un universo formado por objetos permanentes,
estructurado de forma espacio-temporal y sede de una causalidad...” Le sigue
un Período Pre-operacional ( entre los 2 y los 6 años ), en que “
aparece una función fundamental para la evolución de las conductas
ulteriores, consistente en poder representar algo ( un “significado”
cualquiera ) por medio de un “significante” diferenciado y que sólo sirve
a esa representación”. Aquí coloca Piaget representaciones tan diversas
como el lenguaje, la imitación y el juego, el dibujo y la imagen mental;
todos ellos permiten una interiorización de la acción, y la aparición de un
pensamiento, con el que nos situamos en el tercer estadio, el Período de
las Operaciones Concretas (entre los 7 y los 12 años ).Estas operaciones,
concretas porque se refieren a objetos y no a hipótesis, representan el nexo
entre la acción antecedente y las estructuras lógicas del estadio ulterior.
Las operaciones, como reunir dos clases o sumar dos números, más los
elementos, forman agrupamientos, y el agrupamiento aparece como “el punto de
partida de las demás estructuras”. Como advierte Phillips, todo esto quiere
decir que Piaget “no concibe que las respuestas estén conectadas a los
estímulos a medida que el niño se desarrolla, sino que las acciones están
relacionadas con otras acciones mediante un Sistema de Acciones”. El
último estadio es el Período de las Operaciones Formales ( 12 años en
adelante... ) Para llegar a él, el niño ha de superar su egocentrismo,
el dominio de imágenes (concreción) y la atención sobre algunos aspectos
parciales, y estáticos, que sólo le permiten razonamientos transductivos,
que van de lo particular a lo particular; en este nuevo estadio, logra razonar
de modo Hipotético-Deductivo, partiendo de un pensamiento proposicional que
luego se traslada al plano concreto para su comprobación; según el mismo
Piaget expresa “el pensamiento concreto es la representación de una acción
posible y el pensamiento formal la representación de una representación de
acciones posibles... el yo reconstruye y se incorpora el universo”.
5. Entre las estructuras cognitivas estudia Piaget la Percepción, “toma de
posesión de datos inmediatos y presentes”, que establece una relación
entre elementos percibidos en campos diferentes. La Percepción es, así, una
construcción que se produce mediante la atención a unos elementos (centraciones)
seguida de otros descentramientos que permiten la consideración global de la
totalidad. En la percepción, dice Piaget, hay una labor sensoriomotriz de
exploración, que determina en el sujeto la constitución de ciertas
anticipaciones acerca de lo que va a percibir que tienen una naturaleza
probabilista. En todo caso , la percepción lo es siempre de lo presente
concreto, visto desde una perspectiva subjetiva individual; en el otro extremo
se halla la inteligencia, que reconstruye e interpreta los datos yendo más
allá de los mismos, y aspira a construcciones que sean independientes del yo,
es decir, válidas para los otros.
6. Para Piaget, la conducta aparece como “readaptación” o
recuperación de un equilibrio perdido. Y posee un aspecto afectivo y otro
cognitivo. Evidentemente, la Motivación básica es la adaptación
homeostática, la tendencia al equilibrio. Las necesidades son manifestación
del desequilibrio, y motor de la conducta; los sentimientos representan la
valoración de los fines a que el sujeto tiende.
7. En esta interacción con el medio hay una forma común de todas las
regulaciones de actividad, representada por una doble tendencia: por un lado,
hay una orientación hacia la “asimilación” del mundo a las
propias estructuras; de modo complementario, hay otra que lleva a la propia
“acomodación” de acuerdo con las exigencias externas. La
adaptación a que tiende la conducta consiste precisamente en esa doble
asimilación y acomodación, en equilibrio. Y ello acontece, precisamente, en
una serie de estadios, cuya reestructura es la condición del paso al nivel
siguiente...
Confrontación de Aristóteles- Sto. Tomás de Aquino y Jean Piaget en su
GNOSEOLOGIA
Ante todo es menester dejar en claro, que si bien, tanto la doctrina
aristotélico-tomista como el sistema piagetiano, tienen en común las
nociones de “realidad- objeto- proceso cognoscitivo- inteligencia- hombre”,
no se pueden homologar, ya que son interpretadas desde perspectivas y
formalidades distintas, según sus posturas filosóficas y positivas.
Nivel Antropológico..................LA PERSONA
-Aristóteles- Sto. Tomás: Unión substancial de co-principios materia-forma,
donde el cuerpo se comporta como potencia y el alma espiritual como acto
primero que le da la especie.
-Jean Piaget: Un solo principio constitutivo la materia, la cual al
evolucionar adquiere por equilibración, estructuras adaptativas superiores
(cognitivas ) a las meramente biológicas (sensorio-motrices ).
Nivel Psicológico.....................LA CONCIENCIA
-Aristóteles- Sto. Tomás: Naturaleza racional cuyas facultades operativas se
especifícan por sus objetos formales propios.
-Jean Piaget: Equilibrio estructural (sin contenido ontológico) de las
funciones invariantes (propiedades de organización y adaptación) a nivel
fenomenológico.
Nivel Gnoseológico.....................EL CONOCIMIENTO
-Aristóteles - Sto. Tomás: Esquema del conocimiento humano
...................Conocimiento Sensitivo.............Conocimiento
Intelectivo
OBJETO........Sentidos........Sentidos..............Entendimiento.......Entendimiento
...................Externos........Internos..............Agente
.............Paciente
...................Percepción......Representación.....Abstracción.........Intelección
.................. .................Imaginativa
...................Propiedades.....Imagen.................Especie ...........
Concepto o
...................Singulares......Sensible...............Inteligible.........Verbo
Mental
CONFRONTACION GNOSEOLOGICA
-Jean Piaget :
1. Postula la existencia del objeto, sin inteligibilidad alguna que responda a
una forma específica, simplemente, tal cual aparece fenomenológicamente en
su devenir.
2. Acepta el conocimiento sensible como “verificable” a nivel experimental
y, la percepción como una “interacción transformadora” entre
objeto-sujeto, a nivel de estructuras funcionales.
3. De los sentidos internos, se refiere principalmente a la memoria y a la
imaginación, pero negándole cualquier permanencia ontológica como potencias
4 y 5. Niega el Entendimiento Agente y el Entendimiento Paciente, ya que al
primero le desconoce la capacidad de inmaterializar y actualizar la
inteligibilidad de las esencias, sólo inteligibles en potencia en las
imágenes de la fantasía; y, al segundo, le niega el poder ser fecundado con
la especie impresa, causando la intelección en acto, en la cual consciente y
formalmente se realiza la identificación intencional entre el sujeto
cognoscente y el objeto conocido.
Si nuestro entendimiento (el posible o potencial ), por la acción
inmaterializante del entendimiento agente sobre las imágenes de la fantasía,
se pone en inmediato y directo contancto con la esencia o forma de los seres
materiales, abstracción hecha de sus notas materiales, es claro que lo
individual no puede ser directa e inmediatamente conocido por la inteligencia.
Lo individual es directamente perceptible por la intuición sensible, pero no
puede ponerse en contacto directo como objeto de la inteligencia, a causa,
precisamente de la “ materia signata quantitate “ que lo engendra, y es el
impedimento de la inteligibilidad e inteligencia de un ser, al decir de
Octavio Derisi.
Se comprende así, porque Jean Piaget, caracteriza la etapa lógico-formal, a
través del pensamiento hipotético-deductivo, y de la capacidad
combinatoria.... puesto que negado el entendimiento agente y paciente en el
proceso cognoscitivo, indudablemente no se puede trascender el nivel empírico
de lo real, y tan sólo queda exigir el máximo posible a lo que sería la
posibilidad hipotética del conocimiento.
Se advierte, también, la imposibilidad cognitiva en que Piaget sitúa a la
inteligencia humana, ya que le niega acceder al orden de lo suprasensible y
universal, habituándola con su operatoriedad empírica al Inmanentismo
y al Agnosticismo de su objeto formal común “el ser en cuanto ser”
y del objeto formal propio “el ser o quididad de las cosas materiales”.
(1) Patricia M. de Urcelay
Lic. en Psicopedagogía
Lic. en Psicología
Universidad Santa María
de los Buenos Aires
Gentileza
de http://www.arvo.net/
para la BIBLIOTECA CATÓLICA DIGITAL