“La” verdad; la tuya... quédatela
Por Luis Olivera, escritor y periodista
El pensamiento débil: una de las enfermedades de nuestra
sociedad. Negar que la verdad existe es negar la mayor parte de la grandeza
del hombre: es suprimir la inspiración, el arte e, incluso, el ejercicio de
la libertad
Son palabras de Antonio Machado, de un artista reconocido por todos. Defiende
algo absoluto, capaz de desafiar el paso del tiempo y válido para todos los
hombres, porque pertenece a todos. Y parece que hoy las cosas -la verdad de
las cosas- van por el mismo camino: nadie se apunta a un dogma que
aprisionaría nuestra libertad de pensamiento y de acción. Es ese relativismo
que denunciaba el otro día el Dr. Rojas, en una entrevista, como una de las
“enfermedades de nuestra sociedad”.
El extremo de esa postura relativista -”nada es verdad ni es mentira,
todo...”- lo defiende la corriente llamada del “pensamiento débil”.
Maldicen a Platón, por haber inventado la “verdad universal”, que habría
llenado la cultura occidental de dogmatismos y vanas ilusiones. Aunque sea tan
sencilla como para definirla, con Agustín de Hipona, como “la verdad es lo
que es”. Depende más de las cosas que del sujeto que las conoce. Esa
actitud relativista conecta muy bien con una larga lista de pensadores, como
Nietzsche y Sartre. Es la postura extrema: “lo bueno y lo malo son mi
voluntad”. O el “yo me lo guiso y yo me lo como, como Juan Palomo”. El
otro día lo defendía Monedero: “Cada hombre está en posesión de toda la
verdad, porque no existe otra verdad que la propia experiencia”, con lo que
cae -según Marina- en las mismas contradicciones de Sartre. Su libertad
absoluta acaba identificándola con el destino. Corta visión.
Este es sólo un ejemplo de lo extendido que está hoy el relativismo en la
vida del hombre de a pie. Por el contrario, la verdad sale a nuestro
encuentro. Y ya Platón la definía como “el deseo de engendrar en la
belleza”. Por eso las grandes gestas humanas -de todo tipo- son fruto de la
inspiración que una determinada verdad ha puesto en las vidas de sus
protagonistas. Negar que la verdad existe es negar la mayor parte de la
grandeza del hombre: es suprimir la inspiración, el arte e, incluso, el
ejercicio de la libertad.
Gentileza
de http://www.arvo.net/
para la BIBLIOTECA CATÓLICA DIGITAL