En el Coliseo,
ante miles de fieles, papa Francisco en su primera Via Crucis
Responder al mal con el bien tomando sobre sí la cruz como Jesús
Por
Redacción
ROMA, 29 de
marzo de 2013 (Zenit.org)
- En el extraordinario marco del Coliseo Romano, papa Francisco presidió la
Via Crucis, ante los miles de fieles allí reunidos que con devoción y velas
encendidas siguieron el evento.
"A veces
-dijo Francisco- nos parece que Dios no le responde al mal y que se queda en
silencio. En realidad Dios ha hablado y ha respondido y su respuesta es la
Cruz de Cristo. Una a palabra que es amor, misericordia, perdón".
Y reccordó
que "Dios nos juzga amándonos, Dios nos juzga amándonos, si acojo su amor
estoy salvado, si lo rechazo estoy condenado, no por Él, sino por mi mismo,
porque Dios no condena sino que ama y salva".
El papa
presenció el inicio de la ceremonia, la primera a la que participa como
papa, desde la terraza del Palatino, hasta que la cruz que partió desde el
interior del anfiteatro Falvio, estación por estación, llegó hasta donde él
estaba.
El piadoso
ejercicio se realizó en el Coliseo por primera vez con Pablo VI. El que se
rezó hoy es el Vía Crucis clásico, con las 14 estaciones y donde se
recuerdan las tres caídas de Jesús. Los textos fueron escritos por dos
jóvenes libaneses y está relacionada con el viaje al país de los cedros que
hizo Benedicto XVI.
Una llamada
de la atención de los fieles cristianos hacia Medio Oriente, región por la
que se piden oraciones por la paz y el fin de los sangrientos conflictos que
tienden a hacer emigrar a las comunidades cristianas.
En la Via
Crucis hay diversas citaciones de padres orientales, de la liturgia oriental
y de la exhortación Ecclesia in medio Oriente.
Dos jóvenes
de América Latina, de Brasil, cargaron la cruz en la XII y XIII estación, en
indudable relación con la Jornada Mundial de la Juventud que se realizará en
Río en julio de este año. También la cargaron, dos seminaristas de China, y
personas de India, Tierra Santa, África, Medio Oriente e incluso una señora
en silla de ruedas junto a los asistentes del UNITALSI, asociación italiana
que lleva a los enfermos a Lourdes.
La
composición del Via Crucis la encargo el papa emérito Benedicto XVI antes de
dejar su pontificado. La compusieron dos jóvenes auxiliados por el patriarca
maronita, cardenal Béchara Boutros Rai, quien aseguró que la suya fue una
intervención muy discreta.
Benedicto
XVI realizó su viaje apostólico a Líbano, en septiembre del año pasado para
entregar la exhortación apostólica del Sínodo realizado en el Vaticano, en
octubre de 2010, que lleva por título Ecclesia in Medio Oriente. La misma
está dedicada a los católicos de diversos ritos que viven en dicha región.
La
meditación del Via Crucis pidió oraciones por quienes imitando a Pilatos
“empeñan su autoridad en el servicio a la injusticia y pisotean la dignidad
del hombre y su derecho a la vida”. Por quien cree “poder sustituir a Dios y
determinar por si mismo qué es el bien o qué es el mal”, esto “en nombre de
la razón, del poder o del dinero”.
Citó el
“laicismo ciego que sofoca los valores de la fe y de la moral en nombre de
una presunta defensa del hombre”. Y al “fundamentalismo violento que toma
como pretexto la defensa de los valores religiosos”.
En sus
estaciones invitó a mirar a Cristo que se ha identificado con los débiles,
sin olvidar a los pueblos humillados y que sufren “en particular los del
Oriente martirizado”, recordándoles que pueden cargar con Èl la propia cruz
de esperanza”.
En la XII
estación, se recordó la muerte de Jesús en la cruz, se exaltó la vida en
Cristo, y se pidió rezar por quienes promueven el aborto y la eutanasia
“para que se empeñen en edificar la civilización de la vida y del amor”.
Se pidió
también el respeto de la libertad religiosa de manera que “las diversas
religiones puedan ponerse juntas para servir el bien común y contribuir al
desarrollo de cada persona en edificar la sociedad”.
Y en las
mujeres de Jerusalén fueron recordadas las mujeres de hoy heridas en su
dignidad y que sufren violencia por las discriminaciones.
Y las tres
caídas de Cristo, recordaron la herida de la división en la Iglesia. Y
cuando Jesús fue depuesto en la sepultura, se recordó a quienes buscan el
sentido de la vida, para que crean que Cristo venció el pecado y la muerte.
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"A veces nos parece que Dios no le responde
al mal"
Palabras
del santo padre al concluir la Via Crucis en el Coliseo
Roma,
Queridos hermanos y hermanas.
Les agradezco por vuestra numerosa
participación a este momento de intensa oración, agradezco
también a quienes se unieron a nosotros a través de los
medios de comunicación, en particular las personas enfermas
y ancianas.
No quiero agregar muchas palabras, porque en
esta noche tiene que quedar una sola palabra, que es la
misma Cruz, la Cruz de Jesús es la palabra con la que Dios
respondió al mal en el mundo.
A veces nos parece que Dios no le responde al
mal y que se queda en silencio. En realidad Dios ha hablado
y ha respondido y su respuesta es la Cruz de Cristo. Una a
palabra que es amor, misericordia, perdón.
Y también Juicio.
Dios nos juzga amándonos,
Dios nos juzga amándonos, si acojo su amor estoy salvado, si
lo rechazo estoy condenado, no por Él, sino por mi mismo,
porque Dios no condena sino que ama y salva.
La palabra de la Cruz es la respuesta de los
cristianos al mal que sigue actuando en nosotros y entorno
de nosotros. Los cristianos tienen que responder al mal con
el bien tomando sobre sí la Cruz como Jesús.
Esta noche hemos escuchado el testimonio de
nuestros hermanos del Líbano, fueron ellos quienes
compusieron estas bellas meditaciones, les agradecemos por
este servicio y sobre todo por este testimonio que nos
dieron, hemos visto cuando el papa Benedicto fue al Líbano,
hemos visto la belleza y la fuerza de la comunión de los
cristianos de esa tierra y de la amistad de tantos hermanos
musulmanes y de tantos otros.
Fue un signo para Medio Oriente y para el
mundo entero. Un signo de esperanza. Entonces continuemos
esta Vía Crucis en la vida de todos los días, caminemos
juntos en la vía de la Cruz, caminemos llevando en el
corazón esta palabra de amor y de perdón, caminemos
esperando la resurrección de Jesús que nos ama tanto, que es
todo amor.
(29 de marzo de 2013)
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