San Leandro (534-600)

Es una figura extraordinaria de la iglesia y de la historia de España en el siglo VI, durante el reinado visigodo.

Nació en Cartagena, donde residía su padre, gobernador de la provincia levantina; y más tarde marchó con su familia a Sevilla, donde residió. Estando en Sevilla, su madre abrazó el cristianismo, y con ella también sus hijos Leandro e Isidoro.

A sus 20 años se incorporó al monacato y allí cultivó ampliamente los estudios. Ordenado presbítero, adquirió fama de sacerdote bueno y docto; y esa fama creció tanto que a los 44 años fue elevado a la sede episcopal de Sevilla.

Siendo obispo, dirigió los pasos hacia la fe en Hermenegildo, el hijo del rey. Más tarde, cuando Hermenegildo se rebeló contra su padre, y murió por las heridas recibidas de su progenitor, tuvo que huir, perseguido por el rey Leovigildo; y en el destierro estuvo hasta que las aguas se amansaron y pudo regresar pacíficamente a su sede sevillana.

Con ese motivo se acrecentó su prestigio y el año 589 llegó a presidir el III Concilio de Toledo, en el cual se proclamó la unidad de la fe católica en España, y tuvo lugar la conversión oficial del rey Recaredo.

ORACIÓN:

Señor, Dios nuestro, al recordar hoy a san Leandro, hijo tuyo y pastor de nuestra Iglesia hispana, te pedimos que a cuantos hemos compartido y seguimos compartiendo la fe católica, heredada de nuestros mayores, sigamos a Cristo y trabajemos por el bien de nuestros hermanos como él lo hizo. Amén.