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EL CRISTO TOTAL
PARA EL SIGLO DE LA COMUNICACION GLOBAL


Actas del Seminario internacional sobre
"Jesús, el Maestro"
(Ariccia, 14-24 de octubre de 1996)

por Silvio Sassi sss

 

Sumario

0. Premisa

1. Recorrido de la fidelidad creativa

2. Síntesis del pensamiento del Primer Maestro

3. La totalidad contra todo particularismo

4. Cristo total y el Concilio Vaticano II

5. El carisma de la comunicación

6. Contexto comunicativo

7. Comunicación como cultura

8. Inculturar la fe en la comunicación

9. Conclusión

0. Premisa

Debemos acercarnos con humildad a la herencia que el Primer Maestro transmitió a la Familia Paulina: «Los diferentes fines convergen en un fin común y general: dar a Jesucristo al mundo, de manera completa, como él se definió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida"» (UPS I, 20).

Humildad que es, en primer lugar, escucha atenta y agradecida del pasado. Para entender a fondo y luego lanzar al mundo de forma renovada el título "Jesús Maestro, Camino, Verdad y Vida" acuñado por el Primer Maestro, es preciso estudiar y meditar todo lo que el Fundador dijo, escribió, hizo y trató de llevar a cabo sobre este tema. Algunos relatores han tenido en este Seminario la tarea de indagar sobre el amplio contexto que permitió que madurara en el joven Santiago Alberione el título del que hablamos. A continuación se ha desarrollado progresivamente el pensamiento del Primer Maestro teniendo en cuenta la amplitud de las aplicaciones y la diversidad de las adaptaciones en cada uno de los Institutos de la Familia Paulina. La elaboración conseguida en este amplio estudio complementario de toda la vida del Primer Maestro y en todos los Institutos fundados por él es el punto de partida de cualquier otra consideración.

Humildad que quiere ser, además, fidelidad creativa para el futuro. Es preciso evitar dos posiciones extremas: un fundamentalismo miope y estéril que pretendería encerrar el título cristológico en el pasado, y una superficialidad que no permite que esta síntesis se abra a cualquier futuro significativo. La fidelidad creativa permite una asimilación profunda del pasado de cara a una expresión renovada y adecuada en el presente abierto al futuro. Las palabras del Primer Maestro deberían permitirnos evitar estos errores: «Seamos agradecidos a la Providencia de Dios que nos concedió la inmensa riqueza de comprender mejor a Jesucristo. Aceptemos lo que es de obligación, lo que constituye el espíritu, el alma del Instituto: vivir la devoción a Jesús Maestro, Camino, Verdad y Vida, devoción que no es solamente oración, ya que comprende todo lo que se hace en la vida cotidiana... Pues bien, la voluntad de Dios, la adquisición verdadera del espíritu paulino consiste en esto, que es el alma de la Congregación... No se trata de una bonita expresión, no es un consejo; es la sustancia de la Congregación; es ser o no ser paulinos...» (PrDM 72-73). Y en otro lugar: «Esta devoción no se reduce a la simple oración o a algún canto, sino que afecta a toda la persona. Si se la practica bien, da a Dios un culto completo: siempre en Cristo y por Jesucristo... Debe aprenderse la nueva devoción al Divino Maestro para poder luego aplicarla al trabajo espiritual, al estudio, al apostolado y a toda la vida religiosa. Es útil recordar lo que tantas veces se ha meditado y sirve a la piedad; más aún, debe partir de la piedad y extenderse a toda la vida apostólica, pues el fruto de nuestro apostolado está en relación con esto: presentar a Jesucristo Camino-Verdad-Vida. Sólo si se entiende así la devoción a Jesús Maestro será de gran utilidad espiritual para las almas y responderá a las necesidades espirituales del hombre. Se es paulinos en la medida en que se viva de este espíritu y en este espíritu» (PrDM 80). El Primer Maestro encuentra sintetizada en el título cristológico acuñado "la sustancia de la Congregación" y el "espíritu paulino". Por consiguiente, no podemos ser repetidores mecánicos ni superficiales. (regrese al sumario)

1. Recorrido de la fidelidad creativa

El compromiso de una fidelidad creativa se funda, como se ha aludido, en un estudio atento y múltiple del Fundador. Se parte de este punto de origen para integrar sucesivamente la "tradición paulina": todo lo elaborado en los varios Institutos sobre el título cristológico durante la vida entera del Primer Maestro. Paulinos y Paulinas, a veces por encargo expreso del Primer Maestro, han intentado entender y explicar detalladamente la síntesis del Fundador. Algunas ponencias han hecho hincapié en la valoración misma del Primer Maestro sobre estos trabajos y sobre su alcance histórico para nosotros. La "tradición paulina" incluye por su parte todas las actividades desarrolladas sobre este título después de la muerte del Fundador (escritos, tesis universitarias, investigaciones particulares, etc.), hasta llegar a este Seminario. La validez de estos estudios está relacionada con la documentación y la meditación del pensamiento del Primer Maestro para tratar de comprender mejor una espiritualidad que se convierte en visión de conjunto y criterio inspirador de toda la Familia Paulina.

Al estudio del Fundador y de la tradición paulina hay que añadir luego una investigación a partir de un conjunto de disciplinas relativas a la fe cristiana. Exégesis, patrística, teología, liturgia, catequesis, pastoral, moral, arte, música sagrada, etc., aplicadas a un estudio diacrónico con el título cristológico de "Maestro" y con la definición de san Juan "Yo soy el camino, la verdad y la vida". Naturalmente, los resultados no deben simplemente sumarse, pues la síntesis hecha por el Primer Maestro no puede considerarse como simple adición. Por el contrario, los datos obtenidos pueden ser útiles para dos operaciones distintas. La primera es una confrontación para descubrir de qué modo el Primer Maestro utilizó de forma personal las disciplinas a las que hemos aludido para elaborar su visión. Con esta confrontación se podrá ver qué tomó y qué dejó de la inmensidad de las disciplinas abordadas. ¿Qué exégesis, qué recurso a la patrística, qué teología, qué liturgia, qué espiritualidad, qué arte, etc., resulta de la elaboración del Primer Maestro?

La segunda operación consiste en valorar los datos conseguidos por la investigación diacrónica para lanzar el título acuñado por el Primer Maestro. El panorama de los estudios actualizados sincroniza la visión del Fundador con el desarrollo y la actualidad de las disciplinas eclesiásticas.

Debe valorarse otro conjunto de disciplinas: antropología, psicología, sociología, pedagogía, filosofía, hermenéutica, etc. También en este caso puede pensarse en una doble utilización: Descubrirlas, en primer lugar, en las opciones del Primer Maestro y luego tenerlas en la reserva para disponer del estado actual de las investigaciones con vistas a una nueva expresión del título cristológico.

Finalmente, es necesario recurrir a una investigación atenta sobre la comunicación, en la que se incluya la historia de las tecnologías de la comunicación, de las ideas y usos sociales y del magisterio y los usos eclesiales. Los resultados serán importantes tanto para el estudio del pensamiento y las iniciativas de comunicación del Primer Maestro, como para el descubrimiento del "modelo de comunicación" que hay en la "devoción" a Jesús Maestro camino-verdad-vida, así como también para un relanzamiento del título cristológico en la comunicación del 2000. (regrese al sumario)

2. Síntesis del pensamiento del Primer Maestro

Otras ponencias han tenido el cometido de indagar en el contenido de Jesús Maestro camino-verdad-vida en el Primer Maestro, en la tradición paulina, en las disciplinas eclesiásticas y en las disciplinas "laicas". Mi aportación sólo pretende ser una serie de "apuntes" para comprender y reexpresar el título cristológico partiendo de la comunicación.

Como punto de partida de cualquier otro desarrollo, se puede aludir a lo que el Primer Maestro escribe: «En el estudio de las diferentes espiritualidades —benedictina, franciscana, ignaciana, carmelita, salesiana, dominica, agustiniana— resultó siempre claro que todas ellas tienen lados buenos, pero en el fondo está siempre Jesucristo, Divino Maestro, de quien cada una de ellas considera especialmente un aspecto; una más la verdad (santo Domingo y sus seguidores), otra más la caridad (san Francisco y sus seguidores), otra más la vida (san Benito y sus seguidores), alguna otra considera dos aspectos, etc. Pero si luego pasamos al estudio de san Pablo, nos encontramos con el Discípulo que conoce al Maestro Divino en su plenitud; lo vive totalmente, sondea los profundos misterios de su doctrina, de su corazón, de su santidad, de su humanidad y de su divinidad; lo ve doctor, hostia, sacerdote; nos presenta al Cristo total, como ya se había definido, Camino, Verdad y Vida. En esta visión se encuentra la religión, el dogma, la moral y el culto; en esta visión está Jesucristo integral; por esta devoción Jesucristo toma por entero al hombre, lo conquista... En esta devoción convergen todas las devociones a la persona de Jesucristo, Hombre-Dios» (AD 159-160).

El "Cristo total", el "Cristo integral" se encuentra en la experiencia de Pablo. De ahí que el primer significado de "espiritualidad paulina" o "espíritu paulino" haya que buscarlo en san Pablo; él es quien «conoce al Maestro Divino en su plenitud».

El Fundador precisa: «...no muchos libros de espiritualidad, pues una sola es la espiritualidad: vivir en Jesucristo, Camino, Verdad y Vida. ...es única la espiritualidad, es en Cristo. ...Guardaos de las discusiones espirituales, guardaos de las numerosas escuelas de espiritualidad, que son especialmente 15-16: espiritualidad dominica, franciscana, carmelita, etc. Sólo hay una espiritualidad y es la que el Señor os ha dado; en Jesucristo Maestro, Camino, Verdad y Vida» (A las PDDM, 30 de mayo 1963, 238-239).

La puesta en guardia contra cualquier discusión de una espiritualidad particular está justificada: «Sucede que en libros diversos, o de predicación, se destaca poco la parte preponderante de la persona de Cristo en nuestra santificación. La devoción a nuestro Señor se presenta a veces como uno de los medios. Nuestra devoción e incorporación a Cristo es el comienzo, el fin y la sustancia misma de nuestra vida sobrenatural; aquí está la ascética y la mística... Se puede resumir en sus ideas fundamentales la doctrina cristológica en relación con la vida espiritual, es decir, vivir de Cristo como él mismo se definió: "Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida"» (SP junio-julio 1963). Para el Primer Maestro no se concibe una espiritualidad que acentúe un aspecto de Cristo ni defender que Cristo pueda considerarse "uno de tantos medios" para la santificación. Cristo es toda la espiritualidad y la cristificación es toda la santidad: así reacciona el Primer Maestro, señalando a Jesucristo Maestro camino-verdad-vida.

Además, el título cristológico se dirige a la totalidad de la persona: «Jesús Verdad actúa sobre la mente y confiere la fe; Jesucristo es Camino y actúa en la voluntad, que se conforma con la voluntad de Dios; Jesucristo es Vida y actúa sobre el sentimiento y lleva a una vida sobrenatural. Y si el cristiano este injerto plenamente, podrá decir: "vivit vero in me Christus". Es la gran enseñanza de san Pablo» (UPS II, 368). El Cristo total (Camino, Verdad y Vida) ofrece la totalidad de la fe (moral, doctrina, culto) a la totalidad de la persona (voluntad, mente, sentimiento). Esta espiritualidad no puede ser particular, es la única, pues coincide con el evangelio vivido por san Pablo.

El título cristológico, finalmente, no afecta sólo al aspecto "religioso" del cristiano y de manera especial de los Paulinos: «La devoción al Maestro Divino no es una devoción accesoria: afecta a toda nuestra vida espiritual, a todos nuestros estudios, a todo nuestro apostolado, a toda la actividad externa: a todo» (Pr 6, 1955, 5). «Uniformar nuestros estudios, nuestra disciplina religiosa, nuestra piedad, nuestro apostolado a esta devoción, a este espíritu: Jesucristo Camino, Verdad y Vida» (PrDM 1957, 70).

La espiritualidad se transforma en estilo para toda la vida paulina: piedad, estudio, apostolado, vida comunitaria, gobierno, etc. La "sustancia de la Congregación" y la esencia del "espíritu paulino" es: Cristo entero para la persona entera en todos los aspectos de la vida paulina. Esta totalidad ha sido tratada por otros relatores con abundancia de documentación. Aquí sólo se ha aludido brevemente a ella como punto de partida indispensable. (regrese al sumario)

Sigue: La totalidad contra todo particularismo

 

 Jesús Maestro ayer, hoy y siempre   Excursus histórico-carismático

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