Desviaciones y peligros
en el desarrollo de la sexualidad

(Mujer Nueva, 2001-06-29)


  1. Preguntas “indiscretas” en la infancia y adolescencia

  2. Abuso sexual de menores

  3. Autoerotismo

  4. Pornografía

  5. Homosexualidad

  6. Opción de vida

  7. Relaciones con el otro sexo

  8. “Sexo seguro”

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  1. Preguntas “indiscretas” en la infancia y adolescencia

    Es frecuente en los niños pequeños hacer preguntas “indiscretas”, por ejemplo: al ver una señora embarazada y decirle que tiene un bebé en la barriga lo más factible es que pregunte ¿cómo se metió el bebé ahí o cómo va a salir?. O pueden llegar un día de la escuela y decir ¿de dónde salí yo?

    Una de las cosas más importantes es nunca mentir, que no significa decir TODA la verdad. Hay que descubrir exactamente qué es lo que el niño quiere saber y qué puede comprender. Al primer ejemplo puede bastarle decir que la señora tiene un agujerito especial por donde el bebé podrá salir cuando esté listo. Tal vez en el segundo caso lo que le interesa es saber si nació en París o en Lima, en el hospital o en su casa, porque escuchó en la escuela a una maestra que comentaba que su cuñada tuvo su bebé en el coche. (Estos ejemplos son verdaderos).

    Generalmente es la madre el sujeto de sus preguntas, ella debe responder con calma, sin silencios significativos, sin vergüenza y sin expresiones que avergüencen al niño. La sexualidad ya hemos dicho que es un don de Dios y es normal que el niño desee saber de su cuerpo, de los misterios de la vida, de la diferencia con los niños del sexo opuesto. Es importante no inventar esas historias “mitológicas” (como la cigüeña), porque es demasiada la información que los niños recibirán por otros medios y sabrá que sus padres le han mentido y perderá la confianza en ellos o creerá que lo que ha preguntado es sucio o feo y por eso no quisieron decirle la verdad.

    Pero reitero, lo importante es responder sólo aquello para lo que el niño está preparado y que corresponde a lo que desea saber. Si el niño hace preguntas es señal de que ya está preparado para saber aquello. Nunca temer adelantarse un poco, los medios de comunicación están más que adelantados y todo lo que se refiere a sexualidad es mejor que los niños lo sepan por sus padres que no por terceros o por una película o una revista.

    Otro elemento importante que los niños adquieren a esta edad es el pudor y el respeto por la intimidad propia y del otro. El ejemplo de los padres y hermanos mayores será decisivo. Es necesario que el niño comprenda que hay ciertas partes de su cuerpo que no deben exponerse a la vista de cualquiera ni que pueden ser tocados por personas extrañas o incluso conocidas. Sólo mamá, el médico al que sus padres lo lleven y aquellas personas a las que ellos les den autorización.

    Cerca de los nueve años es común que los niños se cuestionen seriamente acerca de los bebé y de cómo nacen. Antes de esa edad bastan respuestas sencillas: esa señora está gorda porque lleva a su bebé dentro, que está creciendo hasta que pueda vivir fuera; el bebé sale por una abertura especial que mamá tiene; etc.

    Ya a los nueve años puede comprender un poco más y se le puede explicar que el bebé crece un tiempo dentro del vientre de su madre en una bolsa especial donde está caliente y cómodo. Necesita estar ahí porque aún no puede sobrevivir fuera, cuando esté más grande y fuerte saldrá mediante el “parto”.

  2. Abuso sexual de menores

    Es una realidad de la que no podemos olvidarnos creyendo que justamente a nosotros no nos sucederá. El abuso de menores se extiende cada vez más y ningún niño está libre de él. El abuso sexual es la acción de una persona que obliga a otra a tener una relación sexual sin su consentimiento, a dejarse tocar en la zona genital o a tocar al abusador y manipular sus genitales. En ocasiones se hace utilizando violencia y fuerza física, pero en muchas ocasiones se hace simulando cariño y afecto.

    Si un niño comenta algo o muestra un especial rechazo a estar con alguna persona hay que prestarle absoluta atención. Demostrarle que nos interesa lo que está diciendo y luego, si resulta serio, decirle que hay personas que no saben bien cómo comportarse y que ha sido muy bueno que lo haya dicho. Nunca responder con algo que parezca una acusación: “Tú, ¿qué hiciste para que él o ella se comportara así?; o ¿Por qué no gritaste en ese momento?” Debemos evitar todo aquello que pueda hacer sentir al niño que él hizo algo malo. El niño siempre es inocente.

    El hecho es que el niño se enfrenta a un adulto que es más grande físicamente, que representa a la autoridad sólo por el hecho de ser adulto, en una situación de la cual el pequeño ignora si está bien o no, y en la que muchas veces es amenazado para que guarde silencio, lo hace absoluta y totalmente inocente.

    Tampoco podemos decirle que esto es algo “normal” porque los adultos no se dominan. Esto se ve especialmente en algunas sociedades en las que las niñas suelen ser objeto de abuso por parte de familiares sin que se haga nada para impedirlo. NO es normal y no es bueno para nadie y menos para la víctima. Hay que ayudarle a superar de la mejor forma posible lo sucedido; y entre otras cosas hay que hacerle ver que lo que él siente como algo malo, lo fue pero no por su culpa. Esto es especialmente válido cuando el abusador es alguien a quien el niño quiere y por el que siente afecto y el abuso se hizo sin violencia, sino simulando una expresión de cariño.

    Caso: una señora americana, madre de una niña de 4 años estaba viendo la televisión con su esposo cuando presentaron un programa sobre la prevención de los abusos sexuales a niños. La reacción de su esposo la extrañó: él dijo que los del programa estaban exagerando la situación y que el problema no era grave. Esto la hizo sospechar e hizo algunas preguntas a su hija: su padre abusaba de ella aunque sin llegar a una relación sexual, eran caricias y toques sensuales, pero es difícil saber en qué habría terminado si la madre no se hubiera dado cuenta. Esto no significa que hay que dudar de todos los papás, pero sí que las mamás deben estar atentas a sus hijos y nunca descartar un comentario que el niño hace porque el adulto implicado es un buen amigo de la familia, el tío del niño u otro pariente de la familia. Difícilmente los niños pequeños inventarán algo en este contexto.

    Qué podemos hacer para prevenir el abuso sexual:
    • desarrollar una relación de confianza con el niño y nunca quitar importancia a sus palabras, especialmente cuando expresan una “molestia” por la presencia de algún adulto.
    • enseñarle a nunca acercarse a extraños ni aceptar que personas que no lo conocen lo suban a su coche o le den algún regalo, etc.
    • enseñarle que nadie puede tocar su cuerpo sin permiso de su mamá.
    • no poner el nombre del niño en mochilas, chaquetas, etc. porque un adulto que lo vea puede llamar al niño por su nombre y éste creer que sí lo conoce o fue enviado por sus padres a recogerlo.
    • enseñarles a los niños a arrojarse al suelo si algún extraño lo coge de la mano y gritar: “este hombre no es mi papá” o “esta señora no es mi mamá”.


  3. Autoerotismo

    1. Infancia
      Con alguna frecuencia ya en niños de 4 ó 5 años se observan episodios de masturbación, que sin llegar a la eyaculación, producen relajación y un sentimiento de bienestar. Los niños lo hacen por las sensaciones placenteras procedentes de la zona genital. En la mayoría de los casos, más si se repiten, las causas son: falta de ternura que obliga a buscarla en su propio cuerpo; insuficiente actividad ya que el niño necesita moverse y jugar; causas físicas, que en ocasiones se solucionan con la circuncisión. En estas edades no es conveniente buscar un significado sexual sino que es recomendable que los padres descubran el verdadero motivo, lo solucionen y, en el momento mismo, distraigan la atención del niño hacia otros juegos, etc.

    2. Preadolescencia
      Durante la pre-adolescencia también pueden darse algunos episodios de masturbación, generalmente como un juego sin repercusión afectiva, porque para el niño erotismo y sexualidad están separados. Las recomendaciones sobre cómo actuar son similares a las hechas para edades precedentes, aunque ya puede decírsele al niño que es mejor no hacerlo porque no es bueno para él, todo esto sin resultar alarmista. Como si se le dijera que no es bueno fumar ni embriagarse, con naturalidad.

    3. Adolescencia
      En la adolescencia comienzan con más fuerza y frecuencia los episodios de masturbación. Hasta hace algunos años, era un fenómeno casi exclusivo de los varones, hoy cada vez más niñas aceptan haber recurrido al autoerotismo. Las estadísticas varían mucho, pero hablan de alrededor de un 80% o más de los varones y un 40% de las niñas. Tienen una connotación social y además hay algunas corrientes psicológicas y moralistas que lo consideran como normal y moralmente neutro. No es así. La masturbación a cualquier edad es moralmente mala, pero al tratar con adolescentes hay que averiguar lo que la motiva y dar solución a esta causa mas que atacar abierta y frontalmente la masturbación, más aún si es un hábito adquirido. Si se trata de un episodio aislado, basta con una buena conversación para explicar al chico o chica porqué no está bien.

      Suele ser un fenómeno sustitutivo, intentando satisfacer los estímulos sexuales de quien está impedido (física o moralmente) de tener un encuentro sexual. En ambos sexos se logra por estimulación de los órganos sexuales (el pene en los varones y el clítoris o los senos en las mujeres), puede llegar al orgasmo o no.

      Físicamente no parece causar mayores daños, aunque si se hace un hábito frecuente, puede provocar en el hombre una condición llamada “eyaculación precoz”, ya que no es capaz de controlar la eyaculación en el momento del acto sexual y ocurre antes de la penetración, lo que ocasiona grandes dificultades en la vida sexual en el matrimonio. Además se sabe que no es necesario, como dicen algunos, ni siquiera entre los varones, ya que aquéllos que no tienen una vida sexual activa descargan sus glándulas mediante eyaculaciones espontáneas, generalmente durante el sueño.

      Los mayores trastornos se dan a nivel psicológico. La masturbación causa en los adolescentes malestar en torno a la vivencia corporal aunque no lo reconozcan. Les crea conflicto con lo que les dice su conciencia y además lo ven como una incapacidad para dominarse a sí mismos, por lo que no les agrada. Están en un proceso de orientación hacia el dominio de la sexualidad y no ven la masturbación como algo necesario.

      Moralmente la masturbación es objetivamente mala. No por el hecho mismo del placer, sino porque su acción es desordenada, ya que al ser un acto individual y egocéntrico no corresponde a los requisitos y esencia de la sexualidad humana madura y, por tanto, tiene que ser rechazada. Es decir, no cumple con las funciones para las que fue creado el placer sexual e implica además una buena dosis de egoísmo y de centrar la sexualidad en la genitalidad.

      Es fuente de egoísmo, porque implica una búsqueda egoísta y física del placer sexual olvidando que el amor humano es donación y se vive realmente en la entrega mutua de un hombre y una mujer en el matrimonio. Además puede crear graves conflictos en la vida matrimonial. Un hombre o una mujer que no aprendieron a dominar y controlar sus impulsos sexuales no estará capacitado para respetar el momento y las necesidades de su pareja.

      Además el impulso sexual actúa en esta edad como motor que lleva al adolescente a salir de sí e insertarse en el mundo y la sociedad. Si desahoga ese impulso con la masturbación, pierde parte de este incentivo y corre el peligro de mantenerse encerrado en sí mismo e incapaz de relacionarse con los demás. Se hunde en un mundo de fantasías en el cual él es el héroe y triunfador. Restringe, así, la socialización y el crecimiento, manteniendo al joven en su narcisismo.

      Nota:
      Un texto ya mencionado de Educación Sexual para adolescentes dice en el tema de la masturbación: “Lo hacemos desde la infancia, peor en la adolescencia se manifiesta como la actividad principal para liberar la tensión sexual (¡!) sin exponernos al contagio de alguna enfermedad de transmisión sexual o a un embarazo. Es algo natural (¡!) en nuestra sexualidad y no produce ningún daño físico, ni psicológico. Si quieres masturbarte o no, es tu decisión...Después normalmente uno se siente satisfecho y relajado”.

      Resulta importante notar como se dice a los adolescentes que la masturbación es natural, normal, placentera e inocua. Si nunca hemos hablado de esto, pueden creer que es verdad. Además es necesario que les expliquemos claramente porqué no es inocua y cómo afectará su futuro matrimonio.

      Lo más importante es dejarles claro que es posible dominar los impulsos sexuales, ser dueños de sí mismos. Esto es algo que los adolescentes y los jóvenes desean y están buscando, si les explicamos que la masturbación significa hacerse esclavo del deseo o impulso y perder el autodominio, les será más fácil tomar la decisión de no llegar a utilizarla como “relajante”.

      Es necesario que padres y educadores tengan claro que pueden encontrarse con niños y niñas que ya hayan tenido algún episodio, o incluso más de uno. No importa, pueden recomenzar, pueden tomar en este momento la decisión de dominar sus impulsos y escoger otros medios para descargar energías: el deporte o actividades que exijan esfuerzo físico.

      En las niñas es muy importante descubrir y ayudarles a percibir la razón que hay detrás de ello. Una chica no necesita “descargar sus glándulas sexuales” como podría excusarse un chico. Generalmente lo que hay detrás será necesidad de afecto y de guía de los padres. Inseguridad, falta de voluntad, sensualidad, lecturas o hábitos de vida inconvenientes, compañías poco adecuadas, etc. Necesitamos descubrir la causa y ponerle remedio distrayendo por el momento la atención de la chica hacia otras actividades y pasatiempos.

      No hay que dejarlo pasar porque puede convertirse en un verdadero problema que se arrastre hasta la edad adulta y dificulte las relaciones con los demás. El autoerotismo representa una manifestación de egoísmo que dificulta o impide el paso a un amor más generoso y heterosexual, y por ello, en cuanto fuente de egoísmo, la masturbación es combatida por muchos moralistas. Muchos psicólogos advierten los peligros que le son inherentes y que se manifiestan con relativa facilidad, principalmente si se convierte en un hábito: al riesgo de quedarse en un estado narcisista, la excesiva genitalización del sexo, el usarlo como evasión para escapar a otros compromisos o evadir otros problemas.

    4. Vida Adulta
      En los adultos la masturbación hay que considerarla en función de su frecuencia: cuando es pasajera puede significar que, frente a dificultades que van unidas a determinadas pruebas, la persona no consigue fácilmente restablecer el equilibrio y se otorga compensaciones; cuando es habitual, puede constituir un síntoma de que experimenta dificultades para comunicarse, y más concretamente, que sufre alguna incapacidad para establecer verdaderas relaciones sexuales a consecuencia de importantes bloqueos psicológicos. Es decir, su persistencia en la edad adulta es signo de falta de madurez y dificultades relacionales, o bien de compensación a frustraciones. Pero siempre debe preguntarse si no sigue existiendo la posibilidad de mantener un cierto dominio de sí.


  4. Pornografía

    1. Definición y distinción entre pornografía y erotismo:

      Desde hace algunos años, una auténtica ola sexual ha invadido el mundo. No sólo se han abierto numerosos comercios dedicados exclusivamente a lo sexual, sino que, además, el teatro, el cine, las revistas y la televisión, nos ofrecen abiertamente escenas que no hace mucho eran consideradas inmorales y delictivas.

      Los defensores de la pornografía invocan el derecho a la libertad en el arte. Es indudable que no siempre es fácil distinguir entre el arte más o menos erótico, en le que también hay que contar con la evolución de las normas y costumbres, y la pornografía.

      El n. 2354 del Catecismo de la Iglesia Católica, traducido del francés (más claro que la traducción oficial del castellano), dice: “La pornografía consiste en retirar los actos sexuales, reales o simulados, de la intimidad de sus protagonistas, para exhibirlos ante terceras personas de manera deliberada. Ofende la castidad porque desnaturaliza el acto conyugal, don íntimo mutuo entre los esposos” .

      El rechazo a la idea de ser humano presente en la pornografía se basa en el derecho a la dignidad personal. La pornografía no considera a la persona como tal, sino que tiene valor única y exclusivamente como instrumento u objeto de placer sexual.

      Se distingue del erotismo porque favorece la satisfacción y el desarrollo de tendencias parciales sin considerar la totalidad del ser sexuado, caracterizándose por su falta de amor e incitando al acto sexual en su mero aspecto físico. Los motivos eróticos en el arte se han dado en todos los tiempos y culturas, incluso dentro del arte eclesial, si bien integrados en el conjunto de la enseñanza de la fe. La pornografía, en cambio, aísla y acentúa excesivamente lo obsceno, con ruptura del equilibrio artístico.

      Son representaciones de lo sexual que intentan ante todo dar paso libre a los instintos para que, sin estorbos ni barreras como la del pudor, provoquen en ellos excitaciones y sensaciones. Hace ver todo bajo el aspecto de excitación sexual. Hoy se ha pasado, además, a la pornografía dura y violenta, acompañada de toda clase de perversiones sexuales.

    2. Efectos de la pornografía:

      • fortalece las tendencias existentes, algo peligroso en los casos de perversiones
      • afecta principalmente a personas inmaduras, limitando y desviando su desarrollo psicológico normal y la formación de una identidad sana
      • elimina la capacidad crítica de los niños y adolescentes
      • induce a franquear barreras y puede llegar a promover delitos y violencias sexuales (especialmente la pornografía dura)
      • paraliza la sensibilidad de las personas hasta hacerlos moral y personalmente indiferentes a los derechos y dignidad de los demás (la pornografía blanda)
      • crea dependencia y empujar a la búsqueda de material cada vez más excitante y perverso
      • aumenta la probabilidad de adoptar comportamientos antisociales


      En nuestros ambientes:

      Actualmente la pornografía es un gran negocio económico. Se ha incorporado a todos los medios de comunicación. Internet es una fuente de difusión de material pornográfico altamente peligrosa, ya que muchas veces el material aparece en la pantalla sin haberlo buscado. (Caso: mamá que descubre a su hijo de 14 años frente a una página pornográfica. Al interrogarlo, él le responde que se abrió sin que él la buscara y que no ha logrado salir, porque al intentar volver a la página anterior, en realidad avanza. La mamá comprobó que su hijo no le mentía y que en el registro de la computadora aparecía este sitio en horarios en que su hijo no estaba en casa. Hay personas que se dedican a crear programas para enviar sitios pornográficos a otros computadores independientes de la intención de quien los usa)

      Espectáculos, cine, teatro, radio revistas y televisión están llenos de escenas más o menos explícitas. Hay que ser cuidadosas en la elección y en cómo se explica a las jóvenes el peligro de asistir o leer sobre escenas que despiertan la sensualidad. En este sentido es útil comprender hasta qué punto son eventos casuales o que se repiten con cierta frecuencia o incluso que han creado cierta adicción. Hay que encontrar la forma de ayudar a la joven a eliminar de su vida este elemento. Algo que puede servir es llevar su interés hacia otro tipo de películas o lecturas o espectáculo.

      No pensemos que nuestras adolescentes o jóvenes están libres de este peligro. El mercado de lectura pornográfica dirigida a mujeres es enorme, y muchas veces son sus propias mamás las que les facilitan los libros o a las que ven con ellos y les despiertan el interés. Es algo nocivo porque mediante descripciones del acto sexual se lleva a las jóvenes a excitarse y termina también siendo una adicción.


  5. Homosexualidad

    1. Definición:
      La homosexualidad es una desviación, un cambio en la dirección natural de los comportamientos sexuales, llamándose homosexual a todo individuo que de una manera predominante o exclusiva desea un socio sexual de su mismo sexo. No es homosexual aquél que sólo ha deseado o ha tenido estas relaciones de modo accidental y pasajero. Se calcula que entre el 2 y el 10% de la población es homosexual; aunque la cifra está más cercana a 6%.

      Moralmente: la condición homosexual en sí misma no es pecaminosa, sólo en el momento en que expresa su inclinación en un acto sexual cuando se convierte en sujeto de juicio moral. Es decir, nadie es responsable de las tendencias que encuentra en él, pero sí del uso libre de estas tendencias. Los actos homosexuales tienen la responsabilidad y culpabilidad correspondiente al grado de libertad de que disfrutan sus autores.

    2. Clases:
      Según el sexo, puede darse entre varones o entre mujeres. En el varón suela presentarse unido a la genitalidad con más frecuencia que en la mujer, en quien suele presentarse más bien como un fenómeno erótico. Una de las clases de homosexualidad es lo que se llama paidofilia, en la que un adulto se siente atraído por menores de edad.

      Además es posible distinguir entre homosexualidad periférica y verdadera. Siendo la primera, la que se observa con cierta frecuencia entre los jóvenes antes de que su sexualidad se oriente definitivamente, suele desaparecer hacia los 17 o 18 años.
      La verdadera puede ser exclusiva (sólo es atraído por personas de su mismo sexo) o bisexual (es atraído por personas de ambos sexos).

    3. Causas:
      Se desconocen sus causas, aunque existen tres teorías: herencia, desequilibrio hormonal sexual e influjo ambiental. Se sabe con certeza que cuando la estructura familiar no logra su desarrollo normal, la homosexualidad surge con más frecuencia. El movimiento homosexual que existe actualmente en la sociedad, busca reivindicar la causa hereditaria. Porque en caso de ser así, podría defender la “naturalidad” de la tendencia homosexual y su derecho al matrimonio, a la adopción de niños, etc.

    4. Curación:
      La homosexualidad es una desviación y, por lo tanto, es de esperar que se puedan encontrar las formas para que la persona pueda volver a la dirección adecuada. No es sólo un tipo de conducta o un hábito que se puede quitar con otro hábito. Es un fenómeno muy complejo y hasta ahora, muy poco reversible. Al grado que en Estados Unidos, por ejemplo, lo han eliminado de las enfermedades psíquicas que deban ser tratadas. Hay algunos casos de homosexuales que fuertemente motivados y con un tratamiento multidisciplinar (que involucra varias especialidades: médicos, psiquiatras, terapeutas e incluso sacerdotes o ayuda espiritual) han logrado abandonar la homosexualidad e incluso llegar a formar matrimonios heterosexuales. Pero son pocos casos.

      Existe el deber moral de intentar corregir una posible orientación homosexual. En caso de no poder llegar a la orientación heterosexual, sí se puede vivir la castidad y abstinencia. Una de las características de la sexualidad human (diverso de lo que ocurre en los animales) es la capacidad que encierra de poder ser asumida sin el ejercicio de la genitalidad.

    5. Movimiento homosexual actual:
      En la actualidad existe un movimiento que busca reivindicar el “derecho” de los homosexuales al matrimonio y a la adopción de niños, basado en considerar la homosexualidad como una tendencia natural en el ser humano y no patológica.

    6. Otros:
      • Transexualismo: un individuo se siente perteneciente al sexo opuesto al que biológicamente pertenece, con el consiguiente deseo de la transformación anatómica. Existe una alteración en la identidad sexual, determinada por el contraste entre el sexo “psicológico” y el “biológico”.
      • Travestismo: son personas que utilizan ropa del sexo opuesto, habitualmente como un medio de excitación sexual, pero conservan su género psicológico adaptado al anatómico.


      Moralmente existe consenso en la licitud de la ayuda psicológica, farmacológica y quirúrgica que configuren a la persona en función de su sexo genético. Pero si se trata de lo contrario, es decir, de adecuar lo biológico a lo psicológico es conflictivo y tiende a decirse que no es correcto, aunque no hay todavía una postura oficial del magisterio de la Iglesia.


  6. Opción de vida

    La opción de vida no se refiere simplemente a optar por una u otra carrera; a escoger esposo, etc. Hay varias etapas de la vida en la que las personas debemos hacer opciones; una de ellas tiene importante relación con la vivencia de la sexualidad.

    Comentábamos, en la Introducción, las palabras de Rosario Guzmán sobre la necesidad de ayudarle a los adolescentes a plantearse y optar correctamente sobre la forma como vivirán su sexualidad, porque el no hacer una opción significa riesgo de llegar a una situación conflictiva, en la que los sentimientos toman el mando y se hace lo que nunca se pensó hacer. Es el típico caso de la niña con buena formación que nunca pensó que ella podría llegar a tener una relación sexual antes de casarse y de pronto se encuentra que ya las ha tenido.

    A medida que se va educando en la sexualidad, en la importancia del verdadero amor que es donación y exige sacrificio y responsabilidad, es posible ir llevando a la niña o niño, y luego al adolescente y al joven, a ir tomando una postura, a no permanecer neutral sino definir cuál será su “bando”. Y fortalecer esta opción sabiendo que generalmente el ambiente intentará inclinarlo hacia el lado opuesto.

    Un adolescente o un joven que reconoce lo hermoso del amor humano como reflejo del divino, que decide esperar el matrimonio para vivir en plenitud la entrega al otro y la apertura a la vida difícilmente se encontrará de pronto“sin darse cuenta” que ya todo eso es imposible. Si ha hecho verdaderamente una opción personal y ha fortalecido su voluntad y seguido rectamente los llamados de su conciencia, sabrá alejarse de las ocasiones de peligro, poner los medios para evitar la tentación y permanecer firme cuando el ambiente se torne abiertamente hostil.

    Caso: cuatro parejas de novios, amigos entre sí, decidieron pasar un fin de semana en la playa, en casa de la familia de uno de ellos. Cuando ya estaban allí, alguno propuso que cada pareja podía dormir en una de las habitaciones, que no pasaría nada, porque todos estaban decididos a vivir la castidad en su noviazgo y que sería una buena “prueba de amor” resistir la tentación esa noche. Una de las parejas se opuso decididamente, y aunque no hicieron cambiar de opinión a los demás, ellos durmieron en cuartos separados. La segunda noche todos siguieron su ejemplo, les había sido muy difícil pasar la noche y la tentación era demasiado fuerte. La postura decidida de esta pareja demostraba su decisión de esperar y su conocimiento de la naturaleza humana y los peligros de una innecesaria exposición. Hoy forman un hermoso matrimonio que tiene ya tres hijos.

    Este ir optando poco a poco, no sólo mantendrá al adolescente y luego al joven preparado y capaz de enfrentar situaciones difíciles, sino que le hará madurar, porque tendrá que hacerse responsable de sus opciones. Nadie escogió por él, por lo tanto, no son otros los que deben atenerse a las consecuencias. Es un ejercicio necesario e útil en todas las esferas de la vida.

    Caso: hace poco comentábamos en una conversación acerca de las dificultades que está pasando la sociedad cubana. Pero alguien hizo una aportación nueva. Comentaba que mucho jóvenes cubanos al llegar a otro país y entrar en un supermercado sufren un verdadero choque, nunca se habían visto en la necesidad de hacer una opción: esta marca de café o aquélla, este aceite o aquél otro...incapaces de escoger. Lo que a nosotros nos interesa es bastante más importante que la marca del café o del aceite.

  7. Relaciones con el otro sexo

    En la adolescencia comienzan las relaciones de amistad más durables y estables. Se pasa progresivamente de los grupos de un solo sexo a las “pandillas o grupos mixtos de amigos” y finalmente a las amistades más exclusivas de ambos sexos entre las que se busca una especial pensando en una relación más sentimental para un futuro cercano.

    Las pandillas tienen la ventaja de permitir que chicos y chicas conozcan las características del otro sexo con el camuflaje que ofrece el grupo. Las adolescentes mujeres comienzan antes a reclamar atención de los varones. Se desarrollan primero y comienzan a dirigir su interés a chicos un poco mayores.

    Es la época del inicio de las fiestas y de los encuentros mixtos. En un principio los padres se encuentran en la duda de permitir o vetar este tipo de actividades. En realidad más importante que decir sí o no sin reservas, es saber detalles de las diversas actividades y hacer opciones según la información que se obtuvo: dónde será, hay adultos en la casa, cuánto durará, la edad del resto de los participantes, quién la organiza, etc. Y cuando se ha tomado una decisión, no dar marcha atrás a menos que se ofrezca alguna información que se desconocía. Y siempre explicar los motivos que han llevado esa decisión. En algunas ocasiones habrá un conato de rebelión, pero si se ha mantenido desde pequeños una relación cercana, llena de cariño y con mucho diálogo, los adolescentes están preparados para aceptar de buen grado una negativa.

    Entre los 15 y los 20 años los adolescentes y jóvenes entran en un período en el que se tiende a las relaciones particulares, sea de amistad como de amor singular y exclusivo con una persona del otro sexo. Este hecho puede provocarles dificultades con los amigos que aún no experimentan esta realidad y que se sienten postergados. Esto se da por dos motivos principales, una cierta tendencia a aislarse en las parejas que se forman a esta edad y la diferencia de realidades que están viviendo. Esta experiencia, que es una relación de atracción, es positiva y natural mientras no desemboque en una relación precoz. El “noviazgo o ligue” o como se denomine en cada sociedad, le enseña al chico o chica a abrirse a otro en singular, a dar de su interior, compartir intereses, llegar a acuerdos, respetar los gustos y deseos, e incluso a saber superar momentos de tensión o dificultad y acompañar a otro cuando éste se encuentra en un momento difícil.

    Pero no se pueden cerrar los ojos y dejar de ver los peligros que suponen las amistades particulares en estas etapas. Si antes el pudor normal las reglaba y colaboraba a mantener a raya los impulsos, hoy esto se ha perdido en muchos ambientes. Los chicos, cada vez a edades más tempranas, desean vivirlo todo. Consideran que su “madurez sexual biológica” les da derecho a ponerse a prueba o a vivirla en plenitud sin más. Y no se percatan de las enormes tragedias en que terminan frecuentemente.

    Podemos distinguir tres momentos especialmente difíciles en las relaciones con el otro sexo por su peligro de llegar “demasiado lejos”:
    • inicio y plenitud de la adolescencia (12 años), por la llegada brusca de emociones, sentimientos e impulsos sexuales para los cuales no siempre está preparado y advertido.
    • primeros años de universidad, porque se consideran ya maduros y con la capacidad de discernir y optar por su cuenta.
    • final de la juventud, porque muchos tienen ya sus planes a futuro y con facilidad llegan al “si ya nos vamos a casar, ¿para qué esperar?”


    Los padres y la formadora deben estar atentos a estos momentos y saber descubrir las épocas de mayor peligro para advertir y acompañar. Siempre es conveniente aprovechar una época tranquila para guiar a la chica a hacer opciones adecuadas y luego reforzarlas periódicamente.

    Caso: una pareja hizo el compromiso de rezar a la Virgen un Ave María cada día para que les ayudara a vivir la pureza en su noviazgo y entre ellos acordaron que cuando uno de los dos percibiese que la situación se estaba haciendo peligrosa, comenzaría la oración “Bendita sea tu pureza”, a la que el otro se le sumaría. Son un matrimonio muy unido con un hijo por lo menos.

    1. Requisitos de una relación sexual plena y satisfactoria:

      Hay diversos aspectos que pueden ser tema de conversación con chicos y chicas y que favorecen una visión madura de la sexualidad. Pueden ser tema de conversaciones privadas; pueden desarrollarse en una plática o cursillo con un grupo; pueden utilizarse ante comentarios espontáneos de los adolescentes. De cualquier forma son pruebas y consideraciones que todos debemos conocer para poder hacer una opción madura y realmente libre.


      Para que una relación sexual sea satisfactoria plenamente para una persona, en especial para una mujer es necesario que cumpla con las siguientes condiciones (no están colocados por orden de importancia). Analizadas con cuidado y madurez son pruebas claras de que una relación sexual plena sólo es posible en el matrimonio:

      • privacidad: a nadie le gusta ser interrumpido en el acto sexual, menos a un adolescente que aún no posee el dominio suficiente para reaccionar correctamente. Para evitar una tensión y nerviosismo innecesarios, la pareja debe tener la privacidad y tranquilidad necesarias. En general los actos sexuales entre adolescentes carecen de este requisito

      • tiempo: esto es especialmente importante para la mujer. Lo vimos al explicar el acto sexual, la mujer necesita tiempo para llegar al clímax y recuperarse después. Un acto sexual “furtivo” nunca podrá ofrecer todo el tiempo y preparación que ella necesita y aunque el varón logre satisfacción, la mujer acaba con mayor grado de frustración

      • seguridad: cada uno necesita sentirse seguro: de su pareja, de que no le está engañando en su declaración de interés real, que no está abusando o usando de uno, fingiendo un compromiso que no está dispuesto a asumir; seguridad de que si hay consecuencias las asumirán juntos; certeza de que esta relación sexual es parte de algo que perdurará, etc.

      • amor real y libre: la mujer se entrega por entero, en ella no hay separación entre la donación de su cuerpo y de sus sentimientos y afectos más profundos. Si una mujer se da libremente, lo hará por amor y para amar. Al hombre le es más fácil separar lo físico de lo afectivo y en ocasiones resulta que lo que para la chica era expresión de un mayor compromiso, para él era el modo de satisfacer una necesidad física-afectiva, pero sin aumento del compromiso mutuo.

      • madurez psicológica y emocional: la capacidad fisiológica no implica capacidad psicológica para que el encuentro sexual pueda ser asumido en todo lo que tiene de humano y duradero. Una experiencia sexual deja huellas, y si no existe un equilibrio y una madurez psicológica es posible que las marcas dejen feas cicatrices que surgirán en un futuro no lejano.


      Comentar con los adolescentes y jóvenes estos cinco requisitos, es muy conveniente. Demuestra saber de qué se está hablando. Son consideraciones lógicas, basadas en la experiencia y en la misma biología y sicología. Ningún adolescente dirá que es exceso de moralidad o algo anticuado. Especialmente a las mujeres les puede ayudar, porque descubren ahí elementos que para ellas son claves en la vivencia de su sexualidad y que surgen espontáneamente en su interior al plantearse la posibilidad de mayor intimidad.


    2. Argumentos y respuestas a las relaciones precoces

      Otro tema de conversación que no debe faltar, es estudiar y dilucidar con ellos cuáles pueden ser los motivos por los que otros adolescentes o jóvenes llegan a una relación sexual. Así nos adelantamos a lo que ellos escucharán como argumentos a favor de las relaciones precoces:

      Algunas de las razones más frecuentemente aducidas por los o las chicas para disculpar y argumentar a favor de una relación sexual son:
      • “si no acepto, terminará nuestra relación”
      • “todo el mundo lo hace”
      • “así pruebo que soy verdaderamente adulto”
      • “es mi culpa que mi pareja se haya excitado, debo ayudarle a liberar esa excitación”
      • presión o intimidación
      • curiosidad


      En nuestro trato con adolescentes debemos hacerles ver estos y otros argumentos y demostrarles la falacia que ocultan. Si poseen las respuestas antes de encontrarse en esta situación, son capaces de reconocer las mentiras o simplemente de ver más allá de lo que aparece a primera vista. Existe un video a la venta en varios países que se llama: “Si me quieres, demuéstramelo”, trata el tema de forma muy adecuada y comprensible para los adolescentes y jóvenes.

      Respuestas a cada argumento:
      A continuación se ofrecen algunas posibles respuestas a los argumentos; pero recordemos que el más importante y al que debemos recurrir siempre es el amor y respeto que cada persona debe tenerse a sí misma y a los demás por ser hijo de Dios y Templo del Espíritu Santo. Si esto ha entrado profundamente en la conciencia y corazón de cada joven si se sabe y experimenta el amor de Dios por él o ella podrá escuchar mejor y optará por una vida acorde a su dignidad y al amor de Dios.

      1. Si no acepto, terminará nuestra relación

        Generalmente es la mujer, aunque actualmente también los varones (ver caso), quien se encuentra presionada por el chico que le pide esta prueba de verdadero amor. Pero el verdadero amor es el que busca lo mejor para el OTRO y no para sí mismo, eso es egoísmo. Si el chico verdaderamente ama a su novia, no la presionará para que haga algo que no desea o frente a lo que tiene dudas. Puede ser muy difícil para la chica aceptar que este tipo de presión y chantaje demuestra falta de amor por parte del “hombre de su vida”; pero es necesario enfrentarlo con valentía.

        Lo mejor que puede responder es: “y si tú me amas a mí, no me pedirás algo que va contra mi conciencia y que no deseo hacer, así me demostrarás tu amor hacia mí”

        Caso: un joven de 24 años estaba en el cine con su novia, ella cogió la mano del chico y la deslizó por el escote de su blusa. Él, que conocía la familia y estaba pensando en una relación más seria, la retiró. Este hecho se repitió varias veces durante la película. Cuando él llevó a la chica a casa de sus padres, ella lo hizo entrar y le confió que sus padres se encontraban de viaje y lo invitó a quedarse con ella. Él le dijo que eso no estaba bien y ella lo amenazó con terminar la relación. Así pasó, él se fue dando por terminado el noviazgo ya que buscaba una mujer que se respetara a sí misma para formar una familia.

      2. Todo el mundo lo hace

        Esto es falso. Hay muchos jóvenes que no lo hacen y que están esperando al momento de su matrimonio para comenzar su vida sexual. Intenta presionar al chico o chica con la opinión que los demás, especialmente el grupo de amigos, tendrá de él. El peligro será menor si el adolescente ha sabido apropiar su propia jerarquía de valores y posee una seguridad básica en sí mismo y en el amor de su familia. Un adolescente seguro y que ha aprendido a actuar de acuerdo con sus propias decisiones y opciones y no según lo que “hace la mayoría” se defenderá con éxito.

        Una buena respuesta frente a este argumento es decirles: “Y tú, ¿qué piensas tú? ¿Acaso siempre debes hacer lo que hace la mayoría aunque a ti no te agrade y consideres que es incorrecto?”

      3. Probaré que soy un verdadero adulto

        En realidad probará que ha madurado biológicamente, pero que le falta la madurez humana para saber dominarse y ser dueño de sí mismo. Este es uno de los objetivos más buscados por los adolescentes, llegar a ser dueños de sí mismos, no necesitar que nadie les diga lo que deben o pueden hacer. La clave es explicarles que mientras ellos no demuestren su capacidad de dominio y control personal, necesitarán que otros les guíen y marquen las pautas. Y que una de las áreas en las que deben demostrar su madurez es el dominio de los impulsos y tendencias sexuales. Un adulto es capaz de decir NO cuando la situación lo requiere.
        Podemos interpelarlos así: “Los hombres o mujeres verdaderamente adultos son aquellos dueños de sí mismos que no se dejan llevar por los impulsos del momento. Tú, ¿eres capaz de dominarte y decir no o simplemente sigues a ciegas lo que tus hormonas te dicen?”

      4. Por mi culpa se excitó, debo ayudarle

        Tal vez esta afirmación tenga algo de verdad; por eso es tan importante enseñar a chicos y chicas el valor del pudor, de mantener una conducta correcta y evitar actitudes, ropas, palabras y hábitos que pueden ser excitantes para personas del sexo opuesto. De esta forma estamos además previniendo posibles daños, muchos de los ataques sexuales que sufren jóvenes, adolescentes y mujeres en general tienen en parte origen en este tipo de comportamientos, aunque no siempre de la víctima.

        Aparte de lo que pueda tener de verdad, el que un chico o una chica se sienta excitado implica necesariamente que deba recibir un desahogo o salida a su excitación sexual. Él o ella también pueden y deben aprender a controlarse y dominar sus impulsos. Son elementos que ayudan a madurar y a fortalecer la voluntad y la capacidad de autodominio. (Lo cual no significa que hay que exponerse tontamente a situaciones que provoquen excitación para fortalecer la voluntad)

        Una buena respuesta es: “Lo siento, tienes razón en sentirte responsable por la excitación del otro u otra, pero esto no significa que necesariamente debes darle una satisfacción sexual, sino que debes cuidarte para no hacerlo nuevamente y demostrarle así tu interés y cariño al evitarle nuevos malos ratos. Él o ella debe comprender que no lo hiciste a propósito y ayudarte, haciéndote comprender qué cosas no son adecuadas para que tú las hagas o digas cuando estén juntas”.

      5. Presión o intimidación

        Este argumento tiene mucha relación con aquél de “todo el mundo lo hace” y con la amenaza de terminar la relación si no acepta. Hay que hacer ver a la chica o chico que nadie puede obligarle a hacer algo que no desea y que le hace sentir mal. En estos casos, puede darse además un abuso de fuerza o de autoridad. La relación de confianza y proximidad con los padres o un formador es muy importante. Los adolescentes o jóvenes que se encuentran en una situación como esta, se sienten verdaderamente presionados y temen decir lo que sucede por las posibles represalias.

        Es importante asegurarles que deben estar tranquilos, que nadie tiene derecho a obligarles a mantener una relación sexual que no desean; por el contrario, la ley los protege y ellos tienen derecho a negarse y a buscar ayuda y protección. Hay que ser prudentes en estos casos, pero nunca poner en duda lo que un adolescente dice.

      6. Curiosidad

        Muchos adolescentes llegan a una relación sexual por curiosidad. Es tanto lo que ven y escuchan en la televisión, el cine, las revistas, de sus amigos; que desean vivirlo en primera persona. Esta es una de las razones por las que es muy importante el diálogo y la comunicación entre padres e hijos a lo largo de su desarrollo. Un chico o chica que ha recibido de sus padres la información y la educación necesaria, sabe que es algo hermoso sólo si se vive en el momento y condiciones adecuadas y, por lo tanto, no se dejará llevar por la curiosidad.

        Es conveniente que los padres estén atentos para ir descubriendo las dudas y los interrogantes que sus hijos se vayan haciendo en las distintas edades; pero siempre recalcando la necesidad de respetar el tiempo y la persona adecuadas.


  8. “Sexo Seguro”

    Algunos grupos han acuñado el término de sexo seguro (que en inglés ya ha sufrido una modificación, de “safe sex” a “safer sex”, ya que ha resultado claro que no es seguro, por lo que intentan decir que es más seguro).

    Se utiliza para promover el uso de preservativos en las relaciones sexuales diciendo que elimina los riesgos. Algo completamente falso tanto para prevenir embarazos como las enfermedades de transmisión sexual. Se sabe que en la realidad (es decir, considerando imperfecciones en el uso) los preservativos fallan entre el 12 y el 36% en la prevención de embarazos. Para evitar el contagio de SIDA, las cifras son mucho más altas. Y esto es absolutamente obvio cuando se considera que:
    • el tamaño del virus del SIDA es 500 veces menor que el del espermatozoide humano, pudiendo pasar por algún desperfecto de fabricación (que han sido detectados en varios estudios)
    • una mujer puede quedar embarazada 5 ó 6 días al mes, por lo que sólo las fallas del preservativo en estos días son consideradas dentro de esos 12 a 36%; pero puede infectarse de SIDA los 31 días del mes
    • durante actos sexuales anales el preservativo se rompe o desliza con mucha mayor frecuencia que en una relación vaginal. De hecho entre los homosexuales de San Francisco, USA; en 1984 era positivo para SIDA el 7%; después de siete años de “sexo seguro” la cifra llegó a 50%.


    Es lamentable el resultado que está teniendo esta campaña entre los jóvenes en los países en que el SIDA es una verdadera epidemia. La Dra. Margaret Ogola, recordaba la ocasión en que tuvo que dar a un joven de 18 años el diagnóstico positivo para el SIDA. La respuesta del chico la dejó furiosa, porque ella sabe cuán falsa es esta campaña. Él le dijo: “Doctora, no es posible, he usado siempre preservativo”. ¿Cuántos habrá en la misma situación?

    Lo importante es hacerles ver a los adolescentes y jóvenes éstas y otras mentiras utilizadas por los que desean promover el sexo libre y los métodos anticonceptivos y el aborto. Son un enorme negocio en el que se ganan millones de dólares. La forma más segura, más sana, sin secuelas negativas y la más barata es la abstinencia y la castidad; pero no la promueven porque no da dinero. Al final es de mayor interés llenarse el bolsillo que la salud y la vida de millones de adolescentes.

    Los están engañando y manipulando. Un joven o adolescente que se da verdaderamente cuenta de esto y se convence... arrastrará muchos otros a la vivencia de la sexualidad sana y humana adecuadas, es decir, la castidad según el estado de vida.

    Todo esto debe ser dicho con claridad y apelando a la inteligencia del chico o de la chica. Una explicación científica y clara, con pruebas, datos y cifras concretas puede demostrar a los jóvenes que la propaganda que se hace de la libertad sexual (más bien libertinaje) es un engaño que quiere sacar dinero a costa de su vida y salud. No se necesita ni una fe concreta y real, ni valores morales; aunque claro que estos ayudan y mucho a quien los posee. Pero el discurso debe ser hecho desde el punto de vista de la salud y la verdad.


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1Madurez y sexualidad. Pedro Trevijano, Ediciones Sígueme. Pág. 72 y ss.
2 Madurez y sexualidad. Pedro Trevijano, Ediciones Sígueme. Pág. 72 y ss.
3Madurez y sexualidad. Pedro Trevijano, Ediciones Sígueme. Pág. 72 y ss
4Madurez y sexualidad. Pedro Trevijano, Ediciones Sígueme. Pág. 72 y ss.