El profeta Elías
Introducción a las Sagradas Escrituras



PRESENTACION

Cuando le pregunte en una ocasión a una persona muy querida si conocía algo de los profetas su respuesta me dejo pensando en lo que la imagen de estos representa en nuestra época, su respuesta fue: "son los que anunciaban la venida de Cristo".

No muy lejos de la verdad esta la contestación, es cierto que los profetas son enviados de Dios a su pueblo. Enviados con un propósito, una misión de salvación que convierte la vida de estos hombres de Dios en prototipo de la Verdad: Cristo Jesús.

Existen testimonios escritos de muchos de los profetas, escritos que se heredaron de generación en generación, que a través de la historia se convirtieron en libros. En ellos podemos tocar a hombres que con su testimonio de vida, con su entrega en la fe y en la obediencia a Dios dejan un mensaje: creer en las promesas de Dios, especialmente en una: la Salvación, la plenitud de los tiempos.

Es fascinante conocer la vida de los profetas. A los profetas Dios les reveló cómo serían los tiempos mesiánicos, pero sobre todo les dijo muchas cosas sobre su Ungido, el Mesías que habría de venir. Esto es lo que anunciaron a toda la comunidad de Israel. Aquel en quien se cumplan estos oráculos ése es el Mesías verdadero, el enviado por Dios.

Conocer entonces a un profeta, es conocer un ángulo importante de Cristo Jesús. La tradición de la iglesia escribe: El Nuevo Testamento está latente en el Antiguo y el Antiguo Testamento está patente en el Nuevo. (Dei Verbum 16).

En la revelación de Dios con los profetas podemos encontrar anuncios importantes, milagros, enseñanzas, oráculos, sacrificios y promesas. Sin embargo lo más fascinante de la vida de un profeta es el anuncio de la Salvación de Dios manifestada en Cristo.

El evangelio de San Mateo nos enseña como el mismo Jesús en sus predicaciones hace referencia a citas importantes del antiguo testamento que dan testimonio de El. (Miq 5, 1 citado en Mt 2, 6). Jesús habla de los profetas y los tomo como signos importantes en la vida del pueblo de Israel y en su vida misma (se compara con Jonás Mt 12, 42)

Jesús es pues en quien se cumplen las Escrituras, el es el Alfa y el Omega, es el profeta por excelencia. Es el que anuncia con su vida la verdad en el amor, no con palabras sino con hechos.

Para mi lo mas importante de un profeta es descubrir en su ministerio al mismo Jesús. Hace no mucho tiempo me interese en la vida de los profetas, especialmente Jonás, Jeremías y Daniel.

Sin embargo nació en mi la inquietud por descubrir a uno de los mas grandes profetas del antiguo testamento, un hombre de Dios que aparece en un tiempo donde las divisiones, la idolatría y la falta de fe son lo mas constante. Generalmente cuando el Pueblo de Dios esta por desfallecer en la fe, aparece el enviado con la misión de hacer sentir cercana la presencia de Dios con su pueblo y en medio de la confusión y el desaliento muestra su misericordia.

Elías para mi representa el modelo de lo que un verdadero hombre de Dios esta dispuesto a realizar por cumplir una misión, un envío pero sobre todo la obediencia en el amor a Dios. La confianza en la fidelidad de nuestro Padre que nunca nos abandona y que nos llama a vivir en plenitud su amor en Cristo su Hijo muy amado.

La intención que tengo al estudiar la vida de Elías, el gran profeta del antiguo testamento, es para descubrir cual es el perfil del hombre de Dios.

INTRODUCCION

Hablar del profeta es hablar de una gran generación de profetas, es decir, desde Samuel hasta Jonás. Quiero presentar una tabla cronológica para ver en conjunto la presencia de Dios en la Historia a través de los profetas.

Esta tabla solamente incluye las figuras proféticas mayores del período del Antiguo Testamento. El período después del año 750 a. C., que comienza con Óseas y Amós, es frecuentemente conocida como el período clásico de la profecía y a los profetas se les conoce como los profetas escritores.

De alguna forma, ambos nombres no son exactos. No existe realmente una clara separación radical entre los profetas antes del comienzo del "período clásico" y de aquellos que vienen después, tal como el título puede implicarlo. Además, no todos aquellos profetas fueron necesariamente escritores; en muchos casos, otros fueron los que de hecho escribieron los libros que llevan su nombre, y escribieron sobre esos profetas, sus vidas y mensajes.

Las fechas reflejan el ministerio activo de los profetas que fue determinado por las porciones bíblicas que se pueden fechar. Excepto por las tradiciones de Isaías, no se hace el intento para clasificar los diferentes períodos de tiempo que se reflejan en los libros proféticos mismos. Por ejemplo, es claro que la colección de sermones y narraciones de Amós tuvo que pasar por un editor (que revisó la redacción) en el reino del Sur después de la destrucción de Jerusalén en el año 587 a. C., más o menos unos 150 años después del ministerio de Amós en el reino del Norte (Amós 9:11-15).

Esto solamente nos recuerda que existe una diferencia entre el contexto histórico inmediato de las figuras proféticas del Antiguo Testamento y el contexto histórico de los libros que llevan su nombre. Los libros son los productos de la comunidad de fe, algunas veces a través de varios siglos, mientras se recolectaban, se reflexionaba sobre ellas, y se usaban los mensajes que los mismos profetas habían traído.

Los libros frecuentemente llevan una clara evidencia de este dinámico uso de las tradiciones proféticas en algún período de tiempo, que también nos dice algo sobre la continua vitalidad de los escritos como la palabra viva de Dios para el pueblo.

En esta tabla no se incluye a Daniel porque ese libro normalmente no es considerado un libro profético. Existe muy poca evidencia histórica para fechar el libro de Joel, y podría colocarse entre el año 500 a. C. y tan tarde como en el año 300 a. C. El libro de Jonás se coloca en el período de la época Asiría del siglo VIII a. C., pero muchos estudiosos colocan el tiempo de la escritura de ese libro a la mitad del siglo V a. C., un poco después de las reformas de Nehemías. Esto sugiere que el libro usa tradiciones mucho más antiguas, de la época Asiría, como medios para abordar un tipo muy diferente de problemas en la comunidad post-exílica.

El profeta Elías aparece en la separación del Reino, se ubica como el primer profeta del reino del Norte (870 - 850 a.C.) además pertenece a un periodo bíblico importante, es la época de los Reyes, de hecho a se considera el libro de 1 y 2 de Reyes como el 3 y 4 de Reyes, es decir se considera 1 y 2 de Samuel como 1 y 2 de Reyes.

 

Tabla Cronológica de los Profetas de Israel

El Reino Unido

Fecha (aC)
Profetas del reino unido
1020-1000

Samuel

975-960 Natán
El Reino Dividido
Fecha (aC) Reino del norte   Reino del sur Fecha (aC)
870-850 Elías      
850-800 Eliseo      
750-745 Amós   [Jonás] [740-730]
750-745 Óseas      
    Isaías de Jerusalén 742-700
  Miqueas 722-701
  Sofonías 628-622
  Jeremías 626-586
  Nahum 612
  Habacuc 605
  Ezequiel 593-573
  Abadías c. 586/5
  Isaías (caps. 40-55) 540
  Hageo 520-515
  Zacarías 520-515
  Isaías (caps. 56-66) 515-500
  Joel 500-350?
  Malaquías 500-450
  Jonás 450-400
     

 

PROFETA ELIAS

¿Quién es Elías?

Elías (siglo IX a.C.), el más popular de los profetas hebreos. Toda su vida (1 Re. 17-19,21) estuvo marcada por los cambios sociales y religiosos de ese periodo. Elías encabezó la lucha contra la idolatría del dios fenicio Baal, a quien Ajab, rey de Israel, había adorado. En su lucha contra los baalitas, Elías se enzarzó en una contienda de milagros con los profetas de Baal, y manifestó que no habría en esos años rocío ni lluvia más que cuando su boca lo ordenase. Tras tres años de sequía, Elías convocó al pueblo de Israel en el monte Carmelo, donde demostró la supremacía de Dios sobre Baal. Poco después, ordenó la matanza de los profetas de Baal, tras lo cual volvieron las lluvias.

El Islam narra esta historia de forma similar, protagonizada por Ilías (Elías). El profeta reprendió al rey Ajab por el asesinato de Nabot, el propietario de la viña contigua al palacio de Ajab y que éste quería para hacerse una huerta; descrito en 1 Reyes 21.

La profecía del retorno de Elías a la tierra, tras su muerte, como precursor del Mesías se basa en el relato de su elevación hacia los cielos en un torbellino (2 Re. 2,11), y está respaldada también por las palabras de Malaquías, el último profeta (Mal. 4,5-6). Cristo declaró que san Juan Bautista era el cumplimiento espiritual de esta profecía, al afirmar que Juan había venido "con el espíritu y el poder de Elías" (Mt. 11,14; 17,11-13; Mc. 9,13; Lc. 1,17).

El judaísmo posbíblico afirma que Elías es un participante invisible en la propia celebración de la Pascua judía y en los ritos de la circuncisión.

Los hechos bíblicos.

Idolatría.

Cuando las cosas van mal en el pueblo, aparecen los profetas: Elías fue el gran profeta del Norte, de Israel, que habló contra las atrocidades idolátricas de Acab y Jezabel... en 14:24 se llaman "prostitución idolátrica", refiriéndose a las idolatrías de Roboam el hijo de Salomón. Elías era tesbita, y le profetizó a Acab que no habría agua en Israel, como castigo de Dios, ¡y así ocurrió! por 3 años!, hasta que Elías oró al Señor (17:1, 18:45).

En estos 3 años se morían las personas y animales, y a Elías lo mantenían los "cuervos", llevándole pan y carne (17:6).

En Sarepta, con la Viuda (17:8-24)

Elías fue a Sarepta, de Tiro, dirigido por Yahvé, y allí encontró a una viuda con su hijo que se estaban muriendo de hambre... sólo le quedaba un poco de harina y aceite, ¡y después a morirse!... No temas, le dijo Elías, "pero prepárame para mí una tortilla", y así lo hizo la viuda con la harina y aceite que le quedaba... ¡y la harina y el aceite se multiplicaron!, nunca se acababa la harina de la tinaja, ni el aceite de la vasija...

... Pero el hijo enfermó y murió... y por medio de Elías revivió (17:22).

En Monte Carmelo, con los Baales (18)

En el Monte Carmelo, Elías, el único profeta que quedaba de Yahvé, se enfrentó con los 450 sacerdotes baales de Jezabel, ¡los desafió a probar a su Dios!:

Pusieron en el altar el sacrificio, y mientras los baales oraban, no bajaba fuego sobre el altar, a la vista del pueblo... después Elías oró a Yahvé, y al instante cayó fuego sobre el altar... los baales tenían un falso Dios, el pueblo los apresó, ¡y Elías degolló a los 450 sacerdotes! (18:40).

Viene la lluvia, ¡la nubecilla! (18):

Inmediatamente, Elías le dijo a Acab, ¡ya viene la lluvia!, de parte de Yahvé, después de 3 años de sequía absoluta... y en 18:44 apareció una "nubecilla" como la palma de una mano... y al poco cayó una gran lluvia... (18:44-45). Esta "nubecilla" de 18:44, siempre ha sido interpretada por los cristianos como el símbolo de la Virgen María, quien nos trajo el torrente de gracias de su Hijo Jesús... y la Virgen del Carmelo ocupa lugar especial en el corazón de cada cristiano, con su "escapulario", que le dio a San Simón Stock, en Londres, con la gran promesa, "quien muera con el escapulario puesto, no irá a las llamas del infierno".

Elías huye a Horeb (cap.19):

Jezabel se juró matar a Elías, por la matanza de sus 450 sacerdotes. ... Y Elías huyó a Horeb, al Monte Sinaí, recorriendo el mismo camino del Éxodo, al revés... en el camino estaba agotado y "deseó morirse", en 19:4... un ángel lo despertó, y le dio pan y agua, símbolo de la Eucaristía, y con ese poco pan y agua anduvo por 40 días, hasta llegar al Monte Horeb... y aquí, en una cueva, ¡vio a Dios!, no en el viento fuerte, ni en el terremoto, ni en el fuego, sino en el "viento suave" que vino (19:8-14)... y Elías se fue a ungir a Jezael por rey de Siria, y a Jehú por rey de Israel, como le mandó Yahvé, porque con ellos Yahvé iba a matar a todos los israelitas idólatras, !quedando sólo 7.000! (19:15-18).

Encuentro con Eliseo.

... en el camino se encontró con Eliseo, a quien ungió echándole su manto... y Eliseo siguió a Elías y se puso a su servicio (19:19-21).

La Viña de Nabot (21):

El Rey Acab quería la viña de Nabot, porque quedaba cerca de su casa, pero Nabot no se la vendió porque era de herencia... pero Jezabel calumnió a Nabot, y a consecuencia fue lapidado... ¡y Acab se quedó con la viña! Y después de esta acción perversa, Elías profetizó la muerte horrorosa de Jezabel, ¡comida por perros! (21:23).

 

Tabla del profeta Elías

Datos importantes de su vida

Referencias
Profetiza al rey Ahab una sequía de tres años
1 Re 17, 1
Va al arroyo de Querit; los cuervos le llevan comida
1 Re 17, 2-7
Al secarse el Arroyo de Querit, va a Sarepta. Allí se aloja en casa de una viuda. La pequeña ración de harina y aceite de la viuda se multiplica milagrosamente mientras dura la sequía. El hijo de la viuda enferma y muere; Elías lo resucita.
1 Re 17, 8-24
Al pasar los tres años, Elías vuelve a presentarse ante Ahab. Reta a los profetas de baal. El Señor prueba que solo el es Dios. Acaba la sequía.
1 Re18
Huye para escapar de la venganza de Jezabel, esposa de Ahab.
1 Re 19, 1-4
En el monte Orbe, dios lo anima, le da una nueva visión y nuevas instrucciones.
1 Re 19, 5-18
Consagra a Eliseo como su sucesor
1 Re 19, 16 - 21
Ahab desea la viña de Nabot. Jezabel arregla el asesinato de este para obtenerla. Elías pronuncia el juicio de Dios sobre Ahab.
1 Re 21
Ocozías, sucesor de Ahab, es herido. Elías le anuncia que va a morir
2 Re 1
Elías y Eliseo van a diferentes lugares. Elías es llevado al cielo en un torbellino, dejando a Eliseo como profeta en su lugar.
2 Re 2, 1-12
Otras referencias bíblicas
Mal 4, 5; Mt 11, 14; 17, 3-4; 17, 10-12; Rom 11, 2; Stg 5, 17

 

Retrato bíblico

Es imposible intentar encerrar en algunas páginas la personalidad y obra de este gran Profeta.

Leyendo las pocas páginas que nos hablan de él: 1 Reyes, cap. 17-19,21, y 2 Re 1-2, podemos intentar descubrir sus rasgos principales. He aquí algunos:

El hombre ante Dios: Aparece con frecuencia la expresión "el Señor a quien sirvo" o "ante el que estoy"; Elías no comparte con nadie su culto y quiere que el pueblo haga lo mismo.

Llevado por el Espíritu: Ved la respuesta tan sabrosa de Abdías en 1 Reyes 18,12. De ahí es de donde procede la fuerza del alma de Elías y de su libertad interior.

Su fe sin divisiones: Cuando el sacrificio del Carmelo (1 Re 18), intenta forzar al pueblo a elegir entre el Dios vivo, personal, que interviene en la historia, y las fuerzas naturales divinizadas, los baales. Como nosotros, Elías cree sin ver; porque Dios se lo pide, anuncia la llegada de la lluvia..., pero sin verla venir (1 Re 18,41 s).

Su intimidad son Dios: Su visión de Dios (1 Re 19), como la de Moisés (Ex 33,18s), es el modelo de la vida mística: es todo lo más que se le concede ver al hombre. Pero Elías sigue siendo un hombre como nosotros, desalentado, miedoso (19,ls). El versículo 19,12 debe traducirse: "Se oyó el ruido de un silencio": Dios no está en las fuerzas de la naturaleza divinizadas, sino que es el Dios oculto. En su oración -lo mismo que Moisés-Elías no cae en efusiones místicas, sino que habla a Dios de su misión.

Defensor de los pobres: Ante el rey y los poderosos, defiende al pobre (1 Re 21).

Su universalismo: Como cree en Dios sin divisiones y se deja conducir por el Espíritu, es libre para tratar con los paganos (1 Re 17); pero también a la mujer pagana le pide una fe incondicional (17, 13).

Elías y Ocozías (2 Re 1): Este relato popular, lo mismo que presentarán luego a Eliseo, contribuirá, por desgracia, a hacer de Elías un personaje justiciero que pide el fuego del cielo contra los pecadores.

La ascensión de Elías (2 Re 2). Como no se conocía su tumba, se llegó a pensar seguramente que había sido llevado junto a Dios. Lucas se inspirará en este texto para su relato de la ascensión de Jesús (Hech 1,6-11); Eliseo, que ve a Elías en su ascensión, recibirá su espíritu para continuar su misión, lo mismo que los discípulos recibirán el Espíritu de Jesús por haberlo visto elevarse.

Retrato hecho por los hombres

Nos limitamos al que nos pintan dos célebres carmelitas:

l) El ilustre historiador Juan Bta. Lezana (+1659) escribió este magnifico epitafio:

"Elogio para fiar a la puerta del paraíso terrenal: Aquí vive, oh mortal aquel celeste celador de la honra divina. Elías es de doble espíritu, perfecto en la pureza, rico en virtudes, pobrísimo en bienes terrenos, gran amigo de Dios, enemigo del diablo, amable con los buenos, terrible para los impíos, nacido antes de Cristo, conversó con Cristo, reservado después de Cristo contra el Anticristo; Patriarca eximio. Profeta celebérrimo. Sacerdote grande, Monje, Padre de los Monjes, siempre casto, Fénix singular.

De Cristo futuro apóstol. Mártir, Precursor, Capitán, valiente defensor, heraldo de la verdad, ardientemente religioso, maduro sin quebranto, anciano sin vejez, mortal sin morir, nutrido sin alimento, de una longevidad sin achaques y - i cosa admirable!- de una vida santísima que no se ha de extinguir hasta la consumación de los siglos.

Quien flageló a los tiranos, dio muerte a los sacrílegos, cerró con su palabra las nubes y tornólas a abrir, ungió Reyes e instituyó Profetas defensores; por los ángeles fue anunciado su nacimiento, alimentado en Carit, saludado en Horeb, donde, en medio de fragorosa tempestad y conmoción de los montes, cubriéndose con su palio el rostro, vio en cuanto era capaz, a Dios, el cual se le manifestó en el suave céfiro..."

2) El venerable mariólogo Arnoldo Bostio (+1499) lo llamó:

"Varón Evangélico antes del Evangelio, Apostólico antes del tiempo de los Apóstoles, despreciador del mundo y de todas las cosas perecederas, apasionado seguidor de lo eterno, primer Virgen, Monje y Eremita, resplandor de costumbres, regla de virtudes, heraldo de la Virgen sagrada. Que con la institución de la virginal castidad antecedió por mucho tiempo al Cordero sin mancha a donde quiera que hubiera de ir..."

Elías y el Carmelo

Un grupo llego a Palestina a mediados del siglo XII, viendo la maravillosa topografía del Monte Carmelo, tan apto para la contemplación, decidieron quedarse allí y se entregaron sin reservas a imitar la vida del Profeta de Fuego, tal como la describían los libros de los Reyes, a base de la tradición monástica. El lugar les ayudaba a "fabricar la miel dulcísima de la contemplación".

Supuesto el vinculo entre Elías y el Carmelo, entre Elías y la vida religiosa, fijado por los Padres Griegos y Latinos, no es de exagerar que aquellos a quienes ya Santiago de Vitry había designado como "imitadores del santo varón y solitario Elías profeta", en el Monte Carmelo..., cerca de la fuente apellidada de Elías, en la Rúbrica Prima de las Constituciones afirman su descendencia de los Padres tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, quienes desde el tiempo de Elías y de Eliseo habían habitado en el Monte Carmelo "para la contemplación de las cosas celestiales".

A pesar de ello, los carmelitas nunca se llamaron "Elianos", pues tomarán el nombre, como tantas otras Ordenes, no del Fundador, sino del lugar donde nacen.

Elías será para aquellos que se reúnen en el Monte Carmelo la regla viva, que se propondrán imitar. Para ellos éste será el padre que les infundirá su espíritu: Carmelitarum Dux et Pater.

Para estos primeros carmelitas, la cosa fue fácil: deseaban imitar a aquel hombre extraordinario, tal como lo presentaba la Sagrada Escritura y porque los Padres lo habían visto como el prototipo del monacato. Así de sencillo es el origen del Patríarcado Eliano sobre el Carmelo.

Hoy, la así llamada "Cuestión eliana" sobre la sucesión hereditaria o entronque de los carmelitas de hoy con el Profeta Elías, que vive 900 años antes de Cristo, es una cuestión zanjada y, por lo tanto, así admitida: Elías es el Padre Espiritual o el Inspirador del Carmelo. Así lo ha escrito el P. R. García Villoslada, S.J.:

"Pero debemos añadir que no sin fundamento llaman su Padre a Elías, porque los fundadores y después todos los carmelitas miraron siempre a aquel Profeta como a modelo y ejemplar, e inspirados en él, modelaron sus reglas y constituciones. Moralmente, pues, ha influido el Profeta Elías en la Orden Carmelitana casi tanto como San Agustín en los diversos Institutos que llevan su nombre, y se glorían de tenerle por Padre".

Elías, Padre espiritual del Carmelo

"Elías, aunque no sea él quien les haya dado una Regla escrita, con todo ha sido el ejemplo y el modelo de la santa vida de los carmelitas". Así escribió el célebre humanista benedictino, el Abad Juan Tritemio (+1516).

A esta afirmación de un extraño a la Orden baste añadir un hecho: Entre las estatuas de los fundadores de las Ordenes Religiosas que aparecen en la Basílica de San Pedro en Roma, está también la magnífica e impresionante del profeta Elías, con la siguiente inscripción, escrita por el mismo Papa Benedicto XIII el 26.6.1725: "Universus Ordo Carmelitarum Fundatori suo Santo Eliae Prophetae erexit 1725. (La Orden entera de los Carmelitas, a su Santo Fundador, Elías, Profeta, la erigió el año 1725").

El entonces Procurador General de la Orden, Eliseo Monsignani, lleno de alegría, cursó a los Provinciales esta comunicación: "Ha llegado el tiempo en que, aun cuando los carmelitas callen, las piedras y los mármoles hablarán y dirán que el profeta Elías es el Padre y Fundador de los carmelitas".

¿De dónde arranca esta paternidad eliana?

El historiador de la primera mitad del siglo XIII, Jaime de Vitry, dice: "A ejemplo e imitación del santo y solitario varón Elías profeta, muchos anacoretas se retiraron en el Monte Carmelo..."

En virtud de esta tradición y de esta historia del patriarcado eliano los carmelitas deben procurar ajustar su vida a la de él. Fue éste el testamento que según la tradición dejó San Brocardo, Superior General del Carmelo, a los moradores de aquella Santa Montaña antes de expirar: "Ajustad vuestra vida a la vida ejemplar de la Bienaventurada Virgen Maria y de nuestro fundador, el Santo Profeta Elías".

El ha de ser para nosotros el espejo en el que a diario debemos miramos, como lo hacia San Antonio. Es lo que afirma el Bto. Juan Soreth (+1471) en su Exposición de la Regla: "Nosotros somos los Hijos de los Profetas, no según la carne, sino por la imitación de sus obras. El Redentor decía a los judíos que se gloriaban de proceder de Abrahán: "Haced las obras de Abrahán". Así hoy se debe decir a los carmelitas: "Haced las obras de Elías".

Así nos presenta a Elías el libro más importante de la espiritualidad Carmelitana después de la Regla, la Institución, como ejemplo a imitar. He aquí un hecho básico e indiscutible: La conciencia moral eliana del Carmelo, su procedencia eliana en cuanto a la concepción contemplativa y apostólica de la vida religiosa.

Esto afirmaba el célebre Tomás Waldense, cuando deseaba que fuera para los carmelitas N. P. 5. Elías "una fuente de vida espiritual, un ideal que incita a la imitación y estimula al celo por el Dios de los ejércitos, de modo que, la vida espiritual del Carmelo halle en él, Elías, su especificación y su inspiración".

Su espiritualidad y su mensaje

En cuanto precede ya va implícita y explícita su espiritualidad y su mensaje para el hombre de hoy, que no puede ser más actualísimo. Todo él se resume en su doble espíritu, que siempre enarboló el Carmelo como fundamento de su espiritualidad:

Este era su lema en doble vertiente:

a) Vida contemplativa, intimidad divina: "Vive el Señor, en cuya presencia yo vivo, yo estoy" (1 Re 17,1).

b) Vida apostólica, celo por la gloria de Dios y la justicia: "Me abraso de celo por el Señor, Dios de los ejércitos" (1 Re 19,10).

Elías Profeta es el CANTOR incansable del Dios vivo. Si a este doble espíritu se le añade el amor tierno y filial a MARIA -a la que según la tradición él viera prefigurada en la célebre Nubecilla (1 Re 19, 44)- ya está completo el CARISMA DEL CARMELO.

Nos recordaba el papa Juan Pablo II el 24.9.1983:

"Vuestro carisma hunde sus raíces en el Antiguo Testamento y se centra en torno a la grandiosa figura del Profeta Elías, el Profeta del Nuevo testamento.

El fue un hombre de Dios, Maestro testigo de oración. Como hijo del pueblo, es un ejemplo a seguir por vosotros de cómo tenéis que preocuparos de las necesidades del prójimo. Ello quiere decir que vosotros debéis ser hombres de Dios, testigos de la trascendencia divina, apóstoles de la Divina economía."

Resumiendo:

Que prediquemos y vivamos al Dios único y verdadero. Que demos muerte a los muchos ídolos que nos rodean. Que vivamos siempre en la presencia del Señor. Que contemplemos a Maria y tratemos de imitarla.

CONCLUSION

La primera condición del hombre es el encuentro y la experiencia de Dios en el corazón. Este es el sello que garantiza la real filiación con el divino, por medio del Espíritu Santo.

Las huellas de dios en el corazón del profeta, marcan el camino a seguir, se convierte en profeta del dios vivo. Con esta disposición el profeta sigue adelante dispuesto a recibir sufrimientos y persecución. Sin embargo, este hecho, provoca que el hombre se rebele hasta cierto punto, se trata de una confrontación interior ante el camino que traza Dios y no el.

Es natural que el hombre se rebele, los criterios del mundo arraigados en el, la incertidumbre, el miedo y sobre todo los instintos se convierten en principal obstáculo para aceptar la misión.

Lo mas importante para el hombre de Dios, es el hecho de trascender estos impulsos internos, entregándose con infinita confianza a la providencia Divina, a saber que sitien hay problemas no son mas grandes que el amor de Dios. Jesús mismo nos invita diciendo: "olvídese de si mismo".

El hombre de Dios no puede centralizar su vida en si mismo, antes bien debe tener una apertura de corazón para ser receptivo a las gracias divinas. Es pues, un ser sensible a las manifestaciones de Dios en todo lo creado.


Autor:
Miguel Gerardo Lance Castro

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