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Abraham un hombre de fe (Gén. 12, 1-4 y 17, 1-8)


por María Inés Casalá

Para chicos de diez u once años.

Objetivo:
Profundizar a qué me compromete, en la vida cotidiana, el tener fe. Conocer y profundizar en la personalidad de Abraham.

Conversar con los chicos:

Dios creó al mundo, e hizo a los hombres a su imagen y semejanza. Los hizo parecidos a él, para que pudieran conocerlo, amarlo y ser felices. Sin embargo, el hombre quiso ser más que Dios y se alejó de él… pecó. Dios no abandonó al hombre, sino que a lo largo de la historia se fue mostrando. Jesús, su hijo, nos reveló, nos mostró, como es Dios de una manera perfecta.

Después de hacer está explicación (más extensa), preguntamos:

¿Ustedes creen que los hombres a lo largo de la historia creyeron siempre lo mismo?

En pequeños grupos los chicos investigan antiguas creencias. Se comparan y se conversan las principales características. Por ejemplo:

· El hombre primitivo creía que el fuego era un Dios, porque ellos no lo podían dominar.

· Si seguimos avanzando en la historia, nos encontramos, con las primeras civilizaciones que tienen diferentes dioses: dios del vino, del trueno, del amor…

· Los griegos, entre todos los monumentos a sus dioses, tenían una estatua dedicada al dios desconocido, no fuera a ser que alguno no tuviera estatua y se enojara con ellos. El hombre estaba sujeto al capricho de los dioses. Si los dioses estaban contentos, al hombre le iba bien, si estaban enojados, mejor prepararse porque podían esperar lo peor. Nada más grave que la ira de los dioses. Por eso los sacrificios, eran para mantenerlos alegres, ellos creían que el comportamiento de los dioses dependía de sus acciones. Eran dioses caprichosos. El hombre era un ser insignificante y despreciable para ellos, no tenía la misma dignidad.

Después de dar distintos ejemplos y de proponer diversas reflexiones, podemos preguntar:

- ¿Cómo es el Dios en quién creemos?
- ¿Es caprichoso, necesita de nuestros sacrificios?
- ¿Cómo quiere que nos relacionemos con él?

Escribimos en el pizarrón las respuestas y los comentarios de los chicos. Hagamos un poco más de historia.
Preguntamos a los chicos:

¿Para qué sirve hacer historia? ¿Por qué vamos a reflexionar acerca de lo que le sucedió hace tantos años a un pueblo con una cultura tan diferente a la nuestra y tan distinto? (El objetivo de hacer historia, no es memorizar, ni intentar repetir lo que ocurrió hace tanto años, sino, descubrir la mano amorosa de Dios que acompañó al hombre para que pudiera recibir al Salvador.)

Hacia el año 1850 A.C. apareció un hombre: Abraham, que vivía en una ciudad llamada Ur, en la Mesopotamia, tierra comprendida entre los ríos Tigris y Eúfrates, con su familia y su ganado. No tenía hijos y tampoco una tierra que fuera suya.

- ¿Qué hizo Abraham cuándo recibió el llamado de Dios?
- ¿Por qué le contestó que sí?
- ¿Conocería a Dios?
- ¿Qué tuvo que dejar para cumplir la voluntad de Dios?

Dios, también nos pide algo a cada uno de nosotros.

- ¿Qué nos pide?
- ¿Cómo respondemos a este llamado?
- ¿Dejamos algo para seguir a Dios?
- ¿Dios, para nosotros es tan importante como lo era para Abraham? ¿Por qué?
- ¿Qué significa el nombre para una persona? (El encuentro con Dios cambia desde lo más profundo y deja una huella para siempre.)

Un único Dios que les prometió fidelidad. Siempre estaría con el pueblo y con sus descendientes. «El Dios de la Alianza», «el Dios de la promesa».

- ¿Cuál era la parte de Abraham en ese trato? (Confiar en Dios, dejarse llevar, conducir de su mano. Obedecerlo como el niño pequeño obedece a sus padres. No por miedo, o porque teme un castigo, sino por amor, por confianza, porque lo conoce y sabe que nada malo puede venir de ellos, sino, sólo lo mejor.)
- ¿Tenemos puesta toda la confianza en Dios?

Después de las reflexiones y de los comentarios con los compañeros, seguramente habrán llegado a la conclusión de que creer, pero creer de verdad, es algo que no queda sólo en los pensamientos.

Si creemos algo de verdad, con todo el corazón, con todas nuestras fuerzas, comprometemos nuestra vida en eso que creemos.

- ¿Qué significa, entonces, tener fe? (Es importante recordar lo que se conversó al principio del encuentro cuando respondían a la pregunta, ¿Cómo es el Dios en quién creemos?)

Algunas ideas para compartir:

Que podamos, como Abraham,
tener una gran confianza en Dios.
Que a lo largo de este año
y de toda nuestra vida,
cada día nos sintamos
más amigos de Jesús,
confiemos en su Palabra
y en el amor infinito
de Dios Padre que nos quiere.