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La ley de la entropía
y la existencia de Dios
ÁNGEL SANTOS RUIZ, es doctor en Farmacia y
en Medicina, catedrático de Bioquímica, decano honorario de la Facultad de
Farmacia de la Universidad de Madrid, académico de número de la Real de
Farmacia y miembro del Instituto España, pertenece a numerosas sociedades científicas,
españolas y extranjeras. Es autor de numerosos trabajos científicos.
En su libro Vida y espíritu ante la ciencia de hoy (Madrid 1970, pp. 208),
escribe:
"Con la ley de la entropía, descubierta por
Clausius, se vino a saber que los procesos naturales espontáneos están siempre
unidos a una disminución de la energía libre y utilizable; lo que en un
sistema material cerrado debe conducir a la terminación de los procesos en la
escala macroscópica. Este destino fatal exige la existencia de un Ser. Si el
científico dirige su mirada del estado presente al futuro, por lejano que sea,
se ve obligado a tropezar, tanto en el macrocosmos como en el microcosmos, con
el envejecimiento. El Universo, juzgado según la escala humana del tiempo, es,
para Jeans, de edad muy avanzada, no tiene una estructura permanente y vive su
vida y recorre su ruta desde el nacimiento a la muerte como lo hacemos todos. La
importancia de la ciencia moderna con respecto al argumento de la existencia de
Dios, tomado de la mutabilidad del Cosmos, se deduce de investigaciones exactas
y detalladas en los campos concernientes al macrocosmos y al microcosmos. La
ciencia ha ensanchado y profudizado considerablemente el fundamento empírico
del cual se concluye la existencia de un Ens a se, inmutable por
naturaleza"
Entendemos que si la afirmación del profesor Santos Ruíz sobre el
envejecimiento del mundo, es cierta, como científicamente parece demostrarse,
esclarece de un modo más convincente que nunca el argumento de la llamada
tercera vía de la demostración de la existencia de Dios. Si el Cosmos en su
conjunto envejece irremisiblemente quiere decir decir que en su conjunto es
CONTINGENTE. Cabe decirlo de una manera más obvia: el Cosmos NO ES
AUTOSUFICIENTE. Por lo tanto, remite necesariamente a OTRO SER que lo sea y dé
razón de su existencia. Aunque sea sólo en este punto y su conocimiento no sea
necesario, la ley de la entropía sirve a la Teología natural. A.O.