EFFATÀ, ABRETE
CARTA PARA EL PROGRAMA PASTORAL COMUNICAR

Cardenal Carlo Martini, Milán, 11 de agosto de 1990



Desde 1980 el Cardenal Carlo María Martini, el brillante profesor del Pontificio Instituto Bíblico de Roma y a Rector de la Universidad Gregoriana de Roma, es el arzobispo de la archidiócesis Milán, un campo privilegiado para experimentar el encuentro del Evangelio con la modernidad. Martini ha basado la pastoral en cinco pilares: silencio y contemplación, palabra de Dios, Eucaristía constructora de comunidad, misión y caridad.

En programas sucesivos ha tratado algunos aspectos característicos de la vivencia cristiana de hoy: educar, comunicar, vigilar( cf C. Martini, Programmi pastorali diocesani 1980-1990, Edizioni Dehoniane, Bolonia 1990).

En el bienio 1990-1991 la diócesis de Milán ha sido guiada por el propio obispo en los terrenos de la comunicación y de los medios de masa. La primera carta pastoral sobre este tema,"Effatà, Abrete", se articula según los tres momentos clásicos del análisis pastoral: ver, juzgar y actuar.



1. Ver: la fatiga de comunicar.


El itinerario comienza con una mirada a la masa de soledades...de la incomunicabilidades humanas que se encuentran el uno con el otro pero no se hablan, cada uno se queda silencioso ante una realización imposible de su desierto.(n. 5).

También la Iglesia aparece a menudo titubeante e insegura en la comunicación de la fe.(n. 10).

El Cardenal Martini se pregunta: ¿cómo encontrar en la Babel moderna de la comunicación una posibilidad de encontrarse?, ¿cómo transformar la comunicación de masas en comunicación personal y auténtica?

2. Juzgar: la comunicación en Dios, fundamento último de la comunicación humana.


En el interior de la escucha de la Palabra de Dios, el Cardenal Martini encuentra las leyes de la verdadera comunicación: la comunicación nace del silencio, necesita de tiempo, es progresiva, no tema los momentos de sombra, la transparencia no es nunca absoluta, está hecha de escucha, compromete siempre a la persona. María de Nazaret aparece como el ejemplo de la comunicación auténtica ( nn. 18-38).

3. Actuar: las condiciones de la comunicación

He aquí la comunidad diocesana en estado de comunicación: el discernimiento, la comunicación del Evangelio, la comunicación en la Eucaristía y en la liturgia, la comunicación en la caridad, las técnicas de la comunicación aplicadas a la comunicación de la fe (nn.39-81) son las condiciones para pasar de las intenciones a la acción.



La segunda carta" El borde del mantel" trata de la relación Iglesia- medios de masas.

Esta carta es un acto misionero ha dicho el Cardenal Martini al presentarla a los sacerdotes de su diócesis (cf C.M,Presentazione de "Il lembo del mantello", en <> 57 (1991) 5, 409). La carta, efectivamente, retoma la exhortación del Papa a los evangelizadores para que vayan a los nuevos areópagos del templo moderno, los medios de comunicación social que está unificando a la humanidad convirtiéndola en una aldea global.

El desafío es grande: ¿ cómo es posible que los medios lleguen a ser mediadores de diálogo humano? El icono indicado por el Cardenal Martini hace pensar. " Con el icono de la mujer hemorroisa que toca el manto de Jesús y se cura, quiero mostrar que los medios no los demonizo, ni los canonizo, sino que los veo a la luz justa y precisa; pueden ser el instrumento de un camino hacia la persona, pueden facilitar el emerger de la persona partiendo de la masa (C.M. Martini, art. cit., p. 412)

La carta se divide didácticamente en tres partes: la ética de los medios; la pastoral de los medios; la espiritualidad de los medios.



En la primera parte (nn.6-24) hay dos diálogos: diálogo con el televisor para captar qué significa este instrumento para nosotros hoy; diálogo con los comunicadores. El Cardenal plantea algunas preguntas a los profesionales de los medios:¿ cómo se nos transmiten las noticias?, ¿sois libres al elegir?, ¿ tenéis presente a la gente más que el juicio de los colegas o de vuestra carrera?, ¿ por qué tanta violencia y pornografía en la TV?



En la segunda parte (nn.25-33) el Cardenal Martini se pregunta sobre la relación Iglesia y medios: ¿qué se nos pide a nosotros como Iglesia? "Ante todo que pensemos bien acerca de los medios...Después se nos pide que actuemos bien. Cuatro indicaciones: la Iglesia deb decir y practicar la comunicación, promover una mentalidad abierta y más disponible a la información; debe desempeñar sobre todo un papel profético y educativo, no debe buscar apoderarse de los medios, sino influenciar la producción de mensajes, sirviéndose de los medios; debe también penetrar en los medios directamente, si ha tenido en cuenta los puntos precedentes ( ib., p.413).



La tercera parte se dirige a la espiritualidad (nn.34-48):" Jesús es el hombre de los números pequeños; ciertamente que se interesa por las masas, pero en primer lugar de las personas, y una verdadera espiritualidad de los medios debe olvidar la idolatría de la muchedumbre recordando que existen las personas, las relaciones y que en cada fragmento tocamos el todo de Dios que se manifiesta" ( ib.,pg 415).


EFFATA, ABRETE

INTRODUCCIÓN






¿Es posible encontrarse con Babel?

1. "Toda la tierra tenía una sola lengua y las mismas palabras" ( Gn 11,1).



La Biblia idealiza así aquellos albores felices en los que los hombres se podían entender con facilidad y espontaneidad. Pero empeñados en un esfuerzo gigantesco por la omnipotencia tecnológica, los hombres no supieron mantener el equilibrio: se confundieron y se dispersaron. Esta confusión se considera en la Biblia como un castigo divino, que une para siempre el nombre da la ciudad al símbolo de la confusión de las lenguas y de la fatiga de los hombres y las culturas para entenderse entre sí:" Se le llamó Babel, porque el Señor confundió la lengua de toda la tierra" (Gn 11,9).



Babel representa la imposibilidad de todos los humanos de hablar entre sí una sola lengua. Representa señales que se entrecruzan, se confunden y eliden la narración. Babel es el lugar de encuentros fallidos: las lenguas no se entienden, los equívocos se multiplican y la gente no se encuentra. Todo lo más se nos burla, se nos irrita y cada se lamenta de que el otro no entienda.

Babel es el símbolo de la no-comunicación, del cansancio y de la ambigüedad a la que está sometida la comunicación en la tierra.

Babel es también el símbolo de una civilización en la que la multiplicación y la confusión de los mensajes lleva a la ruptura.

De aquí nace la pregunta angustiosa: ¿ cómo reencontrar en la Babel de hoy una comunicación verdadera, auténtica, en la que las palabras, los gestos, los signos vayan por caminos justos, se entiendan y tengan resonancia y simpatía?

¿Es posible encontrarse con esta Babel, insertarse incluso en una civilización confusa con lugares y modos de encuentros auténticos?, ¿ es posible comunicar hoy en la familia, en la sociedad, en la Iglesia, en la relación interpersonal?, ¿ cómo estar presentes en el mundo de los medios sin caer en un fárrago de palabras y en un mar de imágenes?, ¿ cómo educarse en una comunicación auténtica en una civilización y comunicación de masas?


EFFATA, ABRETE

2. Ante tantas preguntas sobre la comunicación humana contraponemos una escena de solución. Contemplamos a Jesús en el mundo en el que hay un hombre incapaz de comunicarse. Se trata de la curación del sordomudo Mc 7,31-37.

San Ambrosio llama a este episodio - y su repetición en el rito bautismal- "el misterio de la apertura": "Cristo ha celebrado este misterio en el Evangelio, como leemos, cuando curó al sordomudo" ( I misteri, 1,3).

Dividimos la narración en tres tiempos: la descripción del sordomudo, los signos y los gestos de apertura, el milagro y sus consecuencias.

1. La narración evangélica precisa ante todo el desaliento de este hombre en comunicarse. Es uno que no siente y se expresa con sonidos guturales. No sabe ni lo que quiere, porque es necesario que los otros lo lleven a Jesús. El caso es en sí desesperante (7, 31-32).

2. Jesús no realiza el milagro en seguida. Quiere ante todo entender lo que este hombre quiere, se interesa por su caso, desea curarle. Para ello lo separa de la multitud, del lugar del griterío y de las cosas milagrosas. Lo lleva aparte, y con signos y símbolos le indica lo que va a hacer: le introduce los dedos en los oídos para abrir los canales de la comunicación, le unge la lengua con saliva para comunicarle su soltura. Son signos corpóreos que parecen chocantes. Pero, ¿cómo comunicar con quien está encerrado en su propio mundo y en su propia inercia?, ¿ cómo expresar el amor a quien está bloqueado en sí mismo, si no es con algún signo físico? Observamos que Jesús comienza sanando el oído. La curación de la lengua viene después.

A estos signos añade Jesús la mirada hacia lo alto y un suspiro que indica su sufrimiento y su participación ante esta dolorosa condición humana. Sigue la orden "EFFATA (7,34). Es lo que la liturgia dice antes del Bautismo de los adultos: el celebrante, tocando la oreja derecha e izquierda de los elegidos y con la boca cerrada, dice:EFFATA, para que pueda profesar la fe, la alabanza y la gloria de Dios ( Rito dell&die;Iniziazione Cristiana degli adulti, n. 202).



3. Lo que viene a continuación de la orden de Jesús se describe como apertura ( se le abrieron los oídos), se le desata la lengua y hablaba correctamente. Esta capacidad de expresarse llega a ser contagiosa y comunicativa: "Y le ordenó que no se lo dijera a nadie. Pero cuanto más se le ordenaba, más hablaba". La barrera de la comunicación ha caído, la palabra se extiende como el agua que ha roto las barreras del dique. El estupor y la alegría se difunden por los valles y las ciudades de Galilea:" Y llenos de estupor, decían: Todo lo hace bien: hace oír a los sordos y hablar a los mudos" ( 7,35-37).

En este hombre, que no sabe comunicar, Jesús lo lanza hasta el vértice alegre de una comunicación auténtica. Por eso podemos leer la parábola a la luz de nuestra cansada comunicación interpersonal, eclesial, social. Podemos individuar las tres partes de esta Carta: 1. darnos cuenta de las propias dificultades comunicativas; 2. dejarnos tocar y curarnos por Jesús; 3. reabrir los canales de la comunicación a todos los niveles.

Un bienio sobre la comunicación
3. La comunicación auténtica no es sólo una necesidad para la supervivencia de una comunidad civil, familiar, religiosa. Es también un don, un tesoro que hay que guardar, una participación en el misterio de Dios que es comunicación.



Todas estas reflexiones nos llevan a dedicar un bienio de nuestro camino pastoral al tema de la comunicación. No es un tema accesorio o de "lujo". Se trata de una comunicación del ser hombre y mujer y del ser de la Iglesia.

El tema viene a continuación del trienio EDUCAR 1978-1990 ( Dio educa il suo popolo, Itinerari educativi, Educare ancora) y con los cinco programas pastorales 19801986 ( La diensione contemplativa della vita, In principio la Parola, Attirerò tutti à me, Partenza da Emmaus, Farsi prossimo). No me detengo en explicar esta continuidad . Parecerá más calara en la tercera parte de la Carta actual.

Reflexionaremos sobre la realidad de la comunicación durante un bienio. En este primer año, nos ocuparemos de las condicione generales de la comunicación humana; en 1991-1992 consideraremos el mundo de los medios y nuestro puesto en esta difícil planeta.

La carta actual está dividida en tres partes que nos retrotraen al conocido trinomio ver, juzgar, actuar con la advertencia de que el juzgar o evaluar está en conexión con la escucha y la contemplación del misterio de Jesús, fuente de todo juicio justo.

Las tres artes de la Carta corresponden a las tres partes de la narración del sordomudo curado ( Mc 7,31-37)

Desafíos actuales de la comunicación


4. ¿ Por qué el tema de la comunicación, siempre actual, lo es particularmente en este inicio de los años "90"?

Subrayo algunas ocasiones providenciales que caracterizan este momento histórico.



La primera mirada es al continente europeo. Hoy somos interpelados por la extraordinaria posibilidad de futuro que el Papa ha llamado con el nombre de " la Europa del espíritu" (cf. Discorso al Corpo diplomatico accreditato preso la S. Sede, 12 gennaio 1990).

Es necesario para que Europa haga un esfuerzo comunicativo entre países europeos, entre este y oeste, entre el norte y el sur de Europa. Este empeño toca de cerca la vida de las Iglesias: es un empeño de comunicación ecuménica y un compromiso de trabajar a favor de condiciones de vida en la que la paz, la justicia y la salvaguarda del medio ambiente se aseguren para todos. Este compromiso ha sido asumido por representantes de las Iglesias europeas de Basilea en mayo de 1989. Sin un salto de calidad en nuestra capacidad de comunicación, no elegiremos esta ocasión providencial y quizá única de nuestra historia.

La segunda ocasión se nos da por la presencia cada vez más consistente en nuestra diócesis de personas provenientes del tercer mundo.

La comunidad cristiana es llamada no sólo para emergencias asistenciales, sino también y sobre todo para preparar las bases de una Europa multiracial capaz de vivir en paz y justicia, superando riesgos de ghettos y de conflictos raciales que semejantes fenómenos llevan en sí mismos.

La tercera es la preocupación recientemente expresada por la Iglesia italiana en la relación Norte-Sur con la Carta sobre la cuestión meridional de octubre de 1989. Comentando esta carta en el discurso de san Ambrosio, 6 de diciembre de 1989, recordaba que ella nos compromete en relaciones de mutua comprensión, fraternidad, acogida.

Los eventos de los últimos meses no ha hecho fácil esta deber. La carta de la Conferencia Episcopal Italiana promulgó para los años 90 el tema de la caridad que debe prepararnos para el ejercicio de esta comunicación fraterna.

La cuarta ocasión es la de la preparación al jubileo del año 2000. El Papa ha hablado de ello en su primera Encíclica. Queremos vivir esta vigilia del tercer milenio con un esfuerzo no sólo de apertura a todos, sino también de una renovada capacidad para comunicar el Evangelio en el contexto de una nueva evangelización. Esta comunicación de la fe no puede prescindir del mundo de los medios de masas que se convierte cada vez más en un escenario de la cultura europea y que amenaza con acabar con todo mensaje no homogéneo de una cultura competitiva y que mira sólo éxito.

Para que una comunicación auténtica del mensaje sea posible en una Europa "mediatizada", tenemos que empeñarnos en mejorar todos los campos mediante nuestras capacidades comunicativas para ponerlas al servicio del Evangelio.

VER: LA FATIGA DE COMUNICAR

1. LA MULTITUD DE LAS SOLEDADES


5. "Desde allí se dirigió al lago de Galilea, subió a un monte y se sentó. Acudió una gran multitud llevando consigo cojos, lisiados, ciegos, mudos y otros muchos enfermos. Los colocaban a sus pies y él los curaba. De suerte que la multitud estaba admirada viendo hablar a mudos, sanos y lisiados, cojos caminando, ciegos con vista. Y glorificaban al Dios de Israel ( Mt 15, 29-31). " Estaban estupefactos, y comentaban: Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos" ( Mc 7,37).

Estas palabras de los Evangelios me recuerdan el SHOCK provocado durante la visita a Varanasi ( Benares), la capital religiosa de la India.

A lo largo del río Ganges, antes de subir el último escalón de donde se desciende para el baño sagrado, hay en las escalinatas millares de miserables: leprosos, paralíticos, ciegos... Se agitan, gritan, tienden las manos a los que pasan pidiendo limosna. Se mueven con fatiga, cogidos a los palos que hay en el centro del camino buscando un lugar mejor para pedir limosna. Es una visión que conmueve. Ninguno de ellos habla con el que está al lado, ninguno parece pensar en su vecino y en sus sufrimientos. Cada uno busca hacerse notar más que el otro con gritos y gestos para atraer la atención de los peregrinos. Pienso a menudo este triste espectáculo cuando considero la multitud de la incomunicación humana que se tocan el uno al otro pero no hablan.


¿Pero es así?

6. Cada uno, sin embargo, me dirá: "¡No exageramos con estas imágenes tristes! Sabemos comunicar y no se nos ocurre pedir nada a nadie.

Es verdad que hay bellos momentos comunicativos en nuestra sociedad. Piénsese, por ejemplo, en la fácil comunicación que existe entre los padres y los hijos en los años de la infancia. Son estos momentos los que nos hacen entender los diversos aspectos de la vida y darnos cuenta de que las cosas no van como deberían ir.

Intentemos hacer una pequeña exploración más allá de las apariencias.

a) Dentro de nosotros


7. " No estoy en paz conmigo mismo. Estoy en contradicción conmigo mismo, No logro expresar mis sentimientos como me gustaría. Y a la larga, esto me deprime. No entiendo siento tanta confusión"...

Estas expresiones no son inventadas. Son un repertorio de lo que sentimos dentro de nosotros mismos o se comunica mediante la confianza de los otros...La fatiga de vivir dentro de sí mismo, a nivel personal, una comunicación límpida entre pensamiento y corazón , entre deseos y acciones, entre sueño y realidad, entre sentimientos y expresión externa, entre malhumores y desahogos, es algo que llevamos dentro y que tal vez se ha convertido en algo connatural al pensar que no hay remedio para la pequeña neurosis que cada ser humano debe soportar. Pero cuando leemos, por ejemplo, alguna vida de santos o una autobiografía o cuando encontramos a alguna persona que tiene dominio sobre sí misma, que vive en paz, entonces intuimos que existe un modo diverso de vivir que nos debe ser connatural, pero...

b) En la familias


8. La fatiga de la comunicación en la relación de la pareja y entre padres e hijos es proverbial que estimemos felices excepciones en aquellas parejas o padres que dicen que no tienen problema al respecto. Son poco creíbles. Sin embargo sería posible mejorar el tejido comunicativo en el interior de la familia si hiciéramos un esfuerzo por lo esencial: la salud y la alegría de la vida.

No hablamos de los casos en los que la comunicación está bloqueada. Son casos que terminan con el divorcio o con una relaciones tumultuosas, o con relaciones fallidas que son en Occidente un tercio(1/3) de las uniones matrimoniales.

En el caso de los hijos nos encontramos con rupturas dramáticas por la droga o elecciones asociales; incluso cuando no se llega a tales excesos, la conflictibilidad o al menos el bloqueo comunicativo, el mutismo entre padres e hijos a los 1-17 años llega a niveles preocupantes.

c) En la sociedad

9. Las experiencias de cansancio en la comunicación entre los diversos temas sociales es tan alto que estamos casi resignados a un conflicto permanente entre grupos con intereses distintos tanto a nivel económico como a nivel cultural y sobre todo político. No está mal que haya un cierto conflicto en los diversos niveles. Pero hoy se ha llegado a un cierta "neurosis social". Cansa a los agentes sociales, económicos y políticos.

d)En la Iglesia


10. También la iglesia aparece en la comunicación diaria. El nivel de conflicto de la sociedad civil se transmite también a las instituciones eclesiásticas. Hay dificultades en la comunicación interna de las parroquias: entre párroco y sacerdotes colaboradores, entre sacerdotes y Consejo pastoral, entre parroquia y movimientos, entre distintos grupos de fieles y distintas categorías sociales y culturales ( por ejemplo: antiguos residentes y nuevos inmigrantes). Un síntoma de esta fatiga comunicativa se da con la multiplicación de pequeños grupos homogéneos, interesantes para su comunicación interna.

También la comunicación de la fe, deber primario de la comunidad cristiana, aparece titubeante y e incierta. Los padres se cansan de comunicar su fe a los hijos, especialmente después de una cierta edad, los creyentes se sienten avergonzados de comunicar su fe a los no creyentes.

Y éste es uno de los problemas más dramáticos de nuestra cultura occidental, que parece que ha entrado en un "mutismo de fe" que se resiente de parálisis.

e) En la comunicación de masas


11. Tras las dificultades expuestas, la comunicación de masas se convierte en una caja de resonancia de todos los conflictos, incluso de los interpersnales. Desde la pequeña crónica negra hasta los grandes fenómenos políticos, el lenguaje y el tono de los instrumentos de la comunicación de masa ( radio, periódicos, semanarios, TV ) tienden siempre a suscitar sensaciones fuertes y excitantes para vender mejor otras informaciones. La cosa se convierte en preocupante cuando la "caja de resonancia" aparece unida a los intereses de los fuentes y ocultos. Todo esto consigue que las mismas relaciones interpersonales se hagan cada vez más difíciles.

Entonces, ¿ es así ?

12. Volviendo a la pregunta inicial sobre la "multitud de la soledades" podemos concluir que, gracias a Dios y a nuestro remanente de salud mental y humana, hay miles de canales comunicativos que, partiendo de nuestras relaciones interpersonales, están bloqueados. Pero hay una multitud de soledades que gritan su necesidad de tener salud.

Por eso retornamos a esta Carta al programa pastoral de Jesús, Señor y Maestro de la comunicación humana, que ha hecho oír a los sordos y hablar a los mudos, para que nos asista en este camino del restablecimiento de comunicaciones auténticas entre nosotros y nuestra sociedad.

2. EN LAS RAÍCES DE LA INCOMUNICACIÓN

13. ...Hablo como obispo y me limito a indicar aquellos puntos nucleares que pueden ayudarnos a cambiar la dirección de nuestra vida. Me interesa, por tanto, responder ahora a la pregunta:¿ qué hay en las raíces de a multitud de incomunicación? No hablo de las raíces propiamente estructurales, sino a la imperfección de los medios de comunicación humanos, Hablo de algo mucho más dañino y perverso.

Una idea equivocada de comunicar
14. Siempre es peligroso simplificar en una materia tan compleja... Se trata de una falsa idea de la comunicación humana que está a la base de tantos fracasos de comunicación de uno con otro. Esta visión tiene un fallo por exceso: se quiere demasiado, se pide lo que la comunicación humana no puede dar, se quiere que todo sea rápido, se quiere, en el fondo, el dominio y la posesión del otro. Y, sin embargo, más allá de todo esto hay un mundo fascinante de fusión de espíritus y corazones, una comunicación dulce y transparente, una reciprocidad perfecta si sombras y sin velos. No se debe buscar al otro para poseerlo.

Las raíces culturales
15. Sería interesante analizar esta manía de posesión en sus raíces culturales: es típico de esta época que identifica el saber con el poder. Se promueve el imperio de la subjetividad y por eso se tiende a instrumentalizar al otro. En una voluntad de poder no existen intercambios sino dominio.

Crisis ecológica, agresividad social, ruptura en la comunicación
16. La crisis ecológica denunciada por todos, tiene su raíz en una relación instrumental violenta entre hombres y naturaleza. Los tiempos y modelos de la producción y del consumo fuerzan los tiempos biológicos hasta hacerlos saltar. Sentimos que la naturaleza necesita acercamiento y diálogo, no dominio.

Nos lamentamos mucho de la violencia y de la agresividad en las relaciones interpersonales y sociales. También aquí nos encontramos de frente a una voluntad de dominio para lograr lo que se quiere. Esto explica tanta desenvoltura en la lucha política y la gran facilidad de saltarse la licitud. Se quiere obtener de cualquier modo lo que se desea.

El miedo de comunicar se acentúa más todavía en los jóvenes porque no han aprendido a respetar los ritmos de la propia persona y de la otra. Como la naturaleza tiene ritmos que no se pueden forzar si no es distorsionándola, así con mayor razón, la persona no puede acercarse si no es en el respeto a su subjetividad e iniciando un diálogo respetuoso que permita una comunicación auténtica.

Estos ejemplos demuestran que en la raíces de tantos fracasos comunicativos hay un compromiso de fondo que permea la relación humana, incluso con las cosas inanimadas, porque, de hecho, existe una desviación de la verdadera concepción de la comunicación : un querer poseer, dominar, disfrutar, identifica consigo mismo.

3. DE LA RENUNCIA A LA ESCUCHA

Dos posibles focos de la fatiga en comunicarse

17. Hay dos cosas que matan el alma: "la desesperación y la falsa esperanza", dice san Agustín. Esto vale también para la comunicación: una falsa esperanza de comunicar absorbiendo al otro y haciéndolo completamente homogéneo a sí mismo lleva al fracaso de la comunicación auténtica; así se rompen las amistades, naufragan los matrimonios, nace la desconfianza y el estancamiento en donde antes había alianza y confianza.

Hay, sin embargo, otra alternativa: aprender a comunicar de modo correcto aprendiendo la escucha del evangelio de la comunicación. Jesús que ha hecho oír a los sordos y hablar a los mudos viene a nosotros como maestro de comunicación, si nos disponemos a seguirlo por el camino de esperanza que él nos propone.

Esta es la oración que hace la Iglesia con el niño tras bautizarlo:" Señor Jesús que haces oír a los sordos y hablar a los mudos, te conceda escuchar su palabra y profesar tu fe para alabanza y gloria de Dios Padre" ( Rito del Battesimo dei bambini, n. 74).