Or
7 [Oración a Jesús en el sagrario]
Jesús
+
16
de julio de 1895
¡Oh
Dios escondido en la prisión del sagrario!, todas las noches vengo feliz a tu
lado para darte gracias por todos los beneficios que me has concedido y para
pedirte perdón por las faltas que he cometido en esta jornada, que acaba de
pasar como un sueño...
¡Qué
feliz sería, Jesús, si hubiese sido enteramente fiel! Pero, ¡ay!, muchas
veces por la noche estoy triste porque veo que hubiera podido responder mejor a
tus gracias... Si hubiese estado más unida a ti, si hubiera sido más
caritativa con mis hermanas, más humilde y más mortificada, me costaría menos
hablar contigo en la oración <1>.
Sin
embargo, Dios mío, lejos de desalentarme a la vista de mis miserias, vengo a ti
confiada, acordándome de que "no tienen necesidad de médico los sanos,
sino los enfermos". Te pido, pues, que me cures, que me perdones, y yo,
Señor, recordaré que "el alma a la que más has perdonado debe amarte
también más que las otras..." Te ofrezco todos los latidos de mi corazón
como otros tantos actos de amor y de reparación, y los uno a tus méritos
infinitos. Y te pido, divino Esposo mío, que seas tú mismo el Reparador <2>
de mi alma y que actúes en mí sin hacer caso de mis resistencias; en una
palabra, ya no quiero tener más voluntad que la tuya. Y mañana, con la ayuda
de tu gracia, volveré a comenzar una vida nueva, cada uno de cuyos instantes
será un acto de amor y de renuncia <3>.
Después
de haber venido así, cada noche, al pie de tu altar, llegaré por fin a la
última noche de mi vida, y entonces comenzará para mí el día sin ocaso de la
eternidad, en el que descansaré sobre tu divino Corazón de las luchas del
destierro <4>...
Amén.
NOTAS
Or 7 - ORACIÓN A JESÚS EN EL SAGRARIO
Doc.:
CE II, 180rº/vº. - Fecha: 16 de julio de 1895. - Compuesta para: sor Marta. -
Publ.: HA 53, p. 261.
Esta
oración fue compuesta para sor Marta, a petición suya, para sus treinta años.
Como es hermana conversa, su jornada se termina con una visita al Santísimo
durante el silencio nocturno que manda la Regla. En esa visita sor Marta hace el
examen de conciencia, una práctica con frecuencia poco agradable, sobre todo
para un temperamento proclive a la tristeza y al desaliento (Or 7 y 20).
<1>
En los escritos de Teresa no encontramos, hablando con propiedad, un método de
oración. Estas líneas son preciosas en extremo, pues precisan la actitud que
se ha de guardar fuera de la oración: unión a Dios durante el día, caridad
fraterna, renuncia habitual.
<2>
Esta es la única vez que utiliza esta palabra. Considerar a Jesús como el
único "Reparador" del hombre es algo que entronca con la más antigua
tradición patrística y monástica.
<3>
Palabra muy rara en Teresa (Ms A 33rº y 48rº), aunque esa realidad la vivió
de continuo.
<4>Todo
este final y no pocas pinceladas de esta oración han de compararse con la
poesía Al Sagrado Corazón (P 14), que es probablemente de junio de 1895.
Or
8 [Oración para el abate Bellière]
J.M.J.T.
Jesús
mío, te doy gracias por haber colmado uno de mis mayores deseos: el de tener un
hermano sacerdote y apóstol...
Me
siento sumamente indigna de este favor; sin embargo, ya que has querido
concederle a tu pobre y humilde esposa la gracia de trabajar de manera especial
por la santificación de un alma destinada al sacerdocio, te ofrezco por ella,
muy contenta, todas <1>
las oraciones y los sacrificios de que puedo disponer; te pido, Dios mío, que
no mires a lo que soy, sino a los que debiera y quisiera ser, es decir una
religiosa totalmente abrasada en tu amor <2>.
Tú
sabes, Señor, que mi única ambición es hacerte conocer y amar, y ahora mi
deseo se va convertir en realidad. Yo no puedo hacer más que orar y sufrir,
pero el alma a la que te has dignado unirme con los lazos de la caridad irá a
combatir a la llanura para conquistarte corazones, mientras yo, en la montaña
del Carmelo, te pediré que le des la victoria.
Divino
Jesús, escucha la oración que te dirijo por el que quiere ser tu misionero,
guárdale en medio de los peligros del mundo <3>,
y hazle sentir cada día más la vanidad y la nada de las cosas pasajeras y la
dicha de saber despreciarlas por tu amor. Que su sublime apostolado se ejerza ya
desde ahora sobre los que lo rodean, y que sea un apóstol digno de tu Sagrado
Corazón <4>...
¡María,
dulce Reina del Carmelo!, a ti te confío el alma de este futuro sacerdote cuya
indigna hermanita soy. Enséñale ya desde ahora con cuánto amor tocabas tú al
divino Niño Jesús y lo envolvías en pañales <5>,
para que él pueda un día subir al altar santo y llevar en sus manos al Rey de
los cielos.
Te
pido también que lo guardes siempre a la sombra de tu manto virginal, hasta el
momento feliz en que, dejando este valle de lágrimas <5>,
puede contemplar tu esplendor y gozar por toda la eternidad de los frutos de su
glorioso apostolado...
Teresa
del Niño Jesús
rel.
carm. ind.
NOTAS
Or 8 - ORACIÓN PARA EL ABATE BELLIÈRE
Doc.:
autógrafo. - Fecha.: entre el 17 y el 21 de octubre de 1895. - Compuesto para:
Mauricio Bellière, seminarista. - Publ.: HA 53, pp. s.
Teresa
compuso esta oración de manera espontánea, dedicándosela a su nuevo hermano
espiritual,que le había encomendado la madre Inés en octubre de 1895 (cf Ms C
31vº s). Esta adjuntó la oración de Teresa a su respuesta afirmativa al
seminarista.
<1>
El subrayado de "todas" responde a la petición del seminarista. Para
entender adecuadamente el sentido de esta ofrenda exclusiva, véase el relato de
Teresa, Ms C 33vº.
<2>
Esta es la oración que Teresa pedirá a su hermano que haga por ella, cf Cta
220.
<3>
Los del cuartel sobre todo, cuando las "huellas de una vida ligera"
aún no se han borrado de la mente del joven, como acaba de escribirlo.
<4>
Una devoción predilecta de M. Bellière, que añade tras su firma:
"Guardia de Honor del Sagrado Corazón".
<5>
Reminiscencia de la oración de Teresa Durnerin, cf Cta 101 y RP 2, nota 25.
<6>
Reminiscencia de la Salve Regina.
Or
9 [Oración de Celina y de Teresa]
"Os
aseguro que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo,
mi Padre del cielo se lo concederá. Porque donde dos o tres están reunidos en
mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos".
San
Mateo, c. 18, vv. 19-20.
Dios
mío, te pedimos que tus dos lirios nunca estén separados en la tierra <1>.
Que juntas <2>
os consuelen del poco amor que encuentras en este valle de lágrimas, y que por
toda la eternidad sus corolas brillen con un mismo resplandor y derramen el
mismo perfume cuando se inclinen hacia ti.
Celina
y Teresa
Recuerdo
de la noche de Navidad de 1895
Notas
Or 9 - ORACIÓN DE CELINA Y DE TERESA
Doc.:
autógrafo. - Fecha: Navidad de 1895. - Compuesto para: sor Genoveva. - Publ.:
Lettres 1948, p. 305.
Es
texto se encuentra al dorso de una estampa con orla de encaje que representa a
un Niño Jesús segando lirios; debajo del grabado, este texto impreso:
"Dichoso el lirio que llegue sin mancha a la hora de la siega, su blancura
brillará eternamente en el paraíso". Bajo dos lirios segados se lee:
"Teresa" y "Celina", de mano de sor Genoveva (después del
30/9/1897). Esta estampa iba a ser colocada en la sandalia de la novicia la
noche de Navidad. Este gesto tan sencillo quiere subrayar que Teresa está
presente y vigilante en su afecto fraternal en medio de las dificultades que sor
Genoveva está encontrando para ser admitida a la profesión; cf Prières, pp.
110-111.
<1>
Recordemos el pensamiento de Teresa a este respecto en Ms A 82rº y CA 16.7.2.
<2>
Esta palabra es el centro de la oración, ya que traduce la intimidad de las dos
hermanas, especialmente en los últimos ocho años; cf CG, p. 223 y 1364; Ms A
47vº y Ms C 8vº. Para el símbolo de la flor, cf Cta 134.
Dios
mío, te ofrezco todas las acciones que hoy realice por las intenciones <1>
del Sagrado Corazón y para su gloria. Quiero santificar los latidos de mi
corazón, mis pensamiento y mis obras más sencillas uniéndolo todo a sus
méritos infinitos, y reparar mis faltas arrojándolas al horno ardiente de su
amor misericordioso <2>.
Dios
mío, te pido para mí y para todos mis seres queridos la gracia de cumplir con
toda perfección tu voluntad y aceptar por tu amor las alegrías y lo
sufrimientos de esta vida pasajera, para que un día podamos reunirnos en el
cielo por toda la eternidad. Amén.
NOTAS
Or 10 - OFRENDA DEL DÍA
Doc.:
copia MSC. - Fecha: 1895 (?). - Compuesta para: Edith de Mesmay. - Publ.: NS
1927, p. 212s.
Esta
oración fue compuesta "para una persona del mundo", Edith de Mesmay
(1860-1927), que nació en La Porte de Sainte Gemme, amiga predilecta de María
Martin en el internado de la Visitación de Le Mans. Se puede tener por seguro
que María del Sagrado Corazón pidió a Teresa esta oración para su amiga
Edith. Como antiguas alumnas de la Visitación, las dos tenían en común una
gran devoción al Sagrado Corazón.
<1>
No se debe excluir que Teresa utilice un matiz entre orar "a intención de
alguien", es decir, en favor de ese persona (Cta 226) y orar "por las
intenciones " de alguien, es decir con ella, identificándose con sus
preocupaciones y sus ilusiones, como en el caso presente. Los libros de
oraciones de esa época recogen un buen número de fórmulas de ofrenda de día
en unión al Sagrado Corazón.
<2>
Un eco del Acto de Ofrenda (Or 6). Las semejanzas de las expresión permiten
proponer la fecha del segundo semestre de 1895 para esta Or 10.
Haz
que yo me parezca a ti
(Viñeta
de
la
Santa
Faz
de
Tours)
¡Jesús...!
(que
significa)
¡Haz
que yo me parezca a ti, Jesús...!
NOTAS
Or 11 - QUE YO ME PAREZCA A TI
Doc.:
autógrafo. - Fecha: 1896 (?). - Publ.: DE, p, 517.
Pergamino
(7/4'2 cm.) plegado a la mitad. En el interior, al lado izquierdo, una viñeta
de la Santa Faz de Tours. Texto: sobre la viñeta: "Haz que yo me parezca a
ti"; debajo: "¡Jesús...!". En el sobre en que se conserva,
Celina escribió tardíamente a lápiz: "Pergamino que Sta. Teresa del N.
J. llevaba, con otras oraciones, en una bolsita prendida sobre el pecho".
Teresa
expresó muchas veces los deseos que le inspiraba la contemplación de la Santa
Faz (cf CA 5.8.9). Lo cantó en una de sus poesías: "Mi cielo en la
tierra" (P 12). Y lo repitió en sus oraciones apasionadas (Or 12 y 16).
Aquí lo resume todo en un grito de amor: aspiración a la transformación
perfecta en su Amado, a la configuración con Jesús en su Pasión. Tenemos
aquí algo así como la oración intemporal y fundamental de "Teresa de la
Santa Faz" (sobre la "semejanza", cf Prières, p. 117).
Or
12 Consagración a la Santa Faz
Escóndeme,
Señor, en el secreto de tu Rostro...
Sor
C. Genoveva de Sta. T. - María de la Santa Faz.
Sor
L. J. María de la Trinidad y de la Santa Faz.
Sor
María F. T. del N. Jesús y de la Santa Faz <1>.
"Un
poquito de este puro amor más provecho hace a la Iglesia que todas esas obras
juntas" <2>.
"Pro eso es gran negocio ejercitar mucho el amor, para que, comsumándose
aquí el alma, no se detenga mucho acá o allá sin verle cara a cara" <3>...
Consagración
a la Santa Faz
¡Oh
Faz adorable de Jesús!, ya que has querido elegir nuestras almas de manera
especial para entregarte a ellas, venimos a consagrarlas a ti... Nos parece,
Jesús, oír que nos dices: "Abridme, hermanas mías, esposas mías
queridísimas, que tengo la Faz cubierta de rocío y los cabellos del relente de
la noche". Nuestras almas comprenden tu lenguaje de amor, nosotras queremos
enjugar tu dulce Faz y consolarte del olvido de los malvados. A sus ojos, tú
estás todavía escondido, te consideran como objeto de desprecio...
¡Oh
Faz más bella que los lirios y las rosas de primavera <4>,
tú no estás escondida a nuestros ojos... Las lágrimas que velan tu mirada
divina nos parecen diamantes preciosos que queremos recoger para con su valor
infinito comprar las almas de nuestros hermanos.
De
tu boca adorada hemos escuchado la amorosa queja. Y sabiendo que la sed <5>
que te consume es una sed de amor, quisiéramos, para poder apagártela, poseer
un amor infinito... Esposo amadísimo de nuestras almas, si tuviésemos el amor
de todos los corazones, todo ese amor sería para ti... Pues bien, danos tu ese
amor y ven a apagar tu sed en tus pobres esposas...
Almas,
Señor, tenemos necesidad de almas <6>...,
sobre todo de almas de apóstoles y de mártires, para que gracias a ellas
podamos iluminar con tu Amor a la multitud de los pobres pecadores.
¡Oh
Faz adorable, lograremos alcanzar de ti esta gracia!
Olvidándonos
de que estamos desterradas junto a los canales de Babilonia, te cantaremos al
oído las más dulces melodías, y como tú eres la verdadera, la única Patria
de nuestros corazones, esos nuestros cantos no serán cantados en tierra
extranjera.
¡Oh
Faz adorada de jesús!, mientras esperamos en día eterno en que contemplaremos
tu gloria infinita, nuestro único deseo es hechizar tus divinos ojos
escondiendo también nosotras nuestro rostro para nadie aquí en la tierra pueda
reconocernos...
Tu
mirada velada: he ahí nuestro cielo <7>,
Jesús.
Firmado:
T.
del N. Jesús y de la Santa Faz
M.
de la Trinidad y de la Santa Faz
G
de Sta. T. María de la Santa Faz
NOTAS
Or 12 - CONSAGRACIÓN A LA SANTA FAZ
Doc.:
autógrafo. - Fecha: 6 de agosto de 1896. - Compuesto para: ella misma, sor
Genoveva y sor María de la Trinidad. - Publ.: HA 98, pp. 160-161, sin el rº;
para éste último: Mss I, pp. 20s. - Las palabra en cursiva fueron escritas por
Teresa con tinta roja.
Esta
oración fue compuesta para el 6 de agosto, fiesta de la Transfiguración.
Teresa eligió esta fecha para consagrarse solemnemente a la "Faz adorable
de Jesús" junto con sus compañeras de noviciado que llevaban el nombre
"de la Santa Faz". Una primera versión, con importantes variantes
aparece reproducida en Prières, pp. 124s. - La oración está escrita al dorso
de un cartoncito de 13 por 9 cm. En el anverso, una reproducción de la Santa
Faz de Tours, rodeada de tres medallones ovales dispuestos en semi-corona, y
dentro de ellos las fotografías de las firmantes cuyos nombres se reproducen.
<1>
Teresa pone las iniciales de los nombres de pila de cada una de ellas:
"C" para sor Genoveva (Celina); "L. J." (Luisa Josefina)
para María de la Trinidad; "María F." (María Francisca) para sí
misma. Sor Genoveva de Santa Teresa se llamaba originariamente "María de
la Santa Faz" (cf Cta 174), y sor María de la Trinidad "María Inés
de la Santa Faz" (cf PN 11 y 12). Esta última tenía desde la infancia una
marcada devoción a la Santa Faz. Teresa fue la primera carmelita de Lisieux que
llevó el "título de nobleza" (cf Cta 118) "de la Santa
Faz", así como también el "del Niño Jesús".
<2>
SAN JUAN DE LA CRUZ, Cántico Espiritual, B, 29,1. Es la primera vez que esta
cita aparece en los Escritos. Se repetirá en Ms B 4vº; Cta 221 y 245.
<3>
ID., Llama de amor viva, canción 1, n. 28. (Teresa señalará este pasaje con
una cruz a lápiz, ya en la enfermería, en 1897; cf UC, pp. 419-420). Hay que
hacer notar que si Teresa no cita estas palabras del Santo hasta 1896-1897, sí
las está viviendo ya desde hace años; cf CA 27.7.5.
<4>
Teresa se inspira aquí en las Letanías de la Santa Faz: "¡Oh Faz
adorable, más fresca que las rosas de primavera!".
<5>
Este versículo (Jn 19,28) está en el origen del ardor apostólico de Teresa;
cf Ms A 45vº, 46vº. Algunas semanas más tarde, en el Manuscrito B (8/9/96),
esta dimensión apostólica se expresará en su dimensión universal. Cf
también P 20+.
<6>
La mayor parte de los libros de oraciones de Tours proponen un "Grito de
amor" en el que se lee: "¡Almas! ¡Almas! ¡Tenemos necesidad de
almas!".
<7>
Este final es como un eco de P 12: Mi cielo en la tierra (12 de agosto de 1895)
y de P 21: Mi cielo (7 de junio de 1896); entre estas dos poesías se sitúa la
entrada de Teresa en la noche de la fe.
Or
13 "Padre eterno, tu Hijo único"
Todo
lo que pidáis al Padre en mi nombre os lo concederá...
Padre
eterno <1>,
tu Hijo único, el dulce Niño Jesús, es mío, porque tú me lo diste <2>.
Te ofrezco los méritos infinitos de su divina infancia, y te pido en su nombre
que llames a las alegrías del cielo a innumerables falanges de niñitos que
sigan eternamente al divino Cordero.
NOTAS
Or 13 a 16
Doc.:
autógrafo. - Fecha: verano (?) de 1896. - Publ.: HA 07, p. 305 (Ora 13 y 15);
HA 98, p. 260 (Ora 14 y 16).
Por
exigencias del análisis, hemos separado estas cuatro oraciones (13 a 16) que
Teresa había reunido en una misma estampa de su breviario. Para ella, se trata
de algo así como un carnet de identidad que resume su nombre religioso. Las
compuso para sí misma, sin duda durante el verano de 1896. En el dorso de la
cartulina (8'6/12'8cm) está pegada una imagen del Jesús adolescente (4'9/6'5);
en los dos ángulos superiores se encuentra el texto del la Ora 13; abajo, el
texto de Or 14. Al dorso, una imagen de la Santa Faz (3'1/4'4) idéntica a la de
Or 12. Arriba, en los márgenes, el texto de Or 15; abajo, el texto de Or 16.
NOTAS
Or 13 - PADRE ETERNO, TU HIJO ÚNICO
<1>
Este calificativo es excepcional en Teresa (aquí y en Or 15); escribe más bien
"Padre celestial" (Cta 107 y 247; Ms C 34rº/vº), "Padre
santo" (Ms C 34vº), "Padre misericordioso" (Cta 220).
<2>
Podemos pensar en san Juan de la Cruz y su Oración del alma enamorada:
"Míos son los cielos y mía es la tierra (...) Cristo es mío y todo para
mí". Escuchamos también un eco del Acto de Ofrenda, que Teresa repita
"con mucha frecuencia". Cf también Cta 137.
Yo
soy Jesús de Teresa <1>
¡Niñito
Jesús <2>!,
mi único tesoro, yo me abandono a tus divinos caprichos, y no quiero otra
alegría que la hacerte sonreír. Imprime en mí tu gracia <3>
y tus virtudes infantiles <4>,
para que en el día de mi nacimiento para el cielo <5>
los ángeles y los santos reconozcan a mí a tu pequeña esposa,
Teresa
del Niño Jesús
NOTAS
Or 14 - AL NIÑO JESÚS
<1>
Es la respuesta del "niño" que un día encontró Teresa de Avila en
un claustro; cf OTILIO RODRIGUEZ, Leyenda áurea teresiana, Madrid,
Espiritualidad, 1970, p. 2.
<2>
Teresa tiene ante los ojos un Niño Jesús de uno doce años. Con el dedo
índice izquierdo muestra su corazón y con el derecho apunta hacia el cielo;
este detalle conmueve a Teresa en plena prueba de la fe. Lo seguirá teniendo
ante los ojos en la enfermería; cf CA 25.7.4.
<3>
Expresión sacada del Cántico espiritual: "Cuando tú me mirabas, / su
gracia en mí tus ojos imprimían..." Es sabido cuánto le gustaban a
Teresa estas estrofas (canciones 32, 33 y 36). Una vez más hay que señalar la
gran importancia de san Juan de la Cruz en el itinerario espiritual de Teresa en
este verano de 1896. Es ésta, en efecto, la cuarta vez que se inspira en los
pensamientos del Santo para actualizar imágenes del breviario: Glosa a lo
divino (P 19); Cta 188, estampa con una imagen del Santo y varios pensamientos
de él al dorso; la Consagración a la Santa Faz (Or 12); y este registro.
<4>
Tenemos que recordar que no se trata de ninguna clase de amaneramiento, sino de
esas "humilde virtudes" (PN 35,3) contrarias a la virtud orgullosa
proclamada por Lucifer poco antes (RP 7, El triunfo de la humildad). Este texto
-la Or 14- ocupa, entre las Oraciones, el lugar del "niñito", o el
del pajarillo" del Ms B, casi contemporáneo de aquél. Cf P 8, nota 4.
<5>
Es el "dies natalis" del Martirologio, cuya lectura en francés Teresa
escuchaba todas las noches en el refectorio. Y es éste el único lugar donde
habla de su muerte en estos términos.
Or
15 "Padre eterno, ya que me has dado"
"Así
como en un reino con la efigie del príncipe se obtiene todo lo que se desea,
así también con la moneda preciosa de mi santa humanidad, que es mi Faz
adorable, obtendréis cuanto queráis <1>".
(N.S.
a sor María de San Pedro)
Padre
eterno, ya que me has dado por herencia la Faz adorable de tu divino Hijo, yo te
la ofrezco, y te pido, a cambio de esta Moneda infinitamente preciosa, que
olvides las ingratitudes de las almas que se han consagrado a ti y que perdones
a los pobres pecadores.
NOTAS
Or 15 - PADRE NUESTRO, YA QUE ME HAS DADO
<1>
Transcripción simplificada de unas palabras interiores que escuchó sor María
de San Pedro (el 28/10/1845), citadas en su Vie, p. 234, y que se convirtieron
en la séptimo de las "Promesas de Nuestro Señor" a quien honrare su
Santa Faz. Varias de las expresiones que utiliza Teresa en este registro de su
Breviario provienen de esta fuente ("Padre eterno", imprimir... su
divina semejanza").
Yo
soy Jesús de Teresa <1>
¡Oh
Faz adorable de Jesús, única Hermosura que cautiva mi corazón!, dígnate
imprimir en mí tu divina semejanza, para que no puedas mirar el alma de tu
humilde esposa sin contemplarte a ti mismo <2>.
¡Oh
Amado mío!, yo acepto, por tu amor, no ver aquí abajo la dulzura de tu mirada
ni sentir <3>
el inefable beso de tu boca; pero te pido que me abrases en tu amor, a fin de
que me consuma rápidamente <4>
y haga aparecer pronto ante tu presencia a
Teresa
de la Santa Faz
NOTAS
Or 16 - A LA SANTA FAZ
<1>
Teresa se apropia audazmente y hace una transposición de la palabra que atañe
a Jesús niño. Y de la anécdota pasa al misterio del nombre, poniendo a la par
las dos expresiones que forman su apellido: Teresa del Niño Jesús y de la
Santa Faz.
<2>
Encontramos de nuevo el Cántico Espiritual, canción 36, explicación del v. 2:
"Que da tal manera esté yo transformada en tu hermosura, que, siendo
semejante en hermosura, nos veamos entrambos en tu hermosura, teniendo ya tu
misma hermosura..." (CB 36,5).
<3>
"No ver ... ni sentir": actitud fundamental en Teresa, que se acentúa
todavía más con la prueba de Pascua de 1896. "Por amor" acepta verse
privada de las manifestaciones sensibles del amor.
<4>
Expresión inspirada en san Juan de la Cruz, quien escribe no obstante:
"consumiéndose rápidamente" (cf Or 12).
Or
17 "Señor Dios de los ejércitos"
Oración
inspirada por una estampa
que
representa a la Venerable Juana de Arco
Señor
Dios de los ejércitos, que nos dijiste en el Evangelio: "No he venido a
sembrar paz, sino espadas" <1>,
ármame para la lucha. Ardo en deseos de combatir por tu gloria, pero te pido
que fortalezcas mi valor... Así podré exclamar con el santo rey David:
"Tú solo, Señor, eres mi escudo, tú adiestras mis manos para el
combate..."
¡Amado
mío!, sé muy bien a qué combate me tienes destinada, y que no es en los
campos de batalla <2>
donde tendré que luchar...Yo soy prisionera de tu amor, voluntariamente he
remachado la cadena que me une a ti y que me separa para siempre del mundo que
tú maldijiste <3>...
Mi espada no es otra que el Amor; con ella arrojaré del reino al extranjero y
te haré proclamar Rey de las almas <4>
que no quieren someterse a tu divino poder.
Es
cierto, Señor, que no necesitas de un instrumento tan débil como yo; pero,
como dijo Juana, tu virginal y valiente esposa: "Para que Dios dé la
victoria, hay que luchar" <5>.
Pues bien, Jesús mío, yo lucharé por tu amor hasta la tarde de mi vida <6>.
Puesto que tú no has querido gozar de descanso en la tierra, yo quiero seguir
tu ejemplo, esperando que así se realice en mí aquella promesa que salió de
tus divinos labios: "El que quiera servirme, que me siga, y donde esté yo
allí estará también mi servidor, y mi Padre lo honrará".
Estar
contigo, estar en ti, ése es mi único deseo...La certeza que tú me das de que
esto se realizará me hace soportar el destierro, a la espera del día radiante
del cara a cara eterno...
Notas
Ora 17 - SEÑOR DIOS DE LOS EJÉRCITOS
Doc.:
CE II, 175rº/vº. - Fecha: 1896-1897. - Publ.: HA 07, pp. 306-307 (retocada);
Prières 1988, p. 50s.
La
crítica interna permite fechar esta oración durante el invierno de 1896-1897 (cf
Prières, pp. 133s). Durante este invierno, la tuberculosis avanza y va minando
las fuerzas de Teresa que presiente cercana su muerte. Además, la atormentan
las tentaciones contra la fe. En esta lucha solitaria, vuelve los ojos hacia
Juana de Arco. ¿A qué estampa de Juana de Arco se refiere el título (que no
es de Teresa, sino de la copia de los Procesos)? Las palabras
"prisionera" y cadena" inclinarían a pensar que se trata de VTL
nº 13, Juana (= Teresa) en la prisión.
<1>
Cf BT, pp. 164s. El
texto repetirá más adelante. "Mi espada". Sobre esta imagen, puede
verse el fascículo Mes Armes (1895), pp. 102 y 121s.
<2>
Cf Ms B 2vº y Cta 224. La palabra "batalla" aparece 13 veces en los
Escritos, y se repite sobre todo en 1896-1897 (nueve veces).
<3>
Unica vez que esta expresión aparece en la pluma de Teresa. Se trata del
"mundo" en sentido joánico (cf Jn 17).
<4>
La misma idea en Cta 224, donde Teresa hace una transposición explícita de la
misión de Juana.
<5>
Réplica histórica de Juana a los jueces durante su proceso.
<6>
Cf la afirmación fuerte de Teresa en CA 9.8.1.
Or
18 Santos Inocentes y San Sebastián
¡Santos
Inocentes <1>,
que mi palma y mi corona se parezcan a las vuestras!
¡San
Sebastián <2>,
alcánzame tu amor y tu valor, para que yo pueda combatir como tú por la gloria
de Dios...!
Glorioso
soldado de Cristo <3>,
tú que peleaste victoriosamente por la gloria del Dios de los ejércitos y que
alcanzaste la palma y la corona del martirio, escucha mi secreto <4>:
"Como el angelical Tarsicio <5>,
yo también llevo al Señor". No soy más que una niña, y sin embargo
tengo que luchar continuamente para conservar el Tesoro inestimable que se
esconde en mi alma...... Con frecuencia debo enrojecer con la sangre de mi
corazón <6>
la arena del combate...
¡Poderoso
guerrero!, sé tú mi protector, sosténme con tu brazo victorioso y no temeré
a las fuerzas enemigas. Con tu ayuda, lucharé hasta la tarde de la vida.
Entonces me presentarás a Jesús, y recibiré de su mano la palma que tú me
ayudaste a conquistar...
Notas
Or 18 - SANTOS INOCENTES Y SAN SEBASTIÁN
Doc.:
autógrafo. - Fecha: finales de 1896-comienzos de 1897 (?). Compuesto para: sor
Genoveva. - Publ.: NV 1927, pp. 213s e HA 53, pp. 258s.
Estampa
con orla de encaje (11'9/8'2 cm) que representa a un soldado ("San
Sebastián") prestando auxilio a Tarsicio, y dos angelitos ("los
santos Inocentes") que presentan la palma y la corona. Arriba, se puede ver
un copón con una hostia resplandeciente y estos dos versos en el grabado:
"A este soldado valiente, cuyo corazón conoce, / dice el niño su secreto:
'Llevo al Señor'". Esta oración fue compuesta para sor Genoveva (tal vez
para el primer aniversario de su profesión, el 24 de febrero de 1897).
<1>
Sobre este tema, cf RP 2,2rº; RP 6,5rº y 9rº; Cta 182; P 28 (28/12/1896).
<2>
Este santo tan popular es uno de los héroes de Fabiola, obra muy leída en los
Buissonnets. A partir de 1893, la madre Inés comparaba a Celina con san
Sebastián (a quien esta última tenía especial devoción). Teresa incluye a
este guerrero en el cortejo de honor de la profesión de Celina (Cta 182). Ya en
su lecho de muerte, el 20 de enero de 1959 (día de la fiesta del santo), sor
Genoveva cantará una vez más: "¡Oh gran san Sebastián, a quien Dios no
niega nada!".
<3>
Cf P 31,5, compuesta en enero de 1897.
<4>
Teresa retoma por su cuenta el texto impreso en el anverso de la estampa.
<5>
Adolescente de la iglesia de Roma que murió mártir (hacia el 225) mientras
llevaba la eucaristía en secreto a los cristianos presos: al tropezar con unos
paganos, se negó a entregársela y fue asesinado.
<6>
Cf P36,23. En la estampa Teresa pintó más sangre de la que había en el
modelo. Toda esa frase tiene un alcance autobiográfico: también Teresa lucha
"hasta la sangre" contra la tentación; cf Or 19.
Dios
mío, con la ayuda de tu gracia estoy dispuesta a derramar toda mi sangre por
profesar mi fe
(Otra
lectura: por todos y cada uno de los artículos del Símbolo).
NOTAS
Or 19 - ACTO DE FE
Doc.:
autógrafo. - Fecha: junio-julio (?) 1897. - Publ.: Le Triomphe de l'Humilité,
p. 114.
Fecha
propuesta de acuerdo a la caligrafía y al contenido. El original de esta
oración, escrita a lápiz, se encuentra en un trozo del margen de una carta
(2/9 cm. aproximadamente) , rasgado de manera irregular.
Desde
Pascua de 1896, la fe de Teresa en la vida eterna está sometida a una dura
prueba. Durante los ejercicios espirituales del mes de octubre de 1896, se abre
con el P. Godofredo Madelaine, quien le aconseja escribir el Credo y llevarlo
sobre su pecho. Entonces, Teresa escribe, con su propia sangre, el Símbolo de
los Apóstoles y lo pega al final de su evangelio.
En
1897, las tinieblas se hacen más espesas. El 9 de junio, escribe: "Creo
que he hecho más actos de fe de un año a esta parte que en toda mi vida. Cada
vez que se presenta el combate (...), corro hacia Jesús y le digo que estoy
dispuesta a derramar hasta la última gota de mi sangre por confesar que existe
un cielo" s C 7rº). Cf también CA 7.8.4 y UC, p. 449. Cf
Prières, p. 142.
La
madre Inés manifestó a sor Luisa de Jesús (carmelita de Lisieux desde 1919
hasta 1982) que Teresa se sentía en ocasiones asaltada con tal violencia por el
espíritu de blasfemia, que se mordía con fuerza los labios para no proferir
las palabras blasfemas que muy a su pesar le venían a la mente (tradición
oral, DCL).
Or
20 Oración para alcanzar la humildad
16
de julio de 1897
¡Jesús!
Jesús,
cuando eras peregrino en nuestra tierra, tú nos dijiste: "Aprended de mí,
que soy manso y humilde de corazón <1>,
y vuestra alma encontrará descanso". Sí, poderoso Monarca de los cielos,
mi alma encuentra en ti su descanso al ver cómo, revestido de la forma y de la
naturaleza de esclavo, te rebajas hasta lavar los pies a tus apóstoles.
Entonces me acuerdo de aquellas palabras que pronunciaste para enseñarme a
practicar la humildad: "Os he dado ejemplo para que lo que he hecho con
vosotros, vosotros también lo hagáis. El discípulo no es más que su
maestro... Puesto que sabéis esto, dichosos vosotros si lo ponéis en
práctica". Yo comprendo, Señor, estas palabras salidas de tu corazón
manso y humilde, y quiero practicarlas con la ayuda de tu gracia.
Quiero
abajarme con humildad y someter mi voluntad a la de mis hermanas, sin
contradecirlas en nada y sin andar averiguando si tienen derecho o no a mandarme
<2>.
Nadie, Amor mío, tenía ese derecho sobre ti, y sin embargo obedeciste, no
sólo a la Virgen Santísima y a san José, sino hasta a tus mismos verdugos. Y
ahora te veo colmar en la hostia la medida de tus anonadamientos <3>.
¡Qué humildad la tuya, Rey de la gloria, al someterte a todos tus sacerdotes,
sin hacer alguna distinción entre los que te amen y los que, por desgracia, son
tibios o fríos en tu servicio...! A su llamada, tú bajas del cielo; pueden
adelantar o retrasar la hora del santo sacrificio, que tú estás siempre pronto
a su voz...
¡Qué
manso y humilde de corazón me pareces, Amor mío, bajo el velo de la blanca
hostia! Para enseñarme la humildad, ya no puedes abajarte más. Por eso, para
responder a tu amor, yo también quiero desear que mis hermanas me pongan
siempre en el último lugar y compartir tus humillaciones, para "tener
parte contigo" en el reino de los cielos.
Pero
tú, Señor, conoces mi debilidad. Cada mañana tomo la resolución de practicar
la humildad, y por la noche reconozco que he vuelto a cometer muchas faltas de
orgullo. Al ver esto, me tienta el desaliento, pero sé que el desaliento es
también una forma de orgullo. Por eso, quiero, Dios mío, fundar mi esperanza
sólo en ti. Ya que tú lo puedes todo, haz que nazca en mi alma la virtud <4>
que deseo. Para alcanzar esta gracia de tu infinita misericordia, te repetiré
muchas veces: "¡Jesús manso y humilde de corazón, haz mi corazón
semejante al tuyo!"
NOTAS
Or 20 - ORACIÓN PARA ALCANZAR LA HUMILDAD
Doc.:
CE II, 181vº/183rº. - Fecha: 16 de julio de 1897. - Compuesta para: sor Marta.
- Public.: HA 07, pp. 307-308 (retocada); Prières 1988, p. 53.
Esta
oración fue compuesta para sor Marta de Jesús, con ocasión de sus treinta
años, el 17 de julio de 1897 (confirmado por la Cta 256). La condición de
conversa de esta última la expone a que cualquiera de las hermanas le mande lo
que sea, y su espíritu de contradicción le hace difícil la obediencia. Por
eso Teresa la invita a mirar a "Jesús, manso y humilde de corazón".
En esa época, Teresa no usa ya otro lenguaje con las novicias, María de la
Trinidad (Cta 264), María de la Eucaristía (UC, p. 698) y sobre todo sor
Genoveva (Cta 243).
<1>
Esta frase, que se repite por tres veces en la oración, ayudaba a vivir a
Teresa, especialmente en las últimas semanas (Cf CA 15.5.3).
<2>
Im II,49,7 y CSG, p. 118.
<3>
Unica vez que se emplea esta palabra en los Escritos.
<4>
Cf CA 6.8.8 y 7.8.4.
Or
21 "Si yo fuese la Reina del cielo"
¡¡¡María,
si yo fuese la Reina del cielo y tú fueras Teresa, quisiera ser Teresa para que
tu fueses la Reina del cielo...!!!
8
de septiembre de 1897.
NOTAS
Or 21 - SI YO FUERA LA REINA DEL CIELO
Doc.:
autógrafo. - Fecha: 8 de septiembre de 1897. - Publ.: fuera de texto, HA 07,
pp. 48-49 (facsímil retocado) ; Lettres 1948, pp. 438s.
Este
8 de septiembre es un día de calma momentánea y de tranquilidad para Teresa,
enferma; cf CA 8.9. Pide "volver a ver la imagen de Nuestra Señora de las
Victorias, a la que había pegado la florecita que le dio (su) padre cuando le
permitió entrar en el Carmelo" (sor Genoveva, PO, p. 309). Fue en esa
ocasión cuando escribió al dorso, con mano temblorosa, esta última Oración:
"Fueron las últimas líneas que escribió en la tierra".
Esta
Or 21, un poco alambicada a primera vista, y por tanto sorprendente en Teresa,
ha sido considerada como inspirada en estas palabras atribuidas comúnmente a
san Agustín: "Señor, mi alma se alegra inmensamente cuando piensa que
eres Dios; pero si, por un imposible, pudiera darse que Agustín fuese Dios y
que tú fueses Agustín, preferiría que tú fueses Dios a que lo fuese
Agustín". Esta anécdota la cuenta el P. Ribadeneira en la Vie des saints
et fêtes de toutte l'année. Había costumbre de leer esta Vie des saints en el
refectorio, en tiempos de Teresa. Es probable que la madre Inés le haya vuelto
a leer algo en la enfermería para la fiesta de san Agustín, el 28 de agosto.
Por otra parte, esta Or 21 evoca una idea que le gustaba mucho a Teresa:
"Querida Virgen Santísima, me parece que yo soy más dichosa que tú,
porque yo te tengo a ti por Madre, mientras que tú no tienes a una Santísima
Virgen a quien amar" (Cta 137, del 19 de octubre de 1892, idea que se
repite de otra forma en CA 11.8.4). Hay ahí una especie de cambio de identidad,
expresado en un grito de amor.
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Cortesía
de: www.clerus.org