"Q" – "El Evangelio-Perdido
de Jesús el Cristo"

Hace tiempo, en el siglo XIX, algunos estudiosos notaron algo 
singular ante la lectura crítica y comparativa de los evangelios 
sinópticos del Nuevo Testamento.

Ninguno de los Evangelios es congruente en un 100% con los otros, 
ni su forma narrativa es equivalente. Cada uno de ellos refleja un estilo 
diferente e incluso, hoy se sabe, fueron redactados en lugares y 
épocas disímiles.

El más antiguo es el de "Marcos", que se fecha hacia el año 70 d.C. 
(con seguridad luego de la destrucción de Jerusalén a manos de los 
romanos). "Mateo" y "Lucas" se terminaron unos 20 años después.

Es obvio que en los aspectos narrativos y en la secuencia de 
eventos que documentan, tanto "Mateo" como "Lucas" se basan en 
"Marcos". Sin embargo, los primeros contienen numerosos dichos y 
frases atribuidas a Jesús que no están presentes en éste último. 
Además, en los originales griegos, las palabras suelen ser idénticas, lo 
que es algo insólito si se piensa que cuando dos cronista "recuerdan" 
algo que oyeron o leyeron hace años, pueden documentarlo en forma 
similar, pero jamás iguales.

La respuesta a este misterio fue dilucidada mediante los estudios 
filológicos: Tanto "Mateo" como "Lucas" tuvieron como "fuentes" a dos 
evangelios anteriores. Para las historias y leyendas de la vida de 
Jesús, tomaron como modelo a "Marcos" (agregándole las historias 
sobre la infancia y la resurrección que el original de "Marcos" no 
poseía; por otro lado, para incorporar las máximas y proverbios de 
Jesús, utilizaron un documento (hoy perdido) al que los expertos llaman 
"Q".

Por obvias razones, desde que esta teoría surgió, la mayoría de los 
académicos fueron muy cautos en confirmarla como un hecho. La 
razón es que "Q", hoy día, ya no existe. Sin embargo, el descubrimiento 
del Ev. de Tomás, trajo la evidencia positiva de que alguna vez, "la 
fuente" existió. Especialmente el papiro "Oxyrhynchus", cuyo texto 
griego era concomitante con las frases equivalentes de las versiones 
de los evangelios canónicos de la misma lengua.

Muchos de sus dichos son análogos a los de "Mateo" y "Lucas", 
otros son inéditos, demostrando que estos dos redactores, utilizaron 
los que más se adecuaban a sus criterios doctrinales.

"Tomás" da una interpretación muy diferente a los dichos conocidos 
de Jesús. El erudito Burton Mack, ha formulado una controversial teoría 
(muy factible por cierto) que plantea que algunas de las primitivas 
comunidades cristianas no creían que Jesús de Nazaret era el "Mesías" 
esperado por los judíos, o el "Cristo", sino un maestro de sabiduría; un 
hombre que intentó enseñar a otros como alcanzar una plenitud 
existencia y como vivir en armonía con nuestros semejantes. Para 
ellos, Jesús no era un ser divino, sino totalmente humano.

Estos primeros seguidores, disintieron de otros cristianos que se 
basaron en los rituales y en la idea de la muerte y resurrección de su 
"Salvador". El que esta segunda variante ideológica triunfara sobre la 
primera, probablemente se debió a que la psicología popular, siempre 
acepto mucho más fácilmente a las doctrinas que eran acompañadas 
con leyendas heroicas y narraciones biográficas que les inspiraran 
devoción, fe y admiración.

En el evangelio de Tomás y, presumiblemente, en "Q", la "salvación" 
se logra no por la fe o el seguimiento ciego de una creencias, sino por 
la búsqueda de la sabiduría interior y la conducta apropiada para con 
el prójimo. Esto "libera" al ser espiritual de su "envoltura" material y le 
permite la trascendencia.

Hoy en día, muchos paliógrafos se encuentran abocados a la 
"reconstrucción" de "Q", lo que a la postre traerá de nuevo a la luz el 
"evangelio original" de Jesús de Nazaret, el Cristo. En próximas 
entregas, presentaremos un trabajo crítico en tal sentido. Por ahora, 
ofrecemos los textos en sí, para que el lector juzgue por sí mismo.-

Oscar Carlos Cortelezzi
Buenos Aires - Argentina