II

 

LOS PADRES COMBATEN


LA MALEDICENCIA Y LA CRÍTICA

 

 

 

1) LOS PADRES PROHÍBEN LA MALEDICENCIA Y LA CRÍTICA.

 

     Dedicar un capitulo entero a este tema , cuando ya todo el libro contiene el pensamiento de los Padres del Desierto contra la maledicencia y la crítica , puede dar la impresión que hemos sido injustos con el argumento. Por eso, es necesario explicar que en este capitulo examinaremos solo las opiniones de los Padres que tratan directamente el asunto, sin pretender agotarlo,

 

A)    Los motivos de la prohibición.

 

     Las prohibiciones se refieren a temas muy dispares.

 

     Acerca del ayuno, Evagrio Póntico recomienda a una monja "Si tu hermana come, no la desprecies. No te vanaglories de tus continencias"

 

     Con el mismo espíritu, el Beato Simeón el Nuevo Teólogo ( + 949 ) reprende a un monje de nombre Arsenio porque critica a un hermano que estaba comiendo. En la vida de este Beato, narrada por Nicetas Stethatos ( + 1090, aprox. ) se lee: Una vez el Beato fue visitado por algunos amigos. Uno de ellos tenia una enfermedad que le obligaba a comer carne de pequeños pichones. Simeón, lleno de amor, ordeno que cociesen algunos para que comiese el que tenia necesidad. Mientras el enfermo estaba comiendo, un monje de nombre Arsenio, sentado en la misma mesa, le miraba severamente. El Beato dandease cuenta de ello, quiso enseñarle que hay que mirarse solamente a si mismo y que nada de lo que se como puede ensuciar el alma si ésta está limpia. Quiso además demostrar a sus comensales el vértice de la humildad y dar a conocer que hay todavía hijos de Dios obedientes y verdaderos instrumentos de virtud. Se dirigió a Arsenio y le dijo

 

     "Hermano, ¿porque no te miras a ti mismo y comes con humildad, pendiente solo de tu plato, en vez de observar al que como carne por que esta enfermo, haciendo asi fatiga a tu cerebro?  ¿De verdad crees que le superas en devoción porque solo comes verduras y semillas y no aguilas, pichones o perdices?  ¿ No has oído que Cristo dice: No es lo que entra por la boca lo que hace daño al hombre, sino lo que sale de él; es decir, el crimen, la envidia, el vicio, el adulterio, la codicia?  ¿No eres un ser racional, capaz de pensar con juicio?. A pesar de todo, has criticado imprudentemente al que comía, y has tenido pena de animales muertos, pero te has olvidado del que dijo: El que no coma, que no critique al que come. Por eso te digo que comas tu también de esos pichones. Y sabe que has pecado mas con el pensamiento que si hubieses comido la carne".

 

     "A continuación ( continua el relato ) Simeón obligó a Arsenio a comer los pichones como signo de compunción, y el monje, consciente de que la obediencia es superior al ayuno, se arrepintió y comió con lagrimas en los ojos.

 

     Cuando Simeón comprobó la humildad y la obediencia de Arsenio, le ordeno que no tragase la carne que estaba todavía masticando, sino que la escupiese".

 

     Otro ejemplo de prohibición es el que hacia Abbá Isaías ( + 488 ), que recomendaba no criticar a los demás, ni siquiera a los negligentes: "Si vives con humildad y te consideras indigno de todo, entonces Dios aceptara tus acciones. Pero si dices que los otros viven en negligencia, entonces todo tu esfuerzo será vano".

 

     Algo parecido es lo que afirma Niceta Stethatos "El alma está sucia no solo cuando esta llena de pensamientos impuros y de pasiones, sino también cuando una persona se jacta de sus propias acciones, se vanagloria de sus virtudes personales y acusa a los hermanos de pereza y negligencia".

 

     La prohibición de cualquier maledicencia contra un sacerdote es tajante. Anastasio el Sinaíta ( + finales del siglo VII ) escribe: "Si te cuentan acciones ilícitas de un sacerdote, tu no critiques. No pienses que es un pecador porque continué celebrando los Santos Misterios, ni que sea indigno, ni que la gracia divina pueda alcanzarle..................."

 

     Con respecto a la prostitución, esta escrito en los "Relatos de los Ancianos"  "Un Padre espiritual dijo que el que vive con sensatez no debe criticar a las prostitutas porque, sino quebranta la Ley de la misma forma que ellas. En efecto, el que dijo no te prostituyas, también dijo no critiques "

 

     Más ampliamente Abbá Isaías recomienda: "Si vas a un lugar para estar solo o con otros que ya estan alli y ves acciones impropias de un monje, no abras la boca para criticar. Si no encuentras descanso, vete a otro lugar. Mantén tu lengua inmóvil y no reprendas: seria la muerte"

 

     Macario el Egipcio afirma: "Los cristianos han de luchar por no criticar a nadie: ni a las prostitutas que pasan por delante de ellos ni a los pecadores, y ni siquiera a los que se han desviado del buen camino. Al contrario, han de ver a todos con una disposición benévola y con mirada limpia. Para que este comportamiento sea natural y constante, el cristiano no debe despreciar a nadie, ni mirar al prójimo con aversión, ni hacer distinción de personas. Si ves a un ciego, considérale sano; si ves a un manco, como si no estuviera privado de habilidad. Mira al cojo como al hombre que camina bien, y considera al paralítico lo mismo que al que esta en perfecta forma. Tener pureza de espíritu es ver a los pecadores y enfermos, y sentir por ellos simpatía y misericordia"

 

     Antioco del Monasterio de S. Saba exhorta, por ultimo, a evitar la maledicencia incluso en relación con los mas grandes pecadores: "Criticar y censurar no es asunto nuestro sino de Dios, el Gran Juez, que es el único que conoce las almas y las debilidades de nuestra naturaleza.  ¿ Quien puede gloriarse de tener un alma pura?  ¿ Quien puede decir que esta limpio de pecado? Así pues no debemos condenar apresuradamente al que cae en el pecado o al que llega a la perfidia extrema"

 

     Del mismo modo que no se debe calumniar tampoco hay que criticar, incluso si se dice la verdad. El mismo Antioco nos enseña: "No debes decir la mas minima cosa contra tu hermano ausente con intención de censurarlo, porque seria maledicencia hasta si dices la verdad"

 

 

B)    LOS PADRES NOS PIDEN QUE TAPEMOS LOS PECADOS AJENOS

 

     Evitar la maledicencia y la crítica también significa perdonar los pecados del prójimo. Además de no criticar al hermano que ha caído en el error hay que impedir, siempre que se pueda, que los

Demas se den cuenta del pecado. De esta forma se ayuda al hermano y también se ayuda a los otros, al salvarles del posible peligro de caer en el pecado de maledicencia. La misericordia de Dios no podrá olvidar al que actúa de esta forma.

 

     Cuando un monje pregunto al Abbá Pimen  ( + 450 aprox. ), si era necesario esconder el pecado del hermano, el santo Padre le respondio: "Cada vez que tapamos el pecado del hermano, Dios tapa el nuestro"

 

     Y Nilo de Ancira afirma: "Es justo no revelar los pecados de nuestros hermanos y, en cuanto sea posible, procede a taparlos y aconsejar y mostrar simpatia a los que yerran"

 

     Dos máximas de Isaac el Sirio sobre el mismo tema; la primera es:  "Alégrate con los que se alegran y llora con los que lloran. Este es el signo de la pureza; estar enfermo con los enfermos y de luto con los pecadores, alégrate con los que se arrepienten, llega a ser amigo de todos los hombres, no quedarse a solas con los propios sentimientos. Participa de las desgracias ajenas, pero permanece con el cuerpo alejado de todos. No controles ni acuses a nadie por su comportamiento, aunque fuese la personas mas malvada. Extiende tu túnica sobre el que ha pecado y, si no puedes cargar con sus pecados para recibir en su lugar la vergüenza y el castigo, al menos se paciente y no le desprecies"

 

     La segunda máxima dice: "Tapa el pecado. De esa forma él recibirá animo y tú obtendrás la misericordia divina"

 

 

2) EL EJEMPLO DE LOS PADRES  

 

A) LOS PADRES NO CRITICABAN NI CENSURABAN

 

     La primera y mas valida razón contra la maledicencia y la crítica es el ejemplo de los Padres. He aquí algunas de las sentencias y algún testimonio de sus vidas.

 

     Isaac el Sirio dice: "El hombre que vive en tranquilidad y afabilidad no quiere criticar a nadie y solo mira sus propios pecados en cada momento de su vida. El que ama la tranquilidad y la bondad no ve la paja en el ojo ajeno..."

 

     Macario el Egipcio va mas allá: "Con el signo de la Cruz; la gracia obra del siguiente modo; da paz a todos los miembros del cuerpo y al corazon, de forma que el alma llena de alegria, se parece a un niño y no critica ni al griego ni al hebreo, ni al pecador ni al mundano. El hombre espiritual mira a los demás con ojos puros y no se alegra únicamente de todo el mundo, sino que quiere amar también a griegos y hebreos"

 

     Análogos son los pensamientos de Evagrio Póntico que, además, hace una distinción entre el justo y el perfecto: "Los justos no maldicen a ninguno y ni siquiera desprecian. Los perfectos estiman y bendicen a todos los hombres"

 

     Y también: "Los justos distinguen entre buenos y malos y se entristecen por los segundos; los perfectos los consideran superiores a ellos mismos"

 

     Sobre este mismo tema, Niceta Stethatos observa: "Cuando uno se esfuerza en aplicar los

mandamientos siente de repente una inmensa alegría que esta por encima de toda lógica. Es entonces como si dejase el peso del cuerpo y se olvidase de comer, de dormir y de todas las necesidades naturales. Cuando esto ocurre es porque Dios le ha visitado y le ha dado la vida bendita, La felicidad que es el fruto de la humildad, tiene como trono la quietud, y como objetivo final la Santa Trinidad: Dios. El que conquista esta ciudad fuerte no puede ser detenido por las cadenas de los sentidos, no ve las seducciones de la vida, no distingue entre el piadoso y el impío. Del mismo modo que Dios hace llover y salir el sol sobre buenos y malos y sobre justos e injustos, así también extiende él sus rayos de amor para todos y lo único que le angustia es la imposibilidad de ayudar a todos como querría"

 

     Se lee también casi lo mismo en sus “Capítulos prácticos” "El que se ha acercado a la quietud  ( la vida carente de pasiones ) ve de una forma justa todo lo que atañe a Dios y a la naturaleza de los seres vivientes"

 

     "Cuanto mas pura es, tanto mas consigue pasar de la belleza de las criaturas al Creador y recibir la luz del Espiritu. Como siente amor por todos piensa siempre que son mejores que él. Va a todos santos y puros, puede pensar rectamente tanto de las cosas divinas como de las humanas"

 

     Muchos son los testimonios sacados de los relatos de la vida de los Padres del Desierto. Del Beato Pimen, que entro en la vida monástica a los quince años de edad, se cuenta: "Una vez el Abbá Pimen fue visitado por algunos monjes que le preguntaron, ¿ Podemos zarandear a nuestros hermanos cuando se adormilan en las celebraciones santas?. El Abbá respondió: Yo, hasta ahora, cuando he visto que un hermano se dormia he puesto su cabeza sobre mis rodillas y le he hecho reposar"

 

     En otra ocasión, algunos le preguntaron: "Si vemos pecar a algún hermano ¿podemos hacerselo notar?. El Abbá respondió: Cuando veo pecar a algun hermano, sigo adelante y no digo nada>

 

     En el tercer episodio que se cuenta del Beato Pimen es el siguiente: "Una vez, Paisio se peleo con un hermano, hasta el punto que se hicieron sangre en la cabeza; el Beato les vio, pero no dijo nada. Paso también por allí Abbá Anum, vio lo que había sucedido y pregunto a Pimen la razón de su indiferencia. El Padre respondió. Son hermanos y se reconciliaran enseguida. Anub le volvió a preguntar ¿ Como puede saber eso?  ¿ No has visto lo que se han hecho y dices que se reconciliaran?. Abbá Pimen respondió: Entonces es mejor que piensen que yo no estaba  presente".

 

     De Abbá Pimen se cuenta también lo siguiente: "El presbitero de uin monasterio de Pilusin supo que algunos monjes ( unos once ) iban a la ciudad, frecuentaban los baños los baños publicos y no respetaban sus principios espirituales. Un día, durante la reunión ordinaria, les quito las tunicas monásticas. Pero se lleno enseguida de remordimientos. Con aspecto afligido y llevando las túnicas de los monjes se dirigió al Abbá Pimen para contarle lo ocurrido. Una vez hubo oído lo que le contó, el gran asceta le pregunto “Dime ¿ acaso no ha quedado en ti algo del hombre viejo que no hayas arrojado aun?” El presbítero tuvo que admitir: “Si todavía advierto en mi al hombre viejo”. El Abbá le respondió: “Tu tambien eres como esos monjes. Al tener en ti la vieja naturaleza no te has librado del pecado” El presbítero volvió al monasterio y reunió nuevamente a los monjes; les pidió perdón, les devolvió las túnicas y los dejo irse"

 

     Un ultimo episodio de la vida de Abbá Pimen es el siguiente: "Un monje peco gravemente y un hermano conto su error a un eremita que vivia por alli y que nunca habia salido de su celda. El eremita le aconsejo que expulsara al monje pecador, cosa que cumplió dirigentemente. Sin embargo el monje que había juzgado se lleno de desesperación, lloro y se metía en una fosa profunda. Algunos monjes que pasaban por allí a visitar al Abbá Pimen le oyeron, descendieron a la fosa y, al encontrarle llorando desesperadamente, le rogaron que fuese con ellos donde el Abbá. El infeliz se opuso y gritaba que iba a morir pronto a causa del pecado cometido. El Abbá informado de todo lo sucedido pidió a los monjes que volviesen a la fosa y convencieran al monje para que saliera, diciéndolo que el Abbá Pimen era quien le buscaba. Cuando le trajeron, el Abbá le acogió con gran bondad y le invito a comer con él. Mando también que un discípulo fuese donde el eremita que había sugerido la expulsión del monje pecador, para que viniese lo mas pronto posible. Aun que este eremita no había salido de su celda durante muchos años, al oír la invitación la considero como voluntad de Dios y fue donde el Abbá Pimen. Este al verle le dijo: "Había una vez dos hombres y ambos tenían un muerto al que llorar, pero cada uno fue a llorar al muerto del otro”. Al oír estas palabras, el eremita, lleno de remordimientos, se acordó de lo que había hecho y dijo “Pimen, tu estas arriba, en el cielo, y yo en la tierra”"

 

     En los mismos “Relatos de los Ancianos” encontramos un episodio que se refiere a un asceta cuyo nombre ignoramos "Uno de los Padres, al ver un hombre que había pecado, lloro amargamente y dijo: “Hoy el, mañana yo”"

 

     Se cuenta del Abbá Juan el Persa "Vino una vez un muchacho endemoniado a un monasterio de Egipto. El monje Juan al ver a un hermano pecar con el muchacho, no hizo ninguna observación y se dijo a si mismo "“ Si Dios que les ha creado, les ve, y no les quema, ¿Quién soy yo para reprenderles”".

 

     Ha aquí otra anécdota, hasta ahora inédita, y muy instructiva, sacada del libro del Abbá Moisés. "Un hermano peco con el pensamiento. Mas tarde durante la reunión de los monjes, y para solventar este caso, se mando llamar al Abbá Moisés, pero el rehusó ir. Entonces el presbitero mando decirle “ Ven, el pueblo te espera”. El asceta tomo una cesta, la lleno de arena y se fue al lugar de la reunión. Los que se le acercaban a saludarle le preguntaban el sentido de tal gesto, él respondió: “Mis pecados se escurren detrás de mi como arena y no los veo  ¿ Que vengo a hacer aquí a criticar los pecados ajenos” Los hermanos al escuchar estas palabras, no reprendieron al pecador y le perdonaron"

 

    Del Abbá Ammón se cuenta el siguiente hecho: "El asceta era tan bueno que no tenia en cuenta la maldad. Elegido obispo, le presentaron una muchacha soltera que estaba embarazada y le pidiero que les impusiera a ella y al culpable las Penitencias que se merecían. El Abbá trazó entonces el signo de la cruz sobre el vientre de la joven y ordeno que le dieran diez pares de sabanas. Cuando le preguntaron la razón de hacer aquello, respondió: "He ordenado que le dieran ese regalo porque temo que pueda morir durante el parto junto al niño, y no tenga nada para el funeral" Pero los que acusaban a la muchacha replicaron: ¿ Por que lo has hecho? “Tienes que imponerles una penitencia”. El Abbá respondió: “¿No sois capaces hermanos mios de ver lo cerca que esta la muerte?   ¿Qué queréis que haga”?. Impresionados por estas santas palabras dejaron marchar a la muchacha"

 

     El ultimo relato también inédito, esta sacado de la “Vida” de Macario el Egipcio: Se cuenta que Abbá Macario permaneció encerrado durante treinta años en su celda. Durante este tiempo, un sacerdote iba a su tienda a celebrar la Divina Liturgia. El demonio, para molestar al asceta, aprobecho la oportunidad de visitarle por medio de un poseso que, dirigiéndose a Abbá Macario, le dijo: "El sacerdote que viene aquí es un pecador y no debes permitir mas que celebre." El Abbá le respondió "Hijo mío, esta escrito: No juzguéis y no sereis juzgados. Si el sacerdote es un pecador Dios le perdonará. Yo, personalmente, soy mas pecador que él"Después de dicho esto, se puso a rezar y libro al poseído del demonio. Cuando el sacerdote volvió, fue acogido con la alegría de siempre y Dios, viendo la bondad del Abbá, le quiso animar con un signo. En el momento en que el sacerdote se acerco al altar, Abbá Macario, como el mismo contó después, vio a un ángel descender del cielo y poner la mano sobre la cabeza del celebrante, que se transformo en una columna de fuego ante las santas ofrendas . Mientras el Beato Macario estaba absorto en esta visión, oyó una voz que le dijo: Hombre ¿ por qué te sorprendes? Si un soberano del mundo no permite que los súbditos se presenten ante él con los vestidos sucios ¡ Cuanto mas la Divina Potencia no tolerara que los celebrantes de los santos misterios estén sucios frente a la gloria celeste!. Has sido digno de contemplar esto, por que no has criticado al sacerdote" De abbá Macario solía decirse "No ve lo que ve y no oye lo que oye"

 

 

B) LOS PADRES ESCANDÍAN LOS PECADOS DEL PRÓJIMO

 

     El párrafo precedente terminaba con un dicho sobre Macario el Egipcio. Mas adelante podremos leer: "Se dice que el Abbá Macario se había convertido en un ser divinohumano: como Dios cubre al mundo, asi el Abbá cubre el defecto de los otros"

 

     Sobre Abbá Amón se cuente esta anécdota: "Una vez el Abbá se detuvo en un lugar para comer. Cerca de allí vivía un monje que tenia mala fama. En aquel momento llego la mujer que tenia relaciones con aquel monje. Los habitantes del lugar, cuando supieron de estas visitas, se reunieron para expulsar al monje y pidieron al Abbá Ammón que interviniese. El monje pecador al saber lo que iba a ocurrir, escondió a la mujer bajo un gran barril. Cuando llego el grupo de gente con Ammón, este se dio cuenta de la acción del monje y, por amor de Dios, oculto el hecho, se sentó encima del barril y ordeno a la gente que buscasen a la mujer por todas partes. Naturalmente no pudieron encontrarla y el gran asceta les increpo: “¿ Que habéis hecho?  ¡ Dios os perdone!" Y los echo fuera. Cuando se quedó a solas con el monje, tomo su mano entre las suyas y le dijo “Cuídate de ti mismo, hermano”. Y se fue."

 

     Merece la pena mencionar el comentario que el Beato Doroteo de Gaza hace de este episodio "¿Habéis visto lo que hizo Abbá Ammón cuando fueron a él para mostrarle una mujer oculta en la celda de un monje?  ¿Habéis visto cuanta piedad demostró y cuanto amor tuvo aquella santa alma? Como había comprendido que la mujer estaba escondida debajo del barril se sentó encima y ordeno a los otros que buscasen por otros lugares. Ya que no encontraron a la mujer, les dijo: "¡Dios os perdone!" , y así les hizo avergonzarse y les enseño a no juzgar jamás al prójimo. Al mismo tiempo dio una lección al monje al decirle "¡ Cuídate de ti mismo hermano!", porque le hizo sentir vergüenza y piedad. La filantropía y el amor de aquel Padre espiritual fueron las que obraron en el alma de aquel hermano"

 

 

3) LA MALEDICENCIA Y LA CRÍTICA SON PECADOS

 

   A)  La enseñanza de los padres   

           

     La opinión de los Padres del Desierto es unánime: la maledicencia y la crítica son obras del demonio. La frase de Juan Clímaco es ejemplar "Los demonios se esfuerzan por todos los medios en hacernos pecar. Cuando no lo consiguen, nos obligan a criticar y así pecamos"

 

     Obras del demonio las llama también Isaac el Sirio, y el Beato Antioco del Monasterio de S. Saba caracteriza la maledicencia como "“demonio desordenado, inquieto, deseoso de habitar donde hay discordias”"

 

     No existe ninguna duda sobre el hecho de que la maledicencia y la crítica ensucian el alma y provocan daños, no solamente al que critica sino también al que es criticado. El que critica peca dos veces. Esto es lo que dice al respecto el Beato Antioco  "El que critica se hace daño a si mismo y daña a los que le escuchan. Con la maledicencia quiere crear confusión en los otros y les hace participes de su propia insensatez. Al actuar así, comete un doble pecado y es responsable tanto de si mismo como de los que creen en sus palabras"

 

     El Beato Tasio expresa las mismas ideas "El alma del que critica tiene una lengua malvada; se hace daño a si misma, al que le escucha y, algunas veces, a aquel que es criticado"

 

     La expresión “ algunas veces” que usa el Beato, nos deja la posibilidad de pensar que no siempre se daña al que es criticado.

 

     El Beato Antioco afirma, por ejemplo, que es útil ser criticado: "Los que nosotros criticamos se vuelven mas ligeros"

 

     Otros creen firmemente que cuando se critica se hace daño al prójimo, y Juan Clímaco sostiene que "con la maledicencia no se corrige al hombre"

 

     En resumen, el problema no se puede resolver, pues pertenece al espacio secreto del alma, pero creemos que el Beato Tasio es el que a hablado con mayor exactitud

 

     Loa autores citados han hecho decir a Doroteo de Gaza que la crítica y la maledicencia están dentro de los pecados mas graves: "¿ Has visto lo grave que es el pecado de criticar al prójimo?  ¿Existe otro mas grave? No existe otro no tolerado por Dios, como han dicho los Padres"

 

     Y mas adelante: "Nada provoca la cólera de Dios........ como la crítica y la humillación del prójimo"

 

     Lo mismo repite también el Beato Antioco del Monasterio de S. Saba, cuando escribe "¡ La maledicencia es el peor de los pecados!"

 

     Sobre este pecado, los Padres dicen que la culpa no solo pesa sobre el que calumnia, sino también sobre aquel que escucha al que calumnia.

 

     El Beato Antioco observa: "La acción mas justa es la de no criticar a nadie y no escuchar con placer al que critica. De lo contrario, el que escucha se hace tan culpable como el que habla >

 

     Para Basilio el Grande "el que critica, o el que escucha al que critica y lo tolera, son dignos de excomunión"

 

B) CONSECUENCIAS DE LOS PECADOS, SEGÚN LOS PADRES    

 

     La crítica y la maledicencia, en cuanto pecados, no quedan sin consecuencias; La primera es el abandono de Dios. Abbá Isaías dice que quien critica, acusa y envilece al hermano "se aparta el

mismo de la misericordia que gozan los santos"

 

     Doroteo de Gaza enseña que "no hay otra cosa que desnude al hombre, y le lleve al abandono de Dios, como la crítica y la calumnia o la humillación del hermano"

 

     Otro tanto enseña Niceta Sthetatos "El abandono de Dios tiene sus causas en la vanidad, en la maledicencia hacia el prójimo y el gloriarse en sus propias virtudes"

 

Más adelante añade que tal abandono tiene como consecuencia la caída: "No te debe extrañar a ti, que sigues una vida dura y difícil, el hecho de que, cuando te sientes abandonado de Dios, caigas en un pecado de carne, de lengua o de pensamiento. Tuyo es el pecado, y en ti esta la causa. Efectivamente, si no hubieses pensado solo en ti mismo, lleno de orgullo y de crítica hacia los demás, no habrías sido abandonado al justo castigo de Dios"

 

     La crítica y la maledicencia, fruto de la caída en el pecado, son como dicen los Padres muerte”  “muerte del alma”"

 

     Abbá Isaías decía al respecto: "En esta generación no existe nada que provoque tanto la perdición de los monjes que la crítica o la maledicencia de unos con otros".

 

     Y aquel que usa tales armas no solo "destruye su propia alma" sino que se convierte en un nuevo "anticristo"

 

     En tales condiciones, todo ejercicio espiritual es vano. El monje, que en el ejercicio de sus obligaciones, se acuerda de las debilidades de sus hermanos, nos dice Abbá Isaías, hace un esfuerzo "carente de frutos"

 

     Y en otra parte afirma : "El juzgar al prójimo hace inútiles las fatigas espirituales y destruye los buenos frutos del alma"

 

     Lo mismo ocurre con la penitencia, y sobre este particular afirma Abbá Isaías: "La humildad no tiene lengua para calumniar o para hablar con desprecio. El humilde no tiene ojos para observar los defectos del otro, ni oídos para escuchar lo que no es útil para el alma; ni tiene como fin contestar a nadie. No se preocupa de otra cosa mas que de pensar en sus propios pecados. Es pacifico con todos los hombres, de acuerdo con los mandamientos del Señor, y no solo por motivos de amistad humana. Incluso el que ayuna o come una vez a la semana, o practica enormes ejercicios espirituales, si actúa de forma calumniosa consigue que sus fatigas sean inútiles"

 

 4) LA CRÍTICA Y LA MALEDICENCIA VAN CONTRA LA ENSEÑANZA CRISTIANA:

 

     Los que caen en estos dos pecados de lo que trata nuestro libro violan, según los Padres, dos capitulos importantes de la enseñanza cristiana: la teología y la eglesiología.

 

A)    Contra la teología.

 

     En la base de este tema de los Padres esta la enseñanza de la Iglesia, que dice que el juzgar al prójimo es un acto exclusivo de Dios, que lo cumplirá en el Juicio Universal ( la llamada "segúnda venida )), y no constituye un derecho del hombre.

 

     Cuando un hombre critica hace algo que no le incumbe a él y ofende a Dios. Los Padres expresan esto de distintas formas.

 

     Por lo que respecta al momento en que es licito juzgar, dicen que todo juicio esta siempre fuera del tiempo oportuno. El momento justo Sera el Juicio Universal. A propósito de esto el arzobispo de Alejandría, Juan el Misericordioso, afirma que "juzgar antes de tiempo es una violación de los mandamientos".

 

     Para otros como el Beato Antíoco del Monasterio de S. Saba  "el juicio no nos corresponde a nosotros si no a Dios, el cual, como Gran Juez, conoce las almas y las escondidas pasiones de nuestra naturaleza".

 

     Y mas adelante: "Nosotros, los hombres, no queremos entender, pero nos apresuramos a criticar al prójimo y le quitamos el juicio a Dios, único Juez"

 

     Sustraer el juicio a Dios y hacerlo nuestro es visto por Juan Clímaco del siguiente modo "Juzgar al prójimo es una usurpación vergonzosa de un derecho divino"

 

     Con las mismas palabras, pero con un tono todavía mas severo, habla Anastasio el Sinaita: "El que critica antes del juicio de Cristo se transforma en anticristo, porque le quita un derecho a Cristo".

 

     El Beato Doroteo nos cuenta una anécdota instructiva: "Hermanos, no existe pecado mas grave que aquel que conlleva juicio y humillación del prójimo ¿ Por que no os juzgáis a vosotros mismos y a vuestros pecados por los que debéis rendir cuentas a Dios?  ¿ Por que robáis el juicio a Dios?  ¿Qué buscáis en una criatura suya?. Todos deberíamos temer cuando pensemos en lo que le ocurrió a un gran asceta: Supo que un hermano había caído en un pecado moral y dejo escapar una exclamación  ¡¡ Oh, que mal ha hecho!!. Mas tarde, su ángel de la guarda le trajo el alma del pecador y le dijo. Mira, aquel a quien juzgaste a muerto, ¿dónde ordenas que lo lleve?  ¿ Al Reino de Dios o al infierno?   ¿ Existe algo mas terrible que el peso de tal decisión?  ¿Qué otra cosa significan las palabras del ángel sino: tú que te consideras juez de honestos y pecadores, dime donde conducirías esta pobre alma:  ¿al perdón o a la condena?. Lo sucedido emociono al asceta, que trascurrió el resto de su vida en lagrimas y suspiros, pidiendo a Dios que perdonase sus pecados

 

     Del Abbá Isaías son, por ultimo, estas palabras: "El que critica al prójimo hace de si mismo un dios"

 

 

B) Contra la eclesiología.    

 

     Para iluminar este punto, meditaremos sobre algunas sentencias de los Padres que definen a la crítica y a la maledicencia como acciones antisociales.

 

     Ante nada, afirman que quien calumnia ignora el hecho de que todos los hombres son igualmente responsables del pecado.

 

     "No odies al pecador" ( dice Isaac el Sirio ) "todos somos culpables"

 

     El Beato Nilo afirma: "Debes contristarte por tu prójimo cuando has pecado, pues al hacerlo te contristas por ti. Todos somos responsables de los pecados"

 

     "Debemos considerarnos mas pecadores que los demás" ( dice el Beato Juan ) "sentir como nuestros el pecado del hermano y odiar al demonio que le ha engañado".

 

     Una anécdota sacada de las "Sentencias de los Padres" cuenta: "Una vez un presbitero echó fuera del monasterio a un monje pecador. Abbá Besarión se levanto y salió junto con el culpable, diciendo: “Yo también soy pecador”.

 

     Todos los cristianos son responsables del pecado, porque juntos constituyen una unión orgánica: el Cuerpo de Cristo que es la Iglesia. La ofensa a un hermano ( ya sea crítica, censura, maledicencia o calumnia ) es una ofensa a Cristo, a una parte del Cuerpo de Cristo.

 

     Abbá Isaías llega a decir incluso que la penitencia del que ha calumniado es vana, porque ha rechazado a una parte de Cristo. Para que se entienda, Abbá Doroteo hace la siguiente comparación "Nosotros queridos hermanos, debemos adquirir gran piedad y amor hacia el prójimo, cuidandonos de la tremenda maledicencia y de humillar a los demás. Debemos ayudarnos como si fuéramos miembros el uno del otro. ¿ Quien es el que si tiene una herida en el pie o en la mano, se corta ese miembro aun cuando este en estado de putrefacción?. Al contrario, se lava la herida y la limpia, le pone medicina, rocía la llaga con agua bendita y reza a los santos para que intercedan por él; en pocas palabras; no abandona al miembro ni le repugna su mal olor, sino que hace todo lo posible por curarlo..."