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Cómo ministrar a los musulmanes

Charles D. Egal

El autor ha estado sirviendo como misionero en un país musulmán. Ha intentado aplicar los principios de este artículo, y ha encontrado que son útiles. Actualmente está completando un doctorado en Norteamérica pero está ansioso por volver y continuar su ministerio a los musulmanes en el exterior.

INTRODUCCIÓN

Evangelizar a los pueblos musulmanes del mundo ha sido una tarea formidable para los misioneros a lo largo de los siglos. A menudo, la reacción fue simplemente seguir adelante y trabajar con otros grupos no musulmanes que demostraran una mayor receptividad al mensaje de Cristo. Sin embargo, Jesús murió por los musulmanes también, y desea que tengan la oportunidad de conocerlo (Mt. 24:14). Afortunadamente, hay un interés renovado en ministrar a los musulmanes en muchos creyentes en estos últimos tiempos.

A fin de llegar mejor a los musulmanes de nuestro mundo, es imperativo un conocimiento profundo de su Libro Sagrado. Además, también es importante comprender el mejor enfoque ministerial a usar con los musulmanes. Por lo tanto, un breve resumen de la enseñanza del Corán y su relación con el ministerio a los musulmanes será seguido por la discusión de una propuesta de enfoque ministerial para trabajar con los musulmanes.

II. EL CORÁN Y EL MINISTERIO A LOS MUSULMANES

El Corán para los musulmanes es equivalente a la Biblia para los cristianos y judíos. Una presentación de su enseñanza acerca de su propia autoridad, la Biblia, Jesús, la teología, los judíos y los cristianos, y las mujeres es necesaria a fin de entender a los musulmanes y cómo comunicar mejor el cristianismo. Este presentación resumida está seguida por una discusión de cómo usar el Corán para ministrar a los musulmanes.

La enseñanza del Corán

La visión del Corán de sí mismo

El Corán se presenta a sí mismo como que es la palabra inspirada e infalible de Alá (36:5). Dice no tener errores (39:28) y dice confirmar las Escrituras dadas antes al Pueblo del Libro (2:101). Es considerado como la plena revelación de Dios y explica plenamente la Ley y el Evangelio (10:37-38). El objetivo del Corán es llevar una unidad de creencia a todos los pueblos (42:15).

El Corán defiende su inspiración apelando a la belleza de su poesía (10:37-38; 11:13-14). Vez tras vez, la reacción emocional creada en el corazón del oyente del Corán mientras es recitado se da como prueba de inspiración (5:83; 19:58ff.; 39:23). El Corán declara que fue dado en árabe para que pudiera ser entendido por su público inicial (12:1). En repetidas oportunidades el Corán se defiende de a acusación de que Mahoma era un poeta poseído (21:5; 37:36).

La relación del Corán con el Antiguo y Nuevo Testamento

El Corán afirma que tanto Moisés como Jesús predijeron la venida de Mahoma. En el caso de Moisés, la profecía en Deuteronomio 18 acerca del gran Profeta es presentada en el Nuevo Testamento como cumplida en Jesús (3:81; 7:157; también se considera que Is. 42:11 predice a Mahoma; Ali 1989, n. 416). La supuesta profecía de Jesús acerca de Mahoma involucra la identificación del "consolador" prometido como Mahoma en vez del Espíritu de Dios que vino a morar permanentemente en los creyentes en Pentecostés (61:6; Ali n 5438; cf. Jn. 14:16; 15:26; 16:7).

El Corán presenta en general una visión positiva de la Ley y el evangelio. Las revelaciones recibidas por el "Pueblo del Libro" (es decir, judíos y cristianos) son consideradas el Libro de Alá (2:101; cf. Ali n 102). No obstante, hay algún cuestionamiento en el Corán en cuanto a la confiabilidad de la Ley según estuvo disponible en el tiempo de Mahoma (41:45). Además, se considera que el "evangelio" es lo que fue revelado por Dios a Jesús sólo (57:27ff.). Por lo tanto, sólo las porciones del Nuevo Testamento que contienen las palabras de Cristo serían consideradas inspiradas, siempre que fueran realmente las palabras de Cristo y no inserciones posteriores de sus seguidores.

Hay también numerosas contradicciones y agregados en el Antiguo Testamento que no tratan directamente con Cristo. Los ejemplos incluyen los hijos de Noé que se ahogaron (11:43ff.). Amán involucrado con Faraón (28:6ff.; 40:37ff.), los magos de Faraón arrepentidos (20:70ff.), Abraham que denuncia a su padre pagano (19:46ff.), Saúl confundido con Gedeón (2:249), y Aarón considerado inocente del suceso del becerro de oro (20:89ff.). Otras ideas fantásticas presentadas en el Corán incluyen la afirmación de que Alejandro Magno fue un gran hombre de Dios (18) y que un grupo de judíos fue convertido en monos (2:65; una tradición judía; cf. Ali n. 34).

El Corán y Jesús

El Corán menciona a Jesús 93 veces. Si bien tiene en general una actitud positiva hacia Jesús, niega fuertemente su deidad, su crucifixión y su resurrección. Los pasajes que contienen una visión positiva de Jesús pueden ser usados para crear interés en un musulmán para que conozca más acerca de Jesús. Los siguientes son los pasajes que son favorables hacia Jesús y también delinean las visiones falsas que sostiene el Corán acerca de Jesús.

Visión favorable de Jesús en el Nuevo Testamento: El Corán presenta a Jesús como un profeta en la línea de otros profetas como Abraham, Moisés, etc. (2:137). A diferencia de los profetas, el ministerio de Jesús fue validado por señales (es decir, milagros; 2:253ff.)

La tercera sura (es decir, capítulo) del Corán dedica un tiempo largo a reseñar la vida de Cristo. En esta sura, Mahoma afirma el nacimiento virginal (3:47; cf. 66:12, etc.). Hay también un pasaje discutible que aparentemente identifica a Jesús como la Palabra de Dios. El pasajes dice así: "¡Oh, María! Alá te da buenas nuevas de una Palabra de Él: su nombre será Cristo Jesús" (3:45). Tal vez es más significativo el hecho que aquí Alá anuncia el nombre de Jesús que indica su tarea (es decir, Jesús = salvador de Jehová, y Cristo = término griego para el "Mesías"). Jesús es designado también en la tercera sura como "uno más cercano a Alá" (3:45) y un "justo" (3:46). Además, se señala el traslado de Jesús al cielo y su lugar en el cielo junto a Alá (3:55). Jesús es descrito también como uno que convirtió a "enemigos en amigos" (3:103).

La sura diecinueve del Corán presenta otro comentario extenso acerca de Jesús. Se afirma el suceso milagroso del nacimiento de Juan el Bautista (19:1-14). Se relata claramente el nacimiento virginal, si bien se niega la deidad de Cristo (19:15ff.). Hay también una referencia que parece indicar la muerte y resurrección de Cristo (19:29ff.). Sin embargo, esto es dudoso ya que la resurrección de Cristo se niega en otra parte (4:157) y hay un pasaje paralelo en el contexto inmediato que usa la misma terminología de "muerte y resurrección" con referencia a Juan el Bautista (19:75).

A lo largo del resto del Corán, Jesús es descrito como un "mensajero" y un "Espíritu" de Dios, si bien este mismo contexto niega la idea de la trinidad (4:171). Se identifica a Jesús como el Cristo o Mesías en la sura 5:72, si bien su deidad es rechazada en el mismo contexto. Se señala que Jesús confirmó la Torá (5:46), recibió el Evangelio de Alá (57:27ff.) y que sus discípulos eran "ayudantes de Alá" (61:14). Las señales (es decir, los milagros) que validaron el ministerio de Jesús son afirmados también (43:63ff.). La mayoría de los musulmanes consideran que la segunda venida de Cristo está predicha en la sura 43:61.

Visión desfavorable de Jesús en el Nuevo Testamento: A lo largo del Corán, Mahoma asume una postura fuerte contra una gran cantidad de temas relacionados con la visión del Nuevo Testamento de Cristo. En primer lugar, el Corán condena repetidamente la deidad de Cristo como blasfemia y idolatría (2:116; 3:58; 4:171ff.; 5:17,73,116; 9:30-31; 10:68; 18:3ff.; 19:26ff.; 21:26; 23:90; 25:2; 39:4; 72:3ff.; 112:1-4). Jesús es presentado como un mero hombre (3:59; 4:171ff.; 5:75). Además, Jesús es descrito continuamente como "el hijo de María," una designación escogida cuidadosamente para negar que Jesús fuera el "hijo de Dios," como decían los cristianos "confundidos" (4:171ff.).

En segundo lugar, el Corán niega la crucifixión y resurrección de Jesús (4:157ff.). La mayoría de los musulmanes sostienen que Jesús no murió, citando este pasaje. Sin embargo, hay otro pasaje donde Alá habla a Jesús diciendo: "Jesús, estoy a punto de hacer que mueras y a levantarte hacia Mi" (3:55). Por lo tanto, otro punto de vista que tienen algunos en el Islam es que Cristo sí murió, pero no mediante una crucifixión (Ali n. #664). Este punto de vista también niega la resurrección de Cristo, pero en cambio interpreta que este versículo se refiere a Jesús, honrado por Alá como uno de sus mensajeros, en oposición a la deshonra de ser crucificado.

En tercer lugar, el Corán niega la posibilidad de la expiación o del sacrificio vicario de Cristo (6:164; 35:18; 53:41; 22:37; 39:7). En repetidas ocasiones el Corán afirma: "Nadie llevará la carga de otro. A Dios todos volveréis y Él os declarará lo que habéis hecho" (39:7).

En cuarto lugar, el Corán rechaza la doctrina de la Trinidad. En la sura 5:73, ¡los cristianos ortodoxos son rotulados como incrédulos!

En último lugar, el Corán acepta varias historias espectaculares relacionadas con los primeros años de Jesús, como cuando predicaba desde la cuna y le dio vida a un pájaro de arcilla (5:111ff.). Hay también agregados y contradicciones al registro del evangelio con relación a los primeros años de Jesús, como cuando Alá dio albergue a María y Jesús, y Zacarías, cuando perdió el habla por sólo 3 días (19:22ff.; 23:50; 19:10).

Enseñanza teológica del Corán

Áreas de acuerdo teológico entre la Biblia y el Corán: La afirmación del monoteísmo y la condenación del politeísmo brindan la fuente de mayor similitud entre la enseñanza del Corán y la Biblia. A lo largo del Corán, se afirma que Dios es el único Dios, el creador y sustentador del universo (1:1ff.; 2:163; etc.). Dios es considerado como soberano sobre todo, si bien el énfasis tiende hacia el fatalismo (6:137; Parshall 1989, 98). Además, Dios ha escogido revelar su voluntad a los hombres a través de los profetas (2:137ff.).

Igualmente, el énfasis en la resurrección y juicio universal (22:5ff.) es común entre el cristianismo y el islamismo. El Corán describe la resurrección con términos conocidos como "la trompeta sonará, y de las tumbas, los hombre irán corriendo a su Señor." La santidad y la justicia de Dios también son reverenciadas, y Dios responsabiliza a todos los hombres por sus hechos en el día del juicio (2:202, 281).

Como en el cristianismo, se enfatiza la misericordia y el perdón de Dios. Los santos hombres Dios confiesan sus pecados (3:147) y Dios perdona pecados, borrándolos (3:193ff.). El Corán afirma que todos los hombres pecan, si bien afirma una visión más optimista de la naturaleza humana (16:61-63; Woodberry "Different Diagnosis in Muslims and Christians," p. 156).

La visión del Corán de la religión como algo que involucra adoración, oración y ayudar a los necesitados encuentra numerosos paralelos en el Antiguo y Nuevo Testamento (98:4ff.). Los profetas del Antiguo Testamento a menudo declaraban que la verdadera religión era la que se ocupaba de los viudos y los huérfanos (cf. Ez. 18; etc.). La adoración y la oración también tenían partes importantes en la vida de Israel y la iglesia, si bien no eran consideradas como eficaces para la salvación, como ocurre con el islamismo.

Áreas de desacuerdo teológico entre la Biblia y el Corán: Las principales áreas de desacuerdo teológico entre la Biblia y el Corán, además de las cuestiones relacionadas con Jesucristo y la Biblia (ver más arriba) son significativas. Primero, hay numerosas diferencias con relación a la salvación. La visión del Corán de la salvación es la de una salvación por buenas obras. El juicio de Dios se compara con una balanza en la que las buenas obras deben pesar más que las malas obras, para que un individuo entre al cielo (7:9; 21:47; 23:100ff.). La sura 49:14 dice: "Si obedeces a Alá y a Su apóstol, Él no te negará la recompensa de tus trabajos. Dios es misericordioso y perdonador." En otra parte, el Corán describe a los verdaderos musulmanes como aquellos que dicen: "Dios, hemos creído. Perdónanos nuestros pecados y sálvanos de la agonía del fuego." (3:16).

También se adopta un concepto similar al purgatorio en el islamismo, ya que algunos musulmanes pecadores van al infierno durante un tiempo limitado para pagar por sus pecados antes de ir al cielo (Parshall 1989, 190). El incrédulo o el idólatra, por otra parte, permanecen en el infierno para siempre.

El musulmán no puede tener la seguridad de la salvación, ya que depende estrictamente de Dios si Él quiere perdonar o no (2:28). Mahoma ha declarado: "Esperamos ardientemente que nuestro Señor nos perdones nuestros pecados, porque somos los primeros de los creyentes . . . y quien, espero ardientemente, me perdonará mis pecados en el Día del Juicio" (26:51-81; cf. Parshall 1989, 139).

En segundo lugar, el Corán presenta una visión optimista de la naturaleza humana. El Corán y el islamismo niegan la enseñanza del pecado original, pero en cambio afirman que todos los hombres nacen sin pecado (30:30; Parshall 1989, 120). Debido a una visión idealista de los profetas, se considera que Adán, como el primer profeta , se olvidó de la orden de Dios en vez de desobedecer activamente a Dios (20:114-115; Woodberry, 150). Sin embargo, el Corán sí afirma que todos los hombres fueron echados del paraíso por el pecado de Adán (2:38) y que el hombre es corrupto y está sujeto al control de Satanás (2:28-30; 17:16-17; 62-64; etc.) Como resultado, los teólogos islámicos modernos suelen admitir la condición caída del hombre (Woodberry, 158).

En tercer lugar, la solución al problema del pecado del hombre está también en conflicto con la solución cristiana. La solución musulmana al pecado es la guía de Dios. Ahora que el hombre tiene la ley de Dios en su forma final en el Corán, el hombre sólo tiene que obedecer esta ley. En el cristianismo, la recreación del corazón humano mediante la morada del Espíritu Santo es un requisito para que el hombre pueda vencer el pecado.

En cuarto lugar, la visión del Corán del cielo también difiere de la del cristianismo. El cielo se describe como un lugar de vino y mujeres hermosas (44:50ff; 78:33; Parshall 1989, 199). Un autor musulmán escribe: "Si llego ahí (es decir, al cielo) y no encuentro ríos frescos, árboles de dátiles y mujeres hermosas . . . para hacerme compañía, me sentiría terriblemente defraudado." (Ibid,, 199).

La visión del Corán de los cristianos y los judíos

En general, se considera que los judíos y cristianos son considerados como infieles a Dios y enemigos del islamismo. Sin embargo, algunos del Pueblo del Libro son considerados como creyentes si viven una buena vida obedeciendo la Palabra de Dios (3:76, 110). En algunos casos, los musulmanes son llamados a respetar la piedad y la humildad de los cristianos (5:46-48). Los judíos suelen ser criticados por rechazar a Jesús y a Mahoma, en tanto que los cristianos suelen ser criticados por la idolatría (es decir, la Trinidad), el monasticismo y por orar a los santos (39:4; 57:27ff.; 45:19).

La instrucción del Corán en cuanto a la relación con el Pueblo del Libro es variada. En un lugar el Corán puede declarar que los musulmanes deben vivir pacíficamente con el Pueblo del Libro, con la esperanza de que vean el error de su rechazo de Mahoma (43:89). Sin embargo, en otros lugares el Corán dice claramente que todos los que rechazan a Mahoma y el Corán son incrédulos, y los incrédulos son enemigos que deben ser vencidos (66:9; 48:16, 29; 9:29, 123). En un lugar, el Corán afirma que está bien casarse con una esposa que es cristiana (5:5) o ser amigo de un incrédulo, siempre que no combatan a su religión o tomen su casa (60:8ff.), pero en otro lugar declara que un musulmán nunca debe hacerse amigo de un no musulmán (3:118; 5:51). Esta última instrucción presentaría una barrera formidable para el evangelismo si la mayoría de los musulmanes siguieran esta pauta, de no ser amigo de nadie a menos que siguiera el Islam (3:73; 3:118; 5:51).

La visión de las mujeres del Corán

El Corán declara que las mujeres reciben derechos similares a los hombres respecto del divorcio, salvo por la calificación que "los hombres tienen una posición superior a las mujeres" (2:228). La poligamia está permitida en el islamismo (4:3) y está permitido golpear a la esposa como una forma de disciplina (4:35). Sin embargo, la verdadera discrepancia entre hombres y mujeres ocurre cada vez que se dan detalles acerca del cielo. El cielo se describe repetidamente desde una perspectiva masculina, ya que la recompensa en el cielo incluye el casamiento con muchas vírgenes (2:82; 38:50-52; 44:50ff. 52:20; 55:52ff.; 78:33ff.; note que se menciona que las mujeres participan del cielo en 48:3ff.).

Usos prácticos del Corán en el ministerio cristiano

Sugerencias para usar el Corán en evangelismo:

Se han hecho varias sugerencias sobre el uso del Corán en el evangelismo. Muchos misioneros modernos alientan el uso de la enseñanza coránica sobre Jesús como punto de partida para trabajar con los musulmanes. Dado que el Corán presenta una visión tan elevada de Jesús, como la Palabra de Dios, el que está más cerca de Dios, uno que está vivo en el cielo, etc., el interesado musulmán podría querer saber más acerca de esta persona que parece ser mayor aún que Mahoma (vídeo de McCurry). La Biblia brindaría la fuente de este conocimiento adicional, ya que el Corán claramente respalda la enseñanza del Antiguo y Nuevo Testamento, y aún llega a declarar su infalibilidad. La sura 6:115 declara: "La palabra del Señor es perfecta y nadie puede cambiar Sus palabras."

Los pasajes coránicos que se refieren a Jesús como la Palabra de Dios pueden brindar un enfoque sobre esta investigación. Chapman sugiere que Mahoma probablemente derivó esta idea de la enseñanza cristiana aun cuando los eruditos islámicos modernos interpretan este pasaje como una referencia a Jesús, como alguien concebido por la Palabra de Dios (Chapman "God Who Reveals" in Christians and Muslims, 133ff.). La idea de que Jesús sea la Palabra de Dios puede explicarse considerando los evangelios y viendo cómo crea, sana y perdona Jesús por su Palabra. Este estudio de la presentación del evangelio podría conducir a un mayor interés de parte del interesado musulmán.

Otra sugerencia ha sido estudiar el concepto de los profetas y cómo Jesús era un profeta. Los cristianos hemos tendido a ignorar este aspecto de la misión de Jesús como nuestro profeta, sacerdote y rey. Sin embargo, el carácter de profeta es central en el islamismo. Por lo tanto, la enseñanza coránica sobre los profetas puede ser usada como transición hacia los relatos bíblicos de los profetas y su misión. La vida de Jeremías es especialmente útil por su presentación vívida de la Biblia y su enseñanza sobre el nuevo pacto que se cumple en Jesús (Ibid., 129ff.)

El énfasis coránico en un Dios misericordioso y perdonador también puede brindar otro puente para compartir el evangelio con los musulmanes. En muchas oportunidades el Corán declara que Dios es misericordioso y perdonador (6:147; 39:53; 23:118). Las parábolas del Hijo Pródigo y de los Dos Deudores pueden ser usadas para comunicar eficazmente el evangelio a los musulmanes, ya que retratan tanto la responsabilidad del hombre ante la ley y la misericordia y el perdón de Dios cuando se quebranta la ley (Chapman, 141).

Sugerencias para usar el Corán en la iglesia de musulmanes convertidos:

El Corán podría tal vez usarse en el contexto de una iglesia de musulmanes convertidos, pero debería ser tratado de la misma forma que cualquier otra referencia extrabíblica. Por ejemplo, ciertas secciones de alabanza del Corán podrían ser usadas como parte de la oración y la adoración de la misma forma que se usan los himnos y poesía cristianos (Goble New Creation Book 1989, 84). Por supuesto, estas secciones de alabanza tendrían que expresar una teología correcta y debería quedar claro para todos los adoradores que sólo porque se esté usando el Corán para la adoración no significa que esté inspirado. Phil Goble sugiere que la primera sura del Corán sea usada durante tiempos de oración. La primera sura dice así:

En el nombre de Alá,
Tan Agraciado, Tan Agraciado,
Alabado sea Alá
el Abrigador
y Sustentador de los mundos.
Tan Agraciado, Tan Misericordioso.
Amo del Día de Juicio.
A Ti solo adoramos
y Tu ayuda buscamos.
Muéstranos el camino derecho.
El camino de aquellos a quienes Tú
has otorgado Tu Gracia
cuya porción no es la ira,
y que no se apartan.
Amén.

Dado que no hay nada teológicamente incorrecto en esta oración y hay mucho que es teológicamente correcto, parece posible que este material coránico pueda ser usado en la adoración de Dios.

También podría usarse el Corán en el contexto de la iglesia de nuevos convertidos, como material ilustrativo para sermones y enseñanza. Hay un precedente bíblico de esto en Hechos 17, cuando Pablo habla a los atenienses. Por ejemplo, la enseñanza del Corán acerca de la comida del sacrificio al final del Hadiz puede ser usada para ilustrar la comida de comunión prefigurada en la Pascua e instituida por Cristo (Ibid., 103ff.). De nuevo, existe aquí el peligro de que los oyentes confundan la referencia del predicador (imán) cristiano al Corán como una sugerencia de que el Corán está inspirado. Por lo tanto, debe ejercerse cuidado cuando se usa el Corán en la predicación.

III. UNA PROPUESTA DE ENFOQUE MINISTERIAL PARA TRABAJAR CON LOS MUSULMANES

El enfoque tradicional de las misiones para trabajar con los musulmanes ha prestado poca atención en general a la contextualización del mensaje y las formas de la iglesia. Esta falta de contextualización ha obstaculizado el ministerio de la iglesia ya que los musulmanes han encontrado que el mensaje y las formas tradicionales son ofensivas. Por ejemplo, la enseñanza del carácter de siervo doliente de Cristo es rechazada por los musulmanes porque perciben que el mensaje de la cruz es una deshonra para Cristo (Huffard "Culturally Relevant Themes about Christ" in Christians and Muslims, 164ff.). Asimismo, no respetar la costumbre de quitarse los zapatos en un lugar de adoración es percibido también como una deshonra a Dios.

A la luz de esta evidencia, parece claro que un enfoque exitoso del ministerio a los musulmanes debe incluir la contextualización. Además, el elemento de una espiritualidad auténtica también debe estar presente para que la iglesia presente un testimonio no sólo relevante sino también creíble.

Un ministerio contextualizado

La contextualización ha sido definida como "el esfuerzo por entender y tomar en serio el contexto específico de cada grupo humano y persona en sus propios términos y en todas sus dimensiones-cultural, religioso, social, político, económico-y discernir lo que dice el evangelio a las personas en ese contexto" (Parshall 1980, 32). La Biblia demuestra esta contextualización de principio a fin. De particular interés es el ministerio de Pablo, ya que él se aferra firmemente a la verdad pero se encarga de que sus oyentes entiendan el verdadero significado a través de una comunicación cuidadosa (Ibid., 38).

El peligro involucrado aquí, cuando se aplican los principios de la contextualización, es el sincretismo. Parshall resume el tema cuando dice: "el sincretismo ocurre cuando los elementos críticos y básicos del Evangelio se pierden en el proceso de contextualización" (Ibid., 46).

La contextualización también involucra la cuestión de la forma y el significado. Por ejemplo, la forma preabrahámica de circuncisión adquirió un nuevo significado cuando Dios la convirtió en una señal del pacto abrahámico. Pueden infundirse nuevos significados en formas antiguas, siempre que la forma no esté prohibida en las Escrituras. Tal vez el principio rector clave es que la empresa misionera debe contextualizarse al punto que sólo el núcleo del mensaje del Evangelio ofenda (Ibid., 55ff.).

Hay varias áreas que serán afectadas por la contextualización.

El comunicador encarnado

A fin de asegurar una comunicación eficaz. el comunicador debe comprender a su público y debe identificarse con él. Por lo tanto, Parshall propone el "modelo encarnacional," en el cual el misionero adopta la ropa, la casa, el idioma, la comida, las costumbres, etc. del pueblo que está tratando de alcanzar (Ibid., 98ff.). Los misioneros tal vez deberían vivir cerca del estándar de vida del pueblo que están ministrando, viviendo en casas similares, usando ropa similar y comiendo comida local. Además, es simplemente fundamental para la comunicación eficaz que el misionero aprenda el idioma del pueblo y adopte la forma de pensar del pueblo. Tal vez el elemento más olvidado de la contextualización para el misionero occidental sea adoptar una actitud de empatía y abandonar todo etnocentrismo (Ibid., 121).

El mensaje encarnado

El mensaje del evangelio se contextualiza también usando diversos puentes desde el islamismo hacia el cristianismo. Los ejemplos incluyen el uso de la visión positiva del Corán de la Biblia y de Jesús, el festival Qurbani Id (un sacrificio que memora la ofrenda de Abraham de su hijo), y el énfasis de la secta de los sufíes de querer experimentar personalmente a Dios como medio de comunicar el evangelio (ver arriba, acerca del Corán).

La iglesia encarnada

Es imperativo que la iglesia para el musulmán convertido esté también contextualizada, a fin de brindar el mejor entorno para el crecimiento y el testimonio. La iglesia para el musulmán convertido tal vez debería estar formado por un grupo homogéneo que se reúne en un hogar. Además, podrían adoptarse diversas formas de culto islámico, como la organización de la mezquita, el culto de los viernes, quitarse los zapatos, etc. El líder de una iglesia de hogar debería seguir el modelo de un imán, el líder de la mezquita. Además, el grupo debería llevar un nombre inofensivo, como "los seguidores de Isa" (Parshall 1980, 163).

La práctica cristiana del bautismo puede requerir una revaluación, ya que los musulmanes suelen entenderla como una indicación de que el converso se ha vuelto un traidor occidental. Parshall sugiere que puede justificarse un reemplazo del bautismo tradicional, como demorar el bautismo indefinidamente, bautizar en secreto, un autobautismo, o el uso de un equivalente funcional (Ibid., 189ff.).

Los rituales musulmanes, como la oración, las salmodias o el ayuno, y las prácticas sociales como festivales, costumbres de nacimientos y de entierro, deberían ser examinados también a la luz de la contextualización. Como se dijo anteriormente, puede infundirse un nuevo significado a viejas formas, siempre que la forma no esté prohibida por las Escrituras. Por ejemplo, el lavado ritual que tiene lugar cuando uno entra a la mezquita puede recibir el nuevo significado del individuo que confiesa el pecado y ora para que Dios lo guarde del pecado. Por lo tanto, el lavado ya no sería considerado como un lavado del pecado sino se volvería un ejercicio de confesión vistoso (Goble, 72ff.).

El objetivo de estas actividades es permitir que el converso musulmán siga siendo un musulmán culturalmente. Por lo tanto, el converso permanecerá con su propio pueblo y estará mejor capacitado para comunicar el evangelio. Este método también ayudará a quitar el concepto errado de que convertirse en cristiano significa convertirse en un occidental.

Espiritualidad auténtica

La contextualización sin una espiritualidad auténtica está destinada al fracaso. Ciertamente es importante la contextualización, pero el misionero no debe olvidarse de nutrir su relación con Dios continuamente. Sólo entonces presentará el misionero un testimonio creíble (Parshall 1980, 241ff.).

A fin de tener éxito en esta área, lo mejor es que el misionero encuentre un individuo ante quien se haga responsable. Esta responsabilidad debería incluir no sólo las áreas de la oración y el estudio bíblico sino también las áreas de sus luchas personales. Este enfoque en la espiritualidad auténtica suele ser crítico para el bienestar espiritual de quienes ministran a los musulmanes, ya que el trabajo es duro y suele involucrar el aislamiento.

IV. CONCLUSIÓN

Si bien la responsabilidad de evangelizar el mundo musulmán presenta una tarea formidable, los creyentes deben seguir adelante para cumplir las órdenes de nuestro Señor (Mt. 28:18ff.). El cumplimiento de esas órdenes seguramente involucrará grandes sacrificios. Además, el proceso de contextualización del mensaje y las formas de adoración involucrará mucha experimentación. Habrá fracasos. Sin embargo, el hombre o la mujer de Dios que persevere seguramente experimentará el éxito al ver a personas musulmanas volverse del islamismo a la fe en Jesucristo. Mahoma una vez escribió en el Corán: "Si el Señor de la Misericordia tuviera un hijo, yo sería el primero en adorarlo."

BIBLIOGRAFÍA

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Goble, Phil and Salim Munayer. New Creation Book for Muslims. Pasadena, CA: Mandate Press, 1989.

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McCurry, Don. Ministering to Muslims on video.

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Woodberry, J. Dudley, ed. Muslims and Christians on the Emmaus Road Grand Rapids, Michigan: Baker Book House, 1989.

 

Traducción: Alejandro Field