PARA EL FRANCISCANO

TODA LA REALIDAD

ES BUENA

Jerónimo Bórmida OFM.Cap

La bondad radical

"Profesamos que todo hombre y toda mujer, por más insignificante que parezcan tienen en sí una nobleza inviolable que ellos mismos y los demás deben respetar y hacer respetar sin condiciones, que toda vida merece por sí misma, en cualquier circunstancia, su dignificación..." [1] .

Toda la realidad, toda y por más insignificante, en sí y por sí misma, sin condiciones, en cualquier circunstancia, toda la realidad participa de la bondad del Creador. No nos parece abusivo el aplicar lo que el Documento de Puebla dice de los derechos y la dignidad del hombre a los derechos y dignidad de toda creatura.

El autor del primer capítulo del Génesis va nombrando las realidades intramundanas adoradas como ídolos por los pueblos vecinos y que los israelitas consideraban como fuerzas demoníacas: son creaturas y son “muy” buenas [2] . Bueno es el sol, buena la luna, buenas las estrellas. Buenos los animales, buenas las plantas, buenos los fenómenos aterradores de la naturaleza. Incluso cuando son usados por los hombres como instrumentos del mal. Los animales no son sino una compañía y una ayuda para el hombre [3] .

Recordemos las discusiones de la primera comunidad cristiana en torno a los animales puros e impuros [4] y los razonamientos paulinos acerca de la carne sacrificada a los ídolos [5] . A pesar de la corrupción de la sociedad de Corinto que hace decirse a los cristianos si no será mejor no casarse [6] , Pablo condena actitudes maniqueas frente al sexo [7] . Muchas preguntas fueron resultas en base a la fe en la afirmación radical de la bondad de toda creatura. Porque el Hijo eterno del Padre se ha hecho realidad humana y mundana, y porque todo ha sido hecho por él, en él y para él [8] . Porque él ha derramado su Espíritu sobre todas las cosas a fin de santificar todo lo existente [9] .

Inclusive las potencias oscuras de este mundo están sujetas a sus pies, y por lo tanto, también a nosotros, sus miembros [10] . Nada puede asustar a los elegidos, ni lo alto, ni lo ancho, ni lo profundo, ni las potencias de este mundo ni los poderes sobrenaturales [11] . Todo ha sido creado por el Padre, asumido por el Hijo, santificado por el Espíritu, vencido por el crucificado y regalado por Dios a los elegidos [12] . Gratuitamente para el servicio y el bien de los amados por Dios, que no hace acepción de personas [13] .

La bondad de las cosas, de todos los hombres, de la entera creación, de cada una de sus manifestaciones históricas del hombre sobre la tierra, no se conoce por vía científica. Sino por connatural y profunda actitud de amor hacia los hombres, la historia, los pueblos, la naturaleza. Solamente por connatural capacidad de comprensión afectiva que da el amor,  se podrá conocer y discernir la bondad de las cosas y sentirse solidarios con toda creatura [14] .

Bondad esencial, existencial y moral

Vamos a distinguir como diversos niveles en la bondad de los seres. En primer lugar podemos hablar de una bondad esencial, radicada en el ser mismo de las cosas. Llamo “esencia” “substancia” a aquello que hace que todo lo existente y todo lo posible de existir exista. Es como la matriz, el proyecto, el plano de lo existente, independiente de su existencia concreta. El plano de la casa, prescindiendo de que ésta haya sido edificada o no.

Esta “definición”. “proyecto”, “idea”, “plano” de todas las cosas reales y posibles es bueno "en sí", "por sí mismo". La realidad es "buena", digna y sujeto de dignificación, por definición. A causa de su origen, en virtud y desde su origen, porque Dios es la bondad original y originante de toda realidad, aún la más significante. Toda creación se atribuye al Padre, quién es sólo bondad

El Padre Eterno creó el mundo universo por un libérrimo y misterioso designio de su sabiduría y de su bondad, decretó  elevar a los hombres a la participación de la vida divina y, caídos por el pecado de Adán, no los abandonó, dispensándoles siempre su auxilio, en atención a Cristo Redentor, “que es la imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura” (Col.  1,15).  A todos los elegidos desde toda la eternidad el Padre “los conoció de antemano y los predestinó a ser conformes con la imagen de su Hijo, para que este sea el primogénito entre muchos hermanos” (Rom.  8,19) [15] .

Nos enseña la Sagrada Escritura que no somos nosotros, los hombres, quienes hemos amado primero; Dios es quien primero nos amó. Dios planeó y creó el mundo en Jesucristo, su propia imagen increada (Col. 1, 15-17). Al hacer el mundo, Dios creó a los hombres para que participáramos en esa comunidad divina de amor: el Padre con el Hijo Unigénito en el Espíritu Santo (Ef. 1,1-10) [16] .

El es el bien, el sumo y perfecto bien, de quien procede todo bien [17] . San Francisco dirá que la envidia es pecado de blasfemia, porque no reconoce el bien que el Padre dice y obra en los hermanos [18] . De él proceden todos los bienes, y a él hay que restituirlos [19] , es el sólo merecedor de la alabanza [20] .   Feliz es quien reconoce los bienes que Dios obra en los otros, no sólo en sí mismo y es capaz de compartir los bienes con otros, no sólo recibirlos de los demás [21] . Los hermanos tienen que aprender a reconocer los bienes que hacen como obras de Dios por su intermedio sin vanagloriarse por los bienes que recibió y comunica [22] .

En el terreno de las "definiciones", de las "substancias", de las "naturalezas", de aquello por lo cual las cosas son lo que son... no podemos admitir ninguna afirmación que contenga la inclusión del "mal" en la definición de la creatura.

Toda la realidad, tal como ha sido proyectada por el Padre Dios es sola y únicamente Bien, aunque bien participado y perfectible, y por lo tanto imperfecto. Bien defectuoso, o sea con carencias. Pero sólo bien.

Nada ni nadie es "mal" por definición, por origen, por esencia, en sí mismo: el mal en sí no existe.

Pero no sólo la esencia abstracta de las realidades creaturales es buena. Con la misma fuerza y sin ningún tipo de ambigüedad, sin dudas ni equívocos, hemos de afirmar la bondad existencial de la creatura. La cosa puesta en la existencia. Porque el primer existente es el mismo hijo encarnado. La primera creatura del Padre es Jesús, el Cristo. En él se resume toda la bondad de la existencia. Las cosas no sólo son buenas por definición teórica, sino en cuanto vivientes, dadas, existentes.

En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios.  Ella estaba en el principio con Dios. Todo se hizo por ella y sin ella no se hizo nada de cuanto existe [23] .

El es Imagen de Dios invisible, Primogénito de toda la creación, porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él, él existe con anterioridad a todo, y todo tiene en él su consistencia. El es también la Cabeza del Cuerpo, de la Iglesia: El es el Principio, el Primogénito de entre los muertos, para que sea él el primero en todo,  pues Dios tuvo a bien hacer residir en él toda la Plenitud [24] .

Muchas veces y de muchos modos habló Dios en el pasado a nuestros Padres por medio de los Profetas; en estos últimos tiempos nos ha hablado por medio del Hijo a quien instituyó heredero de todo, por quien también hizo los mundos; el cual, siendo resplandor de su gloria e impronta de su sustancia, y el que sostiene todo con su palabra poderosa, después de llevar a cabo la purificación de los pecados, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas [25] .

Así como la creación se atribuye al Padre, la existencia concreta de las cosas al Verbo, que es modelo, imagen imaginada-imaginante, causa formal de todos los seres, sin excepción. Es él la cabeza de todo lo creado, el primogénito de toda creatura. El es el primer nacido entre todas las criaturas hermanas, e inclusive es el primero entre los muertos. Cada parcela de la realidad compone un maravilloso mosaico que representa el rostro del Cristo total.

...Los mismos fieles reconózcanse como miembros del grupo humano en que viven, y tomen parte en la vida cultural y social por las diversas relaciones y negocios de la vida humana; estén familiarizados con sus tradiciones nacionales y religiosas, descubran con gozo y respeto las semillas de la Palabra que en ellas laten [26] .

La Iglesia acepta con gozo y respeto, purifica e incorpora al orden de la fe, los diversos "elementos religiosos y humanos" que se encuentran ocultos en esa religiosidad como "semillas del Verbo" [27] , dado que las semillas del Verbo, presentes en el hondo sentido religioso de las culturas precolombinas, esperaban el fecundo rocío del Espíritu [28] ,  hay que buscar ocasiones de diálogo con las religiones afroamericanas y de los pueblos indígenas, atentos a descubrir en ellas las semillas del Verbo, con un verdadero discernimiento cristiano ofreciéndoles el anuncio integral del Evangelio y evitando cualquier forma de sincretismo religioso [29] . Los pueblos indígenas de hoy tienen valores humanos de gran significación fruto de las semillas del Verbo que estaban ya presentes y obraban en sus antepasados para que fueran descubriendo la presencia del Creador en todas sus criaturas: el sol, la luna, la madre tierra. etc. [30] .

No sólo es bueno el proyecto o los proyectos de Dios para el mundo y para el hombre. El ámbito de la realizaciones concretas del designio de Dios que va revelando su plan a través de sus realizaciones históricas [31] ,  la realidad en su  existencia concreta es buena,  más aún buena en grado sumo.

En Cristo, del cual son imagen y concreción, la realidad, las realidades existentes, tal como existen, son  “sobrexcelentes”. Tanto que todo ser existente es solamente bien, sin mezcla de mal alguno.

Claro que, si bien todas las cosas buenas y solamente buen, son participativamente buenas, en cuanto imagen de su hacedor y del modelo en base al cual fueron hechas. El único existente "bueno" es Dios [32] . Fuera de Dios la bondad existencial es participada, perfectible y por ende imperfecta.

Tampoco existe el mal en el ámbito de la existencias, de las cosas tal cual son,  entre las enorme multitud de concretizaciones del proyecto de Dios.

Por último llegamos a la bondad que damos en llamar moral, el campo de los actos realizado por los seres existentes, por los resultados producidos por las realidad que se nos aparecen como concretizaciones del plan de Dios en la historia.

Especialmente los actos humanos nos llenan de interrogantes y confusiones. Nos sentimos sumergidos en un mundo lleno de maldad, de guerras, hambre, miseria, explotaciones, vicios... e infinidad de etcéteras que no es necesario elencar. Estamos como sumergido en una realidad "empecatada".

Es bien dura la lectura de la realidad que, por ejemplo, nos presentan los obispos latinoamericanos en sus Sínodos, a pesar querer moderar su lenguaje, de la voluntad de ser positivos y alentadores [33] . Sin querer ser profetas de calamidades, nos ofrecen un cuadro negro de una realidad, que por otra parte salta a los ojos. Pero, aun manteniendo viva, aguzada, la más lúcida y crítica de las conciencias, no podemos ignorar otro dato esencial de la fe cristiana: la imposibilidad de eliminar la acción del Espíritu Santo en la historia personal y colectiva de los seres humanos [34] . Dos precisiones.

En primer lugar no podemos confundir no-bondad con crecimiento, con evolución y perfeccionamiento propio de la creatura a través de la historia.

No es un mal que el niño aprenda a caminar, es propio de un proceso de maduración de la persona. Pensemos que la creatura hombre es un recién llegado en el universo y que el cristianismo hace un instante que lucha por conformar el mundo a imagen de  Cristo.

Porque estimo que los sufrimientos del tiempo presente no son comparables con la gloria que se ha de manifestar en nosotros. Pues la ansiosa espera de la creación desea vivamente la revelación de los hijos de Dios. La creación, en efecto, fue sometida a la vanidad, no espontáneamente, sino por aquel que la sometió, en la esperanza de ser liberada de la servidumbre de la corrupción para participar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios.  Pues sabemos que la creación entera gime hasta el presente y sufre dolores de parto. Y no sólo ella; también nosotros, que poseemos las primicias del Espíritu, nosotros mismos gemimos en nuestro interior anhelando el rescate de nuestro cuerpo [35] .

En segundo término del Espíritu de Dios quien dependen todos los actos humanos: él derrama su vida sobre todos los seres vivientes sea que su acción sea aceptada o rechazada [36] .

Es la imagen de la paloma que está como empollando la creación desde los orígenes [37] . Es el que obra la encarnación [38] , el que guía a Jesús en su vida pública [39] , el que le dará el poder de juzgar a las naciones [40] , el que hace hablar a Isabel [41] , a Zacarías [42] , a Simeón [43] ,  a los discípulos [44] , especialmente en momentos de prueba [45] , a fin de ser sus testigos [46] . Tanto Jesús [47] , como los discípulos [48] , son nacidos por el bautismo en el Espíritu, quien está encargado de completarla enseñanza de Jesús [49] . 

No sigo... el Padre no ha dado el Espíritu y en el Espíritu obra el hombre, aún sin saberlo [50] . Por lo cual si en los actos de Dios no hay maldad y análogamente podemos afirmar que el hombre es también moralmente sólo bondad, aunque participativamente. 

Pero para el caso del hombre concreto y existente, en el terreno de la “bondad moral” no sólo hemos de admitir carencias y perfectibilidades.

En el terreno de la ética nos topamos con el misterio del mal que convive  con el misterio del bien. De todos modos, objetivamente hablando, en el mundo de los actos humanos concretos, el bien es mucho mayor que el mal

El hombre no puede no buscar el bien, aunque a veces lo haga a tientas y equivocándose. Cuando hace el mal, lo hace “bajo alguna especie de bien”, decían los escolásticos. En todo proceso humano encontramos bondad y gracia, maldad y pecado... No hay acto humano que solo bondad, o sólo maldad, sin que podamos establecer una línea divisoria que permita separar seres de seres, personas de personas, grupos de grupos. Ni siquiera podemos soñar con una clave que nos permita una división clara y legítima entre actos puramente buenos y actos solamente malos [51] .

 

El Padre Dios es la bondad original y originante de toda realidad, aún la más significante

La primera creatura del Padre es Jesús, el Cristo. En él se resume toda la bondad de la existencia.

El Espíritu de Dios actúa en todo hombre, independientemente que su acción sea aceptada o rechazada derrama su vida sobre todos los seres vivientes.

bondad “esencial”

bondad “existencial”

bondad “moral”

La realidad es "buena" por definición, por su origen, en virtud y desde su origen.

Las cosas existentes son buenas. La cosas tal como existen son buenas. puesta en la existencia

En el ámbito de la actividad vital  de las cosas existentes encontramos también el mal.

En el terreno de las “definiciones", de las "substancias", de las "naturalezas", de aquello por lo cual las cosas son lo que son... no podemos admitir la inclusión del "mal" en la definición de la creatura.

Las cosas no sólo son buenas por definición teórica, sino en cuanto vivientes, dadas, existentes.

El Verbo Encarnado es modelo, imagen imaginada-imaginante, causa formal de todos los seres, sin excepción.

El hombre es también fundamentalmente bondad en el campo de los actos humanos.

El hombre sólo busca el bien, aunque se equivoque.

El Espíritu Santo es como la paloma que está empollando la creación desde los orígenes

Toda la realidad es sólo bien, aunque bien participado y perfectible, y por lo tanto imperfecto.

Bien defectuoso, o sea con carencias. Pero sólo bien

En el campo de la existencia concreta la realidad es buena, sumamente buena, sobreexcelente.

Las realidades tal como existen son solo bien, sin mezcla de mal alguno, aunque históricamente buenas, dentro de un proceso de crecimiento existencial.

Históricamente buenas, porque el único existente "bueno" es Dios.

No confundir no-bondad con crecimiento, con evolución y perfeccionamiento propio de la creatura a través de la historia.

Pero aquí también hay actos malos, opuestos al proyecto de Dios, que contradicen la definición de Dios.

Nada ni nadie es "mal" por definición, por origen, por esencia, en sí mismo.

“El” mal no existe.

Fuera de él bondad existencial participada, perfectible y por ende imperfecta. Aquí tampoco existe el mal.

En todo proceso humano encontramos bondad y maldad, gracia y pecado...

 

 

La idolatría, el pecado que subyace a todo pecado, no es fruto de la tan mentada imperfección creatural humana. Porque un animal no puede creerse Dios. Menos aún una piedra. Sólo la admirable perfección de quien fuera hecho a imagen y semejanza de Dios, sólo aquel que lleva desde toda la eternidad la impronta del Verbo encarnado por quien y para quien y en quien fue imaginado, sólo él puede sentir la tentación de ser Dios. La utopía final del hombre sólo puede ser el mismo Dios.

Configurado desde siempre en Cristo, sintiendo en sí la marca de la ilimitación divina, el hombre termina por admirarse en exceso. Se emborracha de su poder, de su sabiduría, y en acto narcisista se adora a sí mismo o a una imagen que lo representa. Adora sus ideas, sus estructuras, sus ciudades, todas sus hechuras. Las absolutiza.

"Sin embargo, éstos no merecen sino una ligera reprensión: quizás se extraviaron buscando a Dios y deseándolo hallar: son hombres que buscan a Dios viviendo en medio de sus obras, y se dejan enredar por sus apariencias. ¡Tan hermoso es lo que ven! Sin embargo no tienen excusas: adquieren bastante ciencia para poder investigar el universo, ¿cómo no descubrieron antes al Señor de todo? Son unos desgraciados los que llaman dioses a las obras de manos humanas..." [52] .

El maniqueísmo ambiental, anclado en conciencia plurisecular del hombre que allí encuentra una manera fácil de explicar el misterio del bien y del mal co-existentes. Porque es fácil y fascinantemente operativa la creación de un cielo con dioses buenos y dioses malos, así como una película con vaqueros e indios, con policías y ladrones, alemanes y norteamericanos, patriotas y antipatrias... Porque así decidido el campo, es muy simple la solución. Basta eliminar al contrario; matar a los "comunistas"; exiliar a los malos patriotas; expulsar de la Iglesia; amputar un brazo o quemar una casa...

Pero la falsedad del juicio puede ser más sutil y conducirnos a negar la acción del Espíritu que santifica todas las cosas. Si en cada introspección y en cada extrospección encontramos que somos gusanos y míseros, podridos y hediondos [53] , también en cada una de las realidades llevadas a nivel de conciencia hemos de encontrar, saber discernir, la presencia y la acción del Espíritu que hace nuevas y buenas muchas cosas.

Si no logramos develar esta triple dimensión de la bondad creatural, incluso la moral, las consecuencias son claras. O el arribismo: vivir lo mejor que se pueda, aplastando a quien se me interponga en el camino de mi felicidad. O el despotismo: eliminar por el medio que fuere, incluso con la más feroz de las violencias, el mal de la tierra, mal que está siempre y por supuesto en los demás. O el suicidio, habiendo reconocido el mal que está, inevitable, en el interior de cada uno. O los infinitos modelos de escape y alienación de la realidad: droga, alcohol, sexo, religión, y muchos etcéteras.

La aceptación de esta verdad de la naturaleza, de esta bondad de la realidad exige reconocer que toda la realidad es sacramento de Dios, sumo bien. Como sacramento, la realidad es la progresiva topía de la utopía. Es el lugar donde se va realizando, en el tiempo, el Reino anunciado por Jesús. Podremos aceptar, con los correctivos necesarios, una postura religiosa que se limite a lo intramundano, a la intrarealidad. Pero es inaceptable desde el punto de vista cristiano - y humano - la posición de quienes, desde lo religioso, se quieren escapar de la realidad para relacionarse con Dios y alcanzar la "bondad".

La antropología franciscana se distingue por saber descubrir la bondad en el interior de toda la realidad mundana y corporal. En el tiempo, el devenir y la historia, reconoce visible y operante la utopía de Dios con nosotros y nosotros con Dios [54] .

NOTAS


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[1] DP 317

[2] Gen 1:31 Vio Dios cuanto había hecho, y todo estaba muy bien.

[3] Gen 2:18-19 Dijo luego Yahveh Dios: «No es bueno que el hombre esté solo. Voy a hacerle una ayuda adecuada.» Y Yahveh Dios formó del suelo todos los animales del campo y todas las aves del cielo y los llevó ante el hombre para ver cómo los llamaba, y para que cada ser viviente tuviese el nombre que el hombre le diera.

[4] Lev 11:44 Porque yo soy Yahveh, vuestro Dios; santificaos y sed santos, pues yo soy santo. No os haréis impuros con ninguno de esos bichos que se arrastran por el suelo. Lev 20:25 Habéis de hacer separación entre animales puros e impuros, y entre aves impuras y puras; para que no os hagáis abominables, ni con animales ni con aves, ni con lo que se arrastra por el suelo; porque os he separado todo eso como impuro. ACT 10:14-15 Pedro contestó: «De ninguna manera, Señor; jamás he comido nada profano e impuro.» La voz le dijo por segunda vez: «Lo que Dios ha purificado no lo llames tú profano.»

[5] 1CO 8:4 Ahora bien, respecto del comer lo sacrificado a los ídolos, sabemos que el ídolo no es nada en el mundo y no hay más que un único Dios. HEB 12:16 Que no haya ningún fornicario o impío como Esaú, que por una comida vendió su primogenitura. COL 2:16 Por tanto, que nadie os critique por cuestiones de comida o bebida, o a propósito de fiestas, de novilunios o sábados.

[6] Véase todo el capítulo 7 de la primera a los Corintios. Los discípulos están diciendo que “bien le está al hombre abstenerse de mujer”... Pablo explica ésta como otras preguntas o afirmaciones de una comunidad problemática: “todo me es lícito”, por ejemplo.

[7] 1TI 4:1 El Espíritu dice claramente que en los últimos tiempos algunos apostatarán de la fe entregándose a espíritus engañadores y a doctrinas diabólicas, por la hipocresía de embaucadores que tienen marcada a fuego su propia conciencia; éstos prohiben el matrimonio y el uso de alimentos que Dios creó para que fueran comidos con acción de gracias por los creyentes y por los que han conocido la verdad.

[8] COL 1:15 El es Imagen de Dios invisible, Primogénito de toda la creación,  COL 1:16 porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él, él existe con anterioridad a todo, y todo tiene en él su consistencia.

[9] Véanse las epíklesis de las anáforas del misal romano.

[10] COL 1:16 porque en él fueron creadas todas las cosas, en los cielos y en la tierra, las visibles y las invisibles, los Tronos, las Dominaciones, los Principados, las Potestades: todo fue creado por él y para él. EFE 6:12 Porque nuestra lucha no es contra la carne y la sangre, sino contra los Principados, contra las Potestades, contra los Dominadores de este mundo tenebroso, contra los Espíritus del Mal que están en las alturas. Por eso, tomad las armas de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y después de haber vencido todo, manteneros firmes..

[11] ROM 8:39 ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro

[12] ROM 8:28 Por lo demás, sabemos que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman; de aquellos que han sido llamados según su designio.

[13] Dt 10:17 porque Yahveh vuestro Dios es el Dios de los dioses y el Señor de los señores, el Dios grande, poderoso y temible, que no hace acepción de personas ni admite soborno; ACT 10:34 Entonces Pedro tomó la palabra y dijo: «Verdaderamente comprendo que Dios no hace acepción de personas, ROM 2:11 que no hay acepción de personas en Dios. EFE 6:9 Amos, obrad de la misma manera con ellos, dejando las amenazas; teniendo presente que está en los cielos el Amo vuestro y de ellos, y que en él no hay acepción de personas.

[14] DP.  397 Para desarrollar su acción evangelizadora con realismo, la Iglesia ha de conocer la cultura de América Latina. Pero parte, ante todo, de una profunda actitud de amor a los pueblos. De esta suerte, no Sólo por vía científica, sino también por la connatural capacidad de comprensión afectiva que da el amor, podrá conocer y discernir las modalidades propias de nuestra cultura, sus crisis y desafíos históricos y solidarizarse, en consecuencia, con ella en el seno de su historia (Cfr. OA 1).

[15] LG.  LG  n°2

[16] DP 182

[17] AlD tú eres el bien, todo bien, sumo bien, Señor Dios vivo y verdadero (cf. lTes 1,9). ParPN porque tú, Señor, eres el bien sumo, eterno, de quien todo bien procede, sin quien no hay bien alguno.

[18] Adm 8.  Dice el Apóstol: Nadie puede decir: Jesús es el Señor sino en el Espíritu Santo (cf. lCor 12,3); y: No hay quien haga el bien, no hay ni uno solo (Rom 3,12). Por lo tanto, todo el que envidia a su hermano por el bien que el Señor dice o hace en él, incurre en un pecado de blasfemia, porque envidia al Altísimo mismo (cf. Mt 20,15), que es quien dice y hace todo bien.

[19] AlHor  Omnipotente, santísimo, altísimo y sumo Dios, todo bien, sumo bien, bien total, que eres el solo bueno (cf. Lc 18,19), a ti te tributemos toda alabanza, toda gloria, toda gracia, todo honor, toda bendición, y te restituyamos todos los bienes.

[20] 2CtaF 2.  A quien tantos bienes nos ha traído y nos ha de traer en el futuro, toda criatura del cielo y de la tierra, del mar y de los abismos, rinda como a Dios alabanza, gloria, honor y bendición  porque él es el solo bueno, y el solo santo laudable y bendito por los infinitos siglos. Amen.

[21] Adm 17.  Dichoso aquel siervo que no se enaltece más por él bien que el Señor dice y obra por su medio, que por el que dice y obra por medio de otro. Comete pecado quien prefiere recibir de su prójimo mientras él no quiere dar de sí al Señor Dios.

[22] 1R 17. procuren humillarse en todo no gloriarse ni gozarse en sí mismos, ni exaltarse interiormente de las palabras y obras buenas, más aún, de ningún bien que Dios hace o dice y obra alguna vez en ellos y por ellos.  Y restituyamos todos los bienes al Señor Dios altísimo y sumo, y reconozcamos que todos son suyos, y démosle gracias por todos ellos, ya que todo bien de El procede... suyo es todo bien; sólo El es bueno (cf. Lc 8,19). Adm 7.  Y son vivificados por el espíritu de las divinas letras quienes no atribuyen al cuerpo toda la letra que saben y desean saber, sino que con la palabra, y el ejemplo se la restituyen al altísimo Señor Dios, de quien es todo bien.

[23] Jn 1:1-3

[24] COL 1:15-19

[25] HEB 1:1-3

[26] AG  n°11

[27] Medellín  Pastoral popular  5

[28] SD 17

[29] SD 138

[30] SD 245 Cf DP 451 Esta piedad popular católica, en América Latina no ha llegado a impregnar adecuadamente o aún no ha logrado la evangelización en algunos grupos culturales autóctonos o de origen africano, que por su parte poseen riquísimos valores y guardan "semillas  del  Verbo"  en espera de la Palabra viva.

[31] DV  n°2  Dispuso Dios en su sabiduría revelarse a Sí mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad, mediante el cual los hombres, por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen acceso al Padre en el Espíritu Santo y se hacen consortes de la naturaleza divina.  En consecuencia, por esta revelación, dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos, para invitarlos a la comunicación consigo y recibirlos en su compañía.

[32] Mt 19:17 El le dijo: ¿Por qué me preguntas acerca de lo bueno? Uno solo es el Bueno. Mc 10:18 Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios.

[33] DP. 328 Pero a la actitud personal del pecado, a la ruptura con Dios que envilece al hombre, corresponde siempre en el plano de las relaciones interpersonales, la actitud de egoísmo, de orgullo, de ambición y envidia que generan injusticia, dominación, violencia a todos los niveles; lucha entre individuos, grupos, clases sociales y pueblos, así como corrupción, hedonismo, exacerbación del sexo y superficialidad en las relaciones mutuas (Cfr. Gál. 5, 19-21. Consiguientemente se establecen situaciones de pecado que, a nivel mundial, esclavizan a tantos hombres y condicionan adversamente la libertad de todos.

[34] DP. 330 El nos hace tomar conciencia del pecado contra la dignidad humana que abunda en América Latina; en cuanto este pecado destruye la vida divina en el hombre, es el mayor daño que una persona puede inferirse a sí misma y a los demás. Jesucristo, en fin, nos ofrece su gracia, más abundante que nuestro pecado (Cfr. Rom. 5, 20). De El nos viene el vigor para liberamos y liberar a otros del misterio de iniquidad.

[35] ROM 8:18 Cf Is 26:17 Como cuando la mujer encinta está próxima al parto sufre, y se queja en su trance, así éramos nosotros delante de ti, Yahveh. GAL 4:19 ¡hijos míos!, por quienes sufro de nuevo dolores de parto, hasta ver a Cristo formado en vosotros.

[36] GS  n°22  Esto vale no solamente para los cristianos, sino también para todos los hombres de buena voluntad, en cuyo corazón obra la gracia de modo invisible.  Cristo murió por todos, y la vocación suprema del hombre en realidad es una sola, es decir, la divina.  En consecuencia, debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de sólo Dios conocida, se asocien a este misterio pascual.

[37] Gen 1:2 La tierra era caos y confusión y oscuridad por encima del abismo, y el espíritu de Dios incubaba por encima de las aguas.

[38] Mt 1:18 La generación de Jesucristo fue de esta manera: Su madre, María, estaba desposada con José y, antes de empezar a estar juntos ellos, se encontró encinta por obra del Espíritu Santo. Lc 1:35 El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.

[39] Mt 4:1 Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto para ser tentado por el diablo. Mc 1:12 A continuación, el Espíritu le empuja al desierto, Lc 4:1 Jesús, lleno de Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y era conducido por el Espíritu en el desierto. Lc 4:14 Jesús volvió a Galilea por la fuerza del Espíritu, y su fama se extendió por toda la región. Lc 10:21 En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: «Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.

[40] Mt 12:18 He aquí mi Siervo, a quien elegí, mi Amado, en quien mi alma se complace. Pondré mi Espíritu sobre él, y anunciará el juicio a las naciones.

[41] Lc 1:41 Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo.

[42] Lc 1:67 Zacarías, su padre, quedó lleno de Espíritu Santo, y profetizó diciendo:

[43] Lc 2:25 Y he aquí que había en Jerusalén un hombre llamado Simeón; este hombre era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel; y estaba en él el Espíritu Santo.

[44] Mt 10:20 Porque no seréis vosotros los que hablaréis, sino el Espíritu de vuestro Padre el que hablará en vosotros,

[45] Lc 12:12 porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento lo que conviene decir.»

[46] ACT 1:8 sino que recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.»

[47] Jn 1:33 Y yo no le conocía pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: "Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo."

[48] Jn 3:5 Respondió Jesús: «En verdad, en verdad te digo: el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.

[49] Jn 14:26 Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre, os lo enseñará todo y os recordará todo lo que yo os he dicho.

[50] Cfr. el texto ya citado de la Gaudium et Spes Nº 22

[51] DP.  253 En este mundo la Iglesia nunca logrará vivir plenamente su vocación universal a la santidad. Permanecerá compuesta de justos y pecadores (Cfr. LG 8c). Más aún: por el corazón de cada cristiano pasa la línea que divide la parte que tenemos de justos y de pecadores.

[52] Sab. 13,1-10

[53] 1R 22.  Nosotros, por nuestra culpa, somos hediondos, míseros y opuestos al bien, y, en cambio, prestos e inclinados al mal;  porque, como dice el Señor en el Evangelio, del corazón proceden y salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, la avaricia, la maldad, el fraude, la impureza, la envidia, los falsos testimonios, las blasfemias, la insensatez (cf. Mc 7,21; Mt 15,10). Todas estas maldades salen de dentro, del corazón del hombre (cf. Mc 7,73), y estas son las que manchan al hombre (Mt 15,20). Cf 2CtaF 2..

[54] 1CO 3:22-23 el mundo, la vida, la muerte, el presente, el futuro, todo es vuestro; vosotros, de Cristo y Cristo de Dios