Beato
Papa Pío IX
EnciCato
(GIOVANNI MARIA MASTAI-FERRETTI).
Papa de 1846-78; nació en Sinigaglia el 13 de mayo de 1792 y murió en Roma el 7
de febrero de 1878.
PREVIO A SU PAPADO
Sus primeros años. Luego de recibir la educación clásica en el Colegio Piarista
en Volterra entre 1802 y 1809, fue a Roma a estudiar Filosofía y Teología, pero
partió en 1810 debido a disturbios políticos. Regresó en 1814 y para dar gusto a
la voluntad de su padre, pidió ser admitido en la Guardia Noble del Papa. Debido
a que sufría ataques epilépticos, no fue admitido y, entonces siguiendo el deseo
de su madre y su propia inclinación, estudió teología en el seminario romano de
1814-18. Mientras tanto, su enfermedad cesó y pudo ser ordenado sacerdote el 10
de abril de 1819. Pío VII lo nombró director espiritual del orfanatorio
popularmente conocido como "Tata Giovanni," en Roma y en 1823 lo envió como
auditor del delegado apostólico ante Chile, Mons. Muzi. A su regreso, fue creado
canónigo de Santa Maria in Via Lata y director del gran hospital San Michele por
León XII. El mismo Papa lo nombró Arzobispo de Espoleto el 21 de mayo de 1827.
En 1831cuando 4000 revolucionarios huyeron del ejército australiano y amenazaron
con lanzarse sobre Espoleto, el arzobispo los persuadió de deponer las armas y
desbandarse, indujo al comandante austriaco a perdonarlos y les dio suficiente
dinero para regresar a sus hogares. El 17 de febrero de 1832, Gregorio XVI lo
transfirió a la diócesis de Imola y el 14 de diciembre de 1840 fue creado
cardenal presbítero con la iglesia titular de Santi Pietro e Marcellino, después
de haberlo reservado in pectore desde el 23 de diciembre de 1839. Permaneció en
la diócesis de Imola hasta su elevación al papado. Su gran caridad y amabilidad
lo hicieron amado por la gente, mientras que su amistad con algunos
revolucionarios, le ganó fama de liberal.
Su elección. El 14 de junio de 1846, dos semanas después de la muerte de
Gregorio XVI, cincuenta cardenales se reunieron en el Quirinal para el cónclave.
Estaban divididos en dos bandos, los conservadores, quienes favorecían la
continuidad del absolutismo en el gobierno temporal de la Iglesia y los
liberales, quienes deseaban reformas políticas moderadas. Al cuarto escrutinio
el 16 de junio, el cardenal Mastai-Ferreti, el candidato liberal, recibió tres
votos más de los requeridos. El cardenal arzobispo de Milán, Gaysruck, llegó
demasiado tarde para hacer uso del derecho de exclusión contra tal elección,
otorgado por el gobierno austriaco. El nuevo papa aceptó la tiara y en memoria
de Pío VII, su antiguo benefactor, tomó el nombre de Pío IX. Su coronación tuvo
lugar en la Basílica de San Pedro el 21 de junio. Su elección fue recibida con
júbilo por su caridad hacia los pobres. Su bonhomía y su buen humor lo hicieron
muy popular.
ASPECTO TEMPORAL DE SU PONTIFICADO
Dentro de los Estados Pontificios. Políticas Conciliatorias (1846-1848). La
"joven Italia" clamaba por mayor libertad política. La rígida actitud de
Gregorio XVI y su secretario de estado, Cardenal Lambruschini, pusieron a los
estados pontificios al borde de la revolución. El nuevo papa estaba a favor de
una reforma política. Su primer gran acto político fue la garantía de una
amnistía general para los exiliados políticos y los prisioneros del 16 de julio
de 1846. Este acto fue recibido con entusiasmo por la gente, pero muchos hombres
prudentes tenían temores razonables al respecto. Algunos reaccionarios
extremistas denunciaron al papa de estar confabulado con los francmasones y los
carbonari. No se le ocurrió a la naturaleza amable de Pío IX que muchos de los
perdonados usarían su libertad para expandir sus ideas revolucionarias. El papa,
sin embargo, deseaba otorgar las reformas políticas que creía importantes para
el bienestar de la gente y compatibles con la soberanía papal. El 19 de abril de
1847 anunció su intención de establecer un consejo de asesores (Consulta di
Stato), compuesto de laicos de varias provincias del territorio pontificio. Esto
fue seguido por el establecimiento de una guardia civil el 5 de julio y el
gabinete el 29 de diciembre.
Falla de conciliación (1848-1850). Pero entre más concesiones hacía el papa, más
y más insistentes se volvían las demandas. Clubes secretos de Roma,
especialmente el "Circolo Romano”, bajo la dirección de Ciceruacchio,
fanatizaban a las masas con su radicalismo y eran los verdaderos gobernantes de
Roma. Espolearon a la gente para que no quedara satisfecha con nada menos que un
gobierno constitucional, la entera laicización del ministerio y una declaración
de guerra a la odiada y reaccionara Austria.
El 8 de febrero de 1848, una manifestación callejera obtuvo la forzada promesa
del papa de un ministerio laico y el 14 de marzo se vio obligado a prometer una
constitución, pero en su discurso del 29 de abril solemnemente proclamó que,
como el Padre de la Cristiandad, nunca podría declarar la guerra a la católica
Austria.
Manifestación tras manifestación, el papa fue denunciado por traidor a su país,
su primer ministro Rossi fue apuñalado a muerte mientras bajaba los escalones de
la Cancelleria, mientras había ido a inaugurar el parlamento y, al siguiente día
el mismo papa fue retenido en el Quirinal. Palma, un prelado papal, quien estaba
parado ante una ventana recibió un balazo y el papa fue obligado a prometer un
ministerio democrático. Con la ayuda del embajador bávaro, conde Spaur y el
francés, Duc D'Harcourt, Pío IX escapó del Quirinal disfrazado el 24 de
noviembre y partió a Gaëta donde se le reunieron la mayoría de los cardenales.
Mientras tanto, Roma era gobernada por traidores y aventureros que abolieron el
poder temporal del papa el 9 de febrero de 1849 y bajo el nombre de república
democrática aterrorizaron al pueblo y cometieron abusos indecibles. El papa
apeló a Francia, Austria, España y Nápoles. El 29 de junio las tropas francesas
al mando del general Oudinot restauraron el orden en el territorio. El 12 de
abril de 1850 regresó a Roma Pío IX, para no volver a ser jamás un político
liberal.
Su subsiguiente reinado (1850-1858). El cardenal Antonelli, su secretario de
estado, ejerció una notable influencia política hasta su muerte el 6 de
noviembre de 1876. El reinado temporal de Pío IX, hasta la pérdida de la última
de sus posesiones temporales en 1870, fue una lucha constante, por una mano
contra las intrigas de los revolucionarios y por la otra contra el gobernante
piamontés Víctor Emmanuel, su hábil premier Cavour y otros estadistas
antipapales quienes pedían una Italia unida con Roma como su capital y el
gobernante piamontés como su rey. Las dificultades políticas fueron aumentadas
aún más por el doble juego de Napoleón III y la necesidad de confiar en las
tropas austriacas y francesas para el mantenimiento del orden en Roma y las
legaciones pontificias en el norte.
Intrigas contra los Estados Pontificios (1858-1878). Cuando Pío IX visitó sus
provincias en el verano de 1857, recibió donde fue muestras de calidez y
lealtad. Pero la caída de su poder temporal fue sellada cuando, un año después,
Cavour y Napoleón III se reunieron en Plombières, concertando una guerra
combinada contra Austria y la consecuente extensión territorial del Reino de
Cerdeña. Enviaron sus agentes a varias ciudades de los Estados Pontificios a
propagar la idea de una Italia unificada. La derrota de Austria en Magenta en
1859 y el retiro de las tropas austriacas de las legaciones pontificias,
inauguraron la disolución de los Estados Pontificios. La insurrección en algunas
ciudades de la Romagna fue entendida como una petición de anexar su provincia al
Piamonte en septiembre de 1859. El 6 de febrero de 1860, Victor Emmanuel exigió
la anexión de Umbria y, cuando Pío IX se resistió a esta demanda, se apresuró a
anexarla por la fuerza. Luego de derrotar a las fuerzas papales en Castelfidarde
el 18 de septiembre y en Ancona el 30, privó al papa de todas sus posesiones con
la excepción de Roma y sus proximidades. Finalmente, el 20 de septiembre de
1870, completó la pérdida de los territorios papales al tomar Roma y hacerla la
capital de la Italia unificada. La llamada Ley de Garantías del 15 de mayo de
1871, acordó al Papa los derechos de un soberano, una remuneración de 3 ¼
millones de liras y la extraterritorialidad de algunos palacios papales en Roma,
nunca fue aceptada por Pío IX y los papas se consideraron a sí mismos
prisioneros hasta 1929, cuando Pío XI firmó el Tratado de Letrán con Benito
Mussolini por medio del cual se creó el Estado de la Ciudad del Vaticano como un
estado independiente dentro de Roma.
Fuera de los Estados Pontificios. La pérdida de su poder temporal fue solo una
de las muchas pruebas que llenaron el largo pontificado de Pío IX. Apenas si
hubo algún país, católico o protestante donde no fueran violados los derechos de
la Iglesia. En el Piamonte, el concordato de 1841 fue hecho a un lado, los
títulos abolidos, laicizada la educación, se suprimieron los monasterios,
órdenes religiosas fueron expulsadas y los obispos que se oponían a esta
legislación anticlerical, fueron apresados o expulsados. En vano Pío IX protestó
contra tales abusos en sus discursos de 1850, 1852, 1853 y finalmente en 1855,
al publicar al mundo las numerosas injusticias que cometió el gobierno piamontés
contra la Iglesia y sus representantes. En Würtemberg logró establecer un
concordato con el gobierno, pero debido a la oposición de los estados
protestantes, nunca fue hecho ley y fue revocado por un veto real el 13 de junio
de 1861. Lo mismo ocurrió en el Gran Ducado de Baden, donde el concordato de
1859 fue abolido en 1860. Igualmente hostil hacia la Iglesia era la política de
Prusia y otros estados alemanes, donde las legislaciones anticlericales
alcanzaron su máximo durante el notorio Kulturkampf, inaugurado en 1873. Los
violentos ataques cometidos en Suiza en contra de los obispos y el clero fueron
solemnemente denunciados por el papa en su Carta Encíclica del 21 de noviembre
de 1873 y, como respuesta, el internuncio papal fue expulsado en enero de 1874.
El concordato que había concluido con Rusia, fue letra muerta y se cometieron
horribles crueldades contra los católicos luego de la insurrección polaca de
1863 y se rompieron las relaciones con Roma en 1866. La legislación anticlerical
en Colombia fue denunciada en su alocución del 27 de septiembre de 1852 y de
nuevo, junto con la de México el 30 de septiembre de 1861. Se logró un
concordato muy favorable para la Iglesia con Austria, pero la agitación
protestante contra el concordato era tan fuerte, que el emperador se vio forzado
a ratificar el matrimonio civil y las escuelas de leyes el 25 de marzo de 1868.
En 1870, el concordato fue abolido por el gobierno austriaco y en 1874, las
leyes fueron promulgadas, con lo que quedaban todos los asuntos eclesiásticos,
menos la administración interna en manos del gobierno.
Con España, Pío IX concluyó un satisfactorio concordato el 16 de marzo de 1851 (Nussi,
281-297; “Acta Pii IX,” I, 293-341). Fue complementado por varios artículos el
25 de noviembre de 1859 (Nussi, 341-5), Otros concordatos satisfactoriamente
concluidos por Pío IX fueron aquéllos con:
Portugal en 1857 (Nussi, 318-21);
Costa Rica, y Guatemala, 7 Oct., 1852 (Ib., 297-310);
Nicaragua, 2 Nov., 1861 (Ib., 361-7);
El Salvador, y Honduras, 22 Abril, 1862 (Ib., 367-72; 349);
Haití, 28 Marzo, 1860 (Ib., 346-8);
Venezuela, 26 Julio, 1862 (Ib., 356-61);
Ecuador, 26 Sep., 1862 (Ib., 349-56).
ASPECTOS RELIGIOSOS DE SU PONTIFICADO
Sus mayores logros fueron de carácter puramente eclesiástico y religioso.
Batalla contra el falso liberalismo. Es sorprendente el valor con el que peleó,
en medio de muchas y graves pruebas, contra el falso liberalismo, el cual
amenazaba con destruir la esencia de la fe y la religión. En su Encíclica
“Quanta Cura” del 8 de diciembre de 1864, condenó dieciséis proposiciones que
tocaban errores en la época. Esta encíclica fue acompañada por el famoso
“Syllabus errorum,” una tabla de ocho proposiciones previamente censuradas que
caían en panteísmo, naturalismo, racionalismo, indiferentismo, socialismo,
comunismo, francmasonería y varios tipos de liberalismo religioso. A pesar de
los malentendidos que se combinaban con malicia para representar al Syllabus
como una guía de cerradez religiosa y cobarde servilismo a la autoridad papal,
dio un inestimable servicio a la Iglesia y a la sociedad en general al
desenmascarar el falso liberalismo que había empezado a derramar su sutil veneno
en el mero centro del Catolicismo.
Previamente, el 8 de enero de 1857, había condenado los escritos
filosófico-teológicos de Günther y, en muchas ocasiones abogó por un regreso a
la filosofía y teología de Sto. Tomás.
Su promoción de la vida interna de la Iglesia. Durante toda su vida fue muy
devoto de la Santísima Virgen. Ya por 1849, cuando estaba en el exilio en Gaëta,
envió cartas a los obispos de la Iglesia, pidiéndoles sus puntos de vista con
respecto a la Inmaculada Concepción y, el 8 de Diciembre de 1854, en presencia
de más de 200 obispos, proclamó la Inmaculada Concepción de la Virgen María como
un dogma de fe de la Iglesia. También promovió la devoción al Sagrado Corazón y
el 23 de septiembre de 1856 y el 23 de septiembre de 1856, extendió su
festividad a todo el mundo con el rito de un doble mayor. A su instancia, el
mundo católico fue consagrado al Sagrado Corazón de Jesús el 16 de junio de
1875. También promovió la vida interna de la Iglesia por medio de muchas
regulaciones litúrgicas importantes, varias reformas monásticas y especialmente
por un numero sin precedentes de beatificaciones y canonizaciones.
Convocatoria del Concilio Vaticano. El 29 de junio de 1869, publicó la Bula
“Æterni Patris,” convocando el Concilio Vaticano, el cual inauguró en la
presencia de 700 obispos el 8 de diciembre de 1869. Durante su cuarta sesión
solemne, el 18 de Julio de 1870, la infalibilidad papal fue hecha un dogma de
fe. (Ver CONCILIO VATICANO I).
Nombramientos y fundaciones. El sano y extenso crecimiento de la Iglesia durante
su pontificado se debió principalmente a su generosidad. Nombró para las
posiciones eclesiásticas importantes solo a aquéllos que fueran famosos tanto
por su piedad como por su sabiduría. Entre los grandes cardenales que creó
estuvieron: Wiseman y Manning de Inglaterra; Cullen de Irlanda; McCloskey de los
Estados Unidos; Diepenbrock, Geissel, Reisach y Ledochowski de Alemania;
Rauscher y Franzelin de Austria; Mathieu, Donet, Gousset y Pita de Francia. El
29 de septiembre de 1850, reestableció la jerarquía católica en Inglaterra
erigiendo la Arquidiócesis de Westminster, con las doce Sedes sufragáneas de
Beverley, Birmingham, Clifton, Hexham, Liverpool, Newport y Menevia, Northampton,
Nottingham, Plymouth, Salford, Shrewsbury y Southwark. La amplia conmoción
causada por este acto entre los fanáticos ingleses, fomentada por el Primer
Ministro Russel y el London Times, temporalmente amenazó en resultar en una
abierta persecución a los católicos. El 4 de marzo de 1853, restauró la
jerarquía católica en Holanda erigiendo la Arquidiócesis de Utrecht y las cuatro
Sedes sufragáneas de Haarlem, Bois-le-Duc, Roermond y Breda. (Ver INGLATERRA y
HOLANDA).
Animó la conveniencia de los sínodos provinciales y diocesanos en varios países
y estableció en Roma el Colegio Latinoamericano en 1853 y el Colegio de los
Estados Unidos de América, sufragando él mismo los gastos, en 1859.
Conclusión. El suyo fue el segundo pontificado más largo de la historia con un
total de 31 años, siete meses y 17 días, solo superado por el de San Pedro. Sus
restos reposan en la Iglesia de San Lorenzo Fuori le Mura. Su proceso de
beatificación fue iniciado en su fase diocesana el 11 de febrero de 1907, siendo
finalmente beatificado por Juan Pablo II el 3 de septiembre de 2000.
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Recueil des allocutions consistoriales (Paris, 1853 sq.); Discorsi del Sommo
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TROLLOPE, Life of Pius IX (London, 1877); SHEA, Life and Pontificate of Pius IX
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pontificat et son siècle (Paris, 1877-86);VILLEGRANCHE, Pie IX, sa vie, son
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pontificale au temps de Pie IX d(Paris, 1896); VAN DUERM, Rome et la Franc-Maçconnerie
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STEPPISCHNEGG, Papst Pius IX und seine Zeit (Vienna, 1879); WAPPMANNSPERGER,
Leben und Wirken des Papst Pius IX (Ratisbon, 1879); NÜRNBERGER, Papsttum und
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MOROSI, Vita di SS. Pio papa IX (Florence, 1885-6); BONETTI, Pio IX ad Imola e
Roma-Memorie inedite di un suo famgiliare segreto (Rome, 1892); CESARE, Roma e
lo stato del Papa dal ritorno di Pio IX al 20 Settembre (Rome, 1906); Sitio web
de la Santa Sede http://www.vatican.va (Octubre, 2003).
MICHAEL OTT
Transcribed by WGKofron
Traducido por Antonio Hernández Baca