Metodio I
EnciCato
Patriarca de Constantinopla (842-846), defensor de imágenes durante la segunda
persecución iconoclasta, nació en Siracusa a finales del siglo octavo; murió en
Constantinopla el 14 de Junio de 846. Hijo de una rica familia, vino a
Constantinopla cuando era joven intentando obtener un puesto en la corte. Pero
un monje lo persuadió de que cambiara de intención y entrara a un monasterio.
Bajo el emperador León V (El Armennio, 813-820) se inició la persecución
iconoclasta por segunda vez. Casi todos los monjes eran aguerridos defensores de
las imágenes; Metodio permaneció del lado de su orden y se distinguió por su
oposición al gobierno. En 815 el patriarca Nicéforo I (806-815) fue depuesto y
exiliado por su resistencia a las leyes iconoclastas; en su lugar se impuso a
Theodotus I (815-821). En ese mismo año Metodio fue a Roma, aparentemente
enviado por el depuesto Patriarca, para reportar el asunto al Papa (Pascual I,
817-824). Permaneció en Roma hasta que León V fue asesinado en 820 y sucedido
por Miguel II (820-829). Esperando cosas mejores del nuevo emperador, Metodio
regresó entonces a Constantinopla portando una carta en la que el Papa trataba
de persuadir a Miguel de que cambiara la política del gobierno y reinstaurara al
Patriarca Nicéforo. Pero Miguel solo aumentó la fiereza de la persecución. Tan
pronto regresó a Constantinopla, hubo entregado la carta y exhortado al
emperador a actuar de acuerdo a ella, fue severamente castigado (con 70
latigazos), llevado a la isla Antigoni en el Propontis, y ahí fue encarcelado en
una tumba fuera de uso. La tumba había sido concebida como un edifico de cierto
tamaño; Metodio vivió en ella siete años. En 828 Miguel II, no mucho tiempo
antes de su muerte, mitigó la persecución y proclamó una amnistía general.
Sacando ventaja de ello, Metodio salió de prisión y regresó a Constantinopla
casi agotado por sus privaciones. Su espíritu no estaba roto y retomó la defensa
de las imágenes con el mismo celo que antes.
Miguel II fue sucedido por su hijo Teófilo (829-842), que causó la última y más
fiera persecución de los veneradores de imágenes. Metodio resistió directamente
al emperador y fue nuevamente azotado y encarcelado en palacio. Pero esa misma
noche escapó ayudado por sus amigos de la ciudad, que lo escondieron en su casa
y le vendaron las heridas. Por esta razón, el gobierno confiscó la casa. Pero
viendo que Metodio no iba a ser doblegado por el castigo, el emperador trató de
convencerlo con argumentos. El resultado de su discusión fue que Metodio en
cierto grado persuadió al emperador. De cualquier manera, hacia el final de su
reinado, la persecución fue mitigada. Theophilus murió en 842 e inmediatamente
cambió toda la situación. Su esposa Theodora llegó a ser regente para su hijo
Miguel III (El Borracho, 842-867). Ella había sido siempre una secreta
veneradora de imágenes y ahora que tenía el poder, inmediatamente empezó a
restaurar imágenes, liberar los confesores prisioneros y a regresar todo a las
condiciones del Segundo Concilio de Nicea (787). El patriarca de Constantinopla,
Juan VII (832-842), era un iconoclasta puesto por el gobierno y al persistir en
su herejía, fue depuesto y Metodio fue hecho patriarca en su lugar (842-846).
Metodio ayudó entonces a la emperadora-regente en su restauración. Convocó un
sínodo en Constantinopla (842) que aprobó la deposición de Juan VII y de su
sucesión. No tuvo que hacer nuevas leyes sobre imágenes. Los Decretos de Nicea
II que habían recibido el asentimiento del Papa y de toda la iglesia como los de
un Concilio Ecuménico fueron puestos nuevamente en efecto. El 19 de Febrero de
842, las imágenes fueron regresadas a los templos en solemne procesión. Esta fue
la primera "Fiesta de la Ortodoxia", observada en memoria de aquel evento en el
primer domingo de Cuaresma de cada año por toda la Iglesia Bizantina. Metodio
entonces procedió a deponer a todos los obispos iconoclastas por todo su
patriarcado, reemplazándolos por veneradores de imágenes. Al hacerlo, parece
haber actuado severamente. Se formó una oposición contra él que por poco se
vuelve un cisma organizado. El Patriarca fue acusado de violación; pero la mujer
en cuestión, al ser interrogada admitió que había sido comprada por los enemigos
de Metodio.
El 13 de Marzo de 842, Metodio, con gran honor para Constantinopla, compró las
reliquias de su predecesor Nicéforo (que había muerto en el exilio). Fueron
expuestas por algún tiempo en el templo de la Sagrada Visión y luego enterrados
en el de los Apóstoles. Metodio fue sucedido por Ignacio, en cuyo tiempo se
inició el gran cisma de Photius. Metodio es un santo para católicos y ortodoxos.
Es mencionado en el Martirologio Romana (14 Junio), en ese día la Iglesia
Bizantina mantiene su fiesta junto a la del profeta Eliseo. Con los otros
patriarcas es aclamado defensor de imágenes, en el servicio de la fiesta de la
Ortodoxia: "A Germanus, Tarasius, Nicephorus y Metodio, verdaderos altos
sacerdotes de Dios y defensores y maestros de la Ortodoxia, R. Memoria Eterna
(triple)." Los Sirios Uniatos (N.T.: miembros de la Iglesia Oriental que están
en unión con la Iglesia Católica Romana, y reconocen al Papa romano como supremo
en cuestiones de fe, pero mantienen su propia liturgia, rito y disciplina)
celebran su fiesta el mismo día. Los ortodoxos tienen una curiosa leyenda: que
sus oraciones y las de Teodora salvaron a Theophilus del infierno. Está narrada
en el Synaxarion para la fiesta de la Ortodoxia.
Se dice que San Metodio escribió muchas obras. De ellas solo subsisten unos
pocos sermones y cartas (en Migne, P. G., C, 1272-1325). Una narración del
martirio de Daniel el Areopagita escrita por él está en Migne, P. G., IV,
669-682, dos sermones sobre San Nicolás en N. C. Falconius, "S. Nicolai acta
primigenia" (Naples, 1751), 39-74. Para otros fragmentos y scholia, ver
Krumbacher, "Byzantinische Litteratur" (Munich, segunda ed., 1897), 167.
Anonymous Life of Metodio en P. G., C, 1244-1261; LOGOTETA, Commentarius
critico-theologicus de Methodio Syracusano (Catania, 1786); LEO ALLATIUS, de
Methodiorum scriptis diatriba in S. Hippolyti opera (Hamburgo, 1718), pp. 89-95;
CAVEL Scriptorum eccles. historia literaria, II (Londres, 1688), 30; FABRICIUS-HARLES,
Bibliotheca Græca, VII (Hamburgo, 1790-1806), 273-274.
ADRIAN FORTESCUE
Transcrito por WGKofron
Con agradecimiento a Fr. John Hilkert y la Iglesia de Santa María en Akron, Ohio
Traducido por Javier L. Ochoa M.