Plan igual a éxito
 

Fuente: semanario.com.mx de la Arquidiocesis de Guadalajara Mexico
• María de la Fe Torres

Tú, ¿eres de aquellos que cada año hacen un buen propósito y al final no lo logran? ¿Este año, tu propósito va más allá de adelgazar y permanecer estéticamente agradable?... Si has querido responder la incógnita de: ¿qué quiero de mi vida?, y al hacerlo surge la nueva pregunta: ¿cómo lo voy a lograr?, pues esta información es para ti:

Una útil herramienta
 

Cuando queremos realizar un buen proyecto, generalmente se recomienda analizarlo y organizarlo a detalle, y claro, mi chavo, incluir la vida toda, pues ningún otro aspecto de ella debe quedar fuera.

No sólo se trata de buenas intenciones, como por ejemplo, ordenar y asear tu cuarto por las mañanas, para que no se vea como un complicado cuadro de Picasso, sino que tu vida y la mía, deben ser debidamente organizadas en su totalidad: desde que nos levantamos hasta que el día termina. Y para que más rápido que lo que corre un chisme de espectáculos, puedas lograr aquello que siempre has anhelado, debes contar con las herramientas que te faciliten el trabajo; una de las más eficaces es el plan de vida, que sirve para clasificar, aclarar y visualizar a detalle nuestro futuro inmediato. Y lo que es mejor, si se realiza de la forma correcta, puede darnos muchos beneficios y satisfacciones que se verán reflejados, tanto en nosotros mismos, como en quienes nos rodean.

Por dónde empezar

Si estás dispuesto a que este año no sea uno más, sino el mejor de todos, toma pluma y papel, y lee la siguiente información:

• Autoconocimiento: Primero debemos reflexionar detalladamente algunos puntos: cómo somos y cuáles son nuestras virtudes y defectos; estas dos preguntas nos ayudarán a descubrir aquello que urge superar y también aquello que hemos dejado de hacer por temor a no lograrlo. Pero ¡ojo!, mucho ojo, no debemos caer en los extremos, ya sea de sentirnos el superhéroe que puede lograr lo extraordinario, o de creer que somos incapaces de obtener el más mínimo de los logros.

• Enlistar: Después podemos hacer un listado de aquellas cosas que queremos lograr; aquellos hábitos que deseamos adquirir o los que definitivamente queremos erradicar. Es recomendable que a un lado escribas aquellas cosas que te ayudarían a lograrlos y las que se convertirían en una dificultad para conseguir tales fines.

• Cómo y cuándo: Debemos determinar de forma clara los tiempos y las formas en que emprenderemos los retos. En esta parte, hay que especificar qué pasos vamos a seguir y el orden en que debemos hacerlo.

• Poco a poco: Hay que recordar que es mas fácil partir de lo particular a lo general; por lo tanto, es recomendable que formules pequeños objetivos a corto plazo para que al lograrlos todos, veas realizado aquello que te forjaste como objetivo principal. Un ejemplo de ello es una escalera a la que no podrás subir sin hacerlo peldaño por peldaño.

• Buscar apoyo: Como en todos los caminos, no siempre está pareja la vereda; por ello se sugiere que busquemos el apoyo de un director espiritual, algún maestro o un amigo que nos pueda aconsejar y ayudar a no rendirnos en el camino, ya que cuando llegan los momentos difíciles, como dicen por ahí, tendemos a «tirar la toalla».
 

Como verás, no es tan difícil organizarnos. Sólo es necesario tener calma y un poco de fuerza de voluntad, pues definitivamente no siempre resulta fácil lograr nuestros objetivos, pero vale la pena luchar por aquello que pronto nos traerá satisfacciones y nos hará mejores personas.


 

Plan de vida
Manos a la obra

• Alejandro Campos

Muy bien, si leíste la página anterior y te dijiste a ti mismo: «Tengo que planificar mi vida», ¡excelente! De eso se trataba: Conseguir que los jóvenes de hoy en día diseñen su futuro, que tomen sus propios senderos encaminados a la salvación y sobre todo que construyan una vida digna y fortificada en los valores evangélicos, como decía San Pablo: «Todo lo puedo en Aquél que me fortalece» (Fil 4, 13). Ahora bien, si te dijiste: «Tengo que planificar mi vida, pero, ¿cómo le hago?», no te preocupes: aquí te decimos cómo.

Receta para un plan de vida
 

• Sitúate en un ambiente de relajación para que despejes tus pensamientos y no tengas distracciones. Ponte cómodo, ten papel y lápiz a la mano, una Biblia y, por supuesto, no olvides ponerte en la presencia del Señor.

• Haz conciencia de que existen más cosas alrededor de ti de las que crees; algunas de ellas pueden dañar tu vida espiritual: Las malas amistades, la corrupción, o ese programa de televisión que tanto te gusta, pueden representar una amenaza. Piensa en, por lo menos, tres amenazas externas.

• No te preocupes, no todo es malo. Algunas cosas que están ahí, y que a veces no apreciamos, pueden ser una oportunidad para tu fortalecimiento espiritual: Un guía espiritual, libros, y amigos te pueden ayudar a realizarte. Piensa, al menos, en tres de esas oportunidades externas.

• Es momento de hacer una pausa. Respira profundo y busca en tu interior; percibe todo lo que hay ahí adentro, tus debilidades y fortalezas, tus actitudes y aptitudes; todo lo que tiene que ver con tu plenitud espiritual, y tenlo presente.

• En nosotros mismos siempre existen flaquezas y aspectos desagradables que nos estorban para crecer como personas: El odio, el egoísmo y la flojera, son sólo algunos ejemplos.

Piensa en, al menos, tres.

• De la misma forma en que, posiblemente, encontraste unas diez debilidades, puedes encontrar tu lado bueno: todas esas cosas que nunca crees cuando te las dicen, pero que en el fondo sabes que ahí están: La valentía, el optimismo y la creatividad, son ejemplos de esas fortalezas que tienes. Trata de pensar en todas las cualidades que son tuyas.

• Relájate, ya casi terminamos. Ahora acércate a tu Biblia; ningún proyecto de vida está completo sin la presencia del Espíritu Santificador, quien te guiará en la dirección que lleva al mejor objetivo.

Nosotros te sugerimos las siguientes citas: «Para ir a donde yo voy, ustedes ya conocen el camino» (Jn 14, 4); «Jesús contestó: ‘Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí’» (Jn 14, 6). Como éstas, hay muchas citas más para meditar, por ejemplo: Fil 4, 8-9; Col 1, 10; 2Tes 5, 16-18.

• Observa las que señalaste como «amenazas y oportunidades externas»; identifica cada una de ellas, cuáles son las más importantes.

• De la misma forma, revisa las que apuntaste como «flaquezas y cualidades»; define cuáles son las principales.

• Ahora que sabes cuáles son tus oportunidades, amenazas, flaquezas y cualidades principales, llena el siguiente cuadro que te servirá como mapa para el año que está comenzando.

Recuerda: «El hombre es el arquitecto de su propio destino». Sólo tú sabes el tiempo y forma en que llevarás a cabo tus metas y tus sueños. Es importante que te marques plazos y que, con ayuda de este plan de vida, realices en este año los cambios necesarios para que en el próximo seas mejor. No olvides acudir a una persona de tu confianza para que te supervise en la realización de tu proyecto: Un sacerdote, un (a) religioso (a), o también un amigo.