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La Guerra Santa en el Corán

 


Mario Santana, BC, 18.IX.01

Con mucha frecuencia, oímos afirmaciones sobre la belicosidad del Islam. Unas veces se aducen razones humanas, les vemos por televisión gritando, exaltados, profiriendo palabras de guerra..., otras veces escuchamos algunas interpretaciones de los textos del Corán.

Queremos que conozcas de primera mano las afirmaciones que hace el Corán sobre lo que llamamos la guerra santa. Te ofrecemos los textos coránicos, al menos los más importantes, que nos ayuden a entender cómo entiende un musulmán la revolución armada en nombre de Dios.

La traducción del Corán la hemos tomado de la versión al castellano de Julio Cortés, de la editorial Herder de Barcelona, 1986. Hemos comprobado así mismo, los textos de la traducción bilingüe del Corán editado en la República Islámica de Irán por el mismo autor, y hemos optado como referencia la primera obra citada, de la cual extraemos los textos.

El mundo musulmán, en general, es muy reacio a las traducciones del Corán a otras lenguas, ya que piensan que se desvirtúa el sentido de los términos que en él se vierten.

Hay que tener en cuenta que también el Corán tiene, según las distintas escuelas espirituales, una interpretación teológica de los textos; por ello nada más conveniente que no tomar al pie de la letra las afirmaciones que vamos a descubrir en la escritura sagrada del Islam.

Nosotros nos aproximamos a este libro desde un contexto racional, vivencial y experiencial totalmente distinto al de los musulmanes. Nuestras cosmovisiones son radicalmente distintas en muchos aspectos, por eso no nos deben de extrañar que algunas afirmaciones suenen duras a nuestros oídos.

Hay que leer estos textos con el cariño de un hermano, con la ternura de una madre y con la alegría de un creyente; todo ello lo llamamos de una manera muy sencilla: tolerancia.

El musulmán ve en el Corán un texto monolítico al que hay que comentar, no que desmontar, como se ha hecho con la Biblia, para poder entenderla. El Corán es un libro valioso por su unidad que ayuda a entender otros aspectos y afirmaciones de las complejidades de la vida.

Es una experiencia ciertamente curiosa leer los mismos textos que han leído una y otra vez los terroristas muertos en EEUU. Sin duda, algunos de estos textos nos ayudarán a entender el porqué de las cosas que desgraciadamente han ocurrido en este triste mes de septiembre.


La guerra santa: textos del Corán

Sura 2: 190-195

“Combatid por Dios contra quienes combatan contra vosotros, pero no os excedáis. Dios no ama a los que se excenden. Matadles donde deis con ellos, y expulsadles de donde os hayan expulsados.
“Tentar es más grave que matar. No combatáis contra ellos junto a la Mezquita Sagrada, a no ser que os ataquen allí. Así que, si combaten contra vosotros, matadles: ésa es la retribución de los infieles. Pero, si cesan, Dios es indulgente, misericordioso.
“Combatid contra ellos hasta que dejen de induciros a apostatar y se rinda culto a Dios. Si cesan, no haya más hostilidades que contra los impíos.
“El mes sagrado por el mes sagrado. Las cosas sagradas caen bajo la ley del talión. Si alguien os agrediera, agredidle en la medida que os agredió. Temed a Dios y sabed que Él está con los que Le temen. Gastad por la causa de Dios y no os entreguéis a la perdición. Haced el bien. Dios ama a quienes hacen el bien”.

Sura 3: 142

“O ¿creéis que vais a entrar en el Jardín sin que Dios haya sabido quiénes de vosotros han combatido y quiénes han tenido paciencia?”

Sura 4: 71-78

“¡Creyentes! ¡Tened cuidado! Acometed en destacamentos o formando un solo cuerpo. Hay entre vosotros quien se queda rezagado del todo y, si os sobreviene una desgracia, dice: Dios me ha agraciado, pues no estaba allí con ellos. Pero, si Dios os favorece, seguro que dice, como si no existiera ninguna amistad entre vosotros y él: ¡Ojalá hubiera estado con ellos, habría obtenido un éxito grandioso!.
“¡Que quienes cambian la vida de acá por la otra combatan por Dios! A quien, combatiendo por Dios, sea muerto o salga victorioso, le daremos una magnífica recompensa.
“¿Por qué no queréis combatir por Dios y por los oprimidos —hombres, mujeres y niños—, que dicen: ¡Señor! ¡Sácanos de esta ciudad, de impíos habitantes! ¡Danos un amigo designado por Ti! ¡Danos un auxiliar designado por Ti!?
“Quienes, creen, combaten por Dios. Quienes no creen, combaten por los taguts (en árabe taguts viene a significar todo lo que es adorado fuera de Dios y aleja de Él: demonios, ídolos, magos, adivinos…).
“Combatid, pues, contra los amigos del Demonio. ¡Las artimañas del Demonio son débiles!
¿No has visto a aquellos a quienes se dijo: ¡Deponed las armas! ¡Haced la azalá y dad el azaquel? Cuando se les prescribe el combate, algunos de ellos tienen tanto miedo de los hombres como deberían tener de Dios, o aún más, y dicen: ¡Señor! ¿Por qué nos has ordenado combatir? Si lo dejaras para un poco más tarde… Di: El breve disfrute de la vida de acá es mezquino. La otra vida es mejor para quien
teme a Dios. No se os tratará injustamente en lo más mínimo.
“Dondequiera que os encontréis, la muerte os alcanzará, aun si estáis en torres elevadas. Si les sucede un bien, dicen: Esto viene de Dios. Pero, si es un mal, dicen: Esto viene de ti. Di: Todo viene de Dios. Pero, ¿qué tienen estos, que apenas comprenden lo que se les dice?”

Sura 4: 94-96

“¡Creyentes! Cuando acudáis a combatir por Dios, cuidado no digáis al primero que os salude: ¡Tú no eres creyente, buscando los bienes de la vida de acá. Dios ofrece abundantes ocasiones de obtener botín. Vosotros también erais así antes y Dios os agració! ¡Cuidado, pues, que Dios está bien informado de lo que hacéis!
“Los creyentes que se quedan en casa, sin estar impedidos, no son iguales que los que combaten por Dios con su hacienda y sus personas. Dios ha puesto a los que combaten con su hacienda y sus personas un grado por encima de los que se quedan en casa. A todos, sin embargo, ha prometido Dios lo mejor, pero Dios ha distinguido a los combatientes por encima de quienes se quedan en casa con una magnífica recompensa, con el rango que junto a Él ocupan, con perdón y misericordia. Dios es indulgente, misericordioso.”

Sura 8: 59-66

“¡Que no crean los infieles que van a escapar! ¡No podrán! ¡Preparad contra ellos toda la fuerza, toda la caballería que podáis para amedrentar al enemigo de Dios y vuestro y a otros fuera de ellos, que no conocéis pero que Dios conoce! Cualquier cosa que gastéis por la causa de Dios os será devuelta, sin que seáis tratados injustamente. Si, lo contrario, se inclinan hacia la paz, inclínate tú también hacia ella! ¡Y confía en Dios! Él es Quien todo lo oye, Quien todo lo sabe.
“Si quieren engañarte, debe Dios bastarte. Él es Quien te ha fortalecido con Su auxilio y con los creyentes, cuyos corazones Él ha reconciliado. Tú, aunque hubieras gastado todo cuanto hay en la tierra, no habrías sido capaz de reconciliar sus corazones. Dios, en cambio, los ha reconciliado. Es poderoso, sabio.
“¡Profeta! ¡Que Dios te baste! ¡Y a los creyentes que te han seguido!
“¡Profeta! ¡Anima a los creyentes al combate! Si hay entre vosotros veinte hombres tenaces, vencerán a doscientos. Y si cien, vencerán a mil infieles, pues éstos son gente que no comprende.
Ahora, Dios os ha aliviado. Sabe que sois débiles. Si hay entre vosotros cien hombres tenaces, vencerán a doscientos. Y si mil. vencerán a dos mil, con permiso de Dios. Dios está con los tenaces”.

Sura 8: 72-75

“Los creyentes que emigraron y combatieron con su hacienda y sus personas por la causa de Dios y los que les dieron refugio y auxilio, ésos son amigos unos de otros. Los creyentes que no emigraron no serán nada amigos hasta tanto que emigren. Si os piden que les auxiliéis en nombre de la religión, debéis auxiliarles, a menos que se trate de ir contra un pueblo con el que os una un pacto. Dios ve bien
lo que hacéis.
“Los infieles son amigos unos de otros. Si no obráis así, habrá en la tierra desorden y gran corrupción.
Los creyentes que emigraron y lucharon por Dios, y quienes les dieron refugio y auxilio, ésos son los creyentes de verdad. Tendrán perdón y generoso sustento.
“Quienes, después, creyeron, emigraron y combatieron con vosotros, ésos son de los vuestros. Con todo, y según la Escritura de Dios, los unidos por lazos de consanguinidad están más cerca unos de otros. Dios es ominiscente”.

Sura 9: 5-16

“Cuando hayan transcurridos los meses sagrados, matad a los asociadores dondequiera que les encontréis. ¡Capturadles! ¡Sitiadles! ¡Tendedles emboscadas por todas partes! Si se arrepienten, hacen la azalá y dan el azaque, ¡dejadles en paz! Dios es indulgente, misericordioso.
“Si uno de los asociadores te pide protección, concédesela, para que oiga la Palabra de Dios. Luego, facilítale la llegada a un lugar en que esté seguro. Es que son gente que no sabe.
“¿Cómo podrán los asociadores concertar una alianza con Dios y con Su Enviado, a no ser aquéllos con quienes concertateis una alianza junto a la Mezquita Sagrada? Mientras cumplan con vosotros, cumplid con ellos. Dios ama a quienes Le temen.
“¿Cómo si, cuando os vencen, no respetan alianza ni compromiso con vosotros? Os satisfacen con la boca, pero sus corazones se oponen y la mayoría son unos perversos.
Han malvendido los signos de Dios y han desviado a otros de Su camino. ¡Qué detestable es lo que han hecho!
“No respetan alianza ni compromiso con el creyente. ¡Ésos son los que violan la ley!
Si se arrepienten, hacen la azalá y dan el azaque, serán vuestros hermanos en religión. Exponemos claramente las aleyas a gente que sabe. Pero, si violan sus juramentos después de haber concluido una alianza y atacan vuestra religión, combatid contra los jefes de la incredulidad. No respetan ningún juramento. Quizás, así, desistan.
“¿Cómo no vais a combatir contra gente que ha violado su juramento, que hubiera preferido expulsar al Enviado y os atacó primero? ¿Les tenéis miedo, siendo así que Dios tiene más derecho a que Le tengáis miedo? Si es que sois creyentes…
“¡Combatid contra ellos! Dios les castigará a manos vuestras y les llenará de vergüenza, mientras que a vosotros os auxiliará contra ellos, curando así los pechos de gente creyente y desvaneciendo la ira de sus corazones. Dios se vuelve hacia quien Él quiere. Dios es omniscente, sabio.
“¿Os habéis creído que se os iba a dejar en paz y que Dios aún no conoce quiénes de vosotros han combatido sin trabar amistad con nadie, fuera de Dios, de Su Enviado y de los creyentes? Dios está bien informado de lo que hacéis”.

Sura 9: 29-31

“¡Combatid contra quienes, habiendo recibido la Escritura no creen en Dios ni en el último Día, ni prohíben lo que Dios y Su Enviado han prohibido, ni practican la religión verdadera, hasta que, humillados, paguen el tributo directamente!
“Los judíos dicen: Uzayr es el hijo de Dios. Y los cristianos dicen: El Ungido es el hijo de Dios. Eso es lo que dicen de palabra. Remedan lo que ya antes habían dicho lo infieles. ¡Que Dios les maldiga! ¡Cómo pueden ser tan desviados!
“Han tomado a sus doctores y a sus monjes, así como al Ungido, hijo de María, como señores, en lugar de tomar a Dios, cuando las órdenes que habían recibido no eran sino de servir a un Dios Uno. ¡No hay más dios que Él! ¡Está por encima de lo que Le asocian!”

Sura 9: 38-52

“¡Creyentes! ¿Qué os pasa? ¿Por qué, cuando se os dice: Id a la guerra por la causa de Dios!, permanecéis clavados en tierra? ¿Preferís la vida de acá a la otra? Y ¿qué es el breve disfrute de la vida de acá comparado con la otra, sino bien poco…? Si no vais a la guerra, os infligirá un doloroso castigo. Hará que otro pueblo os sustituya, sin que podáis causarle ningún daño. Dios es omnipotente.
Si le negáis auxilio, Dios sí que le auxilió cuando, expulsado por los infieles, con un solo compañero, le decía a éste estando los dos en la cueva: ¡No estés triste! ¡Dios está con nosotros! Dios hizo descender sobre él Su sakina y le roforzó con legiones invisibles a vuestros ojos. Dios puso Su Palabra por encima de la palabra de los infieles. Dios es poderoso, sabio.
“¡Id a la guerra, tanto si os es fácil como si os es difícil! ¡Luchad por Dios con vuestra hacienda y vuestras personas! Es mejor para vosotros. Si supierais…
“Si se hubiera tratado de una ventaja inmediata o de un viaje corto, te habrían seguido, pero el objetivo les ha parecido distante. Jurarán por Dios: Si hubiéramos podido, os habríamos acompañado a la guerra. Se pierden a sí mismos. Dios sabe que mienten.
“¡Que Dios te perdona! ¿Por qué les has dispensado antes de haber distinguido a los sinceros de los que mienten?
“Quienes creen en Dios y en último Día no te piden dispensa cuando de luchar con su hacienda y sus personas se trata. Dios conoce bien a los que Le temen. Sólo te piden dispensa quienes no creen en Dios y en el útlimo Día, aquéllos cuyos corazones están llenos de dudas y que, por dudar, vacilan. Si hubieran querido ir a la guerra, se habrían preparado para ello, pero Dios no ha aprobado su marcha. les ha infundido pereza y se les ha dicho: ¡Quedaos con los que se quedan! Si os hubieran acompañado a la guerra, no habrían hecho más que aumentar la confusión y habrían sembrado la desconfianza entre vosotros, buscando soliviantaros. Hay entre vosotros quienes dan oídos a lo que dicen, pero Dios conoce bien a los impíos. Ya buscaron antes soliviantar y enredaron bien tus asuntos hasta que vino la Verdad y apareció la orden de Dios, a despecho de ellos. Hay entre ellos quien dice: ¡Dispénsame! y no me tientes! Pero ¿es que no han caído ya en la tentación? La gehena, ciertamente, cercará a los infieles. Si te sucede algo bueno, les duele, y, si te aflige una desgracia, dicen: Ya hemos tomado nuestras precauciones! Y se van tan contentos...
“Di: Sólo podrá ocurrirnos lo que Dios nos haya predestinado. Él es nuestro Dueño. ¡Que los creyentes, pues, confíen en Dios!
“Di: ¿Qué podéis esperar para nosotros sino de las dos contingencias más bellas? Nosotros, en cambio, esperamos que Dios os aflija con un castigo venido de Él o a manos nuestras. ¡Esperad , pues! Nosotros también esperamos con vosotros”.

Sura 9: 81-89

“Los dejados atrás se alegraron de poder quedarse en casa en contra del Enviado de Dios. Les repugnaba luchar por Dios con su hacienda y sus personas y decían: No vayáis a la guerra con este calor. Di: El fuego de la gehena es aún más caliente. Si entendieran…
“¡Que rían, pues, un poco! Ya llorarán, y mucho, como retribución de lo que han cometido.
Si Dios vuelve a llevarte a un grupo de ellos y te piden permiso para ir a la guerra, di :¡No iréis nunca conmigo! ¡No combatiréis conmigo contra ningún enemigo! Preferisteis una vez quedaros en casa. ¡Quedaos, pues, con los que se quedan detrás!
“¡No ores nunca por ninguno de ellos cuando muera, ni te detengas ante su tumba! No han creído en Dios, y en Su Enviado y han muerto en su perversidad.
“¡No te maravilles de su hacienda y de sus hijos! Dios sólo quiere con ello castigarles en la vida de acá y que exhalen su último suspiro siendo infieles.
“Cuando se revela una sura: Creed en Dios y combatid junto a Su Enviado, los más ricos de ellos te piden permiso y dicen: Deja que nos quedemos con los que se quedan!
Prefieren quedarse con las mujeres dejadas detrás. Han sido sellados sus corazones, así que no entienden. Pero el Enviado y los que con él creen combaten con su hacienda y sus personas. Suyas serás las cosas buenas. Ésos son los que prosperarán. Dios les ha preparado jardines por cuyos bajos fluyen arroyos, en los que estarán eternamente. ¡Ése es el éxito grandioso!”

Sura 16: 110

“Tu Señor, para quienes hayan emigrado, después de haber sufrido pruebas y de haber, luego, combatido y tenido paciencia, tu Señor, serás, ciertamente, después de eso, indulgente, misericordioso”.

Sura 22: 39-41

(Permiso para combatir)
“Les está permitido a quienes son atacados, porque han sido tratados injustamente —Dios es, ciertamente, poderoso para auxiliarles—.
“A quienes han sido expulsados injustamente de sus hogares, sólo por haber dicho: Nuestro Señor es Dios. Si Dios no hubiera rechazado a unos hombres valiéndose de otros, habrían sido demolidas ermitas, iglesias, sinagogas y mezquitas, donde se menciona mucho el nombre de Dios. Dios auxiliará, ciertamente, a quienes Le auxilien. Dios es, en verdad, fuerte, poderoso.
“A quienes, si les diéramos poderío en la tierra, harían la azalá, darían el azaque, ordenarían lo que está bien y prohibirían lo que está mal. El fin de todo es Dios…”

Sura 29: 6

“Quien combate por Dios, combate, en realidad, en provecho propio. Dios, ciertamente, puede prescindir de las criaturas”.

Sura 47: 4-13

“Cuando sostengáis, pues, un encuentro con los infieles, descargad los golpes en el cuello hasta someterles. Entonces, atadlos fuertemente. Luego devolvedles la libertad, de gracia o mediante rescate, para que cese la guerra. Es así como debéis hacer. Si Dios quisiera, se defendería de ellos, pero quiere probaros a unos por medio de otros. No dejará que se pìerdan las obras de los que hayan
caído por Dios. Él les dirigirá, mejorará su condición y les introducirá en el Jardín, que Él les habrá dado ya a conocer.
“¡Creyentes! Si auxiliáis a Dios, Él os auxiliará y afirmará vuestros pasos. ¡Ay de aquéllos, en cambio, que no hayan creído! Invalidará sus obras. Y esto es así porque les repugnó la revelación de Dios. E hizo vanas sus obras.
“¿No han ido por la tierra y mirado cómo terminaron sus antecesores? Dios los destruyó. Y los infieles tendrán un fin semejante. Y esto así porque Dios es el Protector de los creyentes, mientras que los infieles no tienen protector.
“Dios introducirá a quienes hayan creído y obrado bien en jardines por cuyos bajos fluyen arroyos. Quienes, en cambio, hayan sido infieles, gozarán brevemente y comerán como comen los rebaños. Tendrán el Fuego por morada. ¡Cuántas ciudades hemos hecho perecer, más fuertes que tu ciudad, que te ha expulsado, sin que hubiera quien les auxiliara!”

Sura 47: 35-38

“¡No flaqueéis, pues, invitando a la paz, ya que seréis vosotros los que ganen! Dios está con vosotros y no dejará de premiar vuestras obras. La vida de acá es sólo juego y distracción; pero, si creéis y teméis a Dios, Él os recompensará sin reclamaros vuestros bienes. Si os lo reclamara con insistencia, os mostraríais avaros y descubriría vuestro odio.
“He aquí que sois vosotros los invitados a gastar por la causa de Dios, pero hay entre vosotros algunos avaros. Y quien es avaro lo es, en realidad, en detrimento propio. Dios es Quien Se basta a Sí mismo, mientras que sois vosotros los necesitados. Y , si volvéis la espalda, hará que otro pueblo os sustituya, que no será como vosotros”.

Sura 49: 15

“Son creyentes únicamente los que creen en Dios y en Su Enviado, sin abrigar ninguna duda, y combaten por Dios con su hacienda y sus personas. ¡Ésos son los veraces!”

Sura 61: 10-13

“¡Creyentes! ¿Queréis que os indique un negocio que os librará de un castigo doloroso? ¡Creed en Dios y en Su Enviado y combatid por Dios con vuestra hacienda y vuestras personas! Es mejor para vosotros. Si supierais…
“Así os perdonará vuestros pecados y os introducirá en jardines por cuyos bajos fluyen arroyos y en viviendas agradables en los jardines del edén. ¡Ése es el éxito grandioso! Y otra cosa, que amaréis: el auxilio de Dios y un éxito cercano ¡Y anuncia la buena nueva a los creyentes!
“¡Creyentes! Sed los auxiliares de Dios como cuando Jesús, hijo de María, dijo a los apóstoles: ¿Quiénes son mis auxiliares en la vía que lleva a Dios?. Los apóstoles dijeron: Nosotros somos los auxiliares de Dios. De los hijos de Israel unos creyeron y otros no. Fortalecimos contra sus enemigos a los que creyeron y salieron vencedores”.

Llamamiento a la guerra. Sura 8: 39

“Combatid contra ellos hasta que dejen de induciros a apostatar y se rinda todo el culto a Dios. Si cesan. Dios ve bien lo que hacen”.

Combatir por los oprimidos. Sura 4: 75

“¿Por qué no queréis combatir por Dios y por los oprimidos —hombres, mujeres y niños—, que dicen: ¡Señor! ¡Sácanos de esta ciudad, de impíos habitantes! ¡Danos un amigo designado por Ti! ¡Danos un auxiliar designado por Ti!”

 


Gentileza de Mario Santana Bueno, www.inicia.es/de/buzoncatolico
para la BIBLIOTECA BÁSICA DEL CRISTIANO