Flavio Josefo, el hombre y el historiador

   

 

P. Gustavo Nieto, VE

Josefo: el hombre

Las fuentes

Las únicas fuentes que tenemos para conocer la vida de Josefo son sus propios escritos. Tenemos referencias de su vida especialmente en dos de ellas: la “Vida” (Vita) que es como una autobiografía en la cual hace una defensa de sí mismo y de su misión en Galilea (es la primera autobiografía que se conoce de la antigüedad) y “Las guerras judías”, que es una historia de la conquista romana de la Palestina, llevada a cabo por Vespasiano y Tito.

Tenemos también referencias intrascendentes de él en los escritos de Suetonio, Appio, y Dio Cassio. A pesar que Josefo tuvo una fuerte relación con la religión judía, no es mencionado en la literatura rabínica[1].

 

Los primeros años

Josefo nació “en el primer año del reinado de Gayo Calígula”[2], esto es en el 37 dC[3]. Recibió el nombre hebreo de José Ben Matatías. Pertenecía a una familia sacerdotal, y de parte de su madre era descendiente de la familia real Hasmonea[4]. Por sus escritos sabemos que estaba muy orgulloso de su familia[5].

Desde los primeros años recibió una educación judía. Lo hizo junto a su hermano Matías, y podemos presumir que fue la mejor educación disponible para el hijo de un sacerdote, con una sería instrucción en la ley judía, y a cargo de los mejores rabíes.

Fue además un discípulo prominente. En el libro de su Vida nos cuenta que cuando tenía 14 años los sumos sacerdotes y los líderes de Jerusalén a menudo lo buscaban para preguntarle cosas de las leyes[6].

 

La juventud

Cuando tenía 16 años comenzó a conocer las principales sectas judías: los fariseos, los saduceos y los escenios. Ocupó tres años en esta investigación para elegir la mejor secta[7]. Sabemos también que durante este tiempo viajó al desierto para conocer a un eremita que vivía una estricta vida ascética. A la edad de 19 años volvió a Jerusalén y se unió a los fariseos. No conocemos nada acerca de los siguientes seis años. Suponemos que trabajó como sacerdote en Jerusalén.

 

La misión en Roma

Antes de los 26 años, ocurrió un incidente que traería una particular influencia sobre su futuro: el Procurador Felix había encarcelado a algunos de sus compañeros sacerdotes por motivos insignificantes, y los había enviado prisioneros a Roma. Josefo (no sabemos si de modo oficial) se convirtió en el campeón de su liberación. Fue a Roma y los devolvió a Jerusalén. Esta misión y la vista del mundo romano lo marcaron de modo imborrable[8].

Por el tiempo de su retorno de Roma, la destrucción de Jerusalén por los romanos acababa de comenzar. Aparentemente estaba en desacuerdo con la revuelta judía. Cuando estuvo en Roma vio el poder del ejército romano y por eso insistió a sus conciudadanos de no llevar a cabo la rebelión[9]. No fue escuchado y se vio forzado a refugiarse en el Templo[10].

 

La misión en Galilea

Dos años más tarde, en el 66, estalló la revuelta judía. Los judíos vencieron a Cestio Gayo, gobernador de Siria, en Bethoron. Falló así el primer intento de poner orden según el modelo romano[11]. Esto acrecentó la confianza de los amotinados.

Durante el intervalo, mientras los romanos se preparaban para poner orden en esa provincia oriental, el Sanedrín decidió un plan de acción. De acuerdo a los escritos de Josefo, el principal jefe de Jerusalén lo envió con otros dos sacerdotes a una misión especial en Galilea[12], donde estaba el punto más importante de la guerra, porque los Romanos, con su base en Siria, tenían que pasar a través de Galilea en su marcha contra Jerusalén[13]. Así, Josefo, devino general en Galilea.

¿Cuál fue la misión de Josefo en Galilea? Es difícil decirlo. En sus libros una sección especial está reservada a tratar este punto. Aparentemente los líderes judíos de Jerusalén no eran partidarios de la revuelta, sino que intentaron favorecer la pacificación.

Enviaron los más rebeldes a Idumea, donde las acciones militares eran menos importantes, y enviaron a Galilea a los moderados. Entre ellos, como jefe, iba Josefo[14]. Él describe su gobierno en Galilea como recto, ejemplar y honorable[15], aunque admite ciertas irregularidades[16]. Sin embargo, en ciertos puntos, Josefo se contradice.

Por una parte, en “Las guerras judías” se presenta como el organizador de la resistencia contra los romanos[17]. Pero por otro lado en la “Vida” afirma que su intención fue pacificar los judíos e inducirlos a pelear solo si era necesario y como autodefensa, porque la opinión de los líderes sacerdotes era que los romanos prevalecerían. De este modo, en la “Vida[18]” dice que fue enviado para fortalecer la facción pacifista, y describe como intentó pacificar a los rebeldes con el método de provocar divisiones entre ellos (dividir en orden a gobernar)[19]. Pero en las “Guerras” describe como fortificó ciudades, dio entrenamiento militar, y demás. Por lo tanto, de sus escritos, no podemos resolver este problema. Sea cual fuere su misión sabemos que encontró mucha oposición en Galilea. Alcanzó algunos éxitos pero encontró también muchos problemas: Tiberíades se dividió en tres facciones rivales[20], y aun hubo divisiones dentro de las mismas facciones. Hubo anarquía en Gischala[21] y Gamala permaneció leal al gobierno romano[22].

Lo que es seguro es que “fueron envueltos en políticas de estado en nombre de los intereses de la religión, a veces en muy activos y casi violentos hechos, o incluso en métodos totalmente violentos”[23].

 

Josefo entre los romanos

En la primavera de 67 Vespasiano llegó a Galilea con 60000 hombres[24]. Josefo fue vencido y huyó a Jotapata, donde se escondió junto con otros 40 hombres en una cisterna. Sus compañeros prefirieron morir que caer en manos de Vespasiano. Josefo prefirió vivir y pasó a ser un prisionero romano.

Vespasiano respetó su vida, tal vez porque quería ejecutarlo en Roma, por lo cual Josefo permaneció en prisión por dos años, aunque los romanos lo trataron con consideración.

Durante este período profetizó que Vespasiano y Tito se convertirían en emperadores. Por supuesto, esta profecía agradó a Vespasiano, y cuando devino emperador liberó a Josefo[25]. De hecho, existía la creencia común que el soberano gobierno del mundo vendría de Judea. Mientras que los judíos aplicaban esta creencia al Mesías[26], Josefo lo hizo a Vespasiano y Tito.

Cuando Josefo obtuvo su libertad cambió su nombre por el de Flavio Josefo, en honor de Vespasiano que pertenecía a la familia de los Flavios[27]. Posteriormente fue a Alejandría con Vespasiano, y se unió a Tito, quien había recibido la orden de ir sobre Jerusalén.

Por sus escritos sabemos que Josefo intentó varias veces inducir a los rebeldes a cesar con la revuelta, pero solo consiguió injurias de parte de estos[28]. Intentó convencerlos que “la fortuna pasó sobre ellos, y Dios, que va de una nación a otra entregando imperios, ahora reposa sobre Italia”[29]. Durante el sitio, Josefo fue escribiendo los hechos que iban acaeciendo[30].

Después de la caída de Jerusalén, y de la destrucción del Templo, Josefo fue a Roma con Tito y vio su triunfo y entrada en el Foro Imperial. En Roma obtuvo la ciudadanía romana y una pensión del Emperador, quien le permitió vivir en su palacio. Nunca volvió a su tierra y fue odiado por siempre por los judíos.

 

Josefo, el escritor

En Roma escribió todos sus libros, que son cuatro: La guerra judía (De Bello Judeorum) en el 75-79 d.C. (Vespasiano quien murió en el 79 seguramente lo conoció); Las Antigüedades judías ( Antiquitatum Judaicarum) en el 93-94 d.C. (13 de Domiciano); Contra Apio (Contra Apionem) el cual no fue escrito antes del 95 d.C. y la Vida (Vita) probablemente escrito en el 95-97 d.C.

Después de la muerte de Vespasiano (79 AD) Tito, el nuevo emperador, continuó mostrando su favor hacia Josefo. Lo mismo hizo Domiciano, pero no tuvo gran interés por la literatura.[31]

No hay noticias acerca de la muerte de Josefo. La mayoría de los maestros afirman que murió en Roma no antes del 100 AD. [32]

   

 

Josefo: el historiador

No todo hombre es un historiador, pero todo historiador es inevitablemente un hombre. En otras palabras, él tiene, o mejor él es, su propio pasado, sentimientos, ideas, preconceptos, etc. Si podemos por la conveniencia, separarlos, en realidad esta separación es meramente intelectual, no podemos asumir que lo que es un asunto de conveniencia, es un asunto de hecho.

Para juzgar con equilibrio un historiador necesitamos “descansar sobre el hecho básico que el historiador es un hombre, por lo tanto el “hombre” y el “historiador” pueden ser completamente comprendidos solo a la luz de cada uno”.[33]

En concreto, necesitamos retener en mente que Josefo se embarcó en una carrera literaria, la cual fue celebrada en la Roma de la munificencia de Flaviano mientras que era atacada por los judíos. Y estas circunstancias necesariamente marcaron o condicionaron su trabajo. Antes de su llegada a Roma, Josefo había sido líder de los judíos rebeldes durante la guerra en Galilea. ¿Cómo explica Josefo en Roma las acciones de Josefo en Galilea? Dos de sus trabajos son un intento de responder esta pregunta: La Guerra judía y Vida. El mayor problema es que los dos relatos no coinciden.¿Es este un signo de la duplicidad del autor? ¿No es veraz? ¿Por qué Josefo cambia su relato? ¿ Cuál es la relación entre los dos relatos?

Tratando de responder estas preguntas procederemos en este orden: en el primer parágrafo resumiremos brevemente las principales particularidades del método de Josefo, luego analizaremos cada uno de los tres trabajos de Josefo, buscando las características que nos permiten comprender su “ Sitz im Leben”. Finalmente, daremos algunas conclusiones generales sobre Josefo como historiador.

 

I. Su Método

1. Uso de las fuentes. Josefo modifica el lenguaje de las fuentes, ocasionalmente palabras y frases son conservadas pero el no es solo un transcriptor “mecánico”; es posible verificar esta afirmación comparando no solo el tratamiento de Aristeas,  Esdras y I Macabeos, pero también el uso hecho del material de las Antigüedades Judías en La Guerra de los Judíos.[34]

Con la revisión del lenguaje hay una revisión del contenido, pero esencialmente Josefo permanece fiel al original.

2. Sucesión de los acontecimientos. Josefo usa algunas veces sus fuentes organizándolas en sentido temático, mas que cronológico. Esta es la razón de la desviación del orden bíblico en algunos pasajes.

3. Suposición del método histórico-gráfico griego. “No solo la fórmula de Josefo, sino también el método de Josefo es el de los griegos”.[35]

Siguiendo los retóricos trata de hablar a cerca de los temas que otros han hablado pero de un modo mejor. El nuevo relato será fiel a su original en esencia pero tendrá algunas diferencias por el parafraseo.  

 

II. Sus obras

Cuatro son las obras de Josefo. El orden cronológico de su creación fue: La Guerra de los Judíos, Las Antigüedades judías, La vida y Contra Apio.

Analizaremos brevemente cada uno de ellos con el propósito de descubrir las circunstancias y condiciones que pudieron haber influenciado a Josefo en sus escritos. Este análisis nos permitirá entender mejor la verdad que subraya y, por lo tanto hacer un juicio más estable sobre el autor.  

 

A. La Guerra  de los Judíos

1. Circunstancias

El primer trabajo de Josefo fue publicado alrededor del 75 d.C., 9 años después del comienzo de la guerra Judía y, solo 5 de la destrucción del Templo. La Guerra de los Judíos nació, muy probablemente, como una respuesta a los deseos del emperador y como precio por la libertad y la propiedad; Josefo fue obligado a mantener sus metas políticas. Vespasiano apreció los talentos de Josefo y supo como usarlo para su política.

Si bien Josefo muchas veces en su obra es partidario de "verdad" y "precisión" no se puede decir que siempre las puso en práctica. Desde que comenzó a depender de la dinastía imperial, tuvo interés en revelar algunas cosas y ocultar otras.

2. El argumento

Como el título dice, Josefo intenta relatar la historia de la revuelta Judía contra Roma. Para hacer más inteligible al lector la situación al comienzo de la guerra, él hace un prefacio desde el tiempo de Antoquio Epifanio hasta el comienzo de la guerra.

3. El propósito

Según una opinión, Josefo quizo proporcionar las bases para una nueva relación entre romanos y judíos. De acuerdo a su presentación no había  fundamental antipatía entre ellos. La guerra fue el resultado "de las acciones de unos pocos individuos de ambas partes". De la parte judía la guerra comenzó por un pequeño grupo de fanáticos pero el pueblo era inocente; no querían la guerra. De la parte romana, la responsabilidad fue de algunos grupos de procuradores incompetentes y corruptos; el gobierno "oficial" no deseaba luchar contra los judíos.[36]

Otros autores afirman que Vespasiano quizo advertir a los enemigos poderosos de Roma que ella destruiría cualquier enemigo que tratara de renovar la guerra.[37]

4. Las fuentes

El problema para discernir cuando Josefo es parcial siguiendo sus intereses o sus sentimientos es mas complicado por las dificultades en la fuente crítica de sus obras. Si bien nombra usualmente sus fuentes en las demás, en la Guerra de los Judíos no lo hace.

Aunque no todos los maestros coinciden en algunos casos, estas  podrían ser las fuentes principales.[38]

- Los escritos de Nicolás de Damasco para el periodo Herodiano (37-4 a.C)  Nicolás era historiador y filósofo de la corte.

- Para el período de los procuradores (6-66 d.C) si bien es difícil discernir una fuente escrita es muy probable que no sean fuentes romanas, puesto que es bastante crítica.

- Período de la guerra: también es problemático. Josefo fue un testigo, pero sus relatos en la Guerra de los Judíos y en la Vida son contradictorios, especialmente cuando el mismo ha desempeñado un rol activo.

También menciona desertores y otros testigos quienes le informan sobre lo que sucede dentro de la ciudad (Apio 1,49).

La fecha exacta (el lugar exacto de las tropas al comienzo de la guerra en la Guerra Judía 2,345ss), podría implicar el uso de la fuente romana. Josefo menciona en Vida 342, 358 los comentarios de Vespasiano, pero quizá fue otra.

5. Observaciones sobre la veracidad histórica.

Las siguientes observaciones nos alertan para leer Josefo cuidadosamente y con un sentido crítico.[39]

1)      Orígenes de la guerra: según él fue en todos los aspectos (histórico, político y teológico) una falta de parte de los judíos.

2)      Los revolucionarios: ellos lo acusaron y destruyeron la abominación de la aristocracia de la cual Josefo era parte o formaba parte.

3)      El Judaísmo: deseaba que el judaísmo sobreviviera en paz con el Imperio Romano, y al mismo tiempo tenía ambiciones sobre su propio rol.

4)      Roma y sus emperadores: él lo vio como profeta de la autoridad dada a ellos por Dios, y como un cautivo que agradece su fama y fortuna al patronazgo romano.  

 

B. Las Antigüedades Judías

La segunda obra de Josefo en orden cronológico fue escrita aproximadamente 20 años después de la Guerra Judía. Las circunstancias cambiaron y con ellas también los propósitos y las motivaciones del autor.

“El trabajo fue de este modo el resultado de las circunstancias objetivas de la vida Judía en la Diáspora, y de las conclusiones personales de Josefo extraídas de su experiencia en Roma donde vio al pueblo judío viviendo en un ambiente no judío y sin embargo preservando su índole y observando su religión”.[40]

Propósitos

Las Antigüedades fueron escritas con el propósito de iluminar el mundo no judío acerca de la naturaleza del judaísmo. El titulo refleja también esta intención, demostrando la antigüedad de los judíos, si bien  es posible que Josefo haya elegido este título en una analogía con la obra de Dionisio de Alicarnaso, Antiquitates Romanae.

Contenidos

Esta obra contiene la historia judía desde sus orígenes hasta el comienzo de la guerra (66d.C).

Josefo relata los sucesos bíblicos pero no siempre como en la Biblia, porque los adapta a los lectores de cultura helenística. También preserva citas de otro judío helenístico o escritores helenísticos.

Usa frecuentemente la versión de los LXX de un modo diferente del conocido.

El relato concluye con el procurador Florus y Josefo luego remite a sus lectores a La Guerra de los Judíos.  

 

C. La Vida

Aparentemente apareció como un apéndice de Antigüedades, la cual fue publicada en el 93 o 94 d.C.

Circunstancias y Propósitos

Fue escrita en respuesta a los ataques de Justo de Tiberias. Este acusó a Josefo de forzar la ciudad de Tiberias para apoyar la revuelta. Josefo fue un cruel tirano. Parece que Justo quería exonerar su ciudad de cualquier guerra culpable y ganarle nuevamente la posición de honor que tenía bajo Claudio.[41]

Contenidos

Josefo hace una apología de su vida comenzando con  una breve mirada de su juventud antes de que fuera enviado a Galilea, luego explica con precisión sus actividades en Galilea y concluye con un resumen de su carrera posterior.

Algunos episodios parecen ser una contradicción con el paralelo en La Guerra de los Judíos, y este es el principal problema para considerar su veracidad.  

 

D. La última obra de Josefo fue Contra Apio. La cual consiste en una refutación al antisemitismo y no es relevante para nuestro tema.  

 

Conclusión

Como historiador Josefo no debe ser juzgado según el criterio moderno. En los tiempos antiguos el historiador era un escritor, y su trabajo era parte de la literatura. La desgracia es que los requerimientos de la literatura no eran los mismos que los de la historiografía.

Pero por otro lado, la confrontación con los descubrimientos arqueológicos y con otros autores (Tacito, Suetonio, y Dion Casio) donde es posible, da un resultado no desfavorable para Josefo.[42]

La importancia de Josefo crece desde que sus obras son casi la única fuente para la historia del período del Segundo Templo.

Si bien, Josefo difícilmente puede ser considerado un gran hombre,  pese a sus defectos debe ser considerado un gran historiador.

 

 

 

 

 

 


 

[1] L. Feldman, “Josephus”, The Anchor Bible Dictionary (1992) III, 982

[2] Vida 5

[3] Gayo Cesar gobernó del 37 al 38 dC

[4] Vida 2

[5]  Contra Appion I, 54

[6] Vida 9

[7]  Vida 10-12

[8] Vida 13-16

[9] Vida 17

[10] Vida 20

[11] G. Ricciotti, Flavio Giuseppe: Lo Storico Giudeo-Romano, (Torino 1937) vol. I (Introduzione) 5

[12] Ibid 28

[13] L. Feldman, “Josephus”, III, 982

[14] G. Ricciotti, Lo storico..., 5-6

[15] Vida 77

[16] Vida 81

[17] Guerras II, 562-569

[18] Vida 17-28

[19] G. Ricciotti, Lo storico..., 11.

[20] Ibid 32-42

[21] Ibid 43-45

[23] V. Nikiprowetzky, “Josephus and the Revolutionary Parties”, in Josephus, The Bible and the History (Leiden: 1989) 228

[24] Guerras, III, 64-69

[25] Guerras, III, 339-408

[26] A. Schalit, “Josephus”, Encyclopedia Judaica (Jerusalem, 1971) X, 253

[27] Guerras IV, 622-629

[28] Vida 416; Guerras V, 114, 261, 325

[29] Guerras V, 367

[30] Contra Apio I, 49

[31] G. RICCIOTI, Lo historico..., 25.

[32] Por ejemplo Riccioti dice que murió en el 102-103 dC y que vivió al menos 65 años.

[33] Shutt, R.J.H., Estudios en Josefo, Londres 1961, p. 117.

[34] Cfr. Cohen, S.J.D., Josefo en Galilea y Roma, Leiden 1979, p. 233.

[35] Cohen, S.J.D., Josefo en Galilea y Roma, Leiden 1979, p. 29.

[36] Cohen, S.J.D., Josefo en Galilea y Roma, Leiden 1979, p. 234.

[37] Cfr. Josefo, en Enciclopedia Judaica 10, Jerusalén 1971, p. 254. Rhoads, D.M., Israel en Revolución:

6-74 d.C., Filadelfia 1976, p.11.

[38] Cfr. Cohen, S.J.D., Josefo en Galilea y Roma, Leiden 1979, p. 24-66. Rhoads, D. M., Israel en Revolución: 6-74 d.C., Filadelfia 1976, p. 15.

[39] Cfr. Rhoads, D.M., Israel en Revolucion: 6-74; Filadelfia 1976, p. 13.

[40] Flavio Josefo, en Enciclopedoa Judaica 10, Jerusalén 1971, col. 257.

[41] Cohen, S.J.D., Josefo en Galilea y Roma, Leiden 1979, p. 238.

[42] Cfr. Flavio Josefo, La Guerra Judia, Giovanni Vitucci, Verona 1978, p. 33.

1