"Y el discípulo la acogió en su casa"
(Para hacerla el sábado antes de Nochebuena)


 

Ponemos en sus manos esta liturgia mariana para ser rezada por la familia el día sábado anterior a Nochebuena. Sabemos por el Evangelio que Santa maría dio a luz al Señor Jesús en su pesebre, "porque no tenían sitio en el albergue para ellos" (Lc 2, 7). Con este momento de oración queremos en primer lugar darle gracias a Aquella que lo dio todo para darnos al Reconciliador, así como acogerla con amor filial en nuestras vidas y hogares, como lo hizo San Juan. Des esta manera Santa María dará a luz a su Hijo, el Señor Jesús, en nuestras vidas.

LITURGIA

  1. INTRODUCCIÓN

La familia se reúne en un lugar apropiado de la casa, en torno a una imagen de Santa María.

Todos santiguándose dicen:

En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Luego el padre de familia explica a todos los presentes el sentido de esta liturgia con las siguientes palabras:

Al dar gracias a Dios que nos ha dado a su Hijo, debemos dar gracias también a la virgen maría. Con su "Sí" a las palabras del Arcángel, por obra del Espíritu Santo, se convirtió en la Madre de Dios y en Madre nuestra, y en la noche de belén "irradió sobre el mundo la luz eterna, Jesucristo nuestro Señor". Demos gracias a Santa María porque Ella lo dio todo por nuestra reconciliación y pidámosle para que nuestro corazones estén siempre dispuestos a acogerla y con Ella a su Divino Hijo.

Luego la madre de familia dice la siguiente oración:

Gracias por ser Santa María.
Gracias por haberte abierto a la gracia,
y a la escucha de la palabra,desde siempre.

Gracias por haber acogido
en tu seno purísimo
a quien es
la Vida y el Amor.

Gracias por haber mantenido
tu "Hágase"
a través de todos
los acontecimientos de tu vida.

Gracias por tus ejemplos
dignos de ser acogidos
y vividos.

Gracias por tu sencillez,
por tu docilidad,
por esa magnífica sobriedad,
por tu capacidad de escucha,
por tu reverencia,
por tu fidelidad,
por tu magnanimidad,
y por todas aquellas virtudes
que rivalizan en belleza
entre sí
y que dios nos permite
atisbar en Ti.

Gracias por tu mirada maternal,
por tus intercesiones,
tu ternura,
tus auxilios y orientaciones.

Gracias por tantas bondades.

En fin,

gracias por ser Santa María,
Madre del Señor Jesús
y nuestra.

Amén.

  1. INVOCACIÓN DE LA FAMILIA

Mirando a la imagen de la Virgen, la familia eleva la siguiente súplica común.

(Otros dos miembros de la familia hacen las invocaciones)

Primer miembro de la familia:

Invoquemos al Señor Jesús, Reconciliador del mundo, recurriendo confiados a la intercesión de su Santa Madre. Digamos a cada invocación:

R. Que tu Santa Madre, Señor, interceda por nosotros.

 

Segundo miembros de la familia:

A nuestras peticiones responderemos:

 

R. Que interceda por ellos tu Santa Madre.

 

  • Concede al Santo Padre, el Papa Juan Pablo II, y a nuestro Arzobispo Juan Luis, vida y salud y renuévalos en su ministerio y en su santidad de vida.

R. Que interceda por ellos tu Santa Madre.

     

  • Ilumina las mentes de los gobernantes en la búsqueda del bien común, de la paz y la reconciliación.

R. Que interceda por ellos tu Santa Madre.

     

  • Escucha el llanto de los que sufren, la oración de los perseguidos a causa de su fe, la invocación de las víctimas inocentes.

R. Que interceda por ellos tu Santa Madre.

     

  • Guía a la conversión a cuantos se han alejado de ti.

R. Que interceda por ellos tu Santa Madre.

     

  • Muestra la luz de tu rostro a cuantos te buscan con sinceridad de corazón.

R. Que interceda por ellos tu Santa Madre.

  • Y finalmente, ayúdanos Madre nuestra a que nuestro hogar sea como el de Nazaret, un cenáculo de comunión en el amor.

 

Y toda la familia reza a continuación la siguiente oración:

 

Bajo tu protección nos acogemos,
Santa Madre de Dios;
no deseches las súplicas
que te dirigimos en nuestras necesidades;
antes bien, líbranos siempre de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.

El padre de familia concluye la liturgia con la siguiente oración:

Oh Dios, tú has manifestado al mundo
entre los brazos de la Virgen Madre a tu Hijo,
gloria de Isabel y luz de los pueblos;
haz que en la escuela de María
aprendamos a adherirnos al Señor Jesús
y reconozcamos en Él al único Salvador
del mundo ayer, hoy y siempre.

Él vive y reina por los siglos.

Amén.

Y todos santiguándose dicen finalmente:

En el nombre del padre, del hijo y del espíritu Santo. Amén