Esquema de celebración de cuaresma para jóvenes preparado por la Pastoral Juvenil de la Inspectoría Salesiana de Sevilla, España

 

UNA OPORTUNIDAD PARA CAMBIAR POR DENTRO

 

Ø Monición:

Nos aproximamos a la Pascua, nuestra gran fiesta. Aún estamos a tiempo. Preparación, esfuerzo, trabajo, intensidad... todas estas palabras reflejan bien nuestro afán de estar dispuestos a un cambio, un cambio, sobre todo, interior.

 

1. Tu interior.

Ø ¿Te sientes aislado?

Hablamos de aislamiento, no de soledad. El aislamiento es una huida. La soledad es una presencia en silencio. En la soledad sabemos que alguien está, aunque su forma de estar sea callada; en el aislamiento no sabemos si estás ni adonde te has ido, dónde te has metido; sólo percibimos que te has ido sin dejar señales.

Ø ¿Cómo está tu interior? Revisa tu Cuaresma

¿Y tú? ¿De qué huyes? ¿Cuáles son tus miedos? Interioriza tu vivencia de la cuaresma y, por qué no, compártela con tu grupo.

 

2. Tu oportunidad.

Ø Lectura: Lc 18, 9-14 El fariseo y el publicano

También a unos, que presumían de ser hombres de bien y despreciaban a los demás, les dijo esta parábola: -Dos hombres subieron al templo a orar; uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, erguido, hacía interiormente esta oración: "Dios mío, te doy gracias porque no soy como el resto de los hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago los diezmos de todo lo que poseo". Por su parte, el publicano, manteniéndose a distancia, no se atrevía siquiera a levantar los ojos al cielo, sino que se golpeaba en el pecho, diciendo: "Dios mío, ten compasión de mí, que soy un pecador". Os digo que éste bajó a su casa reconciliado con dios, y el otro no. Porque el que se ensalza será humillado, y el que se humilla será ensalzado.

Ø Reflexión personal: Sal de tu aislamiento

Aislarse fue lo primero que hizo el hombre cuando desobedeció. Pero el aislamiento no es solución de nada. No se solucionan las cosas huyendo, sino afrontándolas.

¿Cuál es tu oportunidad para afrontar esta Cuaresma? ¿Qué puedes hacer todavía para humillarte y no ensalzarte? Ponte, seguidamente, en manos del Señor.

Ø Oración: Salmo 22

El Señor es mi pastor,
nada me falta.
En verdes prados me apacienta,
me conduce hacia fuentes de descanso
y repara mis fuerzas.
Aunque pase por cañadas oscuras,
no tengo miedo a nada,
pues tú estás junto a mí,
tu vara y tu cayado me dan seguridad

 

3. Tu cambio.

Ø Comunicación:

¿Qué vas a afinar en la recta final de la Cuaresma? ¿Crees que Dios puede ayudarte a cambiar?

Ø Oración común final:

Señor, me confío a tu misericordia y me dejo envolver en ella. Quiero un corazón nuevo, y unos ojos nuevos, y un camino nuevo, para no apartar me jamás de Ti.

Señor, hoy es tiempo de recomenzar. Mañana yo estaré más en Ti y Tú estarás más en mí.