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En el Umbral de la Gehena Ardiente
continuación

 

 

La Tentación del Ocultismo

"El espíritu dice claramente que en los últimos tiempos se alejarán de la fe escuchando a los espíritus tentadores y las enseñanzas del demonio" (/1Tm/04/01).

Como el niño que busca a la madre, así el hombre busca instintivamente a Dios, especialmente en los momentos difíciles de su vida. En Dios, el hombre ve a su Padre Celestial, Quien le desea todo el bien y es capaz de hacer por él hasta lo imposible. Nuestro Señor Jesucristo nos prometió: "Pidan y se les dará, busquen y lo encontrarán, toquen la puerta y se les abrirá" (Mat. 7:7). Algunos piden por su salud física, otros piden ayuda en el trabajo, o en el fortalecimiento de la familia, el bienestar de los hijos; alguno pide que su fe se fortalezca, saber rezar, que se le acerque el Espíritu Santo, cada uno pide en la medida de su nivel espiritual. Pero Dios acepta los ruegos de todos los que lo envocan con fe sincera y ardiente.

Además de la ayuda de Dios que la oración nos proporciona, ella es algo extraordinario que ayuda al crecimiento espiritual del hombre. Y eso es, porque la oración no es un monologo, sino una conversación, en la que Dios responde a nuestra alma y la ilumina con la gracia del Espíritu Santo. Iluminando el mundo interior del hombre, Dios le enseña no buscar solamente el bien material, perecedero, sino el bien eterno, realmente valedero. La persona que conversa con Dios rezando reconoce que el Creador es un Ser Supremo lleno de amor, pero también es el Ser Justo a Quien hay que venerarlo. No se le puede manipular como si fuera una fuerza ciega. El es el Padre, a Quien hay que obedecer. De este modo la oración, como una experiencia personal que surgió al principio como el resultado de unas exigencias concretas, sirve luego como el método para el perfeccionamiento moral del hombre y como guía hacia el bien mayor, el Reino del Cielo. En contraposición a esta sana religiosidad basada en la fe y en la obediencia a Dios, se encuentra la insana "espiritualidad negra" del ocultismo. En el también hay un elemento sobrenatural y la búsqueda de ayuda, pero no se la pide a Nuestro Creador, sino a los espíritus dudosos o a las fuerzas misteriosas del más allá. Si una sana fe en Dios ennoblece a la persona, una dudosa fe en lo oculto la mutila espiritualmente. Esa fe siempre está dirigida hacia lo terrenal, trivial y pecaminoso. La meta de la acción ocultista es puramente utilitaria: conocer algunos secretos, conseguir el éxito en la vida, lograr que alguien lo ame, fortalecer la salud, tener mayores recursos de bioenergía, aumentar su potencial, vengarse del enemigo o juguetear simplemente con lo misterioso. A muchos los seduce la posibilidad de conseguir muchas cosas sin ningún esfuerzo y sin infringir las leyes civiles.

Mientras el contacto con Dios despierta la consciencia en el hombre y lo conduce al arrepentimiento y al mejoramiento de su conducta, la acción ocultista se dedica, por el contrario, a liberar al individuo de sus obligaciones morales: ¡Acéptalo y goza! En ésta aparente liberación de los imperativos morales consiste, nos parece, la principal atracción del ocultismo. Pero como vamos a ver más adelante, los serviciales espíritus sobrenaturales no son del todo altruistas y la persona, tarde o temprano, paga caro por los servicios prestados. Solo al principio todo parece tan fácil y simple.

El ocultismo es tan antiguo como la humanidad misma. Al comer el fruto prohibido del paraíso el hombre hizo la primera tentativa de adquirir los conocimientos y poderes extraordinarios con ayuda de medios ocultistas (Génesis 3 cap). Los brujos, shamanes, evocadores de los muertos etc., existieron siempre, pero mayormente se mantuvieron en la "clandestinidad." Como un hecho extraordinario de nuestra época se destaca el aumento del interés y la popularización siempre mayor de las diferentes formas del ocultismo, lo que atestiguan también algunas serias investigaciones contemporáneas. Uno de los científicos de la Universidad de Chicago, mundialmente famoso prof. Mircea Eliade dice en su libro "Occultism, Witchkraft and Cultural Fashions": "Siendo yo un historiador de las religiones no me queda otra cosa que asombrarme de la gran popularidad de la brujería en la cultura y la subcultura contemporánea occidental. Tengo que agregar que el entusiasmo por la brujería representa sólo una parte de una tendencia más amplia, que es precisamente el gran aumento del interés por todo tipo de ciencias esotéricas ocultas" (The University Press, Chicago, Il., 1976). Bajo la influencia de un movimiento que está de moda ahora, "New Age," miles de personas en los Estados Unidos se declaran "channelers" (los mediums) y "psychics" (videntes) y millones de personas les piden ayuda y consejos y leen con entusiasmo sus innumerables escritos.

Algunos de estos "channelers" tienen fama en los ámbitos artísticos y de la televisión. En los países de Europa, en Canadá, Brasil, Rusia etc., es notable también el interés por todo lo que representa lo sobrenatural. La influencia del ocultismo comenzó a notarse hasta en las ciencias serias, como la filosofía, arqueología, medicina, psicología, etc. Comenzaron a surgir las sectas seudocristianas, divulgadoras de las antiguas ideas ocultistas vestidas de terminología seudocientifica y cristiana. En las librerías podemos ver secciones especiales dedicadas a la tendencia "New Age." Abundan títulos, como "Las brujas del medioevo," "Antigua magia del Egipto," "La historia de las sociedades secretas," "Serpentina y arco iris," "Las palabras secretas de los shamanes y zombies del Haití," "La enciclopedia de las ciencias antiguas y prohibidas," "Desde la cábala hasta los mundos astrales: energías mentales y el misterio de las relaciones íntimas," "El libro de la magia sagrada: la fuente negra, indispensable para el conocimiento ocultista," "El diccionario contemporáneo de las brujas: todo lo que debes saber para el hechizo," "Para conseguir lo deseable por medio de la energía ocultista," "La levitación, qué es y cómo se hace."

El doctor Walter R. Martin, destacado conocedor de cultos en América, afirma que los 60% de los norteamericanos utilizan de una u otra forma los métodos ocultistas o se interesan por el ocultismo. Existen más de 3000 editoriales que publican libros y revistas ocultistas y que operan anualmente con mil millones de dólares. Hasta las revistas tradicionales, que en principio no se interesaban por ese tipo de temas, publican artículos sobre los métodos ocultistas, sobre la astrología, la curación por medio de cristales, etc. En Rusia, el entusiasmo por el ocultismo adquiere dimensiones de una epidemia. Estos tristes hechos hablan de una degeneración de la sociedad contemporánea y anuncian la cercana Segunda Llegada de Cristo.

La palabra ocultismo proviene del latín "occultus" que quiere decir algo escondido e inalcanzable para la mayoría. En la esfera del ocultismo entran distintos e inexplicables fenómenos y hechos producidos por las misteriosas, extrafisicas fuerzas. Los estudios ocultistas persiguen las siguientes metas: 1. Obtener conocimientos sobre los hechos enigmáticos que los medios físicos no pueden descifrar. 2. Entrar en contacto con los espíritus o con las fuerzas extrasensoriales. 3. Aprender a manipularlos a su antojo. He aquí una lista parcial de teorías y enseñanzas ocultistas: adivinación profesional, astrología, quiromancia, numerologia, teosofía (de Blavatski), cabala, antroposofia, espiritismo, los viajes astrales, ciertos tipos de misticismo, meditaciones transcendentales, curación extrasensorial, mediumismo y "channeling," shamanismo, brujería, toda clase de magia, blanca y negra, yoga.

En nuestros tiempos obtuvo un gran auge la teoría ocultista "New Age" que ha absorbido muchas antiguas enseñanzas ocultistas. Algunas sectas y cultos contemporáneos surgieron después de la "revelación" de los espíritus, o conllevan ciertos elementos ocultistas y utilizan métodos similares al ocultismo. Hay que nombrar entre ellos al Orden de Rosenkreuzer, la doctrina de los Rerich ("La ética viva" o AgniYoga), la sociedad de los Hermanos Blancos, La sociedad de E. Blavatski, el movimiento New Age, la sociedad AunSinrike, Krishnaismo, Lucius Trust (Alice Bailey), Eckankar (Paul Twitchell), The children of God (David Berg), Unification Church (Sun Mun), La sociedad Antroposófica (Rudolf Steiner), Astara (Earlyne Chaney), la "Iglesia" de los Mormones (Joseph Smith y su ángel "Moroni"), Christian Science (Mary Baker Eddy), y otros.

ESPIRITISMO: ¿Qué es lo que empuja a las personas instruidas del siglo XX a dedicarse a las prácticas anticientíficas y dudosas, tales como evocación de los espíritus? La respuesta para esta incógnita es que la ciencia sola y las teorías del materialismo no pueden satisfacer altas aspiraciones espirituales del ser humano. Algo en todos nosotros busca respuestas más sutiles y elevadas, estamos sedientos de soluciones que exigen los problemas principales de nuestra existencia: ¿Para qué vivimos? ¿Existen otros mundos y otras formas más perfectas de vida? ¿Qué es lo que nos espera después de la muerte? ¿Existen las fuerzas nofisicas que pueden ayudarnos a superar las leyes físicas y conseguir una felicidad estable? Pues, de esta manera, la gente que no conoce o ignora olímpicamente al cristianismo, se acerca a las teorías esotéricas. Estas teorías pretenden responder satisfactoriamente a las profundas dudas principales de la existencia y permiten acceder al conocimiento de las fuerzas extrafisicas. Sin embargo, tales respuestas son erróneas y las recetas tienen efectos funestos. Lo más peligroso es que se destruye así en el hombre el sentido de responsabilidad ante Dios, su Creador, y también ante uno mismo, por sus actos. Los espíritus caídos tratan de convencer al neófito que se había acercado al ocultismo de que no existe el juicio divino, ni castigos, que todo es muy liviano y agradable.

Por eso dedícate a los estudios y al acopio de las fuerzas que te están proporcionando. Y es cierto, que después de un tiempo dedicado a los ejercicios ocultistas se descubren en la gente las capacidades inusuales, tales como telepatía, clarividencia, poderes curativos por medio del biocampo, telequinesia, etc. Pero, como veremos, estas capacidades no se desarrollaron espontáneamente en el individuo, sino con la ayuda de los espíritus impuros y por eso son muy peligrosos y dañinos. Es cierto también que los demonios no acusan su presencia para no asustar al neófito y se presentan como: a) inofensivos espíritus vagabundos o b) energía nofisica impersonal expandida en el universo y presente, aunque en forma oculta, dentro de la persona misma. Examinemos hasta qué punto estas conclusiones ocultistas tienen que ver con la realidad.

a) La naturaleza de los espíritus ocultistas

Para comunicarse con los espíritus se utiliza o la practica del espiritismo, o la intervención de los "mediums." La historia de la evocación de los espíritus (espiritismo) pertenece a la muy remota antigüedad. Ha sido mencionado también por la Biblia como una ocupación pecaminosa y prohibida por Dios. "No traten de recurrir a los evocadores de los muertos, de visitar a los hechiceros y seguir sus pasos licenciosos, no permitan que ellos os ensucien" (Levitico 19:31). "Si algún alma recurre a los evocadores de los muertos o a los hechiceros para seguir sus pasos licenciosos, Yo, entonces, tomare en cuenta esa alma y la expulsaré del seno de tu pueblo" (Levitico 20:6, 20:27). En las sesiones espiritistas el espíritu aparece o en forma de un fantasma, o a través de su accionar sobre los diferentes objetos, como, por ejemplo, moviendo el platito, golpeando la mesa o meciendo el péndulo (Ouija board), etc. En las sesiones mediumísticas en el estado de trance entrega su cuerpo a la disposición del espíritu quien entrando en él, se apodera de sus órganos, actúa a través de él y proclama diversas revelaciones. La teoría contemporánea de "New Age" populariza esta segunda forma de comunicación con los espíritus (o "fuerzas") llamándolos "channeling" (de la palabra "channel" conducir, canalizar). A medida de que el médium ("channeler" conductor) entra poco a poco en el trance, los músculos de su rostro y sus labios comienzan a tener convulsiones involuntarias. Cuando el espíritu se apodera definitivamente del médium aparecen cambios en su ritmo respiratorio y la expresión de su rostro cambia radicalmente, hasta parecer desconocido. Cambia también su voz, así que una voz femenina suena como un profundo bajo masculino. Al salir del trance la persona no puede recordar qué era lo que había dicho o lo que había hecho durante su trance mediumatico. Al principio el espíritu no se atreve a introducirse en la persona sin su consentimiento y su invitación. Sin embargo, después de varias sesiones mediumísticas repetidas, la introducción del espíritu puede llegar a ser involuntaria, espontanea y el médium se encuentra plenamente sometido a la voluntad del espíritu invocado

No hay duda de que entre los espiritistas y los mediums existen muchos charlatanes. Sin embargo, existe también gran cantidad de profesionales que se comunican realmente con los seres extraterrenales y reciben de ellos conocimientos y capacidades que son inaccesibles para las personas comunes. La cantidad abrumadora de los "channelers" comunes no tienen idea de la perfidia y la peligrosidad de aquellos espíritus, a quienes ellos se entregan con tanta confianza. Esas no son almás inofensivas, vagabundas, ni tampoco son las fuerzas impersonales de la naturaleza. Al contrario, según el testimonio de muchos mediums y shamanes profesionales, los espíritus que se comunicaron con ellos los engañaban conscientemente. Ellos fingían ser bondadosos para apoderarse de los mediums y hacerles daño. Así, por ejemplo, Satprem, el discípulo del ocultista y guru hindú Sri Aurobindo, escribía: "Todos los ocultistas saben que los espíritus están en condiciones de tomar cualquier forma que se les ocurra" (Satprem, "Sri Aurobindo or the Adventure of Consciousness," New York, Harper and Row, 1974).

Robert Monroe describió brillantemente el caso cuando en uno de sus viajes "astrales" el fue víctima de un ataque insolente y obstinado de los espíritus malignos. En el momento más decisivo de la lucha dos de esos espíritus tomaron el aspecto de las dos hijas muy queridas del atacado. Lo hicieron de una manera tan repentina e insólita, que Robert perdió por un instante la capacidad de resistencia, lo que casi le costo la vida ("Journeys out of the Body" Garden City, NY, Anchor Books, 1973).

El reconocido médium Emanuel Swedenborg que se consagró a la evocación de los espíritus y que fue considerado por muchos como un serio especialista en los problemas del ocultismo atestigua que aquellos espíritus con los que se comunican los espiritistas y los mediums son hasta tal punto astutos y mentirosos que a una persona que tiene contacto con ellos es imposible determinar su verdadera personalidad y sus fines. Estos espíritus son unos excelentes actores que se ponen máscaras de los espíritus de los muertos. Swedenborg pone en guardia a los ocultistas neófitos recomendándoles lo siguiente: "Cuando estos espíritus les dicen algo, ustedes no deben creerles nada, porque ellos inventan todo y siempre mienten... Y lo hacen con tanto aplomo e insolencia que la persona se desconcierta. Y si esa persona les cree algo de lo que le han dicho, entonces ellos con el extremo cinismo inventan otras patrañas confundiéndolos del todo. Por eso deben ustedes cuidarse de esos espíritus y no creerles ni una gota" ("The True Christian Religion," New York, E.P. Dutton, 1936).

Un testimonio similar recibimos de Uri Geller, muy conocido por su don de torcer cucharas y tenedores telepáticamente. El y su maestro Andrija Puharich M.D. experimentan a menudo cierta molestia al comunicarse con los espíritus, porque notan algo extraño y sospechoso en su comportamiento. Ambos ocultistas se han dado cuenta muchas veces de que los espíritus se comportaban de modo muy ambiguo, como si se burlaran de ellos (Andrija Puharich, Uri, New York, Bantam, 1975). Molestias similares han experimenta do también otros espiritistas y mediums profesionales.

Pues, entonces, si los espíritus de los ocultistas mienten, es evidente que dichos espíritus no son ángeles buenos ni servidores de Dios. Tampoco pueden ser almas de los muertos porque según lo que dicen las Sagradas Escrituras, a las almas no se les permite vagar por el mundo a su antojo. Al contrario, el alma después de su muerte tiene la ubicación que le procura Dios en el paraíso o en el infierno, permaneciendo allí hasta el día del juicio final ("El hombre debe morir primero y luego ser juzgado," Hebreos 9:27). Por eso, si los espíritus de los ocultistas no son ni ángeles, ni almas de los muertos, entonces lo más probable es que sean espíritus subordinados a la voluntad de aquél, a quien Cristo, Nuestro Salvador llamó "el es la mentira y el padre de la mentira," quiere decir, el diablo (Juan 8:44). Consecuentemente, los espiritistas y los "channelers" confiándose en los espíritus del más allá ponen en gran peligro a si mismos y a los demás (más abajo lo explicaremos detalladamente). Difícil es entender cómo la gente que jamás confiaría en un desconocido, entrega ingenuamente su confianza a unos seres del más allá, cuya naturaleza desconoce y que han dado suficientes pruebas de que mienten muy a menudo.

b) ¿Sería impersonal la energía espiritual?

Ahora analizaremos la segunda opinión, muy popular en nuestros tiempos, que los métodos ocultistas ponen en movimiento la energía nofísica extendida en el cosmos o concentrada en ellos mismos. Esta opinión es especialmente grata para el escéptico contemporáneo, quien no acepta a Dios personal ni al mundo espiritual. A la consciencia de este ser arrogante le halaga la idea de que con un solo deseo suyo él puede poner en movimiento toda la poderosa energía inmaterial y hacerla trabajar para su provecho. En la premisa que habla de la existencia de las fuerzas nofísicas impersonales se basa toda una fila de teorías ocultistas investidas con terminología cuasicientífica, que se ofrecen al lector en forma de recetas útiles para todas las ocasiones de la vida.

El éxito de todas esas enseñanzas ocultistas contemporáneas es enorme, porque ante la vista de esa gente que busca respuestas, pero que es espiritualmente ignorante, se abren como mundos nuevos: todo lo que fue hasta ahora lo misterioso y lo imposible se transforma en lo explicable y lo alcanzable. No hay que temer nada, ni a nadie, todo es sencillo y fácilmente realizable para aquel que aprendió a manejar las fuerzas nofisicas.

Comentario. Especial peligro para la salud espiritual representa aquella tendencia en el ocultismo que enseña el método del descubrimiento de la fuente de energía dentro del hombre mismo (A. Klizovski, "Las bases de la concepción del mundo en la época nueva"). Según esta teoría cada persona que adquiere experiencia con este método especial es capaz de desarrollar dentro de si mismo la percepción holística del mundo, tanto interior, como exterior; puede conservar y reponer la salud propia y de los demás, aprender a conectarse con cualquier fuente de información, abrir el tercer ojo, hacer viajes astrales, aprender a descubrir sus propias "chacras" (hindú). La apertura de las chacras con ayuda del método especial con el fin de liberar la energía psíquica promete posibilidades ilimitadas. El hombre puede asimilarse a Dios poseer el poder de clarividencia, de telepatía, de telequinesia (mover a distancia), etc. Pero al mismo tiempo los mismos especialistas en este ámbito (A. Klizovski) advierten que el descubrimiento de biofuerzas dentro de uno mismo produce serias consecuencias. El análisis detallado de este tema no es de nuestra incumbencia. Señalaremos solamente que la gente que se dedica a elucidar sus propias chacras mutilan su psiquis, a veces irremediablemente.

Es curioso, que los propios espíritus que actúan "detrás de las bambalinas" de los experimentos ocultistas contemporáneos cuasicientificos no se ofenden en absoluto que los "channelers", ignoran su obra y disimulan sus méritos. Al contrario, los espíritus se esconden de buena gana detrás de las impersonales fuerzas nofísicas, porque así consiguen su propósito principal: su meta es la ecualización de los humanos. Y es muy coherente de su parte, porque su propio amo, el príncipe de tinieblas el diablo, es un demagogo hábil y multifacetico. A la persona con aspiraciones intelectuales dice: "Te daré conocimientos sobrenaturales; al hombre con inclinaciones místicas: "Te revelaré el misterio de la existencia humana"; al que tiene la sed de poder le promete gloria y dominio sobre los demás; al hombre que busca la felicidad mundana le promete todos los bienes terrenos; al ateo repite insistente: "¡Yo no existo! Soy una fantasía."

De esta manera, después de haber tentado a cada uno con lo que más valora, el diablo lo aleja cada vez más de Dios, hasta sumirlo en el abismo demoniaco. Gracias a que sabe adaptarse a la mentalidad humana, el diablo supo tentar a muchos de nuestros contemporáneos usando antiguas fábulas ocultistas vistiéndolas con la terminología seudocientifica. Así surgió en nuestros días hasta una nueva rama especial de la ciencia: parapsicología, que estudia y trata de explicar científicamente los antiguos métodos de los shamanes y los mediums.

Pero sigue en pie la pregunta esencial: ¿si existe la energía nofísica, moralmente neutral, entonces, cual es su naturaleza? Para poder contestar hay que tomar en cuenta que toda la energía, toda la fuerza, sea material o espiritual, está invariablemente asociada a la fuente que la hace surgir. Así, por ejemplo, toda energía física, o campo (electromagnético, gravitacional etc.) no existe "en si," sino que procede de determinadas partículas subatomicas (fotones, gravitones etc.). Y porque estas partículas físicas son impersonales, los campos que ellos crean son impersonales también, y son moralmente neutrales. De la misma manera la energía espiritual (las fuerzas anímicas) no existen "en si mismas", sino también proviene de uno u otro ente espiritual. Y como los seres espirituales (ángeles, personas, demonios) son personalidades, entonces consecuentemente la energía que ellos despiden tiene el color de su estado moral, del bien o del mal. Los experimentados poseedores de los poderes extrasensoriales lo comprenden perfectamente y por eso tratan de protegerse del contagio moral.

Se sabe que en este mundo, en el que vivimos, además del blanco y del negro existe también el gris; además de la luz y de la oscuridad existen semisombras. Pero en el vacío no existen semisombras, sino sólo luz u oscuridad total. De la misma manera, en el mundo de los espíritus no existe el estado moralmente indefinido. Los espíritus (comparándolos con los hombres) son seres simples: pueden ser o totalmente buenos (ángeles), o absolutamente malos (los demonios). Correspondientemente en el mundo espiritual existen sólo dos estados: el paraíso y el infierno. No existe un estado intermedio, neutral. Después de haberlo comprendido, estaremos de acuerdo que la fuerza (la energía) que proviene de Dios y de los ángeles siempre es buena y nos atrae hacia el bien, mientras la fuerza (la energía) que proviene del demonio es siempre mala y nos atrae hacia el mal. La experiencia que reunió la iglesia a lo largo de muchos siglos lo confirma. La fuerza proveniente de Dios, o "la nocreada energía divina" (según la expresión de San Gregorio Palamas), es una energía que esclarece y vivifica el alma. "¡Oh, Maestro, que bien estamos aquí Contigo!", exclamaron los discípulos cuando en el monte Tabor los iluminó la luz Divina (Mat. 17:113).

Pero los seres humanos son mucho más complejos que los simples espíritus(ángeles y demonios). Por eso aquellos pueden permanecer un tiempo en el estado moralmenteindiferente y dudar en la elección entre el bien y el mal. Precisamente a causa de la dicotomía moral y la inestabilidad del ser humano, el bien y el mal se neutralizan mutuamente dentro de su alma y por eso su energía espiritual es débil y poco efectiva en comparación con la energía de los espíritus uniformes. Es similar al fenómeno que observamos, cuando las partículas con cargas negativas de los electrones del tomo neutralizan la carga positiva del núcleo. En el mundo espiritual no existen ningunas fuerzas nofísicas moralmente neutrales por que pertenecen a los seres moralmente definidos, ángeles o demonios. Por eso, cada vez que un ser humano entra en contacto con la energía que proviene de estos seres, siente la atracción hacia el bien, o hacia el mal, respectivamente.

Observación: No hay duda de que la fuente principal de toda clase de energía es Dios. Pero los ángeles caídos han dirigido esta energía hacia el mal, lo mismo que todos los dones que han recibido del Creador.

De esta manera, los ocultistas se equivocan con respecto a la neutralidad y al carácter inofensivo de la energía nofísica. Como ni Dios, ni sus ángeles permiten manejarlos, los que se acercan gustosos a los ocultistas son los demonios. Son ellos los que abastecen a los ocultistas con la energía necesaria. Pero no lo hacen, ni de lejos, de manera desinteresada. Solo entregan la energía en forma de préstamo cobrando un gran porcentaje. Los hechiceros, las brujas, los satanistas y muchos otros ocultistas profesionales tienen consciencia de esto, pero lo mantienen en secreto. Para no acusarlos sin fundamentos, traeremos aquí algunas referencias de los especialistas.

El profesor Michael Harner da clases en las Universidades de Columbia y de Yales, además es profesor de la antropología de la "New School for Social Research" de Nueva York y ha escrito el libro "The Way of the Shaman." Sus estudios sobre el ocultismo lo llevaron a la convicción de que la fuente de las fuerzas que poseen los shamanes proviene del mundo de los espíritus. "Sin el espirituguia no se llega a ser shaman, porque este necesita una fuente muy poderosa de la energía" (New York, Bantam, 1986). Los "guru" (maestros) hindúes y budistas reconocen también que su fuerza proviene del mundo de los espíritus. Así, por ejemplo, Idries Shah reconoce que: "Los guru no poseen por si mismos una fuerza extraordinaria. La reciben de los espíritus, mientras el gurú debe tener solamente la capacidad de concentración" ("Oriental Magic," NY, E.P. Dutton, 1973). En el libro "The Adventures unto the Psychic" el antiguo investigador de los fenómenos parapsicologicos, Jess Shearn, anota las siguientes observaciones: "Casi todos los grandes mediums, sin excepción, se daban cuenta de que han sido instrumentos de una fuerza del más allá que fluía a través de ellos. Pero a si mismos ellos no adjudicaban ninguna fuerza especial" (NY, Signet, 1982).

Aunque los ocultistas quisieran vanagloriarse de sus extraordinarios poderes, deben confesar a menudo que son los espíritus del más allá que actúan a través de ellos. Así, por ejemplo, mencionando al investigador parapsicologico Lawrence Le Shah, quien había estudiado a los curanderos extrasensoriales orientales y occidentales, Charles Panati escribe: "Si existe algo en común entre todos los curadores que yo he investigado, eso es la confesión de que ninguno de ellos ha podido curar con sus propios esfuerzos. Al contrario, cada uno de ellos comprendía que era precisamente un espíritu quien actuaba a través de ellos, mientras se describían a si mismos como instrumentos pasivos del espíritu. Para poder realizar una curación todos los curadores (curanderos) deben entrar previamente en estado de trance" ("Supersenses," Garden City, NY, AnchorDoubleday, 1976).

Uno de los más completos estudios sobre las curaciones extrasensoriales se puede encontrar en una colección titulada "Healers and the Healing Process." En este estudio hecho durante una década, en el que tomaron parte muchos investigadores especialistas en la materia, nosotros podemos leer: "Cualquier estudio de las curaciones paranormales lo lleva al investigador a tener la noción de los espíritus racionales (cuyos nombres son algunas veces "guías," otras veces "inspectores" o "defensores") que ejercen la influencia sobre la mente del curador y le suministra datos de los que antes no tuvieron ni la más mínima idea consciente (Wheaton, Il, Theosophical Quest, 1977). Esta investigación ha llegado a las conclusiones que las curaciones paranormales están difundidas mayormente en los países donde se popularizó más el espiritismo y la fe en los espíritus. Los datos más detallados sobre este tema se encuentran en los folletos "The Facts on the Occult" y "The Facts on Spirits Guids," publicados por John Ankerberg y John Weldon (Harvest House Publishers, Eugene, Oregon, 1991).

De este modo se llega a la conclusión, de que cualquiera que sea la terminología usada por ellos, los ocultistas entran en contacto personal con los espíritus reales que les suministran datos especiales y fuerzas extrafísicas.

c) Resultados de las actividades ocultistas

Ya hemos presentado los datos que demuestran que todos estos espíritus no son ni ángeles, ni almas de los muertos, sino, más bien, demonios. Pero para convencerse del todo, analicemos cuáles son las consecuencias que sufren los que tuvieron contacto con sus espíritus. Es el método más infalible de investigaciones espirituales, como lo había indicado el mismo Cristo, Nuestro Salvador, diciendo: "Por sus frutos los reconoceran... No puede un árbol bueno dar malos frutos, ni árbol malo dar frutos buenos" (Mat. 7:16) Y es así, como los múltiples hechos recogidos de la vida de las personas que se dedican al ocultismo nos convencen, que: a) son los espíritus que empujan a las personas que se dedican al ocultismo a cometer toda clase de pecados y desmanes; b) son los espíritus que dañan su salud, los maltratan y truncan su existencia. Es cierto, realmente, que en las personas dedicadas al ocultismo se manifiestan dentro de algún tiempo las anormalidades psíquicas, periodos de depresión, adicción al alcohol o a las drogas. M. Lamar Keene vivió durante trece años entre los mediums profesionales. En su confesión pública escribió: "Todos los mediums que yo conocí personalmente o por medio de otras personas tuvieron un final trágico de sus vidas. Las hermanas Fox, por ejemplo, unas pioneras en aquel ámbito, terminaron siendo alcohólicas desesperadas. William Slade, famoso por saber leer los pensamientos de los demás, había enloquecido y murió en un hospicio de la ciudad de Michigan. Medium Margery murió alcohólica... Mire a donde mire, en todas partes se ve lo mismo: en su miserable existencia los mediums terminan invariablemente con una muerte más miserable aun. Me sentí absolutamente abatido a causa de todos aquellos asuntos mediumiticos, engaños, libertinaje vulgar, adicción irrefrenable al alcohol o a las drogas" (Psychic Mafia).

Además, los espíritus torturan luego a todos los que recibieron primero su ayuda, demostrando así su maligna naturaleza sádica. Y lo hacen muy astutamente para no asustar antes de tiempo a su víctima, aumentando paulatinamente, según el plan trazado, la dosis de los sufrimientos. La persona que se dedica al ocultismo comienza a sufrir trastornos nerviosos, desarreglos físicos y toda clase de dificultades y averías inexplicables, tiene épocas de gran temor, casi pánico y llega a tener ideas suicidas. Cuando se da cuenta de que deben ser los espíritus que le producen todos estos síntomás y trata de liberarse y detener su actividad ocultista, entonces los espíritus triplifican su fiereza y lo hunden en un mar de desgracias para asustarlo aun más y hacerlo volver. De esta forma, tirando de las riendas y otra vez aflojando, poco a poco esclavizan totalmente al ocultista y al final lo aniquilan.

Esta observación la confirma doctor Nandor Fodor, autor de una prestigiada "Encyclopedia of Psychic Science": "Las tentativas de aplacar su capacidad mediumitica se revierten y producen dolencias diversas, y cuando la persona vuelva a sus ocupaciones ocultistas, los síntomas desaparecen" (Secaucus, NJ, Citadel, 1974). El conocido parapsicólogo Edgar Cayse representa un vivo ejemplo de lo que hemos dicho anteriormente. Joseph Millard dice sobre él: "Cayse fue de hecho un miserable títere de las fuerzas del más allá" ("Edgar Choice: Mystery Man of Miracles," Greenwich, CT, Faucett, 1967). Raphael Gasson, un exmedium, había escrito, basándose en su experiencia personal: "Muchos tuvieron problemas graves al tratar de analizar el mediumismo y han sufrido temores queriendo liberarse para no serlo más. Se destruían las familias, se multiplicaban las tentativas de suicidio, los vencían las enfermedades psíquicas, sufrían todos los que tuvieron esa ocupación antes, para querer luego liberarse de su yugo.

Aquellos, sin embargo, quienes han llegado a salvarse deben solamente agradecerle a Dios y a Su Misericordia" ("The Challenging Counterfeit," Plainfield, NJ, Logos, 1866). El espiritista y guru Sri Chinmoy, el asesor de la ONU, reflexiona: "Muchos, muchos brujos y personas que se comunican con los espíritus, fueron estrangulados o matados. Lo se, porque me he topado personalmente con algunos casos similares" ("Astrology, the Supernatural and the Beyond," Jamaica, NY, Angi Press, 1973). El profesor Kurt Koch, quien dedicó los 45 años de su vida al estudio de los fenómenos paranormales, atestigua, que: "entre las personas que se dedican al ocultismo, existe un gran porcentaje de suicidios, accidentes trágicos y enloquecimiento." Tanto él como muchos otros especialistas en temas parapsicológicos afirman que dedicarse durante muchos años a la práctica ocultista destruye irrevocablemente la salud física de la persona, como si algún vampiro interior succionara poco a poco las fuerzas del ocultista.

La gente cae en las redes del ocultismo, porque al principio no percibe ningún peligro, al contrario, todo le parece perfecto y agradable. Malachin Martin en su libro "Hostage to the Devil" describe el destino de un tal "Karl," un físico y psicólogo diplomado, poseedor de un vivo interés hacia la religión y la parapsicología. Karl asombraba a sus amigos con sus grandes capacidades psíquicas. Siguiendo su "vocación", investiga seriamente la doctrina de la transmigración de las almas y de los viajes astrales. A medida del avance de sus conocimientos en el campo de las ciencias ocultas se le abren horizontes cada vez más amplios. Karl era inteligente y cuidadoso. Estaba seguro de que sus investigaciones serían de gran utilidad para la ciencia y para toda la humanidad. Después de haber conseguido la cátedra en una Universidad de los EE.UU., sigue sus experimentos en el ámbito de la parapsicología y de los fenómenos místicos. Sin embargo, comienza a notar paulatinamente ciertos cambios negativos en su carácter y en su estado de ánimo. Luego comienzan a molestarle dudas y hasta temores con respecto a los espíritus que están comunicados con el. Entonces, finalmente, Karl llega a la conclusión que sus métodos de investigación deben cambiar radicalmente y que algunas de sus premisas de antes deben ser abolidas. Pero he aquí que lo abate la parálisis y lo internan en estado vegetativo en un hospital. Solo pasados once meses, después de un tratamiento intensivo acompañando por las oraciones de sus familiares y amigos, Karl se cura. Al salir del hospital, reniega de todos sus "logros" en el campo de la parapsicología y confiesa el secreto de su enfermedad. "Me he entregado solemne y voluntariamente al espíritu del mal. A pesar de que dicho espíritu se presentaba como benigno y prometía ayudarme y perfeccionar mis conocimientos, yo dudé desde el principio, descubriendo intuitivamente su naturaleza maligna."

Sin embargo, a pesar de que decenas de miles de personas fueron víctimas de su afición por el ocultismo, y de que existe una gran cantidad de documentos que atestiguan sobre el peligro del ocultismo, mucha gente sigue manteniendo la idea de que el ocultismo o es una charlatanería inofensiva, o es una ocupación inocente solo para pasar el rato, o hasta una digna búsqueda espiritual. De todas maneras, el ocultismo no es ni lo primero, ni lo segundo, ni menos lo tercero. Otra opinión, de que existe una forma "peligrosa," pero que también hay una forma "inocente" del ocultismo, es totalmente errónea. Otros creen que al tomar algunas precauciones uno puede incluso sacar cierto provecho del ocultismo. Lamentablemente, todas las investigaciones llegan a la conclusión de que en cualquier actividad ocultista, sea cual sea su forma, hay siempre algo negativo y destructor que se "adhiere" al ser humano y del cual es muy difícil desembarazarse sin la ayuda Divina. Ese "algo" del más allá comienza a manosear el destino del ser humano y lo empuja a sumergirse más y más hondo en el fango del ocultismo. Sucede algo similar a la enfermedad de SIDA. Ese virus después de haber penetrado en el organismo, engaña a las células sanas fingiendo ser "igual" que ellas y totalmente inofensivo. La célula desecha su mecanismo de inmunidad y el virus se introduce en ella al igual que aquel "caballo de Troya." Dentro de la célula el virus demuestra su fuerza destructora. Es cierto también que el ser humano sigue viviendo relativamente sano muchos años después de haberse infectado y a veces ni sospecha que sus días están contados. Solamente en el último período de la enfermedad se hace evidente la presencia de este virus nefasto. Pero ya es demasiado tarde.

Existe otro factor importante que pocas veces se menciona en las investigaciones científicas del ocultismo, a pesar de tener una gran relevancia, y es la naturaleza sacrílega de los espíritus evocados por el ocultismo, es aquella incomprensible aversión hacia Dios y hacia todo lo sagrado que experimenta la persona después de haber recibido ayuda o una biocarga gracias a la practica ocultista. A un ser creyente le resulta más evidente aun este cambio drástico en la disposición anímica de la persona. Ni bien habría recibido la ayuda de una cura extrasensorial o de una práctica ocultista, dicha persona pierde las ganas de rezar, de leer las Sagradas Escrituras, de presenciar la misa en una iglesia, etc. Además, esta repulsión es directamente proporcional a la fuerza recibida por vía ocultista. Ya la siguiente comunicación con los espíritus evocados por el ocultismo transforma a la persona en un luchador activo contra Dios.

Kurt E. Koch cuenta el siguiente caso. En una aldea de Tailandia vivía un aborigencampesino, miembro activo de su comunidad cristiana. Una vez tuvo una herida purulenta en un brazo, y a causa del clima tropical la inflamación se extendió rápidamente de tal manera que casi todo el brazo estaba cubierto con una mancha rojooscura, casi negra. Como su vivienda estaba muy alejada del primer puesto sanitario, el aldeano trató de curar su herida con remedios caseros. Finalmente, cuando la gangrena se había extendido casi hasta el hombro, el aldeano fue a ver al medico. El doctor le anunció que habría que amputar urgentemente el brazo, sino podría morir muy pronto de gangrena. El tailandes gritó lleno de pánico: "¡¿Qué haría yo con un solo brazo?! ¡No podré ni sembrar, ni cosechar el arroz!" El pobre hombre se sintió muy trastornado, pero de pronto se acordó de un viejo hindú quien curaba a la gente por medio de una fuerza misteriosa. A pesar de que el sabía que los cristianos no deben recurrir a los hechiceros, su situación desesperada lo empujo a buscar ayuda del viejo hindú. Resultó que aquel hombre no era para nada un charlatán, sino que tenía realmente poderes mágicos que hacían lo imposible. La infección purulenta fue detenida y el brazo fue salvado. Pero muy pronto después de haber recibido la ayuda del hechicero, el tailandés dejó de asistir a los servicios eclesiásticos y volvió a la antigua creencia pagana de sus antepasados. De esta manera, para salvar su brazo, había perdido su alma ("Occult Bondage and Deliverance," Kregel Publications, Grand Rapids, Michigan, 1970).

Un poco más adelante el profesor K. Koch nos cuenta que el brujo más poderoso que había conocido fue un shaman esquimal llamado Alualuk. Sus fuerzas ocultistas eran tan grandes, que hasta había podido resucitar a unos paganos muertos. Uno de ellos vivió después de su resurrección diez años más. Sin embargo, este shaman ha sido tratado por un misionero y creyó en Cristo y se bautizó. Después de esto el hombre perdió toda su fuerza mágica y cuando Koch le preguntó interesado cuáles eran las fuerzas que le permitían hacer milagros, el exshaman contestó categóricamente: "¡Eran fuerzas demoniacas, sin duda!" Y además, agregó que su fuerza no daba ningún resultado si se trataba de los cristianos convencidos.

En nuestra época el peligro del ocultismo se hizo más grande, porque se presenta como una actividad religiosa y hasta cristiana. Tradicionalmente todas las ramas del ocultismo no escondían su hostilidad belicosa con respecto al cristianismo. Pero ahora podemos oír a los curanderos extrasensoriales y a los ocultistas decir aconsejando: "tienes que bautizarte," "hay que ir a la iglesia," "tendrá que tomar la comunión," etc. Algunos curanderos extrasensoriales en sus sesiones pronuncian el nombre de Dios, dicen oraciones, se persignan y dejan la impresión de que a través de ellos actúan las fuerzas Divinas. ¡Todo esto es un tremendo engaño! Toda clase de ocultismo, sea cual sea su vestimenta es antireligioso por naturaleza.

Es así, realmente, porque todos los signos básicos del ocultismo están presentes en las sesiones extrasensoriales: la tentativa de manipular las fuerzas extranormales con afán de lucro. La religión exige la sumisión ante el Creador, la fe, la contrición, la corrección moral, la elevación espiritual, servir al bien desinteresadamente. Pero en caso contrario, la meta es: recibir mayor cantidad de energía, conseguir bienes, el éxito en la vida, llegar a conocer secretos del más allá, etc. y todo esto sin ninguna responsabilidad moral ante Dios. La persona que se dedica al ocultismo no va a la iglesia para buscar allí a Cristo, sino a la fuerza del biocampo. Mirando los iconos no se está viendo a Dios, sino a una fuente de nutrición. El estira vanidosamente sus brazos para tocar los objetos sagrados y recibir de ellos "carga" de energía para sus acciones impuras, con lo que ofende la grandeza del Creador.

¿Qué es lo que dicen de ellos mismos los que practican las curaciones extrasensoriales? Recurriremos a una conversación con Iury Tarasov, cuyo titulo es: "Pertenezco a la cuarta generación de brujos." A la pregunta de la periodista: "Me he dado cuenta de que para curar una enfermedad osteología usted recurrió a su propio biocampo, a la terapia manual y a la psicoterapia. Todo esto es ampliamente conocido. Conocemos también a algunos representantes de la medicina notradicional, como por ejemplo Dzhuna o Kashpirovski. ¿Pero usted recurre a los tres sistemas, tres en uno? ¿En qué consiste su brujería?" Tarasov respondió: "En su pregunta ya está incluida la respuesta. ¿Por qué no me doy el título de curandero extrasensorial? Simplemente porque un curandero extrasensorial sabe hacer quizás solo una décima parte de lo que es capaz de hacer un brujo de segunda categoría. Lo mismo se puede decir de los hipnotizadores y los curanderos, de los psicoterapeutas... Cada una de estas tendencias es solo la punta visible de un iceberg." Dicho con franqueza y sin reserva. "La punta del iceberg," cuya base se encuentra en el infierno.

OCULTISMO/P: A causa de la naturaleza activamente antagónica a Dios de todas las ramificaciones del ocultismo, las Sagradas Escrituras prohiben severamente dedicarse a esa actividad. Citaremos aquí algunos textos. "No debes admitir en tu casa a ningún clarividente, adivino, quiromante, hechicero, brujo, evocador de los espíritus, mago ni evocador de los muertos, porque es execrable ante Dios todo aquel que se dedica a esas actividades" (/Dt/18/10-13). "Si aparece ante tu persona un profetizador o un vidente y te muestra una señal o un milagro, de los que el te había hablado, y te dice: sigamos a otros dioses que tu no conoces y pongámonos a su servicio, bueno, pues, no le hagas caso, no lo escuches a este profetizador o vidente, porque es una tentación que te envía Dios, Nuestro Señor, para saber si amas realmente y de todo corazón a tu Dios Creador... Y al profetizador aquel o aquel vidente habría que darle la muerte para que no siga persuadiéndote que reniegues del Dios, vuestro Señor" (/Dt/13/15).

Pues entonces, mientras una sana vida religiosa ilumina y ennoblece moralmente a la persona, la actividad ocultista insana y seudoreligiosa sólo la mutila moralmente y la pierde. Todo tipo de ocultismo lleva siempre a contactarse con los espíritus caídos Aunque, al principio, esta actividad ayuda a conseguir éxito en sus emprendinientos y da la sensación de que ante la persona se abren perspectivas y posibilidades ilimitadas, pero, en última instancia habrá que pagar caro por los favores recibidos de parte de los espíritus del mal. "¿Cuál es el beneficio para el hombre si posee el mundo entero, pero pierde su alma? ¿O tendría que pagar un rescate para recobrar su alma?" (Mat. 16:26).

Métodos de Protección Contra Los Espíritus Malignos

A los seres humanos es muy difícil imaginar hasta qué punto son crueles y astutos los espíritus caídos, hasta qué punto son impetuosos y sagaces en su afán de seducir al hombre y de sembrar todo el mal. Pero con todo esto, no se les permite hacer el mal arbitrariamente a los seres humanos mientras estén bajo la protección de Dios Supremo. Recién cuando el hombre con su forma pecaminosa de vida llega a alejarse de Dios y se sumerge en las tinieblas de incredulidad y pasiones, entonces ingresa en la esfera de influencias de los espíritus caídos quienes lo someterán definitivamente. Los incrédulos y los pecadores son aquel material y aquel ejército que el diablo utiliza para difundir las tentaciones y el mal en la sociedad humana y para afianzar su reinado de tinieblas. Su reino, igual que el mar embravecido, nos rodea por todos los costados amenazando nuestra salvación.

Como su contrapeso, Nuestro Señor Jesucristo creó en la tierra Su Propio Reino de Luz en el cual el creyente encuentra una isla tranquila, el asilo seguro y la defensa contra los espíritus del mal. Es cierto, que ya el solo ingreso en el seno de la iglesia durante el misterio del Bautismo viene acompañando por unos exhortes, las oraciones que el sacerdote pronuncia sobre aquel que se está preparando para el bautismo:

"¡Oh, Dios mío, Genuino Soberano, libera a este esclavo Tuyo del yugo del enemigo y acéptalo en Tu Reino Celestial... Destínale para su vida al ángel radiante, quien podrá salvarlo de todas las maquinaciones del enemigo, del encuentro con el espíritu del mal, del demonio meridional y de las ilusiones maliciosas. Expulsa a todo espíritu maligno escondido y anidado en su corazón, al espíritu de encantamiento, de astucia, al espíritu idólatra y de toda lujuria, al espíritu de la mentira y de toda la impureza que actúan inspirados por el diablo. Y haz que Tu esclavo se haga oveja hablante del Santo Rebaño de Tu Cristo, miembro honesto de Tu Iglesia, recipiente sagrado, hijo de luz y heredero de Tu Reino…"

Después de haber sido sumergido tres veces en el agua, el recién bautizado queda purificado de la inmundicia de los pecados que permitía al diablo que se le acercara, y entonces le envuelve la Gracia Divina, que similar a una vestidura luminosa, lo cubre por todos lados (1 Pedro 2:9; Col. 1:1213). Desde este momento el nuevo miembro de la Iglesia, según la expresión imaginativa de Cristo, entra en el redil ovejuno protegido por El, el Buen Pastor, Quien lo salva de los lobos rapaces, del diablo y sus secuaces, y de otros espíritus caídos. El Salvador había dicho: "Les doy a ellos (a los creyentes) la vida eterna, jamás perecerán y nadie podrá sustraerlos de mis manos" (Juan 10:116, 28). Por eso todo lo que necesita el bautizado para permanecer bajo la protección de Dios es tratar de rechazar los pecados y conservar la Gracia recibida del Espíritu Santo.

Pero el diablo, después de haber perdido el acceso al alma del nuevo miembro de la Iglesia, comienza a buscar nuevos métodos para tener otra vez el dominio sobre el. Trata de conseguirlo esgrimiendo su arma acostumbrada, las tentaciones. Es cierto también que el cristiano recibe de Dios todos los medios necesarios para rechazar las tentaciones, pero si se afloja un poco y comienza a vivir solo una vida carnal, entonces el diablo vuelve a conseguir el acceso a su alma y se empeña a dominarlo con mayor crueldad todavía. Nuestro Señor Jesucristo dijo: "Cuando el espíritu impuro abandona al ser humano, entonces comienza a vagar por las áridas comarcas buscando paz, y no la encuentra. Luego dice: volveré a la morada que había abandonado antes. Y al llegar, la encuentra desocupada, barrida y arreglada. Entonces va a buscar a otros siete espíritus más feroces que el y entran allí y se instalan; y puede suceder que para el hombre la ultima posesión le resulte peor que la primera" (Mat. 12:43-45). Las Sagradas Escrituras, advirtiendo sobre este peligro nos indica permanecer alertas: "Quien cree que está parado, que tenga miedo de no caerse" (1 Corint. 10:12). El Apóstol Pablo nos enseña que un cristiano debe considerarse un guerrero de Cristo, que se encuentra en el centro mismo de la batalla.

"Hermanos míos," dice el ap. Pablo, "Dios, Nuestro Señor, los fortalecer por medio del poder de Su fuerza. Esgriman las armas del Señor para poder defenderse contra las artimañas del diablo; porque nuestra lucha no es contra los cuerpos y las sangres humanas, sino contra los poderes, las autoridades, los que gobiernan el mundo de las tinieblas, contra los espíritus malignos del mundo invisible. Para esto lleven las armas de Dios para poder resistir en un día nefasto y superándolo permanecer firmes" (Efesios 6:10-13).

Nuestro Señor Jesucristo nos dio diferentes medios para atraer hacia nosotros la Gracia Divina y rechazar a los espíritus del mal. Comprenden en primer lugar las oraciones y la invocación del nombre de Cristo. Hemos aprendido a rogar diariamente al Padre Celestial: "No nos dejes caer en la tentación y libéranos del espíritu del mal." Muchas oraciones, como por ejemplo la de la mañana y la del atardecer contienen pedidos de guarecernos de las artimañas del diablo (mirar el libro de oraciones). Al final de este capítulo el lector encontrará algunas oraciones especiales contra los espíritus malignos. Sobre la fuerza de Su Nombre Nuestro Señor nos dijo: "Usando Mi Nombre podrán expulsar a los demonios" (Marcos 16:19). Las Sagradas Escrituras y La vida de los Santos mencionan la infinita cantidad de ejemplos que demuestran la eficacia de la evocación del nombre de Cristo para la expulsión de los demonios.

Muchos siglos de experiencia que posee la Iglesia demuestran que los demonios no pueden resistirse a la imagen de la Cruz y de hacer la señal de la Cruz, que son para ellos como el fuego para los insectos. El reverendo padre Nikita Skifat habla así de este tema: "Los demonios muy a menudo perturban el estado anímico y quitan el sueño, pero un alma valiente con una sola vivificante imagen de la Cruz y evocando el nombre de Jesucristo, podrá con la ayuda de Dios destruir sus fantasmas y hacerlos huir rápidamente" ("Filocalia," t. II, pag. 118). De la misma manera San Juan Crisostomo nos explica: "No solamente con los dedos se hace la señal de la Cruz, sino con la predisposición cordial y con plena fe. Si tu rostro reflejar la señal de la Cruz, ni un espíritu impuro podrá acercársete, viendo aquella espada que lo había herido y le dio muerte. Si nosotros temblamos observando el lugar de la ejecución de los criminales, entonces debes imaginarte como se horrorizan los demonios al ver el arma que le sirvió a Cristo para destruir toda su fuerza y cortarle la cabeza a la malvada serpiente. Cuando tenemos la Cruz con nosotros, entonces los demonios no son temibles ni peligrosos" (Charlas evangélicas, par. 2 ed. 5, pag. 432433). Desde los tiempos más antiguos existe la costumbre de los cristianos de llevar una cruz colgada en el cuello. Es importante también recibir la bendición de su vivienda. Al mudarse a una casa nueva, esta puede haber sido profanada por los habitantes anteriores que han vivido en pecado, maldecían, se entusiasmaban por la música violenta, películas repugnantes o se dedicaban al ocultismo. A menudo los espíritus malignos se alojan en los lugares donde hubo asesinatos o suicidios. Para purificar su vivienda tiene que rociarla con agua bendita y leer unas oraciones correspondientes (mirar más abajo),o mejor aun, invitar a un sacerdote para que lo haga.

Deben acordarse, en general, que es el pecado que atrae a los demonios. Si después de haber pecado no nos hemos arrepentido de todo corazón, esto les da a los demonios el acceso a nuestro interior. El estado de pecado es como un túnel a través del cual ellos acceden a nuestra subconsciencia y así ejercen la influencia sobre nosotros. Por eso, para liberarnos de su influencia, debemos purificarnos por medio del arrepentimiento sincero y la confesión, para poder después tomar la comunión con veneración y respeto. Entonces, al entrar en nuestras almas, Dios Nuestro Señor, como el fuego que todo lo reduce a cenizas, extermina toda la impureza y les cierra a los espíritus malignos el acceso hacia nosotros. Es bueno acostumbrarse a tomar regularmente la comunión, por lo menos una vez por mes, porque así llevaremos dentro de nosotros permanentemente el fuego de la Gracia Divina. Los cristianos de los primeros siglos comulgaban cada domingo.

Todos estos medios que Nuestro Señor Jesucristo nos había dado para salvarnos y acercarnos a Su Gracia, debemos conciderarlos no como unas formulas mágicas, sino como conductores de la Benevolencia Divina que refuerzan nuestra fe y nos afianzan en nuestra vida virtuosa.

He aquí algunas oraciones contra los espíritus del mal.

Tropario a la Cruz Vivificadora

Sálvanos, Dios, salva Tu gente y bendice a tus herederos. Dona a los cristianos ortodoxos la victoria sobre los enemigos y protege con Tu Cruz a los que te pertenecen.

Oración a la Santa Cruz (Se dice antes de dormir)

Levántese Dios y sean disipados sus enemigos, y huyan de su presencia los que le aborrecen; desaparezcan como el humo, como se derrite la cera al calor del fuego, así perezcan los enemigos de la vista de los que aman a Dios, y que hacen la señal de la Cruz en si mismos: que claman con regocijo: Regocíjate, oh venerable, vivificadora Cruz del Señor expulsando a los demonios por la fuerza de Aquel que estaba crucificado sobre Ti, nuestro Señor Jesucristo, que bajó al hades y pisoteó la fuerza del diablo y que nos dio a Ti gloriosa Cruz para expulsar a cualquier adversario, Oh honorable y vivificadora Cruz del Señor, ayúdame junto con la Santa Soberana Virgen María y con todos los santos por los siglos. Amén.

Salmo 90/91 El que vive al amparo del Altísimo, se instala bajo el techo de Dios celestial. Dirá a su Señor: "Eres mi protector y mi refugio, Dios mío, confío en Ti." El te liberará de las redes de cazadores y de la palabra rebelde. Con Sus hombros te defenderá y bajo sus alas no correrás peligro. Como un escudo te protegerá Su verdad. No temerás los horrores de la noche, de la flecha que vuela de día, de la ulcera que actúa en la oscuridad, del contagio que saquea al mediodía. Mil caerán a tu lado y diez mil a tu derecha, pero a ti no se te acercarán. Solo mirarás con tus ojos y verás el castigo de los pecadores. Porque has dicho: oh, Dios, eres mi esperanza. Al Supremo has elegido como tu refugio. No vendrá hacia ti el mal y la úlcera no se acercará a tu vivienda. Por que les ordenó a Sus Angeles que te cuiden en todos tus caminos. Te tomarán en Sus brazos para que no tropieces contra una piedra. Pisarás al áspid y al basilisco y pisotearás al león y a la serpiente. Como el confiaba en Mi, Yo lo salvaré, Yo lo cobijaré, porque conoció Mi nombre. Estaré con él en su tristeza: si Me llamar lo escucharé, lo liberaré y lo glorificaré, le donaré la longitud de los días y le revelaré Mi salvación.

La Oración Contra las artimañas del Diablo

Oh, Señor mío, Jesucristo, Hijo de Dios, quien abatió a la serpiente antigua sujetándola con las cadenas de la oscuridad infernal, protéjeme de sus artimañas. Por medio de las oraciones de la Purísima Reina nuestra Madre de Dios y Virgen eterna María, del Santo Arcángel Miguel y de todos los Poderes Celestiales, del Profeta San Juan Bautista, del Evangelista San Juan Crisostomo, del Santo mártir Cipriano y de la mártir Justina, de San Nicolás el Milagroso, de San Nikita de Novgorod, de San Juan Milagroso de Shanhai y de San Francisco, y de todos los Santos, por medio del poder de La Cruz vivificadora y con la protección del Angel Guardián, líbrame de los espíritus malignos, de la gente insidiosa de la brujería, de la maldición y del maleficio, y de todas las calumnias del enemigo de los hombres. Con Tu fuerza omnipotente presérvame del mal para que iluminado por Tu luz, pueda llegar sin contratiempos al puerto seguro del Reino del Cielo y estando allí, agradecer eternamente a Ti, mi Salvador junto con Tu Padre eterno y con Tu Espíritu Santo vivificador. Amén. En el suplemento ustedes encontraran otras dos oraciones de conjuro que el sacerdote lee en los casos especiales.

El Reino de Satanás en el Umbral de la Gehena Ardiente

Las Sagradas Escrituras predicen que en vísperas del fin del mundo aumentarán considerablemente la actividad de los espíritus caídos. Para esta época mucha gente, después de haber perdido la fe, se apasionará con el ocultismo y se pondrá abiertamente al servicio de los demonios. Apiadándose de su pronta perdición, Dios Nuestro Señor tratará de persuadir a los pecadores por medio de diferentes calamidades, pero la mayoría de ellos estarán como encegecidos y ensordecidos, "y no se arrepentirán de sus crímenes ni de sus hechicerías, tampoco de sus lujurias, ni de sus robos" (Apocalipsis 9:21).

Esta será la época, cuando Satanás, refrenado hasta aquel momento por la fuerza de Cristo Resucitado, gozará por un tiempo limitado de la libertad de seducir a la gente que ha rechazado a Dios. El Libro de las Revelaciones (o Apocalipsis) en su 20mo capítulo designa con un numero simbólico de mil años a toda la época desde la Resurrección de Cristo hasta el fin del mundo. El Apóstol Juan en su visión profética había observado: "Al Angel que bajaba del Cielo y quien tenia la llave del abismo y una gran cadena en su mano. El agarró al dragón, a la serpiente antigua, que es el diablo y satanás y lo encadenó por mil años. Y lo sumergió en el abismo, y lo encerró y le puso el sello para que no siguiera tentando más a los pueblos, hasta que no pasen los mil años. Después de eso será liberado por poco tiempo... Y saldrá para tentar otra vez a los pueblos…" (Apocalipsis 20:18). Según la opinión de los Santos Padres de la Iglesia, "el encadenamiento del dragón" debe haberse producido en el momento de la Resurrección de Cristo, cuando satanás perdió su antiguo poder sobre los pecadores, redimidos por la sangre de Cristo, y quedó "encadenado" a causa de su maligna actividad en el mundo. Los mil años abarcan todo el período desde la resurrección de Cristo hasta la época anterior al fin del mundo, cuando satanás aprovechando el alejamiento de la fe de mucha gente, recuperará su poder sobre ellos, aunque por cierto, será por poco tiempo. Entonces, según la pintoresca descripción del Libro de Revelaciones, los espíritus del mal, igual que la voraz langosta infernal, llenaría toda la atmósfera en la que respiran los seres humanos, o sea que ellos penetrarían en todos los ámbitos de la vida social humana. "Y salió el humo del sumidero abismal, igual que el humo desde una enorme estufa; y el sol y el aire se obscurecieron a causa del humo del sumidero. Y del humo salieron a la tierra las langostas y les fueron dados los poderes que tienen los escorpiones terrenales...Y tuvieron ellos al rey que era el ángel del abismo (diablo) cuyo nombre es en hebreo Abbadon, y en griego Apollion (destructor)... ¡Infortunados serán los que viven en la tierra, porque ahí ha llegado el diablo lleno de rabia, sabiendo que no le queda mucho tiempo!" (Apocalipsis 9:23,11; 12:12). Apurándose para aniquilar mayor cantidad de personas, el diablo entregaría todo su poder al Anticristo (gobernante mundial y el enemigo del cristianismo)… "cuya llegada, obra de satanás, será acompañada de todo poderío, presagios y falsos milagros" (2 Tesalonicences 2:9). Su principal ayudante, el falso Profeta, usando toda clase de falsos milagros, tentará a la gente, y "hará grandes presagios, hasta bajar el fuego a la tierra desde los cielos delante toda la gente" (Apoc. 13:13). No serán los verdaderos milagros, sino unos trucos perfeccionados producidos gracias a la ayuda de los espíritus malignos (Apoc. 16:14).

Serán aquellos los tiempos de la persecución extremadamente severa de los creyentes. A causa del auge ateo y de la depravación de la humanidad al Anticristo le será permitido... "seguir la guerra contra los santos (los creyentes) y vencerlos" (Apoc. 13:7). Pero este será un éxito exterior y aparente. La Iglesia propiamente dicha permanecerá incólume, así como había prometido Dios, Nuestro Señor: "Erigiré Mi Iglesia y la entrada del infierno no podrá abatirla" (Mat. 16:18). Durante el reinado del Anticristo permanecerá solamente en la clandestinidad.

Pero el mismo triunfo del diablo augurará su pronta y terminante perdición. Se cumplirán finalmente las antiguas profecías: "En aquel día abatirá Dios con su enorme espada, pesada y vigorosa al Leviaphan, la bestia que corre en línea recta, y también a Leviaphan que corre en forma sinuosa, y matará al monstruo marino" (Is. 27:1).El conocedor de los misterios San Juan Crisostomo en su visión profética observó, como: "fue agarrada la bestia (el anticristo) y con el profeta falso quien producía milagros delante de el, y ambos fueron arrojados vivos en el lago ardiente, donde se quemaba el azufre... Luego el diablo que los seducía será arrojado en el lago ardiente y sulfuroso para estar junto con la bestia y el falso profeta, y sufrirán tormentos día y noche, por los siglos de los siglos" (Apoc. 19:20; 20:10).

¡Así será el total y devastador final de Lucifer orgulloso y de los espíritus negadores quienes lo acompañaban, y de todo su reino de tinieblas! Con su derrumbamiento a la gehena ardiente terminarán todas las tentaciones, violaciones, mentiras y todo el mal en el mundo y comenzará la buenaventura de los que se salvaron. Estos tiempos dichosos se acercan, pero debemos estar especialmente alertas en nuestra devoción hacia Cristo y esforzarnos a llegar a tener una fe ardiente para no ser arrastrados por la corriente de la tentación, que satanás dirigirá en contra de la humanidad en vísperas de su total derrota. "Al vencedor le ofreceré sentarse Conmigo en Mi trono, así como cuando Yo he vencido y Me he sentado con Mi Padre en Su trono" (Apoc. 3:21).

Conclusión

Pues, entonces el diablo y los demonios son seres reales y no imaginarios, que representan para nosotros un gran peligro constante. Aunque no tuviesen poderes sobre los que creen en Cristo, les sirve sin embargo la culpabilidad de la gente para esclavizarlos y empujarlos a cometer diversos crímenes. Por eso habrá que cuidarse tratando de no cometer pecados y vivir pura y correctamente. Hay que recordar siempre que los espíritus caídos son muy hábiles en su tarea de tentar a los seres humanos y poseen una enorme experiencia. Todo su tiempo y sus esfuerzos los dirigen ellos para alejarnos de Dios y arruinarnos. Dios Nuestro Señor pone límites a su actividad y nos defiende de sus artimañas. Sin embargo, El permite tentarnos para nuestro propio provecho espiritual, para que no nos transformemos en holgazanes y estemos alertas, además de poder crecer mejor espiritualmente.

Nuestro Señor Jesucristo nos ha dado medios poderosos para rechazar a los espíritus del mal. Nos dio Su Nombre, la oración, la Cruz, el agua bendita y especialmente la Santa Comunión. Usemos esos medios y vivamos para el bien, hasta que podamos llegar al puerto seguro del Reino Celestial! Amén.

Suplemento.

La oración sacerdotal para una vivienda atacada por los espíritus malignos

Dios mío, mi Salvador, Hijo de Dios viviente, llevado por los querubines, que supera todo principio, todo poder y fuerza, todo gobierno! Eres grande y temible para todos los que Te rodean, Tu eres Aquel, quien con Su poderío extendió el cielo como un techo, creó la tierra y gobierna sabiamente a todo el universo. Tu mueves la tierra de su lugar, si le hablas al Sol, no amanecerá y a las estrellas les limitas su brillo (Job 9:7). Tu le haces prohibiciones al mar y puedes secarlo. Tus rocas se rompen y tiemblan las autoridades y los gobernantes. Has derrumbado los portones de bronce y has roto las cadenas de hierro.

Has atado al fuerte y le has sustraído los recipientes. Con Tu Cruz has destituido al torturador y con el anzuelo de Tu transformación en el hombre has pescado a la serpiente, atándola y encerrándola en la oscuridad del infierno.

Tu eres, Dios, un muro fuerte para todos los que se apoyan en Ti, haz que se retiren, que desaparezcan corriendo todas las artimañas diabólicas, intrigas del Satanás, todas las calumnias del enemigo. Y aleja de esta casa a todos los espíritus opresores y atormentadores, también a los que rondan esta vivienda. Protege a todos los que evocan Tu Nombre Santo y a los que llevan una señal temible para los demonios: la señal de Tu Cruz. Porque Tu fuiste, oh, Dios, quien había ahuyentado una legión de demonios y al sordomudo liberaste del yugo del demonio, exigiéndole que no vuelva a el nunca más. Has destruido el ejercito de nuestros enemigos invisibles y a los fieles y a los que te buscan has hecho más sabios, diciéndoles: "Les entrego el poder de pisar a las serpientes, y a los escorpiones y a todas las fuerzas enemigas sin que algo los pudiera dañar" (Luc. 10:19). Cuídanos, oh, Señor, a todos los que viven en esta casa, de cualquier daño o tentación, de los horrores de la noche, de la flecha que vuela de día, de la ulcera que viene de las tinieblas, del contagio que arrasa al mediodía. Para que todos Tus esclavos y esclavas y niños, alegres a causa de Tu ayuda y asistidos por el ejercito de los ángeles, Te canten todos juntos: "Si Dios es mi ayuda, no voy a temer, porque ¿que es lo que me puede hacer un hombre?" Y otra más: "No tendré miedo del mal, porque Tu estás conmigo."

Porque Tu, oh Dios, eres mi consolidación. Tu eres el Amo fuerte, Príncipe del mundo, el Padre de los siglos futuros. Tu Reino es el Reino eterno. Y Te cantamos gloria con Tu Padre eterno y tu Espíritu Santo, hoy y para siempre, y por siglos de los siglos, amén.

La Oración de Exorcismo de San Basilio, que el sacerdote lee para una persona que sufre a causa del demonio

Dios de los Dioses y el Señor de los señores, Creador de las ordenes ardientes y artífice de todo lo que está en los Cielos y debajo de los Cielos. Al que ningún hombre vio ni podrá ver, ante Quien tiembla todo lo existente. A un arcángel ensoberbecido Tu lo arrojaste a la tierra y junto con los ángeles que se unieron a el y los que por cólera se hicieron demonios, los encerraste en las profundidades del infierno. Haz este conjuro hecho a nombre Tuyo tan terrible, de ser implacable contra el amo del mal y contra todos sus espíritus malignos arrojados junto con el desde las claridades celestiales, y haz que huya, ordénale que se aleje de este lugar sin hacer ningún daño al que recibe la señal de Santa Cruz. Para que Tus esclavos, dicha Tu voluntad, acepten el sello del poder que permite pisar a las serpientes y a los escorpiones, y a todas las fuerzas enemigas.

Porque con cada respiración se glorifica y con temor se canta y se alaba el nombre Tuyo y del Padre y del Espíritu Santo, ahora y para siempre, por siglos de los siglos. Amén. ·Alejandro-Mileant