ASAMBLEAS FAMILIARES

DIOS PREPARA

LA REALIZACIÓN DE SU PLAN


LECTURA BÍBLICA
(Sírvanse buscar Hechos de los Apóstoles, capitulo 13, 
versículos 16-28).
«Entonces se levantó Pablo, y haciendo señal con la mano, dijo: 
«El Dios de este pueblo de Israel eligió a nuestros padres y 
acrecentó al pueblo durante su estancia en la tierra de Egipto y 
con brazo fuerte lo sacó de ella; durante unos cuarenta años lo 
sostuvo en el desierto, y destruyendo siete naciones de la tierra de 
Israel, se la dio en heredad al cabo de unos cuatrocientos 
cincuenta años
Después les dio jueces hasta el profeta Samuel.
Luego pidieron rey y les dio a Saúl, hijo de Cis, de la tribu de 
Benjamín, por espacio de cuarenta años.
Rechazado éste, levantó por rey a David, de quien dio 
testimonio diciendo: He hallado a David, hijo de Jesé, varón según 
mi corazón, que hará en todo mi voluntad.
Del linaje de éste, según su promesa, suscitó Dios para Israel 
un salvador, Jesús, precedido por Juan, que predicó antes de la 
llegada de aquél el bautismo de penitencia a todo el pueblo de 
Israel.
Cuando Juan estaba para acabar su carrera, dijo: Otro viene 
después de mi, uno a quien no soy digno de desatar su calzado.
Hermanos, hijos de Abraham, a nosotros se nos envía este 
mensaje de salud.
En efecto, los moradores de Jerusalén v sus príncipes lo 
rechazaron y lo condenaron, dando así cumplimiento a las 
palabras de los Profetas, que se leen cada sábado y sin haber 
hallado ninguna causa de muerte, pidieron a Pilatos que le quitase 
la vida.» 
¡Palabra de Dios!

* * *


1. Historia de la Salvación
Dios se revela al hombre y le revela su plan de salvación a 
través de una historia.
Esta historia es la misma historia de la humanidad, en la cual 
Dios interviene en diferentes ocasiones y de varias maneras para 
salvar al hombre.
La intervención más importante de Dios en la historia de la 
humanidad es aquella en que el Hijo de Dios se encarnó y nació de 
María Santísima.
Esta historia de la Salvación se nos ha conservado en la 
Sagrada Escritura, consignada por hombres a quienes Dios 
escogió, impulsó e iluminó para que escribieran la serie de las 
intervenciones salvadoras de Dios acerca de la humanidad. A 
estos hombres llamamos autores o escritores sagrados.
Ayer hablamos del plan primitivo de Dios. La participación de los 
hombres en la vida divina, desde el momento de la creación. Pero 
ese plan fue echado a perder por el pecado de Adán.
Dios formó entonces otro plan le salvación del hombre pecador. 
Y lo comenzó allí mismo en el paraíso, prometiendo un Redentor 
que saldría de la descendencia misma de Eva y que vencería a la 
misma serpiente, que había ocasionado el primer pecado.
Aquí empieza la larga peregrinación de la humanidad hacia 
Dios. Y esta peregrinación está sembrada de constantes 
intervenciones salvadoras de Dios, sobre todo en los momentos 
más críticos, que son los momentos de peligro espiritual o material 
de la humanidad o del pueblo escogido. Veamos algunas de estas 
intervenciones salvadoras de Dios
El hombre pervertido por el pecado, se hizo merecedor de 
castigo, y por eso vino el diluvio. De esta catástrofe el Señor salvó 
a Noé y su familia.
Más tarde, el Señor escogió a un hombre justo, Abraham, y lo 
hizo padre de un gran pueblo, preferido de Dios, destinado a que 
de él saliera el Salvador anunciado.
Con el correr de los años, el pueblo descendiente de Abraham 
fue sometido a la esclavitud en el país de Egipto, y Dios intervino 
para librarlo por medio de Moisés.
Para gobernar política y espiritualmente a su pueblo, el Señor 
dio reyes y profetas, de entre los cuales los más importantes son 
David e Isaías. El primero, porque.a él prometió el Señor, de 
manera más concreta, que de su descendencia nacería el 
Salvador; y el segundo, porque anunció detalladamente la manera 
cómo se realizarían la Encarnación y la obra salvadora de Cristo.
Después de muchos siglos de posesión pacífica de su país los 
compromisos políticos del pueblo escogido con las naciones 
paganas vecinas le acarrean una prueba: la devastación de su 
territorio, el cautiverio y el destierro. El Señor interviene 
nuevamente para conducirlos a su propio suelo y avivar su 
esperanza del Salvador.
El último episodio del Antiguo Testamento, que termina esta 
serie de personajes y de hechos preparatorios a la realización del 
plan salvador de Dios es el de Juan Bautista, el Precursor de 
Cristo, el cual decía al pueblo que acudía a escucharlo en el 
desierto: «El Reino de Dios está cerca» (Mt. 3, 2). Y, señalando a 
Cristo, añadía: «He aquí el Cordero de Dios, el que quita los 
pecados del mundo» (Jn. 1, 29).
Estas son las intervenciones salvadoras más sobresalientes que 
la Biblia nos describe en detalle. Intervenciones concretas de Dios 
en la historia de la humanidad, que hacen de esta historia humana 
también una historia de salvación.
Pero la misma Sagrada Escritura dice que la intervención 
repetida de Dios para salvar al hombre nunca ha ido sola. Y que el 
Señor ha exigido siempre una acción correspondiente de parte del 
hombre.

2. Alianza e Historia de Salvación
La historia de la salvación no la ha hecho Dios solo. La han 
hecho conjuntamente Dios y el hombre.
Dios ofrece su salvación, pero exige del hombre fidelidad en la 
observancia de su ley.
Hay un compromiso entre Dios y el hombre, en el cual 
descubrimos, por una parte, la bondad de la iniciativa divina, y, por 
otra, su respeto de la voluntad y de la responsabilidad del 
hombre.
Este compromiso se prepara a través de una triple Alianza en el 
Antiguo Testamento y será consumado en Cristo, el cual celebrará 
una Alianza definitiva con un nuevo Pueblo, que es la Iglesia.
Alianza significa pacto o contrato.
Y es descrita por la Sagrada Escritura bajo la imagen del 
matrimonio, en el cual se da un compromiso de entrega y de 
fidelidad mutuas entre hombre y mujer.
Dios trata a la humanidad con la delicadeza e intimidad de un 
esposo y exige en correspondencia fidelidad absoluta y entrega al 
cumplimiento de su ley.
Precisamente el papel principal de los profetas es el de 
mantener al pueblo siempre alerta en esta fidelidad al Señor y de 
avivar continuamente su esperanza en el futuro Salvador.
Toda la historia de los pecados sucesivos de los hombres: la 
idolatría, la injusticia, los desórdenes morales, son una historia de 
infidelidad al compromiso de la Humanidad para con Dios.
Sin embargo, por tres veces el Señor hace un intento de 
reconciliación y de acercamiento de esta Humanidad, que será 
apenas una preparación para la reconciliación definitiva por medio 
de Cristo.
a) El primer pacto de reconciliación fue con Noé, el patriarca 
salvado con su familia del diluvio, a quien el Señor prometió que no 
enviaría otro castigo universal sobre la humanidad, a condición de 
que ésta no le fuera infiel otra vez.
b) El segundo fue con Abraham. Y entonces Dios eligió a la 
descendencia de este patriarca para hacer de ella su pueblo 
escogido y para que en este pueblo se cumplieran las promesas 
de salvación.
c) Por tercera vez Dios renueva su Alianza con el pueblo que El 
ha sacado de Egipto por medio de Moisés. El Señor se entrega a 
su pueblo, pero exige a su vez que el pueblo se entregue a El; y 
exige que esa entrega se traduzca en la observancia fiel de los 
diez mandamientos que El le da, y los cuales resumen el 
comportamiento del Hombre para con Dios y para con el Prójimo.

3. Preparación de la Alianza definitiva
Cada uno de estos actos de Alianza, por voluntad del mismo 
Dios, fue refrendado por un sacrificio, es decir, sellado con la 
sangre de una Víctima.
Pero se trataba apenas de una preparación para la Alianza 
definitiva. Así, como antes del compromiso estable del matrimonio 
se da una preparación por el cambio de anillos y esponsales, que 
son promesa, figura y anuncio del verdadero matrimonio, también 
Dios fue preparando con diferentes etapas la alianza definitiva, 
que un día establecería con un nuevo Pueblo, la Iglesia, por medio 
de Cristo. Y esta Alianza será también sellada con la sangre de 
una víctima, la del mismo Cristo.
Así preparó Dios su plan de salvación del hombre, por 
intervenciones suyas en la historia del mismo hombre. Plan que se 
lleva a cabo a través de una alianza, de un compromiso entre Dios 
y la humanidad, semejante al compromiso de entrega, de amor y 
de fidelidad de los que contraen matrimonio.
Dios nunca será infiel a sus promesas; en su amor y en su 
misericordia quiere sinceramente la salvación de los hombres 
pecadores; sólo nuestra infidelidad y nuestro egoísmo puede 
estorbar la realización de ese plan como sucedió con el pueblo del 
Antiguo Testamento.

DIÁLOGO DEL SEGUNDO MENSAJE 

OBJETIVO
Hacer que los asistentes, comprendiendo que toda la Historia de 
la Salvación, tanto en su preparación como en su realización, es 
fruto del amor infinito de Dios a los hombres, respondan a ese 
amor con una auténtica vida cristiana de unión y de caridad.

INTRODUCCIÓN
Demuestre el Animador, en un breve resumen, las maravillas 
que Dios ha obrado y sigue obrando para la felicidad de los 
hombres y para manifestar su amor:
-nos da las cosas necesarias para nuestra vida: el sol, que 
calienta y fecunda; la lluvia, que reverdece los campos; la tierra, de 
cuyo seno saca el hombre el alimento...
-nos hace partícipes de su amor, al infundir en nuestros 
corazones el amor de hijos, el amor de esposos, el amor de novios, 
el amor a los demás...
-Dios manifiesta su amor a nosotros al emprender la larga y 
dura empresa de preparar un plan de salvación, valiéndose de 
todos los medios:
-escoge a un hombre, a una familia, a un pueblo, y hace con él 
pactos, alianzas, sacrificios...
-finalmente, entrega a su propio Hijo..., como culminación de 
ese plan salvador...

PARA DIALOGAR
1.-¿Qué semejanza encuentran ustedes entre el plan de Dios 
para salvar a la humanidad y el matrimonio?
2.-¿Creen ustedes que los cristianos de hoy son fieles al pacto 
que hicieron con Dios el día del Bautismo?
3.-¿En qué se manifiesta la infidelidad del cristiano a Dios?
4.-¿Cuál sería, a su modo de ver, la manera mas eficaz para no 
entorpecer el plan salvador de Dios, como lo hicieron muchos en la 
antigua ley, y responder plenamente a su amor?

NOTAS PARA EL ANIMADOR
1.-Si ninguno de los presentes puede dar una respuesta 
satisfactoria, el Animador puede recordar lo que acaban de 
escuchar en el Mensaje, es decir, que el plan salvador se puede 
comparar a un matrimonio, porque es un pacto entre Dios y la 
humanidad; una Alianza, por la cual se comprometen uno a otro, 
guardándose absoluta fidelidad, como en el matrimonio (Jer. 2, 2; 
Ez. 16, 8; Os. 2, 19).
La preparación del plan salvador de Dios se parece a las 
etapas preparatorias al matrimonio. Antes del matrimonio hay 
cambio de alianzas y compromisos; también antes de la 
reconciliación, de la alianza definitiva en Cristo, Dios hace con la 
humanidad tres pactos, tres alianzas:

a) En Noé, una alianza universal:
«Ved, yo voy a establecer mi alianza 
con vosotros y vuestra descendencia...» (Gén. 9, 9).

El signo de esta alianza fue el arco iris.

b) En Abraham.
«Yo establezco contigo y con tu descendencia, 
después de ti por generaciones, 
mi Pacto eterno....» (Gén. 17, 7).

c) En Moisés.
«Yo volveré a vosotros mi rostro 
y os haré fecundos y os multiplicaré 
y yo mandaré mi Alianza con vosotros...» (Gén. 22,1-2).

El matrimonio llega a su plenitud el día en que se realiza la 
entrega mutua delante de la Iglesia.
El plan de Dios se realiza plenamente en Cristo, que con su 
sangre en el Calvario, sella definitivamente la Alianza con la 
humanidad (Mt. 26, 28).

2.-Los cristianos de hoy se caracterizan por la apatía, casi 
general, y por la indiferencia religiosa, es decir, por la infidelidad a 
los pactos hechos.

3.-La infidelidad de nuestros cristianos se manifiesta 
especialmente:
-en las injusticias sociales...
-en la irresponsabilidad de los esposos...
-corrupción creciente de las costumbres, falta de pudor, de 
respeto...
-en el alejamiento creciente del culto religioso...
-en la inobservancia del domingo, como día del pueblo de Dios. 
..

4.-La respuesta al amor de Dios y a su plan salvador sería, 
resumiendo en dos palabras, la siguiente: renovar la vida cristiana, 
a través de la Liturgia y el estudio de la Santa Biblia.

CONCLUSIONES
(Procure el Animador que los circunstantes enumeren 
conclusiones prácticas para ser fieles a las Promesas del 
Bautismo.)

CANTO 4. SALMO 121: QUE ALEGRÍA CUANDO ME DIJERON 
(M. Manzano)
¡Qué alegría cuando me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor».
Ya están pisando nuestros pies 
tus umbrales, Jerusalén.

1. Jerusalén está fundada 
como ciudad bien compacta.
Allá suben las tribus, 
las tribus del Señor.

2. Según costumbre de Israel 
a celebrar el nombre del Señor:
en ella están los tribunales de justicia 
en el palacio de David.

ORACIÓN
Animador:
¡Señor Dios nuestro! 
Tú nos creaste de la nada 
y nos redimiste 
por la Muerte y Resurrección de tu Hijo.
Concédenos, te pedimos, 
que, transformados por la Vida de la Gracia, 
abandonemos para siempre 
el camino del pecado 
y permanezcamos fieles 
a nuestros compromisos cristianos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Asamblea: Amén.

CESPLAM-1. Págs. 18-26