CATECUMENADO 41 
MDT-08 SINCERIDAD/MENTIRA 


CAMINAR EN LA VERDAD


OBJETIVO CATEQUÉTICO 
* Descubrir que el Evangelio conduce no sólo a no dar falso testimonio y a no mentir, sino también a perdonar siempre y a caminar en la verdad.

123. La máscara, una situación ficticia, inauténtica, falsa 
Por la sinceridad caminamos hacia la verdad, a la que profundamente 
aspiramos. Esto supone una lucha constante con la máscara que 
podemos ponernos en la relación con los demás e incluso ante nosotros 
mismos. No nos mostramos como somos, sino según la representación, 
el papel que tenemos que hacer ante los demás. La máscara establece 
al individuo en una situación ficticia, inauténtica. Motivaciones falsas 
(ambiente, prestigio social, querer aparentar) pueden decidir sobre 
opciones muy importantes: profesión, amigos, estado de vida. La 
máscara es un modo de no caminar en la verdad (172). 

124. La mentira, fraude en la relación con el otro 
Junto a la máscara (generalmente menos consciente) aparece la 
mentira, el desacuerdo entre lo que se manifiesta y lo que se piensa o se 
siente. La mentira es un fraude en la relaci6n personal. Es algo que 
impide una relaci6n auténtica, destruye la relación con el otro, a quien se 
ve como enemigo y de quien uno se defiende o se sirve (173). 

125. «No darás testimonio falso contra tu prójimo»: octavo 
mandamiento 
La Ley y los profetas llevan a efecto una defensa de la verdad en las 
relaciones humanas. La mentira y el falso testimonio son un pecado 
contra la Alianza: destruyen la convivencia entre los hombres. En el 
Antiguo Testamento, la prohibición de la mentira atiende originariamente 
a un contexto social preciso: el del falso testimonio en los procesos. Así 
surge el precepto del Decálogo: «No darás testimonio falso contra tu 
prójimo» (/Dt/05/20; cfr. /Ex/20/16). 
Esta mentira, dicha bajo juramento, es además una profanaci6n del 
nombre de Dios (Lv 19, 12). Este sentido restringido subsiste en la 
enseñanza moral de los profetas y de los sabios (Pr 12, 17; Za 8, 17) 
(174). 

126. No mentirás 
La defensa de la verdad, que lleva a efecto el Antiguo Testamento, 
desborda el marco particularmente grave y solemne de los procesos 
judiciales para afectar también al de la vida ordinaria (Os 4,2; 7,1; Jr 9,7; 
Na 3,1). «El Señor aborrece el labio embustero» (Pr 12,22); a El no se le 
puede engañar (Jb 13,9). El mentiroso camina hacia su ruina (Sal 5,7; Pr 
12,19). Como dice el libro del Eclesiástico: «La mentira es una infamia 
para el hombre, no se cae de la boca de los necios; mejor es el ladrón 
que el embustero: los dos heredarán la perdición; el mentiroso vive 
deshonrado y siempre lo acompaña su afrenta» (Si 20,24-26). Así, con 
unas y otras palabras, la Ley y los profetas vienen a decir: no mentirás 
(175). 

127. No sólo no darás falso testimonio contra tu prójimo, sino que 
además perdonarás PERDÓN: 
Una vez más, el Evangelio asume y supera las perspectivas del 
Decálogo: no sólo «no darás testimonio falso contra tu prójimo», sino 
que, además, «disculparás, perdonarás». Este progreso había sido 
preparado en los siglos inmediatamente precedentes a Jesús. Así, por 
ejemplo, el libro del Eclesiástico presenta como necesario el perdonar al 
prójimo para obtener el perdón de Dios. «Perdona la ofensa a tu prójimo, 
y se te perdonarán los pecados cuando lo pidas. ¿Cómo puede un 
hombre guardar rencor a otro y pedir la salud al Señor? No tiene 
compasión de su semejante, ¿y pide perdón de sus pecados? Si él, que 
es carne, conserva la ira, ¿quién expiará por sus pecados?» 
(/Si/28/02-05). El libro de la Sabiduría completa esta lección recordando 
al justo que en sus juicios debe tomar como modelo la misericordia del 
Señor (Sb 12, 19.22) (176). 

128. Es preciso perdonar siempre 
La parábola del deudor inexorable inculca con fuerza la necesidad del 
perdón (Mt 18,23-35); en ella insiste Jesús (Mt 6,14-15) y nos invita a 
recordarla cada día: «Perdónanos nuestras ofensas, pues nosotros 
hemos perdonado a los que nos han ofendido» (Mt 6, 12). Con ello, nos 
insta a ser misericordiosos, como el Padre es misericordioso (Lc 6, 
35-38; Mt 5, 43-48). En el Evangelio, el perdón no es sólo una condición 
previa de la vida nueva, sino uno de sus elementos esenciales; Jesús 
prescribe. por tanto, a Pedro que perdone sin cesar: «Hasta setenta 
veces siete» (Mt 18, 22) (177). 

129. No sólo no mentirás, sino que además caminarás en la verdad 
con sencillez 
No sólo «no mentirás», sino que, además, "caminarás en la verdad", 
con sencillez, sin hipocresía. En el Nuevo Testamento formula Jesús la 
obligación de una sinceridad total: «A vosotros os baste decir sí o no» 
(Mt 5,37; St 5,12), y Pablo hace de ello su regia de conducta (2 Co 
1,17ss). Así vemos reiteradas las enseñanzas del Antiguo Testamento, 
aunque con una motivación más profunda: «No sigáis engañándoos unos 
a otros. Despojaos del hombre viejo con sus obras. Y revestíos del 
nuevo» (Col 3,9-10); «dejaos de mentiras, hable cada uno con verdad a 
su prójimo, que somos miembros unos de otros» (Ef 4, 25). La mentira 
sería una vuelta a la naturaleza pervertida; iría contra nuestra solidaridad 
en Cristo. Se comprende que, según los Hechos, Ananías y Safira al 
mentir a Pedro mintieran en realidad al Espíritu Santo (Hch 5,1-11). La 
perspectiva de las relaciones sociales queda desbordada cuando entra 
en juego la comunidad cristiana (178). 

130. La convivencia civil auténtica se funda en la verdad 
La convivencia fraterna entre los miembros de la sociedad debe 
apoyarse en la verdad. El Papa Juan XXIII decía: «la convivencia civil sólo 
puede juzgarse ordenada, fructífera y congruente con la dignidad 
humana, si se funda en la verdad. Es una advertencia del apóstol San 
Pablo: Despojémonos de la mentira, hable cada uno verdad con su 
prójimo, pues que todos somos miembros unos de otros (Ef 4, 25). Esto 
ocurrirá, ciertamente, cuando cada cual reconozca, en la debida forma, 
los derechos que le son propios y los deberes que tiene para con los 
demás» (Juan XXIII, PT 35) (179). 

131. El derecho a la información
Uno de los aspectos fundamentales de una convivencia social fundada 
en la verdad es hoy la información objetiva: «El hombre exige, además, 
por derecho natural el debido respeto a su persona, la buena reputación 
social, la posibilidad de buscar la verdad libremente y dentro de los 
límites del orden moral y del bien común, manifestar y difundir sus 
opiniones y ejercer una profesión cualquiera, y, finalmente, disponer de 
una información objetiva de los sucesos públicos» (Juan X)(lll, PT 12). 
Los informadores tienen obligación de dar una información lo más exacta 
posible de aquellos acontecimientos de la vida pública, cuyo 
conocimiento es necesario para que los ciudadanos se formen una 
opinión recta y actúen en consecuencia de acuerdo con las exigencias 
de la justicia y del bien común. Causa daños graves a la comunidad la 
información falsa, la deformación tendenciosa de los hechos, las 
insinuaciones calumniosas, la falta de respeto a la vida privada, la 
calumnia, la difamación, los ataques a los valores morales y religiosos, 
etc. Los que reciben la información deben tener suficiente espíritu crítico 
para formarse una opinión sólidamente fundada en la verdad de los 
hechos y en los criterios morales conforme con el Evangelio (180). 

132. Sin hipocresía:HIPOCRESÍA 
Caminar en la verdad supone alejarse de la hipocresía; son hipócritas 
aquellos cuya conducta no expresa los pensamientos del corazón. Jesús 
los llama ciegos (Mt 23, 25-26). El hipócrita, a fuerza de querer engañar 
a los otros, se engaña a sí mismo y se vuelve ciego para con su propio 
estado, siendo incapaz de ver la luz. El hipócrita parece obrar para Dios, 
pero, en realidad, obra para sí mismo. Engaña al prójimo para conquistar 
su estima, para hacerse notar. Deseoso de quedar bien, sabe elegir 
entre los preceptos o disponerlos con una casuística sutil. Así puede 
filtrar el mosquito y tragarse el camello (Mt 23, 24). La hipocresía es una 
tentación permanente (1 P 2, 1-2). El hipócrita no ama a Dios, tampoco a 
los demás, ni siquiera se ama verdaderamente a sí mismo (181). 

133. "La verdad os hará libres" VERDAD/LIBERTAD:
Jesús nos dice: «La verdad os hará libres» (/Jn/08/32). El hombre que 
miente, o el que no es sincero consigo mismo o con los demás, trata de 
defender sus propios intereses, busca una autojustificación, y en todo 
caso es esclavo del parecer de los demás, no pretende dar gloria a Dios, 
sino su propia gloria (Cfr. Jn 5, 44). El hombre que ama la verdad no 
busca la aprobación de lo que hace, sino que desea sinceramente 
ajustar su conducta a la luz de Dios, diciendo la verdad, haciendo la 
verdad, siendo verdad. La fidelidad a la verdad, es una actitud 
fundamental de la personalidad verdaderamente madura. El amor 
auténtico a la verdad implica amor a los demás: amarles tal como ellos 
son, reconocer la dignidad de cada persona a pesar de sus pecados y 
limitaciones. Quien se aparta conscientemente de la verdad, rompe la 
coherencia de su propia unidad interior. Para el cristiano, la plenitud de 
la verdad es Cristo. El es «el Camino, la Verdad y la Vida» (Jn 14, 6) 
(182). 

134. Caminar en la verdad, don de Dios. Si amamos, somos de la 
verdad 
Caminar en la verdad es don de Dios, don del Espíritu. Jesús concluye 
su revelación, anunciando a sus discípulos la venida del Paráclito. El es, 
según dice Jesús insistentemente, el Espíritu de la verdad (Jn 14, 17; 15, 
26; 16, 13). Guía hasta la verdad completa (16, 13), y hace posible en 
nosotros el cumplimiento del amor. Si amamos, somos de la verdad. 
Como dice San Juan: «Hijos míos, no amemos de palabra y de boca, sino 
de verdad y con obras. En esto conoceremos que somos de la verdad» 
(1 Jn 3, 18-19) (183). 
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TEMA 41 

OBJETIVO: 
DESCUBRIR QUE EL EVANGELIO CONDUCE 
A CAMINAR EN LA VERDAD 

PLAN DE LA REUNIÓN 
* Información: personas, hechos, problemas...
* Oración inicial. 
* Presentación del tema 41 en sus puntos clave. 
* Diálogo: implicaciones y experiencias. 
* Oración comunitaria: desde la propia situación. 

PISTA PARA LA REUNIÓN 
PUNTOS CLAVE 
* La máscara y la mentira. 
* No darás falso testimonio contra tu prójimo (Dt 5,20) ni mentirás (Pr 
12,22). 
* Disculparás, perdonarás (Mt 18,22). 
* Caminarás en la verdad (Mt 5,37; St 5,12).