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La espiritualidad en la vida cristiana


1.- ¿Qué es la vida espiritual?

No es algo alejado de la realidad, no es algo inmaterial. La vida espiritual es dejar cabida a Dios en nuestra vida. Es dejarse guiar por el Espíritu. En la persona donde hay un lugar importante para Dios, ahí hay espiritualidad cristiana.

2.- ¿Quién es una persona espiritual?

Es la persona que se deja guiar por el Espíritu Santo, o sea, por Dios. Las líneas fundamentales de la espiritualidad cristiana se pueden resumir en estas palabras del Señor: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome cada día su cruz y sígame” (Lc 9, 23).

3.- Qué elementos son fundamentales en la espiritualidad cristiana?

El evangelio nos invita a una renuncia interior y exterior; pero no todos los cristianos estamos llamados a hacer dicha renuncia en igual intensidad. Dice el Concilio Vaticano II en la constitución Lumen Gentium en los números 40 y 42: “Todos los fieles, de cualquier condición y estado, fortalecidos con tantos y tan poderosos medios de salvación, son llamados por el Señor, cada uno por su camino, a la perfección de aquella santidad con la que es perfecto el mismo Padre”.

4.- ¿Todos los cristianos tenemos que vivir igual las exigencias de Cristo?

No. Todas las personas estamos llamados a seguir a Jesús desde nuestro estado concreto de vida, pero no de la misma manera. Hay que distinguir dos elementos fundamentales:

Algunos cristianos están llamados a seguir por el Señor a seguir de una manera radical su mandato de renuncia total y efectiva. Es el caso de las personas que han recibido la vocación a la vida religiosa: monjas, monjes, religiosos, religiosas... El mismo Jesús dio a entender esto claramente, sobre todo con relación a la castidad perfecta: No todos entienden esto, sino aquellos a quienes ha sido dado. (Mt 19,11).

Todos los cristianos estamos llamados desde nuestra vida concreta a tener un seguimiento de Jesús de tipe afectivo, o sea, estar compartiendo lo que tenemos con los más pobres y necesitados e incluso estar dispuestos al abandono total de familia, riquezas, etc… si este abandono nos fuera pedido por Dios. Jesús mismo llamó felices a los que poseen el espíritu de pobreza (Mt 5, 3). Este espíritu de pobreza significa tener una actitud real de desprendimiento a todo lo que no sea Dios. Cuando estamos demasiado apegados a las cosas, cuando ponemos toda nuestra confianza en ellas más que en Dios; cuando nos quedamos en las personas y nos olvidamos de Dios, entonces es cuando nos estamos alejando del camino.

5.- ¿Cómo podemos seguir a Cristo en la vida diaria?

Los cristianos estamos invitados al renunciamiento de nosotros mismos para lograr un mejor seguimiento de Cristo. Es como un globo que para poder volar a lo más alto tiene que desprenderse de mucho lastre... Cuanto mayor y más completo es el negarse a sí mismo, más perfecto será el sígueme.

Todo el seguimiento de Cristo se traduce en dos aspectos fundamentales:

  1. Amar a Dios sobre todas las cosas : Esto significa vivir conformes a la voluntad de Dios en tu vida, aceptar con alegría su voluntad a ejemplo de Jesús.

  2. Amar al Prójimo: Descubrir en cada persona un hermano. La verdadera espiritualidad cristiana es aquella que nos hace tener un corazón misericordioso para con los demás. Nos hace capaces de ayudar y de comprometernos de una manera efectiva con los pobres y necesitados.

6.- ¿Qué nos puede ayudar a seguir creciendo en nuestra vida espiritual?

En el evangelio de san Juan encontramos que nos dice que hay dos tipos de personas: las carnales y las espirituales, o sea, las personas que se dejan guiar por criterios de la carne y los que se dejan guiar por el Espíritu Santo. Para san Juan las características de la persona espiritual son: