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¿Qué es eso de la "blasfemia contra el Espíritu santo?

 

"Por eso les digo: a los hombres se les perdonarán todos sus pecados y blasfemias, pero la blasfemia contra el Espíritu no se les perdonará. Al que hable contra el Hijo del hombre se le perdonará, pero al que hable contra el Espíritu Santo no se le perdonará ni en esta vida ni en la otra." ( Mt 12, 31-32 )

El texto de este párrafo anterior se encuentra en los evangelios de Marcos, Mateo y Lucas.

Al comienzo de cada evangelio aparece que Jesús es movido por el Espíritu:

Quien obra en Jesús y quien lo lleva a inaugurar el Reino es el Espíritu Santo, el mismo Espíritu que obró en los profetas del Antiguo Testamento, en Juan el Bautista (Lc 1,16), en María (Lc 1,35), en Isabel (Lc 1,41), en Zacarías (Lc 1,67) o en Simeón (Lc 2,25). Todos los milagros que realiza Jesús se hacen mediante esa fuerza: el poder del Espíritu.

Los adversarios de Jesús dicen que los milagros que Él hace lo hace con la fuerza y el poder del demonio (Lc 11,14-15). Ahí está la blasfemia contra el Espíritu Santo: afirmar que es el demonio el que obra en Jesús y no el Espíritu. ¡Cómo si el demonio quisiera la liberación de las personas!

La blasfemia contra el Espíritu Santo no es fruto de la ignorancia. Es, más bien, el resultado de la mala fe de las personas que en el pasado intentaron —y que intentan en el presente— destruir la acción liberadora de Jesús mediante la calumnia, la persecución y la muerte. Esto es lo que sucedió con Jesús y lo que todavía sucede en nuestros días.

¿Por qué esta blasfemia no tiene perdón?

Porque las personas que blasfeman de este modo adoptan una postura consciente contra la acción liberadora de Jesús. Entonces la gente pregunta: ¿Qué puede hacer Dios en favor de las personas que lo rechazan conscientemente, que rechazan a su Hijo y también al Espíritu que obra en Jesús? Absolutamente nada, porque Dios respeta la libertad de las personas. Y, como dice el libro del Apocalipsis, Dios dará a cada uno según las opciones que haya hecho y sus acciones (Ap 20,13).

La acción del Espíritu es muy importante en el evangelio de Lucas. Ya hemos visto cómo Jesús actúa movido por su fuerza. Cuando muere Jesús entrega el Espíritu en manos del Padre (Lc 23,46). Una vez resucitado, les pide a los discípulos que permanezcan en Jerusalén hasta que sean revestidos con "la fuerza de lo alto", es decir, con el poder del Espíritu Santo (Lc 24,49).

Este mismo Espíritu descenderá sobre los discípulos el día de Pentecostés (Hec 2,1-11) Y estos continuarán la misión de Jesús, hasta los confines de la tierra (Hec 1,8)

Por tanto, la blasfemia contra el Espíritu no es simplemente una expresión malsonante. Es una actitud muy concreta, pensada conscientemente, en la que se rechaza a Jesús, su proyecto y también al Espíritu que obra en Él y en sus seguidores.