Los pequeños detalles que alimentan el amor
Autor: P. Llucià Pou Sabaté ,Catholic.net |
Contaban de un niño que fue de visita a casa de sus tíos, y se divertía ver a
su prima –ya mayor- esperar la llegada de su novio; estaba contenta, y se
preparaba: se peinaba, perfumaba y pintaba los labios, se ponía guapa y corría
de un lado a otro de la casa, arreglaba todo para que su "amor" no
pudiera echar en falta ningún detalle en el entorno. Entonces llegaba el novio
oliendo a mucha loción y al mirarse... parecía que flotaban en el aire, parecían
dos tortoritos, embobados mientras se hablan y ella le ofrece tomar algo sabroso
que le preparó durante la tarde. Además, el siempre elogia todo lo que ella
prepara para cenar. Luego hablan de “tonterías” horas, sin soltarse sus
manos, hasta que tienen que despedirse con disgusto porque les ha sabido a poco
todo este tiempo de estar juntos.
El niño al volver a casa pregunta a su madre quién es su novio, y ella dice
muy sonriente que su novio es “papá”. - "No, mamá, en serio..."
pero ella insiste; y el niño piensa: “¿Cómo va a ser mi papá su novio?; él
nunca llega con un ramo de flores, ni chocolates; sí que le trae un regalo en
su santo o cumpleaños, pero no me imagino el novio de mi prima regalándole una
máquina de café o dinero para que se compre algo.
Además mamá no pone cara de Blanca Nieves cuando papá llega del trabajo, ni
él sonríe como príncipe azul cuando la mira. Mamá no corre a arreglarse el
peinado, ni a pintarse los labios cuando suena el timbre de la puerta y apenas
se da la vuelta al verlo para decir "hola" porque está ocupada en sus
cosas. El saludo de papá, en vez de "hola mi vida" es "Hola ¡que
día!"; y ella en lugar de "¿qué te apetece cenar?" le dice
"-¿Qué, ¿quieres cenar?". Yo espero a ver si le dice: “-Que guapa
estás hoy", pero no, le pregunta "¿has visto el mando de la
tele?". Los novios se dicen cosas románticas como "¡cuánto te
amo!", pero en vez de esto oigo "¿fuiste al banco?" Mi prima y
su novio no dejan de mirarse, pero aquí cuando pasa mamá, papá se estira para
seguir mirando la tele sin perder detalle. Sí que a veces papá le da un abrazo
sorpresa a mamá, pero ella se va corriendo enseguida porque tiene muchas cosas
que hacer. Veo que se dan la mano cuando en Misa dicen "daos fraternalmente
la paz". M. Valverde acababa estas reflexiones con el pensamiento que tenía
el niño: “Pienso que dicen que son novios para que no me entere de que
cortaron cuando se casaron. La verdad es que mi mamá no tiene novio y mi papá
no tiene novia. Qué aburrido... ¡Sólo son esposos!”
Ser novio es tener un amor siempre nuevo, un amor nuevo cada día alimentado con
detalles continuados. Hay quien dice “se me ha acabado el amor”... el amor
no se acaba, es el motivo de la vida, la esencia del existir, pero hay que
alimentar esa planta cada día, si no se seca.
Cultivar el amor cada día, con una fidelidad vivida en donación permanente,
superar toda dificultad a veces mirando al cielo que nos da su gracia para
seguir aguantando, a veces mirando a los hijos para saborear la alegría de que
vale la pena continuar, de que el amor como el vino mejora con los años... Así
nunca se escapará el amor ni se irá con otra amistad que a quien se dice “tú
si que me entiendes...” No habrá soledad ni buscar la “solución” al
“problema” porque no se le verá a él o a ella como “problema” (aunque
en el momento de crisis la memoria piense “en realidad nunca le he querido,
era todo falso...”); no se mirarán otras alternativas pues después de la
tormenta se verá que esas otras posibilidades son ilusorias, fuente de
inquietudes, frágiles en comparación con la realidad de una familia real, unos
hijos y un hogar donde a pesar de todo hay amor. Habrá siempre equivocaciones,
fracasos, engaños, etc. (como las causas de nulidad, en las que se declara que
en realidad no existió nunca la esencia del matrimonio), pero pienso que hoy
hay en el ambiente el error de que ante cualquier problema la solución es echar
a perder el matrimonio, deshacerlo.
En una película, “El violinista en el tejado”, se plantea el tema: ¿el
amor es algo objetivo o es sólo un sentimiento? Los protagonistas forman un
matrimonio bien avenido, con seis hijas que sucesivamente van enamorándose y
contrayendo matrimonio. En una de las escenas, el padre, al observar el
apasionado enamoramiento de una de las hijas (y pensando que el no siente eso
hacia su esposa), se dirige a su mujer Golde, algo confundido y mantienen el
siguiente diálogo: “¿Me amas?” –“¿Te amo?” (contesta ella en tono
de sorpresa) “-Si, ¿me amas?” –“Durante veinticinco años he lavado tu
ropa, guisado tus comidas, limpiado tu casa, te he dado hijos, he ordeñado la
vaca. Después de veinticinco años ¿por qué me hablas del amor? Soy tu
mujer”, responde ella intrigada. “-Todo eso ya lo se, pero ¿me amas?”,
insiste él. –“-Durante veinticinco años he vivido contigo, luchando
contigo, pasando hambre contigo. Durante veinticinco años mi cama ha sido la
tuya. Si eso no es el amor, entonces ¿qué es?” dice ella al borde del
desconcierto, ya rayando la duda de no saber quién es ni dónde está.
–“Entonces ¿me amas?” – “Supongo que sí”, concluye ella. Y él:
“-Y yo supongo que también te amo. Esto no cambia nada, pero incluso así,
después de veinticinco años, es bonito saberlo”. En otros muchas películas
es ella la que suele preguntar, para escuchar lo mismo del marido y al final
decir: “entonces, ¿por qué no me lo dices más a menudo... lo necesito”.
El amor está hecho de esas cosas pequeñas...