P. Rufino Mª Grández, ofmcap.

FLOS SANCTORUM





SAN RAFAEL ARNÁIZ BARÓN,

hermano cisterciense de San Isidoro de Dueñas
(Palencia, España),
que será canonizado por Su Santidad Benedicto XVI
el Domingo 11 de octubre de 2009.



Sólo Dios


El hermano Rafael Arnáiz Barón (1911-1938), nacido para la belleza, la simpatía y el goce de la vida, alcanzó a Dios por el camino del amor puro, que está más allá de toda forma de vida monástica, de toda gracia de vida sacerdotal. Hoy podemos llamarle también hermano nuestro San Rafael, y a Cristo por su vida bendecimos.

Dios, sólo Dios, es el secreto de nuestro corazón.

Rafael ha podido escribir:

“Las alegrías Él me las manda; las lágrimas Él me las pone; el alimento por Él lo tomo; y, cuando duermo, por Él lo hago”.

“Si Dios se oculta, qué frío hace en la Trapa. La Trapa sin Dios no es más que una reunión de hombres”.

“No tengo estos días más que una enorme soledad, una pena muy honda. Nadie en quien reposar, enfermo, débil”.

“No me importa nada. Si Dios me manifestara otro sitio donde sufriera más y Él me lo pidiera, allí me iría con los ojos cerrados”.

Moría a los 28 años (26 de abril de 1938), habiendo recibido unos días antes (en Pascua, 17 de abril) la cogulla monástica. Había sido un joven refinado de muy buena mano para el dibujo en su estudio de arquitectura; de un humor congénito, limpio y suavemente irónico. Y, con el humor, una literatura fragante de la que dio contagioso testimonio. Su presencia ha calado en el pueblo cristiano que busca a Dios. Dios, sólo Dios. Dios es amor puro que, en el crisol del dolor, no puede producir sino amor.



Silencio y alegría y suave paz,
y un corazón del todo enamorado:
a Cristo por tu vida bendecimos,
Hermano Rafael, humilde hermano.

El “Sólo Dios” fue estrella de tus mares
y al claustro te llevó muy fascinado;
el “Sólo Dios”, rumor de lo infinito,
y adoración, que es Dios Crucificado.

Vivir en caridad fue tu Evangelio,
en oblación amando y aceptando;
florezca aquí el amor y la amistad,
esencia del mensaje que él nos trajo.

La trapa fue el imán de tus andanzas,
artista pertinaz de ensueños bravos…,
allí fuiste y volviste, enfermo intrépido
para caer en brazos del Amado.

Ni trapa ni cogulla o sacerdocio…
amar es tu Jesús en Cruz clavado,
y en pura soledad y unión divina
tu corazón quedó divinizado.

María, tierna Madre de dolientes,
sonrisa permanente de apenados,
dulcísimo poema y melodía,
a ti con Rafael nos arrimamos.

¡La gloria a solo Dios, la Trinidad,
la pura luz y gozo que aguardamos,
la gloria amor que fluye eternamente,
que un día cantaremos y hoy cantamos! Amén.


Monasterio de la Madre de Dios – Virgen de Guadalupe, Ciudad Hidalgo Michoacán, México), 1 octubre 2009

NOTA. La familia cisterciense celebra la memoria del hasta hoy Beato Rafael el 26 de abril, día de su muerte. Conociendo esto, nos place publicar en esta ocasión – y por esta vez – el Himno de San Rafael Arnáiz Barón el día 11 por ser el día en que va a ser canonizado.